El documento describe la historia del Textus Receptus, la base textual utilizada para la mayoría de las traducciones del Nuevo Testamento al castellano hasta 1881. Erasmo de Rotterdam publicó la primera edición del Nuevo Testamento griego en 1516 usando unos pocos manuscritos tardíos y realizando interpolaciones de la Vulgata. A pesar de sus errores, el texto de Erasmo se convirtió en el estándar durante siglos y sirvió de base para traducciones como la Biblia Reina-Valera al castellano.
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El documento describe la historia del Textus Receptus, la base textual utilizada para la mayoría de las traducciones del Nuevo Testamento al castellano hasta 1881. Erasmo de Rotterdam publicó la primera edición del Nuevo Testamento griego en 1516 usando unos pocos manuscritos tardíos y realizando interpolaciones de la Vulgata. A pesar de sus errores, el texto de Erasmo se convirtió en el estándar durante siglos y sirvió de base para traducciones como la Biblia Reina-Valera al castellano.
El documento describe la historia del Textus Receptus, la base textual utilizada para la mayoría de las traducciones del Nuevo Testamento al castellano hasta 1881. Erasmo de Rotterdam publicó la primera edición del Nuevo Testamento griego en 1516 usando unos pocos manuscritos tardíos y realizando interpolaciones de la Vulgata. A pesar de sus errores, el texto de Erasmo se convirtió en el estándar durante siglos y sirvió de base para traducciones como la Biblia Reina-Valera al castellano.
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El documento describe la historia del Textus Receptus, la base textual utilizada para la mayoría de las traducciones del Nuevo Testamento al castellano hasta 1881. Erasmo de Rotterdam publicó la primera edición del Nuevo Testamento griego en 1516 usando unos pocos manuscritos tardíos y realizando interpolaciones de la Vulgata. A pesar de sus errores, el texto de Erasmo se convirtió en el estándar durante siglos y sirvió de base para traducciones como la Biblia Reina-Valera al castellano.
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htmEl Textus Receptus
El invento de Juan Gutemberg, la imprenta de tipos movibles, produjo las ms trascendentales consecuencias para la cultura y la civilizacin occidental. De all en adelante, podran reproducirse copias de libros ms rpida y econmicamente y con un grado de perfeccin hasta entonces nunca alcanzado. Muy apropiadamente, la primera impresin importante de Gutemberg fue una magnfica edicin de la Biblia. El texto era el de la Vulgata Latina de Jernimo y fue publicada en Maguncia entre 1450 y 1456. Sin embargo, con excepcin de algunos pasajes, el Nuevo Testamento griego tuvo que esperar hasta 1514 para ser impreso. Dos razones se le atribuyen a esta demora de casi setenta aos. La primera de ellas fue lo difcil y costoso que resultaba la produccin de tipos griegos de fundicin necesarios para un libro de considerables dimensiones. La segunda, y ms importante razn que demor la publicacin del texto griego, fue sin duda el prestigio de la Vulgata Latina de Jernimo. Las traducciones en idiomas vernculos no anulaban la superioridad del texto latino del cual provenan; pero la publicacin del Nuevo Testamento griego ofreca a cualquier erudito conocedor de ambas lenguas, una herramienta con la cual poda criticar y corregir la Biblia oficial de la Iglesia Romana. Sin embargo, en 1514, sali de la imprenta el primer Nuevo Testamento Griego como parte de una Biblia polglota. Planeada en 1502 por el Cardenal Primado de Espaa, Francisco Jimnez de Cisneros, una magnfica edicin del texto hebreo, arameo, griego y latino, fue impreso en la ciudad universitaria de Alcal (Complutum). A pesar de que el texto complutense fue el primer Nuevo Testamento griego en imprimirse, no fue el primero en ser publicado (esto es, puesto en circulacin). Tal fue la edicin preparada por el famoso erudito y humanista holands Desiderio Erasmo de Rotterdam.
!mprenta de Juan Gutemberg No se puede determinar exactamente cuando decidi Erasmo preparar la edicin del Testamento griego, pero durante una visita a Basilea en agosto de 1514, discuti, posiblemente no por primera vez, con el editor Froben, la posibilidad de tal volumen. Sus negociaciones parecieron haberse roto por algn tiempo, pero fueron restablecidas durante una visita de Erasmo a la Universidad de Cambridge en abril
Juan Gutemberg, inventor de la imprenta restablecidas durante una visita de Erasmo a la Universidad de Cambridge en abril de 1515. Fue entonces cuando Froben lo importun a travs de un mutuo amigo, Beatus Rhenanus, a fin de que se hiciera cargo inmediatamente de la edicin del Nuevo Testamento griego. Sin duda Froben, habiendo odo la inminente salida de la Biblia polglota espaola y percibiendo que el mercado estaba listo para una edicin del Nuevo Testamento griego, deseaba capitalizar la demanda antes que la obra de Jimnez fuera concluida, y la propuesta de Froben, que fue acompaada por la promesa de pagar a Erasmo "... tanto como cualquier otro pudiera ofrecer por tal trabajo", aparentemente lleg en el momento oportuno. Habiendo ido nuevamente a Basilea, en julio de 1515, Erasmo esperaba encontrar manuscritos griegos suficientemente buenos como para enviarlos a imprimir, y luego presentarlos juntamente con su propia traduccin latina, en la que haba venido trabajando de forma intermitente durante algunos aos. No obstante, con disgusto, pudo comprobar que