Invitacion A La Filosofiasolucionario PDF
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Solucionario
Invitacin a la filosofa
Este ttulo tambin dispone de gua de lectura y ficha tcnica
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Prlogo
1. El autor ha reunido aqu doce introducciones, revisadas y
ampliadas, que escribi para prologar otros tantos volmenes
que reunan una seleccin de textos filosficos (p. 11). El
objetivo de Andr Comte-Sponville es ofrecer una iniciacin,
una especie de puerta de acceso, entre otras muchas posibles, a
la filosofa (p. 12). El papel del lector no ha de ser pasivo, pues
tras leer el volumen debe descubrir por s mismo las obras,
algo que habr de hacer tarde o temprano, y confeccionar, si as
lo desea, su propia antologa (p. 12).
2. Filosofar es pensar por uno mismo; pero nadie puede lograrlo
verdaderamente sin apoyarse en el pensamiento de otros,
especialmente en el de los grandes filsofos del pasado. La
filosofa no es solamente una aventura; es tambin un trabajo
que no puede llevarse a cabo sin esfuerzo, sin lecturas, sin
herramientas (p. 11). Ms adelante matiza Comte-Sponville
que la filosofa no es un saber ni un conocimiento, sino una
reflexin sobre los saberes disponibles que no se aprende:
slo podemos aprender a filosofar, a preguntarnos sobre
nuestro pensamiento y el de los dems (p. 13). Este acto es,
asimismo, una dimensin constitutiva de la existencia humana
(p. 13), no una especialidad, un oficio o una disciplina reservada
a los especialistas. Por ltimo, reproduce el autor una definicin
de la filosofa debida a Epicuro que le gusta especialmente: La
filosofa es una actividad que, mediante discursos y
razonamiento, nos procura la vida feliz (p. 17).
3. La biologa jams ensear a un bilogo como tiene que vivir,
ni si hay que hacerlo, ni siquiera si hay que ser bilogo. Las
ciencias humanas jams nos ensearn el valor de la
humanidad, ni su propio valor (pp. 13-14). La filosofa, por el
contrario, sirve para pensar nuestra vida, para reflexionar sobre
nuestro pensamiento: La filosofa es un preguntar radical, la
bsqueda de la verdad total o ltima (y no, como en las ciencias,
de tal o cual verdad particular) [] (p. 15).
4. La principal arma de la filosofa es la razn, mientras que sus
enemigos son la ignorancia, el fanatismo, el oscurantismo (p.
15).
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1. La moral
1. Es mejor filosofar y preguntarse por el mundo que nos rodea,
pese a que sea arriesgado (ser Scrates), que no hacerlo (ser
un cerdo satisfecho). Y ello aunque la reflexin y la bsqueda
nos causen insatisfaccin (es mejor ser Scrates insatisfecho
que un tonto satisfecho). John Stuart Mill nos invita, adems, a
comparar todas las perspectivas, a conocer ambos lados.
2. La historia del anillo de Giges la recoge Platn en La Repblica:
un pastor encuentra un anillo que tiene la propiedad de hacerle
invisible. Giges, un hombre al parecer honesto, no es capaz, sin
embargo, de resistirse a la tentacin del anillo: aprovecha sus
poderes para entrar en palacio, seducir a la reina, matar al rey,
hacerse con el poder y emplearlo en su beneficio (p. 20). Esta
suerte de aplogo le sirve a Comte-Sponville para interrogarnos
sobre qu haramos y qu no si estuviramos en el lugar de
Giges. La moral, plantea el autor, es independiente de
circunstancias como las del pastor, de las amenazas exteriores o
de la perspectiva ajena. La moral es lo que uno se exige a s
mismo en nombre de determinada concepcin del bien y del
mal, del deber y de lo prohibido, de lo admisible y de lo
inadmisible, de la humanidad y de ti mismo. Concretamente: el
conjunto de reglas a las que t te someteras, incluso si fueras
invisible e invencible (p. 21).
3. La moral consiste en preguntarnos qu debemos hacer nosotros,
mientras que el moralismo implica preguntarse y juzgar qu
deben hacer los dems (p. 23). Compte-Sponville recurre a una
afirmacin contundente de Alain para explicarlo: La moral no es
nunca para el vecino (p. 23).
