Capitulo Oriental 8
Capitulo Oriental 8
Capitulo Oriental 8
EN EL SIGLO XIX:
LAS IDEAS Y LOS PROBLEMAS
Delde que en la muralloda MonteYideo
se plantearon los primeros debates -que lo
crisis del Imperio espaol acarreaba haslo muy
avanzodo nueslro siglo, el fen6meno no cono-
ci casi pausas. No se comercion slo los bIe-
nes moleriales: los ideos, tambin, son obieto
de intercambio. Con modalidades distintos, es
cloro: no hoy 'ubios cuantiloti'los poro medir
su correspondenda, el mercado esporliculor-
mente belicoso e ine5lable y los fenmenos
de monopolio son ton frecuentes como 10$ fe-
()(;es competencios. Sin embargo, existe un
rasgo comn entr. los dos comercios, el exte-
rior es decisivamente ms importanle que el
interno, aunque sus variantes sean menos
abruptas y sus alternativas ms fciles d. en-
frentar.
Pocos viaieros que recorrieran lalinoamrica
en el siglo XIX -y esto rua en especial para
los anglosajones- dejaron de regi1trar un
juicio cosi unnime, apenas en codo poil, se
les entreabrieron las puertos de los clases su-
periores. Aquello, brevemente, les resultaba
una olla de grillas. O un avispero -los dos
comparaciones valen- en el que innumera-
bles aguijones s ~ amenozabon y agredan.
Los inlereses y 101 pasiones se convertion en
ideos y se cohonestobon con ellas y, tambin,
lo inverso ocurrio. Mientros tonto, de modo un-
nime, se olvidoba el deber sagrado del tra-
boio y se malbarataban todos los prop6sitos
que unan, o podion hacerlo. A pueblos pau-
prrimos y necesilodos ms que de otro coso
alguno, de afanes solidarios y procticos, se les
dabo, en cambio, lo SOpo bobo de los ideales
y el circo romano de las grandes reyetttls par-
lomentorios ., periodsticas poro el lucimiento
de unos pocos.
Todo esto no es mos que uno coricaturo que
o veces unos copiaban de los otros: 10 "fronda
ideo'logico" encubri a menuda un fuerte ra-
maje de consenso; los liricos declamadores te-
nan o veces ms senlido de su contorno de
lo que ha solido creerse y, sobre lodo, ese
circulo sonoro y un si es no es parasitario
s610 deslindaba los nc1eos educados del vieja
patriciado y de los doses medias_ A lo que
habria que agregar todava, por si esto uDi.
caci6n fuera nsuficiente o demasiado comn,
a los sedares habitualmente ms j6venes, y
urbanos, y universitarios. Lo qUe equivale tam-
bin o decir: o las gentes penetrados por los
modelos culturales europeos y deseosas de
seguirlos, los menos compromelidos o acucia-
dos por las constricciones del diario vivir.
Este grupo social osi configurado puede va-
ler como el sostn humano de un "campo cul-
turo'" que tuvo entre nosolros, como en cual-
quier otro parte, su nivel y sus eminencias, en
los trminos relativas que lo penuria general
del ambiente Impona. En la prenso, 'sobre
todo, pero tambin en los debates porlamen-
lorlos (muy a menudo obruptomente interrum-
pidos ... 1, ms raramente en eJ folleto y mu-
cho ms todava en el libra, se oyeran las
voces de ne mbito y pueden escucharse an.
Pero todas eslas vas no fueron, al fin y 01
cabo, ms que el expediente- de comunicoci6n
de un heterogneo material que comrrende
los 1orgo$ polmicos o los roces restollontes,
las plonteos docentes o odministrolivos, lo re-
flein individual. la conferencio mogistrol o
la arenga de ocasin y haslo el serm6n o lo
113
o.:",Lng. f ..... l;.... ScI i..., ., J....
1oI"""ciu: f... uNl ., el 'M.. ,l;..
fl ...u" .' 1.. ...',odi ;,;., en!,.
"CI"i1ilO.i6n" '1 'a.. ,D...." que YIX'
bcli" b....... p"". d. 1... debctl
ioH.. log...s ....1 tr.. d. la 1"1"'0
d.1 .itl.. XIX.
prodama revolucionaria. Esto. si se suma al
temple colectivo que nueslros minoras culti-
vados presenlaron y o lo especial circumtoncia
de estos pases, explico que todo ese material
ratifique con gen.rol docilidad los trozos que
un espaol _Jos Goal- asign al
pensamiento latinoamericano: personalizado,
fragmentario, con propsito de incidencia so-
cial, pasional, penetrado de ambicin esttico.
