El cometido del 15-M

Continúo con mi entrada anterior.
Precisamente por el desprecio absoluto de nuestros políticos hacia cualqueira d elas reglas de una auténtica Democracia es por lo que yo puse amplias esperanzas en el movimiento  del 15-M.
Pero me parece que no han tenido la amplitud d emiras suficiente como para centrarse en lo principal, regenerar toda la vida política nacional, y se han dedicado a perseguir metas mas o menos loables, pero a todas luces muy secundarias.
A mi entender hace falta un movimiento ciudadanos que persiga primeramente el cambio del reglamento político nacional, la regenaración de nuestra Democracia y el establecimiento de un sistema que respete la soberanía popular. Sin esto, cualquier pequeño logro que se alcance (en temas fiscales, sociales, finiacieros, etc...) quedará diluido en breve por la propia trama política corrupta.
El 15-M o cualquier otro movimiento ciudadano tiene que fomentar la aparición de iniciativas políticas que presenten como único programa la modificación del status quo actual. Es decir: acabar con el bipartidismo.

De vuelta al tajo

Vuelvo al blog hoy, que es el aniversario del movimiento 15-M, en el que tantas esperanzas puse hace un año, como ciudadano harto e indignado que soy. Pero me parece que un año después este movimiento ni ha conseguido nada en la política española ni ha encarrilado el camino correcto.
Me explicaré.
Tras el 15-M ha habido varias importantes elecciones: las municipales y autonómicas de mayo, las nacionales noviembre y las autonómicas de marzo 2012 en Andalucía y Asturias. Pues bien, en todas ellas el bipartidismo ha siendo la tónica política general: la Democracia sigue secuestrada por varios partidos grandes a los que poco importa ni el bienestar de la ciudadanía ni la soberanía popular; sólo les importa su cuota de poder. Y son muy conscientes de que ese poder puede ser mucho aunque estén en la oposición. Existen infinidad de cargos electos entre diputados nacionales y autonómicos, senadores y concejales como para satisfacer a los que ya están en el poder, aunque no esté en el gobierno de turno.
Esto es tan claro, que se ha visto expresamente en el caso de Asturias: el PP se alía con el PSOE para derribar a sus compañeros ideológicos, el FAC. ¿Por qué? Pues está claro: Alvarez Cascos le puede quitar al PP algo que ni el PSOE le puede quitar: el pan de la boca.
PP y PSOE saben que se repartirán, en más o en menos, los cargos existentes; pero si entra un advenedizo (el FAC o UPyD), entonces les pueden quitar los cargos que les corresponden incluso en la oposición; y esto sí que no pueden consentirlo, antes se alían con su enemigo natural.
En las elecciones Andaluzas, el bipartidismo ha gastado otra broma a la democracia y a la ciudadanía: el electorado se vuelve hacia la derecha con una victoria del PP, pero el gobierno autonómico gira hacia la izquierda al tener el PSOE que entregarse en manos de IU.
En el fondo, es que a nadie le importa la ideología -ni la propia ni la ajena-: solo importa la cuota de poder para seguir chuleando al "pueblo soberano"

Aniversario de la Constitución

Creo que es un buen día para plantearse con valentía los retos de nuestra Constitución.
A la vista de lo que ha podido hacer un sólo presidente en 8 años, creo que se deberían replantear muchas cosas e introducir límites para que en el futuro una sola persona no pueda dar al traste con el trabajo de toda una nación.
Estos treinta y tres años nos han servido para valorar las bondades, defectos y carencias de la Constitución; y ya va siendo hora de platear las reformas que sean convenientes, teniendo en cuenta el consenso de la mayoría de la población, no los intereses de algunos grupos marginales.
A modo de ejemplo, creo que deberíamos replantear lo siguiente:
Si queremos seguir siendo España o una federación de comunidades.
Si queremos seguir anclados en el siglo XIX con la Monarquía o queremos una república presidencialista como en EEUU.
Si el Senado sirve para algo o solo es un gasto más.
Si existen o no suficientes controles del pueblo sobre los políticos, especialmente los corruptos.
Si a los jueces y fiscales los tienen que nombrar los políticos o el pueblo.
Si la ley electoral es auténticamente democrática o está al servicio de los políticos que ya han alcanzado el poder.
Si hay auténtica separación de poderes o, por el contrario, el poder se acumula en una sola persona: el presidente de turno, que también lo es de su partido y, por tanto, controla el Congreso.
Y así, un largo etcétera, que muchos podrían incrementar.
Ojalá Rajoy tenga agallas para plantear todo esto seriamente; pero hasta ahora la única reforma, sin consenso ni referéndum, ha sido para acatar una norma de la CE. Es curioso que nuestra Constitución nos sea reformada por terceros...

