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La buena cocina para la tercera edad
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La buena cocina para la tercera edad
Libro electrónico205 páginas1 hora

La buena cocina para la tercera edad

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Una alimentación sana, realizar ejercicio físico y cuidar de forma adecuada la salud son algunos de los preceptos fundamentales para cualquier persona. Pero estos se convierten en prioritarios al alcanzar ciertas etapas de la vida.
Mantener una dieta equilibrada y adaptada a las necesidades de cada uno es indispensable cuando se llega a la tercera edad, ya que permite gozar de una buena salud, mantenerse en forma y afrontar la vida con dinamismo.
Esta guía práctica de la alimentación, pensada para las personas más mayores, proporciona útiles consejos y presenta de forma clara y sencilla las propiedades de los alimentos, así como los valores nutritivos y calóricos de frutas, verduras, alimentos proteínicos...
Además, encontrará en ella interesantes sugerencias, prácticos consejos y numerosas recetas con las que podrá elaborar platos sanos, ligeros y sabrosos, de fácil rea-lización, con los que podrá conjugar el placer de la mesa y la salud de una forma ejemplar.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 dic 2020
ISBN9781646998593
La buena cocina para la tercera edad

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    La buena cocina para la tercera edad - Anna Prandoni

    RECETAS

    Introducción

    Alimentarse bien, controlar el peso, hacer ejercicio regularmente y vigilar el estado de salud: estos son los principios fundamentales para vivir una tercera edad relajada y tranquila, y, en la medida de lo posible, sin los clásicos achaques.

    ¿Pero realmente estas reglas deben regir sólo esta etapa de nuestra existencia? A decir verdad, deberían tenerse en cuenta en todas las fases de la vida: en la infancia, la adolescencia, la edad adulta y la tercera edad. Esta última representa, por muchos motivos, el mejor periodo desde el punto de vista psicológico.

    No obstante, si por una parte es cierto que las reglas citadas tienen que seguirse durante toda nuestra vida, por otra es correcto afirmar también que, en la tercera edad, se producen unos cambios fisiológicos que deben tenerse en cuenta y a los cuales es posible amoldar nuestro propio estilo de vida.

    Para sacarle el mayor partido a la serenidad mental de esta etapa, es necesario tener siempre presentes algunos principios que ayudan a mantener, además, un buen estado físico y, por consiguiente, un bienestar constante y completo.

    LA COCINA PARA LA TERCERA EDAD

    UNA AYUDA PARA LA SALUD

    A medida que pasan los años, hay que hacer frente a nuevas necesidades en lo que respecta a la alimentación: cambian los gustos (se aprecian mucho mejor los sabores más intensos) y se tiene menos energía; además, la inevitable reducción de la actividad física contribuye a que se modifique el metabolismo y a que aumente la tendencia a engordar.

    Atención: se trata de una reducción de la actividad física y no de una interrupción. Es importante no hacer una vida sedentaria y controlarse periódicamente la tensión a fin de modificar, en caso necesario, la duración de la actividad física. Según las últimas estadísticas, ¡sólo un 20 % de los españoles con más de sesenta años realizan alguna actividad deportiva! Es un dato escalofriante si tenemos en cuenta que los estudios más recientes demuestran que el deporte mantiene en forma no solamente el cuerpo, sino también la mente. El ejercicio aeróbico (pasear, nadar, ir en bicicleta, hacer yoga, etc.) intensifica la circulación cerebral, ayuda a la formación de nuevas neuronas y aumenta el número de sinapsis.

    Después de los sesenta y cinco años, disminuye notablemente el número de calorías necesarias, mientras que se mantiene elevada la demanda de sales minerales y de factores protectores; por consiguiente, es importante adaptarse a las nuevas exigencias del organismo para envejecer sin dejar de estar en forma.

