La Ley de Los KOBDAS
La Ley de Los KOBDAS
La Ley de Los KOBDAS
) (Orgenes de la Civilizacin Admica pagninas 318 y siguientes) LA LEY "El AMOR es la nica cadena que sujeta al Kobda a los muros de la Casa de Num" BASES PRIMERA: Kobda: Eres habitante de una pequea estrella que gira incesantemente en la anchurosa inmensi-dad, entre millones de millones de estrellas mayores y menores que la que t habitas. Tan inconmensurable universo ha ido surgiendo en diversas edades, ciclos o pocas, de la Eterna Energa Di-vina que encierra en S misma tres poderes: Creador, Conservador y Renovador. Estos tres poderes forman la Triada Divina encerrada en el Alma Madre de todo cuanto existe y existir. Es el SUPREMO HACEDOR, EL ALTSIMO, EL ETERNO, en el que comienzan todas las cosas y en el que se refunden y terminan. Adora esta Grandeza, Kobda, y no adores nada ms. SEGUNDA: Muchos seres habitan como t esta estrella flotante que llamamos Tierra y todos estamos obliga-dos a interesarnos por la habitacin que en el concierto de los mundos y de las humanidades nos ha sido designada. Y todos estamos obligados a amarnos y ayudarnos los unos a los otros espiritual y materialmente, para conse-guir la Felicidad, la Sabidura y el Amor, que forman la perfeccin de todo ser. TERCERA: Siendo la Felicidad, la Sabidura y el Amor la Triada que constituye la perfeccin de todo ser, de-bes consagrarte con sin igual esmero a conseguir la Felicidad, la Sabidura y el Amor, La Felicidad se consigue me-diante la armona perfecta entre t y todos los seres que de inmediato te rodean. Y la armona es fruto de la delicadeza de pensamientos, de palabras y de acciones y de la benevolencia del corazn. La Sabidura se consigue con el estudio de las leyes eternas que ves rigiendo el vasto universo y con la medi-tacin o concentracin de tus facultades espirituales hacia tu interior, a fin de que llegando al conocimiento de ti mismo, aniquiles tus imperfecciones y puedas as conseguir la ntima unin con el Alma Madre de todo cuanto existe. Conse-guido esto la Sabidura est dentro de ti. Y conseguirs el Amor perfecto y divino cuando, ya purificado de tus malos hbitos, hayas
aprendido a no de-sear, ni buscar, ni querer, sino aquello que 'es felicidad, sabidura y amor para todos los seres que te rodean. Estos son, oh Kobda, los tres basamentos en que se sostiene el grandioso templo espiritual que quieres le-vantar.
LAS COLUMNAS DEL SANTUARIO PRIMERA: LA PERSEVERANCIA: Aurora tras aurora, luna tras luna, ao tras ao, has de ir levantando, oh Kobda!, tu edificio sobre estas bases, sin apresuramiento, pero con firmeza y seguridad. Si te desalientas o te cansas por ser muy poco lo que consigues elevar tu construccin cada ao, es seal de que an eres demasiado nuevo para iniciar estos trabajos. SEGUNDA: LA OBEDIENCIA A LA LEY: Estudiala y comprndela, que si la comprendes la amars y, amn-dola, fcil te ser abrazarte a ella como a una madre que te ir llevando en brazos por un camino oscuro y pedregoso. TERCERA: EL DESINTERS: Ningn mvil personal ha de impulsar tus acciones, sino slo las elevadas ra-zones de justicia y equidad tendientes al bien de tus hermanos, antes que al tuyo propio. CUARTA: LA CONFORMIDAD CON LA VOLUNTAD DEL ALTSIMO manifestada por los acontecimientos que no fueron procurados por ti y que t no puedes evitar ni cambiar. Esta conformidad la probars en la serenidad con que aceptars lo inevitable, en la carencia de deseos perturbadores de tu paz, en la dulce alegra mesurada y discreta que debes manifestar en la vida de relacin con tus hermanos. QUINTA: DOMINIO DE S MISMO: Tus disgustos, tus dolores. tus desazones interiores, deben ser guardados en lo ms profundo de ti mismo, y muy injusto sers si obligas a soportar a los dems las intemperancias o las violen-cias de tu carcter, o los dolores que slo tu propio miseria te ha causado. Y si tu dolor es debido a extraas contingen-cias, comprtelo con tus hermanos y sers aliviado sin causarles pesar. SEXTA: LA BENEVOLENCIA: Es la eflorescencia del amor verdadero que inunda el espritu y que se desbor-da al exterior como el agua de un vaso demasiado lleno. Si tu trato para los dems es agrio y duro, es fruto de tus re-beldas interiores que an no has dominado.
