Hermes - Los Siete Capítulos Dorados
Hermes - Los Siete Capítulos Dorados
Hermes - Los Siete Capítulos Dorados
No poseo ste arte y sta ciencia sino por la nica inspiracin de Dios; El es
quien la ha querido revelar a su servidor, El es quien ha dado el medio para
conocer la verdad a quienes saben usar de su razn y El jams ha sido la causa
de que alguien haya seguido el error o la mentira.
Sabed, hijos de los Sabios, que hay una divisin en el agua de los antiguos
filsofos, que la divide en otras cuatro cosas. Una es de dos, y tres son de una,
y al color de stas cosas, es decir, al humor que coagula, pertenece la tercera
parte, y las otras dos terceras partes son para el agua: Estos son los pesos de
los Filsofos.
Tomad una onza y media del humor, y la cuarta parte de la rojez meridional, o
del Alma del Sol, que ser de una media onza, y tomad la mitad de
Oropimente, que son ocho, es decir, tres onzas.
Y sabed que la via de los Sabios se extrae en tres y que su vino es perfecto al
terminar las treinta.
He aqu que os acabo de declarar lo que estaba escondido, pues la obra est
con vosotros y en vosotros, de modo que si la encontris en vosotros mismos,
donde est continuamente, tambin la tendris siempre y en cualquier parte en
que os encontris, sea en la tierra o en el mar.
Por lo tanto, guardad la plata viva que se produce en los lugares o gabinetes
interiores, es decir, en los principios de los metales compuestos de ella, donde
est coagulada, pues sta es la plata viva que se llama tierra que Permanece.
Aquel que no entienda mis palabras, que demande inteligencia a Dios, que de
ningn malvado justifica las obras, ms no rehusa a ningn hombre de bien la
recompensa que le es debida.
Pues yo he descubierto todo lo oculto de sta ciencia, he revelado un gran
secreto y he explicado toda la ciencia a quienes sepan entenderla.
Sabed tambin que el cuervo que vuela sin alas en la negrura de la noche y en
la claridad del da, es la cabeza o comienzo del arte. El color lo toma de la
amargura que est en su garganta, y la tintura sale de su cuerpo, y de su
espalda se extrae un agua verdadera y pura. Por tanto, comprended lo que digo
y de ste modo recibid el don de Dios que yo os comunico, pero ocultadlo a
todos los imprudentes.
quienes viven sin ley ni caridad, por temor de que, por ste medio, los
malvados se pudieran volver poderosos y cometieran toda clase de crmenes,
de los que, ante Dios, seran responsables los Filsofos pues todos los
malvados son indignos de poseer la Sabidura.
Sabed que a sta piedra yo la llamo por su nombre: si los filsofos la llaman
Mujer de la Magnesia, o Gallina, o Saliva Blanca, o Leche de las Cosas
Voltiles, y Ceniza Incombustible, es con el fin de esconderla a los imprudentes, que no tienen ni sentido, ni ley, ni humanidad. Pero yo la he
denominado con un nombre muy conocido al llamarla Piedra de los Sabios.
Conservad el mar, el fuego y el voltil del cielo en esta piedra, hasta su
aparicin.
CAPITULO II
Hijo mo, ante todo te advierto que has de temer a Dios, pues El es quien har
que tu operacin resulte y quien unir cada uno de los elementos separados.
Hijo mo, del rayo de luz separars la sombra y todo cuanto tenga de impuro,
pues sobre l hay nubes que lo esconden e impiden que brille, a causa de que
est quemado por la presin y la rojez.
Toma esta rojez que ha sido corrompida por el agua, de igual manera que la
ceniza viva contiene el fuego, y si la retiras de modo que la rojez quede limpia
y purificada, hars una unin en la que l se calentar y reposar.
Hijo mo, vuelve a poner en el agua, durante los treinta das que ya sabes, el
carbn, cuya vida ha sido extinguida.
Oh, obra nuestra, que reposas sobre el futuro de ste Oropimente que no tiene
ninguna humedad! He aqu que he colmado de alegra los corazones de
aquellos que esperan en ti, oh, elixir nuestro! y he alegrado los ojos de los
que te estiman, con la esperanza del bien que contienes en ti.
