Cuchi Leguizamón - Poética y Retórica

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

Cuchi Leguizamn

Metfora y Potica como herramientas de anlisis en la


msica popular.

Matas Homar
2014
Cohorte 6

Considero que el arte debe estar en


funcin de la sensibilidad humana, para
crearle al hombre un momento de magia
potica.
Ernesto Daz Larroque (Artsta Plstico)

Marco Aclaratorio
Como establece Aristteles la retrica y la potica son artes en s mismas porque tratan de lo
verosmil y hacen una representacin de la realidad en contraste con las ciencias que versan
sobre lo verdadero y lo justo. Es fundamental tener en cuenta que una no puede estar
separada de la otra. La ciencia necesita de las artes para evitar ser presa de los engaos de
aquellos hechos reprochables, que solo las artes logran comprender para poder buscar la
verdad y la justicia. Claro que la postura de Aristteles esta basada en hechos de una sociedad
antigua y centra su pensamiento en funcin de los roles que le corresponden a cada actor en
dicha organizacin social. Pero esta nocin de ntima relacin entre arte y ciencia ayuda a
poder estudiar a las manifestaciones sociales, en este caso la msica, de forma mas completa
y por ende mas compleja, resumiendo la importancia de dicha relacin en comprender lo
verdadero, lo justo, lo abstracto, lo oculto, lo bello.
Entender que la retrica comprende a la metfora y que la potica, en trminos aristotlicos,
abarca a la mimesis como medio de representacin de la realidad a travs de la ficcin, permite
realizar un estudio en profundidad de cuan relevante son aquellas manifestaciones de las
sociedades actuales por medio de lo comnmente llamado popular. La msica popular
encarnada en artistas como el Cuchi Leguizamn podra traducirse como la Nueva Msica
de la que habla Adorno donde establece que bajo las presiones constantes y persistentes de
ciertos centros de poder por imponer formas de organizacin cultural que perpeten esquemas
sociales que solo beneficien a los que concentran ese poder, el arte debe tomar medidas
constantes y persistentes para ser la antorcha de lo no idntico, de la heterogeneidad, de la
diferencia y de la libertad.1
Claro que esta Nueva Msica esta centrada en las tradiciones de lo llamado culto, que sigue
estableciendo su validez en los emergentes de la cultura centro-europea, pero es til traer a
colacin lo que explica Coriun Aharonin para expandir esa validacin de msica nueva hacia
las expresiones propias, nativas representativas de lo realmente real. Porque es en stas
manifestaciones que se pueden observar movimientos que escapan de las limitaciones
impuestas social y culturalmente, limitaciones dentro de las que se educa para alienar
respecto de la realidad cultural real en tanto que convierte a Bob Dylan en alguien muchos ms
cercano que Violeta Parra, o a Frank Sinatra en menos ridculo que los Panchos, o a los
Beatles en mas propios que los Chalchaleros.2 Y es en este sentido que lo que comentara el
Cuchi Leguizamn cobra un importante valor.
Los enemigos de la cultura popular quieren destruir
nuestra identidad para tratarnos como pueblo de la
gua telefnica, porque todas las guas telefnicas
son iguales" (Cuchi Leguizamn)3
1

ADORNO, Theodore, Filosofa de la Nueva Msica, Buenos Aires, Sur, 1966, pgs. 104-107.

