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Tiempos de pruebas: Los usos y abusos de la evaluación
Tiempos de pruebas: Los usos y abusos de la evaluación
Tiempos de pruebas: Los usos y abusos de la evaluación
Libro electrónico491 páginas5 horas

Tiempos de pruebas: Los usos y abusos de la evaluación

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¿Qué nos aportan realmente los tests de inteligencia y de capacidades? ¿Las pruebas objetivas utilizadas en las evaluaciones minan los aprendizajes?

El autor sostiene que la evaluación determina el modo de vernos a nosotros mismos y nuestra forma de aprender. En un momento en el que se clasifica a las personas con arreglo a sus capacidades, estilos de aprendizaje o por su rendimiento, examina con minuciosidad los fundamentos de esas clasificaciones. Muestra también que, en nuestra cultura, donde los tests y pruebas objetivas gozan de una importante aceptación, la evaluación puede socavar a menudo los aprendizajes relevantes, fomentando una instrucción superficial 'para el examen' y considerando los resultados de las pruebas como fines en sí mismos.
El autor investiga cómo podemos preparar evaluaciones que generen aprendizajes más significativos y profundos y que puedan desempeñar un papel constructivo en la creación de nuestras identidades como personas y como aprendices. "Tiempos de pruebas" revisa los propósitos y consecuencias de las distintas modalidades de evaluar y examina críticamente los usos más destacados de muchas de ellas, tales como:

- Tests de CI y de capacidades.
- Inteligencias múltiples, inteligencia emocional.
- Estilos de aprendizaje.
- Pruebas de rendición de cuentas y para obtención de certificados y títulos.
- Evaluación formativa.

Gordon STOBART no se contenta con sacar a la luz las dimensiones perversas de ciertas modalidades de evaluación y de medición muy de actualidad, sino que también expone alternativas rigurosas y prácticas sobre cómo debe plantearse una evaluación que sirva para enriquecer los procesos de enseñanza y aprendizaje. Este libro, accesible y provocativo, es de gran interés para profesionales de la educación, investigadores, profesorado y estudiantes universitarios de educación, psicología y sociología.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 nov 2010
ISBN9788471127013
Tiempos de pruebas: Los usos y abusos de la evaluación

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    Tiempos de pruebas - Gordon Stobart