Hijo mo, ten por seguro que el agua est encerrada, primeramente en el aire,
y despus en la tierra, por eso la has de hacer subir hacia lo alto a travs de sus
conductos y transformarla con discrecin; seguidamente la has de unir a su
primer espritu rojo, que previamente ha sido recogido.
Sabe pues, hijo mo, que de ste parecido y de sta proximidad de naturaleza
se puede sacar una gran enseanza para el conocimiento de nuestra obra; pues
en el huevo de gallina hay una sustancia que representa la materia acuosa de la
obra, llamada espiritual o espritu, y hay otra parecida al Oro, que es la tierra
de los Filsofos; y en estas dos sustancias se nota de modo visible la unin y
el ensamblaje de los cuatro elementos.
El hijo le ha dicho: padre mo, creo que el Cielo es el corazn de las cosas
superiores, y que la tierra lo es de las inferiores. A ello, Hermes ha
respondido: no dices bien; pues el macho es el cielo de la hembra y la hembra
es la tierra del macho.
Hijo mo, has de saber que el ungento mediocre, es decir, el fuego, ocupa el
medio entre las heces y el agua, porque se las llama ungento y azufre, y hay
una gran afinidad entre el fuego, el aceite y el azufre, pues del mismo modo
que el fuego lanza una llama, as mismo hace el azufre.
Sabe, hijo mo, que toda la Sabidura del mundo est por debajo de la
Sabidura que yo poseo, y todo lo que su arte puede hacer consiste en restituir
esos elementos ocultos y encerrados, lo cual es una cosa maravillosa.
Por tanto, aquel que desee ser iniciado en esta Sabidura oculta que poseemos,
ha de rehuir el vicio de la arrogancia, ser piadoso, ser hombre de bien, tener
un profundo razonamiento y guardar los secretos que le hayan sido
descubiertos.
Adems, te advierto hijo mo, que nada sabe y nada avanzar, quien no sepa
mortificar, hacer una nueva generacin, vivificar los espritus, purificar,
introducir la luz hasta que los elementos se combatan, se coloreen y sean
limpiados de sus manchas, como son la negrura y las tinieblas. Pero si sabe lo
que acabo de decir, ser elevado a una gran dignidad, hasta el punto que los
Reyes sentirn veneracin por l.
Adems has de saber que nuestra piedra est hecha de muchas cosas y de
muchos colores, que est hecha y compuesta de cuatro elementos unidos, que
hemos de separar stos elementos, desunirlos y ponerlos aparte, como si
fueran distintas piezas.
compuestos de los cuatro elementos y retener o fijar sus aguas por su agua,
que no es, sin embargo, agua en cuanto a su forma exterior o aparente, sino un
fuego que asciende sobre las aguas contenindolas en un vaso que ha de estar
entero y sin fisura, para que los espritus no se escapen y no salgan de los
cuerpos. Si son retenidos as, se tornan fijos y tingentes.
Oh, bendita forma o apariencia del agua Pntica que disuelve los elementos!
Y a fin de que, con sta alma acuosa poseamos la forma sulfurosa, es decir, a
fin de que la composicin, que es parecida al agua, se convierta en tierra o
azufre, es preciso que la mezclemos con nuestro Vinagre. Pues, cuando por
potencia y virtud del agua, se disuelva el compuesto, tendremos entonces la
llave o el medio asegurado de restablecerlo y rehacerlo. Entonces la muerte y
la negrura los abandonan y la Sabidura, es decir, la obra de la Sabidura,
empieza a aparecer. Quiero decir que el Artista conocer con ello que ha
conducido bien y sabiamente su operacin, y que est en la verdadera va que
han seguido los Filsofos.
CAPITULO III
Has de saber, hijo mo, que los Filsofos hacen lazos, o fuertes ligaduras, para
combatir contra el fuego, porque los espritus desean estar y se complacen en
habitar los cuerpos que han sido lavados.
Y cuando los espritus se unen a ellos, stos espritus los vivifican y en ellos
permanecen, y los cuerpos retienen estos espritus sin dejarlos jams.
Oh, forma acuosa del agua permanente que creas los elementos con los que
est compuesto nuestro Rey y que, con un rgimen templado, despus de
adquirir la tintura y unindote a tus hermanos, reposas, porque has llegado a tu
fin !
