Ray Bradbury - Monografia
Ray Bradbury - Monografia
Ray Bradbury - Monografia
Ubicacin histrica 2
Ubicacin cultural 10
Ubicacin literaria 13
Ubicacin del autor 19
Literatura del autor 63
Crnicas Marcianas 63
Bibliografa 92
Ubicacin histrica
El siglo XX se ha caracterizado por los avances de la tecnologa, medicina y
ciencia en general, pero tambin por atrocidades humanas tales como las guerras,
el genocidio y sin que se hayan resuelto las diferencias econmicas entre pases.
En los ltimos aos del siglo ha comenzado un fenmeno llamado globalizacin.
1900
El siglo se inicia en medio de grandes adelantos tecnolgicos, entre los cuales el
automvil ocupa un lugar destacado. En Amrica Henry Ford adelant una
verdadera revolucin en el sistema de produccin industria que puso a prueba con
la fabricacin de su Modelo T.
En 1905 la Guerra ruso-japonesa enfrent al imparable imperio del sol naciente
con el decadente imperio de los Zares de Rusia. El fin de la guerra dio como
vencedor a Japn para la sorpresa del mundo occidental. La nacin asitica de
convirti de facto en una nueva potencia de carcter mundial.
El imperio alemn o Segundo Reich, comenz a forjarse en torno a Prusia de una
manera clara desde el reinado de Federico II el Grande, consolidndose de manera
definitiva en las ltimas dcadas del siglo XIX gracias en especial al impulso dado
por Otto von Bismarck.
En los primeros aos del siglo XX la situacin de Alemania dentro de Europa haba
alcanzado una posicin demasiado crucial para los intereses de las dems
potencias. Especialmente Gran Bretaa y Francia vean amenazados muchos de sus
intereses, lo que las llev a suscribir la llamada Entente Cordiale, y es que el
desarrollo industrial y militar de Alemania se presentaba difcil de igualar por el
conjunto de las dems naciones de Europa. Adems este mpetu de Prusia fue lo
que llevo a la Casa de Austria a perder progresivamente su estatus de potencia
continental.
1910
En 1914 los intereses de las potencias mundiales, empujaron a la humanidad a una
nueva dimensin de conflicto, la Primera Guerra Mundial, que aunque se inici
como un conflicto europeo termin absorbiendo a las principales naciones del
mundo. La confrontacin se inici tras el asesinato del archiduque Francisco
Fernando en Sarajevo.
Los grandes perdedores al cabo de los cuatro aos en que se desarrollo la guerra,
2
fueron los imperios de Austria que perdi tal distincin para siempre y el imperio
Ruso, cuya monarqua fue exterminada (la familia real fue ejecutada) par dar paso
a un nuevo sistema de gobierno, el Bolchevique, liderado por Lenin.
EEUU se convirti en potencia mundial de primer orden al igual que Japn cuya
primaca en Asia ya nadie discuta. Alemania perdi su pequeo imperio colonial,
pero aun as logro mantener su infraestructura nacional, caso contrario al de
Francia, que se supona que haba resultado victoriosa en la guerra.
Gran Bretaa aunque menos afectada que Francia, tambin vio retroceder su
prestigio y de repente se encontr en condicin de igualdad con EEUU, pas sobre
el que hacia menos de un siglo aun tena la pretensin de volverlo a integrar
dentro de sus colonias.
Por su parte el piloto alemn Manfred von Richthofen, fue el icono de la guerra.
1920
Tras el final de la Primera Guerra Mundial, se instituy la Sociedad de Naciones,
que naci con el fin de evitar que un conflicto de esa magnitud volviese a repetirse.
El Imperio Ruso pasa a ser la URSS, que con la ideologa marxista de Lenin, se
convierte en la primera nacin del mundo gobernada por el "proletariado".
EEUU prosigui su rpido desarrollo econmico que se vio perturbado, sin
embargo, por la "gran depresin" de 1929. Argentina, que haba suministrado gran
cantidad de mercancas a Europa durante la guerra, se transformaba rpidamente
y haba alcanzado la distincin de ser uno de los pases ms ricos del mundo.
Alemania, asfixiada por las onerosas disposiciones del Tratado de Versalles, tena
su sistema financiero en la crisis ms grande que conoci ese siglo, mientras
trataba de lograr una estabilidad democrtica con la Repblica de Weimar de la
que Paul von Hindenburg era presidente. La situacin en Francia no era mucho
mejor, lo que propici el descontento social que se traducira en una inestabilidad
poltica permanente.
Japn extenda su presencia en Asia. Primero se apoder de Corea y luego se
anex u ocup regiones enteras de china. Adems el Imperio Japons se hizo con
las colonias que Alemania tena en el Pacfico.
1930
El creciente descontento de los alemanes hizo que Adolf Hitler tomara el control
del pas en 1933 con un apoyo de la poblacin sin precedentes. Alemania dej de
lado la Repblica de Weimar y se convirti en un estado totalitario al igual que la
Italia de Benito Mussolini.
Alemania se desarrolla nuevamente, la economa se relanza con el impulso que le
da la industria y la inversin del estado en infraestructuras.
El Imperio Japons se consolidaba en Asia, afectando los intereses de Europa y
EEUU, especialmente en el pacfico. Japn crea un "Imperio ttere" en China bajo el
nombre de Manchukuo.
Gran Bretaa mantuvo su sistema poltico prcticamente inalterable, al contrario
que Francia, que no logr consolidar una organizacin poltico-social fuerte.
Rusia, que entre tanto se haba transformado en la URSS, fue escenario de
hambrunas endmicas y una constante lucha por el poder.
La Guerra Civil Espaola desangr a esa nacin, la convirti en un estado
totalitario y sirvi de prembulo a la gran guerra que estaba por venir en el
continente.
La situacin en el resto del mundo no sufri alteraciones considerables.
En EEUU el presidente Franklin Delano Roosevelt, lider la recuperacin
econmica del pas tras la crisis provocada por la gran depresin de 1929.
1940
La Segunda Guerra Mundial marc como ningn otro acontecimiento esta dcada
y al siglo en general. Al igual que en 1914, la guerra se extendi a todo el mundo,
aunque este conflicto fue mucho ms sangriento y modific el mundo de una
manera ms radical. En 1945, al final de la guerra, Alemania haba sufrido enormes
prdidas humanas y materiales al igual que Japn, situacin muy diferente a la del
primer conflicto mundial de 1914.
Si bien Alemania sufri la mayor cantidad de bajas militares, fue la URSS la que
sufri el mayor nmero de bajas civiles. Amrica no fue escenario de
enfrentamientos significativos y los estados latinoamericanos estuvieron al margen
de la confrontacin, aun cuando de manera oficial apoyaron la causa de los
aliados.
EEUU y la URSS se convirtieron en las nuevas y nicas potencias del mundo.
Todas las dems antiguas potencias pasaron a un segundo nivel.
4
En la dcada de 1950, la disputa entre los dos nuevos ejes mundiales, se intensific
notablemente con la guerra de Corea y la posterior divisin de pas en dos estados
diferentes. Se inicio una carrera armamentista sin precedentes que se extendera en
las siguientes dcadas, as la URSS y EEUU se iniciaron a la carrera de un arsenal
capaz de destruir todo el planeta.
EEUU vio una revolucin cultural impulsada por el rpido desarrollo industrial y
el consecuente fenmeno de consumismo. Alemania y Japn experimentaron una
sorprendente recuperacin econmica que menos de dos dcadas despus del
final de la guerra, haba transformado a ambos pases en potencias econmicas, si
bien no polticas o militares. Por lo tanto aunque Francia y Gran Bretaa tenan un
mayor peso poltico, Japn y Alemania, superaban a los dos pases europeos que
obtuvieron la victoria en la segunda guerra e incluso su presencia en el comercio
internacional superaba a la de la URSS.
1960
En el primer lustro de este decenio el rgimen implantado en Cuba por Fidel
Castro y el Che Guevara, entre otros, orient la poltica de su pas hacia la URSS,
de la cual paso a ser un incondicional aliado en detrimento de los intereses
geoestratgicos de EEUU. La situacin tuvo su punto ms dramtico en la "Crisis
de los misiles de 1962" que llev a la humanidad a estar ms cerca que nunca de
una tercera guerra mundial, pero que pudo evitarse gracias a la voluntad de Nikita
Jruschov y John F. Kennedy.
Este decenio trajo consigo el inicio de la guerra de Vietnam, cuyas consecuencias
socioculturales directas an se sienten actualmente.
La "carrera espacial", dio como vencedor a los EEUU, que lograron colocar al
primer ser humano sobre la superficie lunar en 1969. Esto se logr en gran medida
gracias al impulso dado por el presidente John F. Kennedy, quien haba sido
asesinado en 1963 en oscuras circunstancias que sumieron al pueblo
estadounidense en la ms profunda crisis de identidad que ha conocido hasta
ahora.
Ubicacin cultural
Bradbury nace en 1920, ao particularmente mtico para los estadounidenses. Los
twenties, los aos locos, sealan un perodo de auge comercial y financiero
directamente derivado de la expansin industrial en lo interno y de la penetracin
en la economa de varios pases bajo la forma de intercambio desigual. El exceso de
afluencia de capitales hacia EEUU durante esa poca produjo un resultado
inevitable: el desplazamiento del centro de gravedad de la economa mundial.
Inglaterra cedi paso a EEUU en el primer plano de las potencias capitalistas y el
patrn oro, imperante hasta entonces, se vio sustituido por el dlar, moneda en
franco ascenso.
La prosperidad estadounidense posterior a la primera guerra mundial fue
constante y acelerada. Wall Street centraliz la actividad burstil mundial. El auge
de la juventud, la independencia de la mujer, la mayor liberacin de las artes,
entre ellas, las decorativas, el impulso arrollador del jazz, y el reflejo de los
movimientos de vanguardia europeos, principalmente el dadasmo y el
surrealismo, caracterizaron la poca.
La garonne y el nio terrible, a lo Rodolfo Valentino, constituyeron las figuras
clsicas de estos aos locos. El auge de los medios de comunicacin masivos
como el cine y la radio, el enorme crecimiento de Hollywood, y la aparicin del
sistema de estrellas fueron piezas de este complejo rompecabezas cultural.
Henry Ford, cabeza visible del desarrollo de la gran empresa automovilstica, se
erigi en arquetipo del norteamericano hecho a s mismo, triunfador
aparentemente por su esfuerzo individual.
Gran parte del globo result deudor de EEUU y la creciente industrializacin
unida a altos niveles de empleo, salario y despilfarro, tendieron a la crisis con la
misma celeridad con que haba llegado al apogeo.
Proceso perfectamente lgico dentro del sistema capitalista, la superproduccin
trajo ruina, y ruina profunda. En 1929, quince millones de desocupados, ms un
importante porcentaje de subocupados, sobrevivan y moran mientras otros
ciudadanos aprenda a bailar los ritmos de moda.
La distribucin desigual de la riqueza presentaba la cara ms fea del sistema.
La desocupacin y la baja de salarios produjeron gran descontento, creando
situaciones graves entre la clase obrera, que recurri a diferentes medios de
protesta, cada vez ms violentos.
Mientras el 1% de la poblacin posea el 59% de la riqueza nacional, un 12%
10
participaba del 31% y un 87% solamente del 10%. Importantes huelgas y protestas
de los granjeros que no podan colocar sus excedentes agrcolas se hicieron sentir.
La febril especulacin desemboc en el crac de la Bolsa de Nueva Cork que se
expandi a todo el mundo capitalista. Entre 1929 y 1933 quebraron 5.000 bancos, se
tuvieron que repatriar capitales del extranjero y cerraron miles de pequeas firmas
o fueron absorbidas por grandes trusts. Se echaban a la calle a las familias
trabajadores, haba hambre y aparecieron los primeros cantegriles o favelas de
los Estados Unidos: las villas Hoover (llamadas as por el apellido del Presidente
de turno).
Se lleg al colmo de echar a las locomotoras trigo en lugar de carbn para que no
descendieran los precios, mientras la poblacin sufra caresta y hambre.