    portada.jpg

    Obras en coedición con el Ministerio de Educación

    1. Zimmermann, D.: Observación y comunicación no verbal en la escuela infantil (3a ed.).

    2. Oléron, P.: El niño: su saber y su saber hacer (2a ed.).

    3. Loughlin, C. y Suina, J.: El ambiente de aprendizaje: diseño y organización (5a ed.).

    4. Browne, N. y France, P.: Hacia una educación infantil no sexista (2a ed.).

    5. Selmi, L. y Turrini, A.: La escuela infantil a los tres años (4a ed.).

    6. Selmi, L. y Turrini, A: La escuela infantil a los cuatro años (3a ed.).

    7. Saunders, R. y Bingham-Newman, A. M.: Perspectivas piagetianas en la educación infantil (2a ed.).

    8. Driver, R., Guesne, E. y Tiberghien, A.: Ideas científicas en la infancia y la adolescencia (4a ed.).

    9. Harlen, W.: Enseñanza y aprendizaje de las ciencias (6a ed.).

    10. Selmi, L. y Turrini, A.: La escuela infantil a los cinco años (3a ed.).

    11. Bale, J.: Didáctica de la geografía en la escuela primaria (3a ed.).

    12. Tann, C. S.: Diseño y desarrollo de unidades didácticas en la escuela primaria (3a ed.).

    13. Willis, A. y Ricciuti, H.: Orientaciones para la escuela infantil de 0 a 2 años (3a ed.).

    14. Orton, A.: Didáctica de las matemáticas (4a ed.).s

    15. Pimm, D.: El lenguaje matemático en el aula (3a ed.).

    16. Moyles, J. R.: El juego en la educación infantil y primaria (2a ed.).

    17. Arnold, P. J.: Educación física, movimiento y curriculum (3a ed.).

    18. Graves, D. H.: Didáctica de la escritura (3a ed.).

    19. Egan, K.: La comprensión de la realidad en la educación infantil y primaria.

    20. Hargreaves, D. J.: Infancia y educación artística (3a ed.).

    21. Lancaster, J.: Las artes en la educación primaria (3a ed.).

    22. Bazalgette, C.: Los medios audiovisuales en la educación primaria.

    23. Newman, D., Griffin, P. y Cole, M.: La zona de construcción del conocimiento (3a ed.).

    24. Swanwick, K.: Música, pensamiento y educación (3a ed.).

    25. Wass, S.: Salidas escolares y trabajo de campo en la educación primaria.

    26. Cairney, T. H.: Enseñanza de la comprensión lectora (4a ed.).

    27. Nobile, A.: Literatura infantil y juvenil (3a ed.).

    28. Pluckrose, H.: Enseñanza y aprendizaje de la historia (4a ed.).

    29. Hicks, D.: Educación para la paz (2a ed.).

    30. Egan, K.: Fantasía e imaginación: su poder en la enseñanza (3a ed.).

    31. Escuelas infantiles de Reggio Emilia: La inteligencia se construye usándola (4a ed.).

    32. Secada, W. G., Fennema, E. y Adajian, L. B.: Equidad y enseñanza de las matemáticas: nuevas tendencias.

    33. Crook, Ch.: Ordenadores y aprendizaje colaborativo.

    34. Gardner, H., Feldman, D. H. y Krechevsky, M. (Comps.): El Proyecto Spectrum. Tomo I: Construir sobre las capacidades infantiles.

    35. Gardner, H., Feldman, D. H. y Krechevsky, M. (Comps.): El Proyecto Spectrum. Tomo II: Activi- dades de aprendizaje en la educación infantil.

    36. Gardner, H., Feldman, D. H. y Krechevsky, M. (Comps.): El Proyecto Spectrum. Tomo III: Manual de evaluación para la educación infantil (2a ed.).

    37. Cooper, H.: Didáctica de la historia en la educación infantil y primaria.

    38. Cummins, J.: Lenguaje, poder y pedagogía.

    39. Haydon, G.: Enseñar valores. Un nuevo enfoque.

    40. Gross, J.: Necesidades educativas especiales en educación primaria.

    41. Beane, J. A.: La integración del currículum (2a ed.).

    42. Defrance, B.: Disciplina en la escuela.

    43. Siraj-Blatchford, J. (Comp.): Nuevas tecnologías para la educación infantil y primaria.

    44. Peacock, A.: Alfabetización ecológica en educación primaria.

    45. Abdelilah-Bauer, B.: El desafío del bilingüismo.

    46. Hargreaves, A. y Fink, D.: El liderazgo sostenible.

    47. Lankshear, C. y Knobel, M.: Nuevos alfabetismos. Su práctica cotidiana y el aprendizaje en el aula

    (2a ed.).

    48. Arnot, M.: Coeducando para una ciudadanía en igualdad.

    49. Jarman, R. y McClune, B.: El desarrollo del alfabetismo científico.

    50. Stobart, G.: Tiempos de pruebas. Los usos y abusos de la evaluación.

    — Colección Proyectos curriculares

    Aitken, J. y Mills, G.: Tecnología creativa (6a ed.).

    Dadzie, S.: Herramientas contra el racismo en las aulas.

    Suckling, A. y Temple, C.: Herramientas contra el acoso escolar. Un enfoque integral.

    Barkley, E. F. y cols.: Técnicas de aprendizaje colaborativo.

    Gordon STOBART

    Tiempos de pruebas

    Los usos y abusos de la evaluación

    LOGO-min.jpg LOGO-morata.jpg

    Ediciones Morata, S. L.

    Fundada por Javier Morata, Editor, en 1920

    C/ Mejía Lequerica, 12 28004 MADRID

    [email protected] www.edmorata.es

    Título original de la obra:

    TESTING TIMES:

    The uses and abuses of assessment

    © 2008 Gordon Stobart

    All Rights Reserved. Authorized translation from English language edition published by Routledge Inc., a member of the Taylor & Francis Group.

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

    © EDICIONES MORATA, S. L. (2010)

    Coeditan:

    MINISTERIO DE EDUCACIÓN

    Secretaría de Estado de Educación y Formación Profesional

    Instituto de Formación del Profesorado, Investigación e Innovación Educativa

    Secretaría General Técnica

    Catálogo de publicaciones del Ministerio: educacion.es

    Catálogo general de publicaciones oficiales: 060.es

    Y

    EDICIONES MORATA, S. L.

    Mejía Lequerica, 12. 28004 Madrid

    www.edmorata.es - [email protected]

    Derechos reservados

    ISBN digital: XXXXXXX

    Conversión a formato electrónico: Digitalebooks.es

    Fotografía de la cubierta: Notas de Otoño (2010) por Iñigo Cosín Fernández. Repro- ducida con autorización.