los nicos manuscritos disponibles para ese momento, requeran de cierto grado de correccin antes que pudieran ser usados como copias de impresin. El trabajo comenz el 2 de octubre de 1515 y, el 1ero. de marzo de 1516 -solo cinco meses despus- la edicin entera haba sido concluida en un gran volumen folio de aproximadamente mil pginas que, segn el propio Erasmo declar ms tarde, "... fue precipitado antes que editado". Debido al apresuramiento de la produccin, el volumen contiene cientos de errores tipogrficos. Al respecto, Scribener declar: "... es el libro con ms errores que he conocido!". Por cuanto Erasmo no pudo conseguir un solo manuscrito que contuviera el Nuevo Testamento completo, utiliz varios para las distintas partes del mismo. Para la mayora del texto se bas en... dos! Manuscritos, ms bien inferiores, de una librera monstica de Basilea. Uno, de los Evangelios y otro, de Hechos y Epstolas, ambos con fecha del siglo XII aproximadamente. Erasmo compar los manuscritos con dos o tres de los mismos libros, corrigiendo ocasionalmente para el impresor, bien al margen o entre lneas del manuscrito griego. Para el libro de Apocalipsis, no tena sino un manuscrito tambin del siglo XII, que haba tomado prestado de su amigo Reuschlin, y al cual desafortunadamente le faltaba la ltima hoja que contena los ltimos versculos del libro. Para estos versculos, lo mismo que para otros pasajes del libro en donde el texto griego de Apocalipsis y el comentario adjunto con el cual vena, que por estar tan mezclados resultan indistinguibles, Erasmo dependi de la Vulgata Latina, traduciendo del latn al griego. Como era de esperar del procedimiento, se encuentran aqu y all lecturas del griego propio de Erasmo, que nunca han sido halladas en ningn manuscrito griego conocido, pero que han sido perpetuadas hasta el da de hoy en las impresiones del llamado Textus Receptus. Incluso en otras partes del Nuevo Testamento, Erasmo introdujo ocasionalmente en el texto griego, material tomado de la Vulgata Latina. Por ejemplo, en Hechos 9.6, la pregunta que Pablo hace en el momento de su conversin en el camino a Damasco: "... l, temblando y temeroso, dijo: Seor qu quieres que yo haga?" lo cual es una obvia interpolacin procedente de la Vulgata. Esta aadidura, que no es hallada en ningn manuscrito griego en este pasaje, form parte del Textus Receptus el cual la versin Reina-Valera tom como base en 1569 hasta sus revisiones actuales. Otra interpolacin que no est respaldada por ningn manuscrito griego antiguo y fidedigno, es la conocida como el Comma Johanneum en 1Jn.5.7-8, que Erasmo se vio obligado a introducir en su texto a causa de los ataques de los editores de la Polglota Complutense. En definitiva, el texto del Nuevo Testamento griego de Erasmo, se bas en no ms de media docena de manuscritos minsculos, es decir, escritos en letras minsculas. El ms antiguo y mejor de ellos, cdice I, un minsculo del sigo X, que concuerda en muchas partes con el texto Uncial antiguo, fue del que Erasmo menos se utiliz, pues... tema acerca de sus Uncial antiguo, fue del que Erasmo menos se utiliz, pues... tema acerca de sus posibles errores! La obra de Erasmo de Rotterdam, fue editada cinco veces, y ms de treinta ediciones fueron realizadas sin autorizacin en Venecia, Estrasburgo, Basilea, Pars y otros lugares. Subsecuentes editores tales como Melchiore Sessa, Robert Estienne, Teodoro Beza, los hermanos Buenaventura y Abraham Elzevier, a pesar de haber realizado un nmero de alteraciones, reprodujeron vez tras vez esta adulterada forma de Nuevo Testamento griego, asegurndole una preeminencia tal, que lleg a denominarse el "texto normativo" del Nuevo Testamento y resisti por ms de cuatrocientos aos, y an resiste hoy, todos los esfuerzos eruditos por ser desplazado en favor de un texto ms fiel. El Textus Receptus sirvi como base de traduccin del Nuevo Testamento a la mayora de los idiomas vernculos de Europa, incluido el castellano, hasta antes de 1881. Tan supersticiosa y pedante ha sido su inmerecida reverencia, que los intentos por criticarlo o enmendarlo han sido considerados como un sacrilegio; todo esto a pesar de que su base textual es esencialmente un manojo de manuscritos tardos escogidos al azar y, por lo menos en una docena de pasajes, su lectura no est respaldada por ningn manuscrito griego conocido hasta el presente.
La Biblia Reina-Valera Las primeras versiones castellanas del Nuevo Testamento se realizaron al amparo de la Reforma, y para el momento de sus publicaciones no pudieron llegar a sus destinatarios debido al rgido control que ejercan los inquisidores en las fronteras espaolas. Fue por ello que la primera versin traducida directamente del griego, obra de Francisco de Encinas, editada en Bruselas en 1543, tuvo que esperar algn tiempo para su distribucin. Esto aconteci cuando su revisor, Juan Perez de Pineda, trab contacto con un personaje muy singular, llamado Julin Hernndez. Este hombre, quien ms tarde lleg a ser conocido bajo el seudnimo de Julianillo, oportunamente se ofreci para introducir copias del Nuevo Testamento en Espaa. Con la terrible fuerza opositora de la Inquisicin por delante, Julan Hernandez comenz a realizar sus arriesgados viajes. Su audacia y valor eran extraordinarios y, vez tras vez, logr introducir abundante cantidad de Nuevos Testamentos y otra literatura reformista en su pas, hasta que, finalmente, fue traicionado y entregado en manos de sus perseguidores, para ser quemado en la hoguera.
