Historias sexuales Kinky: Sexo y erotico para adultos.
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La tolerancia es una parte importante de mi vida. Especialmente cuando se trata de erotismo. Mis historias están escritas en un lenguaje vulgar. Por favor lee solo si te gusta.
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Ana Maria Martinez
l sexo y el erotismo sin tabúes es muy importante para mí. Por eso me gusta escribir historias eróticas. Me encantan todas las variaciones en el sexo. Sexo anal, sexo grupal, BDSM e intercambio de pareja. La tolerancia es una parte importante de mi vida. Especialmente cuando se trata de erotismo. Mis historias están escritas en un lenguaje vulgar. Por favor lee solo si te gusta
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Historias sexuales Kinky - Ana Maria Martinez
Historias sexuales Kinky
Historias sexuales Kinky
Vacaciones de Navidad
Niñera a prueba de Orgasmos
Mi mujer se folló a un jovencito
Ana invita al Jefe a cenar en casa
Con margarita en alicante
Madre ejemplar
Mi esposa en el médico. Examen rectal
Cacheo en el aeropuerto, policía
Anita enfiestada otra vez por sus compañeros
Ana y mis dos compañeros
Pie de Imprenta
Historias sexuales Kinky
Vacaciones de Navidad
Tal como habíamos planeado llegamos al aeropuerto Internacional de Punta Cana en la Republica Dominicana, eran las 16:15 hora local del 20 de Diciembre y pasaríamos parte de las Navidades ya que el 30 de Diciembre debíamos volver a casa, 10 noches de relax huyendo del frio de Valladolid, sin más pretensiones que descansar, tomar el sol y disfrutar de estos merecidos días.
Solo media hora y 27 km nos separaban del Royalto Punta Cana Resort, precioso resort con playa casi privada, varias piscinas y restaurantes, pubs, donde con la consabida pulserita te entraba todo.
Un taxi nos llevó a nuestro particular paraíso en un abrir y cerrar de ojos. Una vez hecho el cheking y dejar las maletas en recepción, (nos las llevarían a nuestra suite) las habitaciones están repartidas en varios edificios de planta baja entre palmera, diseminados en una gran extensión de terrero, todo ello perteneciente al resort, que esta vallado y con servicio privado de vigilancia que controlaba hasta el sector de playa correspondiente.
Llegamos a la suite y mientras nos traían las maletas, mi mujercita se quitó sus vaqueros y yo me asomaba al porche desde el que se veía una magnifica vista de la playa entre palmeras. De repente llamaron a la puerta, traían las maleta, al abrir un apuesto y fornido joven mulato (no pasaba de la treintena), se quedó petrificado al ver el culito de mi mujercita en tanga, que miraba hacia la terraza, esta al darse cuenta se giró tapándose con disimulo tras un sillón, el mulato miraba de reojo mientras depositaba nuestras pertenencias, yo rebuscando en mis bolsillos para darle unos pesos, cuando mi mujercita me giña el ojo y me dice que mire al jovencito, el pobre tenía una erección de las de aúpa, yo me demoraba en darle la propina y le hice señas a mi mujer para que le mantuviese a tono, ya en alguna ocasión cuando hablábamos de fantasías sexuales, ella había manifestado que la suya era hacerlo con un joven de color. Fue cuando animada por mis miradas, el mulato esperaba la propina, pero a mí ni me miraba, avanzo hacia él de forma provocativa, este ya no se cortaba en mirarla, cuando llego a su lado, puso su mano sobre su paquete y ahí fue cuando el chaval se volvió a mirarme con los ojos fuera de sus orbitas, yo ni me inmute y sonreí, la escena me estaba poniendo cardiaco.
Mi mujercita tratando de agarrar por encima del pantalón el miembro erecto del sorprendido y alucinado mulato que la miraba a ella y a mi sin entender nada. A mí la escena me estaba excitando de forma brutal y me estaba poniendo, le guiñe el ojo para que no parada y prosiguiera, sentándome en el sillón como espectador de lujo, la situación me gustaba y excitaba.
