Constituciyn Nacional 1 PDF
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República de Paraguay
(1992)
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PREÁMBULO
PARTE I.
DE LAS DECLARACIONES FUNDAMENTALES, DE LOS DERECHOS, DE LOS
DEBERES Y DE LAS GARANTÍAS
TÍTULO I.
DE LAS DECLARACIONES FUNDAMENTALES
Artículo 2 - DE LA SOBERANÍA
En la República del Paraguay y la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce, conforme con
lo dispuesto en esta Constitución.
El pueblo ejerce el Poder Público por medio del sufragio. El gobierno es ejercido por los
poderes legislativo, Ejecutivo y Judicial en un sistema de separación, equilibrio, coordinación
y recíproco control. Ninguno de estos poderes puede atribuirse, ni otorgar a otro ni a persona
alguna, individual o colectiva, facultades extraordinarias o la suma del Poder Público.
TÍTULO II.
DE LOS DERECHOS, DE LOS DEBERES Y DE LAS GARANTÍAS
CAPÍTULO I.
DE LA VIDA Y DEL AMBIENTE
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SECCIÓN I.
DE LA VIDA
La calidad de vida será promovida por el Estado mediante planes y políticas que reconozcan
factores condicionantes, tales como la extrema pobreza y los impedimentos de la discapacidad
o de la edad.
El Estado también fomentará la investigación sobre los factores de población y sus vínculos
con el desarrollo económico social, con la preservación del ambiente y con la calidad de vida
de los habitantes.
SECCIÓN II.
DEL AMBIENTE
Las actividades susceptibles de producir alteración ambiental serán reguladas por la ley.
Asimismo, ésta podrá restringir o prohibir aquellas que califique peligrosas.
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regulará el tráfico de recursos genéticos y de su tecnología, precautelando los intereses
nacionales.
El delito ecológico será definido y sancionado por la ley. Todo daño al ambiente importará la
obligación de recomponer e indemnizar.
CAPÍTULO II
DE LA LIBERTAD
Nadie está obligado a hacer lo que la ley no ordena ni privado de lo que ella no prohibe.
Están proscritas la esclavitud, las servidumbres personales y la trata de personas. La ley podrá
establecer cargas sociales en favor del Estado.
Nadie será privado de su libertad física o procesado, sino mediando las causas y en las
condiciones fijadas por esta Constitución y las leyes.
Nadie será detenido ni arrestado sin orden escrita de autoridad competente, salvo caso de ser
sorprendido en flagrante comisión de delito que mereciese pena corporal. Toda persona
detenida tiene derecho a:
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No se admite la privación de la libertad por deuda, salvo mandato de autoridad judicial
competente dictado por incumplimiento de deberes alimentarios o como sustitución de multas
o fianzas judiciales.
Ninguna ley tendrá efecto retroactivo, salvo que sea más favorable al encausado o al
condenado.
Nadie podrá hacerse justicia por sí mismo ni reclamar sus derecho con violencia. Pero, se
garantiza la legítima defensa.
La defensa en juicio de las personas y de sus derechos es inviolable. Toda persona tiene
derecho a ser juzgada por tribunales y jueces competentes, independientes e imparciales.
En el proceso penal, o en cualquier otro del cual pudiera derivarse pena o sanción, toda
persona tiene derecho a:
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Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo, contra su cónyuge o contra la persona
con quien está unida ni contra sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o
segundo de afinidad inclusive.
Los actos ilícitos o la deshonra de los imputados no afectan a sus parientes o allegados.
La prisión preventiva solo será dictada cuando fuese indispensable en las diligencias del
juicio. En ningún caso la misma se prolongará por un tiempo mayor al de la pena mínima
establecida para igual delito, de acuerdo con la calificación del hecho efectuada en el auto
respectivo.
Las penas privativas de libertad tendrán por objeto la readaptación de los condenados y la
protección de la sociedad.
La reclusión de personas detenidas se hará en lugares diferentes a los destinados para los que
purguen condena.
Dichas pruebas serán admitidas cuando el proceso fuera promovido por la publicación de
censuras a la conducta pública de los funcionarios del Estado, y en los demás casos
establecidos expresamente por la ley.
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Quedan reconocidas la libertad religiosa, la de culto y la ideológica, sin más limitaciones que
las establecidas en esta Constitución y en la ley. Ninguna confesión tendrá carácter oficial.
Las relaciones del Estado con la iglesia católica se basan en la independencia, cooperación y
autonomía.
Nadie puede ser molestado, indagado u obligado a declarar por causa de sus creencias o de su
ideología.
Se garantizan la libre expresión y la libertad de prensa, así como la difusión del pensamiento y
de la opinión, sin censura alguna, sin más limitaciones que las dispuestas en esta
Constitución; en consecuencia, no se dictará ninguna ley que las imposibilite o las restrinja.
No habrá delitos de prensa, sino delitos comunes cometidos por medio de la prensa.
Toda persona tiene derecho a generar, procesar o difundir información, como igualmente a la
utilización de cualquier instrumento lícito y apto para tales fines.
Se prohibe toda práctica discriminatoria en la provisión de insumos para la prensa, así como
interferir las frecuencias radioeléctricas y obstruir, de la manera que fuese, la libre
circulación, la distribución y la venta de periódicos, libros, revistas o demás publicaciones con
dirección o autoría responsable.
La ley regulará la publicidad a los efectos de la mejor protección de los derechos del niño, del
joven, del analfabeto, del consumidor y de la mujer.
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Se reconoce el derecho de las personas a recibir información veraz, responsable y ecuánime.
Las fuentes públicas de información son libres para todos. La ley regulará las modalidades,
plazos y sanciones correspondientes a las mismas, a fin de que este derecho sea efectivo.
Toda persona afectada por la difusión de una información falsa, distorsionada o ambigua tiene
derecho a exigir su rectificación o su aclaración por el mismo medio y en las mismas
condiciones que haya sido divulgada, sin perjuicio de los demás derechos compensatorios.
El periodista columnista tiene derecho a publicar sus opiniones firmadas, sin censura, en el
medio en el cual trabaje. La dirección podrá dejar a salvo su responsabilidad haciendo constar
su disenso.
Los medios de comunicación dependientes del Estado serán regulados por ley en su
organización y en su funcionamiento, debiendo garantizarse el acceso democrático y
pluralista a los mismos de todos los sectores sociales y políticos, en igualdad de
oportunidades.
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Las personas tienen derecho a reunirse y a manifestarse pacíficamente, sin armas y con fines
lícitos, sin necesidad de permiso, así como el derecho a no ser obligadas a participar de tales
actos. La ley sólo podrá reglamentar su ejercicio en lugares de tránsito público, en horarios
determinados, preservando derechos de terceros y el orden público establecido en la ley.
La intimidad personal y familiar, así como el respeto a la vida privada, son inviolables. La
conducta de las personas, en tanto no afecte al orden público establecido en la ley o a los
derechos de terceros, está exenta de la autoridad pública.
Todo recinto privado es inviolable. Sólo podrá ser allanado o clausurado por orden judicial y
con sujeción a la ley. Excepcionalmente podrá serlo, además, en caso de flagrante delito o
para impedir su inminente perpetración, o para evitar daños a la persona o a la propiedad.
En todos los casos se guardará estricta reserva sobre aquello que no haga relación con lo
investigado.
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Se reconoce la objeción de conciencia por razones éticas o religiosas para los casos en que
esta Constitución y la ley la admitan.
Toda persona tienen derecho a ser indemnizada justa y adecuadamente por los daños o
perjuicios de que fuere objeto por parte del Estado. La ley reglamentará este derecho.
Todo paraguayo tienen derecho a residir en su Patria. Los habitantes pueden transitar
libremente por el territorio nacional, cambiar de domicilio o de residencia, ausentarse de la
República o volver a ella y, de acuerdo con la ley, incorporar sus bienes al país o sacarlos de
él. Las migraciones serán reglamentadas por la ley, con observancia de estos derechos.
El ingreso de los extranjeros sin radicación definitiva en el país será regulado por la ley,
considerando los convenios internacionales sobre la materia.
Los extranjeros con radicación definitiva en el país no serán obligados a abandonarlo sino en
virtud de sentencia judicial.
Toda persona es libre de asociarse o agremiarse con fines lícitos, así como nadie está obligado
a pertenecer a determinada asociación. La forma de colegiación profesional será reglamentada
por ley. Están prohibidas las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar.
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Ningún asilado político será trasladado compulsivamente al país cuyas autoridades lo
persigan.
CAPÍTULO III
DE LA IGUALDAD
Las protecciones que se establezcan sobre desigualdades injustas no serán consideradas como
factores discriminatorios sino igualitarios.
1. la igualdad para el acceso a la justicia, a cuyo efecto allanará los obstáculos que la
impidiesen;
2. la igualdad ante las leyes;
3. la igualdad para el acceso a las funciones públicas no electivas, sin más requisitos que
la idoneidad, y
4. la igualdad de oportunidades en la participación de los beneficios de la naturaleza, de
los bienes materiales y de la cultura.
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CAPÍTULO IV
DE LOS DERECHOS DE LA FAMILIA
La ley establecerá las formalidades para la celebración del matrimonio entre el hombre y la
mujer, los requisitos para contraerlo, las causas de separación, de disolución y sus efectos, así
como el régimen de administración de bienes y otros derechos y obligaciones entre cónyuges.
Las uniones de hecho entre el hombre y la mujer, sin impedimentos legales para contraer
matrimonio, que reúnan las condiciones de estabilidad y singularidad, producen efectos
similares al matrimonio, dentro de las condiciones que establezca la ley.
Los hijos mayores de edad están obligados a prestar asistencia a sus padres en caso de
necesidad.
La ley reglamentará la ayuda que se debe prestar a la familia de prole numerosa y a las
mujeres cabeza de familia.
Todos los hijos son iguales ante la ley. Esta posibilitará la investigación de la paternidad. Se
prohibe cualquier calificación sobre la filiación en los documentos personales.
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La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de garantizar al niño su desarrollo
armónico e integral, así como el ejercicio pleno de sus derechos protegiéndolo contra el
abandono, la desnutrición, la violencia, el abuso, el tráfico y la explotación. Cualquier persona
puede exigir a la autoridad competente el cumplimiento de tales garantías y la sanción de los
infractores.
