La Prueba Pericial
La Prueba Pericial
La Prueba Pericial
ISSN 1695-0194
ARTCULOS
RECPC 15-19 (2013)
Fernando Navarro
Investigador Doctor en Medicina Legal. Universidad de Granada
Roberto Cameriere
Profesor Titular de Medicina Legal. Universidad de Macerata (Italia)
_______________________________________________________________________________________
DE LUCA, Stefano, NAVARRO, Fernando y
CAMERIERE, Roberto. La prueba pericial y su
valoracin en el mbito judicial espaol. Revista
Electrnica de Ciencia Penal y Criminologa (en
lnea). 2013, nm. 15-19, p. 19:1-19:14. Disponible
en internet:
http://criminet.ugr.es/recpc/15/recpc15-19.pdf
ISSN 1695-0194 [RECPC 15-19 (2013), 26 dic]
RESUMEN: En los ltimos meses ha sido noticia en
Espaa el llamado Caso Bretn. La peculiaridad e
inters por el asunto estriban en la contradiccin
entre los distintos informes periciales, realizados
sobre unos restos seos quemados, hallados en la
finca de la familia Bretn. Este hecho ha motivado
un gran inters y preocupacin sobre las normas de
investigacin y prueba aplicables en el sistema
judicial espaol. El debate que se est produciendo a
nivel internacional y la falta de consenso sobre las
garantas y el valor probatorio de la prueba pericial
ha llevado a los autores de este trabajo a comentar la
definicin de informe pericial y su valoracin en el
procedimiento judicial espaol.
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Introduccin
Hoy en da, la gran atencin al problema de las relaciones entre Ciencia y Derecho se ha convertido en preocupacin por el uso que de la Ciencia se puede hacer
en un proceso (Santosuosso y Redi, 2004a; Santosuosso y Redi, 2004b).
Desde siempre los jueces han utilizado nociones cientficas para interpretar y reconstruir los acontecimientos (Santosuosso y Redi, 2004a). Sin embargo, el progreso cientfico-tecnolgico de las ltimas dcadas ha hecho que los tribunales intervengan ms a menudo en disputas relacionadas con la aplicacin de procedimientos
cientficos en mbito legal (Santosuosso y Redi, 2004a; Santosuosso y Redi, 2004b;
Dixon y Gill, 2002; Beecher-Monas, 1998; Grove y Barden, 1999).
Como casi siempre ocurre, la realidad est bastante lejos del mito y surgen muchas dudas sobre las modalidades de adquisicin de los conocimientos cientficos
en el desarrollo del proceso.
Delante de esta complejidad de relaciones, dos preguntas se imponen de forma
contundente: Saben los jueces cmo trabajan los cientficos en sus laboratorios?
Y los cientficos tienen alguna idea de cmo los tribunales opinan sobre casos
relacionados con las Ciencia Forenses?
En Europa, cada pas funciona todava de forma autnoma y slo unos pocos
grupos de trabajo han alcanzado el consenso sobre la mejor forma de interpretar la
evidencia cientfica ante los tribunales (Santosuosso y Redi, 2004a; Santosuosso y
Redi, 2004b; Gatowski et al., 2001; Champod y Vuille , 2011).
En Espaa, son temas muy actuales los errores cometidos en casos reales, la ausencia de un marco cientfico slido y la incoherencia en la comunicacin de los
resultados. Y mientras que algunas tcnicas, como el ADN, han sido cientficamente verificadas desde el principio, muchos otros mtodos se encuentran todava en
fase de estandarizacin (Santosuosso y Redi, 2004a).
Donde ms incertidumbre se genera, es con respecto al uso del informe pericial
en el procedimiento judicial: el experto es llamado a declarar para explicar cuidadosamente las metodologas relacionadas con su examen pericial y para que el juez,
a la luz de las pruebas e informaciones disponibles, pueda admitir o no los hechos
alegados por los peritos. Es principalmente en este momento cuando los anlisis
cientficos adquieren una importancia real de cara a la justicia.
El ordenamiento jurdico Espaol establece y regula la definicin y valoracin
del informe pericial en el mbito policial y judicial.