Las medidas gubernamentales conocidas como New Deal administraron
parcialmente la crisis.
El New Deal consista en la regulacin de la economa favoreciendo las
inversiones, el crdito y el consumo, lo que permitira reducir el desempleo. El
gasto pblico deba orientarse a la seguridad social y a la educacin.
El Estado intervino fuertemente en las industrias (contrariamente a lo que
prescribe la ideologa liberal), se ampli el sistema de seguridad social, se fijaron
salarios mnimos y, ante la presin de los sindicatos, se elimin el trabajo a destajo
y la explotacin de menores, inhumana distribucin al falso esplendor del sistema.
Despus de esta crisis aguda, la economa volvi a sus rieles habituales. Un
progreso lentamente sostenido no logr disimular la honda problemtica social: la
discriminacin hacia los negros, el casi exterminio de los indios, los reclamos de los
obreros y un consumismo alienante. A partir de la dcada del 30, esta situacin
interna y una intromisin mayor en los pases latinoamericanos y coloniales en
general, fueron rodeando los msculos del gran coloso.
En forma ms reciente y conocida, EEUU particip decisivamente en la segunda
guerra mundial. Hizo sentir su presencia imperialista en Corea, Camboya, Rep.
Dominicana, Cuba, Grenada, etc. y principalmente Vietnam, donde el revs sufrido
abri una herida todava no cicatrizada.
Por supuesto, la incidencia de estos hechos histricos sobre Bradbury, unidos a
una compleja trama cultural, rozan lo imponderable. Sin embargo, en las
alternativas ambivalentes (que tienen dos sentidos distintos) de la economa del
pas durante su infancia, de algn le modo le muestran la precariedad relativa de
los bienes materiales. En su obra, Bradbury ridiculiza a varios capitalistas por su
inconsistente afn. Tal vez, la visin parta de aquellos aos, cuando la fiebre
especulativa finaliz rasgando el tapiz del gran sueo americano. Inclusive, dos
11
12
Ubicacin literaria
Bradbury forma parte de la ms importante generacin de escritores
estadounidenses de ciencia ficcin y fantasa, aquella que publica sus obras
fundamentales por la dcada del 50.
Al perodo que comienza en 1938 (ao en que Campbell, importantsimo editor de
ciencia ficcin, se hiciera cargo de Astounding Stories rebautizndola
Astounding Science Fiction y publicando nuevos valores de esa modalidad), y
culmina por la dcada del 60, se le denomina poca de oro de la ciencia ficcin.
Por los aos 50, aparecen las mayores creaciones de varios autores, hoy verdaderos
clsicos de esta vertiente literaria. Es el caso de Los cristales soadores (1950) y
Ms que humano (1953) de Theodore Sturgeon. Tambin pueden incluirse Yo,
robot (1950) y la triloga Fundacin (ltima parte publicada en 1949) de Isaac
Asimov, Fin de infancia (1953) de Arthur Clarke y las continuamente reeditadas
Crnicas Marcianas (1950) y El hombre ilustrado (1951) de Ray Bradbury.
Escritores destacados de la poca de oro (1939 1950)
Theodore Sturgeon
Naci el 26 de febrero de 1918 en St. George; State Island, Nueva York, con el
nombre de Edward Hamilton Waldo. Sus padres se divorciaron en 1927 y su
madre se volvi a casar en 1929 con un profesor de ingls de apellido Sturgeon.
Poco tiempo despus Edward decidi convertirse en Theodore Hamilton Sturgeon.
En la escuela Secundaria Ted comenz a practicar gimnasia intensamente, llegando
a desarrollar un buen fsico y a dirigir el equipo de la escuela; sin embargo una
fiebre reumtica lo enferm de tal manera que tuvo que abandonar los deportes.
Luego de este incidente, profundamente frustrado, ingres en la Penn State
Nautical School donde se gradu como oficial de tercera, trabajando durante tres
aos en el cuarto de mquinas de un buque, es all donde empez a escribir sus
primeros relatos que no estaban relacionados directamente con la ciencia ficcin.
Se caracteriz por una crnica carencia de dinero, contrajo matrimonio muchas
veces y tuvo muchos hijos; sin olvidar el enorme inters por escribir sobre el sexo,
la religin, el complejo de culpa y la psique humana, todo desde una perspectiva
innovadora revolucionaria para su poca.
Isaac Asimov.
A efectos legales se considera que naci el 2 de enero de 1920 en Petrovichi, Rusia.
Sin embargo, se conoce que en verdad naci el 4 de octubre de 1919: su madre,
13
14
15
Heinlein es considerado como un buen narrador que acert a llenar sus relatos de
una equilibrada mezcla de varios elementos que hacen sus relatos tan amenos
como cientficamente impecables. Propugn, y practic, la necesidad de integrar
las particularidades cientficas de los relatos dentro de la lnea narrativa, y no
descontextualizar las explicaciones necesarias mediante largas disertaciones.
Tcnicamente la narrativa de Heinlein estaba a aos luz de la de cualquier otro
autor de la poca de los clsicos.
Tambin, y en gran medida a propuesta de John W. Campbell, introdujo temas
nuevos en la ciencia-ficcin, como las relaciones entre poltica y religin.
En 1974 obtuvo el primer premio Gran Maestro Nebula, Concedido por la SFWA, y
en una encuesta del fanzine Locus, en 1988, se le considera el mejor escritor de
ciencia-ficcin de todos los tiempos, muy por delante de autores ya mencionados
como Isaac Asimov o A. C. Clarke.
16
volvera a publicar hasta la Edad de Oro, donde form parte del llamado crculo de
Campbell.
A l se deben dos de las obras ms significativas del gnero: Ciudad (1952), con la
cual obtuvo el premio International Fantasy Award; y Estacin de trnsito (1963),
con la que obtuvo un Premio Hugo a la mejor novela en 1964.
A partir de mediados de los aos 60, influenciado por la nueva ola, su obra sufre
un progresivo declive.
En 1976 recibi el prestigioso galardn Gran Maestro de la SFWA, premio en
reconocimiento a la labor de toda una vida dedicada a la ciencia ficcin.
En 1988 fallece en Minneapolis a la edad de 84 aos.
Frank Patrick Herbert
Naci en Tacoma, Washington. Trabaj en mltiples trabajos como fotgrafo,
cmara de televisin, presentador de radio, incluso de pescador de ostras o
analista. En 1965 presenta Dune con gran xito de pblico y crtica, consigue el
premio Hugo y el premio Nebula adems del premio Internacional de Fantasa
(junto con la novela: El seor de las moscas). Despus ampliara esta novela con
otras cinco ms hasta su muerte, continuando otros escritores con otros ttulos pero
con la misma referencia.
Gran parte de su obra refleja su inters por la ecologa y la psicologa. En sus
ltimos veinte aos y junto con su familia residieron en una "granja biolgica",
primero cerca de Washington y ms tarde en Hawaii, viviendo de forma
autosuficiente y en pleno contacto con la naturaleza.
18
19
20
21
para que no se me ocurra repetir la experiencia), libros y objetos varios, han sido
desperdigados por el sitio con calculado desorden.
()
Jorge Traverso (JT)-Es usted un escritor de ciencia ficcin?
Ray Bradbury (RB)-Creo que sera mejor calificarme como un escritor de ideas. Es ms
amplio el concepto y se ajusta a la realidad. No est mal que se me defina como un escritor
de ciencia ficcin pero pienso que hay algo ms. Para bien o para mal. Escribo sobre ideas
que me surgen y que luego toman la forma de ciencia ficcin, por ejemplo, aunque
fundamentalmente trabajo sobre problemas humanos, soy un poeta, un dramaturgo, un
narrador y hoy escribo en pasado. Digamos que soy un poco de todo, aunque sea peligroso.
()
JT-Teme ms a los hombres que a las mquinas. En Crnicas Marcianas contaba cmo
los seres humanos aniquilaban la belleza del planeta rojo. Al terminar de leer estos cuentos,
Borges escriba: Qu ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto al cerrar las pginas
de su libro, para que los episodios de la conquista de otro planeta me llenen de terror y
soledad?.
()
RB- Muchas de las cosas que hoy forman parte de mi literatura vienen de mi infancia. ()
Fue una poca en que conoc muchos magos de circo y seres estrafalarios que viajaban con
ferias de diversiones. Tambin vi muchas pelculas como King Kong, Tarzn, El Jorobado de
Notre Dame
JT - Tambin hubo una ta.
RB- Mi ta Neva. Ella me introdujo en la literatura leyndome a Edgar Allan Poe.
JT - Qu importancia tiene la fantasa en el ser humanos?
RB-La habilidad para fantasear es la habilidad que tenemos para poder vivir. La vida est
cubierta de experiencias traumticas. El nacimiento, por ejemplo, es una de ellas. Y se van
acumulando esos traumas porque a medida que se crece uno es herido, se sufre. Hay
instantes en que la vida se transforma en algo muy feo, difcil. Es entonces que la fantasa
aparece como necesidad impostergable.
JT-En qu cosas se inspira para inscribir?
RB-En todo. () La primera pgina de un diario puede ser la fuente de inspiracin ideal.
Todos los das despertamos con novedades sobre la pldora, la gentica y esas cosas que me
hacen pensar, si algn da en el mundo, habr una elite de gente buena creada por los
hombres. () Recuerdo que un estudiante alemn a partir de una nota aparecida en una
revista cientfica, hizo una bomba atmica. Eso es ciencia ficcin.
()
JT-Es buen lector?
RB-Me encanta Melvilla, Verne, Frost, Emily Dickinson, Faulkner.
JT-Cul es su libro de cabecera?
RB-No lo tengo. Pienso que podran ser las obras completas de George Bernard Shaw.
Tambin La Biblia. Porque son libros que estn llenos de ideas y podra pasar con ellos 30
aos entretenindome.
()
RB-Hoy vivimos problemas de ciencia ficcin; si yo hubiera escrito hace cuarenta aos que
22
en un pas viva demasiada gente hubieran dicho que estaba loco. () La ciencia ficcin es
un sueo de hace mucho tiempo que hoy se hizo realidad.
JT-En serio cree que alguna vez seres extraterrestres van a llegar hasta nosotros
disfrazados de nuestros seres queridos y nos van a asesinar?
RB-No. Creo que nosotros vamos a llegar hasta donde estn ellos y seremos sus homicidas.
23
24
25
Los miembros del Club recordaran un aspecto inolvidable y pintoresco del autor
de Illinois:
El eterno bromista
Bruce Yerke, quien invit por primera vez a Bradbury a un Club de ciencia ficcin,
lo ha descrito como un individuo entusiasta, de pelo alborotado, que se hizo
querer de todos nosotros, aunque a menudo era atacado con ceniceros y llaves por
las enfurecidas vctimas de sus continuas bromas. Otro de los miembros del Club,
Forrest Ackerman, evoca su gran sentido del humor, sus imitaciones de Hitler y el
Presidente Franklin Delano Roosevelt, sus desbordes incontenibles: los callos que
tenemos en las rodillas los veteranos del Club nos vienen de habernos arrodillado
cada noche para dar gracias a Dios por haber vencido, una vez ms, la tentacin de
estrangularle.
Bradbury era uno de esos simpticos o densos moscardones festivos que zumban
horas y horas sobre la indefensa cordialidad de las personas. Su espritu jovial
encontr numerosas manifestaciones. Cuando el director de cine John Huston, su
alma gemela humorstica, lo invit a una cena de gala en su finca irlandesa (a la
que concurrieron lores y damas de alta alcurnia), Bradbury se present con una
falda escocesa, polainas, un bolso con flecos y smoking. Sin embargo, l se
desquitaba simplemente de un susto que Huston le haba propinado, hacindole
llegar un telegrama segn el cual deba cambiarse el guin bradburiano para
Moby Dick: No podemos continuar pelcula a menos que se incluya un
personaje femenino sexy. Bradbury se haba enfurecido por la contrariedad, hasta
que vio a Huston retorcindose de risa sobre un sof.