Artículo 56 - DE LA JUVENTUD
Toda persona en la tercera edad tiene derecho a una protección integral. La familia, la
sociedad y los poderes públicos promoverán su bienestar mediante servicios sociales que se
ocupen de sus necesidades de alimentación, salud, vivienda, cultura y ocio.
Se les reconocerá el disfrute de los derechos que esta Constitución otorga a todos los
habitantes de la República, en igualdad de oportunidades, a fin de compensar sus desventajas.
Se reconoce como institución de interés social el bien de familia, cuyo régimen será
determinado por ley. El mismo estará constituido por la vivienda o el fundo familiar, y por sus
muebles y elementos de trabajo, los cuales serán inembargables.
El Estado promoverá políticas que tengan por objeto evitar la violencia en el ámbito familiar y
otras causas destructoras de su solidaridad.
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Artículo 61 - DE LA PLANIFICACIÓN FAMILIAR Y DE LA SALUD MATERNO
INFANTIL
CAPÍTULO V
DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Esta Constitución reconoce la existencia de los pueblos indígenas, definidos como grupos de
cultura anteriores a la formación y organización del Estado paraguayo.
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demográfica, la depredación de su hábitat, la contaminación ambiental, la explotación
económica y la alienación cultural.
Artículo 67 - DE LA EXONERACIÓN
Los miembros de los pueblos indígenas están exonerados de prestar servicios sociales, civiles
o militares, así como de las cargas públicas que establezca la ley.
CAPÍTULO VI
DE LA SALUD
Nadie será privado de asistencia pública para prevenir o tratar enfermedades, pestes o plagas,
y de socorro en los casos de catástrofes y de accidentes.
Toda persona está obligada a someterse a las medidas sanitarias que establezca la ley, dentro
del respeto a la dignidad humana.
Se promoverá un sistema nacional de salud que ejecute acciones sanitarias integradas, con
políticas que posibiliten la concertación, la coordinación y la complementación de programas
y recursos del sector público y privado.
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Asimismo facilitará el acceso de factores de escasos recursos a los medicamentos
considerados esenciales.
CAPÍTULO VII
DE LA EDUCACIÓN Y DE LA CULTURA
Toda persona tiene derecho a la educación integral y permanente, que como sistema y proceso
se realiza en el contexto de la cultura de la comunidad. Sus fines son el desarrollo pleno de la
personalidad humana y la promoción de la libertad y la paz, la justicia social, la solidaridad, la
cooperación y la integración de los pueblos; el respeto a los derechos humanos y los
principios democráticos; la afirmación del compromiso con la Patria, de la identidad cultural
y la formación intelectual, moral y cívica, así como la eliminación de los contenidos
educativos de carácter discriminatorio.
La educación escolar básica es obligatoria. En las escuelas públicas tendrá carácter gratuito.
El Estado fomentará la enseñanza media, técnica, agropecuaria, industrial y la superior o
universitaria, así como la investigación científica y tecnológica.
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La enseñanza en los comienzos del proceso escolar se realizará en la lengua oficial materna
del educando. Se instruirá asimismo en el conocimiento y en el empleo de ambos idiomas
oficiales de la República
En el caso de las minorías étnicas cuya lengua materna no sea el guaraní, se podrá elegir uno
de los dos idiomas oficiales.
El Estado fomentará la capacitación para el trabajo por medio de la enseñanza técnica, a fin de
formar los recursos humanos requeridos para el desarrollo nacional.
La ley preverá la constitución de fondos para becas y otras ayudas, con el objeto de facilitar la
formación intelectual, científica, técnica o artística de las personas con preferencia de las que
carezcan de recursos.
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Se reconoce el protagonismo de la Iglesia Católica en la formación histórica y cultural de la
Nación.
Los objetos, las publicaciones y las actividades que posean valor significativo para la difusión
cultural y para la educación, no se gravarán con impuestos fiscales ni municipales. La ley
reglamentará estas exoneraciones y establecerá un régimen de estímulo para introducción e
incorporación al país de los elementos necesarios para el ejercicio de las artes y de la
investigación científica y tecnológica, así como para su difusión en el país y en el extranjero.
El Estado promoverá los deportes, en especial los de carácter no profesional, que estimulen la
educación física, brindando apoyo económico y exenciones impositivas a establecerse en la
ley. Igualmente, estimulará la participación nacional en competencias internacionales.
CAPÍTULO VIII
DEL TRABAJO
SECCIÓN I
DE LOS DERECHOS LABORALES
Todos los habitantes de la República tienen derecho a un trabajo lícito, libremente escogido y
a realizarse en condiciones dignas y justas.
La ley protegerá el trabajo en todas sus formas y los derechos que ella otorga al trabajador son
irrenunciables.
Artículo 88 - DE LA NO DISCRIMINACION
No se admitirá discriminación alguna entre los trabajadores por motivos étnicos, de sexo,
edad, religión, condición social y preferencias políticas o sindicales.
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El trabajo de las personas con limitaciones o incapacidades físicas o mentales será
especialmente amparado.
Los trabajadores de uno y otro sexo tienen los mismos derechos y obligaciones laborales, pero
la maternidad será objeto de especial protección, que comprenderá los servicios asistenciales
y los descansos correspondientes, los cuales no serán inferiores a doce semanas. La mujer no
será despedida durante el embarazo, y tampoco mientras duren los descansos por maternidad.
Se dará prioridad a los derechos del menor trabajador para garantizar su normal desarrollo
físico, intelectual y moral.
Los descansos y las vacaciones anuales serán remunerados conforme con la ley.
El Estado establecerá un régimen de estímulo a las empresas que incentiven con beneficios
adicionales a sus trabajadores. Tales emolumentos serán independientes de los respectivos
salarios y de otros beneficios legales.
El derecho a la estabilidad del trabajador queda garantizado dentro de los límites que la ley
establezca, así como su derecho a la indemnización en caso de despido injustificado.
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El sistema obligatorio e integral de seguridad social para el trabajador dependiente y su
familia será establecido por la ley. Se promoverá su extensión a todos los sectores de la
población.
Los servicios del sistema de seguridad social podrán ser públicos, privados o mixtos, y en
todos los casos estarán supervisados por el Estado.
Los recursos financieros de los seguros sociales no serán desviados de sus fines específicos y;
estarán disponibles para este objetivo, sin perjuicio de las inversiones lucrativas que puedan
acrecentar su patrimonio.
Todos los trabajadores públicos y privados tienen derecho a organizarse en sindicatos sin
necesidad de autorización previa. Quedan exceptuados de este derecho los miembros de las
Fuerzas Armadas y de las Policiales. Los empleadores gozan de igual libertad de
organización. Nadie puede ser obligado a pertenecer a un sindicato.
Todos los trabajadores de los sectores públicos y privados tienen el derecho a recurrir a la
huelga en caso de conflicto de intereses. Los empleadores gozan del derecho de paro en las
mismas condiciones.
Los derechos de huelga y de paro no alcanzan a los miembros de las Fuerzas Armadas de la
Nación, ni a los de las policiales.
La ley regulará el ejercicio de estos derechos, de tal manera que no afecten servicios públicos
imprescindibles para la comunidad.
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El cumplimiento de las normas laborales y el de las de seguridad e higiene en el trabajo
quedarán sujetos a la fiscalización de las autoridades creadas por la ley, la cual establecerá las
sanciones en caso de su violación.
El Estado establecerá las condiciones para hacer efectivo este derecho, y promoverá planes de
vivienda de interés social, especialmente las destinadas a familias de escasos recursos,
mediante sistemas de financiamiento adecuados.
SECCIÓN II
DE LA FUNCIÓN PUBLICA
Los funcionarios y los empleados públicos están al servicio del país. Todos los paraguayos
tienen el derecho a ocupar funciones y empleos públicos.
La ley reglamentará las distintas carreras en las cuales dichos funcionarios y empleados
presten servicios, las que, sin perjuicio de otras, son la judicial, la docente, la diplomática y
consular, la de investigación científica y tecnológica, la de servicio civil, la militar y la
policial.
Los funcionarios y los empleados públicos gozan de los derechos establecidos en esta
Constitución en la sección de derechos laborales, en un régimen uniforme para las distintas
carreras dentro de los límites establecidos por la ley y con resguardo de los derechos
adquiridos.
Dentro del sistema nacional de seguridad social, la ley regulará el régimen de jubilaciones de
los funcionarios y los empleados públicos, atendiendo a que los organismos autárquicos
creados con ese propósito acuerden a los aportantes y jubilados la administración de dichos
entes bajo control estatal. Participarán del mismo régimen todos los que, bajo cualquier título,
presten servicios al Estado.
Los funcionarios y los empleados públicos, incluyendo a los de elección popular, los de
entidades estatales, binacionales, autárquicas, descentralizadas y, en general, quienes perciban
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remuneraciones permanentes del Estado, estarán obligados a prestar declaración jurada de
bienes y rentas dentro de los quince días de haber tomado posesión de su cargo, y en igual
término al cesar en el mismo.
Ninguna persona podrá percibir como funcionario o empleado público, más de un sueldo o
remuneración simultáneamente, con excepción de los que provengan del ejercicio de la
docencia.
CAPÍTULO IX
DE LOS DERECHOS ECONOMICOS Y DE LA REFORMA AGRARIA
SECCIÓN I
DE LOS DERECHOS ECONOMICOS
Se garantiza la propiedad privada, cuyo contenido y límites serán establecidos por la ley,
atendiendo a su función económica y social, a fin de hacerla accesible para todos.
Nadie puede ser privado de su propiedad sino en virtud de sentencia judicial, pero se admite la
expropiación por causa de utilidad pública o de interés social, que será determinada en cada
caso por ley. Esta garantizará el previo pago de una justa indemnización, establecida
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convencionalmente o por sentencia judicial, salvo los latifundios improductivos destinados a
la reforma agraria, conforme con el procedimiento para las expropiaciones a establecerse por
ley.
Siempre que el Estado resuelva transferir empresas públicas o su participación en las mismas
al sector privado, dará opción preferencial de compra a los trabajadores y sectores
involucrados directamente con la empresa. La ley regulará la forma en que se establecerá
dicha opción.
La ley regulará el régimen económico que contemple los intereses del Estado, los de los
concesionarios y los de los propietarios que pudieran resultar afectados.
Los principios del cooperativismo como instrumento del desarrollo económico nacional, serán
difundidos a través del sistema educativo.