Definicin jurdica de informe pericial
El informe pericial est previsto y regulado en la jurisdiccin ordinaria Espaola
por los siguientes preceptos:
1) Procedimientos Civiles: Ley 1/2000, de 7 de Enero, de Enjuiciamiento Civil
(LEC), artculos 124 a 128 y 335 a 352;
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Slo cuando la pericia se refiera a materias no comprendidas en ttulos profesionales oficiales se admite el informe de peritos no titulados, que habrn de ser
nombrados entre personas entendidas en la materia de que se trate (art. 340.1
LEC). De esta forma el recurso a titulados no oficiales toma un carcter excepcional, esto es, "si se trata de materias que no estn comprendidas en ttulos profesionales oficiales".
En el proceso penal, pueden ser necesarios informes periciales en diversos
momentos, y a distintos efectos, tanto en la fase de instruccin como de plenario o
juicio oral. Con carcter general, la ley dispone que todo reconocimiento pericial
se har por dos peritos (art. 459 LECrim). Para el procedimiento abreviado, que es
el ms frecuente en la prctica, se establece, sin embargo, que el informe pericial
podr ser prestado slo por un perito cuando el juez lo considere suficiente (art.
778.1 LECrim).
La designacin debe recaer, en principio, en el personal tcnico adscrito a los
rganos jurisdiccionales. Es el caso de los informes que realizan los mdicos forenses o aquellos que se reclaman del Instituto Nacional de Toxicologa y Ciencias
Forenses, as como el de los que se encargan a los peritos vinculados a la administracin de justicia por contrato laboral. En algunas Comunidades Autnomas se
adjudica mediante concurso pblico la realizacin de peritaciones para los rganos
jurisdiccionales de su mbito territorial, encargndose los informes a la empresa
adjudicataria.
Cuando por razn de la materia a que se refiera el informe no existan tcnicos u
organismos dependientes de la administracin de justicia, se recurre a funcionarios,
organismos o servicios tcnicos dependientes de otras administraciones pblicas.
En este caso se encuentran las unidades de Polica Cientfica y el servicio de criminalstica de la Guardia Civil.
Valoracin del informe pericial
El art. 348 LEC (1/2000) establece que el tribunal valorar los dictmenes periciales segn las reglas de la sana crtica, siguiendo el mismo criterio que el art.
632 de la LEC de 1881. El tribunal, a la hora de dictar sentencia, no est vinculado
por el dictamen pericial, sino que deber valorarlo de acuerdo con las reglas de la
sana crtica, es decir, el juez gozar de libertad de valoracin pero teniendo en
cuenta el resto de las pruebas practicadas en el procedimiento y haciendo una
valoracin conjunta de todas ellas. Adems de estas normas generales, algunos
principios particulares determinan la importancia y el valor de la prueba cientfica:
la cualificacin profesional del perito, el mtodo observado, la claridad expositiva,
la ausencia de contradicciones internas y externas y la racionalidad conclusiva
(Cortes Domnguez y Moreno Catena, 2008).
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Discusin
El informe pericial se configura as como un medio de carcter cientfico mediante el cual se pretende lograr que el juez pueda apreciar y valorar unos hechos
que ya han sido aportados al proceso por otros medios probatorios. El juez, de esa
forma, tendr conocimiento de su significacin, siempre y cuando tales conocimientos sean tiles, provechosos u oportunos para comprobar algn hecho controvertido (Pardo-Iranzo, 2008).
En definitiva, mediante la pericia, se trata de explicar una realidad que, por no
ser obvia, necesita la interpretacin del perito, la contradiccin de las partes y
finalmente la valoracin del juez.
La Ciencia sube a los estrados
En las ltimas dcadas, los avances tcnicos y cientficos han tenido un profundo
impacto en el mbito de la prueba pericial, especialmente en el campo de la Gentica Forense (Stalteri, 1993; Martnez Jarreta, 1999; Nez Domingo et al, 2007). El
desarrollo tcnico de disciplinas como la Dactiloscopia, la Lofoscopia o la Antropologa Forense es otro ejemplo de esta proyeccin de los conocimientos cientficos en el campo policial y judicial.
Sin embargo, la incursin de las Ciencias ha propiciado tambin el surgimiento
de problemas directamente relacionados con el uso de la prueba cientfica en los
tribunales (Centonze, 2001; Prez Gil, 2010).
