Voy a escribirte te quiero
en la piel de mis lágrimas,
para cuando salgan de mis ojos a sus ríos
y se evaporen en su mar,
al chocar desde mi voz
en tus orillas,
oigas te amo
desde el cuerpo de mi alma.
Decirte te quiero
no son dos palabras,
es un sueño
que nace del alma
y se hace realidad en tu cuerpo.
Entre fuentes de cristales
en los desiertos de mis rosas,
llamándote a mis jardines
con mis palabras en prosas.
Viento del rocío
de tus labios,
que a mi alma
da de beber del agua
de la niebla de tu querer.
Agua clara y cristalina de mi sed
que en mis labios se hace mar dulce,
como el sonido de tu voz donde
beber, es morir al vivir.
Eres el aire que necesito
para respirar.
Cada vez que veo tus ojos
florecen primaveras
en los míos,
pues no hay caminos con mas
luz que caminar por tus ojos.
Me gustaría amanecer
viendo el anochecer
dormirse en tu mirada.
Mirando al cielo,
porque, aunque en mis ojos llueva,
siempre veo una luz en la oscuridad
que me mira y me dice, que siempre estas
ahí, iluminando mi oscuridad,
donde duerme
la distancia, mi amor.
Esteban Regis Del Moral
