El Fuego Que Nunca Debe Apagarse
El Fuego Que Nunca Debe Apagarse
El Fuego Que Nunca Debe Apagarse
ser posible que t, Dios mo, habites en la tierra con la humanidad? Si los
cielos, por altos que sean, no pueden contenerte, mucho menos este templo
que he construido!
Sin embargo, SEOR mi Dios, atiende a la oracin y a la
splica de este siervo tuyo. Oye el clamor y la oracin que elevo en tu
presencia. Que tus ojos estn abiertos da y noche sobre este templo, el lugar
donde decidiste habitar, para que oigas la oracin que tu siervo te eleva
aqu!
Oye las splicas de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este
lugar. Oye desde el cielo, donde habitas; escucha y perdona!
2 Crnicas 6:18-21
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La respuesta del Seor a la oracin fue muy diciente:
Cuando Salomn termin el templo del SEOR y el palacio real, llevando a feliz
trmino todo lo que se haba propuesto hacer en ellos,
el SEOR se le apareci
una noche y le dijo:
He escuchado tu oracin, y he escogido este templo para que en l se me
ofrezcan sacrificios. Cuando yo cierre los cielos para que no llueva, o le ordene
a la langosta que devore la tierra, o enve pestes sobre mi pueblo, si mi
pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona
su mala conducta, yo lo escuchar desde el cielo, perdonar su pecado
y restaurar su tierra. Mantendr abiertos mis ojos, y atentos mis odos a
las oraciones que se eleven en este lugar.
Desde ahora y para siempre escojo y
consagro este templo para habitar en l. Mis ojos y mi corazn siempre
estarn all.
2 Crnicas 7:11-16
Si la iglesia de Cristo en cualquier nacin del mundo, se humilla, ora, busca el
rostro de Dios, y abandona sus malos caminos, esa nacin donde habita ser
restaurada. Todo lugar escogido para culto al Seor debe ser completamente
consagrado a l y sitio de oracin. Es cierto que cada creyente es templo vivo
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del Espritu Santo, pero el sitio escogido para la congregacin de los santos es
consagrado para ser casa de oracin.
El centro de la oracin
Por qu oramos? Cul es el foco de nuestra oracin? Para muchos se trata de
un asunto de elevar peticiones personales a Dios, presentndole un listado,
largo o corto, de solicitudes, luego de lo cual dan por terminada la oracin.
Otros centran su oracin en Satans, dedicndose a reprender cuanto demonio
se les cruza por la mente. Se desvan de la adoracin a Dios para dirigir los
pensamientos al Diablo; no se considera la obra de Dios sino la del Adversario.
Pero no debemos estar preocupados por las obras del Diablo, ya que la
mayora de espritus que reprenden en este tipo de oracin son ms bien obras
de la carne.
Digo, pues: Vivan segn el Espritu, y no satisfagan los deseos de la carne.
Porque el deseo de la carne se opone al Espritu, y el del Espritu se opone a la
carne; y stos se oponen entre s para que ustedes no hagan lo que quisieran
hacer. Pero si ustedes son guiados por el Espritu, no estn ya sujetos a la ley.
Las obras de la carne se manifiestan en adulterio, fornicacin, inmundicia,
lascivia, idolatra, hechiceras, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejas, envidias, homicidios, borracheras, orgas, y cosas
semejantes a stas. Acerca de ellas les advierto, como ya antes les he dicho,
que los que practican tales cosas no
heredarn el reino de Dios. Pero el
fruto del Espritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad,
fe,
mansedumbre, templanza. Contra
tales cosas no hay ley.
Y los que
son de Cristo han crucificado la
carne con sus pasiones y deseos.
Glatas 5:16-24 (RVC)
A las obras de la carne no se las
reprende, sino que se las crucifica.
Luego no debemos estar preocupados
por las obras del Diablo, sino que
debemos ser cautivados por las obras
de Dios; En l debe estar centrada la
oracin, en Su presencia, en Su
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hermosura. Hemos de glorificarle y exaltarle por su misericordia, que es para
siempre. De la misma manera, el centro de la oracin no son los problemas;
nuevamente, el centro es Dios.
Por lo mismo, al orar por nuestro hermanos en la fe, especialmente por
aquellos que son nuestros discpulos, no debemos enfocarnos en la solucin de
sus necesidades materiales o emocionales, aunque todo esto tiene un lugar
dentro de la oracin, pero no debe ser el foco de nuestro clamor por ellos; la
peticin fundamental por ellos ha de ser que conozcan a Dios. Nuevamente, l
es el centro.
Por eso yo, por mi parte, desde que me enter de la fe que tienen en el Seor
Jess y del amor que demuestran por todos los santos, no he dejado de dar
gracias por ustedes al recordarlos en mis oraciones.
Pido que el Dios de
nuestro Seor Jesucristo, el Padre glorioso, les d el Espritu de sabidura y de
revelacin, para que lo conozcan mejor.
