"Isla Negra alienta la subversión inherente a lo poético"
- Alteridad.- ISLA NEGRA se ha convertido en un referente imprescindible para la poesía editada digitalmente a nivel internacional, ¿qué pretende exactamente ese proyecto?
En este caso también se persigue la unidad que avecine y espeje o interprete la poesía que se está escribiendo en la actualidad en el mundo de habla hispana, principalmente. Que sirva para entender en dónde estamos parados y cuales pueden ser los rumbos de la poesía desde esta perspectiva.
Por eso su característica principal es la publicación de un amplio abanico, heterogéneo, de los poetas contemporáneos de todos los paises.
Creo que acercamos bastante la mirada en este sentido. Y más allá de cualquier ausencia aleatoria, vista en su generalidad, ofrece realmente un panorama amplio de Nuestro Hoy y Aquí en la Poesía.
Luego se suman los clásicos. Los maestros de la poesía, y entonces el resultado es un golpe de lámpara por la historia y la actualidad poética. No está mal. Sirve de disparador para que, cuando se lee un autor y se aprecia su obra, se estimula la búsqueda de información, el acceso al libro, en fin... creo que no está alejado este principio del que muchas publicaciones electrónicas se han establecido.
También -y hé aquí un punto interesante- Isla Negra sí se cuenta entre las pocas publicaciones que ponen un acento importante en la poesía social. Una temática que no es menor aunque ya poco se hable de ella. Y que tiene una larga, enriquecedora y sustancial historia.
Desde esta dimensión, entonces, Isla Negra también promueve la profundización del compromiso poético en todos sus órdenes. Alienta la subversión inherente a lo poético. Se abre a la expresión poética para conocer que sucede hoy y aquí en nuestros pueblos.
Aunque todo poeta se alza contra lo establecido, así lo establecido, sea la soledad, la angustia, el intenso frío que azota nuestras sociedades individualistas, aún se puede mucho más, se puede incluso disparar un big -bang que genere la idea que posibilite el cambio de un mundo que a pocos convence y que las mayorías padecen.
Yo sólo pongo la mesa, cocino y después lavo los platos.
Mi mujer, Giovanna Mulas, escritora italiana, se encarga de la coordinación de la version en italiano (Isola Nera) y la versión en lengua sarda (Isola Niedda) pero que aparecen de manera autónoma, aunque cruzamos, vía traducciones, algunos materiales continuamente.
De esta manera se da otra interacción que aporta mayor difusión a autores italianos en latinoamérica y autores latinoamericanos en Italia.
El poema debe estar bien escrito, debe llegar, emocionar, debe decir algo, debe dejarnos pensando, recreando imágenes e historias.
A veces hay poesías “a mitad de camino”, pero llevan un mensaje, hay vida en ellas, algo que se dice de otra forma, que refleja una labor interior, un ejercicio de la escritura, un oficio incluso, esas poesías son también una bisagra que aporta mucho en el invisible hilo conductor de cada revista, que a veces aparece caprichosamente, que a veces nos cuenta otra cosa a medida que va alargándose hacia el final de la publicación.
Cuando digo “bajo presión” se debe a que Isla Negra recibe una gran cantidad de colaboraciones de excelente nivel poético y cuesta hacer el trabajo de selección para cada número.
Cuando se desarrolla a lo largo de sus páginas una temática conductora de tipo social, la poesía de temáticas menos complejas para el trabajo de digestión, por decirlo así, de parte del lector, la paisajística por dar un ejemplo no muy felíz, dan mucho de sí para hacer una pausa en el ritmo, distraer las tensiones, recargar de espacios al lector.
Comenzó por ofrecer los textos de lectura de un programa de radio que hice en 2004. Así nació, por la demanda de la audiencia de obtener esas poesías y cuentos breves que se leían en el espacio de medianoche. Textos por otra parte que no es común verlos en las librerías o en los estantes de las bibliotecas. Semana a semana la cantidad de suscriptores crecía abiertamente y comenzó a incluir más textos y colaboraciones y se convirtió en una revista digital.
La revista tuvo en su primera etapa entonces una tarea complementaria a un programa radial.