SECCIÓN II
DE LA REFORMA AGRARIA
La reforma agraria es uno de los factores fundamentales para lograr el bienestar rural. ella
consiste en la incorporación efectiva de la población campesina al desarrollo económico y
social de la Nación. Se adoptarán sistemas equitativos de distribución, propiedad y tenencia
de la tierra; se organizarán el crédito y la asistencia técnica, educacional y sanitaria; se
fomentará la creación de cooperativas agrícolas y de otras asociaciones similares, y se
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promoverá la producción, la industrialización y la racionalización del mercado para el
desarrollo integral del agro.
La reforma agraria y el desarrollo rural se efectuarán de acuerdo con las siguientes bases:
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La expropiación de los latifundios improductivos destinados a la reforma agraria serán
establecidas en cada caso por la ley, y se abonará en la forma y en el plazo que la misma
determine.
CAPÍTULO X
DE LOS DERECHOS Y DE LOS DEBERES POLITICOS
Los ciudadanos, sin distinción de sexo, tienen el derecho a participar en los asuntos públicos,
directamente o por medio de sus representantes, en la forma que determine esta Constitución
y las leyes.
Son electores los ciudadanos paraguayos radicados en el territorio nacional, sin distinción,
que hayan cumplido diez y ocho años.
Los ciudadanos son electores y elegibles, sin más restricciones que las establecidas en esta
Constitución y en la ley.
Los extranjeros con radicación definitiva tendrán los mismos derechos en las elecciones
municipales.
El referendum legislativo, decidido por ley, podrá o no ser vinculante. Esta institución será
reglamentada por ley.
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1. Las relaciones internacionales, tratados, convenios o acuerdos internacionales;
2. las expropiaciones;
3. la defensa nacional;
4. la limitación de la propiedad inmobiliaria;
5. las cuestiones relativas a los sistemas tributarios, monetarios y bancarios, la
contratación de empréstitos, el Presupuestos General de la Nación, y
6. las elecciones nacionales, las departamentales y las municipales.
Los partidos políticos son personas jurídicas de derecho público. Deben expresar el
pluralismo y concurrir a la formación de las autoridades electivas, a la orientación de la
política nacional, departamental o municipal y a la formación cívica de los ciudadanos.
CAPÍTULO XI
DE LOS DEBERES
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Artículo 127 - DEL CUMPLIMIENTO DE LA LEY
Toda persona está obligada al cumplimiento de la ley, la crítica a las leyes es libre, pero no
está permitido predicar su desobediencia.
En ningún caso el interés de los particulares primará sobre el interés general. todos los
habitantes deben colaborar en bien del país, prestando los servicios y desempeñando las
funciones definidas como carga pública, que determinen esta Constitución y la ley.
A tal objeto, se establece el servicio militar obligatorio. La ley regulará las condiciones en que
se hará efectivo este deber.
El servicio militar deberá cumplirse con plena dignidad y respeto hacia la persona. En tiempo
de paz, no podrá exceder de doce meses.
Las mujeres no prestarán servicio militar sino como auxiliares, en caso de necesidad, durante
conflicto armado internacional.
Los veteranos de la guerra del Chaco, y los de otros conflictos armados internacionales que se
libren en defensa de la Patria, gozarán de honores y privilegios; de pensiones que les permitan
vivir decorosamente; de asistencia preferencial, gratuita y completa a su salud, así como de
otros beneficios, conforme con lo que determine la ley.
En los beneficios económicos les sucederán sus viudas e hijos menores o discapacitados,
incluidos los de los veteranos fallecidos con anterioridad a la promulgación de esta
Constitución.
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Los beneficios acordados a los beneméritos de la Patria no sufrirán restricciones y serán de
vigencia inmediata, sin más requisito que su certificación fehaciente.
Los ex prisioneros de guerra bolivianos, quienes desde la firma del Tratado de Paz hubiesen
optado por integrarse definitivamente al país, quedan equiparados a los veteranos de la guerra
del chaco, en los beneficios económicos y prestaciones asistenciales.
CAPÍTULO XII
DE LAS GARANTÍAS CONSTITUCIONALES
Para hacer efectivos los derechos consagrados en esta Constitución, se establecen las garantías
contenidas en este capítulo, las cuales serán reglamentadas por la ley.
La corte suprema de Justicia tiene facultad para declarar la inconstitucionalidad de las normas
jurídicas y de las resoluciones judiciales, en la forma y con los alcances establecidos en esta
Constitución y en la ley.
Esta garantía podrá ser interpuesto por el afectado, por sí o por interpósita persona, sin
necesidad de poder por cualquier medio fehaciente, y ante cualquier Juez de Primera Instancia
de la circunscripción judicial respectiva.
1. Preventivo: en virtud del cual toda persona, en trance inminente de ser privada
ilegalmente de su libertad física, podrá recabar el examen de la legitimidad de las
circunstancias que, a criterio del afectado, amenacen su libertad, así como una orden
de cesación de dichas restricciones.
2. Reparador: en virtud del cual toda persona que se hallase ilegalmente privada de su
libertad puede recabar la rectificación de las circunstancias del caso. El magistrado
ordenará la comparecencia del detenido, con un informe del agente público o privado
que lo detuvo, dentro de las veinticuatro horas de radicada la petición. Si el requerido
no lo hiciese así, el Juez se constituirá en el sitio en el que se halle recluida la persona,
y en dicho lugar hará juicio de méritos y dispondrá su inmediata libertad, igual que si
se hubiere cumplido con la presentación del detenido y se haya radicado el informe. Si
no existiesen motivos legales que autoricen la privación de su libertad, la dispondrá de
inmediato; si hubiese orden escrita de autoridad judicial, remitirá los antecedentes a
quien dispuso la detención.
3. Genérico: en virtud del cual se podrán demandar rectificación de circunstancias que,
no estando contempladas en los dos casos anteriores, restrinjan la libertad o amenacen
la seguridad personal. Asimismo, esta garantía podrá interponerse en casos de
violencia física, psíquica o moral que agraven las condiciones de personas legalmente
privadas de su libertad.
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La ley reglamentará las diversas modalidades del hábeas corpus, las cuales procederán
incluso, durante el Estado de excepción. El procedimiento será breve, sumario y gratuito,
pudiendo ser iniciado de oficio.
Toda persona que por un acto u omisión, manifestamente ilegítimo, de una autoridad o de un
particular, se considere lesionada gravemente, o en peligro inminente de serlo en derechos o
garantías consagradas en esta Constitución o en la ley, y que debido a la urgencia del caso no
pudiera remediarse por la vía ordinaria, puede promover amparo ante el magistrado
competente. el procedimiento será breve, sumario, gratuito, y de acción popular para los casos
previstos en la ley.
Toda persona puede acceder a la información y a los datos que sobre si misma, o sobre sus
bienes, obren en registros oficiales o privados de carácter público, así como conocer el uso
que se haga de los mismos y de su finalidad. Podrá solicitar ante el magistrado competente la
actualización, la rectificación o la destrucción de aquellos, si fuesen erróneos o afectaran
ilegítimamente sus derechos.
Ningún magistrado judicial que tenga competencia podrá negarse a entender en las acciones o
recursos previstos en los artículos anteriores; si lo hiciese injustificadamente, será enjuiciado
y, en su caso, removido.
En las decisiones que dicte, el magistrado judicial deberá pronunciarse también sobre las
responsabilidades en que hubieran incurrido las autoridades por obra del proceder ilegítimo y,
de mediar circunstancias que prima facie evidencien la perpetración de delito, ordenará la
detención o suspensión de los responsables, así como toda medida cautelar que sea procedente
para la mayor efectividad de dichas responsabilidades. Asimismo, si tuviese competencia,
instruirá el sumario, pertinente y dará intervención al Ministerio Público; si no la tuviese,
pasará los antecedentes al magistrado competente par su prosecución.
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PARTE II
DEL ORDENAMIENTO POLITICO DE LA REPUBLICA
TÍTULO I
DE LA NACIÓN Y DEL ESTADO
CAPÍTULO I
DE LAS DECLARACIONES GENERALES
Quienquiera que intente cambiar dicho orden, al margen de los procedimientos previstos en
esta Constitución, incurrirá en los delitos que se tipificarán y penarán en la ley.
Esta Constitución no perderá su vigencia ni dejará de observarse por actos de fuerza o fuera
derogada por cualquier otro medio distinto del que ella dispone.
Se autoriza a los ciudadanos a resistir a dichos usurpadores, por todos los medios a su alcance.
En la hipótesis de que esa persona o grupo de personas, invocando cualquier principio o
representación contraria a esta constitución, detenten el poder público, sus actos se declaren
nulos y sin ningún valor, no vinculantes y, por lo mismo, el pueblo en ejercicio de su derecho
de resistencia a la opresión, queda dispensado de su cumplimiento.
Los estados extranjeros que, por cualquier circunstancia, se relacionen con tales usurpadores
no podrán invocar ningún pacto, tratado ni acuerdo suscrito o autorizado por el gobierno
usurpador, para exigirlo posteriormente como obligación o compromiso de la República del
Paraguay.
1. el pabellón de la República;
2. el sello nacional, y
3. el himno nacional.
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La ley reglamentará las características de los símbolos de la República no previstos en la
resolución del Congreso General Extraordinario del 25 de noviembre de 1942, y
determinando su uso.
Las lenguas indígenas, así como las de otras minorías, forman parte del patrimonio cultural de
la Nación.
CAPÍTULO II
DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Los tratados internacionales validamente celebrados, aprobados por ley del Congreso, y cuyos
instrumentos de ratificación fueran canjeados o depositados, forman parte del ordenamiento
legal interno con la jerarquía que determina el Artículo 137.
Los tratados internacionales relativos a los derechos humanos no podrán ser denunciados sino
por los procedimientos que rigen para la enmienda de esta Constitución.
1. la independencia nacional;
2. la autodeterminación de los pueblos;
3. la igualdad jurídica entre los Estados;
4. la solidaridad y la cooperación internacional;
5. la protección internacional de los derechos humanos;
6. la libre navegación de los ríos internacionales;
7. la no intervención, y
8. la condena a toda forma de dictadura, colonialismo e imperialismo.
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Artículo 145 - DEL ORDEN JURIDICO SUPRANACIONAL
La República del Paraguay, en condiciones de igualdad con otros Estados, admite un orden
jurídico supranacional que garantice la vigencia de los derechos humanos, de la paz, de la
justicia, de la cooperación y del desarrollo, en lo político, económico, social y cultural.
