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Una Vida Sin Pausa Ni Prisa
Una Vida Sin Pausa Ni Prisa
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Libro electrónico165 páginas1 hora

Una Vida Sin Pausa Ni Prisa

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Información de este libro electrónico

La protagonista Mara Rizan, naci en setiembre de 1944. Su familia era pudiente, pero en su hogar reinaba la austeridad (Segunda Guerra Mundial). Tercera hija de un matrimonio campesino costarricense. Su nacimiento frustr a familiares que deseaban un varn apto para trabajar en la agricultura, la ganadera: actividades econmicas ms significativas en el medio rural de Costa Rica. Su historia se estructura con base en las etapas de la existencia humana: inicia en la primera infancia y termina con la vejez. Ella construy su propia vida sin prisa, un paso a la vez, salvando los obstculos que le impedan superar la lnea de la pobreza y las dificultades para profesionalizarse. Logr la estabilidad laboral en su adultez joven y trabaj con denuedo. Prosigui caminando paso a paso para ampliar su carrera acadmica y adquirir nuevos conocimientos hacia la consecucin de sus objetivos. Fue una empleada sobresaliente del hospital infantil costarricense y dedic parte de su tiempo libre a los jvenes diabticos del pas. Hoy (2014), jubilada y contina desarrollando su plan existencial, porque est consciente de que la vida sigue hasta que la muerte la llame.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento27 sept 2016
ISBN9781506516639
Una Vida Sin Pausa Ni Prisa
Autor

Carmen Rizan

Carmen Rizan Procedente de San Rafael de Heredia, Costa Rica. Actualmente reside en San José, Costa Rica, Centro América. Fue miembro del Comité Editorial de una Revista de índole científico y técnico de 1989 a 2011. Revista que dirigió de 2001 a inicios de 2011. Es autora de varios artículos de índole técnico y científico. En el Año 2011 publicó su primer libro, el segundo, en 2015, el tercero en 2016, y, “Las Crónicas de María “constituye su cuarto libro, publicado en 2018. Es una profesional jubilada. Sus estudios los realizó en una Universidad Costarricense y su experiencia laboral la obtuvo en el campo de la salud infantil.

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    Una Vida Sin Pausa Ni Prisa - Carmen Rizan

    Una vida sin pausa ni prisa

    Carmen Rizan

    Copyright © 2016 por Carmen Rizan.

    Dibujo de la portada por: Alexandra Rodríguez Ruiz

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2016915815

    ISBN:   Tapa Dura       978-1-5065-1664-6

                 Tapa Blanda   978-1-5065-1665-3

                 Libro Electrónico   978-1-5065-1663-9

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 22/09/2016

    Palibrio

    1663 Liberty Drive, Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    ÍNDICE

    INTRODUCCIÓN

    PRIMERA INFANCIA

    NIÑEZ O ETAPA ESCOLAR

    LA PREADOLESCENTE

    LA ADOLESCENTE

    LA ADULTA JOVEN

    LA ENFERMERA GRADUADA

    LA TRABAJADORA PROFESIONAL

    ADAPTACIÓN AL TRABAJO ROTATIVO

    VACACIONES EN ESTADOS UNIDOS

    CONSULTA EXTERNA

    ESTUDIOS POST BÁSICOS

    TRABAJO COMUNAL UNIVERSITARIO

    San Jorge de Rivas

    Aguantafilo

    ADULTA MADURA

    UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

    ENCUENTRO CON JUAN PABLO II

    LA LICENCIATURA

    VACACIONES EN MÉXICO

    INSTITUCIÓN DE BIEN SOCIAL: NIÑOS Y ADOLESCENTES DIABÉTICOS

    PRETENSIONES DE ESTUDIOS DE POSTGRADO

    OTROS APRENDIZAJES

    COMPUTACIÓN

    PUBLICACIÓN DE ÍNDOLE CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA

    LA SEGURIDAD LABORAL

    CONATO DE INCENDIO EN EL HOSPITAL

    CONATOS DE INCENDIOS EN EL HOGAR

    EL AMOR ROMÁNTICO

    VACACIONES EN EUROPA

    Holanda

    París

    Barcelona

    VIDA EN FAMILIA

    PAPEL MULTIFACÉTICO

    VEJEZ

    MADRID E IRLANDA

    SUR AMÉRICA

    BRASIL

    Río de Janeiro (Río)

    Paraná

    ARGENTINA

    Buenos Aires

    Bariloche

    Cruce Andino

    CHILE

    Santiago

    Viñedos

    ALASKA

    Skagway

    Ketchikan

    Juneau

    Parque nacional Kenai Fjords

    El regreso

    EN HÁBITAT DE LA CASA

    1. La yigüirra heroica

    2. La pastora urbana

    3. Los jóvenes adictos a las drogas

    OTRAS EXPERIENCIAS

    Lesionada

    Los ladrones

    La vida continuará

    El retiro

    Bibliografía

    Caminante, son tus huellas

    el camino y nada más;

    Caminante, no hay camino,

    se hace camino al andar.