Con pocas páginas (10-15) y reducida a territorio bonaerense, aunque muchos amigos del exterior la recibían entonces.
Podría identificarse una segunda etapa, cuando creció lo suficiente para echar alas e independizarse, en el 2005, allí aumentó al doble de páginas y comenzó a circular a nivel nacional e internacional.(ya no existía el programa radial). También este año sale en otras lenguas.
Comienza las versiones en italiano y en sardo que te comentaba antes, y la versión en portugués que durante un año editamos junto a la profesora Amelia Pais, de Portugal.
En el 2007 sumó un blog complementario, http://isla_negra.zoomblog.com, para cumplir con la difusión de los materiales poéticos que por una cuestión física es imposible publicarlos en la revista. El blog también sufrió crecimientos a tal punto que incluye tantas otras temáticas y llega a más de 150 mil páginas leidas al mes, lo que hace que tengamos otro espacio de interacción abierto y en constante desarrollo.
A esta altura del 2010 se encuentra asentada, madura, pero no realizada. La realización sería admitir que se ha llegado a alguna parte y ya se puede descansar un poquito, y en realidad nada de esto ocurre. Como la poesía misma, Isla Negra es un camino que se hace al andar... caminante no hay camino...
No me resultó extraño luego al comenzar la adolescencia encontrarme por las noches escribiendo en un cuadernito.
Y !qué poeta me sentía entonces! Lleno de palabras, verdades, profundidades que ni siquiera conocía pero podía describir apenas con un lápiz.
Si bien leía todo lo que tenía a mano, no fueron en realidad aquellos poetas quienes me influenciaron. Cuando comencé a entender lo que me rodeaba, fue la poesía quien me lo había explicado antes.
La extrema pobreza de los chicos con los que jugaba al futbol en el barrio ya la había sabido con Elvio Romero. Por citar un ejemplo. !Y esas imágenes en mí comenzaron a despertar tantas preguntas!
También fueron esos años 70 un aire propicio. De las mismas canciones que cantábamos se desprendía lo poético. Fue una sociedad, la Argentina de entonces, profundamente culta, dinámica, llena de libros. Todo el mundo leyendo el periódico en el tren a la mañana. Pasaban los vendedores de libros casa por casa y vendían en cuotas. Y te encontrabas con colecciones de narrativa, de poesía, a precios bajísimos, tan bajos, que todo ese caudal de misterios y esencias necesarias quedaba allí, al alcance de la mano.
Comprar un libro era algo tan natural.
Los suplementos de los diarios traían páginas enteras de poesía, cuentos, comentarios y críticas.
También las editoriales hacían colecciones económicas, populares, al alcance de todos. Y en mi familia bien proletaria nunca fue tan complejo comprar un libro.
Con mis primeros trabajos me gastaba todo en librerías y disquerías. Es una costumbre que aún conservo.
Se trataba de viajar a Buenos Aires y caminar por Avenida de Mayo, por Lavalle, por Corrientes, y allí estaban, una al lado de la otra, inmensas librerías donde se podía estar todo un día sin darse cuenta.(algunas quedan).
Y las mesas y estanterías de poesía llenas de titulos, de autores impresionantes! Parece un relato fantástico.
Si existía en mí esta locura, regada con buenas aguas por mi familia, prendió fuerte también porque hubo un contexto que la apoyó incluso fuera de mi casa. Quien no tuviera ese incentivo doméstico lo encontraba afuera, sin duda.
Y después llegó la dictadura militar. Y en vez de libros: la hoguera.
Y después llegó Poesía a jugar a las escondidas en mi vida. Creo que a medida que la madurez me fue ganando las urgencias la Poesía encontró más espacio para respirar. Pero esto es otra historia.
Creo que más alla de la formación que ofrece la lectura, particularmente en el poeta es el mundo, sus alegrías y tragedias, lo cotidiano y su naturaleza lo que hacen el verdadero trabajo de formación. Es una “sensibilidad” que se canaliza a través de esta herramienta para sobrevivirnos.
Y es el amor, sobre todo, el que contiene y da sentidos.
Y así la poesía adquiere desde la raíz la dimensión universal que es el hombre en su sentido más amplio.