Dichas decisiones sólo podrán adoptarse por mayoría absoluta de cada Cámara del Congreso.
CAPÍTULO III
DE LA NACIONALIDAD Y DE LA CIUDADANIA
Los extranjeros podrán obtener la nacionalidad paraguaya por naturalización si reúnen los
siguientes requisitos:
1. mayoría de edad:
2. radicación mínima de tres años en territorio nacional;
3. ejercicio en el país de alguna profesión, oficio, ciencia, arte o industria, y
4. buena conducta, definida en la ley.
La nacionalidad múltiple podrá ser admitida mediante tratado internacional por reciprocidad
de rango constitucional entre los Estados del natural de origen y del de adopción.
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Los paraguayos naturalizados pierden la nacionalidad en virtud de ausencia injustificada de la
República por más de tres años, declarada judicialmente, o por la adquisición voluntaria de
otra nacionalidad.
Podrán ser distinguidos con la nacionalidad honoraria, por ley del congreso, los extranjeros
que hubiesen prestado servicios eminentes a la República.
Son ciudadanos:
1. toda persona de nacionalidad paraguaya natural, desde los dieciocho años de edad, y
2. toda persona de nacionalidad paraguaya por naturalización, después de dos años de
haberla obtenido.
La ley establecerá las normas sobre adquisición, recuperación y opción de la nacionalidad, así
como sobre la suspensión de la ciudadanía.
CAPÍTULO IV
DEL ORDENAMIENTO TERRITORIAL DE LA REPUBLICA
SECCIÓN I
DE LAS DISPOSICIONES GENERALES
El territorio nacional jamás podrá ser cedido, transferido, arrendad, ni en forma alguna
enajenado, aún temporalmente, a ninguna potencia extranjera. Los Estados que mantengan
relaciones diplomáticas con la República, así como los organismos internacionales de los
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cuales ella forma parte, sólo podrán adquirir los inmuebles necesarios para la sede de sus
representaciones, de acuerdo con las prescripciones de la ley. En estos casos, quedará siempre
a salvo la soberanía nacional sobre el suelo.
Los departamentos podrán agruparse en regiones, para el mejor desarrollo de sus respectivas
comunidades. Su constitución y su funcionamiento serán regulados por la ley.
SECCIÓN II
DE LOS DEPARTAMENTOS
El gobierno de cada departamento será ejercido por un gobernador y por una junta
departamental. Serán electos por voto directo de los ciudadanos radicados en los respectivos
departamentos, en comicios coincidentes con las elecciones generales, y durarán cinco años
en sus funciones.
34
La ley determinará la composición y las funciones de las juntas departamentales.
Las inhabilidades para candidatos a gobernadores serán las mismas que para Presidente y
Vicepresidente de la República.
Para ser miembro de la junta departamental rigen los mismos requisitos establecidos para
cargo de gobernador, con excepción de la edad, que deberá ser la de veinticinco años
cumplidos.
1. coordinar sus actividades con las de las distintas municipalidades del departamento;
organizar los servicios departamentales comunes, tales como obras públicas, provisión
de energía, de agua potable y los demás que afecten conjuntamente a más de un
Municipio, así como promover las asociaciones de cooperación entre ellos;
2. preparar el plan de desarrollo departamental, que deberá coordinarse con el Plan
Nacional de Desarrollo, y elaborar la formulación presupuestaria anual, a considerarse
en el Presupuesto General de la Nación;
3. coordinar la acción departamental con las actividades del gobierno central, en especial
lo relacionado con las oficinas de carácter nacional del departamento, primordialmente
en el ámbito de la salud y en el de la educación;
4. disponer la integración de los Consejos de Desarrollo Departamental, y
5. las demás competencias que fijen esta Constitución y la ley.
35
Los departamentos y las municipalidades podrán ser intervenidos por el Poder Ejecutivo,
previo acuerdo de la Cámara de Diputados, en los siguientes casos:
SECCIÓN III
DE LOS MUNICIPIOS
Las municipalidades son los órganos de gobierno local con personería jurídica que, dentro de
su competencia, tienen autonomía política, administrativa y normativa, así como autarquía en
la recaudación e inversión de sus recursos.
El gobierno de los municipios estará a cargo de un intendente y de una junta municipal, los
cuales serán electos en sufragio directo por las personas habilitadas legalmente.
36
Artículo 169 - DEL IMPUESTO INMOBILIARIO
Ninguna institución del Estado, ente autónomo, autárquico o descentralizado podrá apropiarse
de ingresos o rentas de las municipalidades.
Las municipalidades podrán asociarse entre sí para encarar en común la realización de sus
fines y, mediante ley, con municipalidades de otros países.
CAPÍTULO V
DE LA FUERZA PUBLICA
La Fuerza Pública está integrada, en forma exclusiva, por las fuerza militares y policiales.
Las Fuerzas Armadas de la Nación constituye una institución nacional que será organizada
con carácter permanente, profesional, no deliberante, obediente, subordinada a los poderes del
Estado y sujeta a las disposiciones de esta constitución y de las leyes. Su misión es la de
custodiar la integridad territorial y la de defender a las autoridades legítimamente constituidas,
conformes con esta Constitución y las leyes. Su organización y sus efectivos serán
determinados por la ley.
Los tribunales militares solo juzgarán delitos o faltas de carácter militar, calificados como
tales por la ley, y cometidos por militares en servicio activo. Sus fallos podrán ser recurridos
ante la justicia ordinaria.
37
Cuando se trate de un acto previsto y penado, tanto por la ley penal común como por la ley
penal militar no será considerado como delito militar, salvo que hubiese sido cometido por un
militar en servicio activo y en ejercicio de funciones castrenses. En caso de duda de si el
delito es común o militar, se lo considerará como delito común. Sólo en caso de conflicto
armado internacional, y en la forma dispuesta por la ley, estos tribunales podrán tener
jurisdicción sobre personas civiles y militares retirados.
Dentro del marco de esta Constitución y de las leyes, tiene la misión de preservar el orden
público legalmente establecido, así como los derechos y la seguridad de las personas y
entidades y de sus bienes; ocuparse de la prevención de los delitos; ejecutar los mandatos de
la autoridad competente y, bajo dirección judicial, investigar los delitos. La ley reglamentará
su organización y sus atribuciones.
La creación de cuerpos de policía independientes podrá ser establecida por ley, la cual fijará
sus atribuciones y respectivas competencias, en el ámbito municipal y en el de los otros
poderes del Estado.
CAPÍTULO VI
DE LA POLITICA ECONOMICA DEL ESTADO
SECCIÓN I
DEL DESARROLLO ECONOMICO NACIONAL
38
Los planes nacionales de desarrollo serán indicativos para el sector privado, y de
cumplimiento obligatorio para el sector público.
SECCIÓN II
DE LA ORGANIZACIÓN FINANCIERA
La igualdad es la base del tributo. Ningún impuesto tendrá carácter confiscatorio. Su creación
y su vigencia atenderán a la capacidad contributiva de los habitantes y a las condiciones
generales de la economía del país.
TÍTULO II
DE LA ESTRUCTURA Y DE LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO
CAPÍTULO I
DEL PODER LEGISLATIVO
SECCIÓN I
DE LAS DISPOSICIONES GENERALES
39
El Poder Legislativo será ejercido por el Congreso, compuesto de una Cámara de senadores y
otra de diputados.
Los miembros titulares y suplentes de ambas Cámaras serán elegidos directamente por el
pueblo; de conformidad con la ley.
Los miembros suplentes sustituirán a los titulares en caso de muerte, renuncia o inhabilidad
de éstos, por el resto del período constitucional o mientras dure la inhabilidad, si ella fuere
temporal. En los demás casos, resolverá el reglamente de cada Cámara.
Sólo ambas Cámaras, reunidas en Congreso, tendrán los siguientes deberes y atribuciones:
Ambas Cámaras del congreso se reunirán anualmente en sesiones ordinarias, desde el primero
de julio de cada año hasta el 30 de junio siguiente con un período de receso desde el veinte y
uno de diciembre al primero de marzo, fecha ésta en la que rendirá su informe el Presidente
de la República. Las dos Cámaras se convocarán a sesiones extraordinarias o prorrogarán sus
sesiones por decisión de la cuarta parte de los miembros de cualquiera de ellas; por resolución
de los dos tercios de integrantes de la Comisión Permanente del Congreso, o por decreto del
Poder Ejecutivo. El Presidente del Congreso o el de la Comisión Permanente deberán
convocarlas en el término perentorio de cuarenta y ocho horas.
Las prórrogas de sesiones será efectudas del mismo modo. Las extraordinarias se convocarán
para tratar un orden del día determinado, y se clausurarán una vez que éste haya sido agotado.
El quórum legal se formará con la mitad más uno del total de cada Cámara. Salvo los casos en
que esta Constitución establece mayorías calificadas, las decisiones se tomarán por simple
mayoría de votos de los miembros presentes.
40
Para las votaciones de las Cámaras del Congreso se entenderá por simple mayoría la mitad
más uno de los miembros presentes; por mayoría de dos tercios, las dos terceras partes de los
miembros presentes; por mayoría absoluta, el quórum legal, y por mayoría absoluta de dos
tercios, las dos terceras partes del número total de miembros de cada cámara.
Las disposiciones previstas en este Artículo se aplicarán también a las sesiones de ambas
cámaras reunidas en Congreso.
Al inicio de las sesiones anuales de la legislatura, cada Cámara designará las comisiones
asesoras permanentes. Estas podrán solicitar informes u opiniones de personas y entidades
públicas o privadas, a fin de producir sus dictámenes o de facilitar el ejercicio de las demás
facultades que corresponden al Congreso.
Los senadores y diputados titulares y suplentes serán elegidos en comicios simultáneos con
los presidenciales.
Los legisladores durarán cinco años en su mandato, a partir del primero de julio y podrán ser
reelectos.
Las vacancias definitivas o temporarias de la Cámara de Diputados serán cubiertas por los
suplentes electos en el mismo departamento, y las de la Cámara de Senadores por los
suplentes de la lista proclamada por la Justicia Electoral.
Ninguna de las cámaras podrá sesionar, deliberar o adoptar decisiones sin la presencia de la
mayoría absoluta. Un número menor podrá, sin embargo, compeler a los miembros ausentes a
concurrir a las sesiones en los términos que establezca cada Cámara.