SPTIMA: LA SINCERIDAD Y LA CONFIANZA MTUA : Cuando has decidido unirte en la vida comn a tus hermanos, debes alejar de ti, como un veneno destructor, toda simulacin, todo engao, toda desconfianza, todo recelo, toda mentira. Cuando te sientes culpable de un error, o equivocacin, o descuido grande o pequeo, t debes ser quien lo manifieste primero, antes de que seas por ello reprendido. Y llegado este caso gurdate de negarlo, porque sera errar doblemente. Y si en la vida de relacin incurres en la bajeza y mezquindad de demostrar desconfianza en tus palabras o en tus acciones para con tus hermanos, convncete de que an ests muy lejos de merecer que tus herma-nos depositen confianza en ti. OCTAVA: LA ABNEGACIN: Seas, oh Kobda!, el primero en buscar el sacrificio y el ltimo en buscar el ga-lardn. Y nunca recuestes tu cabeza en el lecho sin haber hecho algo en beneficio de tus hermanos. Que te sea igual-mente dulce y suave recibir servicios que prestarlos. NOVENA: DESPRENDIMIENTO DE HONRAS Y RIQUEZAS : Sabio sers si huyes estos dos grandes escollos de la vida espiritual. Al aceptar vida en comn has eliminado el ltimo, pero expuesto ests a caer en el primero, si eres dado a procurar lugares sobresalientes o deseas con inquietud realizar obras que atraigan la atencin de las gentes. DCIMA: LA FRATERNIDAD: Si no te sientes hermano verdadero de tus hermanos, por completo desnudo de celos, de envidias y de aversiones, nunca podrs formar con ellos en el concierto magnfico y divino de la conjunta aura de amor necesaria para sentir dentro y fuera de ti la grandeza del Alma Madre. Estas son, oh Kobda!, las diez columnas que sostienen el santuario que vas levantando.
LAS ARCADAS, LAS OJIVAS, LA CUPULA DE ORO Construidas slidamente las columnas en este templo o castillo espiritual, surgen casi por s solas, las Arcadas, las Ojivas y la Cpula de Oro que lo glorifica y lo corona. ARCADAS PRIMERA: Te estudiars en detenido examen cada da, cmo estudia el naturalista una flor, un insecto, una raz, una piedrecilla. una gota de agua. Y ese estudio ser para averiguar y conocer a fondo las enfermedades de tu espritu, sus debilidades, la causa de sus inquietudes, de sus abatimientos y sus cadas. Conocidas por el examen las enfermedades y sus causas, aplcate con perseverancia y tesn a curarte a ti mismo.
SEGUNDA: La vida armnica en comn, es un ensayo en la tierra de lo que es la vida en los mundos de ele-vacin. Procura no dejar nunca tu lugar vaco en los actos que se realizan en comn, as sean ellos de orden espiritual, intelectual, social o recreativo, porque todos son eslabones de la cadena fludica que debe unir un alma con otra alma, si quieres, oh Kobda!, que no sean estriles tus esfuerzos por llegar a un alto desarrollo de tus facultades espirituales. No te dejes llevar de la falsa devocin o errado concepto de la vida interior, que a muchos hizo fracasar: la vida solitaria y apartada de todo contacto humano. Encerrado siempre en s mismo, el espritu se torna duro y egosta porque slo se ocupa de s mismo y se asla del aura conjunta de armona, de paz y de amor en medio de la cual baja la Grandeza Divina a hablar a los hombres. La perfecta armona y unin espiritual del elemento masculino con el femenino, residentes en grado infinito en la Eterna Esencia del Alma Madre, debemos realizarla los Kobdas con tanta perfeccin como es posible en lo humano. Asunto este grandemente delicado cuando no se ha llegado a cierto grado de purificacin del ser. Por esta razn en la Casa de Num concurren siempre algunos sujetos de elevado desarrollo espiritual, y no menores de cuarenta aos, representantes del elemento complementario, femenino o masculino segn la Casa sea de hombres o de mujeres. Y estos sujetos deben concurrir siempre los mismos a todos los trabajos espirituales, ya sean realizados entre todos o simplemente entre los sensitivos y los instructores. TERCERA: Procura educar tus pensamientos, tus deseos y tu voluntad en forma que no discrepes jams con el armnico conjunto de tus hermanos. Para esto necesitas un vencimiento continuo, pues debes saber callar dis-cretamente cuando surge una oposicin que pueda producir discordia, hasta que la luz de la verdad ilumine esas tinieblas. Vale. ms un largo esperar en la sombra, que las llamas de fuego que emanan del choque de dos voluntades o pensamientos contrarios. Es como si dos obreros que levantan un mismo edificio suprimieran la plomada y el nivel. Lejos de ti, oh Kobda!, el mezquino deseo de hacer prevalecer tu opinin y tu voluntad. Desgraciadamente hay dema-siado campo para el despotismo en la tierra, gurdate de traerlo tambin a la Casa de Num, donde debe reinar la paz, la armona y el amor en toda su amplitud. CUARTA: En la vida espiritual, el pesimismo es como la oruga venenosa que lentamente destruye los jardi-nes en flor. Casi siempre nace de una soberbia oculta y sutil con apariencias de celo apostlico o deseo del bien gene-ral. Est atento, oh Kobda!, contra esa venenosa oruga, si ves que asoma por tu jardn. Si tienes conciencia de lo que es de verdad la vida interior, jams podr invadirle el pesimismo.
