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La Cacería: Cuentos de Terror - Historias de terror
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La Cacería: Cuentos de Terror - Historias de terror
Libro electrónico41 páginas34 minutos

La Cacería: Cuentos de Terror - Historias de terror

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Pido casi rogando al Dr. Austin encargado del departamento de arqueología que si encuentra esta carta la tome con toda la seriedad existente del peligro abominable que pulula bajo tierra. Os relato todo en estas hojas, y pido que por ningún motivo se atraviese esa puerta, porque si lograsen abrirla de nuevo, sería el fin de la civilización como la conocemos.

Historias de terror, suspenso y misterio.
IdiomaEspañol
EditorialNoe
Fecha de lanzamiento26 sept 2022
ISBN9791222004617
La Cacería: Cuentos de Terror - Historias de terror

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    La Cacería - Robert Kisk

    La

    Cacería

    Cuentos de Terror

    Robert Kisk

    Copyright © Edición original

    2022 por Robert Kisk.

    Todos los derechos están reservados

    Contenido

    Contenido

    Prólogo

    El Secreto

    El descubrimiento

    La ciega

    A nadie le gusta un payaso a medianoche.  – Stephen King

    Prólogo

    Pido casi rogando al Dr. Austin encargado del departamento de arqueología que si encuentra esta carta la tome con toda la seriedad existente del peligro abominable que pulula bajo tierra. Os relato todo en estas hojas, y pido que por ningún motivo se atraviese esa puerta, porque si lograsen abrirla de nuevo, sería el fin de la civilización como la conocemos.

    Descubre las aterradoras historias de terror que te llevarán a sentir miedo y suspenso mientras lees cada una de sus siniestras líneas en la oscuridad.

    El Secreto

    Esto es algo que nunca he contado a nadie, y eso que, ya han pasado muchos años y aun sigo despertándome a media noche con pesadillas y empapado de sudor. Y es que, muchas veces quise contarle a abue Benny para desahogar mi alma cuando tenía doce años. Sin embargo, me contuve porque abue Adam era muy duro conmigo, y solía decir siempre: los hombres no deben tener miedo de nada, si tienes miedo, mereces unos latigazos. Por tanto, aquello que vi lo guardo conmigo como una tumba. Y es que la locura misma me embarga noche tras noche solo imaginar todavía eso que vi.

    Y lógicamente transcurrió el tiempo… y a causa de lo que pasó después, mis sueños se fueron. Aquella generación hizo su vida más yo no pude, me quedé postrado en este monasterio abandonado en las montañas, reacio a volver a la sociedad por miedo a eso que todos al final temen; ser juzgados y rechazados.

    Se acercaba el invierno de 1943, y como la mayoría sabe, Alemania ya estaba en plena guerra con todos. Mi hermano y yo, naturalmente vivíamos con nuestros abuelos en los límites de Núremberg cerca del bosque checo. Había pocas casas, a lo mucho unas diez a lo largo de un kilómetro de espeso monte. Lógicamente no había radio en aquel lugar, por consecuencia, mis abuelos se enteraron del conflicto bélico cuando el señor Vacky trajo en una ocasión un periódico, pero sinceramente viviendo inmersos en los bosques; no nos afectó en principio la guerra-.

      - Harold ¡Cuántas veces te he dicho que no dejes las herramientas tiradas ahí! -refunfuñó Adam el viejo abuelo que no rebasaba los sesenta y cinco años.     Harold volteó apenado hacia donde estaba su espigado abuelo cerca del horno de barro donde solían preparar los asados.

    - Lo siento abue, lo que pasa…

    - Calla bobo, basta de excusas, podría tropezar tu abuela y ya sabes, que pasaría… Harold agachó la cabeza como sabiendo a que castigo se refería su abuelo con: ya sabes lo que pasaría. Caminó

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