Gea

diosa griega que personifica la Tierra

Gea[1]​ (del latín Gæa)[2]​ o Gaya[3]​ alternativamente Gaia[4]​ en griego antiguo, Γαῖα[5]; romanización, Gaĩa; pronunciación, clásica: [ɡá͜ɪ̀a] Koiné: [ɟˈɛːa] bizantina: [ʝˈea] de Ge en griego antiguo, Γῆ[5]; romanización, Gễ; literalmente ‘Tierra’ es la diosa primigenia que personifica la Tierra en la mitología griega. Es una deidad primordial y ctónica en el antiguo panteón griego, considerada la Madre Tierra, de lo que la referencia más antigua es el griego micénico ma-ka, escrito en alfabeto silábico lineal B.[6]​ Otros estudiosos creen que debe imponerse la grafía Tierra en vez de Gea o Gaia.[7]

Gea, por Anselm Feuerbach (1875). Fresco del techo de la Academia de Bellas Artes de Viena.

En los textos cosmogónicos, como era de esperar, tiene una mayor influencia, y en ellos parece ser simplemente la divinización de la tierra elemental o el suelo fértil, la plataforma fija o el escenario donde va a sucederse el acto de la creación: «Gea la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo».[8]

Su equivalente en el panteón romano era Terra (Tierra) o bien Tellus o Telus (Tellus Mater); y de ahí el vocablo «telúrico». Los romanos, a diferencia de los griegos, no distinguían sistemáticamente a la diosa primordial de la Tierra con la diosa propiamente del grano, Ceres.[9]

La Tierra es la progenitora fecunda y antepasada común de todos los dioses, hombres y seres vivos. Su carácter de «madre universal» (παμμήτειρα), «madre de todos» (communis mater) o «gran madre» (magna parens) viene expresado en sus numerosos epítetos.[10]

«Voy a cantar a la Tierra, madre universal, de sólidos cimientos, la más augusta, que nutre en su suelo todo cuanto existe. Cuanto camina por la divina tierra o por el ponto, o cuanto vuela, se nutre de tu exuberancia. Por ti se vuelven prolíficos y fructíferos, soberana, de ti depende dar la vida o quitársela a los hombres mortales».[11]

En algunas fuentes Gea tienen otras denominaciomes, especialmente en cuanto a su descendencia, como Ctonia (Χθών, Chthón, la «Tierra», refiriéndose más concretamente a su relación con el suelo y el subsuelo),[12]Titea (como consorte de Curete; «titán» sería entonces un matronímico)[13]​ o incluso Tártara (consorte de Tártaro).[14]​ Como Ctonia (que suele ser traducido como «Tierra»), por ejemplo se la imagina como la progenitora de bestias de naturaleza monstruosa: «esta tierra de monstruos mortales para el hombre, que la Tierra vomitó contaminada».[15]​ También es conocida como Pandora, esto es, «todos los dones», pues provee de todo lo necesario para que el hombre viva de lo que produce la tierra.[16]

En la mitología griega

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Ascendencia y naturaleza primordial

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Gea era considerada como una de las deidades primordiales, brotada espontáneamente sin intervención sexual. Tan sólo unas pocas fuentes nos hablan de algunos primordiales que engendraron a Gea, aunque estas versiones son oscuras o muy tardías. Así en las tradiciones órficas la tierra se formó a partir del lodo primordial que surgió de las aguas primordiales, aunque la fuente nos habla en calidad de la tierra como elemento, no como divinidad.[17]​ También dicen que la Noche y Fanes engendraron a Gea y a Urano.[18]​ O bien la parte superior del huevo cósmico formó al Cielo (Urano) y la inferior a la Tierra (Gea).[19]​ En las Fábulas se dice que el Cielo (Caelus), la Tierra (Terra) y el Mar (Mare) nacieron de la unión del Éter (Aether) y el Día (Dies; personificación femenina).[20]​ En otras cosmogonías se dice que cuando Eros hubo combinado todos los elementos de la creación nacieron el Cielo, el Océano, la Tierra y la raza de los dioses.[21]​ Otros dicen que Ctonia (Χθονίη), junto con Zas y el Tiempo siempre habían existido. A continuación Zas fecunda a Ctonia, uniéndose en matrimonio, y desde entonces pasaría a llamarse Gea (Γῆ). En el tercer día de la creación Zas, ya como Zeus, le regala a Ctonia un manto decorado con los motivos de la Tierra y el Ogeno (Océano).[22][23]