Esta faceta tan comentada del carcter de Bradbury no se refleja mayormente en su
obra. Salvo algunos cuentos irlandeses, El maravilloso traje de helado y pocas
excepciones ms, el humor escasea en sus relatos, aunque se compensa con la
calidez optimista de muchos otros. Inslitamente, esa cualidad vital tan acentuada
resulta imposible de deducir a partir de su literatura.
El viaje hacia la belleza
En 1939, Bradbury sac su propio franzine (revista de aficionados) y lo titul
Futura Fantasy (Fu-Fa). Escrito casi todo por l, bajo diferentes antifaces de
seudnimos, recibi tambin colaboraciones de algunos profesionales famosos.
Pese a ello, el Fu-Fa se extingui apenas al quinto nmero. Bradbury arreci
entonces en sus envos de colaboraciones a revistas de ciencia ficcin. Las ms
importantes rechazaban sus cuentos por su excesiva blandura, por la poesa sin
rigor cientfico que conllevaban. Aos le cost a Bradbury el dominio cabal de los
medios expresivos y el reconocimiento de sus semejantes. El abandono casi total de
26
27
La ciencia ficcin
Mucho se ha descrito y disertado sobre qu es la ciencia ficcin. En verdad, la falta
de unanimidad en la definicin adopta mltiples variantes, desde las ms
restrictivas a las ms inclusivas. Para las primeras, muy poco abarca la ciencia
ficcin. Por ejemplo, una enumeracin juvenil de Asimos, la restringa
extraordinariamente: La ciencia ficcin trata sobre cientficos que se ocupan de la
ciencia en el futuro. En el otro extremo, Juan Campbell, el ms famoso editor de
obras de este tipo, ampliaba, con tendencia al infinito: Historias de la ciencia
ficcin son todas aquellas que compran los editores de ciencia ficcin, definicin
que inclua cualquier cosa dentro del gnero, pero pona el acento en su esencial
indeterminacin.
Sin embargo, algunas caractersticas intrnsecas asoman con alguna evidencia. La
ciencia ficcin constituye fundamentalmente una vertiente literaria muy cercana a
la fantasa, en cuanto a su no necesaria referencia a acontecimientos ocurridos u
ocurribles. No obstante, la misma similitud encierra la diferencia. Mientras en la
fantasa nunca suceden episodios verosmiles, en la ciencia ficcin puede
adelantarse lo que vendr o ensayarse hiptesis luego verificables cientficamente.
De hecho, la ciencia ficcin ha anticipado el uso de la bomba atmica y los viajes a
la luna (recurdese De la Tierra a la Luna, de Julio Verne). La fantasa siempre
tiende a lo inverosmil; la ciencia ficcin no siempre, el propio ingrediente
cientfico la dota de otro rigor.
Una definicin comprensiva y amplia parece la del propio Asimov: Es la rama de
la literatura que trata sobre las respuestas humanas a los cambios en el nivel de la
ciencia y la tecnologa.
La aparicin a menudo de mquinas o principios cientficos en la ancdota
adquiere normalmente relevancia.
Fantasa-Realismo
No slo en la ciencia ficcin incursiona Bradbury, Es ms, sus obras fantsticas y
realistas superan con creces a las que abordan aquella modalidad. Inciden
indudablemente su falta de conocimientos cientficos slidos y su prevencin ante
varios artefactos de la tecnologa contempornea (Bradbury pas mucho tiempo
sin viajar en avin y no quiso aprender a manejar autos. En su hogar no se vio
televisin hasta que su hija enferm de paperas).
An la escasa ciencia ficcin trabajada por Bradbury se tie de pinceladas
fantsticas. De las dos modalidades fundamentales de la ciencia ficcin una
28
lgica, fra y rigurosamente cientfica bautizada como Ciencia ficcin dura y otra
ms emocional, clida y humanstica Bradbury entra de lleno en la segunda. Sus
cohetes espaciales surgen poco menos que por generacin espontnea. Importan
en cuanto a fuentes para aplacar la sed de conocimientos del hombre. Cuando
aparecen en sus relatos, ya se usan cotidianamente y se han popularizado.
Cualquiera viaja en ellos, no slo los especialistas. Bradbury no describe
instrumentos, no fundamenta nada tericamente, sus mquinas para viajar en el
tiempo, los robots y dems aparatos funcionan mgicamente. Tal cual se ha
fotografiado, Marte ni remotamente se parece al de las Crnicas. Y sin embargo, la
obsesin de Bradbury se fija ms all de los objetos. Cada mquina oficia
simplemente de excusa para la bsqueda literaria y metafsica. La mquina en s
es como un guante vaco, ha sealado.
Su imaginacin eminentemente potica confisca datos de su entorno inmediato
para catapultarlos hacia lo inverosmil, hacia lo fantstico. Brujas, hombres
ilustrados, vampiros, santos, globos de fuego, telpatas, sirenas, y todo tipo de
seres fantsticos pueblan sus cuentos. Bradbury pretende vislumbrar una salida a
los problemas mayores de Dios, el hombre, la vida, la muerte y fundamentalmente
el tiempo, tema infaltable en casi todos sus relatos.
Cuando la realidad se muestra lo suficientemente rica o inquietante, Bradbury la
plasma sin mayores invenciones. Las catacumbas mexicanas, con sus cadveres
momificados en El siguiente en la fila, son exploradas en forma realista, lo que
equivale a mostrar lo que piensan o sientes los personajes dentro del territorio de
lo posible. El pas de octubre se instala en gran medida dentro de esa corriente.
De ninguna manera la afiliacin de Bradbury a los modos narrativos esbozados
impidi su internacin en otras actividades.
Incursiones a otras ramas del arte
Una de las grandes pasiones de Bradbury ha sido el cine. Yo soy un hijo del cine,
ha dicho en alguna oportunidad y esto ha influido en su literatura.
El nfasis en las imgenes sumamente plsticas; el dinamismo verbal; la
importancia del ritmo narrativo en sus obras, deriva en gran parte, de un ojo
acostumbrado a los desplazamientos cinematogrficos. Tan consustancial a
Bradbury resulta el sptimo arte que su segundo nombre, Douglas, proviene de
Douglas Firebanks, actor idolatrado por su madre. Bradbury se dio el gusto de
realizar un guin nada menos que para la pelcula Moby Dick dirigida por John
Huston.
29
30
31
32
33
TEMAS
Tan polifacticos como las tcnicas utliizadas, los temas de la narrativa
bradburiana despliegan un abanico de posibilidades. Desde temprano, asoman en
su prosa recurrencias propias de sus ntimas preopacupaciones y de fuertes
experiencias vitales.
Refirindose especficamente a la ciencia ficcin, Wayne Jonson ha observado:
Para los fanticos de la ciencia ficcin Bradbury es casi el gran padre cuyo trabajo
ha incluido prcticamente todos los temas de ciencia ficcin, desde los robots hasta
el viaje en el tiempo, desde otros planetas a otras realidades.
Aquellos temas que derivan de episodios ms o menos circunstanciales y no
implican necesariamente un enfoque filosfico le llamamos No metafsicos. En
cambio, los temas ms abstractos y universales, temas que ocupan un fundamental
sitio en los relatos del estadounidense, los abarcaremos dentro de la categora
Metafsicos.
Temas No Metafsicos
Infancia
Tan importante resulta en la narrativa de Bradbury que protagoniza dos relatos
largos. Por un lado, Jim y Will, dos nios de Green Town, constituyen los
personajes principales de La feria de las tinieblas. El vino del esto, la otra
novela sobre la infancia, recupera las andanzas y travesuras de Douglas Spaulding,
como fin en s mismo y como excusa para poetizar los recuerdos de Bradbury
sobre su tierra natal. Tambin transcurre en Green Town, sinnimo de mticoliterario de Waukegan.
Claro que no slo estas novelas se desarrollan en Green Town, invento realmente
mucho menos industrializado y dinmico que la Waukegan real. Asimismo,
algunos cuentos de Bradbury penetran nostlgicamente en el pasado de Green
Town, como La noche, La bruja de Abril, Tiempo en tu fuga, Los amigos de
Nicholas Nickelby, entre otros.
Green Town importante fundamentalmente como residencia de infancia y de
ciertos ideales estadounidenses perdidos por la industrializacin salvaje. La
austeridad, el sentido del equilibrio, la bsqueda de la naturaleza, hasta la magia,
sobreviven a los pequeos pueblos y nunca se asocian a familias de las grandes
urbes, decadentes como la neoyorquina. La infancia consiste en un remanso donde
la maldad huye despavorida (la bruja el seor Dark en La feria de las tinieblas).
Tal vez porque como dice un viejo personaje a uno joven: -Bill, cuando tenga
34
usted mis aos, descubrir que las cosas pequeas, las alegras pequeas cuentan
ms que las grandes. Sin los nios, falta la mirada pura, sin antifaces que luego
dejar jirones de autenticidad por el camino. Por lo tanto, slo a los nios compete
la tarea mgica, iluminadora, de ver las cosas tal cual son. No en vano, Douglas
apaga las luces de la ciudad, con el sencillo expediente de soplarlas. Para l, esta
verdad no admite explicaciones.
Para Bradbury, la infancia y la verdad son hermanas incondicionales.
Soledad
Mltiples episodios y personajes abarca este tema capital.
Montag, protagonista de Fahrenheit 451, se encuentra solo contra todo un
sistema, salvo alguna ocasional relacin con Clarisse Mc. Clellan, un viejo
conspirador y el grupo del final del libro. No puede contar con su esposa (que lo
delata por su ilcita actividad de lector) ni con sus compaeros de trabajo. Su
evolucin individual y solitaria forma parte de la mdula del argumento, como la
rebelin de Spender durante la cuarta expedicin de Crnicas Marcianas.
Rodeado de hombres egostas y celosos, Leonard Mark muere sin haberles hecho
comprender la ventaja de compartir con ellos su don sobrenatural (El visitante).
Walter Gripp en Los pueblos silenciosos y Barton en Llamado nocturno viven
pendientes del telfono en un Marte futurista y deshabitado. La enfermedad de
Camila en Remedio para melanclicos, de Charles en Sueo de fiebre y Harris
en Esqueleto, no logran ser comprendidas por sus semejantes. Slo la primera
recibe el auxilio de un santo Don Bosco para su curacin definitiva. Los
personajes oscuros de la ficcin bradburiana el Sr. Dark (El hombre ilustrado) y el
Solitario- no pueden vivir con nadie; carecen de familia y de afectos, estn
condenados a s mismos.
A partir de la muerte de personajes solitarios se desarrolla La muerte es un asunto
solitario, justificando el ttulo.
La madurez de Douglas coincide con la toma de conciencia de su soledad: Un da
como hoy murmur Douglas- siento que estar solo. El hermoso episodio
donde Douglas atrasa el reloj para que si amigo John pierda el tren que lo alejar
definitivamente del pueblo, representa una lucha contra la soledad, contra su
poder de arrebatar afectos. Prcticamente todos los protagonistas de El pas de
octubre padecen conflictos de soledad, incomprensin o ausencia.
Experiencia siempre dolorosa, la soledad se alza como un muro lentamente
derribado entre Charles y Will Halloway, padre e hijo de La feria de las tinieblas.
35
36
37
el que comparten los ltimos lectores en torno a un fuego: Pero no slo el fuego
era diferente. Tambin el armonizar con el mundo. El silencio de los hombres del
sistema pareca un silencio disociado, fruto del aislamiento de cada uno. El nuevo
silencio, en cambio, se comparte; se entrega como un pan a la boca de los dems.
El silencio incomunicado tiende a la muerte, como el de Marte que era un mundo
silencioso. Sin embargo, el silencio compartido se expande en millones de
sentidos imponderables.
Miedo
En la narracin bradburiana, el miedo se instala de las ms diversas formas.