La Ley Eterna no te obliga a hacer ms de lo que puedes para tu progreso y el de tus hermanos, cuando has conseguido el tuyo. Si cumples con tu deber qu ms deseas? Si has conseguido dominar a la perfeccin tus pasiones y en tu vida de relacin ests justamente encuadrado en la armona y la fraternidad qu ms puedes desear? Dnde podr arraigar el pesimismo si buscas slo a Dios, que es infinito? Acaso su infinita perfeccin y excelsa grandeza puede dejar vaco ningn rincn del alma ms anhelante? Si el pesimismo anida en ti es seal ciertsima, jams fallida, de que no buscas solamente a Dios en tu vida espiritual, sino que, miras personales, hbilmente disimuladas por la vanidad y el amor propio, se han mezclado como venenosas orugas para destruir tu plantacin. El pesimismo es el vaco del alma Puede estar vaca el alma que busca a Dios y que le tiene dentro de s? QUINTA: La Paciencia que es necesaria para obtener xito en los distintos aspectos del progreso humano, es an ms indispensable en la vida espiritual donde no se lucha con elementos tangibles y con fuerzas materiales, sino intangibles, invisibles e inmateriales. Eres un viajero eterno, oh Kobda! y necesitas llenar abundantemente tu odre de aceite que te baste hasta el final del viaje; este aceite es la Paciencia que suaviza todas las asperezas, y que hace girar regularmente los secretos rodajes y resortes de tu vida interior. Esta paciencia te es necesaria contigo mismo y mucho ms con los seres con quienes convives y con los acontecimientos, que sin buscarlos te ocurren. No debes irritarte contra ti mismo, cuando te ves vencido por tus pasiones y debilidades o caes en descuidos o faltas que quieres evitar, sino humillarte ante Dios y continuar de nuevo tu camino. No debes irritarte contra los dems cuando en un orden o en otro no responden a lo que t esperas de ellos, y tranquilamente debes pensar que su evoluciones escasa todava, que son espritus jvenes y que si fueron puestos en tu camino ser para que los ayudes y no para que irritado, te apartes de ellos, con lo cual nada saldras ganando, ni para tu progreso ni para el suyo. SEXTA: En los caminos espirituales, colectivos o en comn, es peligroso el deseo febril de palpar el xito, si este deseo produce inquietud y perturbacin de la paz y serenidad interior, porque esta perturbacin e inquietud nos aleja del xito en vez de acercarnos, y estorba grandemente el desarrollo de las facultades psquicas hasta la mayor perfeccin posible. Para llegar a las mayores alturas en el cultivo de las facultades ms elevadas del ser, es indispensa-ble que el espritu llegue a una pasividad suave y serena en forma que est pronto siempre a todo esfuerzo y sacrificio para conseguir el xito, pero sin ansiedad y sin inquietud de ninguna especie, debiendo siempre hacerse el Kobda esta reflexin:
"Cumplo con el deber que me impone la vida espiritual y la vida de relacin?" Si la respuesta de tu concien-cia es afirmativa, nada debe inquietarse. Y s es negativa, eres t quien debe aplicar el remedio. SPTIMA: Si fueres destinado a obras materiales dentro o fuera de la Casa de Num, aplcate a ellas con amor y desinters. en forma que lo mismo encuentres la Grandeza del Alma Madre en labrar una madera, en tallar una piedra, en abrir un surco, en desbrozar un jardn, en condimentar los alimentos y en prestar los ms humildes servicios; que en contemplar el giro armonioso de los astros, o la creacin de imgenes que plasmas en el lienzo, o de imgenes impalpables que diseas en los cantos ms sublimes, o en las ms divinas armonas arrancadas a las cuerdas de ins-trumentos msicos. Porque la grandeza no est en las cosas sino en el alma del que realiza las cosas. Las cosas son creacin nuestra que muere y se aniquila. El alma es emanacin del Eterno y eternamente perdura. Mira ms a tu alma que a las cosas. OCTAVA: La generosidad espiritual es lo ms elevado del desprendimiento. Lo que has obtenido o reali-zado t, debe ser para todos los que lo desean y se colocan en condiciones de comprenderlo y practicarlo. Es una faz sutil del egosmo el pretender derecho de propiedad por los trabajos realizados en medio del conjunto y para el conjunto, como tambin sobre los dones espirituales recibidos para enseanza de todos los que lleguen a beber en nuestras fuentes. NOVENA: Si eres sensitivo, oh Kobda!, y recibes de lo alto las divinas vibraciones del Amor Eterno y las plasmas en la palabra o en la escritura, o en el grabado, nada es tuyo solamente, y todo cuanto obtienes y cuanto haces, sea en el orden que sea, es trabajo de todos y para todos. Las palabras tuyo y mo no existen en el vocabulario del Kobda consciente de que lo es. Si eres artista del pincel, tus obras son de todos y para todos. Si eres msico, tus melodas son de todos y para todos. Y si has adquirido grandes conocimientos en la ciencia divina o humana, grbalos en tus papiros y entrgalos al conjunto, porque tus hermanos son t mismo desde que has entrado en la conjunta aura de amor y de armona con ellos. Estas son, oh Kobda! las nueve arcadas que corresponden a las diez columnas de tu edificio espiritual.
