Yo me sentía insuficiente por eso buscaba fuera lo que está dentro. Puse mi esperanza en el amor de personas y cuando estás me traicionaban o yo traicionaba me sentía aún más insuficiente. Pero no solamente lo hacemos con personas, usamos las cosas materiales, carreras y éxitos para sentirnos llenos y con vida y cuando esto no sale a nuestro favor vuelve el sentimiento. INSUFICIENTE. 
 Yo era parte de este sistema que el mundo me quería vender. Hasta que en un día  en aquel retiro entendí que este gran mal no los pone el demonio en la mente "el de no serás lo suficientemente amado". 
En aquel retiro de Emaus pude entender que yo era hija amada de Dios, comprendí que para Dios yo soy suficiente y con saber esto bastó para que mi estilo de vida cambiara y mi corazón se deleitara a vivir en el amor. Tenemos tantos miedo por el simple hecho de la insuficiencia. Medimos nuestro valor en las cosas de afuera y no las de adentro. 
Anoche 11 de septiembre, por segunda vez después de aquel Emaus me sentí libre. Libre de ataduras porque el verdadero amor lo he encontrado.
 Me enamoré de quién me hace libre. Me hace única. Suficiente y por sobre todas las cosas amada como nunca. Antes quería perder el control para sentir y ahora sólo quiero tener el control para no desviar la mirada de quién me la dio. Dios.