24.3.13

LA LADRONA

Tiene la desdicha de no reconocerse en los pregones que le dedican. Alguien debió usurpar su personalidad, un hurto en toda regla y rito que debería castigarse con la lluvia eterna. Cien años de perdón para el robo a un ladrón. Por eso ella sisa a sus habitantes muchas de sus posibilidades: se vuelve esquiva entre rincones que no salen en los planos, escupe los azahares que pregonan los obsesivos, oculta su belleza entre muros blancos y rejas de silencio, se muestra huraña a sus presuntos conocedores, y castiga con el ripio a los que alardean de ser sus cantores. Alguien debería detener a esa ladrona de las esencias que aparecen en los programas de mano. Durante una cuarentena anual castiga a sus vecinos con signos equivocados que a unos obesiona, a otros confunde y a muchos enloquece: creen haberla conocido pero, una vez más, les ha hurtado la verdad. Pero la verdad llega. Desnuda y libre, aunque se empareje con la mentira. Así es la ciudad bifronte que un día cualquiera se crucifica sobre un monte de rojos claveles sobre hojarasca barroca. Ella es libre y libre se crucifica junto al más Justo. Su cara más pérfida se cuelga enfrente, pero no se atreve a mirar al Gran Poder vivo que tiene a su lado. A sus pies llora la más señora de todas las putas. Espera un manto azul que la cobije. Y la ladrona sólo atiende la voz de la verdad del Dios que le habla. Nunca se muestra la ciudad tan arrepentida de sus robos. Nunca se la ve tan confortada. Nunca una felicidad es tan plena como la de esta ladrona en el monte Tabor del Viernes Santo. Crucificada en un madero, oyendo al Maestro, la ciudad sabe que ha llegado el tiempo de su plenitud: “Verdaderamente hoy estarás conmigo en el paraíso”. 
ABC, 21 Marzo 2013
 

15.3.13

TIERRA DE NADIE




Desde pequeño, los profesores le insistieron: no llegas por muy poquito. Unos le decían que no valdría para el Bachillerato y otros que no llegaría a la Universidad. Un eterno límite. Pero llegar, llegaba, aunque no creyeran en sus capacidades...
En estos días siente que vive en un límite constante. Y llega a pasarlo mal. Porque, en cuaresma de corporativismos, todos lo ven como un sujeto negativo: éste, no es de los nuestros. En la casa hermandad escucha la tantálica frase que es rito no estudiado: la hermandad está abierta todo el año. Y se lo dicen mientras le cierran la puerta en las narices. Pero con la papeleta en el pecho sabe que llegar, llegará, aunque en el camino se encuentre un vía crucis de recordatorios. Los litúrgicos le recordarán su ausencia en el Quinario. Los eruditos remarcarán que no conoce a los autores de los respiraderos del palio. En la tienda de capirotes marcarán las medidas de su desconocimiento. Los teólogos de salón lo catalogarán como un relativista moral, un sujeto dominado por el laicismo imperante o un seudofolclórico sin copla que se precie. Los talibanes de sacristía denunciarán su supuesta superficialidad y la vaguedad de sus creencias. Los revolucionarios de  brasero y pecé de diseño lo tildarán de capillita rancio, modelo del atraso secular de la ciudad. Sólo el sabe que llegar, puede llegar, y que capacidades le sobran para sentir a Dios, en la tarde y en la noche; para orar, en el blanco y en el negro; para la emoción, en el silencio y en la música. Se ha puesto un capirote por montera y puede llegar a entender el mundo. Aunque sólo sea un día. Aunque lo llamen capirotero: una pieza angular de la Semana Santa. Un respeto.  

ABC 14 marzo 2013

13.3.13

LA FE NACIONAL




Invitado a las charlas cuaresmales por el año de la fe, el conferenciante decidió leer al auditorio un texto cargado de historia. Decía así:
"Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta…  llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos (...) No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos…” Poco a poco se fueron levantando los asistentes al acto, unos justificándose por un culto de su hermandad, otros por una mudá, y otros quejándose de que el conferenciante mezclara la política con la religión. Pocos se enteraron de que el texto provenía de un libro titulado “La fe nacional”. Lo escribió un tal Benito Pérez Galdós, el de la calle del Sopa de Ganso que ahora quieren cerrar. La ciudad y el país se parecen cada vez más a la Libertonia de los hermanos Marx…