En Hesíodo

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La Teogonía de Hesíodo cuenta[24]​ cómo, tras el Caos, surgió Gea «la de amplio pecho», la eterna fundación de los dioses del Olimpo. De su propio ser, «sin mediar el grato comercio», trajo a Urano, el cielo estrellado, su igual, para cubrirla a ella, a Oreos, las colinas, y también a Ponto, la infructuosa profundidad del mar. Pero tras esto, como cuenta Hesíodo:

Acostada con Urano, alumbró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a Hiperión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febe de áurea corona y a la amable Tetis. Después de ellos nació el más joven, Cronos, de mente retorcida, el más terrible de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre.

Hesíodo menciona que Gea concibió más descendencia con Urano. Primero, los Cíclopes, gigantes de un solo ojo constructores de murallas, a los que posteriormente se les dieron nombres: Brontes (‘el que truena’), Estéropes (‘el que da el rayo’) y Arges (‘el que brilla’): «El vigor, la fuerza y los recursos presidían sus actos.» Luego añade los tres terribles hijos de cien manos de la Tierra y el Cielo, los Hecatónquiros, Coto, Briareo y Giges, cada uno con cincuenta cabezas. Urano escondió a cíclopes y hecatónquiros en el Tártaro para que no vieran la luz, regocijándose de su maldad. Esto provocaba dolor a Gea (el Tártaro era su vientre), por lo que creó un pedernal gris (o adamanto) y de este fabricó una gran hoz, y reuniendo a los titanes les pidió obediencia. Solo Crono, el menor, se atrevió a tomar la hoz y castró a su padre cuando este se acercó a Gea para yacer con ella. De las gotas de sangre y Gea concibió aún a más hijos: las fuertes Erinias, los Gigantes con armadura y las Melias (ninfas de los fresnos). Crono arrojó al mar los testículos de Urano, donde produjeron una espuma de la que nació Afrodita. Tras la castración de Urano, Gea parió a Equidna y Tifón, engendrados por Tártaro. De su hijo Ponto tuvo a las deidades marinas Nereo, Taumante, Forcis, Ceto y Euribia.

Otras fuentes y episodios

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En los poemas homéricos Gea es descrita como la madre de Erecteo y Ticio. Zeus escondía de Hera a Elara, una amante, ocultándola bajo la tierra. El hijo que tuvo de esta, el gigante Ticio, es por tanto considerado a veces hijo de Gea, la diosa de la tierra.[25]​ Los juramentos prestados en nombre de Gea, en la antigua Grecia, estaban considerados entre los más sagrados. A Gea también se le sacrificaban ovejas negras.[26]

Como diosa nutricia, Gea es, en algunas versiones, la nodriza de Zeus,[27]Aristeo[28]​ o Níctimo.[29]​ Gea también hizo inmortal a Aristeo. Gea también participa en algunos mitos sobre la metamorfosis de una ninfa en una planta. Así recibió a Dafne como laurel,[30]​ convirtió a Pitis en pino,[31]​ acogió a Ambrosía como viña[32]​ e incluso hizo emerger una higuera para complacer a su hijo Siceo.[33]​ El único mortal que se ganó su cólera fue Orión, que se jactó de que cazaría todas las fieras del mundo; Gea produjo el escorpión que acabaría con la vida del héroe.[34]

Pausanias cuenta que Gea fue la deidad a quien pertenecía originalmente el Oráculo de Delfos o, según otra versión, era una posesión que compartían conjuntamente Gea y a Poseidón. Gea traspasó su poder a Temis, quien, a su vez, la regaló a Apolo.[35]​ Por otra parte, se cuenta que cuando el oráculo pertenecía a Temis, Apolo mató a Pitón, que era hija de Gea y custodiaba ese lugar y así se apoderó del oráculo.[36]

En el arte clásico Gea era representada de dos formas. En las vasijas pintadas atenienses se la mostraba como una mujer entrada en años, medio levantada del suelo, a menudo dando el bebé Erictonio (un futuro rey de Atenas) a Atenea para que esta lo criase. Más tarde, en los mosaicos, aparece como una mujer reclinada sobre la tierra rodeada por un grupo de Carpos, dioses infantes de los frutos de la tierra.

