La Jornada - Elogio de La Pereza PDF
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http://www.jornada.unam.mx/2014/09/01/opinion/a10a1cul 1/5
N
Elogio de la
pereza
HERMANN BELLINGHAUSEN
unca est de moda decirlo pero en el fondo todos sabemos que el trabajo
est sobrevaluado. Ms all de la contradiccin insalvable de que el
trabajo da para vivir, no existe nada mejor para el ser humano que no
hacer nada (ni siquiera atender tele, ordenador o celular). Es cuando el
cerebro funciona mejor, se le ocurren ideas ricas y frescas; sabe entonces qu le
gustara hacer y si quiere lo hace. Que ese es el espacio para la sabidura y la libertad
lo postul Platn para su platnica Repblica, pues la naturaleza no nos hizo zapateros
ni herreros; su utopa hace del comercio una actividad vil y perseguida que crea la
necesidad del pago y el dinero. En un texto menor, pero indispensable de la biblioteca
marxista, Paul Lafargue emprendi hacia 1880 una inteligente y provocadora apologa
del derecho a la pereza que no ha perdido novedad ni pertinencia.
Lafargue, yerno de Karl Marx y revolucionario por derecho propio, estando preso
en Sainte-Plagie en 1883 escribira: La moral capitalista, lastimosa parodia de la
moral cristiana, anatemiza la carne del trabajador; su ideal es reducir al productor al
mnimo de las necesidades, suprimir sus placeres y sus pasiones y condenarlo al rol de
mquina que produce trabajo sin tregua ni piedad. Su refutacin del derecho al
trabajo, que inici en la revista LEgalit, termin llamndose El derecho a la
pereza. Sus tesis son sorprendentes viniendo de un marxista clsico, dirigente en la
Comuna de Pars en 1871 y de la Segunda Internacional, convencido de que la clase
obrera es la onda, la clave del futuro:
Una extraa locura se ha apoderado de las clases obreras de las naciones donde
domina la civilizacin capitalista. Esta locura trae como resultado las miserias
individuales y sociales que, desde hace siglos, torturan a la triste humanidad. Esta
locura es el amor al trabajo, la pasin moribunda por el trabajo. En tal sociedad,
dicha aberracin es causa de toda degeneracin intelectual que, segn se sabe
desde la antigedad, implica la degradacin del hombre libre. Desde la perspectiva
terica de la lucha de clases, no omite sealar la buena fe simplista de la clase
obrera, que se deja engatusar.
Armado con el rigor del entonces flamante materialismo histrico, Lafargue
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1/9/2014 La Jornada: Elogio de la pereza
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considera las prdicas de Cristo en favor de la holganza, y destaca que Jehov, el
dios barbudo y hurao, dio a sus adoradores el supremo ejemplo de la pereza ideal:
despus de seis das de trabajo, descans por toda la eternidad.
El escritor cientfico Andrew J. Smart publica ahora en Nueva York El arte y la
ciencia de no hacer nada: el piloto automtico del cerebro (Clave Intelectual,
Madrid, 2014). Sin siquiera mencionar a Lafargue en su amplia bibliografa, emprende
una decidida argumentacin, basada en hallazgos recientes de las neurociencias, sobre
los beneficios del ocio. Smart lleva la reflexin un paso ms lejos al presentar
nuevos descubrimientos de lo que el cerebro hace cuando no hacemos nada. Ya
Bertrand Russell en su Elogio de la ociosidad deca que el camino a la felicidad y la
prosperidad reside en una disminucin organizada del trabajo.
No obstante que el ocio es considerado anacrnico, Smart sigue detenidamente
las experiencias de Isaac Newton y Rainer Maria Rilke, quienes fueron quienes son
gracias a su decidido ejercicio del derecho a no hacer nada, y propone usar las
neurociencias como excusa definitiva para entregarse al ocio. Mientras Lafargue
debata contra el capitalismo occidental de su tiempo, Smart lo hace contra el
luteranismo (calvinismo, cristianismo) dominante en Estados Unidos: La sociedad
occidental ha inculcado en nosotros la creencia de que es necesario llenar con
actividades todos los momentos de todos los das. En rigor, en Estados Unidos es
prcticamente una obligacin moral estar tan ocupado como sea posible.
No muy distante es la conclusin de Lafargue 130 aos atrs, sin disimular una
fascinacin futurista por las mquinas (el sueo de Aristteles) que hoy suena
ingenua: El genio de los grandes filsofos del capitalismo permanece dominado por el
prejuicio del trabajo asalariado, la peor de las esclavitudes. Todava no comprenden
que la mquina es la redentora de la humanidad, el Dios que liberar al hombre de las
sordidae artes y del trabajo asalariado.
Ms crtico respecto de la tecnologa, Smart propone que su ensayo sea ledo
como meros consejos acerca de cmo no hacer nada, salpicado con ejemplos
prcticos. Ante el retroceso mundial de los derechos laborales que vivieron cierta
primavera durante el siglo XX, demasiado breve en la cuenta larga de la Historia vale
su comprobacin bsica: A medida que nuestros horarios laborales se extienden,
nuestro bienestar mental y nuestra salud fsica disminuyen. Hoy que se imponen la
semiesclavitud y el desempleo como su opuesto gemelo, hay que insistir en
conceptualizar al trabajo como una plaga contraria a la libertad.