Aunque slo vale la pena, es doro, recogerlo
desde el nivel en que asume cierto generalidad
y permanencia y no en esos planos en que lo
accidental, lo pasajero, sofoca todo alcance
y significacin durable y hasta to hace ininte-
ligible m6s ali d. su preciso momenlo.
"ENSAYO", "CIENCIA", "PERIODISMO"
Esta serie, que desde aqu comienza o re-
montar la generalmente desapacib1e del
siglo pasado, quiere ser una historio de la
literatura uruguayo y no U" recuento dal
desarrollo de uno cu!lura nocional. en su ms
abarcadora acepcin. Pero no noy enfoque
de unel literatura que pueda circunscribirse
a tos llamados "gneros centrales" de ella:
narrativo, potico, dramtico, y descartar,
de modo rodicol. o los habituaimente llamados
"marginales" de la historio, lo oratoria, lo
polmico a el planteo polticos, el derecho y
hasta la ciencia natural. Por eso, y porque
ninguno historia de la literaturo, como se de
cio, puede aidorslll, por pura voluntad de
asepsia, de lo historio cultural y social de lo
comunidad con la que est entrelaz.ada, hay
que est1,rdiar ese ,.ateriol. Un material que es
"ensayo", cuando accede o un determinado
".
nivel de penonalizociem, cuando sigue un
determinado cuno dJ irreprimida cuan-
do nace desde uno pertpecli'f'a que lo disto';t
cia del afn menudo e inm.diolo. Y que es
"ciencia" cuando $e metodiza rigurosalRenle
en su proceso de elaboracin y ,e hoce im
personal y siempre fundamentado. Y que es
llano "periodismo" cuando el inter-s que po-
seo moona sea menor que el 'que tiene hoy,
segn lo afirmQ una definicin bastante famo-
so, lo .que lo acerca, digmoslo de paso, a
buena parle dll10 que "1ite-raluro" 1I0mamos ...
Vertido en cualquiera de sus varios formas
posibles, cQtegorizable en cualquiera de lo,
direccione, a que se haca inmediata referen-
cia, ese material posee un vi'fo inters testi-
monial y un firme yolor de esclarecimiento que
es capaz por s mismo de conferirle dignidad
literario, a poco que alcance ciertas condicio-
nes de objetivacin y de forma. Empero -pa-
ra qu negorlo?- su valar histrico ser
siempre mayor, no tonlo por lo que nos digo
indirectamente sobre el pais y sus alternatiyas
y sucesos, como por lo que, directamente, si,
nos revele de 10'1 hombres que la dirigieron o
sirvieron a quienes la hacan, alumbre los entre
sijos de sus designios y descubra qu ideas
alentaban. qu a ..ncios los movan, a qu va- -
lores se adherion, qu melas fijaron o lo
cin en la que eran la "inlelligenlzia". El re
ferido material delata qu' categoras de pen-
samiento utilizaron poro entender y enfrenlar
los dilemas, las amenazas, los desafios a los
que estuvo expunla 10 colectividad uruguayo
como un todo, o 10 clase o el SKtor social de
que formaban porte.
Pero aun en la circunstancia de corrientes
ideolgicos mg, eJ:plicilamenfe formuladas y
mos claramente filiobles en tendencias de amo
plilud universal, el hecho de su incisin en una
realidad lan como lo nuestro, Ion
distinto 01 contelllo socio-culturol en que ha
ban sido generodos. provoc el alumbramien-
to de configuraciones ideolgicas dOladas de
una acentuado peculiaridad. El desajuste C.,"
Ire los intereses que legitimaban y los funcio-
nes que cumplian en $U lugar de origen y 10\
inereses que qqui legitimaban y los funciones
que cumplieron entre nosotros, es un factor de
eso originalidad, fenmeno que puede sea-
larse en esos conglomerados doctrinoles de ton
poderoso influencio en nuestro historio ql,le
fueron lo "ideologa de lo Defensa" de Mon-
tevideo, o el "liberalismo rioplatense" que
conslituy lo vertebrocin comn de grupos
monl..,ideanos y porteos enITe 1850 y 1870,
o .1 posterior "principismo doctoral".