Estos problemas, que el Derecho Norteamericano expresa grficamente con frases tales como la Ciencia sube a los estrados o la Ciencia como perito judicial,
han tomado gran relevancia, tal y como lo demuestra no slo la rica y amplia literatura sobre el tema (Moriarty y Saks, 2006; Gianelli, 2008; Moenssens et al., 2007),
sino tambin el hecho que los tribunales se ocupen cada vez ms de la cientificidad
de las nociones que en el proceso se utilizan como prueba pericial (Azagra Malo,
2007; Parra Lucn, 2006; Ramos Gonzlez, 2004).
En Espaa, la actualidad social y jurdica se ha visto recientemente sacudida por
los efectos del caso Bretn. Una de las mayores repercusiones ha sido el debate
acerca del valor de la prueba pericial, la designacin de los expertos llamados a
elaborar un informe pericial, y la capacidad de los jueces de interpretar y valorar
los datos que se les proporciona.
Sin embargo, el caso Bretn no debe causar el efecto de un fracaso total. A pesar de la conviccin, por partes de muchos, de que la pericia cientfica iba a proporcionar justicia casi-segura, lo que sucedi ha demostrado bsicamente que el elemento comn a toda prueba es el factor humano y que ste es, por antonomasia,
engaoso.
Pese a la fiabilidad y reproducibilidad del mtodo empleado, cualquier informe
pericial puede ser errneo. La Ciencia es un producto de la actividad humana y
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falseabilidad de la teora cientfica sobre la que se basa la prueba; b) la determinacin del porcentaje de error, as como el cumplimiento de los estndares correspondientes a la tcnica empleada; c) la existencia de un control ejercido por expertos a
travs de la peer review o revisin por pares en las revistas cientficas con impacto;
d) la existencia de un consenso general en la comunidad cientfica de referencia
(Eckert y Wright, 1997; Daubert v. Merrell Dow Pharmaceuticals, 1993).
Pese a que los estndares definidos a partir de esa fecha puedan ser vistos por
algunos como muy restrictivos y por otros como muy genricos, qued evidente
desde entonces la necesidad de cuestionarse ciertas actitudes y de verificar detenidamente la calidad de la ciencia que se adoptara en el mbito judicial.
Aunque normalmente no se haga referencia a l por parte de la doctrina Espaola, el caso Daubert es un punto de partida ineludible para el estudio de aquellos
problemas que podra enfrentar la regulacin actual de la prueba pericial. Y uno de
ellos es la valoracin que el juez debe hacer de los resultados del trabajo del perito
(Jonakait, 1993; Fradella et al., 2003; Taruffo, 2005).
Valoracin de la prueba pericial
La adjetivacin como cientfica de una clase de prueba no le proporciona ni le
quita ningn valor probatorio especial. La prueba cientfica no es ms que otra
prueba cuya principal virtud es la de ofrecer, en casos muy escasos, conclusiones
con un grado de probabilidad suficientemente alto como para lograr la certeza o
casi-certeza del hecho.
Lo que hay que evitar en absoluto es la sobrevaloracin de esta prueba.
A finales de 1980, la aparicin oficial en los EEUU de la prueba del ADN, acarre dos revolucionarias consecuencias: primero, evidenci la falta de normas y
estndares de actuacin en los laboratorios de criminalstica, y segundo, su uso para
comprobar la inocencia de algunos convictos supuso una revaluacin de aquellas
evidencias aceptadas hasta entonces para condenar a los autores de delitos, como la
huellas dactilares o de mordeduras.
El potencial de esta prueba fue adquiriendo tal magnitud que su aplicacin en los
tribunales se ha convertido en moneda corriente. Hoy en da, incluso el anlisis del
ADN (the gold standard), y su elevadsima fiabilidad, estn bajo escrutinio. Se
cuestionan especialmente los resultados obtenidos con muestras muy reducidas,
debido a la contaminacin (Gilbert, 2010).
Esto demuestra que la prueba pericial cientfica puede ser til pero no constituye
en absoluto el remedio de todos los males.
Valorar una prueba significa otorgarle la credibilidad que se merece, atendiendo al sistema de valoracin establecido por el legislador. Mediante el medio de
prueba el juez adquiere una serie de conocimientos sobre los hechos objeto de
debate. Estos conocimientos permiten, correctamente interpretados y valorados,
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llegar a una conclusin acerca de la existencia de los hechos alegados por las partes
(Seoane Spielgeberg, 2007). Sin embargo, en Espaa no existen reglas legales de
valoracin y los jueces interpretan y valoran todava la prueba segn los principios
de la sana crtica, establecidos por el art. 348 de la Ley de Enjuiciamiento Civil
(LEC) (Montero Aroca, 2006).