    Al andar se hace el camino,

    y al volver la vista atrás

    se ve la senda que nunca

    se ha de volver a pisar.

    Caminante, no hay camino

    sino estelas en la mar.

    Antonio Machado

    Extracto de Proverbios y cantares (XXIX)

    INTRODUCCIÓN

    M ara Rizan, la protagonista de esta historia, conversa por escrito con Joaquín, su hermano acerca del transcurso de su vida. Ella nació en setiembre de 1944, una época de crisis globalizada a causa de la Segunda Guerra Mundial; por eso, aunque su familia era pudiente, en su hogar reinaba la austeridad. Fue tercera hija de un matrimonio campesino costarricense. Su nacimiento frustró a los familiares que deseaban un varón, género preferido en un lugar donde se requería mano de obra barata para el sector agrícola y el ganadero, las actividades económicas más significativas en el medio rural de Costa Rica.

    La historia vital de la protagonista se estructura con base en las etapas de la existencia humana: inicia en la primera infancia y termina con la vejez. Se organiza en esta forma porque construyó su propia vida sin prisa, un paso a la vez, salvando los obstáculos que le impedían superar la línea de la pobreza y las dificultades para profesionalizarse. Logró la estabilidad laboral en su adultez joven y trabajó con denuedo. Prosiguió caminando paso a paso para ampliar su carrera académica y adquirir nuevos conocimientos hacia la consecución de sus objetivos. Fue una empleada sobresaliente del hospital infantil costarricense y dedicó parte de su tiempo libre a los jóvenes diabéticos del país.

    Hoy (2014), está jubilada y continúa desarrollando su plan existencial, porque está consciente de que la vida sigue hasta que la muerte la llame.

    PRIMERA INFANCIA

    C uando la recién nacida Mara Rizan llegó a su hogar, su papá la tomó en sus brazos y le dijo:

    Bienvenida a la casa, pequeña mía.

    Con su nacimiento, Dios bendijo a esta familia.

    Chiquita linda, vamos a quererte siempre.

    De hoy en adelante, disfrutaremos de tu compañía.

    Serás la mujer del mañana: valiente, luchadora y humanitaria.

    La infancia es un término amplio referido a los seres humanos que se encuentran en la fase comprendida entre el nacimiento y la adolescencia. La primera infancia, por su parte, es la etapa vital que va desde el nacimiento hasta los seis años de vida.

    La primera infancia de Mara transcurrió en compañía de sus padres y hermanos(as). El amor y cuidado de los papás, la ayuda de la abuela paterna, así como el lugar de residencia, San Rafael de Heredia, contribuyeron al desenvolvimiento de sus capacidades anatómicas, fisiológicas, emocionales, socioculturales e intelectuales. El desarrollo sicomotor fue natural, porque sus padres desconocían técnicas que ayudaran a los niños, entre el nacimiento y los seis años vida, a desplegar sus capacidades y habilidades. Sin embargo, el amor parental le permitió desarrollar la seguridad y la autoestima.

    Según María, la madre, Mara era una bebé delgada, llorona e inquieta que caminó antes del año de edad. Conforme iba creciendo, se integró a los juegos infantiles primero al de sus hermanas, luego los de dos varones que le siguieron y, en raras ocasiones, al de primos(as). Más grandecita, aprovechaba cualquier oportunidad para acompañar a los adultos de la casa, cuando salían a arrear el ganado desde el corral de la vivienda hasta un pastizal u otras diligencias. Por esta actitud, su abuelita paterna la apodó Rabito.

    Con tal de ir tras de papá, batía el lodazal, soportaba la lluvia, el viento, el frío y la oscuridad. Cuando debíamos pernoctar en la finca, ubicada lejos de la casa, apenas llegábamos al rancho, él encendía el fuego para calentar el ambiente, hervir el agua para chorrear café que él tomaba y para hacer la aguadulce, mi preferida. Además, saboreábamos un delicioso pan horneado por mamá, mi abuelita paterna o ambas. Para estimularme el sueño, me arrullaba cantándome una canción o narrándome un cuento. Así, me dormía hasta que la claridad del alba me despertaba.