Prcticamente no hay relato de El pas de octubre que no contenga en alguna
dosis, e inclusive, algunos dejan salir potentes chorros de temor. Mary, la
protagonista femenina de El siguiente de la fila fallece de miedo despus del
escalofriante descenso a las catacumbas de Guanajuato. Harris, que vive el
sobresalto sin pauses de un cuerpo en rebelin; Alice Liebre, la aterrorizadora
madre de El pequeo asesino, un cuento contrastante con la visin generalizada
con respecto a los nios recin nacidos y el acosado de El viento, un aparente
paranoico perseguido y atrapado por un vendaval que invade su casa y le quita la
vida; todos esos personajes padecen un miedo creciente y an, sienten horror. Las
vctimas de esos miedos consustanciales a los argumentos- terminan muriendo en
forma violenta, nada pueden hacer para disipar la causa del terror, framente
triunfante.
Pero no slo habitante de El pas de octubre, del otoo, de la paulatina muerte,
resulta el temor. Impregna la narrativa de Bradbury hasta en los ms nfimos
rincones. En El vino del esto, un personaje desconocido apodado El solitario
acapara los mayores miedos. Despus de matar varias mujeres, desaparece sin
dejar rastros. El pnico a dejar huellas dactilares del asesino de La fruta en el
fondo del tazn finalmente lo pierde. Por su parte, el miedo del cazador de El
ruido de un trueno provoca cambios negativos en la evolucin de la humanidad.
Clarisse, amiga ocasional de Montag, desconfa de los jvenes violentos de su
edad: Les tengo miedo, y no les gusto porque tengo miedo, confiesa. La
produccin de temores a travs de la televisin y por vas altamente represivas,
caracteriza la sociedad humana de Fahrenheit 451. Los leones de La pradera
provocan vagos escalofros en los padres de Wendy y Peter. El mismo sentimiento
padecen los padres de La hora cero, ante una inminente invasin marciana. El
seor Dark y la bruja de La feria de las tinieblas; la mansin de Fantasmas de lo
nuevo; la existencia innombrable de las aguas en Las mujeres; el monstruo de
La sirena y el Tyrannosaurus Rex, cumplen una funcin predominante: poner
los pelos de punta a los personajes sometidos a su influencia.
38
39
40
A) Apariencias monstruosas
Dentro de esta clase de rechazos hallamos al protagonista de El enano, un
hombrecito que paga diariamente la ilusin de verse a la estatura normal en un
laberinto de espejos; a las brujas bradburianas casi nunca esencialmente
malficas, separadas del mundo por su condicin ms que por su psicologa - ;
Timothy, el vampiro enfermizo de Reunin de familia, al margen de su medio
sobrenatural por aborrecer la sangre y para colmo, no saber volar; el monstruo de
La sirena, ltimo ejemplar de una especie prehistrica, condenada a la soledad y
al amor no correspondido por un faro, y varios personajes aislados de este tipo,
preferiblemente saurios gigantescos. Las pelculas sobre monstruos vistas desde
chico, de modo particular King Kong, influyeron en la sensibilidad del escritor
de Illinois. La historia del mono enamorado de una muchacha se trasluce en La
sirena y en otros relatos de pasiones trgicas como Las mujeres.
Tanto el personaje que da nombre al cuento El to Einer, como Brunilla, la joven
que lo rescata de un accidente, sufren la marginacin de la sociedad a causa de
factores fsicos. El primero, un simptico vampiro y la segunda, muy fea se
enamoran, se casan, tienen hijos y compensan con su felicidad las acechanzas del
mundo. Obsrvese la distancia entre la fra distancia de La sirena y el mensaje
optimista del to Einer, entorno al mismo tema de la descolocacin frente a
determinada comunidad.
Por ltimo, cabe destacar la solucin ms original encontrada a la ms original
inadaptacin: la del beb transportado a otra direccin y convertido a una
pirmide azul. Sus padres deciden finalmente acompaarlo a la otra dimensin y
se transforma en un oblongo blanco y un rectngulo blanco. El nio de maana
se titula el cuento y muestra cmo la situacin ms horrenda posee su lado
positivo, aunque sea, el lado de un cuadriltero.
B) Inadaptados psicolgicos
Obviamente en estos casos la descolocacin ocurre por dentro. Sin considerar las
pequeas manas o locuras parciales, varios personajes presentan conductas
anmalas con respecto a las normas pblicas habituales de comportamiento. Acton
en La fruta en el fondo del tazn limpia huellas digitales ms all de lo
conveniente y es atrapado por un polica en la, a esa altura, reluciente mansin.
Anna, la fantaseadora romntica de La alcantarilla, imagina un lgubre
encuentro de una pareja de muertos en una red cloacal. Impulsada por un
placentero frenes, desciende por una alcantarilla hacia el amor o la muerte. La
caja de sorpresas desencadena una inadaptacin profunda de Edwin respecto a la
41
42
43
44
45
En El vino del esto un cmico duelo mgico entre Elvira y Clara Goldwater
aligera el argumento principal. El padre de Douglas rememora: Cuando era nio,
cuando el circo dejaba el pueblo, yo corra de un lado a otro y coleccionaba un
milln de carteles. Ms tarde fue la cra de conejos y la magia. Fabriqu ilusiones
en el altillo y no pude hacerlas salir. Una de las causas de la enfermedad de
Douglas es la incomprensin de sus intereses por parte de sus padres. En lugar del
libro de pases mgicos que anhelaba, le regalan un pantaln y una camisa. Un
trapero cura mgicamente al nio, administrndole aire de varias regiones Marca
Crepsculo Verde de Sueos. La abuela recupera sus cualidades culinarias
espontneas y ofrece un rostro encendido, mgico y encantado a la familia.
Esta virtud de la abuela vuelve a aparecer en otro relato, El hombre del primer
piso y con ella regresa el tema de la magia: Douglas haba llegado a contar veinte
cuchillos en los varios cajones que se abran y cerraban chillando en la mgica
mesa de cocina donde la abuela, una vieja bruja canosa y de cara amable sacaba la
parafernalia de los milagros.
En el sentido bradburiano, algunos personajes se hallan dotados de poderes
mgicos, de la capacidad de alterar la percepcin de los hombres mejorando el
mundo.
El viejo que recorre ciudades posteriores a la guerra atmica, describiendo el
planeta anterior al holocausto en Al abismo de Chicago; Leonard Mark, el
telpata de El visitante; Miss Hillgood haciendo llover en El da que llovi para
siempre y Bob y Hill provocando espejismos de ciudades hermosas en Un
milagro de rara invencin poseen esas cualidades milagrosas. Muchos ms
animales y objetos irradian magia a su alrededor. Solamente hay un personaje que
puede eclipsar al mago y guardar misterios en sus bolsillos difanos, incapaces de
doble fondo: Quin tiene ms bolsillos que un mago? Un nio.
Maquinarias
46
47
La piedra caliente del racismo es sostenida no una, sino varias veces. Tras El gran
juego blanco y negro palpita el fantasma de la discriminacin racial. Un partido
de baseball entre huspedes blancos de un hotel y sirvientes negros termina muy
mal. El narrador protagonista, un nio llamado Douglas, de doce aos, escucha los
comentarios racistas de su madre, pero no deja de saludar sutilmente a Big Poe, un
gran jugador negro: Le gui el ojo, l me devolvi el guio. Por si esta visin
infantil fuera insuficiente, El otro pie parte de la ptica de los negros. Un negro
racista, Willie, desea mantener incontaminado de blancos a Marte, que slo ha
conocido gente de su color. A diferencia de los blancos, Willie termina cediendo en
su racismo y aceptando la igualdad esencial entre los hombres pero el mejor
modelado del tema, sin duda alguna la obtiene el escritor en Un camino al travs
del aire de Crnicas Marcianas.
La accin transcurre en un pueblo del sur de EEUU, durante la emigracin de
negros a Marte, en junio de 2003. Un blanco racista, Sam Teece, hace lo imposible
por detener y humillar a los negros que parten hacia el planeta rojo. Aunque no lo
consigue, sus prejuicios no dan el brazo a torcer. En un final magistral, Teece
recuerda un detalle de la charla con un negro que logr viajar: Lo notaron
ustedes? Hasta el ltimo me llam seor!
El tema del homosexualismo encuentra su centralizacin en dos cuentos. El viento
fro y el viento caliente comunica la extraa visita de un grupo de homosexuales
de Dubln, donde terminan ganndose la simpata de los irlandeses. Filosficos, los
homosexuales se extasan en la contemplacin del crecimiento de las hojas de los
rboles, hecho habitual que no llama la atencin de ningn dublins. Gracias a la
nueva presencia, la gente del lugar comienza a ver lo suyo. Los homosexuales se
despiden entre canciones propias y saludos de los irlandeses. El alegre, casi feliz
trato del tema se debe a que, segn Bradbury, la mayora de las historias de
homosexuales: se toman demasiado seriamente. Todas tienen que terminar de
una manera triste y as no es la vida.
El otro cuento, La mejor parte de la sabidura, enfatiza la comprensin de un
abuelo que est por morir hacia un nieto que vive con un amante masculino. No
hay nada malo, sino la cabeza que se escandaliza, pelada como una papa por la
sociedad.
Los pobres se ensalzan en El mendigo del puente de OConnell, El maravilloso
traje de helado y en La obra de Juan Daz, donde un sepulturero intolerante
quiere poner en las catacumbas a un padre muerto cuya familia no puede pagar su
entierro definitivo. No slo no lo logra, sino que la familia encuentra su solucin
econmica, valindose de la momia del padre, el cual, de este modo, la ayuda
despus de fallecido. Tambin se muestra dignamente a Ricardo, el protagonista
aparentemente puertorriqueo de Sol y sombra, quien no deja fotografiar su casa
48
en ruinas a los turistas: No est hablando ustedes con una vaca; habla usted con
un hombre!, aclara a un fotgrafo despus de mostrarle sus libros. Bradbury
tambin critica aqu el sentido de superioridad de los estadounidenses frente a los
habitantes de los pases subdesarrollados, a quienes considera nativos poco
menos que ignorantes. La posesin de riquezas no habilita el intento de
degradacin del otro. - Si se trata de dinero, bueno, aqu, tiene cinco pesos
sonri el fotgrafo. Ricardo apart la mano del hombre.
-El dinero me lo he ganado trabajando. Usted no entiende. Vyase, por favor.
Encomiable resulta el compromiso humano, no tanto poltico, de Bradbury frente a
estas situaciones. Implican una innegable valenta, sobre todo en el caso de los
negros, cuya escandalosa segregacin proyectada hacia sus defensores blancos
alcanza niveles de terrorismo en el momento en que se publicaron los cuentos de
Bradbury.
Los nicos personajes marginados de la simpata de Bradbury son justamente
quienes marginan a los seres diferentes a ellos.
Ocupacin
Este tema se halla estrechamente vinculado al de la apariencia y el ser, aunque se
exhibe de manera mucho ms restringida.
La ocupacin, como su nombre lo dice, consiste en el ingreso de un ser a otro.
Especie de parsito, el ser ocupando de los cuentos bradburianos culmina
manejando a voluntad al ser ocupado, imponindose sin que ste logre sentir ms
que un estremecimiento difuso, ignorante del proceso y de sus causas.
Normalmente, el ser ocupante necesita un cuerpo para movilizarse y el hombre o
mujer que se pone a su alcance le viene como anillo al dedo. Veamos algunos
ejemplos. El que espera se titula un cuento ubicado en Marte, cuyo narrador
protagonista es un ente invisible que va aduendose de un grupo de astronautas.
Estos, a su vez, pretendan colonizar Marte, ocuparla. El ente culmina matando
uno por uno a los visitantes y vuelve al pozo donde viva su letargo. Extrao
argumento, se destaca por el pasaje casi imperceptible del ocupante por todos los
cuerpos, a los que parece eliminar sin malicia alguna.
En Muchachos! Cultiven hongos en los stanos! se insina que el consumo de
hongos podra facilitar la ocupacin del hombre por seres de otro planeta. Una
vez dentro del hombre, se extenderan los huevos por la sangre, se apoderaran de
todas las clulas cambiando al hombre en un marciano?
49
50
51
52
53
54
Apariencia Ser
Tema complejo, inagotable, sumamente oscilante, puede empero resumirse en una
frmula aproximativa: tanto el ser como la apariencia de algo (o alguien), se
alternan continuadamente.