Descendencia y consortes

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Consorte Prole de Gea
(ninguno) Urano, Ponto y las Montañas.[37]​ Otros dicen que también Acmón.[38]
Acmón Hesíodo llama Acmónida a Urano. Gea dio a luz a Acmón y de Acmón nació Urano.[38]
Éter
Crono Epiménides dice que con Euronime (otro nombre de la Tierra), Crono engendró a las moiras, las erinias y Afrodita.[41]
Hefesto Erictonio[42]
Helios Bisaltes,[43]​ los ríos Aqueloo[44]​ y Aqueronte,[45]​ y también los Tritopatores.[46]
Hydros Para los órficos del agua primordial y la tierra se solidificó en el lodo el Tiempo (Crono).[47]
Ladón Dafne[48]
Océano Triptólemo,[49]Creúsa,[50]Aqueloo,[51]​ las sirenas,[52]​ las moiras[53]​ e incluso las harpías (identificándose con las hespérides).[54]
Ponto Nereo, Forcis, Taumante, Euribia y Ceto.[55]​ Otros dicen que Egeón,[56]​ los telquines[57]​ y las harpías.[58]
Poseidón Anteo,[59]Lestrigón[60]Caribdis[61]​ y las harpías.[58]
Skotos Lo poseen las Erinias, temibles diosas hijas de la Tierra y de lo Oscuro (Skotos).[62]
Tártaro
Urano
Zeus Manes.[84]​ Aunque Gea no es mencionada directamente, la tierra impregnada con el semen de Zeus hizo brotar a los centauros de Chipre[85]​ y a Agdistis.[86]​ En la cosmogonía de Ferécides Zas se desposa con Ctonia y ambos pasan a llamarse Zeus y Gea; de esta unión nacerían los elementos ordenados de la creación, como los mares, las tierras y los ríos.[22][87]
(desconocido; o ninguno)
 
Nacimiento de Erictonio: Atenea recibe al niño de manos de la madre tierra Gea. Hefesto contempla la escena. Cara A de un estamno ático de figuras rojas, 470-460 a. C.

Etimología

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La palabra griega γαῖα (transliterada gaia o gaea) es una forma colateral de γῆ[124]​ (ge, dórico γά ga y probablemente δᾶ da),[125]​ que significa ‘Tierra[126]​ y es de origen desconocido.[127]Gaia se contrajo muy pronto a ga con el sufijo ia como ma-ia (para dirigirse a las señoras ancianas) y gra-ia (anciana).[128]Aia es una forma poética de gaia que significa ‘tierra’ y en algunos textos es probablemente cognado de la latina avia (abuela).[129]​ La forma combinatoria de ge γεω- (geo-) se usa en el griego antiguo[130]​ y en palabras modernas tales como geografía, geología, geometría, etcétera.

La mayoría de los investigadores alemanes asegura que la forma dórica da (‘tierra’) es el elemento de Δαμάτηρ[131]​ (Da-mater, Deméter: ‘madre tierra’) y Ποτειδάν[132]​ (Potei-dan, Poseidón: ‘señor de la tierra’), pero esto está discutido.[133]​ Es posible que da sea un vocativo dórico de Dan Δάν o Zan Ζάν (Zeus),[134]​ que fue venerado en Creta como Zeus Velcanos (niño Zeus), un hijo local de la Gran Madre minoica.[135]​ En griego micénico Ma-ka (transliterado también Ma-ga, Madre Gaya) contiene también la raíz ga.[136]​ Otras palabras griegas que significan ‘tierra’ son ἄρουρα (aroura), del verbo griego αρόω (aroō), ‘arar’[137]​ y χθών (chthon),[138]​ que normalmente alude al interior del suelo, de la raíz protoindoeuropea *dhgem.[139]

Interpretaciones

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Algunas fuentes, como los antropólogos James Mellaart, Marijas Gimbutas y Barbara Walker, afirman que Gea como la Madre Tierra es una evolución de la Gran Madre del preindoeuropeo, una diosa de la vida y la muerte generosa pero pavorosa, que había sido venerada ya desde el Neolítico en Oriente Próximo, Anatolia y la zona de influencia de la cultura egea, pero también más allá de Malta y las tierras etruscas. Esta teoría levanta controversia en la comunidad académica. La creencia en una Madre Tierra nutricia es a menudo una característica del moderno culto neopagano a la «Diosa», que suele ser vinculado por los practicantes de esta religión con la teoría de la diosa neolítica.