Ella se animó y aflojándole el vaquero saco su considerable miembro, el seguía alucinado y de vez en cuando me miraba, pero no movía ni un dedo, yo sonriéndole le invite por señas a que a tomara parte activa, pero el solo movía los ojos de mi mujer a mí.
Fue entonces cuando mi mujercita se agacho y empezó a masturbarle, acercando el considerable miembro a su cara, y sorprendiéndome, cuando lo introdujo levemente en su boca, ya que es un poco escrupulosa en cuanto a la limpieza antes de realizar una felación, pero se ve que su estado de excitación era superior a su manía y acabo engullendo frenéticamente.
En esto el mulato empezó a moverle la cabeza agarrándole por los pelos, para que siguiese, marcando el ritmo que él deseaba. Mi mujer se percató del estado de excitación del joven, viendo que se le podía ir de un momento a otro, paro, poniéndose de pie a la vez que tomaba las manos de él y las llevo hacia su sexo y pechos, despojándose de la camiseta de tirantes quedándose en sostén y tanguita, el me volvió a mirar a ver como estaba yo reaccionando y sonriendo le dije que desabrochase el sujetador, cosa que hizo de inmediato, dejando sus hermoso pechos (usa una talla 90), que acto seguido empezó a manosear y chupar como un poseso, había perdido toda timidez y ya no se cortaba, pasando de actor sumiso a pasivo total.
Tomando las riendas de la situación tomo a mi mujercita
, la tumbo sobre el aparador, y la empezó a hacer una comida de antología, ella gemía y se retorcía como poseída, se veía que estaba disfrutando a tope, ahora era ella quien apretaba su cabeza contra sus entrepiernas, donde él se empleaba a fondo, como un verdadero maestro a pesar de su juventud, su entusiasmo y dedicación era tal que mi mujercita
no pudo más y se corrió, como ella hace, con esas breves convulsiones que delatan su estado más allá de los gemidos.
Tanto le gusto que quería más, ahora lo quería todo, deseaba ser penetrada por semejante semental, no es que fuera el negro de whatsapp, pero superaba la media con creces. Viendo el estado en que se hallaban los dos, yo no existía para ellos, y ante lo que se venía encima, pues ya no había quien frenara a ese par de potros desbocados, busque en mi bolso donde llevo la documentación, tarjetas, gafas.. un preservativo, siempre suelo llevar un par de ello por si acaso, entre las prisas, los nervios y no lo voy a negar, aunque parezca raro, mi excitación, me costó encontrarlo (tenía tres), de tal forma que antes que se dispusiera a penetrarla, allí en el aparador, me levante y les acerque el preservativo, ahora ya ni siquiera me miraba buscando consentimiento o para ver mi reacción. Lo tomo mi mujer y se lo puso suavemente, mientras se le comía a besos. Yo regrese sobre mis pasos al sillón sin perderles de vista, estaba súper excitado y empalmado. Según me senté el moreno arremetió y suavemente pero sin pausa le endoso el vergon en su interior, de nuevo los gemidos empezaron y tanto el como ella se movían frenéticamente, estaban disfrutando de lo lindo aquella situación sorpresa total e inesperada para todos; Yo tengo que reconocer que disfrute un montón viendo a mi mujercita
gozar en mano de semejante semental, no era el negro fornido, musculado y súper armado de sus fantasías sexuales, pero estaba claro que la estaba haciendo disfrutar de una forma salvaje, tanto que se veía que el ya resistiría mucho.
Y así fue, le llego y se corrió dentro de ella, lo primero que pensé fue dar gracias a preservativo que tan a tiempo les di. Como mi esposita
no había llegado al cielo, pero le faltaba poco, se ayudó a sí misma, masturbándose como ella sabe hacer, aun con el pollon dentro.
Yo estaba superexcitado y feliz con lo que había pasado, si me dicen antes que voy a gozar de esa manera viendo como otro se disfruta a mi mujercita
, no lo hubiese creído, pero me gusto verlo desde la tribuna.
En ese momento, el moreno sacaba su morcillita macilenta y enfundada en la goma, que presentaba una bolsa de semen enorme, no sé si eso sería normal en el o llevaba días reservando semejante descarga, lo