LAS OJIVAS He aqu los ventanales por donde tu alma se asomar, oh Kobda, para conocer las perfecciones infinitas del Alma Madre, para recibir los resplandores del Eterno Amor, para aspirar la esencia de la Sabidura Divina.
Mas, ser intil que ensayes asomarte a ellas si no ests seguro de las bases y de las columnas de tu Castillo Interior; porque te asomars y slo encontrars la niebla salpicada de luces fatuas y de engaosas fantasas, emana-cin de tus pasiones an demasiado vivas y de tus deseos demasiado inquietos y febriles. PRIMERA: El Altsimo deja en oscuridad a los soberbios y derrama .su luz sobre los humildes. Recon-cete dbil y cargado de miserias y de enfermedades; derrama tu alma en un heroico acto de amor para todos los seres que te rodean y cuando ni un eco de protesta se levante dentro de ti, dirige fija tu mente hacia el plano en que reside tu YO SUPERIOR, TU EGO, T LLAMA VIVA. Oye su voz de reproche y de queja por los fracasos que vida tras vida has cosechado. Y a travs de tu Ego recibirs el pensamiento conjunto de los Guas de la Evolucin humana que te harn sen-tir la grandeza de Dios y su Amor Eterno. Conocers que tu unin con Ellos ha sido real, si al salir de tu concentracin te sientes ms fuerte pata dominar t mundo pasional y afectivo, ms inundado de amor, de dulzura, de tolerancia y de bondad para tus hermanos y para aceptar pasivamente lo penoso e inevitable que se presente ante ti, ya en lo espiritual, como en lo material. SEGUNDA: Cuando hayas llegado a la plena quietud del que slo a Dios desea, del que slo a Dios busca y del que ve a Dios en todos los seres y en todas las cosas grandes o pequeas, perfectas o imperfectas, se abrir para ti la segunda ojiva que te dar a conocer tu camino eterno desde el principio al fin y llegars a verte en los comienzos de tu evolucin y, al final de ella, cuando seas un rayo de la Luz Increada, una vibracin de la Eterna Armona, una poten-cia de las limitadas potencias de la Energa Divina. TERCERA: Esta ojiva ms iluminada y perceptible que las dos anteriores, es la comunicacin directa o por in-termedio de buenos sujetos hipnticos con las almas de igual o mayor evolucin que la tuya, y sobre todo y ms que todo, con el Espritu de Luz, transmisor de la Ley Eterna, Verbo de Dios y Mesas de su Voluntad Soberana. Si hasta aqu has llegado, oh Kobda!, y an no aniquilaste las pasiones dentro de ti, tiembla y pide a Dios pie-dad para esta jornada tuya, porque habrs demostrado ser piedra dura y fra, por donde ha resbalado sin penetrar el agua divina vertida a raudales sobre ti.
LA CUPULA DE ORO Si en las Bases, en las Columnas y en las Ojivas te hallas plenamente seguro, entonces viene por s sola la Cpula de Oro que corona tu Santuario Interior.
Es la capacidad que habrs adquirido para irradiar de ti la Bondad, la Luz, la Paz y el Amor Divino en tal forma, que seas como un desbordamiento de agua clara en medio de tus hermanos. Entonces es cuando habrs extrado del fondo de todas las cosas lo mas hermoso que hay en ellas. Entonces es cuando descansars a la sombra de tu Santuario ya coronado; y terminada tu labor de siglos po-drs exclamar al entrar en tu reposo: Alma Madre!... Todo fue consumado! breme el camino de la inmolacin en favor de tus hijos ms peque-os! Y el Alma Madre te sumergir en su gozo inefable durante un lapso de tiempo llamado el Reposo en la Luz, premio y galardn y descanso merecido por tu esfuerzo en adquirir tu perfeccin. Y de nuevo saldrs de entre sus brazos, vigorizado y confortado. Saldrs ungido para la inmolacin, como gua de humanidades primitivas. Entonces estars sobre lo humano; sers el Pensamiento de Dios; la Energa de Dios, el Verbo de Dios, la inefable Felicidad de Dios. La Felicidad encerrada en el Amor, slo la sentirs en toda su plenitud, cuando hayas muerto al egosmo. Esta es, oh Kobda!, la Ley dictada por Num a los diez Fundadores hace mil trescientos aos. La Ley de los KOBDAS (8300 aos a. J.C.) (Orgenes de la Civilizacin Admica pagninas 318 y siguientes) LA LEY "El AMOR es la nica cadena que sujeta al Kobda a los muros de la Casa de Num" BASES PRIMERA: Kobda: Eres habitante de una pequea estrella que gira incesantemente en la anchurosa inmensi-dad, entre millones de millones de estrellas mayores y menores que la que t habitas. Tan inconmensurable universo ha ido surgiendo en diversas edades, ciclos o pocas, de la Eterna Energa Di-vina que encierra en S misma tres poderes: Creador, Conservador y Renovador. Estos tres poderes forman la Triada Divina encerrada en el Alma Madre de todo cuanto existe y existir. Es el SUPREMO HACEDOR, EL ALTSIMO, EL ETERNO, en el que comienzan todas las cosas y en el que se refunden y terminan. Adora esta Grandeza, Kobda, y no adores nada ms.