La separación que Hesíodo hizo de Rea y Gea no fue seguida rigurosamente, ni siquiera por los propios mitógrafos griegos. Mitógrafos modernos como Károly Kerényi o Carl A. P. Ruck y Danny Staples, así como una generación anterior influenciada por La rama dorada de James Frazer, interpretan que las diosas Deméter la «madre», Perséfone la «hija» y Hécate la «vieja», como las entendían los griegos, eran tres aspectos de una Gran Diosa anterior, que podría ser identificada con Rea o con la propia Gea. Estas diosas tripartitas son también una parte de la mitología celta y pueden proceder de los protoindoeuropeos. En Anatolia (la actual Turquía) Rea era conocida como Cibeles, una diosa derivada de la Kubaba mesopotámica, la Kebat hurrita o Kepa. Los griegos nunca olvidaron que el antiguo hogar de la Madre Montaña era Creta, donde una figura en parte identificada con Gea había sido venerada como Potnia Theron (Πωτνια Θερων), la ‘Señora de los Animales’, o simplemente Potnia, la ‘Señora’, un apelativo que podría ser aplicado en textos griegos anteriores a Deméter, Artemisa o Atenea.

La llegada de los dioses del Olimpo con los inmigrantes al Egeo durante el II milenio a. C., y la en ocasiones violenta lucha por suplantar a Gea, imbuye a la mitología griega de su característica tensión. Ecos de la fuerza de Gea persisten en la mitología de la Grecia clásica, donde sus papeles están divididos entre Hera, consorte de Zeus, Deméter, Artemisa, gemela de Apolo, y Atenea.

En Roma la diosa frigia importada Cibeles fue venerada como Magna Mater, la ‘Gran Madre’, o como Mater Nostri, ‘Nuestra Madre’, e identificada con Ceres, la diosa romana de la agricultura que era aproximadamente equivalente a la griega Deméter, pero con diferentes aspectos y adorada con diferentes cultos. Su culto fue llevado a Roma tras un augurio de la Sibila de Cumas sobre que Aníbal el cartaginés no sería derrotado hasta que dicho culto llegase a Roma. Como resultado fue una divinidad favorita de los legionarios romanos y su culto se extendió desde los campamentos y colonias militares romanas.

En la teoría ecológica moderna

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Este nombre mitológico fue rescatado en 1979 por James Lovelock para su hipótesis Gaia. La hipótesis propone que los organismos vivos y las materias inorgánicas forman parte de un sistema dinámico que da forma a la biosfera de la Tierra. La propia Tierra se considera un organismo con funciones autorregulatorias y que modifica activamente su composición interna para asegurar su supervivencia.[140]