8.3.13

HERMANO MAYOR



Año 2030. Había precedentes, pero nunca pensó que le tocaría. Cuando  llegó la carta que confirmaba la desaparición de su hermandad, el ya no tan joven hermano mayor lloró amargamente. Pensó, como tantas veces en su vida, reclamar a Palacio, pero la oficina virtual del delegado diocesano lo tenía bloqueado como usuario. Ya reclamó su santa madre cuando suspendió cinco asignaturas y le dieron el título. Reclamó el Bachillerato y se lo concedieron. Y la carrera de Derecho. Experto en demandas, pleiteó con los que quisieron poner música al palio. Y por lo menos consiguió retrasar la decisión y hasta tres polémicas entrevistas en las mejores revistas digitales de la época. Aunque lo mejor fue la impugnación de la candidatura opositora: un carnet mal empleado, dos papeletas borrosas, un censo mal ordenado e… impugnación ganada. Llegaba a la hermandad el hermano mayor JASP, el que transformaría la corporación en la más mediática de las cofradías. Para ello no dudó en debatir en Salsa Rosa Cofrade, en medirse con el hermano mayor que lo quería poner firme,  en saltar el trampolín junto a Falete, en pleitear con los tertulianos del Sálvame penitencial, porque él por su hermandad ma-ta. Y la mató. Una deriva de años. Reinventó los siglos, saturó la oficina de pleitos, cambió los Sagrados Titulares, reformó los bordados, protagonizó doscientas portadas de boletines, martirizó a sus nazarenos con los más interminables y sevillanísimos itinerarios y hasta pregonó la Semana Santa. De nada le sirvió la procesión extraordinaria  con la que celebró la llegada del hombre a Marte. La suya fue la crónica de una muerte anunciada. Haciendo memoria, una crónica marciana. 
                                                        ABC Sevilla 7 marzo 2013

6.3.13

LA LISTA NEGRA




A su instituto ha llegado el inspector y ha pedido una lista. No ha preguntado por las necesidades materiales del centro, ni por las bajas sin cubrir, ni por las clases saturadas de alumnos. Ha pedido una lista de los profesores que suspenden a más del 50% de sus alumnos. El profesor ya se imagina haciendo informes de adaptación, de diversificación o de capacitación, palabrería varia de la dictadura seudopedagógica que gobierna la educación. Si no baja el número de suspensos no hay problemas. Ya sabe que en un centro de Bormujos se ha dado el título a un alumno con cinco suspensos. Total, que más da. Y no es el único. En otro centro de la provincia se ha concedido el título de Bachillerato a una alumna con cuatro suspensos. Que más da. El profesor duda y pregunta a sus alumnos. Fulanito ¿Dónde nació Velázquez? Ni idea. Sólo lo supo un alumno de treinta. ¿Y Cristiano Ronaldo? Hombre, en Madeira… Y el profesor piensa que no es cuestión de derechas ni de izquierdas, que esto no se solucionaba igualando en la mediocridad y mucho menos recortando en presupuestos y profesores. Unos lo pregonan desde Madrid y otros actúan de mamporreros desde la Junta. Y el alumno cada vez más analfabeto. Mejor, así no se plantea su voto. Así se le manipula mejor. Pero el inspector no se dará cuenta de que la lista negra es la de la educación española. Nos la estamos ganando a pulso. 
                                       Minuto de oro en ABCPUNTORADIO

1.3.13

EL RUMANO


En una oscura esquina ha vomitado la incompresión de sentirse en una tierra extraña. Interrogado por demasiadas palabras que se lleva el viento de la madrugada, sólo sabe responder con la mirada. Parece fuerte, pero lo ves arrastrando tanta miseria que puedes imaginarlo derrumbándose de un momento a otro. No sabes si el peso que carga lo está matando a cada paso que da o le da sentido para seguir avanzando. Aparece cuando menos te lo esperas y sabe actuar en silencio, que su lengua no es de estas tierras y muchos no entienden otro idioma que el de su propia vanidad, la que no soporta a este extranjero con olor a madera antigua y podredumbre humana, la que no es capaz de aguantar la mirada de un retrato tenebrista con uñas y manos llenas de la mierda de un mundo que aspira a la máxima higiene. No es decoroso, dicen. Aunque lo quiera evitar con humos extraños no huele bien, argumentan. No hay que fiarse, sus brillos serán parte de un robo de cobre, llegan a pensar. Y los fariseos de la legalidad se dan golpes de pecho en su cara, recordándole leyes, reglas, normas y preceptos; escupiéndole a la cara que es un extranjero y debe adaptarse a las normas del país que lo acoge.  Pero él carga con todos esos pesos, con las basuras, las miserias y hasta con las culpas de los demás. Se lo traga la noche de cada día entre orines de sociedad bienpensante e inmundicias de desahuciados sin pesebre. Un extranjero en corazones cerrados. Su permiso de residencia lo nombra como Enmanuel. En la comisaría, alguien hace la traducción con desgana: “significa que Dios está con nosotros”. Por San Lorenzo, sólo los limpios de corazón saben besarle las manos.