Lucha contra los cristianos Sin embargo, la labor de Julianillo no fue infructuosa, ya que antes de su captura logr esconder el precioso contrabando en varios sitios a lo largo del recorrido de su huida. Uno de estos lugares, fue nada menos que... un claustro de monjes catlicos llamado San Isidro del Campo. El resultado de semejante hazaa no se hizo esperar. La Palabra de vida comenz su obra convirtiendo el corazn de muchos de los monjes del monasterio, quienes, por abrazar su nueva fe, se vieron forzados al exilio. Entre los primeros que huyeron de Espaa fueron, uno, Casiodoro de Reina; otro, Cipriano de Valera. Recorriendo las ciudades protestantes de Europa, comenzaron sus labores de traduccin de la Santa Biblia. Primero, habra de traducir Reina; luego al tiempo, revisara Valera. Su ardua labor se refleja en parte de la "amonestacin" que el primero dirige con estas palabras: "La obra nos ha durado entre las manos enteros doce aos. Sacado el tiempo que nos ha llevado o enfermedades, o viajes, u otras ocupaciones necesarias en nuestro destierro y pobreza, podemos afirmar, que han sido bien los nueve, que no hemos soltado la pluma de la mano, ni aflojado el estudio en cuanto las fuerzas as del cuerpo como del nimo nos han alcanzado. Parte de tan larga tardanza ha sido la falta de nuestra erudicin para tan grande obra, lo cual ha sido menester recompensar con casi doblado trabajo; parte tambin ha sido la estima que Dios nos ha dado de la misma obra, y el celo de tratarla con toda limpieza, con la cual obligacin con ninguna erudita ni luenga diligencia se puede jams satisfacer. La erudicin y noticias de las lenguas, aunque no ha sido ni es la que quisiramos, ha sido la que basta para entender los pareceres de los que ms entienden, y conferirlos entre s, para poder escoger lo ms conveniente conforme al sentido y noticia que Dios nos ha dado de su Palabra. Nos hemos ayudado del juicio y doctrina as de los vivos como de los muertos, que en la obra ha podido dar alguna ayuda, consultado todas las versiones que hasta ahora hay, y muchas veces los comentarios. Tampoco nos ha faltado las experiencias y ejercicio de muchas de las cosas que trata y hace principal estado la divina Escritura, que de hecho es la mayor y ms sustancial ayuda, no faltando las otras, para su verdadera inteligencia." El fruto de la labor de Casiodoro de Reina es la extraordinaria versin que hoy poseemos. Por su excelencia, sobrepuja todas las dems versiones castellanas de las Sagradas Escrituras. La pureza de sus expresiones constituye para la prosa espaola, un aporte monumental no reconocido; para la Iglesia de Cristo, posee el incalculable valor de haber sido luz inicial de la Reforma. Hoy como ayer, por ms de cuatro siglos, sus felices giros de expresin unen el pensamiento cristiano y son punto de concurrencia de las promesas y de la voluntad de Dios para sus hijos. Somos, sin duda alguna, deudores a ste, nuestro maravilloso y ms querido Libro! Sin embargo, como hemos podido apreciar en la narrativa anterior, y como veremos en las subsiguientes, en virtud del desarrollo de los estudios bblicos realizados desde comienzos del siglo XIX hasta el presente, y con los descubrimientos de manuscritos griegos mucho ms antiguos que aquellos que sirvieron de base para la traduccin de Casiodoro de Reina, se han puesto en evidencia tan graves defectos en nuestra versin, que hacen indispensable considerar su revisin a la luz de un tipo de texto griego establecido mediante una metodologa sistemtica que provea relativamente todas las citas de evidencia manuscrita. La crtica textual procura establecer, por medio de la investigacin de las copias divergentes, cul forma de texto debera considerarse como la ms cercana al original. En algunos casos, las evidencias se hallarn tan justamente divididas, que ser extremadamente difcil decidir entre dos variantes. En otros casos, el crtico puede arribar a una decisin basada en razones ms precisas que lo mueven a preferir una variante y rechazar otra. El perodo pre-crtico. Los hechos ms sobresalientes en la historia de los hombres que aplicaron esta ciencia en la bsqueda por restaurar el texto del Nuevo Testamento, se pueden resumir ms o menos as: Durante los siglos XVII y XVIII, varios eruditos lograron recaudar gran nmero de informacin de muchos manuscritos griegos, as como de las versiones antiguas y de los Padres Apostlicos. Sin embargo, con la excepcin de dos o tres editores que tmidamente se atrevieron a corregir algunos de los ms notorios errores del Textus Receptus, esta degradada forma de Nuevo Testamento continu siendo reimpresa edicin tras edicin hasta el siglo XIX. Walton Bentley Semler Fell Mace Bowyer Mill Bengel Harwood Wells Wettstein Griesbach 1655-1812 El perodo crtico modernNo fue sino hasta la primera parte del siglo XIX, cuando el erudito clsico alemn Karl Lachmann se aventur a aplicar los criterios que haba utilizado en la edicin de textos griegos clsicos. Lachmann fue el primer erudito a quien se le reconoci haberse apartado totalmente del Textus Receptus. El demostr, por comparacin de manuscritos, cmo stos se podan retrotraer hasta sus arquetipos perdidos e inferir su condicin y paginacin. Al editar su Nuevo Testamento, la intencin de Lachmann no era reproducir el texto original, lo cual consideraba una labor imposible, sino presentar, con puras evidencias documentadas y aparte de cualquier edicin impresa previamente, el tipo de texto corriente en la cristiandad oriental al final del siglo IV. A pesar de los muchos obstculos que encontr durante su trabajo y de las limitaciones de su obra, el juicio de la mayora de los eruditos est de acuerdo con la evaluacin que Hort ha hecho de Lachmann y su obra: "... Un nuevo perodo comenz en 1831, cuando por primera vez, un texto fue construido directamente de antiguos documentos sin la intervencin de ninguna edicin impresa, y cuando el primer intento sistemtico fue hecho para substituir la eleccin arbitraria por el mtodo cientfico en la discriminacin de variantes textuales". Tishendorf, el deEl hombre con quien los crticos textuales modernos del Nuevo Testamento se encuentran ms en deuda es sin duda Lobegott Friedrich Constantin V. Tischendorf. Este erudito busc y public ms manuscritos y produjo mayor nmero de ediciones crticas de la Biblia griega que ningn otro. Entre 1841 y 1872 prepar ocho ediciones del Nuevo Testamento griego, algunas de las cuales fueron reimpresas solas o juntamente con versiones alemanas y latinas, as como tambin 22 volmenes de manuscritos de textos bblicos. El nmero total de sus libros y artculos, resaltando que la mayora de ellos estn relacionados con la crtica bblica, supera los ciento cincuenta. Mientras estudiaba teologa en Leipzig, desde 1834 hasta 1838, el joven Tischendorf estuvo bajo la influencia de Johann Winer, cuya gramtica del Nuevo Testamento Griego logr muchas ediciones y permaneci como la normativa por varias generaciones. Winer supo infundir en su pupilo la pasin por la bsqueda y aplicacin de los testigos ms antiguos para reconstruir la forma ms pura de la Escritura griega. A esta