AHARONIAN, Coriun, Factores de Identidad Musical Latinoamericana, en VI Encontro Nacional da ANPPOM,


2-6 de agosto 1993, pp. 41-67.
3

www.redsalta.com/cuchileguizamon.htm

De modo que para poder comprender y revalorizar la msica popular como la Nueva Msica,
digna de un verdadero reconocimiento e inserta en un mundo de multiplicidades y
heterogeneidades, el uso de la retrica como herramienta para desentraar la persuasin a la
que es sometida la sociedad por las industrias culturales hegemnicas resulta de vital
importancia, entendiendo a sta (la persuasin) como el hecho reprochable al cual hiciera
mencin Aristteles y que debemos entenderlo y comprenderlo para poder discernir en cada
circunstancia lo admisiblemente creble4. En tanto que la potica brinda elementos que ayudan
a reforzar esta revalorizacin a travs del hacer.
Al entender la concepcin de que la Potica de Aristteles sugiere constantemente ideas de
trabajo personal, de ajuste y de estructura. (...) la potica musical (es) el hacer en el orden de la
msica.5 Y es este hacer, por medio del uso de la ficcin, el que plantea la realidad cultural
real.6 Bajo esta misma lnea de pensamiento donde se establece que la mimesis evoluciona
desde una representacin improvisada hasta expresiones mas sofisticadas, es que se hace
necesario comprender el fenmeno musical desde sus orgenes, estudiar los ritos primitivos,
los encantamientos, penetrar los secretos de la antigua magia. Recurrir a la historia. 7 Este
recurrir a la historia nos facilita la comprensin del devenir cultural representado en la msica,
un devenir que tiene mltiples facetas. Porque como se pueden observar claramente los
discursos dominantes se puede, tambin, entrever aquellos que ofrecen resistencia de manera
constante y persistente.
Como ltima reflexin previa al anlisis de las obras vale la mencin a la teora del
pensamiento complejo de Morin la cual plantea la paradoja de lo uno y lo mltiple. (...) es el
tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que
constituyen nuestro mundo fenomnico.8 Es en este tejido lleno de multiplicidades que la
msica popular se desarrolla, del mismo modo que se entiende que las danzas del ternario
colonial, como las denomina Carlos Vega a los ritmos de la zamba, chacarera, entre otros,
estn atravesadas por una vertiente aborigen, una afro y una de los colonizadores, las Nuevas
Msicas no solo provienen de estas tres vertientes sino que con el devenir de la historia fueron
sumando nuevas vertientes, algunas que son variaciones de las antiguas y otras que podran
considerarse mas modernas. Posicionarse desde esta mirada plantea la necesidad de ir en
contra del pensamiento simplificante el cual es incapaz de concebir la conjuncin de lo uno y lo
mltiple. O unifica abstractamente anulando la diversidad o, por el contrario, yuxtapone la
diversidad sin concebir la unidad.9 De modo que fenmenos complejos que tienen un fuerte
rasgo personal como la msica del Cuchi Leguizamn necesitan ser analizados desde las
mltiples aristas que componen al universo de la msica, en este caso la llamada popular.
(...) el Cuchi era un experto en interpretar la
sensibilidad musical de su pueblo. El ha sabido
captar ese mundo, pero nadie tan novedoso, tan
adelantado y tan lleno de porvenir. Y cuando digo

ARISTOTELES, Ret. I, 3, 1335b, 118.

STRAVINSKY, Igor, Potica Musical, s. l., s. d.

AHARONIAN, Coriun, Factores de Identidad Musical Latinoamericana, en VI Encontro Nacional da ANPPOM,


2-6 de agosto 1993, pp. 41-67.
7

STRAVINSKY, Igor, Potica Musical, s. l., s. d., pp. 45.

MORIN, Edgar, Introduccin al Pensamiento Complejo, s. l., s. d., pp. 32.

MORIN, Edgar, Introduccin al Pensamiento Complejo, s. l., s. d., pp. 30.

porvenir, tal vez quiero decir eternidad. (Miguel


ngel Prez - Poeta)
La realidad es compleja por
naturaleza; lo simple no sale de lo
ideal, no llega a lo concreto
PROUDHON

