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22.05.60. Sesenta historias del Terremoto del 60
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Libro electrónico134 páginas1 hora

22.05.60. Sesenta historias del Terremoto del 60

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Información de este libro electrónico

Sigue siendo el terremoto más grande de la historia, pero los primeros reportes oficiales desde Valdivia hablaban solo de quince  muertos y una situación tranquila, aunque las olas generadas ya es
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento6 oct 2021
ISBN9789560919076
22.05.60. Sesenta historias del Terremoto del 60
Autor

Daniel Navarrete

Daniel Navarrete (Lanco, 1980). Periodista de la Universidad Austral de Chile y magíster en prensa escrita de la Pontificia Universidad Católica. Coautor de Sueños que se vuelven música (2009), sobre la Orquesta del Centro Integral Familia Niño (CIFAN), para menores en situación de vulneración de sus derechos, y de Campamento Musical Marqués de Mancera. Memoria 1994-2015 (ediciones de 2012 y 2016). Ha sido profesor colaborador en la Escuela de Periodismo UACh y colaborador en publicaciones especializadas de arte y cultura. Es columnista de libros. Ha integrado diversos proyectos de promoción de cine, literatura, fotografía, música y economía creativa. Actualmente trabaja en el Diario Austral Región de Los Ríos e integra las plataformas Qué Lindo Leer, de lectura y escritura creativa para niños y jóvenes; y Sur Cultura, red de espacios y gestores culturales del sur de Chile. Daniel Carrillo (Valdivia, 1981). Periodista y escritor, vivió su infancia y adolescencia en San José de la Mariquina. Es coautor de los libros Gente de Los Ríos (2008), Sueños que se vuelven música (2009) y Campamento Musical Marqués de Mancera. Memoria 1994-2015 (ediciones de 2012 y 2016). En ficción, es autor del libro de cuentos Manual de ambigüedades (Conarte, 2010), y ha sido incluido en antologías como ¡Basta! + de 100 hombres contra la violencia de género (Asterión Ediciones, 2012), Buena letra (Editorial Giorni, Italia, 2012), El calígrafo y otros cuentos. Concurso Santiago Negro (LOM Ediciones, 2012) y Veganos y valdivianos. Narradores de Chile y República Dominicana (Ediciones Kultrún, 2014). A fines de 2020 lanza su segundo libro de relatos, Esto termina mal (RIL Editores).

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    22.05.60. Sesenta historias del Terremoto del 60 - Daniel Navarrete

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    22.05.60. Sesenta historias del terremoto del 60

    © Daniel Carrillo Monsálvez

    © Daniel Navarrete Alvear

    © Libros Verde Vivo

    Primera edición: diciembre 2020

    Segunda edición: mayo 2021

    ISBN: 978-956-09190-6-9

    ISBN digital: 978-956-09190-7-6

    Registro de propiedad intelectual: 2020-A-8952

    Edición: Luis Oviedo

    Diseño portada y diagramación: Loreto Espinoza - www.inquieta.cl

    Imagen portada: archivo Centro Cultural El Austral

    Valdivia, región de Los Ríos, Chile

    www.librosverdevivo.cl

    [email protected]

    Conversión gestionada por:

    Sextil Online, S.A. de C.V./ Ink it ® 2021.

    +52 (55) 52 54 38 52

    [email protected]

    www.ink-it.ink

    Todos los derechos reservados. La reproducción total o parcial de esta obra, su incorporación a un sistema informático, su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) es permitida solo previa autorización por escrito de los titulares del copyright, de acuerdo a la ley 17.336 de Propiedad Intelectual.

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    ÍNDICE

    Obertura de un sobreviviente

    Prólogo

    22 de mayo: una fechapara temblar

    Los palafitos no eran solo chilotes

    Ruge la mar embravecida

    Delivery acuático

    Evacuación de reos

    Hermandad con México

    Viaje suspendido

    El hospital de Valdivia

    Apagar el fuego con dinamita

    Era la más bella ciudad

    Chile ayuda al sur

    Adiós a los niños

    La trama nuclear

    Desaparece Pedro de Valdivia

    Panorama desolador

    El hotel tragado por las aguas

    La feria fluvial

    El Papa, el dictador y un par de holandeses

    Alerta en los cielos

    Primer tsunami global

    El Riñihuazo

    Un santuario que surgió del terremoto

    La cartelera que no fue

    Foto equivocada

    El tsunami, los moáis y un empresario japonés

    Estimación de daños

    Gobierno en terreno, pero sin el Presidente

    Han llegado cartas

    La copa también tembló

    El más potente,pero no el más letal

    La Gloria en Isla Cochinos

    Música en la tragedia

    Una gruta milagrosa

    Los curiosos inútiles

    Un terremoto llamado Inés

    Lagomoto y el bosque sumergido

    Las vicisitudes del tren

    La Novia de América en vivo

    Costos de la reconstrucción

    Expertos desde Alemania

    Mississippi, una tierra no tan lejana

    Miedo a los días lindos

    Morales al poder

    Nada silencia a la radio

    Peihueco

    La promesa de un puente

    Terremoto de película

    Petroglifos y luces en el cielo

    Los ponchos de Clint Eastwood

    Un veterano en nuestra zona cero

    Su nombre era Raymond Stuart

    Reacción animal

    Réplicas en canciones y poemas

    Sacrificio humano paracalmar la tierra

    ¿Un tecito para la pena?

