ERISIPELA
ERISIPELA
ERISIPELA
la
Porcin
a de
Producción y Salud
Porcinos
CHOCOS PALOMINO
MIGUEL
Producción y Salud de Porcinos
Erisipela Porcina
INTEGRANTES:
AYACUCHO - PERÚ
2009
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Erisipela Porcina
INDICE
INTRODUCCIÓN 4
HISTORIA 5
ETIOLOGÍA 6
SINONIMIA 7
EPIDEMIOLOGÍA 8
PATOLOGÍA
FORMA SEPTICÉMICA 10
FORMA CUTÁNEA O URTICARIFORME 11
FORMAS CRÓNICAS 12
SINTOMATOLOGÍA 14
DIAGNÓSTICO
DIAGNÓSTICO CLINICO. 18
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL 19
DIAGNÓSTICO MICROBIOLÓGICO 22
TRATAMIENTO 23
INMUNOPREVENCIÓN
BACTERINAS 24
VACUNAS ATENUADAS. 25
PLAN SANITARIO CERDOS 26
CONSECUENCIAS DE LA ENFERMEDAD 29
SALUD PÚBLICA 29
MEDIDAS EPIDEMIOLOGICAS 30
SANEAMIENTO DEL MEDIO
LA BIOSEGURIDAD 30
NOTIFICACION INTERNACIONAL 31
BIBLIOGRAFIA 32
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Introducción
Es una enfermedad bacteriana aguda, también conocida como Mal
Rojo que se manifiesta en varias formas y afecta principalmente a los
cerdos en crecimiento. Es de distribución mundial y común en áreas
donde se crían cerdos. Aunque su curso agudo septicémico causa la
muerte, probablemente las mayores pérdidas económicas las originan
los casos leves crónicos y no fatales de la enfermedad.
En el cerdo desencadena cuadros septicémicos, cutáneos y
crónicos, asentados estos últimos en articulaciones y válvulas cardíacas.
El agente persiste de forma latente incluso en los animales vacunados y
aprovecha situaciones de baja inmunitaria para diseminarse en la
explotación y originar casos aislados o brotes de escasa prevalencia.
Cuando los factores inmunosupresores actúan en masa y coaligados la
enfermedad puede ser motivo de pérdidas significantes.
No es un proceso infeccioso exclusivo de la especie porcina, sino
que también puede afectar con artritis agudas en rumiantes jóvenes,
procesos septicémicos en pavos y cutáneos en el hombre, aunque con
menos gravedad y prevalencia. El mal rojo es una zoonosis
típicamente ocupacional. El hombre se infecta por contacto con
animales o sus productos, y la infección no suele traspasar el ámbito
cutáneo; rara vez ocurren septicemias, pero se vienen describiendo con
relativa asiduidad endocarditis
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Historia
Etiología
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Robert Koch (1878) registró, por vez primera, un
estado septicémico en ratones pero sin asociarlo
etiológicamente con el mal rojo porcino. La similitud
de ambos agentes la estableció en el año 1882,
Pasteur y Thuillier que publicaron una descripción
microbiológica del agente causal, y elaboraron una
vacuna, la primera, atenuada lapinizada contra el
mal rojo. Más tarde, Rosenbach (1887) aisló el agente causal de la
erisipela humana, pero sin asociarlo con los bacilos descritos por Koch y
Pasteur. No fue hasta 1943 cuando Kelser aunó (E. rhusiopathiae) las
tres especies (porcino, muriseptico y erisipeloide humano). En 1952 se
cambió el nombre del germen a E. insidiosa, pero en 1974 fue aceptada
de nuevo la denominación (E. rhusiopathiae) original.
En la novena edición del "Manual de Bergey", el Grupo 19 (bacilos gram-
positivos regulares no esporulados anaerobios facultativos) alberga,
entre otros, al género Erysipelothrix, que a su vez incluye dos especies:
la clásica E. rhusiopathiae y la recién incorporada E. tonsillae. E.
rhusiopathiae es un pequeño bacilo (0'8-2'5 μm /0'2- 0'4 μm) recto,
gram-positivo, carente de flagelos (inmóvil), acápsulado y no
esporulado. Es un microorganismo
microaerófilo.