SEGUNDA: Muchos seres habitan como t esta estrella flotante que llamamos Tierra y todos estamos obliga-dos a interesarnos por la habitacin que en el concierto de los mundos y de las humanidades nos ha sido designada. Y todos estamos obligados a amarnos y ayudarnos los unos a los otros espiritual y materialmente, para conse-guir la Felicidad, la Sabidura y el Amor, que forman la perfeccin de todo ser. TERCERA: Siendo la Felicidad, la Sabidura y el Amor la Triada que constituye la perfeccin de todo ser, de-bes consagrarte con sin igual esmero a conseguir la Felicidad, la Sabidura y el Amor, La Felicidad se consigue me-diante la armona perfecta entre t y todos los seres que de inmediato te rodean. Y la armona es fruto de la delicadeza de pensamientos, de palabras y de acciones y de la benevolencia del corazn. La Sabidura se consigue con el estudio de las leyes eternas que ves rigiendo el vasto universo y con la medi-tacin o concentracin de tus facultades espirituales hacia tu interior, a fin de que llegando al conocimiento de ti mismo, aniquiles tus imperfecciones y puedas as conseguir la ntima unin con el Alma Madre de todo cuanto existe. Conse-guido esto la Sabidura est dentro de ti. Y conseguirs el Amor perfecto y divino cuando, ya purificado de tus malos hbitos, hayas aprendido a no de-sear, ni buscar, ni querer, sino aquello que 'es felicidad, sabidura y amor para todos los seres que te rodean. Estos son, oh Kobda, los tres basamentos en que se sostiene el grandioso templo espiritual que quieres le-vantar.
LAS COLUMNAS DEL SANTUARIO PRIMERA: LA PERSEVERANCIA: Aurora tras aurora, luna tras luna, ao tras ao, has de ir levantando, oh Kobda!, tu edificio sobre estas bases, sin apresuramiento, pero con firmeza y seguridad. Si te desalientas o te cansas por ser muy poco lo que consigues elevar tu construccin cada ao, es seal de que an eres demasiado nuevo para iniciar estos trabajos. SEGUNDA: LA OBEDIENCIA A LA LEY: Estdiala y comprndela, que si la comprendes la amars y, amn-dola, fcil te ser abrazarte a ella como a una madre que te ir llevando en brazos por un camino oscuro y pedregoso. TERCERA: EL DESINTERS: Ningn mvil personal ha de impulsar tus acciones, sino slo las elevadas ra-zones de justicia y equidad tendientes al bien de tus hermanos, antes que al tuyo propio.