41
Los ex presidentes de la República, electos democráticamente, serán senadores vitalicios de la
Nación, salvo que hubiesen sido sometidos a juicio político y hallados culpables. No
integrarán el quórum. Tendrán voz pero no voto.
Cada Cámara redactará su reglamento. Por mayoría de dos tercios podrá amonestar o a
percibir cualquiera de sus miembros, por inconducta en el ejercicio de sus funciones, y
suspenderlo hasta sesenta días sin goce de dieta. Por mayoría absoluta podrá removerlo por
incapacidad física o mental, declarada por la Corte Suprema de Justicia. En los casos de
renuncia, se decidirá por simple mayoría de votos.
Ningún miembro del Congreso puede ser acusado judicialmente por las opiniones que emita
en el desempeño de sus funciones. Ningún Senador o Diputado podrá ser detenido, desde el
día de su elección hasta el del cese de sus funciones, salvo que fuera hallado en flagrante
delito que merezca pena corporal. En este caso, la autoridad interviniente lo pondrá bajo
custodia en su residencia, dará cuenta de inmediato del hecho a la Cámara respectiva y al juez
competentes, a quien remitirá los antecedentes a la brevedad.
Cuando se formase causa contra un Senador o un Diputado ante los tribunales ordinarios, el
juez lo comunicará, con copia de los antecedentes, a la Cámara respectiva, la cual examinará
el mérito del sumario, y por mayoría de dos tercios resolverá si ha lugar o no desafuero, para
ser sometido a proceso. En caso afirmativo, le suspenderá en sus fueros.
Las Cámaras pueden solicitar a los demás poderes del Estado, a los entes autónomos,
autárquicos y descentralizados, y a los funcionarios públicos, los informes sobre asuntos de
interés público que estimen necesarios, exceptuando la actividad jurisdiccional.
Los afectados están obligados a responder los pedidos de informe dentro del plazo que se les
señale, el cual no podrá ser menor de quince días.
Cada Cámara. por mayoría absoluta, podrá citar e interpelar individualmente a los ministros y
a otros altos funcionarios de la Administración Pública, así como a los directores y
administradores de los entes autónomos, autárquicos y descentralizados, a los de entidades
que administren fondos del Estado y a los de las empresas de participación estatal mayoritaria,
cuando se discuta una ley o se estudie un asunto concerniente a sus respectivas actividades.
Las preguntas deben comunicarse al citado con una antelación mínima de cinco días. Salvo
justa causa, será obligatorio para los citados concurrir a los requerimientos, responder a las
preguntas y brindar toda la información que les fuese solicitada.
42
No se podrá citar, interpelar al Presidente de la República, al Vicepresidente ni a los
miembros del Poder Judicial, en materia jurisdiccional.
Ambas Cámaras del congreso podrán construir comisiones conjuntas de investigación sobre
cualquier asunto de interés público, así como sobre la conducta de sus miembros.
La actividad de las comisiones investigadoras no afectará las atribuciones privativas del Poder
Judicial, ni lesionará los derechos y garantías consagrados por esta constitución, sus
conclusiones no serán vinculantes para los tribunales ni menoscabarán las resoluciones
judiciales, sin perjuicio del resultado de la investigación, que podrá ser comunicado a la
justicia ordinaria.
Los jueces ordenarán, conforme a derecho, las diligencias y pruebas que se les requiera, a los
efectos de la investigación.
Podrán ser electos, pero no podrán desempeñar funciones legislativas, los asesores de
reparticiones públicas, los funcionarios y los demás empleados a sueldo del Estado o de los
municipios, cualquiera sea la denominación con que figuren y el concepto de sus
retribuciones, mientras subsista la designación para dichos cargos.
43
Ningún Senador o Diputado puede formar parte de empresas que exploten servicios públicos
o tengan concesiones del Estado, ni ejercer la asesoría jurídica o la representación de aquellas,
por sí o por interpósita persona.
1. los condenados por sentencia firme a penas privativas de libertas, mientras dure la
condena;
2. los condenados a penas de inhabilitación para el ejercicio de la función pública,
mientras dure aquella;
3. los condenados por la comisión de delitos electorales, por el tiempo que dure la
condena;
4. los magistrados judiciales, los representantes del Ministerio Público, el Procurador
General de la República, el Subcontador, y los miembros de la Justicia Electoral;
5. los ministros o religiosos de cualquier credo;
6. los representantes o mandatarios de empresas, corporaciones o entidades nacionales o
extranjeras, que sean concesionarias de servicios estatales, o de ejecución de obras o
provisión de bienes al Estado;
7. los militares y policías en servicio activo;
8. los candidatos a Presidente de la República o a Vicepresidente, y
9. los propietarios o copropietarios de los medios de comunicación.
No podrán ser electos senadores ni diputados los ministros del Poder ejecutivo; los
subsecretarios de Estado; los presidentes de Consejos o administradores generales de los entes
descentralizados, autónomos, autárquicos, binacionales o multinacionales, los de empresas
con participación estatal mayoritaria, y los gobernadores e intendentes, si no renuncian a sus
respectivos cargos y se les acepta las mismas por lo menos noventa días antes de la fecha de
las elecciones.
Los Senadores y diputados solo podrán aceptar cargos de Ministro o de diplomático. Para
desempeñarlos, deberán solicitar permiso a la Cámara respectiva, a la cual podrán
reincorporarse al término de aquellas funciones.
44
Los senadores y diputados perderán su investidura, además de los casos ya previstos, por las
siguientes causas:
45
20. aprobar o rechazar, en todo o en parte y previo informe de la Contraloría General de la
República, el detalle y la justificación de los ingresos y egresos de las finanzas
públicas sobre la ejecución presupuestaria;
21. reglamentaria la navegación fluvial, la marítima, la aérea y la espacial, y
22. los demás deberes y atribuciones que fije esta Constitución.
SECCIÓN II
DE LA FORMACIÓN Y LA SANCIÓN DE LAS LEYES
Las leyes pueden tener origen en cualquiera de las Cámaras del Congreso, a propuestas de sus
miembros; a proposición del Poder ejecutivo; a iniciativa popular o a la de la Corte Suprema
de Justicia, en los casos y en las condiciones previstas en esta Constitución y en la ley.
Las excepciones en cuanto al origen de las leyes a favor de una u otra Cámara o del Poder
Ejecutivo son, en exclusividad, las establecidas expresamente en esta Constitución.
Se considerará aprobado por el Poder Ejecutivo todo proyecto de ley que no fuese objetado ni
devuelto a la Cámara de origen en el plazo de seis día hábiles, si el proyecto contiene hasta
diez artículos; de doce días hábiles si los artículos son más de viente. en todos estos casos, el
proyecto quedará automáticamente promulgado y se dispondrá su publicación.
Cuando un proyecto de ley, aprobado por una de las Cámaras, fuese rechazado totalmente por
la otra, volverá a aquella para una nueva consideración. Cuando la Cámara de origen se
ratificase por mayoría absoluta, pasará de nuevo a la revisora, la cual solo podrá volver a
rechazarlo por mayoría absoluta de dos tercios y, de no obtenerla, se reputará sancionado el
proyecto.
Un proyecto de ley aprobado por la Cámara de origen, que haya sido parcialmente modificado
por la otra, pasará a la primera, donde solo se discutirá cada una de las modificaciones hechas
por la revisora.
46
Para estos casos, se establece lo siguiente:
El proyecto de ley sancionado, con cualquiera de las alternativas previstas en este Artículo,
pasará al Poder Ejecutivo para su promulgación.
Un proyecto de ley, parcialmente objetado por el Poder Ejecutivo, será devuelto a la Cámara
de origen para su estudio y pronunciamiento sobre las objeciones. Si ésta Cámara las
rechazara por mayoría absoluta, el proyecto pasará a la Cámara revisora, donde seguirá igual
trámite. Si ésta también rechazara dichas objeciones por la misma mayoría, la sanción
primitiva quedará confirmada, y el Poder Ejecutivo lo promulgará y lo publicará. Si las
Cámaras desistieran sobre las objeciones, el proyecto no podrá repetirse en las sesiones de ese
año.
Las objeciones podrán ser total o parcialmente aceptadas o rechazadas por ambas Cámaras del
Congreso. Si las objeciones fueran total o parcialmente aceptadas, ambas Cámaras podrán
decidir, por mayoría absoluta, la sanción de la parte no objetada del proyecto de ley, en cuyo
caso éste deberá ser promulgado y publicado por el Poder Ejecutivo.
Las objeciones serán tratadas por la Cámara de origen dentro de los sesenta días de su ingreso
a la misma, y en idéntico caso por la Cámara revisora.
Si un proyecto de ley fuese rechazado totalmente por el Poder Ejecutivo, volverá a la Cámara
de origen, la cual lo discutirá nuevamente. Si ésta confirmara la sanción inicial por mayoría
absoluta, pasará a la Cámara revisora; si ésta también lo aprobase por igual mayoría, el Poder
Ejecutivo lo promulgará y publicará. Si las Cámaras disintieran sobre el rechazo total, el
proyecto no podrá repetirse en las sesiones de ese año.
El Poder Ejecutivo podrá solicitar el tratamiento urgente de proyectos de ley que envíe al
Congreso. En estos casos, el proyecto será tratado por la Cámara de origen dentro de los
treinta días de su recepción, y por la revisora en los treinta días siguientes. El proyecto se
tendrá por aprobado si no se lo rechazara dentro de los plazos señalados.
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El tratamiento de urgencia podrá ser solicitado por el Poder Ejecutivo aún después de la
remisión del proyecto, o en cualquier etapa de su trámite. En tales casos, el plazo empezará a
correr desde la recepción de la solicitud.
Cada Cámara, por mayoría de dos tercios, podrá dejar sin efecto, en cualquier momento, el
trámite de urgencia, en cuyo caso el ordinario se aplicará a partir de ese momento.
El Poder Ejecutivo, dentro del período legislativo ordinario, podrá solicitar al Congreso
únicamente tres proyectos de ley de tratamiento urgente, salvo que la Cámara de origen, por
mayoría de dos tercios, acepte dar dicho tratamiento a otros proyectos.