    Contenido

    Portada

    Obras en coedición con el Ministerio de Educación

    Portadilla

    Créditos

    Agradecimientos

    INTRODUCCIÓN

    La creación de aprendices: Los casos de Hannah y Ruth

    El desarrollo del argumento

    El poder de la evaluación

    Palabras y significados

    Contexto y sesgo

    CAPÍTULO PRIMERO: Evaluando la evaluación

    Finalidades

    Los orígenes

    Identidad e inocencia

    CAPÍTULO II: Los tests de inteligencia: Cómo crear un monstruo

    Los tests de capacidades: El nuevo CIismo

    La creación de la inteligencia

    La visión de BINET

    El proceso de cableado: Biologizar, genetizar

    Creencias hereditarias y administración de tests en masa en Estados Unidos

    La aportación hereditaria británica: Estadística y eugenesia

    La ubicación de la inteligencia

    ¿Cuáles son las pruebas?

    El efecto FLYNN

    ¿Qué ha causado los cambios?

    Genes dudosos

    Diferencias raciales de CI

    Vuelta a BINET: La reformulación de la inteligencia

    CAPÍTULO III: El movimiento de oposición: Inteligencias múltiples e inteligencia emocional

    La multiplicación de las inteligencias: La tradición del análisis factorial

    Desenterrando las facultades de la mente: Las inteligencias múltiples de Howard GARDNER

    La definición de inteligencia

    La inteligencia emocional (IE)

    La infravaloración de lo situacional

    Configurando a las personas

    CAPÍTULO IV: El atractivo de los estilos de aprendizaje

    ¿Qué son los estilos de aprendizaje?

    Estilos de aprendizaje visual, auditivo, táctil y cinestésico

    El Learning Style Inventory (LSI)

    Finalidad

    Los cuadrantes del aprendizaje y el aprendizaje experiencial

    Finalidad y adecuación a la finalidad

    Enfoques del aprendizaje profundo, superficial y estratégico

    Finalidad

    Conclusión

    CAPÍTULO V: La titulitis: ¿Aún contiagiosa después de tanto tiempo?

    ¿Qué es la titulitis?

    ¿Quién tiene la enfermedad?

    ¿Hasta qué punto se cumplieron las previsiones?

    La evaluación y el empobrecimiento del aprendizaje

    Reflexiones de DORE en 1997 sobre sus modestas propuestas

    Unas modestas propuestas diferentes

    En defensa de las pruebas de rendimiento

    Adecuación a la finalidad

    Los principios del examen

    Crear mejores exámenes

    Fomentar el conocimiento basado en principios mediante preguntas menos previsibles

    Conclusiones

    CAPÍTULO VI: La larga sombra de la rendición de cuentas

    Objetivos de puntualidad

    La rendición de cuentas en la escuela

    Tests para la rendición de cuentas: No Child Left Behind (EE.UU.) y la evaluación del currículum nacional en Inglaterra

    Consecuencias: pretendidas y no buscadas

    Motivar

    Priorizar

    Maximizar: Alinear y entrenar (¿y hacer trampas?)

    Resultados inflacionarios

    Inflación de puntuaciones

    Rendición de cuentas inteligente

    Medidas más sofisticadas

    Despejando la larga sombra

    CAPÍTULO VII: Razones para alegrarse: La evaluación para el aprendizaje

    Perspectiva general

    ¿Qué es la evaluación para el aprendizaje?

    ¿Qué implica la evaluación para el aprendizaje?

    La EpA y el aprendizaje efectivo

    ¿Aprender o aprender a aprender?

    ¿Claridad o conformismo?

    Lo formativo en un clima sumativo

    Retroinformación eficaz

    Conclusión

    CAPÍTULO VIII: Recuperar la evaluación: Responsabilizarnos de quienes somos

    El programa de recuperación

    Paso 1: Limitar las ambiciones de la evaluación; centrarse en el rendimiento

    Paso 2: Interpretar los resultados con más cautela

    Paso 3: Reconocer el contexto

    Paso 4: Reconocer la importancia de la interacción

    Paso 5: Crear una evaluación sostenible

    Conclusión: La recuperación del territorio

    Bibliografía

    Índice de autores

    Índice de materias

    Otras Obras de Morata

    Gordon STOBART

    Agradecimientos

    Esta obra sostiene que la evaluación, aunque pueda referirse a una persona, es esencialmente una actividad social. Lo mismo cabe decir de la redacción de este libro. He recibido estímulos e ideas tanto de las personas que me rodean como de los que forman parte de una comunidad más amplia y de aquellos que se dedican a la evaluación.