Es todo aquello que siento quiero y debo decir. Y también es una herramienta, la más bella herramienta, para transformar la sociedad. Hacia ese objetivo superior debe encaminarse el oficio del poeta.
Sostengo que todas las formas y estructuras preestablecidas en la poesía son rejas que imponen cánones inútiles. Sobre todo para los tiempos que corren.
Lamento que haya formas tan estrictas como el haikú, por ejemplo. Aunque los poetas han sabido quebrar las dictaduras de sus formas – no sin tantas polémicas-.
La respiración debe soltarse con fluidez, en ella va el mundo (interior y exterior) del poeta y no debe anudarse jamás. Entonces la Poiesis. Palabrita fabulosa. Esa tonalidad en ese justo instante de la creación, ese gusto que queda en la boca, el rostro familiar de quien jamás vimos ni en fotos, una cierta presencia en sustancia plena y original que no se repite, que nunca se repite y que llega en ese manojo de versos desde lo profundo de un tiempo cuya dimensión nos excede y también nos da pertinencia y nos pertenece.
Ya tenemos tantos precipicios que afrontar, noches cerradas, aguaceros de fuego, hambres y heridas que se abren paso en la carne sin respiro.
¿Cómo llega la poesía en mí? Viene la metáfora, establece sus alianzas secretas, corre, se esconde en otra metáfora, salta de una palabra a otra y se confunde, se suma a sí misma y se sintetiza, se juntan en racimo y apenas se sugieren en una palabra, en un verso impensado.
Y todo eso, finalmente, lo escrito, apenas es lo que pudimos salvar del naufragio con el apuro del lápiz.
Sigo escribiendo a mano, manuscritos que luego paso pacientemente y sigo trabajando. A puro martillo y cincel lo que era ya no es, mutó, se perfiló hacia otro ángulo, profundizo la idea original, el sentido, la esencia de la que siempre ha estado hecha.
No hay manual que pueda explicar el acto creativo. De nada le serviría a los japoneses una larga entrevista con los cien poetas que ocupan el privilegiado sitial de la maestría poética. Podrán leer miles de arts poéticas, analizar a fondo cada verso, cada vocal invisible, marcarle acentos a los ritmos, contar palabras, hacer estadísticas, numerar los diptongos.
Será inútil.
¿No es maravilloso?
Sobre el origen y la poética:
Origen
No he partido de severos bronces de papel
ni clandestinas lecturas bajo titubeante lámpara,
esa complicidad de lentas voces
que derrama sus bordes en el canto de los grillos.
No fue en el recodo de un verso que
de la mano me llevó por su fuego urgente. No supo de mí
yo no la supe sino hasta que una hora exacta
rayo a mis espaldas desatada bestia o canto de pinos
me enseñó a nombrarla.
Fue grito o lluvia que escondía sus pianos en otro cielo
algún país donde no cabía tanto mar o río desangrando
una palabra rota que me ocupó las manos
hasta hacerse barco o pájaro, otra mano en la ronda.
Hasta que disparé mi primera pregunta y vi
recién entonces
la agitación del silencio caido en medio de la noche
herido como yo, temblando
en el filo de una interrogación infinita.
Agregado.
- Un agregado, y es que, como ya tú sabes, estamos a pocos semanas del IV Festival de Poesía “Palabra en el mundo”, lectura casi simultánea de poesía “En todas partes” a realizarse entre el 20 y 25 de mayo próximos, que permite no sólo a los poetas, también a los artistas en general, a docentes, conductores de radio, periodistas, lectores, etc, de participar formando parte en su pueblo o ciudad.
Es una manifestación inédita, plural, libre, en donde todos somos artífices y responsables.
A través de tu excelente página invitamos a todos los lectores a sumarse, organizando desde una pequeña reunión casera entre vecinos hasta un recital multitudinario en un estadio, todo suma, plazas y bares, las bibliotecas y los supermercados, teatros y centros culturales, los atrios de iglesias, paseos públicos, las vidrieras comerciales, programas de radio y tv, las páginas de los diarios.
Poeta y periodista argentino. (Morón, provincia de Buenos Aires, 15 de enero de 1958.)
Reside en Lanusei, Sardegna.