Casos
El anlisis de obra para el presente trabajo se centra en las canciones del Cuchi Leguizamn
que adems de la interpretacin de las mismas tienen un relato grabado por el autor, el cual es
de gran relevancia para poder dar cuenta de la importancia que adquiere el uso de la potica y
la retrica para una comprensin mas abarcativa de lo que significa e implica la obra folklrica
de la generacin de la dcada del 60 en el Noroeste argentino, que es factible de ser extensible
a las nuevas manifestaciones.
El Rococo
Los Rococos de mi tierra se llaman Rococo, es un sapo muy grande, un sapo gran cantor. Observando a los sapos
con atencin ellos cantan en los lados de los ros, en los charcos aledaos de los ros, donde hay agua tranquila.
Se los ve comenzar el canto, hacer tuttis corales, sobre todo... yo no se si no existe una batuta secreta que los
hace callar a exacto tiempo. Yo he afirmado, con la irresponsabilidad que se me caracteriza que los Rococos
tienen una cultura coral. Y bueno, vea, lo que sucede es que en este mundo de las contradicciones, donde le
negamos la posibilidad de consciencia en la comunicacin de los animales, tenemos que pensar que hemos
cometido muchas injusticias. En el medioevo se pensaba que las mujeres no tenan alma, despus hubo que
reformar la tesis, y no me cabe la menor duda que se va a reformar la tesis con respecto a los pjaros, a los
animales que cantan con una profunda consciencia de lo que es el canto. El Rococo, todo el mundo dice, tal
pueblo es inventor de la Chacarera, Mentira. La chacarera esta en el Rococo, El rococo tiene dos cantos. No s,
en una de esas pueden haber rococos en Alemania, no s, creo que es americano. Parece que fuera la voz de la
propia tierra. Hay dos cantos, yo se los voy a imitar para que rememoren si alguna vez no se ha filtrado algn
rococo que ha cruzado el charco del ocano y se ha venido a nado. (Imitacin primer canto) El canto del rococo
suelto. Pero el rococo, muchas veces, en cantos colectivos de rococos, hace otro canto que es el ritmo exacto de
la chacarera. Esa es la chacarera. Dos salzares en un tiempo de 3/4. Con menos palabras no se puede explicar el
ritmo endiablado de la chacarera, que no es nada mas que eso. El rococo conoce a la perfeccin el ritmo de la
chacarera. Sobre el rococo yo he hecho una suite que despus he pasado al piano.
Cuchi Leguizamn - En Vivo en Europa.

El relato, plagado de imgenes metafricas, nos posiciona frente a una obra musical que no
solo nos habla de los elementos sintcticos propios de la disciplina artstica, sino que nos
manifiesta hechos culturales, histricos y sociales que se valen de lo musical para transmitir
estas representaciones. Podra decirse que sin este relato, la msica no dira nada
relacionado con lo que claramente se vislumbra en las palabras, pero lo real es que el
compositor se basa en elementos de hechos folklricos que nos cuentan una historia y nos
invitan a reflexionar sobre el hacer musical de una cultura en particular. Teniendo en cuenta el
repertorio de obras del autor se puede concluir que los ttulos con los que se las nombra no son
ajenos a la intencionalidad de
establecer una relacin entre lo que se
dice y lo que se busca representar. En
este sentido el ttulo ya nos ubica sobre
cual es el objeto protagonista del
relato, y no solo eso sino que nos ubica
en una regin y culturas particulares.

Al analizar los elementos musicales de la obra podemos ver claramente en los planos de fondo y figura lo que se
configura como el canto de los rococos, ese canto coral tpico.

En el caso particular de la presente obra es interesante observar la mimesis como la define