4. Debate.
2. La poltica
1. A causa de la siguiente contradiccin: el hombre es un animal
sociable que slo puede vivir y desarrollarse en medio de sus
semejantes, pero tambin un animal egosta que necesita
satisfacer sus deseos. La poltica, por tanto, es necesaria para
que los conflictos de intereses se zanjen de otra forma que no
sea la violencia. Para que nuestras fuerzas se sumen en vez de
oponerse. Para librarnos de la guerra, del miedo, de la barbarie
(p. 31).
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3. El amor
1. Porque, a su juicio, todo amor, aunque no sea de carcter
sentimental o pasional, presupone un inters. De acuerdo con
los ejemplos que utiliza, si a alguien le interesa sobre todo el
deporte, el cine, el dinero o la poltica, es porque los ama (p.
43). Tantos intereses diferentes, tantos amores diferentes (p.
44).
2. Respuesta libre.
3. Los tres tipos de amor son ros (el amor que toma, que quiere
poseer y conservar, el ms violento y pasional, p. 47); philia
(el secreto de la felicidad, el amor que se alegra y comparte,
como la amistad, pp. 47-48); y agap (el amor al prjimo, la
caridad, la amistad universal, pp. 49-50). Segn el autor, ros
es el primero, agap es el fin al que queremos encaminarnos y
philia el camino (p. 51).
4. La muerte
1. La paradoja reside en que, para nuestro pensamiento, la
muerte es algo necesario e imposible. Es algo necesario porque
a lo largo de nuestra vida nos sentimos acompaados por la
muerte (lleva su marca, como la sombra proyectada por la
nada), pero imposible porque no sabemos qu es, pues en la
muerte no hay nada que pensar (p. 53).
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5. El conocimiento
1. El conocimiento es cierta relacin de conformidad, de
similitud, de adecuacin entre el espritu y el mundo, entre
sujeto y objeto. Por ejemplo, conocemos a nuestros amigos o
nuestro barrio y lo que hay en nuestro espritu cuando
pensamos en ellos, corresponde aproximadamente a lo que
existe en la realidad (p. 60). Ese aproximadamente, seala el
filsofo, es lo que separa el conocimiento de la verdad: nos
podemos equivocar sobre nuestros amigos o no saberlo todo
acerca del barrio. No hay conocimiento absoluto, conocimiento
perfecto, conocimiento infinito (p. 60). As, para describir
nuestro barrio a la perfeccin tendramos que conocer cada calle,
cada apartamento, cada mota de polvo Y eso, acceder a la
verdad completa, es imposible: ningn conocimiento es la
verdad: jams conoceremos absolutamente lo que es, ni todo lo
que es. Slo podemos conocerlo por medio de nuestros sentidos,
de nuestra razn, de nuestras teoras (p. 62).
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6. La libertad
1. En primer lugar, la libertad de hacer, la libertad de accin, de
tipo poltico o relativo, que est determinada por un Estado y
unas leyes (pp. 73-74). En segundo lugar, se refiere el autor a la
libertad de voluntad, a la libertad absoluta. Este segundo
concepto de libertad surge de la siguiente pregunta: somos
libres de querer lo que queremos? (p. 74). El ejemplo que
utiliza Comte-Sponville es el de una democracia donde el
individuo goza de libertad de accin para votar por quien quiera.
Sin embargo, se pregunta el autor si ese individuo es libre
tambin de querer votar a uno u otro candidato, as como por los
factores que condicionan su decisin, por las causas sociales,
psquicas o ideolgicas que le conducen a tomar un determinado
camino (p. 75). Incluso cuestiona nuestro conocimiento del
mecanismo neuronal que provoca las elecciones del individuo (p.
76).
2. Segn Comte-Sponville, la libertad de la voluntad podra
considerarse una redundancia (pleonasmo) porque es
imposible no querer lo que se quiere o querer otra cosa. Por
tanto, resuelve el autor, toda voluntad sera libre, de ah la
redundancia. El hecho de que el cerebro determine las decisiones
que tomamos no anula la libertad de voluntad porque si yo soy
mi cerebro, entonces soy yo quien me determino a m mismo
(p. 77).
3. Se trata de una libertad relacionada con el segundo tipo (libertad
de voluntad), que Marcel Conche define como la capacidad de
determinarse a s mismo sin estar determinado por nada (p.
79).
4. Esta libertad la plasm Platn en La Repblica con el mito de Er
(en el que las almas eligen su cuerpo y su vida), Kant la llam
el carcter inteligible y Sartre la denomin libertad original
(p. 80).