Algunos ejemplos de estos arduos, elaborados y repetidos procedimientos
ayudarn a su esclarecimiento.
Internemos en Marionetas S.A.. En el desenlace de este cuento, la seora de
Braling se estremece ante una demostracin de cario que su esposo haca aos no
le prodigaba. Aunque ella no logre adivinarlo, no se trata de Braling, sino de su
robot. Braling, el verdadero marido, es sustituido por una apariencia. Dos
elementos naturales de El tambor de Shiloh se convierten en apariencia y ser,
alternativamente: El nio se volvi de costado. Una polilla le roz la cara pero era
un capullo de durazno. Un capullo de durazno lo roz apenas, pero era una
polilla.
En As muri Riabchinska, una mueca, una apariencia perfecta construida a
imagen y semejanza de una mujer, pasa a ser la nueva destinataria del afecto de su
constructor. La rplica, el objeto que recuerda a cierta joven desaparecida, se
convierte en cierto modo en esa joven. La apariencia se asimila al ser.
Como en los anteriores, muchsimos ejemplos se podran tomar de las narraciones
del estadounidense, escritor y hombre obsesionado en descubrir el ser de las cosas
tras la apariencia. Los marcianos de las Crnicas utilizan mscaras en una
sugestiva ocultacin de su esencia. Cada cosa puede parecer una y ser otra, como
el nio aparentemente curado de Sueo de fiebre, que en realidad resulta
ocupado por un ente extrao y maligno. Para sus padres y el mdico, su salud
resplandece, sin embargo, el lector advierte que no es as, cuando el nio espera
que algo sospechosamente malvolo le suceda a un pjaro enjaulado.
Todos los casos de ocupacin implican una apariencia incambiada hacia fuera y un
ser conflictuado interiormente, tironeando por sus deseos recnditos y por las
rdenes del ser ocupante. La ocupacin no representa ms que una modalidad
especfica del tema de la apariencia y el ser. La dualidad se integra as: Apariencia
normal / Ser ocupado.
Por ejemplo; los hombres del cuento El que espera parecen mareados. Al fin y al
cabo, algo comn. En cambio, una presencia invisible los consume hasta la
extenuacin. Por supuesto, hay modalidades del tema radicalmente diferentes a la
ocupacin.
55
A travs del cuarto de juegos de La pradera, por ejemplo, con sus impactantes
imitaciones de la selva, los leones y hasta sus vvidos olores, nicamente desentona
el ser humano. La realidad parece una nfima y desagradable porcin de la
fantasa. La figura solitaria de Geroge Hadley se abri paso entre los pastos
salvajes. Los leones, inclinados sobre sus presas, alzaron la cabeza y miraron a
George. La ilusin tena una nica falla: la puerta abierta y su mujer que cenaba
abstrada ms all des vestbulo oscuro, como dentro de un cuadro. Fantasa y
realidad contrastan, con evidente supremaca de la primera.
En los dos cuentos ubicados en Venus: La lluvia y Todo el verano en un da las
cpulas solares reiteran las propiedades del sol, el insustituible y maravilloso sol.
La esposa de El hombre del cohete ha creado una desgarrante coraza afectiva, en
vista de la muy probable muerte de su marido en el espacio: Cuando empez el
viaje por el espacio, hace ya diez aos, me dije a mi misma: est muerto. O lo
mismo que muerto. Y cuando tu padre regresa, tres o cuatro veces al ao, no es l
realmente, slo es un sueo, un recuerdo agradable. El ser del padre se ha
convertido para su esposa en una apariencia, en una vaga sombra familiar.
El aspecto exterior de los marcianos en Los globos de fuego gneas luces azules
esconde un alma rica, despojada de la sensualidad y del odio.
Despus que Fiorello Bodoni, protagonista de El cohete, efecta un simulacro de
viaje espacial con sus hijos (pantallas, pelculas y espejos ocultos crean la ilusin de
Marte) la felicidad se instala en la familia. La apariencia consolida la unidad de los
seres queridos.
La humana exterioridad de El hombre del primer piso encubre su naturaleza de
vampiros.
Tambin la lidia de toros de El da de muertos exhibe un juego de ficciones a
travs de su sangriento y festejado desenlace: El toro est ah solo para que lo
despachen. Llegar el final de la confusin, las formas que corren, las capas
traidoras, los movimientos mentirosos y las falsas apariencias.
El argumento de El mejor de los mundos posibles se basa en la sorpresiva
alternancia entre verdad y apariencia en dos casos de parejas poco comunes. Un
hombre que parece estar casado con muchas mujeres, convive en realidad con una
sola, actriz que representa varios papeles. Otro hombre que vive con una bellsima
y aburrida esposa, compensa ese factor negativa relacionndose con una fea y
espiritualmente seductora amante.
56
57
Muerte
Si la vida y sus florecientes emociones ocupan un extenso y optimista sector de la
narrativa que analizamos, no con intensidad menor se propaga la muerte.
Obsesiva en "El pas de octubre", deviene moderada en las novelas, donde no
muere ningn protagonista, aunque s algunos personajes secundarios. Diversas
como los jbilos de la vida, las muertes destejen algunas existencias principales de
los cuentos.
Si consideramos como relatos independientes a las "Crnicas", prcticamente las
tres primeras expediciones a Marte no dejan otro saldo que la desaparicin fsica
de los colonizadores terrestres. Recin en la cuarta se logra el establecimiento
definitivo, aunque cuesta varias vidas, incluida la de Spender, el desertor de su
especie. Paradojal e increblemente, quienes han muerto poco antes son los
marcianos, vctimas de una enfermedad infantil exportada por los terrcolas: la
varicela. Con el transcurso de las acciones se van espaciando las muertes y salvo
alguna excepcin (el asesinato de los invitados a la casa de "Usher II" por parte de
los robots; el homicidio de algunos marcianos a manos de Sam en "Fuera de
temporada") desaparecen definitivamente. "Memoria de crmenes" y "La muerte es
un asunto solitario" las obras policiales de Bradbury- rondan infatigables ltimos
viajes. Tambin un asesinato desencadena los acontecimientos en "La fruta en el
fondo del tazn", relato en el cual el protagonista se dedica a borrar febrilmente las
huellas delatoras de su crimen. El inventor de "La mquina voladora" es ejecutado
por orden del Emperador. "El asesino" "mata" los aparatos fnicos de su casa.
Tanto "El pequeo asesino como Wendy y Meter en "La pradera" resultan
espeluznantes parricidas. Como se desprende de lo anterior, muchsimos
asesinatos y en gran proporcin injustos- ocurren en estos cuentos.
Pocos suicidios Mildred que lo intenta en "Fahrenheit 451"; "El enano" que se
sugiere lo har y "El mendigo del puente de O' Connell" que lo logra- enfatizan su
excepcionalidad.
Pero no slo la muerte voluntariamente provocada aparece en estos relatos.
Tambin ocurre el fallecimiento por accidente, sobrevenido a "El hombre del
cohete", cuyo vehculo se estrella contra el sol y Raimundo, el conductor del
enloquecido automvil de "El da de los muertos". Casi todos los relatos sobre
Mxico profundizan en este tema con minuciosidad.
Por si esto fuera poco, "La guadaa" plantea una singular y fantstica alegora
fnebre. Apenas instalado con su familia en una extraa casa, el protagonista
comienza a segar un trigo portentoso que nace cotidianamente. Cada vez que la
guadaa acta, cientos de personas mueren en diferentes lugares. Abocado a su
misin, el protagonista se erige en la imagen misma de la Muerte. Claro que
tambin se desarrollan muertes apacibles, aceptadas resignadamente, como
asumida con dignidad gracias a la fortaleza otorgada por la fe, la llegada de la
58
muerte se sugiere con una hermosa imagen final: "Y el mar la llev otra vez a lo
largo de la costa".
Ms que la finalizacin de la vida, este deceso alude a un trnsito bienaventurado.
En un sentido profundo, la muerte significa una parte importantsima de la vida.
Muerte colectiva
Cabe sealar que, como muchos autores de ciencia ficcin, Bradbury abord el
tema de la muerte colectiva como consecuencia de un cataclismo. En verdad, el
episodio de la destruccin propiamente dicha se narra en una sola oportunidad; al
final de "Fahrenheit 451". La ciudad, observada a la distancia queda como "un poco
de levadura. Ha bajado". En las otras ocasiones se desarrollan actitudes humanas
que preceden o proceden al fin del mundo.
En "La sonrisa", la sociedad destructora del arte se sita despus de una
conflagracin atmica. El matrimonio de "La ltima noche del mundo", en cambio,
vive los momentos anteriores al exterminio. Acciones triviales, cotidianas
acompaan su serenidad previa al fenmeno. Frent a la misin de recoger
cadveres que le competer a "El basurero", su intranquilo cuestionamiento
contrasta con la actitud del matrimonio anterior. Los indios de "Tal vez no
vayamos" aceptan sabiamente el fin del mundo, igual que las mujeres de "Bordao".
El granjero mexicano de "La carretera", ante un desfile de autos hacia el norte, se
entera que ha llegado "la guerra atmica, el fin del mundo".
En vez de escapar al holocausto, los norteamericanos marchan hacia l, retornando
a su patria. Igual postura adoptan los habitantes humanos de Marte en las
"Crnicas", dejando prcticamente vaco el planeta rojo ante la destruccin de la
Tierra. Paradoja? Ambivalencia? Estupidez? A Bradbury no le interesa la razn
poltica, quin hace la guerra o cmo se puede evitar. Le importan
fundamentalmente las reacciones humanas ante la inmediatez de la muerte
masiva, conductas no siempre lgicas pero infinitamente ms sensatas que los
aceitados mecanismos de aniquilamiento.
Dios
La cuestin religiosa se inscribe en numerosos relatos de Bradbury, ya sea a travs
de la insinuacin de un ser trascendente, ya adscripta a una serie de personajes
vinculados con la fe. Estos ltimos pueden impartirla o profesarla. Lo cierto es que
un importante conocimiento de las Escrituras (principalmente el Eclesiasts y las
Revelaciones), unido a un ansia de perfeccin e infinitud, se vislumbra en su obra.
En principio, quienes llaman inmediatamente la atencin son los protagonistas de
algunos cuentos. La creencia en un ser supremo no impide la diversidad de
concepciones entre los eclesisticos. Por ejemplo, el relato "Las maquinarias de la
alegra" desmenuza las posibilidades de pecados y de redencin latentes en los
cohetes espaciales.
59
Como en "Los globos de fuego", al temperamento flexible, abierto a los cambios del
protagonista se le opone el dogmatismo rgido de otro pastor de almas. Tambin,
como en ese relato, triunfa la tolerancia comprensiva hacia lo nuevo y el
conservadurismo debe reconocer su fracaso. En "Los globos de fuego", hasta los
nombres de los sacerdotes iluminan sus cualidades sobresalientes. Al presbtero
abierto a la naturaleza desconocida, deseoso del aprendizaje de nuevas formas, se
le denomina "Peregrine" (peregrino). A su escandalizado compaero, fiel a la letra
ms que al espritu sagrado se lo conoce por "Stone" (piedra). Claro que no slo
confrontaciones entre distintos temperamentos sacerdotales alternan en las pginas
dedicadas al tema.
En las "Crnicas" se seala el espritu religioso de los marcianos: "Los marcianos
tenan arte y religin". Carecen, eso s, de lugares de culto y sacerdotes: "Deseamos
deciros que apreciamos que hayis construido este edificio para nosotros" -declara
telepticamente un globo gneo- "pero no nos hace falta, pues cada uno de nosotros
es un tiempo en s mismo y no necesita lugar alguno para purificarse".