BACILO GRAM +
RECTO, CORTO Y FINO
ANAEROBIO FACULTATTVO. INMOVIL
Puede dar lugar a diferentes tipos de colonias. Las bacterias típicas dan
lugar a colonias lisas, diminutas (1 a 2 mm de diámetro) y circulares, de
bordes regulares y superficie lisa y abombada. Las colonias rugosas, de
bordes irregulares y superficie rugosa, están formadas por bacterias
filamentosas encadenadas. Existen colonias de características
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intermedias. Su actividad bioquímica muy moderada; fermenta algunos
azúcares y produce SH2.
En base a un peptidoglicano, presente en la membrana bacteriana, que
actúa como hapteno y con actividad precipitante, se han diferenciado
hasta ahora 26 serotipos o serovariantes; Ninguno de estos antígenos
inducen inmunidad protectora. La capacidad de inducir anticuerpos
protectores radica en una proteína de 44-66 kDa inespecífica de
serotipo.
Se denotan varios grupos A;B,C,D,E,F,G y N, las que difieren
principalmente por la distribución cuantitativa de los antígenos, lo que
se asociaría a diferentes grados de patogenicidad y de huésped
Sinonimia
Mal rojo del cerdo
Rosaceo
Enfermedad de los diamantes
Epidemiología
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La especie porcina es el reservorio natural de E. rhusiopathiae.
Cerdos aparentemente sanos portan con frecuencia el germen en las
amígdalas y válvula íleocecal, e incluso en otros territorios orgánicos
(piel, ganglios ilíacos, riñones, bazo), eliminándolo con las heces y con la
saliva del mismo modo que lo hacen los enfermos, aunque estos últimos
con mayor profusión. En la fase septicémica tanto la sangre como las
excretas (orina y heces), la saliva y el alimento vomitado son muy
contaminantes. Los enfermos crónicos suelen ser portadores
permanentes. Los animales recuperados pueden mantener su condición
de portador, incluso hasta los animales vacunados pueden seguir
albergando el germen.
El agente del mal rojo es relativamente resistente a las
condiciones medioambientales y aún más en presencia de materia
orgánica. Se acepta tradicionalmente la existencia de un reservorio
telúrico extraanimal de E. rhusiopathiae, debido más a una continua
contaminación de origen animal del medio que a la propia supervivencia
del germen, siendo aislado profusamente en el purín.
El espectro de especies receptibles a E. rhusiopathiae es muy
amplio (pequeños rumiantes, pavos) aunque roedores y aves colaboran,
en calidad de hospedadores secundarios, en su mantenimiento dentro
del ambiente donde se desenvuelve el cerdo. El cerdo se comporta
como la especie más sensible, si bien con notables variaciones en su
sensibilidad. A cualquier edad pueden enfermar, aunque los lechones
con inmunidad calostral o los adultos que hayan soportados reiteradas
infecciones subclínicas desarrollan altos niveles de resistencia a las
formas agudas.
Situaciones inmunodepresoras de toda índole predisponen y
desencadenan la enfermedad. Desde enfermedades, en especial
aquellas que son inmunodepresoras, como el síndrome reproductivo y
respiratorio porcino, intoxicaciones por aflatoxinas o las parasitosis, a
estados de debilidad momentánea u orgánica como los causados por
vacunaciones, dietas deficientes (alimentación pobre, cambios bruscos
de dieta, fórmulas excesivamente grasas), consanguinidad, la
concurrencia de condiciones ambientales que pueden catalogarse como
estresantes (transportes prolongados, microclima muy húmedo y cálido,
tiempo caluroso) convierten al mal rojo en una enfermedad en cierto
modo factorial.
Estos factores pueden ser los desencadenantes de una
multiplicación activa de E. rhusiopathiae en animales portadores (ciclo
endógeno) que expresan clínicamente la enfermedad, eliminando en
este caso ya como enfermos gran cantidad de bacilos al medio externo
(ciclo exógeno) provocando el contagio masivo en los cerdos con los que
conviven.
En su capacidad patógena difieren entre sí tanto los serotipos
como las cepas de E. rhusiopathiae. La mayor parte de las cepas
adscritas a los serotipos 1a y 1b causan enfermedad y se asocian a
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formas septicémicas. Las clasificadas N resultan poco patógenas, y a lo
sumo originan procesos artríticos. Mientras que el serotipo 2 ocupa un
estado intermedio y causa formas agudas cutáneas y crónicas. Entre los
serotipos conocidos, el 2 y 1a, además de ser los más patógenos,
también son los aislados con mayor profusión en el cerdo.
El contagio se produce por vías muy diferentes: oral, percutánea,
nasal e incluso venérea, aunque normalmente se produce mediante la
ingestión de agua y alimentos contaminados, y en menor medida por
infección de heridas de la piel y por picadura de insectos hematófagos
nutridos de sangre bacilífera de enfermos. Menos frecuente resulta la
transmisión aerógena y a través del semen.