Aristteles, siendo que lo que se imita es el ritmo natural del canto de los rococos. Esta
imitacin habla claramente del arte para representar iconos caractersticos de una cultura
particular que se da en una zona en particular. Y es este el hecho que acerca el arte al pueblo,
y lo identifica como parte de la historia que se cuenta, que se expresa, como reflexiona el poeta
ngel Prez. Esta mimesis que deviene en metfora de lo propio posibilita abrir caminos para
salir de los modelos musicales impuestos por los imperios, modelos alienadores, permitiendo
establecer modelos vanguardistas propios que escapen de aquellos que tienden a la
homogeneizacin en la globalizacin.
La estructura formal no remite a la danza de la chacarera con exacta similitud. Si bien, la obra
esta presentada como una suite, tampoco respeta con rigurosidad la forma de sta ltima. Lo
que se genera aqu es una mezcla entre dos especies musicales que tiene de valioso la no
negacin de los elementos histricos, ni la subordinacin de los elementos folklricos a lo de
las llamadas formas superiores (ttulo que poco aporta a la necesaria integracin cultural), sino
que se establece un nuevo orden para la elaboracin de formas musicales representativos del
inmenso y basto bagaje que conforman las sociedades modernas. Es valioso poder
comprender que se instalan modos de hacer msica propios de una tierra y una ideologa,
particulares del autor y representativas de una realidad social. Esto manifiesta una identidad
propia con herramientas que validan a la obra por s misma. Refuerza la idea de una msica
que hace una representacin de la realidad y versa sobre lo verosmil, que busca e indaga en
hechos ancestrales, histricos y actuales de una idiosincracia en la cual esta inmerso el
compositor y el gnero que elige como medio de manifestacin propia y original que se adapta
a el contexto que lo rodea por nacer desde el centro mismo de ese contexto, de esa cultura, de
esa sociedad, de esa verdad.
Cancin de Cuna Para el Vino
(...) Y ni unas gotas de vino, pa colmo se haban entretenido rompiendo las botellas a pedradas. Entonces le digo:
Bueno poeta Castilla hay que salir a ganarse la vida aqu. Bueno, buscamos los amigos, menos mal que el
carnicero estaba porque era un sbado, y que! los cacheos se van a pescar, no s los otros suelen irse a
Catamarca para pasear, que se yo, no haba nadie. Pero conseguimos el carbn. Y le decimos a los changos:
Inmediatamente se ponen a cuidar esto que nosotros vamos a ir a buscar el vino.
Y hemos partido, no hallbamos un solo almacn. Cuando de lejos diviso un ranchito petisito, se vea flamear una
cortina de cadenas. Y digo: esto debe ser boliche, vamo. Llegamos y nos encontramos con una gorda hermosa,
una boliviana con un sombrero blanco. Qu estara haciendo la boliviana? Nosotros hemos entrado: -Buenos
das seora
-Buenas tardes -dice- ser.
Claro eran como las tres de las tardes. Hay seora que suerte que tiene tanto vino. Estaba rodeada como de
veinte damajuanas de vino, y varios cajones de vino. Que hermoso.- digo- Nosotros andamos buscando que nos
vendan vino
- Yo no vendo vino.- dice- Esta es mi provedura
Pero digo: Seora, si usted se chupa su provedura por decir api, va a decir acorden.
No quera saber nada conmigo la coya, pero el Barbudo, viejo salamero, profesor de psicologa recibido en la
universidad del pueblo, la empez a piropear a la coya. Pero que lindos ojos, y ya a la coya se le notaban los
hoyitos de los cachetes. Y de ah le ha hecho el pedido: Cmo nos va a dejar sin vino seora, vndanos unas
botellitas.
- Si seor, si les voy a dar. -dice.

Y nos ha vendido tres botellas de vino. Las llevbamos nosotros ni que fuera el nio Dios. Y aprovecho y le digo al
Barbudo: Mir Barbudo, aht. A estas botellas de vino les estamos dando el trato de nio como si fueran
nuestros hijos. No te gustara que le hagamos una cancin de cuna al vino? El Barbudo piensa un ratito y dice:
Meta! Viene al pelo! Porque el vino que nos duerme casi todas las noches a nosotros, por fin alguna vez que
nosotros lo durmamos al vino!
Cuchi Leguizamn - Vivo en el Teatro Presidente Alvear. (1985)

En esta obra el Cuchi Leguizamn hace uso de una forma musical que ha atravesado varias
culturas y generaciones, las canciones de cuna. Ya el ttulo hace uso de la metfora para
preanunciar de lo que versa la obra, entendiendo que las canciones de cuna hacen referencia a
una situacin en particular, pero que no siempre el texto acompaa en su temtica el
sentimiento de acunar al nio. Como en el ejemplo anterior, se plagan de cuadros que remiten
a hechos idiosincrsicos del lugar al que pertenece el autor.