Este marciano informa sobre su religin DEISTA; en armona directa con el Ser
Supremo, sin intermediarios. Por supuesto, esta manifestacin divina no se reduce
a uno o dos planetas. Dice un personaje: Me atrevera a decirle que en los otros
planetas hay tambin muchas cosas que le revelaran los infinitos designios de
Dios. La omnipresencia de Dios abarca el universo. Su revelacin promueve una
suerte de pantesmo, est en todas las cosas y fundamentalmente, unido a la
naturaleza. Esta concepcin se trasluce en Cristo Apolo, un poema de alabanza a
Dios y a los smbolos tangibles del acercamiento a lo Absoluto:
As, en lejanos mundos, bajo nevadas profundas y claras, / imaginad cmo el
final de algn ao oscuro / puede celebrarse dando a luz un nio milagroso! Y
ms adelante: Dejad que el Nio juegue libremente en las olas con los peces de
apariencia humana / Dejad que la tinta de los calamares le habite la sangre /
Dejad que la piel reciba las cidas lluvias de la qumica / cayendo en tormentas de
pesadilla que limpian quemando/.
Como aglutinante de los elementos ms dispares luz interplanetaria y fuente de
interior- al Nio-Cristo, se vincula tambin a la ambivalencia de las lluvias
cidas, lluvias que limpian a la vez que corroen.
En El vino del esto, la cocina de la abuela se convierte en objeto sagrado, en altar
de profunda sabidura: La cocina, sin duda, era el centro de la creacin, todas las
cosas giraban alrededor, era el frontn que sostena el templo.
La clara alusin a un Mesas, a un enviado que salvar al mundo de sus pecados,
palpita en El hombre. Indirectamente, por testimonio de quienes lo vieron, se
sabe que ha aparecido un hombre notable bueno, inteligente, compasivo e
infinitamente sabio. Han informado que cura a los enfermos y consuela a los
pobres. Lucha contra la hipocresa y la corrupcin, y se sienta entre la gente y
habla todo el da. Irresistible, la comparacin con Cristo parece imponerse.
Cuando un incrdulo capitn pregunta por su paradero, el alcalde de la ciudad
seala la multitud. -No, no lo veo confiesa el capitn. -Entonces,
60
61
62
Crnicas Marcianas
Antecedentes
Viajes a Marte, contactos terrestres con habitantes del cuarto planeta e intentos de
conquista entre ambos mundos han abundado en la ciencia ficcin. Desde las
aventuras de un explorador que encuentra entre Jpiter y Marte a unas extraas
criaturas, pergeadas por el ruso K. E. Tsiolkovsky en 1895 hasta La guerra de los
mundos de H.G. Wells (1898) en que una invasin marciana a la Tierra se ve como
favorable, ya que segn el autor "nos ha quitado esa confianza serena en el futuro
que es la causa inevitable de toda decadencia", mucha agua ha corrido por los
canales marcianos. (No olvidemos que tanto el italiano Schiaparelli como el
astrnomo estadounidense Lowell sostuvieron enfticamente la existencia de
dichos canales. La atribucin de virtudes en ingeniera a una poblacin marciana
casi extinguida, divulgada por Lowell, prefigura las torres literarias de cristal y las
ciudades ajedrezadas de Bradbury).
En 1923, el sovitico Alexis Tolstoi imagina en Alita a unos humanos que auxilian
a unos revolucionarios en aquel planeta. Tambin Gustave Le Rouge funda este
tema en Francia con El prisionero del planeta Marte.
Pero el antecedente que en forma confesa influye sobre Bradbury lo constituye una
oncena de aventuras erticas y blicas protagonizadas por John Carter (creacin de
Edgar Rice Burroughs, el autor de Tarzn) e iniciadas por Bajo las lunas de Marte en
1912. La revista All story weekly acogi estas entregas, aisladamente y con irregular
periodicidad, de la misma manera que luego otros "fanzines" (fantasy magazines)
dieron cabida entre sus pginas a las Crnicas de Bradbury.
A la transmisin teleptica entre los extraterrestres se le debe agregar la simpata
del protagonista hacia varios de ellos, como motivos presentes en Bourroughs y
retomados por el escritor de Illinois.
Por otro lado, no se debe olvidar que antes y despus de las Crnicas, Bradbury
cre unos cuentos en los cuales Marte estaba presente de un modo u otro. "La
mezcladora de cemento", "La ciudad perdida de Marte", "Llamada nocturna", "Los
globos de fuego", "El que espera", "El visitante", "El otro pie", "Eran morenos y de
ojos dorados", "La ventana de color frutilla" y "Los desterrados" constituyen
algunos de los ttulos en tomo a la temtica marciana.
De ningn modo incursionaba en terreno inexplorado; por l mismo y por otros
63
64
65
66
meses surgieron doce pueblos en el planeta desierto, con una luminosa algaraba
de tubos de nen y amarillas lmparas elctricas. En total, unas noventa mil
personas llegaron a Marte, y otras ms preparaban en la Tierra su partida".
As como al cronista le corresponden los grandes movimientos de masas, las
generalidades y el informe casi periodstico, al narrador le toca vestir de carne y
contradicciones a personajes entraables, ya se trate de seres humanos o
marcianos, como Ylla, Tom, Benjamin Driscoll, Hathaway o Spender, el desertor
trgico.
Si en el comienzo de "Los viejos-agosto de 2005" el cronista afirma, con una
pregunta retrica: "Y no era natural que al fin llegaran los viejos a Marte,
siguiendo los pasos de los ruidosos exploradores, de los sofisticados, de los
viajeros profesionales y de los conferenciales romnticos en busca de nuevos
temas?", en el captulo siguiente, "El marciano-setiembre de 2005", el narrador
individualizar en un par de ancianos aquella informacin general: "Las montaas
azules se alzaban en la lluvia y la lluvia caa en los largos canales, y el viejo de La
Farge y su mujer se asomaron a la puerta".
De la correlacin de tramos informativos y narrativos; de las once "crnicas",
catorce "narraciones" de historias individuales y dos relatos a mitad de camino
entre unas y otras ("Los observadores-noviembre de 2005" y "El picnic de un milln
de aos - octubre de 2026") surge parte de la eficacia de este libro. Afirma con gran
perspectiva global Vanina Arregui: "Narracin y crnica, ciencia e imaginacin,
magia y poesa, ficcin y realidad, transcurren guiando al lector en este mltiple,
fermental viaje a Marte-Tierra, a futuro-presente que constituye las Crnicas
marcianas".
Hay una fascinacin en el armado general de este libro clsico, complejo, fluido
como un ro de clidas esmeraldas.
Primeras tomas
Entre los mltiples planos de referencialidad y significado de las Crnicas,
sobresalen algunas cumbres ineludibles. El relato incluye planteamientos ticos y
metafsicos de incuestionable hondura. Estos polos importan en el texto tanto o
ms que lo argumental o anecdtico. Prcticamente no hay captulo de ste libro
(que provocaba "deleitables terrores" a otro gran amante de la filosofa, el escritor
Jorge Luis Borges) que no refugie una idea fuerte, una denuncia o una reflexin
sobre nuestra condicin de homo sapiens. Porque, afirmmoslo desde ya sin
ambages, Marte y sus habitantes no protagonizan la obra sino los seres humanos,
nuestros apetitos, prejuicios y contradictorias grandezas. Las escasas apariciones
de los habitantes del planeta rojo representan contrafiguras o espejos de los
67
comportamientos humanos.
As cuando Yll, marciano esposo de Ylla muestre celos ante los sueos de ella y
luego intolerancia y agresividad ante la primera expedicin humana, sus carencias
y cortas miras reiterarn cualidades humanas. Como contrapartida, la ausencia de
deseos de venganza de los marcianos en "Fuera de temporada-noviembre de 2005"
contrasta vivamente con la violencia demostrada anteriormente por el terrcola
Parkhill. Las posibilidades telepticas y de incesante mimesis de los marcianos, sus
diferentes nociones del tiempo, espacio, arte, ciencia y religin, resaltan su
incomunicacin con nosotros y la precariedad de nuestros propios conceptos. En
cantidad y calidad, las Crnicas se centran en los seres de la Tierra y no en la
civilizacin marciana.
El rechazo a lo diferente, a esa parte de nosotros mismos que no queremos o no
podemos admitir representa tal vez el comportamiento ms fustigado por
Bradbury. Queda palmariamente clara su denuncia en "Un camino a travs del
aire-junio de 2003", donde un racista en la Tierra no puede evitar el viaje de los
negros a Marte. Sin embargo, se encuentra atenuadamente en la mdula de otros
episodios. "Para el norteamericano comn, lo que es raro no es bueno." -afirma
Spender, el personaje admirador de la cultura marciana- "Si las caeras no son
como en Chicago, todo es un desatino". El reconocimiento de estos anhelos de
uniformizacin y falta de respeto a las diversidades ajenas, late tras estas palabras
esclarecedoras.
Anticipacin de mundos posibles, expresin literaria de deseos, utopas y miedos
humanos, tambin puede interpretarse a las Crnicas como una gran bsqueda de
develamiento de las grandes cuestiones metafsicas.
Temas Metafsicos
Dios
El Creador, su posible existencia y sus manifestaciones exteriores, su presencia en
los seres humildes y en sus servidores, como el Padre Peregrine (ya presente en el
cuento "Los globos de fuego" de El hombre ilustrado) compete a varios tramos de
la obra. Cuando el capitn John Black y sus hombres encuentran en Marte del ao
2000, un pueblo idntico a Green Bluff en 1926, el arquelogo Samuel Hinkston,
observa: "-Es posible, capitn, que esto demuestre por vez primera, y plenamente,
la existencia de Dios".
La respuesta del capitn no se hace aguardar: "-Muchos buenos creyentes no han
necesitado esa prueba, seor Hinkston." La intervencin divina representa una de
las explicaciones plausibles para el origen del pueblo.
68
69
nativa.
El conocimiento
La ciencia mal aplicada, las vas del conocimiento y la tecnologa al servicio de la
guerra, son cuestionadas minuciosamente. Segn el propio Spender, los discursos
del Congreso marchaban en ese sentido: "...Si la expedicin tena xito,
estableceran en Marte tres laboratorios de investigaciones atmicas y varios
depsitos de bombas. Dicho de otro modo: Marte se acab, todas esas maravillas
desaparecern." El padre del episodio final, en el ao 2026, ensea a sus hijos lo
que signific el predominio de la ciencia durante los aos anteriores, o sea, los que
estamos viviendo actualmente: "La ciencia progres rpidamente y nos dej
atrs...Las guerras crecieron y crecieron y finalmente acabaron con la Tierra". A
nuestra inconsciencia y beligerancia actual se refiere Bradbury, hablando detrs del
personaje como un ventrlocuo. Tal vez este grado de lucidez fue lo que llev a
Clifton Fadiman a aseverar de este texto: "Tan grave y perturbador como una de
las fantasas alegricas de Hawthorne".
Contrariamente al panorama anterior, los marcianos ostentan en la obra una fina
sabidura: "Combinaron religin, arte y ciencia, pues la ciencia no es ms que la
investigacin de un milagro inexplicable, y el arte, la interpretacin de ese milagro.
La ciencia entre ellos no se opuso a la belleza." Como en el filsofo Platn, la
Bondad, la Belleza y la Verdad se dan la mano. Frente a la destructividad del
hombre, se yergue la armona de la naturaleza de su fecundidad: "Los marcianos
descubrieron el secreto de la vida entre los animales." Paradojalmente, estos
hallazgos, correspondientes a una civilizacin utpica y feliz, se producen cuando
prcticamente ha desaparecido.
Con signo positivo aparece la magia en la obra. Mgica es la lluvia que hace crecer
los primeros rboles naturales en Marte: "Fresca, dulce, tranquila, caa desde lo alto
del cielo como un elixir mgico..." Mgico, el suelo del cual brotan, gigantescos y
lozanos"...cerezos, arces, fresnos, manzanos, naranjos, eucaliptus, estimulados por
la lluvia tumultosa, alimentados por el suelo mgico y extrao..."
De la naturaleza surge la magia, como en los conjuros benficos brotan de la
mquina de escribir del prestidigitador de Illinois.