    El lugar de honor le corresponde a mi esposa, Marie Adams, que no solo me ha brindado apoyo y estímulo durante toda la redacción, sino que ha utilizado también su experiencia periodística para comentar los borradores de los capítulos. Le estoy profundamente agradecido.

    Otras personas también han participado en el comentario de determinados capítulos y el libro se ha beneficiado en gran medida de ello. Les agradezco también la información reflexiva que me han facilitado, a Richard DAUGHERTY, Kathryn ECCLESTONE, Steve EDWARDS, Harvey GOLDSTEIN, Eleanore HARGREAVES, Tina ISAACS, Mary JAMES, Angela LITTLE, Andrew MACALPINE, John WHITE y Alison WOLF.

    Muchas ideas que aparecen aquí son reflejo de extensos diálogos con colegas y amigos. Soy consciente de la deuda intelectual contraída por mí tanto con las personas a las que les pedí que comentaran capítulos del libro como con quienes he trabajado. Entre ellas están otros miembros del Assessment Reform Group, que han influido en mi pensamiento durante los diez últimos años: Paul BLACK, Patricia BROADFOOT, John GARDNER, Caroline GIPPS, Wynne HARLEN, Paul NEWTON y Dylan WILIAM.

    Gracias también a Michelle COTTLE, que realizó amablemente la nada envidiable tarea de preparar la bibliografía y los índices.

    Introducción

    Cómo se llaman las cosas tiene una importancia descomunalmente mayor que lo que son... basta crear nuevos nombres, apreciaciones y verdades aparentes para crear cosas nuevas.

    (Friedrich NIETZSCHE, 1887.)

    En la sociedad contemporánea, los tests no describen al individuo, sino que, más bien, lo construyen.

    (Allan HANSON, 1994.)

    La evaluación, en forma de tests y exámenes, es una poderosa actividad que configura la manera que tienen las sociedades, los grupos y los individuos de entenderse a sí mismos. Aquí, desarrollaremos tres argumentos específicos:

    • La evaluación es una actividad social marcada por valores y no existe nada que se parezca a una evaluación independiente de las culturas.

    • La evaluación no mide objetivamente lo que hay, sino que crea y configura lo que se mide: es capaz de componer personas.

    • La evaluación influye directamente en lo que aprendemos y en cómo lo aprendemos y puede limitar o promover el aprendizaje efectivo.

    Estas características otorgan a la evaluación una considerable autoridad y llevan a consecuencias constructivas o destructivas: los usos y abusos del título del libro.

    La creación de aprendices: Los casos de Hannah y Ruth

    Para dar cuerpo a estas afirmaciones acerca de que la evaluación configura nuestra forma de vernos y de aprender, presentaré a dos estudiantes que las personifiquen.

    Hannah la inútil

    Hannah es el nombre de una alumna inglesa de 11 años, de una clase estudiada por Diane REAY y Dylan WILIAM que se estaba preparando para los tests nacionales (SAT¹), que se realizan en Inglaterra a los niños y niñas del último curso de educación primaria. Estos tests no tienen consecuencias selectivas importantes para los alumnos, dado que ya habrán escogido sus correspondientes institutos de secundaria, pero los resultados revisten una importancia crítica para sus escuelas y maestros, pues se los juzga públicamente según esos resultados. En consecuencia, se hace gran hincapié en la preparación de los exámenes (véase el Capítulo VI), porque, para los maestros, la meta es conseguir que la mayor cantidad posible de alumnos alcance el nivel 4 o superior ², dado que los objetivos de la escuela y los nacionales se basan en ello. Gracias a los tests y los ejercicios, los niños se conciencian del nivel que se prevé que alcancen. En este contexto, se desarrolló la conversación siguiente:

    (REAY y WILIAM, 1999, pág. 345.)

    Para hacer más sangrante esta declaración de inutilidad, los autores señalan que Hannah era una escritora consumada, una bailarina y artista muy dotada y muy buena resolviendo problemas, aunque ninguna de estas habilidades tiene valor ante sus propios ojos. En cambio, se considera un fracaso, una nulidad académica (pág. 346). No se trataba de un ejemplo aislado. En la época de los SATS, los niños presentaban a los demás por sus niveles, y estos habían empezado a afectar sus relaciones sociales, de manera que Stuart, un alumno nivel 6, se estaba convirtiendo en objetivo de acoso en el patio de recreo. Cuando se les preguntó por las consecuencias de los resultados obtenidos en los SATS, se desarrolló esta conversación:

    (Pág. 347.)