    Un terremoto, cuatro catástrofes

    Vacaciones en España

    Valdivia pre-terremoto:pujante, pero no tanto

    Viviendo en un triángulode madera

    Voluntarios del Techo

    Bibliografía

    Links

    …en las garras de aquella metamorfosis odiada, el silencio atroz de una forma de vida en el momento de su aniquilación, de su transformación en un pasado dorado que nunca podría reconstruirse por completo, porque, una vez que has vivido un terremoto, sabes, aunque sobrevivas sin un rasguño, que, como un ataque al corazón, permanece en el pecho de la tierra, horriblemente posible, prometiendo siempre volver, golpearte de nuevo con fuerza todavía más devastadora.

    El suelo bajo sus pies

    SALMAN RUSHDIE

    Obertura de un sobreviviente

    Me han solicitado que les sirva un aperitivo antes del banquete que encontrarán en las necesarias páginas de este libro. Trataré de hacerlo sabroso, liviano, pero no tanto para que el trago se les suba a la cabeza. Quizás sería bueno que consigan la receta del mítico pisco sour del bar del Schuster: el apropiado acompañamiento de esta lectura.

    A fines del siglo pasado, escribí un texto que llamé 40° Sur y una vigilia. Como me parece que el coro inicial da perfecta cuenta del momento mismo del gran cataclismo, me permito transcribirlo aquí:

    Era un domingo plácido y soleado.

    El veintidós de mayo año sesenta.

    El previo día, hubo un sismo leve.

    Es réplica del otro terremoto,

    se dijo en las noticias de las radios.

    El veintiuno de mayo año sesenta.

    En misas se elevaron oraciones

    por Concepción y por sus tristes víctimas,

    por su terror y negras pesadillas.

    El veintidós de mayo año sesenta.

    Las gentes almorzaron y más tarde

    pasearon por el muelle o por el parque.

    El veintidós de mayo año sesenta.

    Algunos asistieron a los cines.

    El veintidós de mayo del sesenta.

    Hubo un temblor menor. Es una réplica

    dijeron muy tranquilos los vecinos,

    el veintidós de mayo año sesenta.

    Las quince y quince, hora señalada.

    El veintidós de mayo año sesenta.

    Las quince y quince, tiemblan las botellas

    con miedo de la luz y su agua negra.

    El veintidós de mayo año sesenta.

    En barrios ateridos de Valdivia

    aullando se pararon los relojes.

    El veintidós de mayo año sesenta.

    Cayéndose callaron las industrias.

    El veintidós de mayo año sesenta.

    Subieron oraciones y alaridos.

    El veintidós de mayo año sesenta.

    Las grietas aterraron a la tierra.

    El veintidós de mayo año sesenta.

    Y ese pavor rasgó los corazones,

    el veintidós de mayo año sesenta.

    El veintidós de mayo año sesenta.

    El veintidós de mayo año sesenta.

    Creo que es imposible que todos quienes vivieron esos diez minutos, esas horas, esos días, lo olviden jamás. Lo llevamos en nuestra estructura síquica más profunda. Ante los terremotitos, como el del 27 de febrero de 2010, reaccionamos contradictoriamente, con una mezcla de un bah, esto no es nada, hasta un pánico que lucha por liberarse desde el fondo de nosotros mismos. Y digo minutos, horas, días, porque después del gran sismo tembló durante mucho tiempo. Constantemente. La mayoría de las veces levemente y otras en que, en cualquier otra circunstancia, la réplica habría sido considerada por derecho propio, cédula de identidad y domicilio conocido, como un auténtico terremoto.

    Un poco de paciencia. Luego de este bocadillo un tanto pesado pasaremos a unos leves petit bouché. Empine su copa que ya llegan.

    Tenía en 1960, diez años.

    El ambiente era similar al de la Blitz Krieg sobre Londres en la II Guerra, descrito en una maravillosa película titulada Esperanza y gloria. Cuando la vi, me sentí plenamente identificado. Un mundo maravilloso se abría desde las ruinas a la curiosidad de los niños. Vivía en Aníbal Pinto, en una gran casona valdiviana construida a fines del siglo XIX, que lamentablemente fue demolida. Destino de muchas de esas grandes casas de madera forradas en lata que navegaban crujiendo los enormes temporales de los rugientes 40°¹.

    Y tantas otras que —dejémonos de cuentos— fueron derechamente quemadas. Lugar privilegiado, este Aníbal Pinto, para visitar los barrios bajos, donde, por lo demás vivían muchos de los amigos de las pichangas de fútbol y los intercambios de revistas. Porque, en aquel tiempo, la ciudad no estaba, como ahora, segregada en territorios de ricos, clases medias y pobres. Debo certificar que la casona mencionada se cimbró como si fuera hecha de mimbre, conmigo y mi familia dentro, todo el gran sismo. Días después, se tiraron plomadas que demostraron que seguía orgullosa y perfectamente vertical. Loor a los arquitectos, constructores y carpinteros valdivianos del siglo XIX.

    Cierren un momento los ojos e imaginen esa ciudad con sus casas por los suelos. Algunas completamente chuecas. Las

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