Pido tambin que les sean
iluminados los ojos del corazn para que sepan a qu esperanza l los ha
llamado, cul es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos,
y cun
incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese
poder es la fuerza grandiosa y eficaz
que Dios ejerci en Cristo cuando lo
resucit de entre los muertos y lo sent a su derecha en las regiones
celestiales,
Efesios 1:15-20
No es por el mucho estudio, las lecturas y los seminarios que llegamos a
conocer a Dios, sino por la oracin alimentada con la Palabra de Dios. Cuando
Pablo escribi esta carta estaba en la prisin, y su oracin no es para que el
pronto sea liberado de sus cadenas, sino para que el Seor les llene de
sabidura y revelacin a fin de que conozcan mejor a Dios, pues entenda que
la verdadera vida de ellos estaba en eso.
Y sta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el nico Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien t has enviado.
Juan 17:3
Necesitamos crecer en el conocimiento de Dios.
En esta misma carta en el captulo 3, nuevamente Pablo ora sobre este punto y
de cmo el centro de nuestra oracin ha de ser Dios.
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Por esta razn me arrodillo delante del Padre,
de quien recibe nombre toda
familia en el cielo y en la tierra.
Le pido que, por medio del Espritu y con el
poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo
ntimo de su ser,
para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que,
arraigados y cimentados en amor,
puedan comprender, junto con todos los
santos, cun ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo;
en fin, que
conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos
de la plenitud de Dios.
Efesios 3:14-19
Nuestro anhelo debe ser la presencia de Dios, el conocimiento de su carcter
para que este se encarne en nuestras vidas; por esto la oracin debe centrarse
en el Seor, y debe ser permanente. El fuego no debe apagarse.
El deleite del Seor
Por causa de Sin y de Jerusaln no callar ni descansar, hasta que su justicia
brille como la aurora y su salvacin alumbre como una antorcha.
Entonces las
naciones vern tu justicia; todos los reyes contemplarn tu gloria. Entonces
recibirs un nombre nuevo, que el Seor mismo te pondr.
En la mano del
Seor sers una hermosa corona; en la mano de tu Dios sers una regia
diadema.
Nunca ms volvern a llamarte Desamparada, ni a tu tierra le
dirn Desolada. Ms bien, sers llamada Deleite mo, y tu tierra ser
llamada Esposa ma, porque el amor del Seor estar en ti, y tu tierra
volver a tener esposo.
Porque tus hijos se desposarn contigo, de la manera
que un joven se desposa con una doncella; tu Dios se recrear contigo como
se recrea el esposo con la esposa!
Sobre tus murallas, Jerusaln, he puesto vigilantes que ni de da ni de
noche guardarn silencio. Ustedes, los que invocan al Seor, no se den
descanso
ni tampoco lo dejen descansar, hasta que l restablezca a Jerusaln y
la convierta en la alabanza de la tierra.
El Seor ha jurado, por su mano
derecha y por el poder de su brazo: No volver a alimentar a tus enemigos
con tu trigo, ni gente extraa volver a beber tu vino, fruto de tu
trabajo.
Quienes cosechen el trigo sern quienes lo coman, y alabarn al
Seor. Quienes vendimien los viedos, bebern el vino en los atrios de mi
santuario.
Pasen por las puertas de la ciudad!, pasen por ellas! branle paso al pueblo!
Allanen el camino y qutenle las piedras! Levanten la bandera sobre los
pueblos!
Oigan lo que el Seor ha dado a conocer hasta los extremos de la
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tierra! Digan a la hija de Sin: Aqu viene tu Salvador! Su recompensa lo
acompaa! Sus obras le anteceden!
Ellos sern llamados Pueblo Santo,
Redimidos del Seor, y a ti te llamarn Ciudad Deseada, y No
desamparada.
Isaas 62:1-12 (RVC)
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Esta hermosa imagen de Jerusaln restaurada, se har realidad cuando todo el
pueblo de Dios descans plenamente en el Seor. De la iglesia que descansa
en el Seor l dir que es Deleite mo y Esposa ma, porque de da y de
noche habr oracin para el Seor. La oracin centrada en Dios causa deleite a
Su corazn. Desde ahora el Seor nos dice que los que lo invocan no se den
descanso; es necesario velar y orar, todo el tiempo.
Alguien puede decir: Eso es muy duro! Cmo orar toda una noche? El que
as razona olvida que no hace mucho tal vez estuvo toda la noche de un
viernes o sbado, bailando y cantando hasta la aurora del da siguiente.
Ahora, para dar el mismo tiempo a Dios solo hay disculpas. Tenemos que ser
congregaciones de oracin. Igual debe ser en nuestras casas.
Ustedes, los que invocan al Seor, no se den descanso
Isaas 62:6 (RVC)
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Ya para terminar
Resumiendo, hemos visto el poder de la trada de la consagracin como se la
describe en Apocalipsis, que se compone de la adoracin, simbolizada por el
trono de Dios, la alabanza, representada por las arpas, y la oracin, que son
las copas de los santos. Una iglesia que est consagrada al Seor es una que
adora, alaba y ora. Ser esta nuestra iglesia?
Terminemos con oracin