La Esclavitud
La Esclavitud
La Esclavitud
OSCAR MONTAÑEZ
ORLANDO GIL
INGENIERIA ELECTROMECANICA
BUCARAMANGA
2009
LA ESCLAVITUD
El tráfico de esclavos fue más intenso en la Nueva Granada que en cualquier otra
parte de las Indias. Las factorías de Cartagena y Panamá se distinguieron por su
actividad entre las ocho reservadas para las colonias españolas en América. Tan
pronto como los negros eran desembarcados, se procedía a la diligencia de
palmeo que consistía en un chequeo médico para determinar las condiciones
físicas del esclavo para asignarle su valor. Luego venia la operación de marquilla
Real en la que el esclavo era marcado sobre el pecho derecho con un sello real
fabricado en metal precioso luego era marcado de nuevo por el amo con su sello
personal, en el pecho y en ocasiones en la cara.
La economía del siglo XVIII reposaba sobre seis actividades: minería, agricultura,
ganadería, artesanía, comercio y trabajo doméstico. Ahora bien, de éstas las de
mayor importancia por su volumen y representación en la riqueza privada, estaban
basadas en el trabajo de la población esclava, minas de oro y plata, haciendas de
ganado, trapiches productores de miel, panela y azúcar se movían a base de
mano de obra esclava.
IMPORTANCIA DE LA ESCLAVITUD
CIMARRONISMO Y PALENQUES
Esclavos cimarrones eran los que se habían huido de sus amos. Palenque fue el
término que se les dio para designar los asentamientos de esclavos huidos, con
organización propia, métodos de defensa y eventualmente medios de ataque
contra las autoridades españolas. En ellos los esclavos cimarrones encontraban
segura protección. El mas famoso de los palenques de la Nueva Granada fue el
de san Basilio en la gobernación de Cartagena, surgido en 1600 como
consecuencia de la rebelión de treinta negros comandados por el esclavo
Domingo Bioho, ex monarca de un estado africano. Después de vencer a los
amos convirtieron el palenque en base de actividades militares sobre Cartagena,
Tolú, Mompox y Tenerife, atacando sobre todo las haciendas. Las expediciones
que el gobierno Español envió para someterlos fueron impotentes. A la postre las
autoridades tuvieron que llegar a un acuerdo concibiéndoles algunas
prerrogativas y la libertad al jefe del palenque de vestir con espada y daga dorada.
El desarrollo del peonaje y en general del trabajo asalariado unido al alto precio de
los esclavos, fueron las causas que desde el siglo XVIII comenzaron a conspirar
contra la esclavitud. A ellas se unió el cimarronismo generalizado en el siglo XVIII
q2ue hacia que los amos perdieran la inversión: la carencia de mano de obra hizo
que muchos propietarios agrícolas fomentaran la huida de esclavos,
amparándolos para tomarlos como asalariados u ofreciéndoles a los huidos
comprarlos y mantenerlos en mejores condiciones que los antiguos amos.
A las causas internas que contribuyeron desde finales del siglo XVIII para hacer
antieconómica la institución de la esclavitud y que presionaron su abolición, se
sumaron los intereses de las potencias colonialistas, especialmente Inglaterra.
Con la prolongación de la caza de esclavos durante siglos, los esclavistas tuvieron
que adentrarse cada vez más en el continente africano. A medida que esto
sucedía los europeos iban descubriendo en África riquezas minerales e iban
creando plantaciones que demandaban mano obra, la cual en caso de ser
exportada como esclava a América, hacía falta en el entable comercial.
LA TIERRA EN LA COLONIA
En estas circunstancias , para finales del siglo XVI ya unas pocas personas habían
acaparado las tierras mejores, más cercanas a los poblados y con vías de
comunicación, dando lugar a un agudo problema de tierras padecido no solamente
por los indígenas, sino también por los nuevos inmigrantes europeos el Rey Felipe
II dicto el 1 de noviembre de 1591, la famosa cedula de pardo, la cual además de
su sentido fiscal tenía el propósito de paliar en algo el problema de las tierras para
que estas llegaran a manos de nuevos inmigrantes y de hacer cumplir los
requisitos de morada y labor no acatados por muchos. Es esta ordenación la base
de la primera redistribución de tierras que se hizo en nuestro país después de la
conquista, e impidió nuevas mediaciones y utilización económica de algunos de
los predios adjudicados. Por venta y remate, quien tuviera dinero y quisiera
adquirir tierras podía acudir ante las autoridades las cuales enajenaban los
terrenos baldíos o realengos al mejor postor en remate a vela y pregón.
LOS RESGUARDOS
Nos hemos referido a dos tipos de propiedad sobre la tierra: la del dominio del
Estado o realenga y la que obtuvieron los conquistadores por diferentes formas.
Resta señalar un tercer tipo, la propiedad comunal que se manifestó a través de
Ejidos y Resguardos. A estos últimos vamos a referirnos.
Las concesiones hechas por el monarca a los indígenas por medio de resguardos
no eran más que la adjudicación limitada de tierras que les pertenecían. Pero aun
estas concesiones tenían sus restricciones, puesto que no se trataba de una
verdadera propiedad sobre la tierra sino de una cesión limitada, pues los
resguardos nunca dejaron de ser una regalía de la corona, lo que impedía su
enajenación y hacia posible toda clase de reajustes en cuanto a limites o
ubicación, cuando las autoridades españolas lo querían.
Todo conspiraba contra el mínimo derecho de los indígenas a tener sus tierras.
Los latifundistas voraces. Por las tierras de resguardo y por mano de obra barata,
los mestizos y colonos pobres con ansia de tierra para cultivar e imposibilitados
para obtenerla por el acaparamiento del latifundio laico y clerical, y un Estado con
criterio fiscalista pronto a obtener las mayores entradas por cualquier medio.
MISIONES JESUITAS
Durante el periodo colonial la iglesia fue la institución que más riqueza acumulo,
en bienes inmuebles tanto urbanos como rurales. Así un diplomático francés que
vivió entre nosotros en la tercera y cuarta década del siglo XIX observaba que
estos monasterios están ricamente dotados: cuando yo me hallaba en Bogotá me
aseguraron que las dos terceras partes aproximadamente de las casas de la
ciudad eran de su propiedad.
De gran importancia también fueron las haciendas de los jesuitas, por su valor
económico y por las técnicas de organización de este como en los otros negocios,
a diferencia de las misiones, las haciendas estaban ubicadas dentro del marco de
la economía colonial y sus utilidades se destinaban en parte a mantener los
colegios de la orden. Comparativamente, las de la nueva granada eran menos
valiosas que las de Perú y México, puesto que las de mayor valor acá nunca
excedieron de un precio de 100.000 pesos cuando en el Perú las había avaluadas
en 200.000 pesos y 700.000 pesos.