Parábola para Sandro
Por Daniela "Afila" Blasquetche
Contra toda la prognosis médica, el imitador argentino de Elvis Presley, sobrevivió a un trasplante masivo de visceras. Cambió su "corazón gitano" por el de un joven de 22 años al que nunca le revolearon bombachas y soutienes, y sin embargo no pudo evitar con una verónica pelviana final, la cogida de la muerte toruna. Ahora vendrán las exageraciones: velatorios populistas, odas a su estilo bizarro y otras expresiones para avivar el fuego (dame, dame fuego...) del mercadeo musical. El otrora cantante butiroso, reciclado durante los '90 en galán maduro, pasa a la imortalidad burlándose de todos.