La expresin los principios de la sana crtica fue introducida por primera vez
en la LEC de 1885 (art. 317) y ha sido exportada a otros Cdigos Procesales Civiles. Con antecedentes en el Reglamento del Consejo Real (arts. 147 y 148), ha sido
recogida tanto en la LEC de 1881 (arts. 632 y 659) como en la vigente LEC. En
acuerdo a esta reiterada jurisprudencia, no representan normas legales ni aparecen
definidas en texto normativo alguno (Montero Aroca et al., 2000).
Ante un concepto jurdico tan indeterminado, como el de la sana crtica, que
nunca ha sido realmente fijado ni por el legislador ni por el Tribunal Supremo, los
jueces han quedado sin conocimientos para valorar adecuadamente cuestiones
cientficas o tcnicas (Hernndez Garca, 2004).
Sin embargo, aunque la valoracin de la prueba de tipo cientfico pueda considerarse limitada, ya que los jueces y tambin, normalmente, las partes no cuentan con
elementos para apreciar la correccin de los mtodos empleados o de los resultados
obtenidos, la ley actual permite en cierto sentido controlar algunos parmetros
relacionados con la forma de produccin de la prueba.
Por ejemplo, el precepto contenido en el art. 478 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal (LECrim) puede representar un primer auxilio para una correcta valoracin de la prueba pericial. Este precepto establece que el informe pericial comprender en su cuatro apartados: 1) la descripcin de la persona o cosa que sea objeto
del mismo, en el estado o modo en que se halle; 2) una relacin detallada de todas
las operaciones practicadas por los peritos y de sus resultados, extendida y autorizada en la misma forma que la anterior; 3) las conclusiones que en vista de tales
datos formulen los peritos, conforme a los principios y reglas de su ciencia o arte.
En estos supuestos, el perito debe presentar el resultado de forma que pueda ser
correctamente interpretado por la autoridad judicial peticionaria del informe. Segn
el artculo 478, apartado 2, por tanto, el resultado de los anlisis no puede ser,
salvo razones que lo justifiquen, omitido o sobreentendido. No es banal este comentario porque en dactiloscopia, por ejemplo, suele ser frecuente que los peritos
informen al juez que el cotejo ha sido positivo, negativo o inconcluso sin que en el
informe pericial se aporten los datos que avalen las conclusiones del cotejo. El
apartado 3 del artculo mencionado de la Ley de Enjuiciamiento Criminal dice que
el informe pericial comprender, si fuera posible, las conclusiones que en vista de
tales datos formulen los peritos. Las conclusiones pueden recoger resultados, interpretaciones de esos resultados, explicaciones e incluso comentarios que los peritos
necesiten realizar.
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Conforme a estos criterios, la autoridad judicial tiene as la posibilidad y la responsabilidad de otorgar un mayor o menor valor a la prueba dependiendo de su
calidad.
En Espaa, la prueba pericial forense goza todava de una extraa credibilidad
por parte de ciertos jueces que parecen sentir ms atencin por quin dice, que
por el qu se dice. En lugar de atender a la calidad de la pericia, libre de prejuicios, muy a menudo se antepone el prestigio del funcionario, como si esto fuese el
nico aval para emitir un juicio cientfico adecuado, mientras que la pericia privada
se coloca, con mucha frecuencia, bajo sospecha. Adems, muchos juristas ponen el
dedo en la llaga y afirman que no existe, por lo general, un dilogo interdisciplinar
que permita a los jueces desarrollar una solucin adecuada a los problemas destacados (Taruffo, 2002; Gonzlez Lagier. 2003).
Para evitar as falacias y desacertadas conclusiones, los juristas deben ser mucho
ms exigentes de lo que han sido hasta el momento y exigir a los peritos que traduzcan al lenguaje comn los mtodos y resultados de sus pericias, para poder
obtener una mejor valoracin de la prueba.
Asimismo, cada cual debe ser consciente del papel que desempea, ya se trate de
la recogida de la prueba o de su utilizacin y anlisis en el procedimiento. La finalidad ltima es conseguir un punto de equilibrio entre las funciones de los distintos
organismos (Taruffo, 2002; Ferrn Beltrn, 2003).
Exigencias de renovacin
En primer lugar, para desarrollar una buena hoja de ruta, es fundamental el asunto de la formacin y preparacin de los expertos involucrados.