Véase también

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  1. Término como Gea:
  2. Real Academia Española. «gea». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 9 de abril de 2012. 
  3. Término como Gaya:
  4. Término como Gaia:
  5. a b «Gaia» como forma poética de «Gea»:
    • AUTENRIETH, Georg. «γαῖα (Gaia) Γῆ (Ge)». A Homeric Dictionary (en inglés). Consultado el 9 de abril de 2012. 
      • AUTENRIETH, Georg: Diccionario homérico para escuelas e institutos (A Homeric Dictionary for Schools and Colleges). Harper and Brothers. Nueva York. 1891.
      • Texto inglés, con índice electrónico, en el sitio del Proyecto Perseus.
        • Georg Autenrieth (1833 - 1900): filólogo alemán.
          • El título original alemán de la obra es Wörterbuch zu den Homerischen Gedichten (Diccionario de los poemas homéricos), y fue publicada en 1873; la 9ª ed. es de 1902. La traducción inglesa se publicó por primera vez en 1880.
        • Harper and Brothers: después, HarperCollins.
    • WOODHOUSE, S. C. «γαῖα (Gaia) Γῆ (Ge)». English-Greek Dictionary. A Vocabulary of the Attic Language (en inglés). Consultado el 7 de abril de 2012. 
    • Véase "Griego ático".
  6. «ma-ka». Palaeolexicon (en inglés). Consultado el 27 de febrero de 2011. 
  7. Manuel F. Galiano, La transcripción castellana de los nombres propios griegos (apartado 283); segunda edición; Sociedad española de estudios clásicos (1969): «Problema difícil es el de si no se hará necesario traducir, en vez de transcribir los nombres de diversos seres mitológico más o menos ligados con determinados actos y cualidades abstractas u objetos o sustancias determinadas (...); pero deben imponerse, por el contrario Tierra (en vez de Gea o Gaia)».
  8. Teogonía, 116
  9. «Ceres». Encyclopædia Britannica (en inglés). Consultado el 27 de febrero de 2011. 
  10. Antonio Ruiz de Elvira, Mitología clásica (editorial Gredos; pág. 61)
  11. Himno homérico XXX, a la Tierra madre de todos
  12. Por ejemplo, en Eurípides: Helena, 168, donde se dice que Ctonia es madre de las sirenas. O en Dionisíacas XXV 485-493 donde se nos dice que Damasén nació de Ctonia.
  13. Diodoro Sículo: Biblioteca histórica V 66, 1
  14. Así en Higino: Fábulas (proemio) donde dice que «Tártaro engendró con Tártara a Tifón, una criatura de inmenso tamaño y terrible forma, que poseía cientos de cabezas de dragón que le emergían de sus hombros».
  15. Esquilo, Las suplicantes 260 ss
  16. Escolio a Aristófanes, Las aves, 971. Aristófanes dice «en primer lugar sacrifíquese un carnero blanco a Pandora» y el escolio anota que se refiere a la tierra, pues proporciona todos los dones relativos a la existencia.
  17. Rapsodias órficas 66; fragmentos órficos 54 y 57
  18. West, p. 70; Meisner, pp. 168–9; fragmento órfico 149 I (Bernabé, p. 146).
  19. Damascio: De princ. 123 bis.
  20. Higino, Fábulas, prefacio 2
  21. Aristófanes, Las aves 685 ss
  22. a b Damascio: Dificultades y soluciones acerca de los primeros principios, 214.
  23. Martínez Nieto, Roxana B. La aurora del pensamiento griego: las cosmogonías prefilosóficas de Hesiodo, Alcmán, Ferecides, Epiménides, Museo y la Teogonía órfica antigua. Madrid: Trotta, 2000, p. 106.
  24. Hesíodo, Teogonía 116 y sig.
  25. Ilíada II 548; Odisea VII 324, XI 576; Apolonio de Rodas I 762, III 716.
  26. Ilíada III 278, XV 36, XIX 259; Odisea 124.