CUARTO: DEFENSA Y ATAQUE
Di LAS IMOLOGrAS
Uno de los funciones de lodo sistema cultural
moderno es el de Jo defenso y aloque de los
ideolQ9los, Jo warto direccin cultural, segn
la ordenacin que aqu se sigue, y que en las
lneas anteriores, aun de modo tan sucinto,
quedo esbozada.
Sera, sin eml:.argo, errneo suponer que too
das los corrientes intelectuales del mundo in-
cidieron entre nosotros de modo sucesivo y
por accin siempre discernible e
Lo contrario es lo cierto, y si por uno parte los
distintos nivel.s 1poltico-social, artistico-cul
turol, filosfico-religioso 1 tendieron o confun-
dirse e intrincarse obedeciendo o tendencias
incoercibles de coherencia, ciertos direcciones
ideolgicos -coso del liberalismo en sus di-
versos manifestaciones y modalidades- sobre-
vivieron o poderosos desafos y parecen haber
vertebrado uno verdadero ideologa nocional
de lo posado centuria.
Cob. lo afirmacin de que fue en esto l
neo ideolgica cenlral en lo que recay una
de los funciones de lodo culturo moderna, !o
quinto en nueslra ordenacin, esto es, lo fiia-
cin de valores y melas de uno sociedad dada.
Es obvio q",e no se elabor en Un momento
determinado este conglomerado doctrinal que,
en puridad, slo en los ltimas decodas
siglo apareCe plenamente perfilado, pero que
desde el federalismo ettiguista y sus conlro-
dictares ciudadanos y el liberalismo dodrina-
,io de nuestre primera constitucin anuncia de-
finitivos contornos. Su rasgo ms a15arcador
J. c. 1100"'0
.0
'23
'.
" .. ','
t
reside en lo aspiraclon CI un rcmoldeomcn:,-
de nuestra soc::iedod de acuordo COI1 los prine;
pios qUe pueden designarse indiferaMemenJ..-
como los de In "occidenlolizocin", lo "cuto-
pei:.oc.in" (1 lo "modernizocin", los tres se
sinoni:TliJ:ao entendidos (1 uno alturo hist'::{l
detctminodo, que es lo de lo Europa occiden
101 eo su versin liberol burguesa, 101 como
se el(peda a travs de Frondo e Inglaterra,
aunque tambien y posteriormente, los E"
todos Unidos. los medios poro alcanzar es lo
melo habion de ser, supuestamente, los mi,
mas qUe haban servido en los nocionesmodl"-
los; ,lo occidetl'ol y fugazmente se (lori 01
gn pgSO el barrunto de que pudiera" ser di
versos 't haslo antagnicos. Pero COMO ese,
"medios" volian por igual como .. conlel'idO!..
es pOlible alinear sumariamente qoe bajo el
rtolo de europeizacin o modernizacin o ci .
... i\izoci6n, los hombres del siglo posado'enten.
dio" en Jo poltico el gobierno civil, represen
lolivo, limitado y normado por principios uri.
dicos y garonlios y libertades individuales que
(o preservaron de 10 arbitrariedad y el perso-
nalismo militar o coudillesco, con poderes fir-
memenle deslindados e independientes, con
partidos estables e impersonales, dotados de
un slido cimiento ideol6gico. En el orden eco-
n6mico, el ideal del "fomento" se centr en lo
promocin de los vas de comunicocil'l --des
de los fluviales al ferrocarril, gran mito
sisto de lo segundo mitcd del siglo XIX-, le
modernizacil'l y tecnificocin de nuestrc pro
duccin primario, lo activo porticip"cin de Jo
energia y el copitol eJlt,onjero a trovs de Ull""
inmigrcc\n y uno colonizoci6'1 ..
promovidas. El Estado y sus se CO",
(eban el modo Iiberel, eslo es, muy limitado:
pero, dentro de sus estrictos limites, copoces de
y accin por medio de uno buroccCl
,
J
'.
I
,
<la compelente y de unQ suficiencia economico
que hab,ion de ler asegurodos por una fis
colidod y un presupuesto bien enquiciados.
Sin emborgo, ni el orden politice deseado ni
el fomeMa economico que $(' anhelobo ho
bron tic ser fottibles sin lo renovacin (ullv-
'01 que promovera lo labor educativo en sus
niveles y en cuyo contenido se OUtH)-
ron los valores capitales de iluslracin, del
Romonlisma y del cientificismo. Eso re novo-
cin es lo que habo de <lJeguror lo accin po-
I!(.(I de uno ciuoodana esclarecida, clesinle-
(esocio y responsable y los logros econmicos
olcarn:aran el Irobojo empecinado, lo
audacia empresario y el legtimo apetito de
las buenos ':050$ del mundo dispuestos a tra-
nlonlGlr las maldiciones de lo tradiciono! incurio
criollo y el primilivismo y lo parvedad de un
.JUl. todovo colonial.