CUARTA: LA CONFORMIDAD CON LA VOLUNTAD DEL ALTSIMO manifestada por los acontecimientos que no fueron procurados por ti y que t no puedes evitar ni cambiar. Esta conformidad la probars en la serenidad con que aceptars lo inevitable, en la carencia de deseos perturbadores de tu paz, en la dulce alegra mesurada y discreta que debes manifestar en la vida de relacin con tus hermanos. QUINTA: DOMINIO DE S MISMO: Tus disgustos, tus dolores. tus desazones interiores, deben ser guardados en lo ms profundo de ti mismo, y muy injusto seras si obligas a soportar a los dems las intemperancias o las violen-cias de tu carcter, o los dolores que slo tu propio miseria te ha causado. Y si tu dolor es debido a extraas contingen-cias, comprtelo con tus hermanos y sers aliviado sin causarles pesar. SEXTA: LA BENEVOLENCIA: Es la eflorescencia del amor verdadero que inunda el espritu y que se desbor-da al exterior como el agua de un vaso demasiado lleno. Si tu trato para los dems es agrio y duro, es fruto de tus re-beldas interiores que an no has dominado. SPTIMA: LA SINCERIDAD Y LA CONFIANZA MTUA : Cuando has decidido unirte en la vida comn a tus hermanos, debes alejar de ti, como un veneno destructor, toda simulacin, todo engao, toda desconfianza, todo recelo, toda mentira. Cuando te sientes culpable de un error, o equivocacin, o descuido grande o pequeo, t debes ser quien lo manifieste primero, antes de que seas por ello reprendido. Y llegado este caso gurdate de negarlo, porque sera errar doblemente. Y si en la vida de relacin incurres en la bajeza y mezquindad de demostrar desconfianza en tus palabras o en tus acciones para con tus hermanos, convncete de que an ests muy lejos de merecer que tus herma-nos depositen confianza en ti. OCTAVA: LA ABNEGACION: Seas, oh Kobda!, el primero en buscar el sacrificio y el ltimo en buscar el ga-lardn. Y nunca recuestes tu cabeza en el lecho sin haber hecho algo en beneficio de tus hermanos. Que te sea igual-mente dulce y suave recibir servicios que prestarlos. NOVENA: DESPRENDIMIENTO DE HONRAS Y RIQUEZAS : Sabio seras si huyes estos dos grandes escollos de la vida espiritual. Al aceptar vida en comn has eliminado el ltimo, pero expuesto ests a caer en el primero, si eres dado a procurar lugares sobresalientes o deseas con inquietud realizar obras que atraigan la atencin de las gentes. DCIMA: LA FRATERNIDAD: Si no te sientes hermano verdadero de tus hermanos,
por completo desnudo de celos, de envidias y de aversiones, nunca podrs formar con ellos en el concierto magnfico y divino de la conjunta aura de amor necesaria para sentir dentro y fuera de ti la grandeza del Alma Madre. Estas son, oh Kobda!, las diez columnas que sostienen el santuario que vas levantando.
LAS ARCADAS, LAS OJIVAS, LA CUPULA DE ORO Construidas slidamente las columnas en este templo o castillo espiritual, surgen casi por s solas, las Arcadas, las Ojivas y la Cpula de Oro que lo glorifica y lo corona. ARCADAS PRIMERA: Te estudiars en detenido examen cada da, cmo estudia el naturalista una flor, un insecto, una raz, una piedrecilla. una gota de agua. Y ese estudio ser para averiguar y conocer a fondo las enfermedades de tu espritu, sus debilidades, la causa de sus inquietudes, de sus abatimientos y sus cadas. Conocidas por el examen las enfermedades y sus causas, aplcate con perseverancia y tesn a curarte a ti mismo. SEGUNDA: La vida armnica en comn, es un ensayo en la tierra de lo que es la vida en los mundos de ele-vacin. Procura no dejar nunca tu lugar vaco en los actos que se realizan en comn, as sean ellos de orden espiritual, intelectual, social o recreativo, porque todos son eslabones de la cadena fludica que debe unir un alma con otra alma, si quieres, oh Kobda!, que no sean estriles tus esfuerzos por llegar a un alto desarrollo de tus facultades espirituales. No te dejes llevar de la falsa devocin o errado concepto de la vida interior, que a muchos hizo fracasar: la vida solitaria y apartada de todo contacto humano. Encerrado siempre en s mismo, el espritu se torna duro y egosta porque slo se ocupa de s mismo y se asla del aura conjunta de armona, de paz y de amor en medio de la cual baja la Grandeza Divina a hablar a los hombres. La perfecta armona y unin espiritual del elemento masculino con el femenino, residentes en grado infinito en la Eterna Esencia del Alma Madre, debemos realizarla los Kobdas con tanta perfeccin como es posible en lo humano. Asunto este grandemente delicado cuando no se ha llegado a cierto grado de purificacin del ser. Por esta razn en la Casa de Num concurren siempre algunos sujetos de elevado desarrollo espiritual, y no menores de cuarenta aos, representantes del elemento complementario, femenino o masculino segn la Casa sea de hombres o de mujeres. Y estos sujetos deben concurrir siempre los mismos a todos los trabajos espirituales, ya sean realizados entre todos o simplemente entre los sensitivos y los instructores. TERCERA: Procura educar tus pensamientos, tus deseos y tu voluntad en forma que no discrepes jams con el armnico conjunto de tus hermanos. Para esto necesitas un