Patología
Junto a las infecciones inaparentes (animales portadores) se expresan
clínicamente formas septicémicas, cutáneas de carácter urticárico, y
crónicas. La puerta de entrada suele situarse en las estructuras linfoides
del tracto digestivo (amígdalas, válvula ileocecal, placas de Peyer), pero
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también en otros tejidos del sistema digestivo y respiratorio, o en la piel
erosionada.
Forma septicémica
En las infecciones de carácter agudo sólo un lapso de 12-24 horas
separa la invasión local y la diseminación sanguínea por todo el
organismo, incluyendo los órganos diana para su asentamiento crónico
(articulaciones, endocardio, endotelio vascular). El germen desarrolla
una vida intracelular en neutrófilos e histiocitos, a los que incluso
destruye. La principal defensa estriba en un activo sistema retículo-
endotelial e histiocitario. La acción patógena de E. rhusiopathiae se
centra en el territorio vascular. Sobre todo en los capilares y vénulas
aparecen trombos, edema del endotelio y acúmulo monocitario sobre la
pared de estos. Consecuencia inmediata de este proceso es la
infiltración fibrinosa y celular y necrosis isquémica de los tejidos
perivasculares. Esta reacción generalizada de coagulopatía deriva hacia
un estado de shock que resulta mortal en los cursos sobreagudo y
agudo.
Por mediación de una neuraminidasa, producida en mayor
cantidad por las cepas más patógenas, E. rhusiopathiae rompe los
puentes α-glucosidos del ácido N-acetilneurámico (importante
mucopolisacárido presente en la membrana celular). Esta acción
defectiva contribuye a la formación en exceso de fibrina (trombos
hialinos, infiltrados perivasculares, acúmulos proliferativos), la reducción
de la viabilidad tanto de los eritrocitos (baja concentración de
hemoglobina, anemia, hemólisis) como de leucocitos (leucopenia,
inmunodepresión) y trombocitos (trombocitopenia, coagulopatía), y a la
desaparición de mucina (y con ella su efecto protector). Además, todo
parece indicar que esta enzima facilita la penetración intracelular de la
bacteria. Las enzimas lisosomales de los fagocitos contribuyen
también a la necrosis tisular. Con la aparición de la inmunidad humoral,
que incorpora anticuerpos neutralizantes de la enzima neuraminidasa, el
germen se acantona en órganos de naturaleza linfoide así como en las
articulaciones y el endocardio.
El período de incubación suele ser corto (3 a 5 días), en ocasiones
menos, y a veces hasta una semana.
La forma septicémica cursa con carácter agudo (o sobreagudo y
subagudo). El síndrome febril siempre es acusado (42º a 43º C),
abatimiento, marcha rígida (artritis), pérdida de apetito, taquicardia,
disnea, en muchos casos conjuntivitis mucosa, congestión de las
mucosas, ligero estreñimiento y a veces, más tarde, diarrea.
Hacia las 24-36 horas del inicio pueden hacer su aparición
eritemas cutáneos, rojo claros y más tarde oscuros, que no sobresalen,
de extensión no bien delimitada, y que desaparecen momentáneamente
a la presión. La dermatitis es profusa en las regiones internas (axilar,
inguinal, abdominal). La evolución suele ser fatal y en no más de 12-36
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horas, con signos premorten de intenso edema pulmonar (insuficiencia
respiratoria y cianosis), hipotermia y debilidad.
Formas crónicas
El mal rojo crónico causa alteraciones, sobre todo articulares, a
veces endocárdicas y en raras ocasiones cutáneas, como evolución de
forma agudas septicémicas y dérmicas o como expresión de una
infección localizada primaria. Para el desarrollo de las formas crónicas de
mal rojo se hace preciso la existencia de situaciones predisponentes en
los tejidos articular, endocárdico y cutáneo, que bien puede deberse a la
persistencia tanto de antígenos de E. rhusiopathiae como de depósitos
de fibrina. Ambos son difíciles de eliminar, por tratarse de territorios
pobremente vascularizados, en el caso de las articulaciones, o con
problemas patológicos de vascularización causados por la propia
infección, y por insuficiente cantidad de activadores del plasminógeno
respectivamente.