Dicha forma musical establece un orden estrfico en su estructura que relata, en ocasiones una
historia, en otras versos para acompaar el mecer del nio hasta un profundo sueo. En la
composicin que se analiza se toman estos ncleos para elaborar una sola narracin que a
travs del uso de la metfora plasman imgenes que permiten aprender del hacer musical, del
ritual cultural y la relevancia social donde se involucra al vino. De lo que puede desprenderse la
idea presente en el texto de Stravinsky donde la potica musical brinda herramientas para
comprender y aprender de los ritos, las costumbres, el recurrir a la historia propia que devela
cada obra de arte.
La poesa (potica) no quiere dar pruebas de nada, su objetivo es de crear una representacin
esencial de las acciones humanas 10, y es esto lo que se transmite en la cancin. No se dan
pruebas, se crea o recrea una representacin de las acciones tpicas de un pueblo donde el
vino es un actor presente en las costumbres. Donde el objeto que se recrea es la accin del
hombre alrededor de ese actor. Se retratan hechos sociales, hechos creativos, hechos
personales a los que el compositor hace referencia por medio de la transferencia palabra por
palabra.11
La vinculacin entre la msica y el objeto (el vino) no esta dada por elementos sintcticos
musicales, sino por el texto potico. Lo que si se vincula ntimamente en lo musical es el
gnero de la cancin de cuna con los elementos que pone en juego el compositor. Estos
elementos tienen una fuerte reminiscencia a la cancin de cuna desde el anlisis meldico, lo
que prevalece en este caso es la esttica propia del compositor resignificando a este tipo de
canciones desde un sonido propio y de este modo imprimindole caractersticas inherentes al
contexto que envuelven al msico, y develan un acervo cultural particular que permite mostrar
en un anlisis mas profundo rasgos sociales y de poca.
Chacarera del Aveloriado
Es un personaje del norte argentino. A veces se nos muere algn amigo y vamos todos al velorio. All se da el
psame, las mujeres lloran, algn chango tambin lagrimea acordndose del difunto. Y en ese ambiente, triste de
la muerte entran al velorio. Y ya prontito el criollo se cansa de la muerte de la tristeza y empieza a contar cuentos,
y los cuentos van subiendo de tono. Y por ah hay alguna vieja que esta escuchando los cuentos y entonces pasa
y dice AY! por favor en respeto del difunto no cuenten cuentos tan verdes Total. la gente se calla y ya enseguida
aparece alguna agua ardiente para mejorar la situacin y vuelven otra vez a empezar los cuentos o vuelve alguien
a meterse adentro a hablar con la mama del difunto o la mujer y acordarse y llorar un poco, de acuerdo. Pero el
criollo no tiene paciencia para todas estas cosas, enseguida ya se olvida y ya esta pensando en que la alegra lo
10

N. del A. Se hace aqu referencia a la Potica de Aristteles.

11

RICOEUR, Paul, La Mtaphore Vive?, Paris, Seuil, 1975, pp. 37.