    No hace mucho, Tamara Bibby ha encontrado actitudes semejantes en su investigación sobre clases de primaria:

    Los niños empiezan a pensar en sí mismos como niveles. Y eso mezclado con la moralidad y la bondad. Las buenas personas trabajan mucho y escuchan en clase. Si de repente resulta obvio que tu compañero o compañera alcanza niveles más bajos que tú, ¿es una buena persona? Puede poner verdaderamente a prueba la amistad³.

    Ruth la pragmática

    El caso de Ruth Borland desató un debate en los media de Irlanda después de que, en una entrevista en el Irish Times (20 de septiembre de 2005), revelara cómo había obtenido las notas máximas en el Leaving Certificate nacional, el pasaporte para la universidad⁴. Ruth se presentaba como una persona decidida y competitiva (No soporto la idea de que alguien haga algo mejor que yo). Esta determinación se había puesto de manifiesto durante varios años en sus estudios y, tras comprobar en unas prácticas en un bufete de abogados que lo suyo no era el derecho, cambió de asignaturas y facultad antes de matricularse en ciencias empresariales.

    Cuando le preguntaron por su forma de abordar los estudios, Ruth reveló que, reconociendo que "las asignaturas de empresariales eran mi fuerte, sabía que la mejor manera de obtener los puntos que necesitaba era matricularme en todas las optativas del Leaving Certificate" (éstas se consideran como uno de los conjuntos optativos más fáciles, cuyos resultados contribuyen a la puntuación final). En las otras materias se desenvolvió bien porque consistían en:

    Aprender la fórmula de cada examen y practicarla incesantemente. Saqué un A1 en Lenguaje porque sabía exactamente lo que se pedía en cada pregunta. Lo descubrí a partir de las respuestas de ejemplo dadas por los examinadores y sabía cuánta información hacía falta y en qué formato en cada sección de la hoja. Así es como puedes desenvolverte bien en estos exámenes... No tiene sentido saber todas esas cosas que no entran en los exámenes. Los profesores que decían: Esto no tenéis que saberlo para los exámenes, pero os lo voy a decir de todos modos me frustraban siempre. Yo quería mi A1; ¿qué sentido tiene estudiar materiales que no aparecen en los exámenes?

    Este enfoque profundamente instrumental generó una rica correspondencia. Las cartas iban desde el horror ante un sistema educativo que hacía posible que una de las personas que habían obtenido mejores resultados en los exámenes se mostrara tan brutalmente despreciativa de una visión amplia del aprendizaje hasta los partidarios de ella, que elogiaban su sentido común al estudiar el sistema y su determinación y esfuerzo. A Ruth se le concedió el derecho de réplica y optó por sugerir que dirigieran su cólera hacia un sistema educativo fracasado y no a ella:

    Opté por no enfrentarme con el sistema, sino por jugar con él. Hice lo que tenía que hacer para alcanzar mis metas. Jugué, si quieren. Yo no llamaría utilitaria a esta actitud, sino realista. Ingresé en la universidad a estudiar las asignaturas que me gustan. Ya tendré el placer del descubrimiento en las asignaturas de empresariales y de economía.

    (Irish Times, 27 de septiembre de 2005.)

    Y a pesar de críticas como: Gracias a Dios, Ruth Borland va a ser actuaria. Me horrorizaría ver a alguien con su actitud ingresando en Medicina, quizá sea Ruth quien haya reído la última: acabó contratada por el Irish Times, en donde tenía una columna en la que daba consejos para la preparación de los exámenes.

    El desarrollo del argumento

    Este libro trata de cómo las evaluaciones configuran nuestra forma de vernos a nosotros mismos, igual que a Hannah y a Ruth: nuestra capacidad de aprender y el tipo de aprendices que somos. Pero no solo trata de tests educativos y exámenes. El argumento que sostengo es que estamos siendo configurados por otras formas de evaluación. Las más insidiosas son las que prometen revelar nuestras habilidades y aptitudes subyacentes. El ejemplo supremo de éstas es el test de CI, con sus presunciones históricas de revelar unas capacidades intelectuales innatas que poco pueden cambiar (Capítulo II). Ciertos movimientos, como el de las inteligencias múltiples, de Howard GARDNER, y el de la inteligencia emocional, de Daniel GOLEMAN, también definen quiénes somos, aunque puedan parecer más benignos. Pero estos también nos evalúan y nos clasifican como un tipo de aprendiz o de persona. En el Capítulo III, cuestiono algunas de las suposiciones que utilizan estos enfoques, como hago, en el Capítulo IV, con respecto a la evaluación de los estilos de aprendizaje.