Ella nutre al Hijo y gracias a ste pequeo fuego lo torna fijo y permanente, y
as, el Hijo vive de nuestro fuego. Y cuando se deje el fuego sobre la hoja de
azufre ser necesario que el trmino de los corazones penetre en l, que as sea
lavado y que as la suciedad se aleje de l. Entonces se transforma, y cuando
sea retirado del fuego, su tintura permanecer roja como la carne viva.
Nuestro Hijo, que ha nacido Rey, recibir su tintura del fuego, tras lo cual la
muerte, el mar y las tinieblas lo abandonarn, porque se transformar en
viviente, se desecar, se convertir en polvo y tendr un brillo vivo y
resplandeciente.
El Dragn, que guarda las cavidades, huye de los rayos del Sol.
Nuestro Hijo, que estaba muerto, recobrar la vida. Saldr del fuego siendo
Rey y, en su boda y unin, se regocijar. Lo que estaba oculto y escondido
aparecer, manifiesto y evidente y la Leche de la Virgen ser blanqueada.
CAPITULO IV
Escuchad, porque voy a descubriros aquella ciencia que los antiguos Filsofos
escondieron: es una cosa cuyo nombre est comprendido en siete letras y que
sigue a dos Alfa y Eta. El Sol tambin sigue a la Luna y viene despus de ella,
pero quiere tener el dominio y ser el dueo de la obra; quiere conservar a
Marte y teir al Hijo del agua Viva, que es Jpiter, y ste es el secreto que
escondieron los Filsofos.
Vosotros que me escuchis: comprendedme y de ahora en adelante llevemos a
la prctica lo que sabemos. Lo que he escrito os lo declaro despus de haberlo
investigado cuidadosamente y de haberlo meditado muy sutilmente. Conozco
cierta cosa que es nica.
Pues quien comprender nuestra ciencia? tan solo aquellos que la estudian
seriamente, quienes la investigan con gran aplicacin empleando toda la
fuerza de su espritu y de su razn para descubrirla.
Pero el Rey, que tiene el dominio de la obra, dice a sus hermanos, que por su
transmutacin rinden testimonio de sta verdad:
Por eso el Filsofo ha dicho: Botri est hecho del anaranjado que se extrae del
ndulo rojo, no de otra parte, y si podis hacerlo anaranjado, ser un logro de
Hijos de los Sabios, quemad el cuerpo del Latn a fuego fuerte y os entregar
lo que buscis. Evitad que lo que huye vuele de lo que no huye, y haced que
no lo deje ni se separe de l.
Haced de modo que repose y permanezca sobre el fuego, por muy spero que
ste sea. Y lo que ser corrompido por el violento calor del fuego, es Cambar.
Sabed que el Latn es una parte de esta agua permanente, que es su tintura y
que aquello que ha producido su negrura se transforma en rojo verdadero.
Juro ante Dios que no he dicho sino la verdad, y que aquellas cosas que
destruyen son las mismas que perfeccionan. Por eso nada puede ser
enmendado o mejorado si previamente no es corrompido, y sta corrupcin
har aparecer la mejora y la perfeccin, y una y otra son una seal esencial de
la verdad del arte.
CAPITULO V
Hijo mo: lo que nace del Cuervo es el principio de ste arte. He aqu que he
oscurecido lo que os he dicho y le he quitado su claridad con un juego de
palabras diciendo que lo que est unido est separado y lo que est muy
prximo est muy alejado.
Por tanto, asad stas materias y a continuacin cocedlas por espacio de siete,
catorce y veintin das en aquello que proviene del vientre de los caballos.
Entonces se hace el Dragn, que se come sus alas y se mortifica a si mismo.
Despus de esto lo pondris en un pedazo de tela y al fuego del horno, y tened
cuidado de que no escape del vaso.
Y sabed que los tiempos de la tierra estn en el agua y que siempre se hace el
agua hasta que ponis la tierra sobre ella. Cuando la tierra est quemada y
reducida a agua, tomad su cerebro y trituradlo con el Vinagre muy Fuerte y la
Orina de los Nios, hasta que oscurezca.