Comentario
Dr. Joel Sevilla
Muy buen artculo y recomendaciones de obras sobre el derecho a no hacer nada. Pero
la sociedad nos llena de culpa a los que nos hacemos nada. La culpa es difcil de erradicar
despus de ser programado por toda una vida para trabajar, trabajar y trabajar. Soy jubilado
1/9/2014 La Jornada: Elogio de la pereza
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despus de ser programado por toda una vida para trabajar, trabajar y trabajar. Soy jubilado
como profesor universitario en la UNAM por ms de 40 aos y la culpa de no hacer nada
me pesa.
Comentario
Luis
Profesor, tengo ocho aos trabajando y ahora me doy cuenta de todo los
dogmas que la sociedad ha impuesto sobre el trabajo y simplemente, yo no lo
quiero hacer, que me recomienda?
Derecho al ocio
Javier Castelazo
No hacer nada es un estado de gracia que slo ciertos individuos tienen
como privilegio, aunque no hacer nada no es un termino absoluto. Por el
contrario, el trabajo es un producto histrico, es una construccin social que
cambia con el tiempo y del que difcilmente los individuos podemos sustraernos.
Tampoco podemos cambiar a voluntad la manera en que socialmente se
organiza el trabajo, pero siempre queda un espacio para la eleccin individual, la
posibilidad de "rebelarse" a una condicin impuesta y pensar desde ah todo tipo
de utopas. Gracias a Bellinghausen por la provocacin.
Neg-otium
Juan de la Cal
Un saludo desde este espacio de comentarios que ha sido desplazado por las
controladas redes sociales y su moral cool. Jean Robert, amigo de Illich, ya desde el 2005
nos comentaba sobre la idea del otium medieval y cmo esta forma de socializacin del
conocimiento libre y del uso del tiempo para fines reales y sujetos visibilizados podra,
trayndose y realizndose hoy, romper con individualismos, formas del trabajo y recuperar
ciertos mbitos de comunidad y cooperacin en estos siglos donde el negocio corporativo y
la economa financiera establecieron sus axiomas; darnos cuenta que este periodo
pertenece a la ltima etapa de la cuenta larga y que merece reflexin el concepto de trabajo
que durante un ciclo de 300 aos se ha reificado como indispensable en trminos
capitalistas. Iniciemos la disquisicin del valor de uso y valor de cambio sobre los bienes y
productos que el trabajo nos permite obtener pero la moral capitalista invisibiliza saber
para qu? Chidz desde Tlaltenango.
Ocio que no lo es.
Jorge Blackmore Gmez
Me uno a los saludos para Herman que siempre nos hace pensar. La razn
principal de trabajar es obtener ganancias a travs de un sistema de mercado
intencionalmente mal distribuido tanto en sus productos, consumidores, precios
y las ganancias mismas. Si esto es cierto, el no participar en ese mercado, en
otras palabras si las gran mayora de trabajadores nos convirtiramos en
ociosos, las contradicciones de la economa de mercado se pondran en jaque.
La ganancia y el dinero (en lugar del trueque) han sido de las peores
invenciones de algunos ociosos del Eufrates, la otra invencin es la de creerse
los elegidos de Dios.
Pensar, no actuar
Luis Adolfo Mndez
Tambin el filsofo eslovenio Slavoj Zizek propone dejar de actuar para
ponernos a pensar. De igual forma, hay que recordar a los orientalistas que
tienden ms hacia un estado vegetativo. Slo al capitalismo le interesa una
1/9/2014 La Jornada: Elogio de la pereza
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tienden ms hacia un estado vegetativo. Slo al capitalismo le interesa una
apologa del trabajo.
coment
Rich
El equilibrio en la vida importante...Hay que darse tiempo para todo.
Galos
JC
y como olvidar a Asterix en Crcega? los romanos no lograron poner a trabajar a los
corzos
Contra el trabajo o contra la explotacin?
Gero Fong
No estoy de acuerdo con la idea de Hermann. Aqu se hace esa operacin de tirar el
nio junto con el agua sucia de la bandeja. El agua sucia es el trabajo explotado en una
sociedad clasista, el capitalismo desde luego, pero no solamente el capitalismo, sino toda
aquella sociedad en donde una costra privilegiada se apropia del plus producto emanado
del trabajo. Me resulta un poco chocante, que Bellinghausen uno de los ms destacado
defensores de los derechos y cultura indgenas, evite la idea de que cultura es trabajo
colectivo e histrico. El hombre nace en el reino de la necesidad no de la libertad, no existe
una libertad ya dada en s, sino que la libertad es para s, es decir el hombre hace
cultura, cultiva, por lo tanto trabaja para alejarse de la necesidad y poder darse una libertad.
El nio es pues el trabajo des enajenado. Saludos.
Me gusta
Vernica
Cuando me sal de la casa de mi ex-marido, fue cuando empez mi verdadero periodo
de ocio. Lo nico que hacia era comer, leer, hacer ejercicio, comer, leer, leer, leer, y hacer
ejercicio con la mirada furibunda de la amiga que me dio acogida en su casa... pero en
realidad, no era que yo no quisiera trabajar, no encontraba trabajo! Vivo en Estados Unidos
y efectivamente, lo nico que veo es a la gente trabajar hasta en el mugroso da de "labor
day", que gran contradiccin. Saludos.
precisin de conceptos
rebeca venalba
Creo que es necesario diferenciar entre los conceptos de ocio y pereza, ya que se dice
que la pereza es la madre de todos los vicios y el ocio es el padre de todas las virtudes. En
este sentido, el ocio es un tiempo inactivo para la nocin de productividad capitalista, pero
creativo en el sentido del desarrollo artstico y espiritual del ser humano. En contra parte la
pereza es una inactividad sin sentido y sin frutos, que raya en la apata y la astenia, lo cual
es claramente depresivo.
1/9/2014 La Jornada: Elogio de la pereza
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