vencimiento continuo, pues debes saber callar dis-cretamente cuando surge una oposicin que pueda producir discordia, hasta que la luz de la verdad ilumine esas tinie-blas. Vale. ms un largo esperar en la sombra, que las llamas de fuego que emanan del choque de dos voluntades o pensamientos contrarios. Es como si dos obreros que levantan un mismo edificio suprimieran la plomada y el nivel. Lejos de ti, oh Kobda!, el mezquino deseo de hacer prevalecer tu opinin y tu voluntad. Desgraciadamente hay dema-siado campo para el despotismo en la tierra, gurdate de traerlo tambin a la Casa de Num, donde debe reinar la paz, la armona y el amor en toda su amplitud. CUARTA: En la vida espiritual, el pesimismo es como la oruga venenosa que lentamente destruye los jardi-nes en flor. Casi siempre nace de una soberbia oculta y sutil con apariencias de celo apostlico o deseo del bien gene-ral. Est atento, oh Kobda!, contra esa venenosa oruga, si ves que asoma por tu jardn. Si tienes conciencia de lo que es de verdad la vida interior, jams podr invadirle el pesimismo. La Ley Eterna no te obliga a hacer ms de lo que puedes para tu progreso y el de tus hermanos, cuando has conseguido el tuyo. Si cumples con tu deber qu ms deseas? Si has conseguido dominar a la perfeccin tus pasiones y en tu vida de relacin ests justamente encuadrado en la armona y la fraternidad qu ms puedes desear? Dnde podr arraigar el pesimismo si buscas slo a Dios, que es infinito? Acaso su infinita perfeccin y excelsa grandeza puede dejar vaco ningn rincn del alma ms anhelante? Si el pesimismo anida en ti es seal ciertsima, jams fallida, de que no buscas solamente a Dios en tu vida espiritual, sino que, miras personales, hbilmente disimuladas por la vanidad y el amor propio, se han mezclado como venenosas orugas para destruir tu plantacin. El pesimismo es el vaco del alma Puede estar vaca el alma que busca a Dios y que le tiene dentro de s? QUINTA: La Paciencia que es necesaria para obtener xito en los distintos aspectos del progreso humano, es an ms indispensable en la vida espiritual donde no se lucha con elementos tangibles y con fuerzas materiales, sino intangibles, invisibles e inmateriales. Eres un viajero eterno, oh Kobda! y necesitas llenar abundantemente tu odre de aceite que te baste hasta el final del viaje; este aceite es la Paciencia que suaviza todas las asperezas, y que hace girar regularmente los secretos rodajes y resortes de tu vida interior. Esta paciencia te es necesaria contigo mismo y mucho ms con los seres con quienes convives y con los acontecimientos, que sin buscarlos te ocurren. No debes irritarte contra ti mismo, cuando te ves vencido por tus pasiones y debilidades o caes en descuidos o faltas que quieres evitar, sino humillarte ante Dios y continuar de
nuevo tu camino. No debes irritarte contra los dems cuando en un orden o en otro no responden a lo que t esperas de ellos, y tranquilamente debes pensar que su evoluciones escasa todava, que son espritus jvenes y que si fueron puestos en tu camino ser para que los ayudes y no para que irritado, te apartes de ellos, con lo cual nada saldras ganando, ni para tu progreso ni para el suyo. SEXTA: En los caminos espirituales, colectivos o en comn, es peligroso el deseo febril de palpar el xito, si este deseo produce inquietud y perturbacin de la paz y serenidad interior, porque esta perturbacin e inquietud nos aleja del xito en vez de acercarnos, y estorba grandemente el desarrollo de las facultades psquicas hasta la mayor perfeccin posible. Para llegar a las mayores alturas en el cultivo de las facultades ms elevadas del ser, es indispensa-ble que el espritu llegue a una pasividad suave y serena en forma que est pronto siempre a todo esfuerzo y sacrificio para conseguir el xito, pero sin ansiedad y sin inquietud de ninguna especie, debiendo siempre hacerse el Kobda esta reflexin: "Cumplo con el deber que me impone la vida espiritual y la vida de relacin?" Si la respuesta de tu concien-cia es afirmativa, nada debe inquietarse. Y s es negativa, eres t quien debe aplicar el remedio. SPTIMA: Si fueres destinado a obras materiales dentro o fuera de la Casa de Num, aplcate a ellas con amor y desinters. en forma que lo mismo encuentres la Grandeza del Alma Madre en labrar una madera, en tallar una piedra, en abrir un surco, en desbrozar un jardn, en condimentar los alimentos y en prestar los ms humildes servicios; que en contemplar el giro armonioso de los astros, o la creacin de imgenes que plasmas en el lienzo, o de imgenes impalpables que diseas en los cantos ms sublimes, o en las ms divinas armonas arrancadas a las cuerdas de ins-trumentos msicos. Porque la grandeza no est en las cosas sino en el alma del que realiza las cosas. Las cosas son creacin nuestra que muere y se aniquila. El alma es emanacin del Eterno y eternamente perdura. Mira ms a tu alma que a las cosas. OCTAVA: La generosidad espiritual es lo ms elevado del desprendimiento. Lo que has obtenido o reali-zado t, debe ser para todos los que lo desean y se colocan en condiciones de comprenderlo y practicarlo. Es una faz sutil del egosmo el pretender derecho de propiedad por los trabajos realizados en medio del conjunto y para el conjunto, como tambin sobre los dones espirituales recibidos para enseanza de todos los que lleguen a beber en nuestras fuentes. NOVENA: Si eres sensitivo, oh Kobda!, y recibes de lo alto las divinas vibraciones del Amor Eterno y las plasmas en la palabra o en la escritura, o en el grabado, nada es tuyo