Un proyecto de ley presentado en una Cámara u otra, y aprobado por la Cámara de origen en
las sesiones ordinarias, pasará a la Cámara revisora, la cual deberá despacharlo dentro del
término improrrogable de tres mese, cumplido el cual, y mediando comunicación escrita del
Presidente de la Cámara de origen a la Cámara revisora, se reputará que ésta le ha prestado su
voto favorable, pasando al Poder Ejecutivo para su promulgación y publicación. El término
indicado quedará interrumpido desde el veintiuno de diciembre hasta el primero de marzo. La
Cámara revisora podrá despachar el proyecto de ley en el siguiente período de sesiones
ordinarias, siempre que lo haga dentro del tiempo que resta para el vencimiento del plazo
improrrogable de tres meses.
El Poder Ejecutivo podrá retirar del Congreso los proyectos de ley que hubiera enviado, o
desistir de ellos, salvo que estuviesen aprobados por la Cámara de origen.
La fórmula que se usará en la sanción de las leyes es: "El Congreso de la Nación paraguaya
sanciona con fuerza de ley". Para la promulgación de las mismas, la fórmula es: "Téngase por
ley de la República, publíquese e insértese en el Registro Oficial".
Cada Cámara, con el voto de la mayoría absoluta, podrá delegar en comisiones el tratamiento
de proyectos de ley, de resoluciones y de declaraciones. Por simple mayoría, podrá retirarlos
en cualquier estado antes de la aprobación, rechazo o sanción por la comisión.
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No podrán ser objetos de delegación el Presupuesto General de la Nación, los códigos, los
tratados internacionales, los proyectos de ley de carácter tributario y castrense, los que
tuviesen relación con la organización de los poderes del Estado y los que se originasen en la
iniciativa popular.
El proyecto de Ley del Presupuesto General de la Nación será presentado anualmente por el
Poder Ejecutivo, a más tardar el primero de septiembre, y su consideración por el Congreso
tendrá prioridad absoluta. Se integrará una comisión bicameral la cual, recibido el proyecto, lo
estudiará y presentará dictamen a sus respectivas Cámaras en un plazo no mayor de sesenta
días corridos. Recibidos los dictámenes, la Cámara de Diputados se abocará al estudio del
proyecto en sesiones plenarias, y deberá despacharlo en un plazo no mayor de quince días
corridos. La Cámara de Senadores dispondrá de igual plazo para el estudio del proyecto, con
las modificaciones introducidas por la Cámara de Diputados, y si las aprobase, el mismo
quedará sancionado. En caso contrario, el proyecto volverá con las objeciones a la otra
Cámara, la cual se expedirá dentro del plazo de diez días corridos, exclusivamente sobre los
puntos discrepantes del Senado, procediéndose en la forma prevista en el Art. 208, inciso 1.,
2. y 3., siempre dentro del plazo de diez días corridos.
Todos los plazos establecidos en este Artículo son perentorios, y la falta de despacho de
cualquiera de los proyectos se entenderá como aprobación. Las Cámaras podrán rechazar
totalmente el proyecto presentado a su estudio por el Poder Ejecutivo, solo por mayoría
absoluta de dos tercios en cada una de ellas.
SECCIÓN III
DE LA COMISIÓN PERMANENTE DEL CONGRESO
Quince días antes de entrar en receso, cada Cámara designará por mayoría absoluta a los
senadores y a los diputados quienes, en número de seis y doce como titulares y tres y seis
como suplentes, respectivamente, conformarán la comisión Permanente del congreso, la cual
ejercerá sus funciones desde el comienzo del período de receso del congreso hasta el reinicio
de las sesiones ordinarias.
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Son deberes y atribuciones de la Comisión Permanente del Congreso:
SECCIÓN IV
DE LA CAMARA DE DIPUTADOS
Para se electo diputado titular o suplente se requiere la nacionalidad paraguaya natural y haber
cumplido veinticinco años.
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SECCIÓN V
DE LA CAMARA DE SENADORES
Para ser electo senador titular o suplente se requieren la nacionalidad paraguaya natural y
haber cumplido treinta y cinco años.
SECCIÓN VI
DEL JUICIO POLITICO
La acusación será formulada por la Cámara de Diputados, por mayoría de dos tercios.
Corresponderá a la Cámara de Senadores, por mayoría absoluta de dos tercios, juzgar en
51
juicio público a los acusados por la Cámara de Diputados y, en caso, declararlos culpables, al
sólo efecto de separarlos de sus cargos, En los casos de supuesta comisión de delitos, se
pasarán los antecedentes a la justicia ordinaria.
CAPÍTULO II
DEL PODER EJECUTIVO
SECCIÓN I
DEL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA Y DEL VICEPRESIDENTE
52
Presidente de la Corte Suprema de Justicia, quien lo ejercerá hasta que se efectúe la
transmisión, quedando en suspenso en sus funciones judiciales.
53
3. el Defensor del Pueblo, el Contralor General de la República y el Subcontralor, el
Procurador General de la República, los integrantes del Consejo de la Magistratura y
los miembros del Tribunal Superior de Justicia Electoral;
4. los representantes o mandatarios de empresas, corporaciones o entidades nacionales o
extranjeras, que sean concesionarias de servicios estatales, o de ejecución de obras o
provisión de bienes al Estado;
5. los ministros de cualquier religión o culto;
6. los intendentes municipales y los gobernadores;
7. los miembros en servicio activo de las Fuerzas Armadas de la Nación y los de la
Policía Nacional, salvo que hubieran pasado a retiro un año antes, por lo menos, del
día de los comicios generales;
8. los propietarios o copropietarios de los medios de comunicación, y
9. el cónyuge o los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad, o segundo de
afinidad, de quien se encuentre en ejercicio de la presidencia al realizarse la elección,
o la haya desempeñado por cualquier tiempo en el año anterior a la celebración de
aquélla.
En los casos previstos en los incisos 1., 2., 3. y 6., los afectados deben haber renunciado y
dejado de ejercer sus respectivos cargos, cuanto menos seis meses antes del día de las
elecciones, salvo los casos de vacancia definitiva de la Vicepresidencia.
Los jefes militares o los caudillos civiles de un golpe de Estado, revolución armada o
movimientos similares que atenten contra el orden establecido por esta Constitución, y que en
consecuencia asuman el Poder Ejecutivo o mando militar propio de oficiales generales,
quedan inhabilitados para el ejercicio de cualquier cargo público por dos períodos
constitucionales consecutivos, sin perjuicio de sus respectivas responsabilidades civiles y
penales.
54
4. vetar, total o parcialmente, las leyes sancionadas por el Congreso, formulando las
observaciones u objeciones que estime convenientes;
5. dictar decretos que, para su validez, requieren el refrendo del Ministro del ramo;
6. nombrar y remover por sí a los ministros del Poder Ejecutivo, al Procurador General
de la República y a los funcionarios de la Administración Pública, cuya designación y
permanencia en los cargos no estén reglados de otro modo por esta Constitución o por
la ley;
7. el manejo de las relaciones exteriores de la República. En caso de agresión externa, y
previa autorización del Congreso, declarar el Estado de Defensa Nacional o concertar
la paz; negociar y firmar tratados internacionales; recibir a los jefes de misiones
diplomáticas de los países extranjeros y admitir a sus cónsules y designar
embajadores, con acuerdo del Senado;
8. dar cuenta al Congreso, al inicio de cada período anual de sesiones, de las gestiones
realizadas por el Poder Ejecutivo, así como informar de la situación general de la
República y de los planes para el futuro;
9. es Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, cargo que no se delega.
De acuerdo con la ley, dicta los reglamentos militares, dispone de las Fuerzas
Armadas, organiza y distribuye. Por sí, nombrar y remover a los comandantes de la
Fuerza Pública. Adopta las medidas necesarias para la defensa nacional. Provee, por sí
los grados en todas las armas, hasta el de teniente coronel o sus equivalentes y, con
acuerdo del Senado, los grados superiores;
10. indultar o conmutar las penas impuestas por los jueces y tribunales de la República, de
conformidad con la ley, y con informe de la Corte Suprema de Justicia;
11. convocar a sesiones extraordinarias al Congreso, a cualquiera de las Cámaras o a
ambas a la vez, debiendo éstas tratar sólo aquellos asuntos sometidos a su respectiva
consideración;
12. proponer al Congreso proyectos de ley, los cuales podrán ser presentados con solicitud
de urgente consideración, en los términos establecidos en ésta Constitución;
13. disponer la recaudación e inversión de las rutas de la República, de acuerdo con el
Presupuesto General de la Nación y con las leyes, rindiendo cuenta anualmente al
Congreso de su ejecución;
14. preparar y presentar a consideración de las Cámaras el proyecto anual de Presupuesto
General de la Nación;
15. hacer cumplir las disposiciones de las autoridades creadas por esta Constitución, y
16. los demás deberes y atribuciones que fije esta Constitución.
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SECCIÓN II
DE LOS MINISTROS Y DEL CONSEJO DE MINISTROS
La dirección y la gestión de los negocios públicos están confiadas a los ministros del Poder
Ejecutivo, cuyo número y funciones serán determinados por la ley. En caso de ausencia
temporal de uno de ellos, lo sustituirá uno de los viceministros del ramo.
Para ser Ministro se exigen los mismos requisitos que para el cargo de Diputado. Tienen,
además, iguales incompatibilidades que las establecidas para el Presidente de la República,
salvo el ejercicio de la docencia. No pueden ser privados de su libertad, excepto en los casos
previstos para los miembros del Congreso.
Los ministros son los jefes de la administración de sus respectivas carteras, en las cuales, bajo
la dirección del Presidente de la República promueven y ejecutan la política relativa a las
materias de su competencia.
1. deliberar sobre todos los asuntos de interés público que el Presidente de la República
someta a su consideración, actuando como cuerpo consultivo, así como considerar las
iniciativas en materia legislativa, y
2. disponer la publicación periódica de sus resoluciones.
SECCIÓN III
DE LA PROCURADURIA DE GENERAL DE LA REPUBLICA
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La Procuraduría General de la República está a cargo de un procurador General y de los
demás funcionarios que determine la ley.
El procurador General de la República debe reunir los mismos requisitos exigidos para ser
Fiscal General del Estado. Es nombrado y removido por el Presidente de la República. Las
incompatibilidades serán establecidas en la ley.
CAPÍTULO III
DEL PODER JUDICIAL
SECCIÓN I
DE LAS DISPOSICIONES GENERALES
La administración de justicia está a cargo del Poder Judicial, ejercido por la Corte Suprema de
Justicia, por los tribunales y por los juzgados, en la forma que establezcan esta Constitución y
la ley.