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7. Dios
1. Se trata de una prueba con la que, desde antiguo, se ha tratado
de probar la existencia de Dios a travs de varias premisas. As,
por ejemplo, san Anselmo alude a su grandeza suprema,
Descartes a su perfeccin o Spinoza y Hegel a su infinitud (p.
87). La prueba ontolgica dicta, asimismo, que el hecho de
concebir o pensar en Dios es un argumento a favor de su
existencia: pensar a Dios (concebirlo como ser supremo,
perfecto, infinito), escribe Comte-Sponville, es pensarlo
como existente (p. 87). Para este filsofo, la prueba ontolgica
no demuestra nada: cmo podra una definicin demostrar
algo? Sera como pretender enriquecerse definiendo la riqueza
[] No basta con definir una suma para tenerla. No basta con
definir a Dios para demostrar su existencia, resuelve (p. 88).
2. Comte-Sponville se refiere ahora a la segunda prueba sobre la
existencia de Dios, la prueba cosmolgica. Segn los
razonamientos de Leibniz o, mucho antes, Aristteles y santo
Toms, el mundo existe pero no puede dar cuenta de s mismo,
de modo que para explicar su existencia es necesario suponer
que tiene una causa. Si esta causa fuera tambin contingente
(esto es, que puede existir o no), debera ser explicada por otra,
de modo que nos extenderamos hasta el infinito sin dar con una
respuesta. A Comte-Sponville este argumento es el que ms
inquietante le resulta: La contingencia es un abismo en el que
se pierde pie. Cmo es posible que no haya fondo, causa,
razn? (p. 89). En otras palabras, nos resulta difcil asimilar
que todo es producto del azar.
3. Una apora es un enunciado que contiene una inviabilidad o
imposibilidad de orden racional. As, el hecho de que para
garantizar la existencia de nuestros razonamientos haya que
presuponer la existencia de ese mismo Dios cuya existencia a su
vez hay que demostrar es una apora. Otro caso de apora es,
por ejemplo, la formulacin de los viajes en el tiempo o incluso
la demostracin de la existencia de una realidad objetiva: dado
que todos tenemos una perspectiva del mundo condicionada por
los sentidos, cmo podemos afirmar que existe una verdad
objetiva?
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8. El atesmo
1. La etimologa de atesmo es griega: la a, que expresa negacin,
sumada a thos (Dios), significa sin Dios (p. 99). Se trata de
un tema filosfico singular porque es una creencia negativa, un
pensamiento que se sustenta y alimenta no de un objeto, sino
de su ausencia.
2. La no creencia en Dios (atesmo negativo) y la creencia de que
Dios no existe (atesmo positivo o militante) (p. 99). Son dos
corrientes que implican al fin y al cabo lo mismo, puesto que o
se cree en Dios o no se cree en l (p. 100).
3. El agnstico es aquel que se niega a elegir, situndose as muy
cerca de lo que he denominado atesmo negativo, pero estando
ms abierto, y ste es su rasgo distintivo, a la posibilidad de
Dios (p. 100). En otras palabras, El agnstico no toma
partido. No se pronuncia. No es creyente ni no creyente: deja
abierto el problema. Agnstos es, en griego, lo desconocido o
lo incognoscible (p. 100).
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9. El arte
1. La belleza se encuentra en el mundo animal y en la naturaleza,
no slo en el arte (p. 115). Frente a la asociacin de hermosura
y arte, frente a quienes creen que el arte es la bsqueda de la
belleza, Comte-Sponville lo vincula ntimamente con la
interrogacin sobre el mundo y la humanidad, con la bsqueda
de una verdad y un sentido (p. 116), algo exclusivo del ser
humano.
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10. El tiempo
1. Si nadie me pregunta, lo s; pero si me lo preguntan y quiero
explicarlo, ya no lo s (p. 127). San Agustn quiere decir que
aunque tiene una fuerte intuicin sobre qu es el tiempo, le
resulta imposible racionalizar esa intuicin y transformar sus
impresiones en una definicin coherente. En palabras de ComteSponville: El tiempo es una evidencia y un misterio: todos lo
experimentamos nadie puede captarlo (p. 127).
