Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $9.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

El poema de Gilgamesh
El poema de Gilgamesh
El poema de Gilgamesh
Libro electrónico48 páginas32 minutos

El poema de Gilgamesh

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Poema de Gilgamesh es una narración de la Mesopotamia de origen sumerio, considerada como la narración escrita mas antigua de la historia. La narración es una epopeya rimada o poema que narra las peripecias de Gilgamesh. Se emplearon tablillas de arcilla y escritura cuneiforme, lo cual favoreció su preservación. La versión mas completa preservada hasta la actualidad consta de doce tablillas.
IdiomaEspañol
EditorialAnonimo
Fecha de lanzamiento24 sept 2016
ISBN9788822848468
El poema de Gilgamesh
Autor

Anónimo

Hay diferentes hipótesis sobre su autoría. Probablemente el autor fue simpatizante de las ideas erasmistas. Esto motivó que la Inquisición la prohibiera y que, más tarde, permitiera su publicación, una vez expurgada. La obra no volvió a ser publicada íntegramente hasta el siglo XIX.

Lee más de Anónimo

Relacionado con El poema de Gilgamesh

Libros electrónicos relacionados

Clásicos para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para El poema de Gilgamesh

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    El poema de Gilgamesh - Anónimo

    Gilgamesh

    LA LEYENDA DE GILGAMESH

    Tablilla I

    (I)

    Aquel que vio todo [hasta los confine]s de la tierra, [Que todas las cosa]s experimentó, [conside]ró todo. [...] juntamente [...], [...] de sabiduría, que todas las cosas.[..]. (5) Lo [o]culto vio, [desveló] lo velado. Informó antes del Diluvio, Llevó a cabo un largo viaje, cansado y [derren]gado. Todo su afán grabó en una estela de piedra. De la terraplenada Uruk el muro construyó, Del reverenciado Eannal, el santuario puro.

    ¡Contempla su muralla exterior, cuya cornisa es como el cobre! ¡Mira la muralla interior, que nada iguala! ¡Advierte su umbral, que de antiguo viene!

    Acércate a Eanna, la morada de Istar, Que ni un rey futuro, ni un hombre, puede igualar. Levántate y anda por los muros de Uruk, Inspecciona la terraza de la base, examina sus ladrillos:

    ¿No es obra de ladrillo quemado? ¿No echaron sus cimientos los Siete [Sabios]?

    Falta el resto de la columna. Un fragmento hitita [cf. J. Friedrich, ZA, XXXIX (1929), 2-5] corresponde en parte a la porción inicial deteriorada de nuestra columna 1l y, por ende, parece contener algo del material del final de la I columna. De tal fragmento se desprende que varios dioses intervienen en la formación de Gilgamesh, al que dotaron de talla sobrehumana. Finalmente, Gilgamesh llega a Uruk.

    (II)

    Dos tercios de él son dios, [un tercio de él es humano]. La forma de su cuerpo[...] (3-7) (líneas mutiladas o ausentes) (8) [...] como un buey salvaje altivo [...]; El empuje de sus armas no tiene par. Mediante el tambor se reúnen [sus] compañeros. Los nobles de Uruk están som[bríos] en [sus cáma]ras:

    «Gilgamesh no deja el hijo a [su] padre; [Día] y [noche] es desenfrenada su arro[gancia]. [¿Es éste Gilga]mes, [el pastor de la amurallada] Uruk? ¿Es éste [nuestro] pastor, [osado, majestuoso, sabio]?

    [Gilgamesh] no deja [la doncella a su madre], ¡La hija de guerrero, [la esposa del noble]! Los [dioses escucharon] sus quejas. Los dioses del cielo del señor de Uruk [ellos... ]:

    «¿No parió [Aruru] este fuerte buey salvaje? [El empuje de sus armas] en verdad no tiene par. Mediante el tambor se reúnen sus [compañeros]. Gilgamesh no deja el hijo a su padre; Día y noche [es desenfrenada su arrogancia].

    ¿Es éste el pastor de [la amurallada] Uruk? ¿Es éste su [...] pastor, Osado, majestuoso (y) sabio?...

    Gilgamesh no deja la doncella a [su madre], ¡La hija del guerrero, la esposa del noble!»

    Cuando [Anu] hubo escuchado sus quejas, A la gran Aruru llamaron: «Tú, Aruru, creaste [el hombre]; Crea ahora su doble; Con su corazón tempestuoso haz que compita. ¡Luchen entre sí, para que Uruk conozca la paz!»

    Cuando Aruru oyó esto, Un doble de Anu en su interior concibió. Aruru se lavó las manos, Cogió arcilla y la arrojó a la estepa. [En la

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1