Innumernbles molices podra" introducirse en
este y, como es natural, incesant<!!s
<onflictos morginoron esto oporente primacia-
de una corriente ideolgica. La realidad del
cu' . histrico fue planteondo dilemas que los
meros instrumentos doctrinales no resultaron
capaces de procesar, ya porque no dieron so-
luciones inequivocos, YQ porque las inducciones
del conlorno y los intereses resistieran sus
dictmenes,
Sin pelensin de agolar, ni mucho menos,
lo listo do eslo. debates, puede re<:Qrdorse
Gue, en el plano poltico, se sucedieron los
que enfrentaron la posicin independentista
y lo fidelidad o Espoa, pero ambas desdo-
blados o su veJ:; la primelo enlre el aulono-
mismo federalista y un unitoJismo que conser-
varo el vieio mo!ne virreinol y lo segundo en-
tic el opego o in yo arcaica modalidad abso-
lu>:('1 y un Imperio .iberalizodc 'i
yo ,;... l. lograda lo nominal d",
litiO sobE'.ono nacional, el dilatad:> conflicto
entJe el gobierno ci ...il y las formas peuonali-
Lodos del mondo caudillesco o pretOliano. Y u
su lodo, y aun sobrevviendo1e, lo. candeflte.
cueSliones que (l}:lsliluyeron lo legitimidad de
los partidos lra(lkionales con fuerte ira. landa
emocional y la aspiracin o nuevas farma-
de definido perfil ideologic:>
y ciudadano. Y entremezclados con ellg lo,
que el ultimo tercio riel siglo,
entre o predominio de porlido o
amplio coparticipacin de ambos en el go-
bierno. Y 01 de "posibilismo" o intransigenc!Cl
frente a 'itulotes y formas de mondo que re
51drobon repudiables a lo alto butguc,io (u!t"
e independiente. Y, cerrando el siglo, lo ju,:i-
h:acin del antagonismo entre los incipientes
"partidos de mala" y los dominantes cuodr0'
oligrquicos, estrechamenfe vinculados tombi.n
con lo tensi6n entre ,lo desembozada doctrino
de lo "irdluencio directrir." del gobierno y uno
annelado espontaneidad popular. Y oun ha-
bro que agregar debates que tuvieron su horo
de conde"te oltuolidod, como el que enfreno
t lo doctrino -y sobre todo la prctico--
del cenlralsmo y lo aspirQcin al gobierno ou-
Gnmico municipal. O el que opuso, en !Q
crnico sucesin de n1ond:ltcrias repudiables.
la drstico solucin de lo protesta armado
frente o los pausados ensalmos de lo "evolu-
cin pacifico", Y de uno magnitud infinita-
mente mayor los cueslianes que ace-
chaban desde los urigenes en el fondo del
cuadro. Qu justificacin lenio el pa;s con-
saglodo por lo (onvencin Preiminar de POl
de 1828? cG.f'ldicionCi de viabilidad ofre-
fo frer'!e Q lo ir.ciole menc}lero.so de sus in ,.
:rumentos de soberb.n? Es 1,.100 q'JC
11"110 el 'creer cuarto del e y rebol y 1(:-
bl()JO ol1;e codo a!.ernolivo de
r
Es nuesllO hislo!>odcy del periodo Ita
mC'do 'clsico'. Su "Histoa de lo Domino-
cin Espaola en el Uruguay", esplndi-
damente escrito, es e! primer fibra da gran
a.toturo dantro de SI) gnaro y, leiol de le..
mero aunque ingente lobor loetuo
lisIa, se hallo viloflzado por un penetranJe )"
,.eJeadO! desIgniO; ;uslific:Ol lo de
und floc;6n ifldependieola y xedesturado a
elfo dowe StI ms lejanos Ol"igenes. Ac:mdro-
domente co/61lco, hombre de anchas espal.