La artritis crónica comienza con una sinovitis aguda en la que hay
abundancia de gérmenes. Más tarde, la presencia del agente se hace
más rara hasta resultar imposible su detección; aunque no así sus
antígenos, presentes en los infiltrados fibrinosos (la curaciones
espontánea de una artritis crónica se debe a la eliminación del germen y
de sus antígenos). En concurrencia, la respuesta inmune local es notable
(abundantes células mononucleadas inmunocompetentes infiltradas en
la membrana sinovial, y en el líquido sinovial elevadas tasas de
anticuerpos superiores incluso a las de la sangre.
Tanto las alteraciones proliferativas como las erosivas crónicas de
la superficie articular responden a una causalidad inmunopatológica. Los
inmunocomplejos no intervienen decisivamente. Sin embargo, parece
que los condrocitos portadores de antígenos de E. rhusiopathiae,
interactuan con linfocitos T, quienes, así activados, penetran en la
matriz articular causando su necrosis mediante citocinas (IL 1) y factores
de tumor y necrosis (α-TNF). En esencia se produce: hipertrofia vellosa
de naturaleza fibrinosa sobre la membrana sinovial, necrosis del
cartílago articular, e incremento del fluido sinovial, en especial en las de
las extremidades; todo lo cual justifica las manifestaciones de dolor,
hinchazón y renuencia a caminar.
Los animales pierden apetito, adelgazan, retrasan su crecimiento y
en los casos graves mueren. Al principio la inflamación es aguda
(articulación hinchada y caliente, dificultad en la estación, cojeras, y
dolor exteriorizado por posturas antiálgicas, evitando apoyar la
extremidad afectada y renuencia y chillidos al caminar. Luego, en estado
crónico, persiste el engrosamiento local, aunque carente de
tumefacción, y la dificultad en la marcha se asocia a rigidez por
anquilosis de los miembros.
En la necropsia se aprecia engrosamiento del tejido conectivo
periarticular, hiperemia e hiperplasia vellosa de la membrana sinovial,
deformación de la superficie articular y erosiones del cartílago, y
abundante líquido articular turbio y serohemorrágico. Las artritis
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vellosa de deba a una hiperplasia fibrosa con intenso acúmulo de células
plasmáticas y otras mononucleares.
La forma endocardítica puede tardar meses en desarrollarse o
por el contrario se manifiesta como secuela de cuadros septicémicos
aparentemente curados. Pero en la mayoría de los casos, los menos
graves, suele pasar desapercibida y se detecta como hallazgo de
matadero. A partir de las lesiones cardíacas agudas (infartos de
miocardio, endocarditis, necrosis valvulares, vasculopatías), en las que
persiste inicialmente el germen, tienen luego lugar el desarrollo de
endocarditis proliferativas, asentadas predominante a nivel valvular.
Los casos graves se exteriorizan clínicamente mediante disnea,
taquicardia perceptible mediante palpación y cianosis de esfuerzo; hay
pérdida de peso aunque el apetito no se afecte notablemente A veces se
notan accesos febriles de moderada intensidad, y tras varias semanas
de padecimiento acontece la muerte por colapso. La víscera muestra
endocarditis proliferativa en forma de vegetaciones fibrosas asentada en
las válvulas, sobre todo en la mitral, y en zonas próximas, tan
voluminosas que llegan a estenosar la comunicación con las venas
pulmonares y la arteria aorta. Las lesiones responden a una gran
hiperplasia fibrosa, infiltración celular y fibrosa perivascular,
degeneración endotelial y trombos.
Poco frecuente resulta la dermatitis necrótica. La piel del rabo y
las orejas, a veces también de la cabeza y la porción distal de las
extremidades, y ocasionalmente del dorso, inicialmente inflamada, se
muestra fría, seca e insensible, llegándose a desprender como
consecuencia de la necrosis. Grandes costras recubren las lesiones hasta
su total curación, pero los animales quedan muy delgados.
Sintomatología
La forma aguda se desarrolla repentinamente con:
ℵ Fiebre alta,
ℵ Postración,
ℵ Conjuntivitis
ℵ En algunos casos vómitos,
ℵ Areas rojo - oscuras a placas o manchas púrpuras que pueden
aparecer en la piel, especialmente en las orejas, abdomen e
interior de las piernas.
ℵ El bazo y ganglios están aumentados de tamaño e hiperémicos,
ℵ La mucosa gástrica y del intestino delgado están muy inflamadas,
hemorrágicas y en algunos casos ulceradas;
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Postración
Gastritis
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Hepatomegalia y esplenomegalia
Diagnóstico
Diagnóstico clínico. Debe sospecharse mal rojo al concurrir los hechos
siguientes:
• Incremento súbito de la Tº
• Muertes súbitas en cerdos de más de más 10-12 semanas con
fiebre muy alta y eritemas dérmicos.