Esto introduce la cuestin de la relevancia probatoria del conocimiento personal
que el juez pueda tener de una determinada materia. Si la prueba aportada se ha de
valorar, como se ha dicho anteriormente, segn los principios de la sana crtica,
desde luego que podr llevarse a cabo una mejor sana crtica desde el conocimiento
de la materia, el estudio y la cualificacin.
En segundo lugar, los responsables policiales deben seleccionar cuidadosamente
los perfiles acadmicos de sus expertos para que haya una continuidad de trabajo y
conocimiento. Para eso, los expertos deben ajustar su conocimiento y prctica
profesional a los nuevos avances cientficos. Adems, es necesario que los centros
e institutos universitarios colaboren con el sistema de administracin de justicia,
complementen su actividad con la de los institutos nacionales especializados, y se
encuentren a disposicin de las partes y de los jueces, proporcionando recursos
materiales y humanos que puedan servir a las causas penales (Royo-Villanova
Morales, 1996; Lucena Molina et al., 2012).
Todo esto en el marco de una renovacin y actualizacin de la normativa relacionada con la prueba pericial.
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rios oficiales de criminalstica cuentan con personal dedicado a tareas exclusivamente cientficas y en las plantillas de los laboratorios oficiales es difcil encontrar
investigadores. Adems, los congresos cientficos internacionales y las publicaciones ms relevantes estn liderados por investigadores y profesores universitarios,
entornos en los que slo incidentalmente concurren expertos en criminalstica
(Lucena Molina et al., 2012).
Existe un gran peligro representado por la probable prevalencia de criterios de
eficacia policial frente a criterios objetivos en los laboratorios policiales (Lucena
Molina et al., 2012). No sera de extraar ya que en Espaa los laboratorios pertenecientes a cuerpos policiales pueden estar a cargo de quienes carecen de formacin y experiencia cientficas (Pardo-Iranzo, 2008; Hernndez Garca, 2004; Lucena Molina et al., 2012).
Del mismo modo, algunos han defendido la persistencia de un sistema de prcticas cientficas rutinarias y obsoletas que, si no se acompaan de la dedicacin, el
estudio y la preparacin constantes (cosas distintas a la acumulacin de msteres y
doctorados, muchos de ellos de dudosa utilidad), pueden convertir a tan experimentados practicantes en especialistas en actuar de forma equivocada.
Conclusiones
El tema de la admisibilidad y valoracin de la prueba est recibiendo ltimamente una atencin especial por parte de juristas y cientficos. Se quiere fijar su relevancia en el proceso penal conforme a criterios explcitos que disipen cualquier
sombra de arbitrariedad.
La prueba pericial es una actividad compleja que, a menudo, por estar basada en
datos con un fuerte fundamento cientfico, aparece impregnada de infalibilidad. Sin
embargo, esta certeza entraa un peligro, ya que puede propiciar la conviccin de
que las decisiones probatorias apoyadas en pruebas cientficas se consideren irrefutables, impidiendo al juez hacer un especial esfuerzo por fundar racionalmente la
decisin.
Es cierto que las pruebas cientficas han incrementado las posibilidades de averiguar la verdad, pero su valor en el proceso depende de otras circunstancias. La
primera es que el perito comunique al juez, en los trminos ms rigurosos y claros
posibles, el margen de incertidumbre del informe que emite. No obstante, segunda
circunstancia, es al juez a quien corresponde verificar, sin influencia de criterio
extra-cientficos, la validez de las pruebas y atribuirles un valor en la decisin que
debe adoptar.
Para eso se considera obligatoria una cierta formacin y especializacin en la
materia tanto del experto como del juez, y la renovacin de un rgimen jurdico
como la Ley de Enjuiciamiento Criminal que, pese a algunas actualizaciones, sigue
todava anclado a los avances cientficos del siglo XIX. Segn el actual Presidente
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del Tribunal Supremo de Aragn: [] En Espaa, quedan por fijar los criterios de
lgica en la valoracin de la prueba y, especialmente, de otros conocimientos cientficos y tcnicos no jurdicos, terreno en el que los jueces estamos todava en
mantillas.
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AGRADECIMIENTOS
A la Doctora Marica De Luca por su apoyo documental.
Revista Electrnica de Ciencia Penal y Criminologa. 2013, nm. 15-19, p. 19:1-19:14 ISSN 1695-0194