Queda garantizada la independencia del Poder Judicial. Sólo éste puede conocer y decidir en
actos de carácter contencioso.
En ningún caso los miembros de los otros poderes, ni otros funcionarios, podrán arrogarse
atribuciones judiciales que no estén expresamente establecidas en esta Constitución, ni revivir
procesos fenecidos, ni paralizar los existentes, ni intervenir de cualquier modo n los juicios.
Actos de esta naturaleza conllevan nulidad insanable. Todo ello sin perjuicio de las decisiones
arbitrales en el ámbito del derecho privado, con las modalidades que la ley determine para
asegurar el derecho de defensa y las soluciones equitativas.
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Los que atentasen contra la independencia del Poder Judicial y la de sus magistrados,
quedarán inhabilitados para ejercer toda función pública por cinco años consecutivos, además
de las penas que fije la ley.
El presupuesto del Poder Judicial será aprobado por el congreso, y la Contraloría General de
la República verificará todos sus gastos e inversiones.
Los miembros de los tribunales y juzgados de toda la República serán designados por la Corte
Suprema de Justicia, a propuesta en terna del Consejo de la Magistratura.
Los magistrados son inamovibles en cuanto al cargo, a la sede o al grado, durante el término
para el cual fueron nombrados. No pueden ser trasladados ni ascendidos sin su consentimiento
previo y expreso. Son designados por períodos de cinco años, a contar de su nombramiento.
Los magistrados que hubiesen sido confirmados por dos períodos siguientes al de su elección,
adquieren la inamovilidad en el cargo hasta el límite de edad establecido para los miembros
de la Corte Suprema de Justicia.
Los magistrados judiciales sólo podrán ser enjuiciados y removidos por la comisión de
delitos, o mal desempeño de sus funciones definido en la ley, por decisión de un Jurado de
enjuiciamiento de magistrados. Este estará integrado por dos ministros de la Corte Suprema
de Justicia, dos miembros del Consejo de la Magistratura, dos senadores y dos diputados;
éstos cuatro últimos deberán ser abogados. La ley regulará el funcionamiento del Jurado de
enjuiciamiento de magistrados.
Los magistrados no pueden ejercer, mientras duren en sus funciones, otro cargo público o
privado, remunerado o no, salvo la docencia o la investigación científica, a tiempo parcial.
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Tampoco pueden ejercer el comercio, la industria o actividad profesional o política alguna, no
desempeñar cargos en organismos oficiales o privados, partidos, asociaciones o movimientos
políticos.
Ningún magistrado judicial podrá ser acusado o interrogado judicialmente por las opiniones
emitidas en el ejercicio de sus funciones. No podrá ser detenido o arrestado sino en caso de
flagrante delito que merezca pena corporal. Si así ocurriese la autoridad interviniente debe
ponerlo bajo custodia en su residencia, comunicar de inmediato el hecho a la Corte Suprema
de Justicia, y remitir los antecedentes al juez competente.
Los juicios podrán ser orales y públicos, en la forma y en la medida que la ley determine.
Toda sentencia judicial debe estar fundada en esta Constitución y en la ley. La crítica a los
fallos es libre.
El proceso laboral será total y estará basado en los principios de inmediatez, economía y
concentración.
Los órganos del Estado se subordinan a los dictados de la ley, y las personas que ejercen
funciones al servicios del mismo están obligadas a prestar a la administración de justicia toda
la cooperación que ella requiera para el cumplimiento de sus mandatos.
SECCIÓN II
DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
La Corte Suprema de Justicia estará integrada por nueve miembros. Se organizarán en salas,
uno de las cuales será constitucional, elegirá de su seno, cada año, a su Presidente. Sus
miembros llevarán el título de Ministro.
Sus requisitos para integrar la Corte Suprema de Justicia, tener nacionalidad paraguaya
natural, haber cumplido treinta y cinco años, poseer título universitario de Doctor en Derecho
y gozar de notoria honorabilidad. Además, haber ejercido efectivamente durante el término de
diez años, cuanto menos, la profesión, la magistratura judicial o la cátedra universitaria en
materia jurídica, conjunta, separada o sucesivamente.
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1. ejercer la superintendencia de todos los organismos del Poder Judicial y decidir, en
instancia única, los conflictos de jurisdicción y de competencia, conforme con la ley;
2. dictar su propio reglamento interno. Presentar anualmente, una memoria sobre las
gestiones realizadas, el Estado, y las necesidades de la justicia nacional a los Poderes
Ejecutivo y Legislativo;
3. conocer y resolver en los recursos ordinarios que la ley determine;
4. conocer y resolver, en instancia original, los hábeas corpus, sin perjuicio de la
competencia de otros jueces o tribunales;
5. conocer y resolver sobre inconstitucionalidad;
6. conocer y resolver en el recurso de casación, en la forma y medida que establezca la
ley;
7. suspender preventivamente por sí o a pedido del Jurado de Enjuiciamiento de
Magistrados por mayoría absoluta de votos de sus miembros, en el ejercicio de sus
funciones, a magistrados judiciales enjuiciados, hasta tanto se dicte resolución
definitiva en el caso;
8. supervisar los institutos de detención y reclusión;
9. entender en las contiendas de competencias entre el Poder Ejecutivo y los gobiernos
departamentales y entre éstos y los municipios, y
10. los demás deberes y atribuciones que fije esta Constitución y las leyes.
El procedimiento podrá iniciarse por acción ante la Sala Constitucional de la Corte Suprema
de Justicia, y por vía de la excepción en cualquier instancia, en cuyo caso se elevarán los
antecedentes a la Corte.
Los ministros de la Corte Suprema de Justicia sólo podrán ser removidos por juicio político.
Cesarán en el cargo cumplida la edad de setenta y cinco años.
SECCIÓN III
DEL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA
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1. un miembro de la Corte Suprema de Justicia, designado por ésta;
2. un representante del Poder Ejecutivo;
3. un Senador y un Diputado, ambos nominados por su Cámara respectiva;
4. dos abogados de la matrícula, nombrados por sus pares en elección directa;
5. un profesor de las facultades de Derecho de la Universidad Nacional, elegido por sus
pares, y
6. un profesor de las facultades de Derecho con no menos de veinte años de
funcionamiento, de las Universidades privadas, elegido por sus pares.
Los miembros del Consejo de la magistratura deben reunir los siguientes requisitos:
Ser de nacionalidad paraguaya, haber cumplido treinta y cinco años, poseer título
universitario de abogado, y, durante el término de diez años cuanto menos, haber ejercido
efectivamente la profesión, o desempeñado funciones en la magistratura judicial, o ejercido la
cátedra universitaria en materia jurídica, conjunta, separado o alternativamente.
Durará años en sus funciones y gozarán de iguales inmunidades que los Ministros de la Corte
Suprema de Justicia. Tendrán las incompatibilidades que establezca la ley.
1. proponer las ternas de candidatos para integrar la Corte Suprema de Justicia, previa
selección basada en la idoneidad, con consideración de méritos y aptitudes, y elevarlas
a la Cámara de Senadores para que los designe, con acuerdo del Poder ejecutivo;
2. proponer en ternas a la Corte Suprema de Justicia, con igual criterio de selección y
examen, los nombres de candidatos para los cargos de miembros de los tribunales
inferiores, los de los jueces y los de los agentes fiscales;
3. elaborar su propio reglamente, y
4. los demás deberes y atribuciones que fijen esta Constitución y las leyes.
SECCIÓN IV
DEL MINISTERIO PUBLICO
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El Ministerio Público representa a la sociedad ante los órganos jurisdiccionales del Estado,
gozando de autonomía funcional y administrativa en el cumplimiento de sus deberes y
atribuciones. Lo ejercen el Fiscal General del Estado y los agentes fiscales, en la forma
determinada por la ley.
Para ser Fiscal General del Estado se requiere tener nacionalidad paraguaya; haber cumplido
treinta y cinco años, poseer título universitario de abogado, haber ejercido efectivamente la
profesión o funciones o la magistratura judicial o la cátedra universitaria en materia jurídica
durante cinco años cuanto menos, conjunta, separada o sucesivamente. Tiene las mismas
incompatibilidades e inmunidades que las establecidas para los magistrados del Poder
Judicial.
El Fiscal General del Estado tiene inamovilidad. Dura cinco años en sus funciones y puede ser
reelecto. Es nombrado por el Poder Ejecutivo, con acuerdo del Senado, a propuesta en terna
del Consejo de la Magistratura.
Los agentes fiscales son designados, en la misma forma que establece esta Constitución para
los jueces. Duran en sus funciones y son removidos con iguales procedimientos. Además,
tienen las mismas incompatibilidades e inmunidades que las determinadas para los integrantes
del Poder Judicial.
El Fiscal General del Estado presta juramento o promesa ante el Senado, mientras los agentes
fiscales lo efectúan ante la Corte Suprema de Justicia.
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La ley podrá crear una Policía Judicial, dependiente del Poder Judicial, a fin de colaborar
directamente con el Ministerio Público.
SECCIÓN V
DE LA JUSTICIA ELECTORAL
La Justicia Electoral está integrada por un Tribunal Superior de Justicia Electoral, por los
tribunales, por los juzgados, por las fiscalías y por los demás organismos a definirse en la ley,
la cual determinará su organización y sus funciones.
El Tribunal Superior de Justicia Electoral estará compuesto de tres miembros, quienes serán
elegidos y removidos en la forma establecida para los ministros de la Corte Suprema de
Justicia.
Los miembros del Tribunal Superior de Justicia Electoral deberán reunir los siguientes
requisitos: ser de nacionalidad paraguaya, haber cumplido treinta y cinco años, poseer título
universitario de abogado, y, durante el término de diez años, cuanto menos, haber ejercido
efectivamente la profesión, o desempeñado funciones en la magistratura judicial, o ejercido la
cátedra universitaria en materia jurídica, conjunta, separada o alternativamente.
La ley fijará en qué casos sus resoluciones serán recurribles ante la Corte Suprema de Justicia,
la cual lo resolverá en procedimiento sumarísimo.
CAPÍTULO IV
DE OTROS ORGANISMOS DEL ESTADO
SECCIÓN I
DE LA DEFENSORIA DEL PUEBLO
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El Defensor del Pueblo es un comisionado parlamentario cuyas funciones son la defensa de
los derechos humanos, la canalización de reclamos populares y la profesión de los intereses
comunitarios. En ningún caso tendrá función judicial ni competencia ejecutiva.