    De qué modo puede configurar la evaluación lo que aprendamos y cómo lo aprendamos es el tema de los Capítulos V al VII. Ruth Borland ejemplifica cómo pueden convertirse las evaluaciones decisivas en un fin en sí mismas: lo importante son las calificaciones, no lo que se haya aprendido. Es lo que Ronald DORE llamaba Diploma Disease⁵, que, según él, es virulento en el desarrollo de economías en las que, para conseguir un trabajo, son necesarios unos niveles de cualificación cada vez más elevados. Examino el impacto de este tipo de rutina de exámenes en el Capítulo V y busco formas de mejorar la calidad del aprendizaje mediante evaluaciones de mayor calidad. Hannah tipifica el modo en que una cultura de rendición de cuentas orientada a objetivos configura también lo que se enseña y se aprende. En el Capítulo VI, reviso los efectos reductores y deformantes de los objetivos basados en los resultados de los exámenes. Sostengo que, aunque estos objetivos puedan tener ciertas ventajas a corto plazo, rápidamente se degradan a un juego con el sistema y debilitan el aprendizaje efectivo. Para limitar la influencia dañina de los tests orientados a una estricta rendición de cuentas, presento una visión diferente de lo que podría constituir una rendición de cuentas inteligente.

    Cómo puede utilizarse la evaluación para fomentar la enseñanza y el aprendizaje eficaces es el tema del Capítulo VII: Razones para alegrarse: La Evaluación para el Aprendizaje. Este enfoque incorpora la evaluación al proceso de enseñanza y aprendizaje, en vez de centrarse en lo que se haya aprendido al final del proceso (evaluación del aprendizaje). En el centro de la evaluación para el aprendizaje está la calidad de las interacciones en clase y examinaré algunos aspectos de su complejidad.

    El capítulo final recoge lo que hace falta para que la evaluación desempeñe un papel más positivo como ayuda para comprendernos mejor a nosotros mismos y para promover un aprendizaje más profundo. Esto implica otorgar un papel más modesto a la evaluación; una interpretación más cauta de los resultados, y un mayor reconocimiento de los elementos sociales e interactivos que intervienen, lo que nos lleva a ver cómo podemos ayudar a los aprendices a elaborar enfoques autorreguladores de la evaluación en los que ellos tomen sus propias decisiones sobre sí mismos en cuanto aprendices y en cuanto personas. Esto cobra cada vez más importancia dado que se preparan para un futuro desconocido en el que esas destrezas serán esenciales.

    ¿A quién se dirige este argumento? Los lectores en los que pienso se interesan personal o profesionalmente por la evaluación y es posible que les preocupen determinados temas, por ejemplo, el debate en torno a las inteligencias o con respecto a la influencia de los tests. Para quienes padecen la imposición acrítica de ciertas iniciativas, por ejemplo, la inteligencia emocional o los estilos de aprendizaje, ofrece un punto de vista alternativo sobre cómo interpretarlas.

    Esta obra toma partido, aunque muchos de los argumentos sean conocidos. No obstante, es oportuno replantear estas interpretaciones alternativas con el fin de cuestionar las afirmaciones de la psicología popular, de los planificadores y de los gurús que tienen la Respuesta, sobre todo cuando las afirmaciones se enuncian pero no se prueban. Espero dar un sentido más interrogativo a afirmaciones como: tenemos que organizar por capacidad, los tests elevan los niveles y eres un aprendiz cinestésico.

    No se garantiza de ninguna manera que los argumentos de este libro sean de fácil lectura. No obstante, he procurado hacerlos accesibles evitando la práctica académica de insertar copiosas citas en el texto, en apoyo de cada afirmación. En cambio, para quienes quieran estudiar alguna más a fondo, incluyo en el texto suficientes pistas para localizar las fuentes en la bibliografía. He utilizado también notas al final del capítulo tanto para desarrollar algunos de los puntos más difíciles de conocer como para mencionar las fuentes de ciertos pensamientos o evidencias. Acepto que esto resulte irritante para los colegas universitarios, que puedan reconocer sus ideas sin ver sus nombres en el texto.

    El poder de la evaluación

    La evaluación, en el amplio sentido de recabar pruebas con el fin de hacer un juicio, forma parte de la trama de la vida. Nuestros antepasados tenían que decidir por dónde cruzar ríos y montañas y cuándo iniciar los cultivos. El hecho de escoger el sitio para Stonehenge y la alineación astronómica de las rocas sigue siendo a día de hoy un impresionante ejercicio de evaluación.