    La infantil Mara era muy curiosa e inquieta; durante las caminatas, observaba detenidamente todo ser vivo que llamaba su atención: flores silvestres, árboles enormes, insectos, reptiles, aves, entre otros.

    Mi conducta obsesiva muchas veces me dejaba rezagada en el camino y papá se devolvía a recogerme. Me regañaba enérgicamente y me aconsejaba que no me quedara perdida porque el coco me iba a asustar (personaje mítico latinoamericano, conocido también en España y Portugal, con el cual los padres asustan a los niños desobedientes o que se niegan a dormir). Por miedo al personaje, me agarraba de sus manos; pero, si algo me llamaba la atención, yo me soltaba y la anécdota se repetía.

    El tiempo pasó en un santiamén. Pronto, la pequeña Mara cumplió cinco años. A medida que crecía, superaba las deficientes condiciones sanitarias de la época, cuando la mortalidad infantil era muy alta, abundaban las enfermedades infectocontagiosas y las infestaciones de parásitos. Los virus, las bacterias y las parasitosis eran causales de diarreas que contribuían a disminuir el peso y la talla de los menores ticos. Mara y sus hermanas(os) sufrieron resfríos, tosferina, sarampión, parasitosis y diarreas. No obstante, el grupo familiar superó los problemas de salud infantiles gracias a que recibían el cuidado empírico y la protección de los adultos.

    La vida familiar de Mara se desenvolvía entre la riqueza y la pobreza, entre el estímulo lúdico y el trabajo. Su abuela era una terrateniente y su padre, el único heredero. En la mesa, abundaban productos lácteos y otras proteínas de origen animal; asimismo, verduras, tubérculos, granos y frutas. Sin embargo, escaseaba la buena ropa, el calzado, la recreación y, en ocasiones, la liquidez económica. A los pequeños se les entretenía con juegos infantiles, narración de cuentos, acompañamiento de hermanos (as) pequeños(as), cuidado de plantas y animales domésticos. Todos las(os) menores disfrutaban la forma en que su padre devoraba los libros y escribía anotaciones para comentarlas después con amigos y vecinos que se reunían en el comedor de la casa.

    La socialización de los niños fue deficiente porque era un grupo muy cerrado, es decir, tenían poco contacto con otros pequeños:

    Yo era muy tímida, solía esconderme cuando llegaban extraños o algunos familiares que vivían en la ciudad de San José.

    La familia, la comunidad y la escuela son esenciales en esta etapa de crecimiento acelerado, que requiere las condiciones adecuadas para el aprendizaje, el juego, el descubrimiento, la estimulación de la motricidad, el desarrollo de la creatividad, el aprendizaje de normas sociales y la adquisición de valores como la solidaridad y el sentido de justicia, entre otros. En la enseñanza de valores, su padre fue un maestro nato:

    Nos decía que debíamos ser honestos, humildes, valientes, sinceros, veraces, además de una gran lista de valores. Desgraciada la persona que cometiera un delito porque, cada vez que alguien se jalaba una torta (delinquiera), la comunidad sería la primera en señalarla como potencial culpable. En síntesis, fui programada por mi papá para que llegara a ser una líder correcta, valiente, fuerte, humana, solidaria con la familia y la comunidad.

    En setiembre de 1950, Mara cumplió seis años de edad. Un mes después, murió la abuela paterna, el bastión familiar y la dueña de las propiedades que heredó a su papá.

    Aunque mi papá, JR. (conocido como Chepe), y mi mamá trabajaron con tesón, al pasar el tiempo, la economía familiar fluctuaba entre deudas y pagos, sin lograr solvencia económica por varias décadas. El problema aumentaba porque la familia crecía conforme pasaba el tiempo pues cada dos años o menos, nos daban un hermanito o una hermanita. Durante mi etapa escolar, la deficiente situación económica (que papá llamaba crisis), nos cambió la vida de sedentarios a nómadas: nos trasladábamos del centro del pueblo hacia una finca campestre y viceversa. La muerte de mi abuelita paterna nos acarreó tres pérdidas: su amorosa presencia, la estabilidad financiera y el sedentarismo.

    NIÑEZ O ETAPA ESCOLAR

    L a etapa escolar comprende la vida humana entre los seis y los once o doce años. La experiencia de

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