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Tatuajes En El Iris
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Libro electrónico143 páginas1 hora

Tatuajes En El Iris

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Información de este libro electrónico

Me llamo Martha Daza,nacf el siglo pasado en una ciudad fria que me resultaba Ia mas calida del mundo,los titulos que ostento son
muchos y pertenecen a los autores que he leido desde nina. Desenfrenadamente he juntado palabras que me han servido para que un ser que me habita, cree algunas historias que estan consignadas aquf.
Mi (mica militancia es Ia literatura porque me da Ia posibilidad de ir de un lado a otro sin comprometerme ni tener una amenazante espada sobre Ia cabeza por los cambios en mi manera de pensar.
IdiomaEspañol
EditorialXlibris US
Fecha de lanzamiento20 ene 2016
ISBN9781514450406
Tatuajes En El Iris

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    Tatuajes En El Iris - Martha Daza

    Copyright © 2016 by Martha I. Daza/Martha Miranda.

    Library of Congress Control Number:   2016900676

    ISBN:   Hardcover   978-1-5144-5042-0

    Softcover   978-1-5144-5041-3

    eBook   978-1-5144-5040-6

    All rights reserved. No part of this book may be reproduced or transmitted

    in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or by any information storage and retrieval system,

    without permission in writing from the copyright owner.

    Any people depicted in stock imagery provided by Thinkstock are models,

    and such images are being used for illustrative purposes only.

    Certain stock imagery © Thinkstock.

    Cover illustration, original drawing by: Master artist Iván Santos

    Cover graphic design: Armando Caicedo

    Rev. date: 01/19/2016

    Xlibris

    1-888-795-4274

    www.Xlibris.com

    723781

    Contenido

    Crítica literaria

    Martha I. Daza: La simbiosis de la violencia y el lenguaje poético.

    Martha Daza, la impresión contada y el sentimiento desnudo

    El cuerpo del delito

    Tatuajes en el Iris Primera parte

    La Palma

    De perros

    Llegará la nevera

    Presencia

    La Valla

    Cuento Infantil

    Cuento de Noche I

    Cuento de Noche II

    Desplazado

    Efluvios

    El amigo de Alfredo

    Prodigio

    Te acuerdas Margarita

    Yo, Flavia

    Matador

    El Secreto

    Comedia en un acto fallido e irrespetuoso

    Sueños de olvido

    Cuentos breves

    Honorio

    Ave

    La Instalación

    Ladrones

    Escenas de ciudad espejo

    Cuento de doncella

    Cara de libro

    Paloma Negra

    Carta Breve

    La Sombra

    Julito

    Espejismo

    Loca I

    Loca II

    Agüita mansa

    Parte II Tatuajes sobre el iris Elucubraciones y monólogos

    Todo lo sólido se desvanece en la realidad

    Frases sueltas para un intento de carta impersonal

    Crónicas de animales

    No somos nada (Uno)

    No somos nada (Dos)

    Guillain-Barré

    Enero, febrero, agosto...

    Eclipse

    Dos

    Noticia

    Niña

    A mi madre, Blanca Marina, la Marque,

    una mujer heroica en mi epopeya. In memoriam.

    A mis hijos Ivonne y Luis, a Veronika y Ned

    A mi esposo Luis, a mis nietos

    Victoria, Monika, Catalina y Luis Alexander

    A Fernando mi hermano

    Crítica literaria

    Martha I. Daza: La simbiosis de la

    violencia y el lenguaje poético.

    Por Luis Alberto Miranda

    L a vida humana está hecha de contenidos presentes que recurren permanentemente al pasado, todo lo que vivimos, cada una de nuestras experiencias de vida, aún las más pequeñas percepciones, duran un instante: el presente en que suceden. Cuando ese instante pasa, la percepción, no desaparece como por arte de magia, sino que perdura.

    El presente cuando sucede y el presente que acaba de pasar, son parte de ese cúmulo de experiencias que conforman nuestra vida, para algunas personas, la percepción es muy corta, para otras, la duración de ese presente que pasó, perdura en los sentimientos y alcanza la conciencia de diversas e infinitas maneras, hasta niveles insospechados de sensibilidad que afectan la existencia que siente y filtra esas experiencias.

    ¿Hasta dónde esas sensaciones perdurables, determinan lo que somos verdaderamente, o lo que los demás creen que somos? tenemos una personalidad que asume dos formas de comunicación con la sociedad que nos rodea, como una lengua bífida que busca establecer una relación o por lo menos evidenciar si existe o no, tal relación en cada momento de nuestra vida. La velocidad del pensamiento y la velocidad de los sentimientos, desde otro enfoque, hacen que el artista sea quien es, capaz de procesar de maneras originales y auténticas esas vivencias y de reproducirlas, ya sea a través del lenguaje escrito o hablado o de cualquier otra forma tal como lo hace el artista plástico, en la escultura, la pintura, la creación de escenas teatrales o cinematográficas, la fotografía o el arte virtual y digital del mundo actual.