solamente, y todo cuanto obtienes y cuanto haces, sea en el orden que sea, es trabajo de todos y para todos. Las palabras tuyo y mo no existen en el vocabulario del Kobda consciente de que lo es. Si eres artista del pincel, tus obras son de todos y para todos. Si eres msico, tus melodas son de todos y para todos. Y si has adquirido grandes conocimientos en la ciencia divina o humana, grbalos en tus papiros y entrgalos al conjunto, porque tus hermanos son t mismo desde que has entrado en la conjunta aura de amor y de armona con ellos. Estas son, oh Kobda! las nueve arcadas que corresponden a las diez columnas de tu edificio espiritual. LAS OJIVAS He aqu los ventanales por donde tu alma se asomar, oh Kobda, para conocer las perfecciones infinitas del Alma Madre, para recibir los resplandores del Eterno Amor, para aspirar la esencia de la Sabidura Divina. Mas, ser intil que ensayes asomarte a ellas si no ests seguro de las bases y de las columnas de tu Castillo Interior; porque te asomars y slo encontrars la niebla salpicada de luces fatuas y de engaosas fantasas, emana-cin de tus pasiones an demasiado vivas y de tus deseos demasiado inquietos y febriles. PRIMERA: El Altsimo deja en oscuridad a los soberbios y derrama .su luz sobre los humildes. Recon-cete dbil y cargado de miserias y de enfermedades; derrama tu alma en un heroco acto de amor para todos los seres que te rodean y cuando ni un eco de protesta se levante dentro de ti, dirige fija tu mente hacia el plano en que reside tu YO SUPERIOR, TU EGO, T LLAMA VIVA. Oye su voz de reproche y de queja por los fracasos que vida tras vida has cosechado. Y a travs de tu Ego recibirs el pensamiento conjunto de los Guas de la Evolucin humana que te harn sen-tir la grandeza de Dios y su Amor Eterno. Conocers que tu unin con Ellos ha sido real, si al salir de tu concentracin te sientes ms fuerte pata dominar t mundo pasional y afectivo, ms inundado de amor, de dulzura, de tolerancia y de bondad para tus hermanos y para aceptar pasivamente lo penoso e inevitable que se presente ante ti, ya en lo espiritual, como en lo material. SEGUNDA: Cuando hayas llegado a la plena quietud del que slo a Dios desea, del que slo a Dios busca y del que ve a Dios en todos los seres y en todas las cosas grandes o pequeas, perfectas o imperfectas, se abrir para ti la segunda ojiva que te dar a conocer tu camino eterno desde el principio al ella, cuando seas un rayo de la Luz Increada, una vibracin de la Eterna Armona, una poten-cia de las limitadas potencias de la Energa Divina.
TERCERA: Esta ojiva ms iluminada y perceptible que las dos anteriores, es la comunicacin directa o por in-termedio de buenos sujetos hipnticos con las almas de igual o mayor evolucin que la tuya, y sobre todo y ms que todo, con el Espritu de Luz, transmisor de la Ley Eterna, Verbo de Dios y Mesas de su Voluntad Soberana. Si hasta aqu has llegado, oh Kobda!, y an no aniquilaste las pasiones dentro de ti, tiembla y pide a Dios pie-dad para esta jornada tuya, porque habrs demostrado ser piedra dura y fra, por donde ha resbalado sin penetrar el agua divina vertida a raudales sobre ti. LA CUPULA DE ORO Si en las Bases, en las Columnas y en las Ojivas te hallas plenamente seguro, entonces viene por s sola la Cpula de Oro que corona tu Santuario Interior. Es la capacidad que habrs adquirido para irradiar de ti la Bondad, la Luz, la Paz y el Amor Divino en tal forma, que seas como un desbordamiento de agua clara en medio de tus hermanos. Entonces es cuando habrs extrado del fondo de todas las cosas lo mas hermoso que hay en ellas. Entonces es cuando descansars a la sombra de tu Santuario ya coronado; y terminada tu labor de siglos po-drs exclamar al entrar en tu reposo: Alma Madre!... Todo fue consumado! breme el camino de la inmolacin en favor de tus hijos ms peque-os! Y el Alma Madre te sumergir en su gozo inefable durante un lapso de tiempo llamado el Reposo en la Luz, premio y galardn y descanso merecido por tu esfuerzo en adquirir tu perfeccin. Y de nuevo saldrs de entre sus brazos, vigorizado y confortado. Saldrs ungido para la inmolacin, como gua de humanidades primitivas. Entonces estars sobre lo humano; sers el Pensamiento de Dios; la Energa de Dios, el Verbo de Dios, la inefable Felicidad de Dios. La Felicidad encerrada en el Amor, slo la sentirs en toda su plenitud, cuando hayas muerto al egosmo. Esta es, oh Kobda!, la Ley dictada por Num a los diez Fundadores hace mil trescientos aos.