• Lesiones en forma romboidal en la piel
• Signos de dolor articular.
• Aparentes recuperaciones, pero luego aparecen artritis crónicas,
cianosis, insuficiencias cardio-respiratorias y necrosis dérmicas.
• Necropsia: septicemia hemorrágica, áreas violáceas en la piel,
esplenomegalia, hemorragias en riñón, ganglios linfáticos, pleura y
corazón, y, en casos crónicos, artritis proliferativa y necrótica así
como casos aislados de endocarditis valvular, hiperemia mucosa
gástrica.
• Ausencia o deficiencias en el plan Vacunal.
• Recuperación post-tratamiento (Penicilina)
• Ausencia o deficiencias en el plan vacunal.
• En adultos, cuadros subagudos febriles y agudos (fiebre elevada,
abortos, repetición de celos), a veces con lesiones cutáneas de
"diamante" y frecuentes artritis (claudicaciones, dolor e hinchazón
articulares).
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Signo Patognomónico:
Ptiriasis rósea (habitualmente sin fiebre).
Infecciones de Staphylococcus hyicus (ataque pseudo-variólico)
Peste Porcina(necrosis puntiforme y SIN INFLAMACION
Enf. Maculosa del Cerdo(Sin Inflamación)
Ptiriasis rosea
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Cólera Porcina
Paraqueratosis
Cólera porcina
Brucella
Estreptococos
Lesiones iníciales de tuberculosis en tonsilas
Descamaciones (paraqueratosis, fotosensibilizacion, quemaduras x
cal )
E·coli
Pasteurelosis
Salmonelo9sis
Haemophilus
Tratamiento
El tratamiento resulta eficaz sólo en los casos agudos abordados al
inicio de la enfermedad. La seroterapia (suero hiperinmune,
normalmente de caballo), aunque en la actualidad en deshuso, resulta
con mejores resultados por vía endovenosa que intraabdominal o
subcutánea (a dosis respectivas de 5, 7 y 10 ml / 10 kpv). La inmunidad
pasiva persiste dos semanas. Debe combinarse con la antibioterapia.
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El antibiótico de elección es la penicilina, tanto por su intenso
efecto antimicrobiano como por no existir resistencias frente a E.
rhusiopathiae. Se usan penicilinas de acción inmediata (doble dosis
diaria de 20.000 u / kpv) asociadas a penicilinas de acción prolongada
(penicilina benzatina, 100.000 - 200.000 u). En empleo único de estas
últimas puede que cause recidivas, por lo que en la actualidad se trata
con amoxicilina. Se conocen resistencias frente a eritromicina y
tetraciclina y efecto escaso o nulo de la gentamicina y el trimetoprim-
sulfametoxazol. La antibioterapia local reduce las artritis agudas, pero
no así las crónicas.
Con carácter preventivo el suero se emplea para proteger a los
lechones (2'5 u / 10 kpv) y a los cerdos cohabitantes con los enfermos. A
los animales en riesgo se puede realizar una quimioprofilaxis en masa
con penicilina. Tres a cuatro semanas después de concluido el brote, se
lleva a cabo la inmunización de todos los animales.
El control de un brote de mal rojo, debe también acompañarse de
estrictas medidas segregacionistas con los enfermos y de desinfección y
aislamiento de las naves afectadas, reiterada desinfección general y
eliminación de enfermos crónicos.
Inmunoprevención
Por lo general, se utilizan vacunas muertas o bacterinas. La
protección conferida por ellas es pobre, por lo que en reproductores se
requiere de una doble vacunación anual o vacunaciones separadas por
21-28 días. En animales de engorda bastaría sólo una vacunación. En
medios inmunizados es de difícil presentación y cuando ocurre, afecta a
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unos pocos animales adultos o en terminación de engorda. Es de baja
morbilidad y mortalidad en este medio. Al contrario en los ambientes sin
vacunación, los principales afectados serían los animales jóvenes, a
partir del destete, pudiendo desarrollarse Erisipela crónica en los
adultos. Dada la gran distribución del germen en el ambiente físico de
la explotación, su gran viabilidad y la existencia de un gran número de
reservorios, es lógico pensar que los cerdos adultos presenten algún
grado.
Cerdas de cría:
• -Desparasitar cada 6 meses interna y externamente.