    Las sociedades, tienen su manera de vivir la violencia; la critican o la rechazan, se acostumbran a convivir con ella y hasta disfrutan hedonística y perversamente su existencia.  La violencia y las mil maneras como cada pueblo y cada nación la procesan, marcan entrañables similitudes y diferencias entre los hombres en todos los rincones del planeta, pero la violencia deja huellas no solo en los protagonistas directos, sino en todos aquellos que tienen una profunda sensibilidad artística. Martha Daza no es ajena a los efectos de la violencia que pervive en el mundo contemporáneo y en las muchas caras que asume, desde la más íntima soledad de la mujer o el niño abusado en el seno de la familia, hasta aquella violencia refinada, exacerbada y degenerada de quienes protagonizan las guerras que nos mantienen al borde de la histeria que produce la angustia ante la desaparición de nuestra especie.

    Martha Daza es dueña de una inquietante y profunda sensibilidad que le permite retener las percepciones presentes y presentes-pasadas, de múltiples formas de violencia, para perpetuar a través de sus personajes situaciones aterradoras para la mente y el corazón de seres humanos, comunes y corrientes que no atinan a entender la duración del sufrimiento, pero tienen tiempo de expresar en palabras unas consecuencias físicas, biológicas y filosóficas, cuyo contenido moral y ético despiertan la conciencia dormida del lector y lo conducen a cuestionar las razones y el estadio de evolución humana en el que nos hallamos.  Martha apela a los efectos de la violencia, como tal, en el individuo.

    Martha describe los peores momentos de la violencia con un patetismo perfecto, obligándonos  a imaginar y sentir el efecto que se produce en el alma de sus protagonistas: Un aullido fatal atravesó la vereda y rompió el silencio de la noche, gemidos de animal herido, alaridos zumbantes confundidos con el tableteo. Ojos saltados por la angustia, muecas talladas en la piedra del horror, indelebles y treinta y siete vidas perdidas en el suelo. No tiene que mencionar la palabra masacre, el horror va pegado a cada letra.

    De acuerdo con corrientes filosóficas como la fenomenología, somos en la medida de los otros. Martha Daza nos conduce a la visión apocalíptica de los efectos de la violencia en los otros y por consecuencia, en nosotros mismos, para despertar la conciencia dormida de quienes viven ajenos a la cruda realidad de nuestras limitaciones, para entender los efectos brutales de toda clase de violencia, la que por supuesto constituye un reto para la razón, para el entendimiento, para el cabal desarrollo y comprensión de la evolución humana y del significado de lo que insistimos en llamar civilización.

    Nuestro cuerpo debe ser considerado como una entidad integral de una parte biológica y de una parte psíquica, como cabeza y corazón, como pensamientos y sentimientos, en una praxis donde los pensamientos y las funciones físicas y biológicas se retroalimentan de manera que eso que llamamos cuerpo es un entidad que incluye ese flujo vital entre las ideas, los sentimientos y la energía que generan. Nuestro cuerpo es entonces la parte material en contradicción con su correlato natural, lo que veinticinco siglos de platonismo han llamado, el alma.

    La literatura de Martha Daza se recrea en metáforas que describen la manera cómo esa contradicción de nuestro cuerpo, materia y alma, sucumbe a la violencia con un detallado discurso donde una simple palabra o una única frase, describe de manera magistral el efecto que quiere expresar: "La sangre salía a borbotones y corría por el piso anegándolo todo sin que él intentara un solo movimiento para detenerla.

    Nuestro organismo interpreta y elabora los datos que nos proporcionan las experiencias cotidianas superando el conductismo que pretendía reducir el funcionamiento de nuestro sistema nervioso a un proceso puramente mecánico, Martha hace que en sus personajes se cumpla a cabalidad con la misión del cerebro donde una hipótesis geográfica sería insuficiente, cada situación y circunstancia provoca profundos cambios y deja huellas imborrables en la conciencia y en la personalidad de las víctimas o de los victimarios.

    Todos los sueños se escaparon por el enorme agujero y no hubo nadie compartiendo su camino oscuro hacia allá, donde todo se difumina en sombra y vómito.

    Con la evolución de los conceptos y la creación de las ideologías, las cosas y los seres dejaron de estar presentes y fueron suplantados por su representación, es decir, no estamos en contacto con los seres presentes, con sus presencias, sino con sus representaciones. Esta suplantación ha permitido la aparición de la definición y el prejuicio anteriores al ser en sí mismo y al surgimiento de fenómenos como el Nazismo y muchas creencias religiosas que inducen al fanatismo, cortando la presencia humana y remplazándola con las definiciones prejuiciosas de una razón equivocada.

    Los cuentos y la prosa de Martha nos remiten a las presencias y a las ausencias que la violencia, como una definición errada, han provocado y nos enfrentan a la vacuidad y a la tristeza de un mundo que no quiere asumir la superación del hombre, a la manera de Heidegger, como un

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