tarea se dedic el joven erudito, quien escribiendo a su novia en cierta ocasin, le declar: "... estoy confrontado con una labor sagrada: La lucha por recobrar la forma original del Nuevo Testamento". A los veinticinco aos de edad, Tischendorf descifr el palimpsesto cdice Efraemi; viaj extensamente por toda Europa y el Cercano Oriente en busca de manuscritos nuevos y antiguos; los examin y los edit, y en 1859 descubri en el Monasterio de Santa Catalina, en el Monte Sina, el documento que tiene la primaca entre los testigos ms fieles y antiguos del Nuevo Testamento: el cdice Sinatico. En Inglaterra, el erudito que, a mediados del siglo XIX, tuvo ms xito en alejar la preferencia inglesa por el Textus Receptus fue Samuel Prideaux Tregelles. Cuando an tena veinte aos, Tregelles comenz a hacer planes para una edicin crtica del Nuevo Testamento. Sin saberlo, Tregelles desarroll con una similitud asombrosa principios de crtica paralelos a aquellos de Lachmann. De ah en adelante, se dedic a la comparacin de manuscritos griegos, y viaj extensamente a travs de toda Europa con este propsito. Su cuidadoso y sistemtico examen de casi todos los unciales hasta entonces conocidos y varios minsculos importantes, resultaron en la correccin de muchas citas erradas por previos editores. Tambin revis nuevamente las citas del Nuevo Testamento que se encuentran en los escritos de los padres de la Iglesia hasta Eusebio, as como las versiones antiguas, y finalmente produjo una edicin que public entre 1857 y 1872. A pesar de su pobreza, oposiciones y enfermedades, Tregelles super todas las dificultades y dedic todo el tiempo de su vida a labores meticulosas sobre el texto del Nuevo Testamento como un acto de adoracin y compromiso con Dios, como l mismo declara en el prefacio de su edicin: "... En la creencia plena de que ser para el servicio a Dios, al servir a su Iglesia." Merece tambin mencionarse a Henry Alford , como un ardiente abogado de los principios de la crtica textual formulados por aquellos que, como Lachmann, haban trabajado, segn sus propias palabras, en "... la demolicin de la inmerecida y pedante reverencia por el Textus Receptus el cual obstruy el camino de toda posibilidad de descubrir la genuina Palabra de Dios". El ao de 1881 tiene un significado especial por la publicacin de la ms notable edicin crtica del Testamento Griego jams producida. Despus de 28 aos de trabajo, Westcott y Hort, ambos profesores de Divinidad en Cambridge, produjeron dos volmenes titulados El Nuevo Testamento en Griego Original. A diferencia de editores anteriores, ni Westcott ni Hort se abocaron a la comparacin de manuscritos ni tampoco proveyeron un aparato crtico. Ms bien, utilizando colecciones de variantes textuales previas, perfeccionaron la metodologa crtica desarrollada por Griesbach, Lachmann y otros, y la aplicaron rigurosamente pero con discriminacin, a los testigos del Nuevo Testamento. Los principios y procedimientos de la crtica textual elaborada por ellos son demasiado extensos para explicarlos en detalle, pero pueden resumirse sumariamente como lo determinaron en su introduccin, a saber: Las evidencias internas de la lectura; las probabilidades intrnsecas y de transcripcin; los grupos de evidencias internas y las evidencias genealgicas. Al mirar en retrospectiva y evaluar la obra de Westcott y Hort, puede decirse que los eruditos de hoy da estn de acuerdo en que la principal contribucin hecha por ellos fue la clara demostracin de que el texto Bizantino, es posterior a otros textos. Tres formas principales de evidencias respaldan este juicio: primero, el texto Bizantino contiene lecturas combinadas o fusionadas que son claras composiciones de elementos de otros textos ms antiguos; segundo, ninguno de los padres ante- niceno cita lectura alguna del texto Bizantino; y tercero, en la comparacin entre las lecturas sirias con otras rivales, su aspiracin de ser aceptada como original se encuentra gradualmente disminuida y finalmente desaparece. No puede ser sorpresa que el total rechazo que Westcott y Hort mostraron hacia las aspiraciones del Textus Receptus de ser el original del Nuevo Testamento, fuera visto con alarma por muchos hombres de la iglesia, y encontrara serias oposiciones. Baste decir que todos aquellos que se opusieron a la obra de Westcott y Hort no alcanzaron a comprender la fuerza del mtodo genealgico, segn el cual el texto ms tardo y combinado se evidencia como secundario y corrupto. El breve recuento de la obra de Westcott y Hort puede concluir con la observacin de que el consenso mayoritario de opiniones eruditas reconoce que sus ediciones crticas fueron verdaderamente extraordinarias. Ellos presentaron lo que sin duda es el ms puro y antiguo texto que poda ser obtenido con los medios de informacin de la poca. A pesar de que el descubrimiento de nuevos manuscritos ha requerido la nueva alineacin de ciertos grupos de testigos, la validez general de sus principios y procedimientos crticos son ampliamente reconocidos por los eruditos textuales contemporneos. BeDurante su larga y fructfera vida, Bernhard Weiss, profesor de exgesis del Nuevo Testamento en Kiel y Berln, edit el Nuevo Testamento Griego. Por ser primeramente un buen telogo, trajo a su labor un amplio y detallado conocimiento de los problemas teolgicos y literarios del texto del Nuevo Testamento. En lugar de agrupar los manuscritos y evaluar las variantes por la va del respaldo externo, Weiss discrimin entre las lecturas variantes de acuerdo con lo que a l le pareca el sentido ms apropiado del contexto. Su procedimiento consisti en recorrer cada uno de los libros del Nuevo Testamento con un aparato crtico y considerar las ms importantes variantes textuales, seleccionando en cada caso la lectura que le pareca justificada; como Hort hubiera dicho: "por probabilidad intrinseca". Despus que Weiss edit su texto al adoptar las variantes que le parecieron ms apropiadas de acuerdo con el estilo y teologa del autor, hizo una lista de los diferentes tipos de error que observ entre las variantes textuales y evalu cada uno de los principales manuscritos de acuerdo a su relativa liberacin de tales faltas. En la asignacin del grado de pureza de los manuscritos griegos, en sus distintos tipos de error, Weiss determin que el cdice Vaticano era el mejor. No sorprende entonces, que el carcter general de la edicin de Weiss fuera extraordinariamente similar a la de Westcott y Hort, quienes se apoyaron tanto en el cdice Vaticano. La importancia del texto editado por Weiss consiste en que, no solamente expresa la opinin madura de un gran erudito exgeta, quien dio aos de detallada consideracin al significado del texto; si no que es importante tambin porque los resultados de su aparente metodologa "subjetiva" confirman los resultados de otros eruditos que siguieron un procedimiento distinto, calificado algunas veces como ms "objetivo" por comenzar por el agrupamiento de los mismos manuscritos. En 1844, cuando an Tischendorf no tena 30 aos y se desempeaba como catedrtico de la Universidad de Leipzig, comenz un extenso viaje por el Cercano Oriente