puede solucionar todo, bueno y as va pasando el velorio, hasta que llega el amanecer con copas, sin dormir y van
a enterrarlo por fin. Bueno, llegan, lo entierra, alguien dice un discurso y ya carancho a su rancho, como dicen los
criollos, ya cada uno se va pa su casa. Entonces el aveloriao, este personaje que lo quiero sealar, sale, y va
desubicado de la existencia entre la pena, la amanecida y las copas, son todos desenchufantes de la realidad
electrnica provinciana. Y por ah pasa algn ejecutivo que esta apurao y le pega el grito, y frena porque casi lo
atropella. Y le grita Aveloriao! Ese es el aveloriao, justamente. El que ha estado en el velorio, el que no conecta
con la vida al da siguiente. Todava esta en la pena, todava esta en esa reflexin obligada de lo que es la
brevedad de la vida. Bueno, una vez se me ocurri a mi aveloriarme. Y llego a mi casa amanecido, y digo bue, voy
a componer una chacarera para el aveloriao, y empiezo a tocar y se me entreveraban los temas, me salan unas
disonancias, y digo como me voy a poner a corregir todos estos errores que son propiamente del aveloriao, tiene
que quedar as. Y as qued. Y as les voy a tocar la chacarera del aveloriao.
Cuchui Leguizamn - Vivo en Europa.

El ejemplo que se analiza remite nuevamente a acciones tpicas y propias a una cultura, se
pone de manifiesto la mimesis de una realidad que utiliza los errores que son propiamente del
aveloriao como elementos estructuradores del discurso musical y potico. Sobre la
organizacin formal de la especie folklrica de la chacarera se trabajan materiales que tienen
una reminiscencia al estado de este personaje, que se podra caracterizar por no poseer un
centro fijo 12, lo cual se representa de manera metafrica por el uso de cromatismos, o acordes
no completamente estables en su estructura (acordes menores con 7 mayor, etc.). En
comparacin con la chacarera analizada anteriormente, el relato no manifiesta claramente
cuales son los elementos que hacen referencia al personaje, solamente hace una somera
mencin a las disonancias lo cual no implica reconocer, o no significa que cada oyente perciba
las mismas disonancias. Mucho menos
explicita como funcionan esas disonancias
para que sean las propias al aveloriado. De
este modo juega un rol importante el uso de la
metfora y la potica para comprender,
interpretar y aprender de todos los variados y
extensos elementos que vincula el autor con
la msica popular.

Materiales musicales que remiten al


estado del aveloriado. Metfora
musical.
Arriba Cromatismo en el movimiento
del Bajo.
Abajo Acorde de estructura
inestable por el uso de
disonancias como elemento
estructurador del mismo.

Se establece una vinculacin de elementos tradicionales-acadmicos, de los


cuales hace uso y adapta para la composicin de una cancin popular en su
propia esttica, con la metfora. El cromatismo como elemento representativo del

12

N. del A. Se hace referencia a una mirada que no puede fijarse en un punto, al caminar zigzagueante, el
balbuceo, estados propios del aveloriao.

andar zigzagueante, elemento que rompe con la direccionalidad y la jerarqua de


una nota en particular como centro tonal, ficcionaliza la verdad en el marco
musical. Esta es una posible representacin de la realidad del aveloriado y como
tal esta sujeta a diferentes interpretaciones, pero podra decirse que es un uso
habitual la transferencia de un sistema de conceptos desde su campo tpico a
uno nuevo (Zbikowsky, 2008, pag. 504), el zigzagueo producto de un mareo
producido por la pena, (...) la reflexin obligada de lo que es la brevedad de la
vida encuentra su transferencia en un material sintctico musical que genera
inestabilidad alrededor de un centro en particular.
Los elementos armnicos que se desarrollan en la cancin plasman un ambiente
de ambigedad, de indefinicin tonal que ayuda a versar sobre una de las
posibles verdades con las que puede vincularse al mundo simblico del
personaje. El empleo de estructuras que implican internamente el uso de
disonancias, las estructuras disminuidas, las relaciones de tritono en la
conduccin del bajo y acordes, y lo que puede denominarse como sustituciones
de acordes dentro de la misma funcin agregando tensiones a los acordes, son
herramientas que crean un contexto musical afin al mundo antes mencionado.
Incluso la detencin del fraseo meldico sobre notas que conforman las tensiones
armnicas ayuda a reafirmar este mundo simblico.
Conclusin
Es necesaria la sagacidad
para percibir lo smil en las
cosas que estn separadas
Aristteles