  27. Hesíodo, Teogonía 470 ss
  28. Píndaro, Píticas IX ant 3
  29. Pseudo-Apolodoro, Biblioteca III 9, 9
  30. Higino: Fábulas 203; Nono: Dionisíacas XXXIII 210 ss
  31. Nono: Dionisíacas 45. 257
  32. Nono: Dionisíacas XX 22 ss
  33. Ateneo, Deipnosofista I 78a
  34. Hesíodo: Astronomía, fr. 4 (citado en Pseudo-Eratóstenes, Catasterismos. fr. 32)
  35. PAUSANIAS: Descripción de Grecia X,5,5-6.
  36. Biblioteca mitológica I,4,1.
  37. Hesíodo: Teogonía 126 ss
  38. a b Escolio a Simias, Alas 1 (= Antología palatina XV 24)
  39. a b c Higino: prefacio de las Fábulas 3
  40. Higino: Prefacio de las Fábulas 3
  41. Epiménides, citado en Tzetzes, sobre Licofrón, 406
  42. Pausanias I 2, 6; Calímaco Hécale
  43. Estéfano de Bizancio, voz «Bisaltia»
  44. Hecateo fr. 378
  45. Natalis Comes, Mitología 3, 1
  46. Suda, voz «Tritopatores»
  47. Damascio: De princ. 123 bis.
  48. Tzetzes, sobre Licofrón, 6
  49. Apolodoro I 1, 32
  50. Píndaro: Pítica IX
  51. Alceo fr. 450
  52. Epiménides, fr. 8, suppl = Fowler, p. 13
  53. Atenágoras, 15; Licofrón, 144
  54. Filodemo, De la Piedad, pág. 18 Gomperz
  55. Hesíodo: Teogonía 232: Apolodoro I 1, 10
  56. Titanomaquia fr. 3
  57. Tzetzes sobre la Teogonía 80
  58. a b Servio: comentario sobre Virgilio, Eneida III, 241
  59. Apolodoro II 115, Filóstrato el viejo II 21, Fábulas 31
  60. Hesíodo: Catálogo de mujeres fr. 40A (West)
  61. Servio, comentario sobre la Eneida de Virgilio 3, 420
  62. Sófocles: Edipo en Colono, 40
  63. Apolodoro I 2, 4
  64. Teogonía 819, Apolodoro I 1.39, Higino Prefacio
  65. De Astronomica II, 15 (Flecha)
  66. Higino: prefacio de las Fábulas 4
  67. a b c Hesíodo: Teogonía 135; Diodoro Sículo V 66, 1; Apolodoro I 1-3
  68. Apolodoro I 1, 2
  69. Fr. órfico 179 = Proclo, sobre el Timeo de Platón III, 184 (1 Diehl.)
  70. Oráculos sibilinos, III, 110-190.
  71. Pseudo-Apolodoro: Biblioteca mitológica I 6.1
  72. Atenágoras: Pro. Christ. 18, 6
  73. Hesíodo: Teogonía 184 ss
  74. Tzetzes, sobre la Teogonía, 80
  75. Alceo fr. 441
  76. Alcmán fr. 67; Mimnermo frag 13; Praxila frag 3, Diodoro Sículo IV 7, 1; Arnobio III 37
  77. Pausanias IX 39, 3
  78. Cicerón: Sobre la naturaleza de los dioses III, 21; Tzetzes, sobre Hesíodo, 23
  79. Safo, fragmento 198
  80. Simónides fr. 52; escolio a Teócrito I 65
  81. Baquílides fr. 45, citado en un escolio a Apolonio de Rodas, Argonáuticas
  82. Teogonía, Epiménides 11, en escolio a Teócrito, Idilios I 123b (69 Wendel)
  83. Estéfano de Bizancio, s.v. Euonymeia
  84. Dionisio de Halicarnaso I 27, 1
  85. Nono: Dionisíacas XIV 193 y XXXII 65
  86. Pausanias VII 17, 8
  87. LISI, F.L. "La teología de Ferecides de Siro". Helmantica 36 (1985), 251-256. SCHIBILI, H.S. Pherekydes of Syros. Oxford, 1990.
  88. Antonino Liberal VI, Higino: Fábulas 48
  89. Fr. 985 anónimo (lírica griega V), citado en Hipólito, Refutación de todas las herejías
  90. HOMERO: Ilíada II 547–48
  91. Esquilo: Las suplicantes 250
  92. Kinkel, Gottfried (1877). Epicorum Graecorum fragmenta (en latín y en griego) 1. Fragmento 8. Leipzig.
  93. Nono: Dionisíacas 45, 174
  94. a b Pausanais I 35, 6-7
  95. a b Filóstrato el Viejo: Cuadros o Imágenes (Εικόνες); II, 22
  96. Esquilo: Las suplicantes 306 y Prometeo 566; Apolodoro II 2, 4, Nono: Dionisíacas XX 35
  97. Nono: Dionisíacas XXV 452
