Aquella despedida llenaron mis ojos de lágrimas, un enorme vació me invadió por dentro.
Era una despedida definitiva, aunque yo no lo sabia en aquel momento.
No volvería a ver sus grandes y bellos ojos, azules como el mar que miraban con un aire de magia y misterio, no oiría su voz contundente pero llena de dulzura, ni escucharía pronunciar mi nombre en su boca,seria mi ultimo café en su compañía.
Sus brazos me envolvieron con cariño como cuando era una niña,sentí que parte mi se quedaba allí pero era mi destino, debía seguir mi vida lejos de aquel lugar en el que había pasado mi infancia y porte de mi adolescencia,jamas pensé que no volvería a verle ,que emprendería su vuelo como las golondrinas.
Me hubiese gustado estar con el, en el momento de su partida, cogerle de la mano para que no tuviese miedo y susurrarle al oído lo fantástico que era el lugar al que se dirigía, un jardín rodeado de grandes arboles, un gran lago tan azul como sus lindos ojos, con hermosos cisnes de largos cuellos y elegantes movimientos, niños vestidos de marineritos de impoluto blanco y destellos dorados con algodones de azúcar y piruletas de fresa, bellas niñeras altas y delgadas pasean a sus bebes por el parque, rodeadas de atractivos soldados perfectamente atabillados con el uniforme militar , un sonido de violines armoniosos , todo eso rodeado de una paz maravillosa sin dolor con mucho amor.
Todos sus amigos y familiares vendrían a buscarle para ayudarle en el camino y llevarle a ese lugar, donde siempre brilla el sol, lleno de flores de lindos colores,donde huele a primavera, donde el invierno no llega y el sol calienta los corazones.Así(imagino el paraiso)
Pero jamas tuve la oportunidad de decirle todas esas cosas, ni siquiera me despendí, no se, si me extraño en sus últimos momentos, pero eso nunca lo podre saber.
Mi padre era un hombre bueno, que ayudaba a los demás y eso lo he comprobado en muchas ocasiones, cuando yo era pequeña venia a mi casa una señora muy bien arreglada, recuerdo que era mayor pero atractiva, ella venia a visitarnos todos los verano y siempre con un paquete muy bien envuelto, un día pregunte a la señora que por que nos visitaba cada verano y nos obsequiaba con un regalo y ella me explico que su marido había estado muy enfermo durante años, no tenían dinero para comprar un televisor, (en aquella época nadie tenia televisor, era un lujo que no podíamos permitirnos)pero era la ilusión de su pobre marido enfermo, un día ella comento esto con alguien y mi padre lo escucho, al día siguiente un enorme televisor el mas grande que se había fabricado por aquel entonces llego a aquella casa cumpliendo así el deseo de su marido.
Ella estaba muy agradecida por aquel gesto de mi padre, su marido murió tras diez años en cama, pero su deseo le fue concedido gracias a mi pobre padre, que aun no se como pagaría aquel gesto tan noble, por eso ha dejado en mi una huella imborrable que no olvidare mientras viva.
Geni
PARA MI PADRE UN GRAN HOMBRE.