en busca de manuscritos bblicos. Mientras visitaba el monasterio de Santa Catalina en el monte Sina, tuvo oportunidad de observar una cesta de basura que contena algunas hojas de pergamino, la cual iba a ser usada para alimentar el fuego de la estufa. Al examinarlas, demostraron ser parte de una copia de la Versin Septuaginta del Antiguo Testamento.. Tischendorf logr retirar de la cesta no menos de 43 hojas, mientras los monjes casualmente le comentaban que . dos cestas iguales acababan de ser quemadas en la chimenea!. Momentos ms tarde, cuando le mostraron otras porciones del mismo cdice (contena todo Isaas y el libro cuarto de Macabeos), l advirti a los monjes que tales cosas eran demasiado valiosas para alimentar el fuego. Con las 43 hojas que se le permiti retener, las cuales contenan porciones del Primer Libro de Crnicas, Jeremas, Nehemas y Esther, hizo una publicacin en 1846, nombrando tales documentos como el cdice Federico Augustanus. En 1853, Tischendorf volvi a visitar el monasterio con la esperanza de hallar otras porciones del mismo manuscrito. No obstante, la alegra demostrada con el hallazgo anterior haba hecho a los monjes ms cautelosos, y no pudo conseguir nada adicional al manuscrito. En el ao de 1859, los viajes llevaron a Tischendorf nuevamente al Monte Sina, esta vez bajo los auspicios del Zar de Rusia, Alejandro II. El da anterior a su partida, Tischendorf present al abad del monasterio una copia de la edicin de la Septuaginta que recientemente haba publicado en Leipzig. Fue entonces cuando el abad le coment que l tambin posea una copia similar; y acto seguido, sac de su armario un manuscrito envuelto en una tela roja. All, ante los ojos atnitos del erudito, reposaba el tesoro que por tanto tiempo haba deseado encontrar. Tratando de controlar sus emociones y aparentando normalidad, Tischendorf solicit hojear someramente el cdice, y luego de retirarse a su aposento, pas toda la noche en el indescriptible gozo de estudiar el manuscrito, como declara su diario en latn "quippe dormire nefas videbatur" Verdaderamente hubiera sido un sacrilegio dormir. Durante esa noche, pudo comprobar que el documento contena ms de lo que hubiera esperado, pues no slo estaba la mayor parte del Antiguo Testamento, sino que el Nuevo Testamento se encontraba completo, intacto y en excelente estado de preservacin, con la adicin de dos trabajos cristianos del siglo II: La Epstola de Bernab y una extensa porcin del Pastor de Hermas, conocido hasta entonces slo por su ttulo. La siguiente maana, Tischendorf trat sin xito de comprar el manuscrito. Luego, pidi permiso para llevar el documento a El Cairo a fin de estudiarlo, pero tampoco le fue concedido, y tuvo que partir sin l. Ms tarde, mientras se encontraba en El Cairo, lugar donde los monjes tambin tenan un pequeo monasterio, Tischendorf solicit al superior del mismo, para que ste mandara por el manuscrito. El superior acept con la condicin de que se intercambiaran mensajeros beduinos, los cuales traeran y devolveran el manuscrito cuaderno por cuaderno (ocho a diez hojas por vez), mientras Tischendorf proceda a copiarlo. Teniendo por copistas a dos alemanes que se encontraban en El Cairo, un farmacutico y un bibliotecario, que tenan conocimientos del griego, y bajo la cuidadosa supervisin de Tischendorf, ste comenz su trabajo de transcribir las 110.000 lneas del texto, el cual termin en un lapso de dos meses. La prxima etapa de negociaciones, envolvi lo que en un eufemismo podramos llamar "diplomacia eclesial". Para ese tiempo, el cargo de mayor autoridad entre los monjes del Sina se hallaba vacante. Tischendorf sugiri que sera muy ventajoso para ellos hacer un apropiado regalo al Zar de Rusia, cuya influencia como protector de la iglesia griega ellos deseaban, y. cul podra ser mejor regalo que el viejo manuscrito? Despus de largas negociaciones, el precioso cdice fue entregado a Tischendorf para su publicacin en Leipzig y para presentarlo al Zar en nombre de los monjes. La publicacin definitiva del cdice fue hecha en el siglo XX por la Universidad de Oxford (N.T.1911; A.T.1922). Luego de la revolucin rusa, al no estar interesada la Unin Sovitica en la Biblia, y por necesidades econmicas, negociaron su venta con los encargados del Museo Britnico por 100.000 Libras Esterlinas, cantidad que fue pagada por mitades entre el Gobierno ingls y una suscripcin popular, de individuos y congregaciones en Inglaterra y Estados Unidos. Al finalizar el ao 1933, el manuscrito fue depositado en el Museo de Londres, donde permanece hasta hoy. El texto del Nuevo Testamento prosigui su proceso de restauracin mediante la aplicacin de la ciencia de la crtica textual, a travs de las extensas y pacientes labores realizadas por Souter; von Soden; Merk; Bover; Nestle; Legs; Tasker y muchos otros, acerca de los cuales no es posible hablar ahora. De igual forma stos fueron ayudados por importantes descubrimientos de nuevos manuscritos griegos realizados en la primera mitad del siglo XX, que permitieron arrojar mayor luz en la restauracin del texto bblico. En 1966, luego de una dcada de labores de investigacin textual realizada por un Comit Internacional, cinco Sociedades Bblicas publicaron una edicin del Nuevo Testamento Griego diseado especialmente para traductores y estudiantes. Su "aparato textual", que provee relativamente todas las citas de evidencias manuscritas, incluye cerca de mil cuatrocientos cuarenta juegos de variantes textuales, escogidos especialmente en vista de su significado exegtico. Contiene igualmente un "aparato de puntuacin" que cita diferencias significativas en ms de 600 pasajes, coleccionados de cinco ediciones del Nuevo Testamento griego y diez traducciones al ingls, francs y alemn. Durante la reconstruccin de este texto Griego se tom como base la edicin de Westcott y Hort, y se evaluaron todos los descubrimientos acontecidos durante el siglo XX, en el cual existen documentos manuscritos mucho ms antiguos del Nuevo Testamento, como nunca antes. Gracias a ello, ha sido posible producir ediciones de las Sagradas Escrituras con palabras que se aproximan hoy ms que nunca a aquellas registradas en los Autgrafos Originales. EDe la narrativa precedente el lector ha podido apreciar cmo, durante los 14 siglos en que el Nuevo Testamento fue transmitido en copias manuscritas, llegaron a volcarse en su texto numerosos cambios. De los aproximadamente 5.000 manuscritos griegos del Nuevo Testamento conocidos hoy, no existen siquiera dos que coincidan en todos sus particulares. Al ser confrontados con esta masa de lecturas conflictivas, los editores han de decidir cules variantes merecen ser incluidas en el texto como originales, y cules deben ser relegadas al aparato crtico a pie de pgina. A pesar de que a primera vista la tarea de restauracin puede parecer una tarea imposible de realizar a causa de las miles de variantes de lectura envueltas en la decisin, los eruditos han logrado desarrollar ciertos criterios de evaluacin que hoy son generalmente aceptados. Tales consideraciones dependen, como se podr apreciar ms adelante, de probabilidades. En