El Defensor del Pueblo deberá reunir los mismos requisitos exigidos para los Diputados, y
tiene las mismas incompatibilidades e inmunidades que las de los magistrados judiciales.
Durante su mandato no podrá formar parte de ningún poder del Estado ni ejercer actividad
político partidaria alguna.
Las funciones del Defensor del Pueblo serán reguladas por la ley a fin de asegurar su eficacia,
pudiendo nombrarse defensores departamentales o municipales.
SECCIÓN II
DE LA CONTRALORIA GENERAL DE LA REPUBLICA
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La Contraloría General de la República es el órgano de control de las actividades económicas
y financieras del Estado, de los departamentos y de las municipalidades, en la forma
determinada por esta Constitución y por la ley. Gozará de autonomía funcional y
administrativa.
Durarán cinco años en sus funciones, los cuales no serán coincidentes con los del mandato
presidencial. Podrán ser confirmados en el cargo sólo por un período más, con sujeción a los
mismos trámites. Durante tal lapso gozarán de inamovilidad, no pudiendo ser removidos sino
por la comisión de delitos o por mal desempeño de sus funciones.
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7. la denuncia a la justicia ordinaria y al Poder Ejecutivo de todo delito siendo
solidariamente responsable, por omisión o desviación, con los órganos sometidos a su
control, cuando éstos actuasen con deficiencia o negligencia, y
8. los demás deberes y atribuciones que fije esta Constitución y las leyes.
SECCIÓN III
DE LA BANCA CENTRAL DEL ESTADO
Se establece una Banca Central del Estado, en carácter de organismos técnico. Ella tiene la
exclusividad de la emisión monetaria, y conforme con los objetivos de la política económica
del Gobierno Nacional, participa con los demás organismos técnicos del Estado, en la
formulación de las políticas monetaria, crediticia y cambiaria, siendo responsable de su
ejecución y desarrollo, y preservando la estabilidad monetaria.
La Banca Central del Estado rendirá cuentas al Poder Ejecutivo y al Congreso Nacional sobre
la ejecución de las políticas a su cargo.
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TÍTULO III
DEL ESTADO DE EXCEPCIÓN
Dicho término de sesenta días podrá prorrogarse por períodos de hasta treinta días sucesivos,
para lo cual se requerirá mayoría absoluta de ambas Cámaras.
Durante el receso parlamentario, el Poder Ejecutivo podrá decretar, por única vez, el Estado
de Excepción por un plazo no mayor de treinta días, pero deberá someterlo dentro de los ocho
días a la aprobación o rechazo del Congreso, el cual quedará convocado de pleno derecho a
sesión extraordinaria, únicamente para tal efecto.
El decreto o la ley que declare el Estado de Excepción contendrá las razones y los hechos que
se invoquen para su adopción, el tiempo de su vigencia y el territorio afectado, así como los
derechos que restrinja.
Durante la vigencia del Estado de Excepción, el Poder ejecutivo sólo podrá ordenar, por
decreto y en cada caso, las siguientes medidas: la detención de las personas indiciadas de
participar en algunos de esos hechos, su traslado de un punto a otro de la República, así como
la prohibición o la restricción de reuniones públicas y de manifestaciones.
En todos los casos, las personas indiciadas tendrán la opción de salir del país.
El Poder Ejecutivo informará de inmediato a la Corte suprema de Justicia sobre los detenidos
en virtud del Estado de Excepción y sobre el lugar de su detención o traslado, a fin de hacer
posible una inspección judicial.
Los detenidos en razón del Estado de Excepción permanecerán en locales sanos y limpios, no
destinados a reos comunes, o guardarán reclusión en su propia residencia. Los traslados se
harán siempre a sitios poblados y salubres.
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Una vez que finalice el Estado de Excepción, el Poder Ejecutivo informará al Congreso, en un
plazo no mayor de cinco días, sobre lo actuado durante la vigencia de aquél.
TÍTULO IV
DE LA REFORMA Y DE LA ENMIENDA DE LA CONSTITUCION
Podrán solicitar la reforma el veinticinco por ciento de los legisladores de cualquiera de las
Cámaras del Congreso, el Presidente de la República o treinta mil electores, en petición
firmada.
La declaración de la necesidad de la reforma sólo será aprobada por mayoría absoluta de dos
tercios de los miembros de cada Cámara del Congreso.
Los convencionales tendrán las mismas inmunidades establecidas para los miembros del
Congreso.
El texto íntegro de la enmienda deberá ser aprobado por mayoría absoluta en la Cámara de
origen. Aprobado el mismo, se requerirá igual tratamiento en la Cámara revisora. Si en
cualquiera de las Cámaras no se reuniese la mayoría requerida para su aprobación, se tendrá
por rechazada la enmienda, no pudiendo volver a presentarla dentro del término de un año.
Aprobada la enmienda por ambas Cámaras del Congreso, se remitirá el texto al Tribunal
Superior de Justicia Electoral para que, dentro del plazo de ciento ochenta días, se convoque a
un referéndum. Si el resultado de este es afirmativo, la enmienda quedará sancionada y
promulgada, incorporándose al texto institucional.
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Si la enmienda es derogatoria, no podrá promoverse otra sobre el mismo tema antes de tres
años.
TÍTULO V
DE LAS DISPOSICIONES FINALES Y TRANSITORIAS
Artículo 1.- Esta Constitución entra en vigencia desde la fecha. Su promulgación se opera de
pleno derecho a la hora veinticuatro de la misma.
Queda derogada la Constitución del 25 de agosto de 1967 y su enmienda del año 1977; sin
perjuicio de lo que se dispone en el presente título.
Artículo 3.- El Presidente de la República, los Senadores y los Diputados continuarán en sus
funciones respectivas hasta que asuman las nuevas autoridades nacionales que serán elegidas
en las elecciones generales a realizarse en 1993. Sus deberes y atribuciones serán los
establecidos por esta Constitución, tanto para el Presidente de la República como para el
Congreso, el cual no podrá ser disuelto. Hasta tanto asuman los senadores y diputados que
sean electos en las elecciones generales de 1993, el proceso de formación y sanción de las
leyes se regira por lo que disponen los artículos 154/167 de la Constitución de 1967.
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Artículo 5.- Los demás magistrados y funciónarios seguirán en sus cargos hasta completar el
periodo que hubiese determinado para cada uno de ellos la Constitución de 1967 y si, llegado
ese momento, todavía no fueran nombrados sus sucesores, continuará en funciones
interinamente hasta que se produzca su sustitución.
Ellos podrán ser reemplazados por otros funcionarios y magistrados que serán designados
interinamente y de acuerdo con los mecanismos establecidos por la Constitución de 1967. Los
funcionarios y magistrados así designados durarán en sus cargos hasta el momento en que
sean designados sus sustitutos de acuerdo con los mecanismos que determina esta
Constitución.
Artículo 6.- Hasta tanto se realicen los comicios generales, en 1993, para elegir Presidente de
la República, Vicepresidente, Senadores, Diputados, Gobernadores y miembros de las Juntas
Departamentales, seguirá, en función los mismos organismos electorales; Junta Electoral
Central, Junta Electoral Seccional y Tribunales Electorales, los que se regirán por el código
electoral en todo aquello que no contradiga a esta Constitución.
Artículo 8.- Los Magistrados Judiciales que sean confirmados a partir de los mecanismos
ordinarios establecidos en esta Constitución adquieren la inmovilidad permanente a que se
refiere el 2o. párrafo del Art. 252. "De la inmovilidad de los magistrados", a partir de la
segunda confirmación.
Artículo 9.- Los miembros del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados serán designados a
propuesta de los respectivos poderes dentro de los sesenta dias de promulgada esta
Constitución. Hasta tanto se integre el Consejo de la Magistratura, los representantes que
responden a ese cuerpo será cubiertos por un profesor de cada facultad de Derecho, a
propuesta de sus respectivos Consejos Directivos. A este jurado se le deferirá el conocimiento
y el juzgamiento de todas las denuncias actualmente existentes ante la Corte Suprema de
Justicia. Hasta que se dicte la Ley respectiva, regirá en lo pertinente la Ley 879/81, Código de
Organización Judicial.
Artículo 10.- Hasta tanto se designe Procurador General, los funcionarios actuales que se
desempeñan en el área respectiva quedan investidos de las atribuciones que determina el
Artículo 246.
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Artículo 11.- Hasta tanto se dicte una Ley Orgánica Departamental, los Gobernadores y las
Juntas Departamentales estarán integradas por un mínimo de siete miembros y un máximo de
veintiun miembros. El Tribunal Electoral de Asunción establecerá el número de miembros de
las Juntas Departamentales, atendiendo a la densidad electoral de los departamentos.
Artículo 12.- Las Sedes actuales de las Delegaciones de Gobierno, pasarán de pleno derecho
y a título gratuito a ser propiedad de los gobiernos departamentales.
Artículo 13.- Si al 1 de octubre de 1992 siguen sin estar organizados electoralmente los
Departamentos de Chaco y Nueva Asunción los dos Diputados que corresponden a estos
Departamentos, serán elegidos en los colegios electorales de los Departamentos de Presidente
Hayes, Boquero y Alto Paraguay, de acuerdo con el caudal electoral de estos.
Artículo 15.- Hasta tanto se reuna una nueva Convención Nacional Constituyente, los que
participaron en esta gozarán del trato de "Ciudadano Convenciónal".
Artículo 16.- Los bienes adquiridos por la Convención o donados a ella que forman parte de
su patrimonio serán transferidos a título gratuito al Poder Legislativo.
Artículo 16.- Los bienes adquiridos por la Convención o donados a ella que forman parte de
su patrimonio serán transferidos a título gratuito al Poder Legislativo.
Artículo 19.- A los efectos de las limitaciones que establece esta Constitución para la
reelección de los cargos electivos de los diversos poderes del Estado, se computara el actual
periodo inclusive.
Artículo 20.- El texto original de la Constitución Nacional será firmado, en todas sus hojas
por el Presidente y los Secretarios de la Convención Nacional Constituyente.
El Acta final de la Convención, por la cual se aprueba y asienta el texto completo de esta
Constitución, será firmada por el Presidente y los Secretarios de la Convención Nacional
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Constituyente. La firmarán también los Convenciónales que deseen hacerlo de modo que se
forme un solo documento cuya custodia será confiada al Poder Legislativo.
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