• -Vacunar de Aujeszky cada 4 meses y chequeo semestral obligatorio o
cuatrimestral si vende para cría.
• Gestación:
• Vacunación de Colibacilosis: Vacunar 40 días antes del parto.
• Vacunación de Parvovirosis: 7-14 días después del parto.
Verracos:
• Vacunar de Aujeszky cada 4 meses.
• Desparasitar interna y externamente al menos 2 veces al año.
• Vacunar 2 semanas antes de la cubrición de Mal Rojo y Parvovirosis.
Lechones
• - Nacer: Ombligos. Yodo.
• - 2-3 días: Hierro.
• - Entre 1-3 semanas: Vacuna mycoplasma.
• - Entre 10-12 semanas: Vacuna Aujeszky.
• - Al mes de la primera: Revacunación Aujeszky
y desparasitar
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• - Antes de los 6 meses de vida: 3ª dosis Aujeszky y Mal Rojo
Cebo:
• - Vacunar de Aujeszky cada 4 meses.
• - Vacunar Mal Rojo.
• - Chequeo anual, desparasitar y revacunar de Mal Rojo antes de
entrar en montanera..
PARVO LEPTO – 7®
• 5 ml por víaintramuscular
• Primovacunación: Lechones: Una dosis 14-20 días antes del
servicio.
Cerdas: Una dosis 14-60 días antes del servicio.
Verracos: Una dosis cada seis meses o 14-60 días antes del
servicio.
Revacunación: Una dosis previa al servicio o cada 6 meses.
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SUVAXIN PLE + B
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Consecuencias de la Enfermedad
Zoonosis.
Importancia económica:
¬ Retraso en el crecimiento
¬ Disminución de la fertilidad
Salud Pública
La Erisipela Porcina es una zoonosis, conocida en los seres humanos
como Eripeloide, es raramente sépticemica y no existe supuración, por
lo general es localizada, dolorosa y corresponde a una inflamación
eritematosa de color rojo - púrpura en los dedos y brazos.
La piel en las áreas afectadas puede necrosarse formando costras. Sin
embargo, se ha detectado artritis en un 5% de los casos, reportándose
también situaciones de endocarditis valvular. Al igual que para el cerdo,
la enfermedad responde bien al tratamiento con antibióticos
Medidas Epidemiológicas
La vacunación periódica de los animales, la limpieza de los
corrales y la producción de cerdos bajo el sistema productivo en que
todos los animales que entran a una determinada fase de producción
(crianza, recría, prengorda y engorda) pasan a la fase inmediatamente
siguiente, que en el caso de los cerdos de engorda es el matadero,
podrían ayudar a mantener a la Erisipela dentro de niveles apropiados
de control. Es importante recordar que la Erisipela es una zoonosis, por
lo que la adopción de medidas de bioseguridad personales, tales como
el uso de guantes quirúrgicos en el examen y necropsia de los animales
que mueren repentinamente, es fundamental.
La bioseguridad
La bioseguridad es el conjunto de medidas de manejo, ubicación
y diseño de las instalaciones, etc., que permiten proteger una
explotación de la entrada de agentes infecciosos o reducir su difusión
en el caso de que acaben entrando. Son medidas de carácter
preventivo que adoptamos en las explotaciones y que hemos de
mantener a lo largo del tiempo sin bajar la guardia: se tienen que
mantener los controles rutinarios, como hacemos con cualquier otra
parte del manejo en nuestra granja, y las plagas dejaran de ser un
problema. Y esto, como pasa con la mayoría de aspectos de
bioseguridad, puede parecer un coste añadido, pero no es así. La
bioseguridad bien mantenida siempre implica un beneficio (Figura 2).
Tal como se observa, lo que parece un gasto se transforma a la
larga en beneficio. Reducir costes de medicaciones, vacunaciones, bajas
e incrementar la producción mejorando la calidad del producto significa,
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al cabo del año, un beneficio muy alto en comparación al coste que nos
supone trabajar la bioseguridad
Notificación Internacional
No se requiere. Sin embargo la ausencia de la enfermedad en todas sus
formas ha sido establecida por los países como requisitos
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Bibliografía
GARCIA- LOBO, enfermedades de los cerdos. 1ra edición edit.
trillas pag 189-193,227
http://www.uco.es/dptos/sanidad-
animal/img/infecciosas/mal_rojo.pdf
http://www.extension.iastate.edu/Publications/PM708X13.pdf
www.FAO.com.org
www.sanidadanimal.info 3