ocasiones, el crtico textual deber sopesar un conjunto de esas probabilidades, una contra otra. A dems de esto, debe advertirse que, a pesar de que los criterios que siguen a continuacin han sido desarrollados en forma metdica, uno no puede presuponer que una aplicacin meramente mecnica o estereotipada siempre resolver el problema. El rango y la complejidad de los datos textuales son tan inmensos, que ningn sistema de preceptos, por meticuloso que sea, podr jams ser aplicado con precisin matemtica. Cada una de las variantes textuales necesita ser considerada individualmente y no juzgada conforme a reglas fijas. Con esta advertencia en mente, el lector podr apreciar que los lineamientos generales de criterios son propuestos slo como una conveniente descripcin de las consideraciones ms importantes que la Crtica Textual contempornea tuvo en mente al seleccionar las variantes textuales. Entre las principales categoras o clases de criterios que asistieron en la evaluacin del valor relativo de las variantes textuales, se encuentran aquellas que envuelven: primero, las Evidencias externas, que tienen que ver con los manuscritos mismos, y segundo, las Evidencias internas, que tienen que ver con las probabilidades relacionadas con los hbitos de los escribas y con el estilo del autor. Veamos un poco mas en profundidad las normas para el establecimiento del Texto Normativo: Las consideraciones que abarcan las evidencias externas, dependen de: 1. Fecha y carcter del testigo. En general, los manuscritos ms antiguos se encuentran menos propensos a los errores producidos por la repeticin de copias. Sin embargo, de mayor importancia que la antigedad del documento mismo es la antigedad y el carcter del tipo de texto que representa, as como el esmero del copista al producir el manuscrito. 2. La relacin genealgica de textos y "familias" de testigos. La sola cantidad de testigos en respaldo de una variante textual no necesariamente prueba su superioridad sobre esa variante. Por ejemplo, si en una oracin especfica la lectura "y" est respaldada por veinte manuscritos y la lectura "x" por un slo manuscrito, el respaldo numrico relativo que favorece a "y" no sirve de mucho si se comprueba que los veinte manuscritos son copias provenientes de un solo original que ya no existe, cuyo escriba introdujo en principio esa particular variante. En ese caso, la comparacin deber ser hecha entre el manuscrito que contiene la lectura "x" y el nico testigo antepasado de los veinte que contiene la lectura "y". 3. Los testigos han de ser sopesados antes que contados. Aquellos testigos que son considerados generalmente fieles en casos especficos se les debe considerar predominantes en los casos donde los problemas textuales son ambiguos y su solucin incierta. Al mismo tiempo, sin embargo, por cuanto el peso relativo de las varias clases de evidencias difieren de las distintas clases de variantes, no debe realizarse una mera evaluacin mecnica de las evidencias. La evidencia interna envuelve dos clases de probabilidades: Las probabilidades de transcripcin, que dependen de los hbitos de los escribas, y de las condiciones paleogrficas en los manuscritos, y las probabilidades intrnsecas dependientes de consideraciones respecto a qu es lo que el autor pudo haber escrito. Con respecto a las probabilidades de transcripcin, tenemos que: 1. En general, la lectura ms difcil es preferida, particularmente cuando el sentido se muestra errneo en la superficie, pero en posteriores consideraciones prueba ser correcto. (Aqu, la expresin "ms difcil" significa aquello que debera haber sido ms difcil para el escriba, quien hubiese podido sentirse tentado a hacer una enmienda. La mayora de las enmiendas hechas por los escribas demuestran una gran superficialidad, combinando a menudo la apariencia de mejorar el texto con la ausencia de su realidad [Westcot y Hort]. Obviamente la categora "lectura ms difcil" es relativa, y en oportunidades se alcanza un punto en donde la lectura que se juzga es tan difcil, que slo pudo haber surgido por un accidente de transcripcin). 2. En general, la lectura ms corta es preferida, excepto cuando el ojo del copista pudiera haber pasado inadvertidamente de una palabra a otra por tener un orden similar de letras; o donde el escriba pudiese haber omitido material por considerarlo superficial, tosco, contrario a creencias pas, usos litrgicos o prcticas ascticas. 3. Por cuanto la tendencia de los escribas era con frecuencia poner los pasajes divergentes en armona unos con otros en pasajes paralelos, bien en citas del Antiguo Testamento o en distintas narrativas de un mismo evento en los Evangelios, se prefiere la lectura que envuelve disidencia verbal a aquella que es verbalmente concordante. 4. Los escribas, en algunas oportunidades, reemplazaban una palabra poco comn por un sinnimo ms familiar, alteraban una forma gramatical tosca o una expresin lexicogrfica poco elegante de acuerdo con sus preferencias de expresin contemporneas, o aadan pronombres, conjunciones y expletivos a fin de "suavizar" el texto. En el caso de las probabilidades intrnsecas, el crtico textual toma en cuenta: 1. En general, el estilo y vocabulario del autor a travs del libro; el contexto inmediato; y armona con el estilo del autor en otras partes; 2. En los Evangelios, el trasfondo del arameo en las enseanzas de Jess; la prioridad del Evangelio segn Marcos; y la influencia de la comunidad cristiana respecto a la formulacin y transmisin del pasaje respectivo. Es obvio que no todos estos criterios son aplicables en cada caso. El crtico textual debe reconocer cundo es necesario otorgar mayor consideracin a una clase de evidencia y menos a otra. Por cuanto la crtica textual es un arte al tiempo que una ciencia, es inevitable que en algunos casos los eruditos arriben a distintas evaluaciones en el significado de las evidencias. Estas divergencias se tornan casi inevitables cuando, como a veces sucede, las evidencias estn tan divididas que, por ejemplo, la lectura ms difcil es hallada en los testigos ms recientes, o la lectura ms larga es hallada solamente en los testigos ms antiguos. Teologa de la Traduccin En la actualidad, las razones de las distintas categoras que pujan por predominar en los enunciados de traduccin bblica, son muchas, complejas y... conflictivas. Abarcan un amplio espectro que comienza con el sistema de traduccin literal y concluye en los lmites de la traduccin dinmica, de tendencia parafrstica. Entre esos extremos, quiz la ms destacada clasificacin sea la traduccin por equivalencias formales del lenguaje. El estilo de traduccin literal ocupa, por as decirlo, el primero de los extremos dentro del amplio espectro que forman las distintas tcnicas de traduccin bblica. Los aportes de este sistema no pueden ser subestimados, pues aunque su presentacin es "interlineal" y por ello no refleja las relaciones sintcticas del idioma a ser traducido, la consulta relacionada con la definicin de vocablos, verbos, coordinacin y subordinacin gramatical del Original, constituye una herramienta indispensable para el traductor bblico.