  98. Fr. anónimo (quizás Pamprepio de Panópolis), revista Romanica Olomucensia; Dionisio de Halicarnaso, Historia antigua de Roma I 11, 2; 12
  99. a b Virgilio: Eneida IV 174
  100. Apolodoro I 25. En Higino: Fábulas 195 y Astronomía II, 34; Ovidio: Fastos V 493, Nono: Dionisíacas 13.96; se nos dice que Orión nació de la orina conjunta de Júpiter, Neptuno y Mercurio.
  101. Esquilo: Prometeo encadenado 211
  102. Ateneo fr. 78a
  103. Odisea XI 580, Eneida VI 595, Dionisíacas IV 33
  104. Estrabón X 3, 9, Diodoro Sículo V 65, 1, Nono: Dionisíacas XIII 135 y XIV 23
  105. Nono: Dionisíacas XIV 23
  106. Fr. 985 anónimo (Greek Lyric V)
  107. Apolonio de Rodas: Argonáuticas I 901
  108. Eurípides: Helena, 168
  109. Eurípides, Hécuba 70–72
  110. Pausanias VIII 25, 5
  111. Higino: Prefacio y Fábulas 140; Las metamorfosis I 438
  112. Apolonio de Rodas, Argonáuticas II 1215
  113. Estacio: Tebaida V 505
  114. Ovidio: Fastos III 793
  115. Hesíodo: Astronomía fr. 4, Higino: Astronomía II 26
  116. Servio: sobre Virgilio, Geórgicas 1, 8
  117. Esquilo: Agamenón 690
  118. Eurípides, Ion 987–997
  119. Nono: Dionisíacas XXIX 243
  120. Lírica griega V (anónima), fr. 985 (citado en Hipólito, Refutación de todas la herejías)
  121. Apolonio de Rodas, Argonáuticas IV 673 ss; Ovidio: Las metamorfosis I 416
  122. Hesíodo, Trabajos y días 547 ss; Cicerón, sobre la naturaleza de los dioses II 33
  123. Higino: Fabulae, 220
  124. LIDDELL, H. G.; SCOTT, R. (1940). «γῆ». A Greek-English Lexicon. 
  125. LIDDELL, H. G.; SCOTT, R. «γά». Op. cit. 
  126. LIDDELL, H. G.; SCOTT, R. (1940). «γαῖα». Op. cit. 
  127. «Gaia». Online etymology dictionary. 
  128. FRISK, Hjalmar (1954–72). Griechisches etymologisches Wörterbuch. entrada 2032. 
    • Griechisches etymologisches Wörterbuch (Diccionario etimológico griego).
  129. «αία». Greek Dictionary Headword Search - Perseus Project. 
  130. LIDDELL, H. G.; SCOTT, R. «Lista de palabras griegas antiguas prefijadas con γεω-». Op. cit. 
  131. LIDDELL, H. G.; SCOTT, R. «Δαμάτηρ». Op. cit. 
  132. LIDDELL, H. G.; SCOTT, R. «Ποτειδάν». Op. cit. 
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  135. CASTLEDEN, Rodney (1990). «The Minoan belief system». Minoans. Life in Bronze Age Crete. Routledge. p. 125. 
  136. BEEKES, Robert S. P. Greek Etymological Dictionary.  (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
  137. LIDDELL, H. G.; SCOTT, R. «ἄρουρα». Op. cit. 
  138. LIDDELL, H. G.; SCOTT, R. (1940). «χθών». Op. cit. 
  139. «chthonic». Online etymology dictionary. 
  140. Hortua Cortes, Erwin Andrei (Julio de 2007). «HIPÓTESIS DE GAIA». documento de trabajo (Universidad Distrital Francisco José de Caldas). Consultado el 18 de abril de 2022. 

Bibliografía

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Enlaces externos

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  • Biblioteca mitológica I, 1 - 5 (Urano se deshace de sus primeros hijos, y Gea persuade a los siguientes de que lo derroquen).
    • I, 1 - 7: texto francés, con índice electrónico.
      • Texto inglés, con índice electrónico, en el Proyecto Perseus; ed. de 1921 de James Frazer: 1; 2; 3; 4; 5. En la parte superior derecha se encuentran los rótulos activos "focus" (para cambiar al texto griego) y "load" (para el texto bilingüe).
  • Biblioteca I, 2, 6 (Hijos de Gea y Ponto).
  • HARRISON, Jane Ellen: Myths of Greece and Rome (Mitos de Grecia y de Roma), 1928.