2. Como apunta el propio autor, el pasado no es, pues ya no es.
Ni el futuro, pues todava no es. En cuanto al presente, slo
parece ser tiempo y no eternidad en tanto que, instante a
instante, no deja de abolirse (pp. 128-129). La paradoja reside
en que el presente se alarga, contina y persiste para nosotros,
y que, como el futuro y el pasado no son, slo pueden
considerarse nadas o ausencias: Una aniquilacin (el presente)
entre dos nadas (el futuro, el pasado). Una huida entre dos
ausencias. Un relmpago entre dos coches.
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11. El hombre
1. Primero porque, en cuanto a su extensin, todas ellas son
posiblemente demasiado amplias y, sin duda, demasiado
estrechas. Una buena definicin debe ser vlida para todo
elemento definido, y solamente para l (p. 143). En segundo
lugar, no slo son estas definiciones demasiado amplias, sino
tambin demasiado estrechas, pues no son vlidas para todo
elemento definido (p. 144). A la postre, en sus disquisiciones
sobre el ser humano el autor est explicando cmo debe ser una
definicin.
2. Todos hemos sido engendrados (y no creados): todos hemos
nacido de una mujer. La humanidad es, asimismo, una especie
animal de la clase de los mamferos, ms concretamente de los
primates (p. 146).
3. El autor intenta definir al ser humano no en trminos morales,
sino materiales, no en trminos culturales, sino naturales. Por
eso busca datos objetivos, positivos, y no se detiene en
disquisiciones sobre comportamientos, actitudes, etc. Si la
humanidad puede convertirse en virtud, afirma, es solamente
por fidelidad a este hecho y a esta especie (p. 147). Y es que
incluso los hombres ms crueles son humanos: Pero seramos
como ellos si les negsemos su pertenencia a la humanidad []
La humanidad es algo recibido, antes que algo creado. Algo
natural antes que cultural (p. 147).
4. Debate.
5. Hay un humanismo prctico o moral, consistente en los
derechos y deberes del hombre (p. 148). Se trata de una moral
antes que de una poltica y repara sobre todo en nuestro
prjimo. As, la masturbacin o la homosexualidad no son ya
prcticas denunciables porque no hacen dao a nadie, mientras
que la violacin, el proxenetismo o la pederastia s lo son porque
implican violencia y explotacin de seres humanos. La moral no
es ya la sumisin a una prohibicin absoluta o trascendente, sino
la consideracin de los intereses de la humanidad, y sobre todo
del otro, hombre o mujer (p. 149). Hay un segundo
humanismo, el terico o trascendental, que consiste en ciertas
creencias o conocimientos sobre el hombre constitutivos,
asimismo, del fundamento de nuestros deberes para con l (pp.
149-150).
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12. La sabidura
1. La experiencia. La sabidura no parte de una teora ni de una
ciencia, sino que se adquiere con la prctica, en el transcurso de
la vida (pp. 155-156).
2. La sabidura se refiere menos a la verdad o a la eficacia que al
bien, para s mismo y para los dems. Es un saber?
Ciertamente. Pero un saber vivir. Por su parte, la filosofa
consistira ms bien en saber pensar. Comte-Sponville
subraya que la filosofa nicamente tiene sentido en la medida
en que nos acerca a la sabidura: se trata de pensar
correctamente para vivir rectamente, y slo esto es
verdaderamente filosofar (p. 156). En resumen, La sabidura
es la meta; la filosofa, el camino.
3. En primer lugar, hay que filosofar porque existen diversos tipos
de sabidura, diversas formas de pensamiento, y para formarnos
una idea de cada una de ellas y poder elegir debemos conocerlas
y reflexionar al respecto. En segundo lugar, es necesario filosofar
Porque no sabemos vivir, porque la desdicha y la angustia nos
acechan constantemente y debemos aprender a sobrellevarlas.
En este sentido, la filosofa debera ayudarnos a adquirir la
sabidura y, con ella, cierta felicidad y cierta serenidad (p. 159).
Como seala el autor ms adelante, No se filosofa para pasar el
tiempo, ni para lucirse, ni para juguetear con conceptos: se
filosofa para salvar la piel y el alma (p. 163).
Otras propuestas
Se puede organizar la clase en doce grupos y asignar a cada uno
de ellos un captulo. Asimismo, la ordenacin de las citas puede
efectuarse de acuerdo con un criterio temtico, cronolgico o por
autor. La bibliografa final resultar de ayuda para comprender la
vastedad de autores y sentencias recogidas en Invitacin a la
filosofa.
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