La traduccin literaria trata de orientar todos sus esfuerzos hacia el texto original, o sea el autor, el ambiente y su poca. Este sistema de traduccin procura utilizar todas las funciones del lenguaje literario, y trata de reproducirlos en todos sus aspectos. Bajo estos parmetros, el traductor literario acta con plena libertad de levantar el nivel del Original, a fin de producir una plenitud de comunicacin. La traduccin dinmica tiene por objetivo al lector quien, por as decirlo, "aguarda que le lleven" el texto. Esto significa que durante el desarrollo de la traduccin, el texto mismo deber sufrir una transformacin tal que ubique al lector en las mismas condiciones que se hallaba el destinatario original. Estas versiones cumplen una funcin importante, pues as como se preparan versiones infantiles de la Biblia, stas son realizadas para gente que, aunque sabe leer, no tiene cultura de lectores. No obstante su gran utilidad, la inadvertencia de que se trata de una parfrasis, podra, eventualmente, guiar mal al lector al hacerle suponer que est leyendo la verdadera Palabra de Dios. Debido, por una parte, a la simplicidad de su propsito, y por la otra a la extensin y complejidad de sus planteamientos, el sistema de traduccin textual quiz sea la tcnica de traduccin ms dificil de sintetizar en sus postulados, toda vez que los criterios utilizados en su prctica tienen que ver tanto con la aptitud como la actitud del traductor. En general, podramos afirmar que la traduccin textual fija sus tareas dentro de una disciplina que transcribe, no lo que el Autor Sagrado pudo haber dicho de haber escrito en castellano, sino lo que l dice en el hebreo, arameo y griego. La Traduccin Textual: Sus Alcances y Limitaciones Disciplina de la Traduccin Un cuerpo de traductores que consistentemente fije su tarea dentro de una disciplina que transcriba, no lo que el Autor Divino pudo haber dicho de haber escrito en castellano, sino lo que l dice en hebreo, en arameo y en griego. Esto, claro est, presenta de inmediato dos problemas que desafian la capacidad y habilidad del traductor: 1. cmo presentar fielmente el texto en los idiomas originales al lector castellano; y, 2. cmo presentar el castellano de manera tal que se lea como una obra verncula y no extranjera; como una original y no como una traduccin. Sujeto a la consideracin de que la solucin del segundo enunciado siempre deber estar subordinado al primero, y aunque es verdad que cualquier traduccin, por ms que lo intente, siempre fallar en mostrar con fidelidad fotogrfica la PALABRA DE DIOS, el pensamiento del traductor ha de estar afirmado en la posibilidad, no la imposibilidad, de traducir la jota y la tilde, considerando que cualquier otra propuesta que no tome en cuenta la perspicuidad infalible de la Palabra, lo ubicar de inmediato fuera de competencia para tratar con el problema que tiene entre manos. A lo largo de la traduccin, entonces, el objetivo principal es lograr un texto castellano depurado, informando y advirtiendo al lector a pie de pgina o en comentario anexo, las razones que asisten para tal o cual provisin textual desprendida del aparato crtico. El estilo de traduccin es que, siempre que sea posible, cada palabra hebrea o griega est traducida por la misma palabra castellana; y, de ser posible, slo una palabra castellana explique cada palabra hebrea, aramea o griega. Disciplina de Revisin: A esta altura, podemos decir entonces que, con las excepciones que plantea hoy la pureza de su base textual, el estilo de traduccin de Reina y Valera se apega consistentemente a aquel que el Original demanda, mejor que cualquier otra versin castellana de las Sagradas Escrituras. Y es precisamente por ello que esta versin, an despus de ms de cuatro siglos, permanece siendo superior a las dems versiones castellanas, sean antiguas o contemporneas . Aunque en este sentido, se percibe en la labor de los revisores algunas penosas fallas, quiz debido a que ninguna persona puede tratar sino defectuosamente con el Libro, a no ser de que est convencido hasta sus mismos tutanos que la Biblia est hecha por el soplo del Eterno; inspirada en cada una de sus letras. La disciplina de los revisores consiste entonces en resguardar todo cuanto la versin Reina-Valera tiene de bueno, su forma y estilo literario, tal como ha sido conocida y utilizada, para preservar as los beneficios de la riqueza de comunicacin que de all se deriva al retardar los cambios y la corrupcin que sufre el lenguaje a travs del tiempo; tratando de hacer, no una nueva, sino una mejor versin, ms apegada al texto Original, bajo principios orientados hacia la transmisin de toda la intencin, fuerza ylucidez del Original; la defensa de su pureza, brevedad y simplicidad, y el respeto por cada una de sus aparentes asimetras, redundancias y asperezas gramaticales. Conclusin: Durante el proceso de revisin, adaptacin y traduccin, el uso de los recursos cientficos del lenguaje pueden estimarse como instrumentos tiles, pero son subalternos al momento de decidir la adjudicacin final de equivalencias. Estas decisiones no slo respecto a palabras, sino a la coordinacin y subordinacin gramatical impuesta por el Autor Exacto, se alcanzan, no por dictados de la sociologa lingstica, sino por el recurso de interpretacin intrnseco de la Santa Biblia; es decir, las conclusiones que el traductor percibe, no slo por su alto grado de erudicin, sino por la sana exgesis y trazo que surge de la analoga y armona espiritual latente en toda la Escritura.
La Biblia Textual De la narrativa anterior, se han puesto en evidencia dos hechos fundamentales: primero, La versin Reina-Valera est basada en un tipo de texto secundario, tardo y fusionado, plagado de los errores que acumularon ms de catorce siglos de copias manuscritas; y segundo, por los hallazgos de la arqueologa bblica y la aplicacin de la crtica textual a las copias manuscritas, nos encontramos hoy en posesin de una BASE TEXTUAL que nos ubica maravillosamente cerca de las palabras registradas por los autgrafos de las Sagradas Escrituras. Es difcil explicar por qu razn entonces, hasta el presente, cuando todas las versiones de los principales idiomas ya han sido adaptadas a la BASE TEXTUAL desde hace casi un siglo, la ms importante versin de la Iglesia hispano-americana contina sobre bases fusionadas y alteradas. Cualesquiera sean los motivos de la demora, el caso es que, en el inicio de este sptimo milenio bblico, a casi dos mil aos de haberse cerrado el canon del Nuevo Testamento, la Iglesia an no ha recibido una informacin que, de manera confiable, le presente en el castellano la BASE TEXTUAL hebrea y griega, e inteligiblemente advierta al lector, bien sea a pi de pgina o en comentario adjunto, los resultados textuales que tuvieron lugar durante el proceso de transmisin, alteracin y restauracin de las Sagradas Escrituras.