Como pauta inicial del presente trabajo se plantea el uso de elementos de la


potica y la metfora como herramientas de anlisis en la msica que permiten
una comprensin y aprendizaje mas complejo y abarcativo de los procesos
artsticos inherentes al lenguaje particular de la obra del Cuchi Leguizamn. Surge
la pregunta si es aplicable al lenguaje musical en su totalidad. Puede inferirse que
es factible de emplearse un anlisis similar al utilizado en las obras seleccionadas
pero debe de tenerse en cuenta las particularidades de cada obra y cada
compositor. Vale preguntarse si hace falta incorporar al anlisis las cuestiones
interpretativas que puedan ser agregadas por los distintos artistas que
representen una misma obra. En este sentido es importante considerar que una
de las derivaciones del anlisis es el lugar que ocupan las obras de artes para
establecerse como elementos culturales renovadores y emancipadores de los
movimientos de dominacin cultural, y cabe plantear que no porque una obra
musical sea concebida en stos trminos quienes la interpreten vayan a respetar
o siquiera comprender el espritu creador de quien haya plasmado la obra en el
papel o mediante la tradicin oral.
Al cabo de transitar los anlisis realizados se puede plantear que el uso de los
hechos y elementos folklricos atravesados por materiales sintcticos de otras
estticas permite al autor crear una sonoridad propia que le sirve para representar
y transmitir lo que l mismo interpreta de la sociedad y la cultura en la que esta
inserto, y de este modo se permite hacer uso de la mimesis para expresar su
contexto por medio de la metfora. Son stas (mimesis y metfora) las que

ayudan al receptor, espectador, intrprete, investigador, etc. a poder profundizar


sobre los conocimientos y el aprendizaje que no suelen estar en el plano
superficial de la obra de arte. Vale cuestionar si solo de la mimesis y la metfora
se puede valer quien desea tener una comprensin mas completa del objeto de
estudio o si se requiere hacer un uso mas extensivo de todos las operaciones de
la retrica, o si existen otros mtodos que posibiliten una lectura y una experiencia
mas acabada de lo que ensea el arte.
Es posible arribar a la conclusin, luego del camino transitado en estos breves
anlisis, que el estudio de la potica tal como se propone al principio ayuda a
percibir en la imitacin una herramienta que orienta a comprender el valor
simblico y determinante que pueden adquirir las acciones que son llevadas a
cabo por los distintos actores de una cultura. Incluso ayuda a poder dimensionar
el valor que tienen hechos, elementos, actores y objetos que no necesariamente
tienen una relacin directa con el contexto que involucra a la obra, sino mas bien
tienen una vinculacin indirecta porque infieren a hechos y caractersticas que
surgen de las costumbres y de los usos habituales de la sociedad donde se crea
la obra. Es en este punto que el uso de la metfora (la transferencia de palabra
por palabra o la transposicin de la especie al gnero y viceversa) establece
puentes que facilitan unir conceptos con imgenes de lo que se versa
representando e interpretando la realidad real desde un planteo que utiliza lo
verosmil para construir sentido.
Como ltima idea a tener en cuenta para continuar con la reflexin de como poder
comprender mejor y aprender de manera mas profunda las enseanzas de una
obra, se considera necesario poder estar atento a la proliferacin de canciones y
obras musicales vacas de contenido donde el anlisis potico y metafrico no
logran arribar a una conclusin significativa. Esto puede encontrar una de sus
causas por el dominio de industrias culturales provenientes de los imperios que
privilegian las producciones que nacen de sus propios centros y las hibridaciones
con las producciones locales de los centros perifricos. Es significativo
posicionarse desde un anlisis retrico del discurso para poder evitar ser presa de
recursos persuasivos por parte de los centros concentrados de poder para
dilucidar aquellos intentos por cooptar elementos populares, folklricos, genuinos
y originales en favor de instalar mecanismos de dominacin cultural evitando el
establecimiento de pensamientos propios a cada cultura, evitando que cada
sociedad pueda instaurar la Nueva Msica peculiar y conveniente a las
caractersticas de cada poca y momento que le toque vivir a estas sociedades.
Es as que el valor del trabajo realizado por personas como el Cuchi Leguizamn
y aquellos que compartieron su generacin, haciendo uso de todos los elementos
representativos de las costumbres viejas y nuevas de sus sociedades permitieron
establecer patrones para reflexionar, cuestionar y debatir sobre las acciones de
los sujetos culturales-polticos de su poca y que todava hoy sirven para
replantear los senderos tomados para cuidar y promover una cultura propia y
representativa de las mejores y peores facetas de la sociedad, sin caer en clichs
importados de otros lugares, o por lo menos el uso de esos clichs sin
adaptaciones y modificaciones necesarias para perseguir el fin de ser afines a la
cultura donde se implementan.
Una ltima reflexin acerca del vnculo letra (poesa o relato) y msica se
considera de gran importancia al ser ste el generador de forma, el estructurador
del discurso y de sentido de las obras. En el caso particular de la generacin

