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miércoles, 21 de julio de 2010

Los años te cambian la forma de pensar

Es curioso como nos cambia el tiempo, además del proceso de maduración propio de cada persona existen otros cambios de ideales, pequeños detalles en algunas ocasiones, en otras cambios radicales.

Ayer iba con mi sobrina por la calle y de repente me preguntó: "¿tú qué querías ser de mayor cuando eras pequeña?". Y empecé a retroceder en mi memoria unos cuantos años hasta que encontré el primer recuerdo de lo que quería ser. Nada más ni nada menos que pastelera (siempre me han gustado los dulces y con los años voy aprendiendo a cocinarlos). La alternativa era ser cantante, ¡y eso que no existía Operación Triunfo!.

Pastelera o cantante... me resulta gracioso pensarlo, además de que esa idea fue cambiando con el paso del tiempo a diferentes profesiones. Pero nunca quise ser princesa, como es el sueño de todas las niñas, ¿espiritu rebelde?.

Mientras divagaba entre mis recuerdos surgió una idea que tenía durante años: el éxito de la felicidad consistía en tener un trabajo, casarme y tener hijos. Me ponía como edad para casarme los 27 años, e incluso hice un pacto con un amigo de que si a esa edad ninguno de los dos teníamos pareja nos casábamos juntos (nunca se cumplió, debimos "olvidarlo"...)

Según fueron pasando los años esa idea cambió, el éxito en la vida no consestía en seguir unas reglas y lo que se espera de uno. Se puede ser igual de feliz sin casarse y sin querer tener hijos, y si sucede, que sea cuando tenga que ser, no por cumplir una edad o porque sea lo establecido por la sociedad. Uno tiene que ser feliz sin ataduras, sin clichés.

Quizás algún día tenga un buen trabajo, me case y tenga hijos, pero de momento no lo necesito para ser feliz, sentirme tranquila y equilibrada en la vida.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Crisis del cuarto de vida

pLe llaman la 'crisis del cuarto de vida'. Te empiezas a dar cuenta que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años.

Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo, estudios, pareja, etc...

Y cada vez disfrutas más de esa cervecita que sirve como excusa
para charlar un rato. Las multitudes ya no son 'tan divertidas'... hasta a veces te incomodan.

Y extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos, de socializar con la misma gente de forma constante.

Pero te empiezas a dar cuenta que mientras algunos eran verdaderos amigos otros no eran tan especiales después de todo.

Te empiezas a dar cuenta de que algunas personas son egoístas y que, a lo mejor, esos amigos que creías cercanos no son exactamente las mejores personas que has conocido y que la gente con las que has perdido contacto resultan ser amigos de los más importantes para ti.

Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor. Te rompen el corazón y te preguntas como esa persona que amaste tanto te pudo hacer tanto mal.

O quizás te acuestes por las noches y te preguntes por qué no puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer conocerlo mejor.

Pareciera como si todos los que conoces ya llevan años de novios y algunos empiezan a casarse. Quizás tú también amas realmente a alguien, pero simplemente no estás seguro si te sientes preparado para comprometerte por el resto de tu vida.

Los ligues y las citas de una noche te empiezan a parecer baratos, y emborracharte y actuar como un idiota empieza a parecerte verdaderamente estúpido.

Salir tres veces por fin de semana resulta agotador y significa mucho dinero para tu pequeño sueldo.

Miras tu trabajo y quizás no estés ni un poco cerca de lo que pensabas que estarías haciendo. O quizás estés buscando algún trabajo y piensas que tienes que comenzar desde abajo y te da un poco de miedo.

Tratas día a día de empezar a entenderte a ti mismo, sobre lo que quieres y lo que no. Tus opiniones se vuelven más fuertes.

Ves lo que los demás están haciendo y te encuentras a ti mismo juzgando un poco más de lo usual porque de repente tienes ciertos lazos en tu vida y adicionas cosas a tu lista de lo que es aceptable y de lo que no lo es.

A veces te sientes genial e invencible, y otras...solo, con miedo y confundido.

De repente tratas de aferrarte al pasado, pero te das cuenta de que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando.

Te preocupas por el futuro, préstamos, dinero... y por hacer una vida para ti. Y mientras ganar la carrera sería grandioso, ahora tan solo quisieras estar compitiendo en ella.

Parece ser un lugar inestable, un camino en tránsito, un desbarajuste en la cabeza... pero TODOS dicen que es la mejor época de nuestras vidas y no tenemos que desaprovecharla por culpa de nuestros miedos...

lunes, 12 de noviembre de 2007

Enfado o decepción, una de dos

Ya no tengo deseo porque han roto mis alas.

Adiós a las mariposas, se fueron volando... o quizás las mataste.

No lo entiendo, ¿qué es lo que pasa?.

Llegó el otoño y con él cayeron las ojas, pero han caido más cosas... mis ánimos, mis ganas, mis perspectivas de futuro... Igual que el árbol piende sus hojas yo pierdo la ilusión.

¿Qué fueron de aquellas noches en las que lo deseaba?

viernes, 26 de octubre de 2007

Estados de ánimo

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía, es mejor vivir
con la alegría de los hombres,
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto,
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Un hombre sólo, una mujer
así, tomados de uno en uno,
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti,
cuando te escribo estas palabras,
pienso también en otros hombres.

Tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas,
que les ayude tu alegría,
tu canción entre sus canciones.


(Escuchando MAD WORLD de Michael Andrews)