    Sin embargo, lo que me interesa es la recogida deliberada de pruebas para hacer juicios específicos sobre personas o grupos. Allan HANSON define una prueba como una técnica representacional aplicada por un organismo a una persona con la intención de recabar información (pág. 19). Esta definición puede aplicarse más en general a las formas estructuradas de evaluación. Su valor como definición es que señala el carácter representacional de las pruebas; a menudo, una prueba sustituye y actúa como una metáfora de lo que una persona puede hacer. La adecuación de la metáfora (por ejemplo, hasta qué punto representa un test de personalidad el carácter de una persona) está en el centro de los argumentos acerca de la validez de la evaluación. Esta definición enfatiza también la dimensión social de la evaluación, incluyendo el poder que tienen los administradores de los tests sobre quienes los cumplimentan. Con frecuencia, esta recogida de información se basa en el supuesto de que los tests revelan verdades objetivas ocultas a la observación directa. HANSON lo discute:

    Estas suposiciones son erróneas. A causa de su calidad representacional, los tests miden la verdad tal como se ha estructurado culturalmente y no como algo que existe independientemente... Por su misma existencia, los tests modifican e incluso crean lo que pretenden medir.

    (Pág. 47.)

    Esta observación refleja uno de los temas principales de este libro, como hace la cita inicial de NIETZSCHE: que la evaluación configura quiénes y qué somos y no puede considerarse como una medida neutra de habilidades o destrezas, independiente de la sociedad. La evaluación del individuo es, paradójicamente, una actividad intrínsecamente social.

    Inventando personas

    El filósofo de la ciencia Ian HACKING ha elaborado un razonamiento más amplio acerca de cómo a veces, nuestras ciencias crean tipos de personas que, en cierto sentido, no existían antes (pág. 2)⁶. He optado por desarrollar aquí su razonamiento porque constituye un útil marco de referencia para comprender cómo puede la evaluación clasificar a las personas de tal manera que pueda considerarse después que esa clasificación representa alguna realidad objetiva. Evidentemente, las personas existen con independencia de las medidas y difieren de muchas maneras; lo que configura las identidades es la elección social de la forma de evaluarlas, clasificarlas y ordenarlas. Así, ciertas denominaciones, como disléxico, THDA y síndrome de Asperger, han pasado recientemente a ser de uso común, y hacemos presuposiciones acerca de las personas así denominadas.

    Uno de los ejemplos de HACKING es el descubrimiento de la personalidad múltiple en la década de 1970. Esto condujo a un rápido incremento del número de personas que mostraban el síndrome y del número de personalidades manifestadas (la primera persona tenía 2 o 3; al final de la década, el número medio era 17). Una serie de procesos sociales formaron parte de este desarrollo, cuyo resultado final fue la aparición de una nueva persona reconocible, la múltiple, con una identidad reconocible. Surgieron incluso bares en los que los múltiples se socializaban (uno podía encontrarse allí con montones de personalidades). HACKING propone un marco de referencia de cinco elementos interactivos que ocasionan este fenómeno:

    1. Clasificación. Esta conducta se asoció rápidamente con un trastorno, por ejemplo, el trastorno de personalidad múltiple (en la actualidad, trastorno de identidad disociativo, en el que ya no se prevé que los pacientes muestren unas personalidades completamente diferentes).

    2. Las personas. Son los individuos infelices/ineptos que expresarán esta identidad (o individuos afortunados, en el caso del genio).

    3. Las instituciones. Hay clínicas, programas de formación y congresos internacionales que se ocupan del trastorno (como hizo Oprah Winfrey con el trastorno de personalidad múltiple —TPM—, convirtiéndose así también en una institución mediática).

    4. Saber. Tanto el de las instituciones como el saber popular, por ejemplo, la percepción pública de que el TPM está causado por unos abusos sexuales precoces y que lo padece el 5% de la población.

    5. Expertos. Estos generan el saber, juzgan su validez y lo usan en la práctica. Trabajan en instituciones que garantizan su estatus y ellos asesoran acerca de cómo tratar a las personas que clasifican como pacientes del trastorno.

    HACKING también presentó el efecto bucle, que alude al modo en que los clasificados responden a sus nuevas identidades. Esto puede adoptar, en algún momento, la forma de oposición; así, los derechos de los gays tratan de recuperar el control de las clasificaciones legales que afectan a los homosexuales.

