Lunes, hace frío fuera aunque luce el sol. Por fin, luce el sol a la hora de emprender camino al trabajo.
Trabajo, del bueno, por fin. Temporal. Pero bueno.
Casi finalizado. Casi iniciado. Casi totalmente disfrutado.
Los ratos felices multiplicados por infinito. Los malos se reducen a menos de la mitad. Increíble pero cierto. Los nubarrones sobrevuelan, pero parecemos preparados para cualquier tormenta.
Y el brotecito verde que intenta crecer en las jardineras sigue ahí, contra viento y marea, parece no importarle la falta de lluvia de los últimos meses, o las heladas mañaneras que lo han acompañado. Nada, ahí sigue, impasible, contagiado aparentemente del mismo virus que nosotros.
Tengo ganas de reírme, y sin embargo contengo las carcajadas, como si un exceso de optimismo fuese una acto obsceno, como si la apariencia de inocente risueña fuese algo prohibido en estos momentos de ira general...yo hago honor a mi nombre...realmente soy Ira...Low