El Ser La ambivalencia
De paradojas y ambivalencias est lleno el relato. Esta multiplicidad del ser, esta
posibilidad de ser l mismo, otro, mimetizarse y transformarse parcial o totalmente
impregna muchos episodios. Sin incurrir en exageraciones, se puede catalogar a las
70
71
El marciano puede ser terrestre. Tal el caso del protagonista de "El marcianosetiembre de 2005", de vertiginosa metamorfosis hasta su muerte: "Y ante los ojos
de todos, comenz a transformarse. Fue Tom, y James, y un tal Switchman, y un tal
Butterfield; fue el alcalde del pueblo y una muchacha, Judith; y un marido,
William; y una esposa, Clarisse. Como una cera fundida, tomaba la forma de todos
los pensamientos." Pero tambin el hombre puede ser marciano. Segn sus propias
declaraciones, Spender se convierte en uno: - y el marciano vino a nuestro
campamento, y ahora est aqu.
- Yo no veo ningn marciano dijo Cheroke.
- Lo siento mucho.
Spender sac su arma y se oy un zumbido apagado.
Cuando el padre de El picnic de un milln de aos Octubre de 2026 seala a los
marcianos en el agua, nos hallamos ante el desenlace de la novela. Por su
importancia, no puede dejar de transcribirse el pasaje: Los marcianos estaban all,
en el canal, reflejados en el agua: Timothy y Michael y Robert y pap y mam.
Los marcianos les devolvieron una larga mirada silenciosa desde el agua
ondulada.
Son marcianos y no. Todo puede ser y no ser.
En Marte hay canales sin agua, antiguas y ajedrezadas ciudades muertas, barcas
voladoras que o que andan por la arena, flores enjauladas, armas que disparan
horribles abejas, columnas de cristal que dan calor Cada objeto contradice lo
previsible. Las mscaras de los nativos ocultan y muestran sus sentimientos a la
vez. Los elevados y antiqusimos conocimientos de los marcianos no alcanzan a
combatir una simple varicela.
Tom, el marciano que adopta la forma que los humanos deseen, plasma
trgicamente el problema de la identidad: No soy nadie; soy solamente yo mismo.
Dondequiera que est soy algo, y ahora soy algo que usted no puede impedir.
Tironeado por todos, moldeado por los deseos en pugna de los humanos que no
admiten ninguna de sus apariencias parciales, vctima de los egosmos
inclementes, en sntesis, no admitido, muere sobre el pavimento sin cumplir la
fantasa completa de nadie.
La muerte
De las tres primeras expediciones a Marte, no regresa nadie vivo de la Tierra.
Veintids hombres en total son ultimados por los marcianos, en diferentes
circunstancias y con distintas motivaciones pero justificando la calificacin de
72
Borges: Los marcianos, que al principio del libro son espantosos, merecen su
piedad cuando la aniquilacin los alcanza.
Salvo el involuntario cataclismo marciano, fruto de una pueril causa o la muerte
por infarto de Hathaway, la mayor parte de los fallecimientos de las Crnicas son
violentos. Tanto los nativos asesinados injustamente por Sam Parkhill en Fuera de
temporada como el fratricidio de Jeff Spender durante la cuarta expedicin
(incluida la muerte del propio traidor a su especie) como la eliminacin de los
invitados a la casona de Usher II, constituyen ejemplos de muertes violentas.
La hecatombe de la Tierra, a diferencia de la marciana, proviene de una guerra
nuclear.
Pero a pesar de la abundancia de casos, la muerte sigue constituyendo parte de la
vida, y no al revs. El final de la novela alude a la regeneracin de la especie, como
el mundo posdiluviando, las piedras de Deucalin y Pirra y otras leyendas afines.
Vida y optimismo
La voracidad, la intolerancia, la felona, el consumismo y el fratricidio de los
terrcolas, no impide que el padre de El picnic de un milln de aos Octubre de
2026 plantee a sus hijos sobrevivientes: Perdonadme si os hablo como un
poltico, pero al fin y al cabo soy un ex gobernador; un gobernador honesto, por
eso me odiaron. La vida en la Tierra nunca fue nada bueno. Y ms adelante:
Estamos solos. Nosotros y algunos ms que llegarn dentro de poco. Somos
bastantes para empezar de nuevo. Bastantes para volver la espalda a la Tierra y
emprender un nuevo camino
De esta posibilidad de rectificar equivocaciones y comenzar de nuevo, de
comprobar que nunca est todo perdido y el ser humano se yergue de sus cenizas,
surge el optimismo racional de Bradbury, el destello de un espritu infatigable y
confiado. Lo que sucede es que, como afirma Gattgno: Bradbury, o los ingleses
J.G. Ballar y Brian Adliss, exploraron zonas misteriosas de la personalidad
humana, encontrando as una nueva forma de lo fantstico. En el episodio de
Benjamn Driscoll, la utopa de un planeta lleno de rboles y aire se torna realidad.
En el relato, nunca prosperan el escepticismo ni las fatdicas profecas.
Inequvocamente, el cronista toma partido de la vida.
73
Temas No Metafsicos
Varios tpicos no metafsicos y motivos reincidentes aparecen en las Crnicas de
Bradbury. Son abordados con mayo o menor frecuencia, siempre en relacin con
las cuestiones centrales, aunque no dejan de adquirir autonoma. Ayudan a
configurar un mundo fantasmagrico y cautivante en extremo. Ya los vimos en el
corpus literario entero del autor. Insisten en las Crnicas.
La ocupacin, por ejemplo, no slo se da en el episodio de Tom, el marciano, es
ocupado por diversos seres humanos hasta convertirse en un collage inerte y
grotesco: Qued tendido sobre las piedras, como una cera fundida que se enfra
lentamente, un rostro que era todos los rostros, un ojo azul, el otro amarillo; el pelo
castao, rojo, rubio, negro, una ceja espesa, la otra fina, una mano muy grande, la
otra pequea. Tambin se metamorfosean los marcianos en parientes y seres
queridos de los astronautas en la tercera expedicin, haciendo gala de una de sus
cualidades distintivas.
Spender describe minuciosamente la ocupacin de que resulta objeto: Hasta que
un da en que aprend a descifrar el idioma marciano (es absolutamente simple y
las pictografas facilitan adems la lectura), el marciano apareci ante y me dijo:
Dame tus botas. Le di mis botas y aadi: Dame tu uniforme y todo tu equipo.
Se los di y me pidi mi revlver, y entonces me dijo: Ahora acompame y mira
lo que pasa. Y el marciano vino a nuestro campamento, y ahora est aqu.
Tambin es relevante en el relato la soledad. Principalmente, sufran este
sentimiento los primeros habitantes del planeta rojo: casi todos se sentan
enfermos aun antes que el cohete dejara la Tierra. Enfermaban de soledad, porque
cuando uno ve que su casa se reduce al tamao de un puo, de una nuez, de una
cabeza de alfiler, y luego desaparece detrs de una estela de fuego, uno siente que
no ha nacido nunca, que no hay ciudades, que no est en ninguna parte, y slo hay
espacio alrededor, sin nada familiar, slo hombres extraos.
En el captulo siguiente, se narra la experiencia solitaria y fructfera de Driscoll.
No otra cosa que solitarios representan Walter Gripp, el aparente ltimo habitante
de Marte cuando los dems colonos tornan a la Tierra, desesperado ante un
llamado nocturno de fuente desconocida; Hathaway, quien vive con una familia
artificial de androides ante la desaparicin de la verdadera, hace varios aos y
William Stendahl, el incomprendido amante y defensor de la fantasa de Usher
II. Como Spender, tambin resultan inadaptados a su propio medio, en forma
absolutamente voluntaria.
74
Con Un camino a travs del aire Junio de 2003, sin embargo, aparece el tema de
la marginacin, padecida por los negros en la Tierra antes de emprender vuelo a
Marte.
Spender cuenta al capitn Black una historia de la que se desprenden intolerancia,
xenofobia y prejuicios raciales. La propia familia del amante de Marte no queda
muy bien parada: Cuando yo era pequeo mis padres me llevaron a la ciudad de
Mxico. Siempre recordar el comportamiento de mi padre, vulgar y fatuo. A mi
madre no le gustaba tampoco aquella gente. Eran morenos y no se baaban a
menudo. Mi hermana ni hablaba con ellos. Slo a mi me gustaban realmente. Si mi
madre y mi padre vinieran a Marte, haran otra vez lo mismo Este tema nos
lleva de la mano al de los pases, que no aparecen con la preponderancia de otros
textos pero no dejan de mencionaros. El ya citado Mxico, Australia, Italia,
Inglaterra (a travs de Londres), Europa, Asia y Sudamrica, son nombrados en
forma tangencial pero generalmente como sedes de la conflagracin mundial.
Proliferan los lugares de Estados Unidos de Norteamrica, de donde provienen los
primeros colonizadores. Se mencionan tanto sus ciudades como sus pequeos
pueblitos. Se abre la novela con la partida del primer cohete a Marte desde Ohio y
la ltima ciudad que se menciona es Minneapolis. Vendrn lluvias suaves
Agosto de 2026 transcurre en la ciudad de Allendale, California.
Interesante resulta la mencin de un pas, China, pues patentiza la relatividad del
concepto de lejana o cercana, de acuerdo al avance de los medios de transporte y
no de las distancias reales. Esto influye en la mayor o menor credibilidad y en el
impacto emocional de los sucesos. Ante las noticias llegadas a Marte de una
conflagracin en la Tierra, el padre de Peregrine explica la situacin del siguiente
modo: En mi infancia era lo mismo Nos decan que haba estallado una guerra
en la China y no lo creamos. La China estaba demasiado lejos. Y mora demasiada
gente. Imposible. No lo creamos ni al ver las pelculas. Bueno, as es ahora. La
Tierra es la China.
Otro tema que repercute en captulos enteros lo constituye la infancia. En Noche
de verano Agosto de 1999, los nios marcianos comienzan a entonar canciones
cuya letra no comprenden. Nios! gritaron los adultos - Qu cancin es sa?
Dnde la aprendisteis?
- Se nos ha ocurrido de pronto.
Para los nios de Marte, esas letras que los lectores reconocemos como terrestres
son puros significantes sin significados. Anticipan la llegada de la prxima misin
terrcola y ponen de relieve asuntos relativos a la comunicacin.
Ignorar los cdigos y el vocabulario de una comunidad lingstica cierra toda
posibilidad de desentraar sus mensajes. En la imposiblidad de comunicar
75
76
77
78
cielo, y los soles que se susurraban a s mismos, y el sonido del corazn de Janice,
como otro mundo en el espacio.
Como la msica de las esferas, de esta correspondencia entre los cuerpos celestes y
corazones depende la armona del mundo.
Tcnicas y recursos literarios
Tal vez el rasgo ms talentoso y distintivo de las Crnicas Marcianas, el que lo
sita por encima de otros ejemplares de su gnero y a contrapelo de lo que se haca
en ciencia ficcin en su poca, lo constituya el acierto en la utilizacin de imgenes
literarias. Su profusin y polifacetismo han llamado la atencin sobre las
condiciones poticas de la obra, sus sorpresivas asociaciones y sus hallazgos
fulgurantes.
La traduccin hace que se pierda el sabor de las sinestesias y casi siempre, el placer
musical del texto. Sin embargo, la fuerza de ingenio de los tropos se conservan en
muchas oportunidades y nos permiten disfrutar algunos aspectos que desprende
originalmente la obra.
Tcnicamente, la utilizacin del retardo (como en la moderada anagnrisis
revelacin de la trgica verdad del capitn Black respecto a su destino) no resulta
incompatible con el uso de la elipsis, la omisin de algn elemento de la narracin.
En este caso, la muerte del expedicionario es sugerida de este modo: El capitn
John Black ech a correr por el cuarto. Grit. Grit dos veces.
No lleg a la puerta.
El efecto da a entender la causa.
Los bastantes frecuentes leit-motiv, por su parte, impregnan varios pasajes.
Otorgan un peculiar ritmo al relato. En Los observadores Noviembre de 2005,
la exhortacin de la radio a retronar a la Tierra se repite como un imperativo
moral: Continente australiano atomizado en prematura explosin depsito
bombas atmicas. Los Angeles, Londres, bombardeadas. Vuelvan. Vuelvan.
Vuelvan.
Se levantaron de las mesas.