CAPITULO VI
Estamos obligados a dar gracias a Dios, que da a todos aquellos que son
sabios una ciencia tan admirable que nos libera de la miseria y la pobreza, y
de que haya encerrado tantas maravillas en la Piedra de los Sabios.
Por otra parte, y a fin de que no les induzca a error lo que antes he dicho de
los ungentos que extraemos de las uas, de los pelos, del moho, del
tragacanto y de los huesos, les advierto que esas son las palabras que los
antiguos Filsofos utilizaron en sus libros en sentido figurado y que no han de
tomarse al pie de la letra. Aun nos falta explicar ms ampliamente la
disposicin o preparacin del ungento que contiene en si las tinturas, que
coagula y fija las cosas voltiles y que embellece los azufres [ ... ]
Es un ungento oculto y velado del que no parece se haya de hacer ninguna
preparacin y que permanece en su cuerpo como el fuego en los rboles y en
las piedras. Y hay que obtener este ungento con una industria muy sutil y con
un grande artificio, y cuidar que no se queme [ ... ]
Y sabed que el cielo est unido a la tierra, por lo que es mediocre, porque el
agua, que es lo mediocre, tiene una comn figura con el cielo y con la tierra.
[He dejado en este captulo dos lagunas sealadas entre corchetes a causa de
que en esos lugares falta algo y que la traduccin de Joli es ms amplia. Dado
que en su comienzo (esa traduccin) es distinta, aado aqu este captulo
entero tal como lo ha traducido l. Ntese que lo que est en una letra distinta
es lo que no est en los ejemplares latinos ni, en consecuencia, en la
traduccin que yo he realizado.]
traduccin del
CAPITULO VI
por Joli
Tenis que dar gracias a Dios, que otorga esta ciencia a todo sabio, que nos
libera de toda miseria y pobreza.
Has de saber, hijo mo, que aquel que no conoce la diferencia, no conoce
bastante bien los dos azufres; no es que los ungentos que se subliman de las
piedras sean azufre, para hacer la tintura, pero los dos, mezclados con sus
cuerpos conforman uno que es perfecto. Y conviene saber que reinan dos
azufres, pero huyen y conviene separarlos perfectamente bien y retenerlos en
su huida. Y sabed que el cielo se une mediocremente con la tierra y lo
mediocre se figura con el cielo y con la tierra, y es el agua. Y la primera es
CAPITULO VII
y ltimo
Hijos de los Filsofos, hay siete cuerpos o metales, entre los que el oro ostenta
el primer rango, porque es el mas perfecto de todos, por eso se le llama Rey y
Jefe.
Porque, del mismo modo que la masa no podra ser fermentada sin levadura,
asimismo, cuando hayis sublimado y lavado el cuerpo, cuando hayis
expulsado la negrura de las heces, que las hace desagradables, y con el fin de
unir entre si a este cuerpo y a estas heces, poned el fermento y haced agua de
la tierra, hasta que el elixir se convierta en fermento, como la masa se hace
levadura por la levadura que se une a ella.
Por eso, con el hacemos la Seda, es decir, el elixir, y con l hemos hecho la
tinta con que hemos escrito, y teimos el barro del sello real y en l hemos
puesto el color del cielo, que fortifica la vista de quienes lo miran.
Por tanto, el oro es la piedra muy preciosa que no tiene impurezas y que es
templada. Y ni el fuego ni el aire, ni el agua ni la tierra podran corromper este
fermento universal, que por su composicin templada, rectifica y sita todos
los cuerpos imperfectos en una justicia y una temperatura moderada e iguales,
transmutndolas en oro.
El Oro de los Sabios, una vez cocido y bien digerido por medio del agua gnea
o del agua-fuego hace y compone el elixir. Pues el Oro de los Filsofos es ms
pesado que el plomo y por su composicin templada y equilibrada, es el
fermento del elixir. Como, por el contrario, lo que no es templado est hecho
con una composicin desigual.
Por lo dems, la primera obra se hace del vegetal, y la segunda del animal, de
lo que tenemos un ejemplo (en el huevo del pollo, del que se forma un pollo)
en los elementos que se forman visiblemente. Y nuestra tierra es oro, con el
que hacemos la Seda, que es el fermento del elixir.
FINAL