dos poro e! go!po y el ('ontlogo!pe, podra
dec" so que fue cosi solo que combati
conlro lodo su generacin p /os volOtes
religiosocul/uro/es de lo Tradicin y en/ren-
FRANCISCO BAUZA
lo lo legislacin foicista promovida durante
el gobierno militar de Mximo Sonlos. Esto,
s;n pequiClo, de que obogOlo poco m6s lor
de onte uno cmora y ""no barto cerrada
ml;111E' hostiles, por que los gomn/ios ndiv;-
dVO!5 de lo constitucin nociooo/ luleloron
al eltdIClador, ex/roado de lo Repblica
pOI el rt'ncor civifisla. Y aun en uno exisfen-
cio ;tlllll'1So de menos de medio slg/o (185/
1899) se dio espacio poro ser vno de
Iros pnmcros historiodores liferarios y vno
de nuestros primeros onolistas que
tal prueban sus estudios sobro los clases
medios, sobre el goucho, sable la polxezo
del paisanaje vencido y aIras mlllpJes le-
mas quo el libro OIn no ha re<ogldo.
nuestra hlsloria. Y, suponiendo qve lo modero
nidad evropea fuero nuestro modelo, ql/ oc
lilud concreta ero recomendable ante los po
tencio nacionales de Evropa en sv accin den-
Ira de nueslro 6mbito? La confianza ilimita-
da en Sl/ generosidad y benevolencia? lo ce-
rrado poslura defensiva? Lo caula, equilibro.
cla desconfianza?
Inmensos, muy vei"balizados, muy replantea-
dos asunlos, 'lve tuvieron tambin svs ricos
paralelos al nivel filosfico, al nivel religioso,
al nivel econmico social y qve reclamorn por
mvcho tiempo el esfuerzo inteligenle de nl/es-
1J0 incipienle historia de las ideos.
QUINTO: CONTINUACIN DE LA
ACTIVIDAD INTELECTUAL
No podramos cerrar, con lodo, esle opre-
lado bosqveio sin hacer referencia brevsimo
o l/n lt;mo aspecto de todo sistema cultvr::.1
.... oderno. b el qve represento lo continuocin
1.:.!6
de lo actividad intelectual caracterstico de
cada poca, yo seo en lo rbita vniversitoria,
ocadtmico. yo ero la mos peculiarmenfe nues-
Ira de lo oulodid6ctico. Se hi;r:o yo referencia
relativamente amplio a lo labor historiogr6fico.
Debe hacerse tambin o lo filos6fico. cve repre_
sentarOn en el siglo personalidades como Fray
Jos Benito Lomos, Plcido EJlauri y Pruderoc:o
Va;r:que;r: y Vega, Yola cientfico roolllral, cu,n-
plido entre mltiples obsfculos por Dmaso A.
iarraogo, Teodoro Vilordeb, Jase Arec":..
voleta y otros. Yola econmico, que alil'teo
junto o Carlos de Castro los mvy pro
sonolidooes de Francisco Lavandeito y Co:
Morla de Peno, Yola jurdico, que represe.'I!O
JO il'tleresonte figura de Gregorio Goma.
Yola teolgicCl y apologtica, que luvo ;u
punto ms alto en monleor Mariona Soler. Y
o la crtir:o e historio literoriol, qve conoci
el empeo ful'tdacionol de Andres Lamas, de
Luis MeliDn Lafinur, de Luis Oeslffanis, de
Francisco Baul. y de otros.
HISTORIA
DOMINACION ERPAROLA
01 El IAU;U.u
rUNCfSCO BAUZA
rOllo 111
r<><"",,1 d. In l' .dKln d. "lo
00"'."0'"0" poolo .n .1 Uru-
guoy d. r &ou.'"
BERNARDO P. BERRO
" '\ 'lIthl l' IlFHRO
Contradictorio y rectiJineo, lmpido y misterioso al mismo tiempo, Serro 11803-18681
es sin discusion posible lo silueta civil de perfil ms puro de todo nuestro siglo XIX. El go-
bernonte de 1860, el hombre que quiso impla ntor en el pas los pautas ms elevadas de
perfeccin democrtico, de decencia y efica cia administrativos, de desvelodo defenso del
patrimonio nocional, ha quedado fijo en la imagen de su derroto y su violento muerte.
Pero este ser del siglo XVIII, como olguna vez lo hemos lIomado, esle montevideano de los
;'lrimeros tiempos vuelto 01 reclamo de lo tieua y o sus afanes, tambin {ue un intelectual
de altos calidades, un poeta de firme pulso c1osico y racional y uno de 105 mentes outodi-
doctos mos originales 'f profundos de nuestra culturo.
027
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