    Los mecanismos por los que entran en liza estas clasificaciones socialmente creadas son especialmente relevantes para mis argumentos acerca de los tests de inteligencia, las inteligencias múltiples y los estilos de aprendizaje (Capítulos II a IV), pues han seguido en gran medida el mismo patrón. HACKING los describe como diez motores de descubrimiento que impulsan este proceso: 1) contar; 2) cuantificar; 3) crear normas; 4) correlacionar; 5) medicalizar; 6) biologizar; 7) genetizar; 8) normalizar; 9) burocratizar; 10) reclamar nuestra identidad (pág. 10).

    Para dar una idea de cómo funcionan estos motores, utilizo su ejemplo de la obesidad, cuya incidencia ha aumentado espectacularmente en las dos últimas décadas. Ésta se cuantifica primero como un índice de masa corporal superior a 30 (contar, cuantificar), dándose después unas normas que identifican el peso inferior al normal, el normal, sobrepeso, y obesidad para cada edad (crear normas). Después, se correlaciona con la mala salud, por ejemplo, la diabetes. Esto va acompañado de los tratamientos médicos, químicos y quirúrgicos, para reducir el peso (medicalizar). Después buscamos causas biológicas, entre otras cosas porque libra de responsabilidad a la persona; así, la obesidad se convierte en un desequilibrio químico en vez de una opción personal. Ello conduce inevitablemente a la búsqueda de la base genética de la obesidad. Al mismo tiempo, se procura ayudar a la persona obesa a volver a la normalidad, en la medida de lo posible, mediante fármacos para reducir el apetito y programas para perder peso (normalizar). Con frecuencia, el motor burocrático tiene intenciones positivas, por ejemplo, la reciente introducción en la escuela de programas de control de la obesidad para descubrir a niños y niñas pequeños que ya sean obesos. La resistencia surge cuando el obeso empieza a sentirse perseguido y afirma que la gordura es buena, como el irónico Groupe de réflexion sur l’obésité et le surpoids (GROS) francés.

    Esta secuencia explica algunas clasificaciones educativas clave que han sido generadas a través de procesos de evaluación y sociales similares. Por ejemplo, el desarrollo de los tests de CI siguió precisamente esta trayectoria, hasta el punto incluso de que los primeros aplicadores de tests de CI crearon nuevas técnicas estadísticas (por ejemplo, técnicas de escalamiento y correlacionales) para desarrollar los motores 1-4. Después, el CI se biologizó y genetizó, dándole un fundamento fisiológico y considerándolo en gran medida heredado. Se incluyó, entonces, en el entorno escolar (motores 8 y 9), por ejemplo, la selección 11+, en el Reino Unido. La oposición surgió con el reconocimiento social de la injusticia de esta forma de selección.

    Palabras y significados

    Adopto un enfoque elástico de los términos clave. Evaluación, exámenes y tests tienen una cualidad intercambiable, aunque, en la práctica general, se considere que la evaluación abarca un conjunto de enfoques para la recogida de pruebas, mientras que exámenes se utiliza más para referirse a pruebas de respuestas escritas abiertas en condiciones estandarizadas y tests se emplea para referirse a preguntas con múltiples opciones de respuesta que se marcan para corrección mecánica. No obstante, el uso cotidiano en el Reino Unido es inconsistente: tenemos tests del currículum nacional que son exámenes y exámenes para la obtención de títulos que utilizan tests. A veces, yo uso test porque es estilísticamente adecuado, en vez de evaluación que probablemente sería más apropiado ⁷.

    Se observa una laxitud similar en torno a los usos de capacidad, aptitud e inteligencia. Yo considero intercambiables capacidad y aptitud, si bien capacidad es más general y aptitud, más específica: ser capaz de beneficiarse de la enseñanza de una asignatura concreta⁸. En Inglaterra existe el problema de que la selección de hasta el 10% de los ingresos en escuelas especializadas, que son casi todas las escuelas secundarias, puede basarse en los tests de aptitudes, mientras que los tests de capacidad no se permiten a causa de su resonancia emocional del CI. Un responsable de juzgar las solicitudes de selección ha comentado: una de las dificultades es que la ley utiliza estas dos palabras como si fuesen cosas diferentes y, en realidad, no lo son. Por si esto no fuese ya bastante complicado, las escuelas también incluyen en estos procedimientos el rendimiento antecedente, lo que le lleva a comentar que distinguir entre aptitud y logro era la clase de ejercicio a que se dedican los lexicógrafos cuando no tienen bastante que hacer⁹. Esto sirve para apoyar el argumento de este libro de que los tests de potencial son, en realidad, tests de logro. Pero, como soy crítico con respecto a la forma de entenderse la capacidad y

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