Adaptacin Uno de los objetivos fundamentales de este Proyecto consiste en la revisin diligente, minuciosa y clara de la Versin Reina-Valera. Los principios de traduccin utilizados y el estilo literario alcanzado en esta monumental Obra, hace que se desprenda de todas las dems versiones castellanas de las Sagradas Escrituras, y su aceptacin universal la califica, por encima de toda otra, para que sirva como versin digna de ser adaptada a la mejor BASE TEXTUAL crtica conocida en la actualidad, esto es, la BIBLIA HEBRAICA STUTTGARTENSIA (IV Edic.) y el NOVUM TESTAMENTUM GRAECE (XXVII Edic.). Los criterios de este apartado se han propuesto entonces, preservar todo cuanto la Versin Reina-Valera tiene de bueno, su forma, estilo literario, sus felices giros de expresin y riqueza de comunicacin. Tal como ha sido conocida y utilizada a travs del tiempo; procurando realizar -no una nueva- sino una mejor versin; corrigiendo palabras y expresiones del hebreo, del arameo y del griego que hasta el presente no han recibido todo el propsito y la fuerza del Original. Traduccin En estos ltimos tiempos, los estudios avanzados de la crtica textual han demostrado que, en el Texto Original hebreo y griego, no slo las palabras y su orden, sino las mismas letras, se encuentran distribuidas en patrones artsticamente diseados y estn ubicadas con designio y propsito. Estos avances y descubrimientos, inevitablemente establecen nuevos parmetros para el traductor serio, quien cada vez se encuentra con menos libertad de hacer uso de la exgesis, parfrasis, interpretacin, o aquellos tan deseados recursos idiomticos, los cuales ms tarde, casi siempre, exhiben su presencia slo para guiar equivocadamente y terminan alejando a la versin de su ms importante propsito: la fidelidad. Y en este sentido, nuestras experiencias nos han mostrado que las traducciones ms fieles son las ms expresivas. Es por ello que, en muchas oportunidades, la traduccin literaria, y ms la dinmica, se hallarn contrapuestas a las formas expresivas del texto. Las traducciones ms fieles resultan en versiones ms expresivas, y consecuentemente ms relevantes. Tambin ha sido posible apreciar cmo ciertas tcnicas de traduccin demasiado uniformes, pueden atentar contra la variedad de estilos y los distintos niveles lingsticos de la Biblia, en tanto que la fidelidad a los originales siempre termina siendo una rica veta de recursos estilsticos. Tales condiciones son las que necesariamente debe poseer una traduccin digna del Texto Sagrado. Por traduccin textual damos a entender una tcnica que, enmarcada en las reglas que controlan la gramtica general de la lengua castellana, mas sin perjuicio de la coordinacin y subordinacin gramatical impuesta por el Autor Exacto, sea capaz de transmitir toda la intencin, fuerza y lucidez del Original, pero que al mismo tiempo defienda su brevedad y simplicidad. Que preserve su pureza, y respete sus asimetras, asperezas gramaticales y redundancias; que valore la riqueza de comunicacin que el estilo literario castellano ha logrado por el uso y el tiempo, y los beneficios que de all se derivan al retardar los cambios que corrompen el lenguaje. Finalmente, que pueda percibir, y sin rodeos referir, las conclusiones que por la sana exgesis y trazo, surgen de la analoga y armona espiritual latente en toda la Escritura. Es por ello que los traductores han sido consecuentes en aceptar una disciplina que transcriba, no lo que el Autor Divino pudo haber dicho si hubiera escrito en castellano, sino lo que l dice en hebreo, arameo y griego.
El traductor Los postulados de este proyecto exigen, no solamente las aptitudes acadmicas y profesionales que el traductor necesariamente debe ostentar, sino que demanda una cierta y muy especfica actitud que proviene de la esencia de su corazn. Es decir, que la obra misma le propone metas que van ms all de la indispensable erudicin, para exigirle el honroso calificativo de telogo. Un buen traductor siempre deber ser un buen erudito y un buen telogo. Y finalmente, en el ejercicio de sus funciones, este traductor-erudito-telogo ser requerido de la imprescindible UNCION que ningn poder humano o anglico puede llegar jams a impartir: la vivencia espiritual que surge de la experiencia de la regeneracin, esto es: ser hijo de Dios (y ninguno que se acerque a Dios como no sea por medio de la sangre de Jess, tiene derecho a utilizar tal nombre), con evidencia indiscutible de haber nacido de nuevo y as recibido la "uncin que le ensea todas las cosas" para una vida rendida a Dios no slo en el conocimiento teolgico de la verdad, sino en el ejercicio de la piedad y el temor de Dios. La Biblia es algo ms que un tesoro histrico a ser preservado, o un clsico literario para admirar y aplaudir. Es ms que un conjunto de documentos sobre cuya base textual puedan destacarse talentos de hombres doctos. La Biblia es la revelacin de Dios, de su propsito y de su voluntad. Es el registro de Palabras que tienen poder para "quitar la muerte y sacar a luz la vida y la inmortalidad" . Eplogo Si con nuestras mentes adultas creemos vivir en un planeta visitado por Dios hecho carne, entonces las palabras que l dice revisten una importancia tal, que al trabajar con las equivalencias del precioso Libro, no podremos dejar de abstraernos del hecho excepcional de que nuestras labores estn confrontadas con asuntos que exceden "los lmites de nuestra habitacin" . Ante esta formidable tarea, slo nos resta admitir de antemano las limitaciones y la futilidad que representa el depender tan slo de humanas disciplinas, y reconocer que as como ante el Dios Todopoderoso no podemos acercarnos con "vanas repeticiones", tampoco ante el Sagrado Texto podemos hacerlo con fraseologas o con la afluencia de un "espritu liberal", como si tratramos con introducciones y comentarios en diccionarios o enciclopedias bblicas. Hemos de acercarnos con un espritu contrito, corazn hecho alhea y postrada actitud. Con fe sencilla y pies descalzos, limpios del mundanal lodo de las huecas filosofas humanas.