Vuelvan. Vuelvan. Vuelvan
- Qu ser de Jane? Te acuerdas de mi hermanita Jane?
Vuelvan.
En Vendrn lluvias suaves Agosto de 2026, la repeticin de la voz del reloj de
la sala acenta el absurdo de su anuncio para nadie: tictac, las siete, hora de
levantarse, las siete, como si temiera que nadie se levantase. La casa estaba
79
80
81
Kafka. Las letras triplicadas de los nombres marcianos (Iii, Aaa, Xxx)
adems de provocar extraeza, forman parte de las tradas que en otros aspectos
pueblan el libro. El astronauta de la primera expedicin de Nathaniel Cork alude
a New York. El capitn Black se muestra escptico ante lo que ve mientras que
Cheroke posee nombre de tribu indgena. William Stendahl, el resentido dueo
de la mansin de Usher II, amante de los libros y los personajes sobrenaturales,
alude en sus apelativos al dramaturgo William Shakespeare y al romntico autor
francs de la novela Rojo y negro.
Por su parte, hay un captulo entero dedicado a este tema: La eleccin de los
nombres 2004-2005. All se resalta la grosera y falta de ingenio de los nombres
humanos aplicados e impuestos a los accidentes geogrficos marcianos. Llegaron
las extraas tierras azules y les pusieron sus nombres: ensenada Hinkston, cantera
Lustig, ro Black, bosque Driscoll, montaa de los Peregrinos, ciudad Wilder,
nombres todos de personas y de las hazaas de esas personas. Ms adelante, se
agudiza el contraste con los marcianos. Los cohetes destruyeron los mojones de
arcilla que nombraban a los pueblos antiguos e inscribieron: Pueblo Hierro,
Pueblo Acero, Ciudad Aluminio, Aldea Elctrica, Pueblo Maz, Villa Cereal,
Detroit II, y otros nombres mecnicos y otros nombres de metales terrestres.
Frente a tanta insensibilidad y prepotencia, Los antiguos nombres marcianos eran
nombres de agua, de aire y de colinas. Nombres de nieves que descenda por los
canales de piedra hacia los mares vacos. Nombres de hechiceros sepultados en
atades hermticos. Nombres de torres y obeliscos.
Sugieren pues, los nombres, la inhumanidad de los terrcolas y las nociones de
belleza de los marcianos. Confirman la hiptesis de Spender, quien anticipaba: Y
esas montaas, por ejemplo, tienen nombres Nunca nos sern familiares; las
bautizaremos de nuevo, pero sus verdaderos nombres son los antiguos. La gente
que vio cambiar estas montaas las conoca por sus antiguos nombres. Los
nombres con que bautizaremos las montaas y los canales resbalarn sobre ellos
como el agua sobre un pato.
Como se ve, la facultad nominativa y de bautismo resulta fundamenta para el
escritor de Illinois, quien vaticina de algn modo el auge actual de la lingstica y
sobre todo, la semitica. Como en el Cratilo de Platn, la existencia o no de
nombres naturales, correspondientes a la naturaleza de lo que designan, se
cuestione en boca de Spender y en otros tramos de la novela. Gattgno afirma,
sobre la vulgaridad y la fealdad de los vocablos elegidos por los hombres: en
Crnicas Marcianas abundan las condenas a una civilizacin incapaz de conservar
en los hombres el gusto por lo bello.
Nada secundaria deviene, entonces, la apelacin a ciertos nombres que acompaan
82
83
84
aos Octubre de 2026, Se le podan ver los pensamientos nadando como peces
en los ojos.
Tanta belleza desprende estos smiles como de las metforas, que tambin
aparecen dobles o simples.
Entre las primeras, se destacan las referidas a Marte en la imaginacin de Benjamn
Driscoll: era un bosque vespertino, un huerto brillante. Los colonizadores son
hombres armados de martillos, con las bocas orladas de clavos. El colmo de
la sucesin metafrica lo constituye tal vez la enumeracin asindtica
protagonizada por los rboles, esos deliciosos vegetales que harn ms habitable el
planeta rojo. Los rboles refrescaran las ciudades durante el esto y podran ser:
color, sombra, fruta, paraso de los nios, universo areo de escales y columpios,
arquitectura de alimento y de placer.
Las viejas cometas polvorientas, los trompos y bolitas de Silla son tesoros
reunidos durante aos. En torno a la imagen central de ro, una alegora de los
negros y su liberacin, resplandece: Con innumerables afluentes, con arroyos de
animado color, se haba formado una corriente madre que no dejaba de crecer. La
angustia de los primeros colonizadores procede de que su casa se reduce al
tamao de un puo, de una nuez, de una cabeza de alfiler. Marte es la vasta
tumba de una civilizacin desaparecida; los hombres del capitn Williams
exhalan lentas cintas de plido humo blanco; Ylla flota en Una blanda alfombra
de bruma despedida por las paredes cuando se abandona el sueo. Tanto y tan
elaborado resulta el entramado metafrico de las Crnicas que supera cualquier
intento de sistematizacin. Se disparan con libertad y ntido fulgor en los
principales pasajes.
Tampoco pueden dejar de mencionarse los bien sofisticados oxmoron de la
narracin, principalmente referidos a objetos marcianos, inversos respecto a su
funcionalidad terrestre, como los barcos de arena, la barquilla voladora del
seor K. y su esposa o los canales secos. Marte tambin es definido como un
planeta maravillosamente muerto. El pnico invade a Janice con hielo y fuego.
El seor Aaa beba Unos sorbos de fuego elctrico. Indudablemente, este
recurso se vincula a la identidad de los contrarios y las mltiples y hasta
contradictorias apariencias del ser, tan del gusto del autor.
Gran parte de la sedosa impresin del texto se debe a las acertadas sinestesias
utilizadas. Un reloj parlante dice su mensaje: con una voz muy dbil, como gotas
que caen sobre terciopelo. En los escenarios marcianos se elevaba una msica
serena, en el aire tranquilo, como el aroma de una flor. El alba de Marte es tan
tranquila como Un pozo fresco y negro. En otra oportunidad, El aire ola a
limpio y nuevo.
85
Poco antes de morir, el capitn Black deja atrs las sensaciones de la infancia, ese
pas de humo de cigarros, de perfume, libros y luz suave. El placer de esas
asociaciones contrasta con el prximo y trgico desenlace. Su situacin recuerda
aquel hermoso haik japons: Sin sospechar siquiera / su temprana muerte / la
cigarra canta. El impiadoso engao todava permite al capitn Black vivir otra
sinestesia: el aroma nocturno del jazmn entr en la habitacin. Haba luna y
sonidos de msicas y voces lejanas. Lo delicioso no elimina lo funesto.
Por otra parte, la apelacin a personificaciones y prosopopeyas atpicas,
sumamente originales, enriqueces este mundo verbal dulce y complejo.
En Ylla Febrero de 1999, el viento no slo movi el pelo rojizo de la seora K.
sino que le murmur suavemente en los odos. En su carrera fraternal con
Edgard, Los rboles rugieron sobre la cabeza del capitn Black. Segn Spender, a
Marte le arrancaremos la piel. l y los otros llegan a una ciudad dormida y
muerta. En Los colonizadores, El dedo del gobierno indicaba desde carteles de
cuatro colores, en innumerables ciudades: Hay trabajo para ustedes en el cielo.
Visite Marte!.
Inclusive Benjamn Driscoll llega a hablarle al fuego, el nico compaero para uno
de los primeros solitarios colonizadores:
Necesitas aire le dijo a su fuego nocturno.
Ms adelante El fuego le respondi con un chasquido. La animacin de objetos y
seres no humanos cumple mltiples funciones en el relato pero siempre se
emparenta ntimamente con el mensaje general que se desea transmitir.
Por ltimo, las metonimias tambin juegan su rol en las Crnicas. Entre las
destacables, hay algunas ms ajustadas que bellas. As, refirindose a los robots
imitadores de personajes fantsticos en Usher II, el narrador observa: Los
prpados de goma se abrieron y descubrieron los ojos de mrmol; las narices
palpitaron
De los usufructuarios de la forestacin llevada adelante por Benjamn Driscoll, se
dir: la gente precipitara en el milagro nuevo del oxgeno, aspirndolo en
bocanadas, con mejillas rojas, narices fras, pulmones dilatados, corazones que
latan apresuradamente y cuerpos rendidos animados por el baile. En Aunque
siga bailando la luna Junio de 2001, la parte sugiere el todo en varias
oportunidades. Aisladamente, aparecen el pecho, el cuerpo y los cochinos
sesos (lo que enardece al perseguidor ms violento) de Spender. Antes, El
brillante sol de Marte le calentaba el dorso de las manos y le acariciaba las
86
87
88
amortiguar los vientos del invierno, de producir aire para todos y juegos para los
nios.
Este despertar contrasta vivamente con el posterior a su desmayo por falta de aire.
Hay un paralelismo antittico entre los dos despertares: Y cuando se le aclararon
los ojos vio enseguida que no haba rboles, ningn rbol, ni cerca, ni lejos. Era una
tierra desnuda, negra, desolada, sin una hierba.
Frente a semejante panorama estril y seco, la llegada de las primeras gotas
aparece como una gracia enviada por el cielo. La oracin unimembre: La lluvia.
se prea de significaciones. La plasmacin de los anhelos ms ntimos del pionero,
el porvenir cuajado de posibilidades para la comunidad y una sensacin de triunfo
laten tras ese simple sustantivo.
Fresca, dulce y tranquila, caa desde lo alto del cielo como un elixir mgico, con el
sabor del aire y las estrellas, y arrastraba un polvo acre y se le mova en la lengua
como un raro jerez liviano.
Recurre el narrador a una trada de adjetivos para caracterizar aquella mansa
precipitacin. El smil con el elixir mgico alude a sus propiedades vitales y
extraordinarias en aquella atmsfera. Encanta la sinestesia del sabor el aire y las
estrellas, y la comparacin del lquido en la boca con algo tan gustoso y exquisito
como un jerez liviano. Se han coaligado el bien y el placer en el seno de la
naturaleza.
Se incorpor. Dej caer la manta y su camisa azul. La lluvia lo arreciaba. Un
animal invisible danz sobre el fuego y lo pisote hasta convertirlo en un
torbellino de humo. Caa la lluvia. La gran tapa del cielo, agrietada como un
esmalte maravilloso por seis relmpagos azules se precipit a tierra. Diez billones
de diamantes titubearon un momento y la descarga elctrica los fotografi
rpidamente. Luego oscuridad y agua.
Al contrario de lo que hara comnmente otra persona, Driscoll se levanta de su
posicin y queda semidesnudo. Se prepara a recibir la lluvia sobre su cuerpo, a
disfrutar cada gota con felicidad. Para l no representa una molestia sino todo lo
contrario; una confirmacin y un trofeo. El color de su camisa repite seguramente
el de los relmpagos y el cielo. Cuanto ms fuerte la lluvia, ms contento el
hombre. La metfora del lquido con un animal que danza y pisotea la fogata
parece esplndida y con algo de tribal. Por otra parte, su condicin nocturna
justifica de algn modo su invisibilidad. El fuego se metamorfosea mgicamente
en un torbellino de humo, lo que resalta la plasticidad y el dinamismo de la escena.
La nueva metfora del cielo, junto al smil del esmalte y la lujuria visual del
89
90
91
Bibliografa
Un conejo en una galera espacial
Lauro Marauda
Editorial Tcnica s.r.l
Montevideo, 2001
http://www.culturageneral.net
http://www.portalplanetasedna.com.ar
Historia Mundial
David Thomson
Editorial Fondo de Cultura Econmica
Mxico, 1959
Catorce entrevistas y un recorrido por un mundo de sueos
Jorge Traverso
Fundacin del Banco Boston.
Montevideo, 1992
http://www.leelibros.com
http://www.raybradbury.com
http://www.ciencia-ficcion.com
Hoy y ayer, Historia del mundo contemporneo
Susana Mazzara, Matilde Arocena, Nstor Florio Rey
Ediciones de la Plaza
Montevideo, 2006
92