donde se inserta el autor es relevante conocer la existencia de grupos literarios


que interactuaban con otras disciplinas artsticas y que en varias ocasiones tanto
msicos como poetas intercambiaban roles. El valor esta dado en la interaccin
de la lengua hablada con el lenguaje musical, donde cada palabra es cargada por
los elementos sintcticos de la msica con un modo de adaptacin particular
definido por caractersticas propias de lo idiosincrsico del lenguaje folklrico, y
viceversa. Como se establece al principio el mismo ttulo con que se nombra a la
cancin ya tiene una carga simblica que puede orientar acerca de lo que trata la
obra. Con lo que solo al conocer o prestar atencin a determinadas palabras o
frases puede construirse un sentido mas profundo en torno de la intencin
compositiva. Claro que sta interpretacin puede, y seguramente, esta cargada
de construcciones de sentidos previas por parte de quien la interpreta y percibe.
Es relevante plantear que es plausible que ocurran distintos niveles de anlisis en
cuanto a la profundidad que pueda adquirir lo simblico, lo verosmil en las obras.
Para ayudar a dicha profundizacin en el estudio el texto potico cobra un inters
especial al brindar lazos mas directos (a veces) entre el mundo simblicometafrico del artista y la realidad real de la sociedad sobre la que se relata.
Siendo as, se puede concluir que resultan inseparables texto y msica para
poder comprender de manera mas acabada el relato musical-potico puesto en
juego en las obras de la msica popular, pero vale plantear que lo mismo sucede
en otras estticas de la msica llamada acadmica. Con esto no se cree que sea
irrealizable un anlisis de obras sin texto, mas bien llevan necesariamente a
focalizar la atencin en otros aspectos y detalles que estan presentes en las obras
sin dejar de lado una perspectiva histrica que debe atravesar todos los anlisis.
Bibliografa
Adorno, Theodore, Filosofa de la Nueva Msica, Buenos Aires, Sur, 1966.
Aharonian, Coriun, Factores de Identidad Musical Latinoamericana, en VI Encontro Nacional da ANPPOM, 2-6 de
agosto 1993.
Aristteles, Retrica, s. l., s. d.
Aristteles, Potica, s. l., s. d.
Morin, Edgar, Introduccin al Pensamiento Complejo, s. l., s. d.
Ricoeur, Paul, La Mtaphore Vive?, Paris, Seuil, 1975.
Stravinsky, Igor, Potica Musical, s. l., s. d.
Vega, Carlos, Panorama de la Msica Popular Argentina, Buenos Aires, Instituto Nacional de Musicologa Carlos
Vega, 2010.

También podría gustarte