    Salvemos las vitaminas

    Un error que debemos evitar, y que sin embargo es muy común, es el de sacrificar las vitaminas: en una dieta que tenga en cuenta las necesidades de una persona mayor, no se tiene que descuidar la importancia de las vitaminas E y D. La primera está contenida en el aceite de oliva virgen extra, en el germen de trigo y en los vegetales de hoja, y tiene la función de proteger los tejidos de los daños propios de la edad, mientras que la segunda está presente en alimentos como el huevo y el pescado, y resulta un aliado útil de los huesos (que se van debilitando con la edad).

    A menudo, la tercera edad se caracteriza por una monotonía alimenticia: el menú se vuelve repetitivo y se basa siempre en los mismos productos, que, usados en la cocina de forma simple y rápida, facilitan la vida a los ancianos más perezosos.

    Sin embargo, es importante variar continuamente, comiendo para ello pequeñas cantidades de todo sin privarse de los placeres que nos ofrece la mesa, pero salvaguardando al mismo tiempo la salud mediante una elección adecuada de los alimentos.

    Además, como confirman los nutricionistas, no nos olvidemos de un elemento indispensable y precioso en un equilibrado régimen alimentario: el aceite de oliva virgen extra, que debería consumirse diariamente (como mínimo, una cucharada) para mantener la mente activa; de hecho, muchos estudios ponen de manifiesto su función positiva en la prevención de enfermedades degenerativas del sistema nervioso.

    En resumen, basta realmente prestar un poco de atención, al iniciar esta fase de nuestra vida, al conocimiento de las propias características fisiológicas, y unas reglas pequeñas y sencillas nos ayudarán a disfrutar de lleno esa tercera edad.

    ¡Lleguemos sin osteoporosis a la tercera edad!

    El tipo de vida que llevamos de joven puede reducir las probabilidades de desarrollar osteoporosis durante la vejez.

    Por consiguiente, si queremos tener unos huesos fuertes y sólidos cuando seamos viejos, es fundamental acumular calcio cuando somos jóvenes.

    La osteoporosis es una enfermedad que ataca al esqueleto con la consiguiente pérdida de resistencia y espesor de la masa ósea: el resultado es que los huesos se vuelven más frágiles. Llamada también la enfermedad silenciosa, a menudo no se diagnostica hasta que se ha sufrido una fractura, por regla general consecuencia de una caída. Las zonas más comunes de fractura son las muñecas y la espina dorsal.

    Una alimentación rica en calcio, vitamina D y fósforo es tan importante como los factores genéticos y la actividad física.

    La mejor forma de absorber calcio en cantidad adecuada es alimentarse con productos que lo contengan en cantidad importante, como la leche y sus derivados, que son la fuente principal de calcio en la nutrición. Otros alimentos que lo tienen son: algunos tipos de frutos secos, verduras, pan integral y pastas integrales.

    Al igual que una alimentación sana, también una actividad física constante contribuye a construir masa y densidad ósea durante la edad del desarrollo. Sin embargo, el ejercicio físico es asimismo importante en la edad adulta, pues una vida sedentaria aumenta el riesgo de esta enfermedad. También para las personas mayores la gimnasia tiene efectos beneficiosos, porque mejora el equilibrio y la coordinación, y ayuda a prevenir las caídas, posibles causas de fracturas; caminar, hacer aeróbic y bailar aumentan la fuerza y la resistencia de los músculos.

    En resumen, una alimentación sana rica en calcio y ejercicio físico constante son los ingredientes principales para prevenir la osteoporosis.

    No cabe duda de que los achaques que aparecen, con mayor frecuencia, en la tercera edad son el colesterol, la glicemia, la tensión alta, la pérdida de visión, los fastidiosos trastornos del sueño y la osteoporosis, sólo por citar los más comunes. Pero, afortunadamente, podemos combatir estos trastornos mediante una alimentación correcta y equilibrada: por consiguiente, es muy importante conocer las características, las propiedades fundamentales y el uso correcto en la cocina de algunos alimentos, para poder así hacer una compra inteligente y programar nuestro mejor régimen alimentario.

    En términos generales, es bueno saber que un consumo regular de fruta fresca y verduras de temporada (mejor

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