Las injusticias de la Ley Electoral

Para la Ley electoral actual no todos somos iguales; y por eso no todos los votos valen lo mismo.
Sigue este enlace si quieres saber cómo hubiese quedado el Parlamento con una ley en la que la representación fuese proporcional al voto:
Parlamento proporcional.
Tenemos que cambiar este estado de cosas; pero nos va a costar, porque lo tiene que cambiar el que ha sido su principal beneficiario, el PP.

Estamos en campaña

En España estamos en campaña electoral y es el momento de poner en práctica nuestras exigencias de auténtica Democracia. ¿A quién vamos a votar? ¿A los partidos de siempre, que tienen secuestrada nuestra Democracia y que han puesto una barrera más para que otros puedan presentarse?

Es el momento de revisar a fondo todas las candidaturas, de comprobar si proponen una auténtica regeneración democrática, si sus candidatos están dispuestos a renunciar a los privilegios injustos que los políticos han ido acumulando.

Y ya de paso, vamos a comprobar si proponen una salida de la crisis en beneficio de los poderosos financieros que la provocaron o prefieren ayudar la más débil...

Los indignados, los hartos, los auténticamente demócratas no podemos seguirles el juego una vez más a los infames políticos que nos mangonean: ojalá después del 20-N haya muchos partidos nuevos representados en el Parlamento.

¿Y después del 20-N, qué?

Parece seguro que el Partido Popular ganará por mucho las próximas elecciones. Incluso se da por seguro que obtendrá la mayoría suficiente para gobernar e intentar sacarnos d ela crisis. Esta es la esperanza de muchos españoles, incluso de muchos que no le van a votar; pero que esperan aprovecharse de la buena gestión de  estos políticos. Ojalá sea así...

Pero la realidad es que el Partido Popular va a ganar las próximas elecciones más por castigo a la mala -pésima- gestión del PSOE que por los méritos propios. Igual que lo que ocurrió con Zapatero cuando ganó en 2004 porque la ciudadanía quería castigar a Aznar y su empeño en la guerra de Irak: se votó a un perfecto desconocido, sin mérito alguno, para fastidiar al contrario.

Pues bien, yo me pregunto: cuando se vea que el PP no nos saca de la crisis (de hecho, ninguna de las Comunidades gobernadas por el PP está mejor que las demás; y algún ayuntamiento está bastante peor), ¿qué vamos a hacer?, ¿volver a votar al PSOE para castigar al PP?

Este es el problema de nuestro infame sistema bipartidista, que tenemos una Democracia falsa en la que los ciudadanos no pueden elegir, porque no tienen dónde elegir. Y ya se han preocupado los actuales políticos que nos mangonean de que no pueda entrar nadie más en el juego: se la limitado la posibilidad presentar listas ý se ha exigido la recogida de firmas que representen el 1 por mil del censo de cada circunscripción. Realmente, al PSOE no le preocupa demasiado el descalabro del próximo 20-N, se recuperarán cuando Rajoy tenga que anticipar elecciones en 2014, porque los ciudadanos volverán a dar la vuelta a la tortilla...; y así una y otra vez.

Hasta que no tengamos un sistema con múltiples partidos, en el que los políticos busquen el bien común y en el que los ciudadanos puedan votar en listas abiertas, esto no será una Democracia.

Esta debe ser la lucha de los ciudadanos; y no dejarse cegar por el triunfo el próximo 20-N de quien sólo pretende perpetuar este sistema infame: más de  lo mismo.

Una receta muy política.

Pollo al estilo ministerial.

1. Se coge un pollo y se le pone una corbata.
2. Se mete el pollo dentro de un coche oficial y se le añade algún chorizo.
3. Se le deja a su antojo durante un tiempo.
4. Y el solito se va haciendo rico, rico, rico....

Esta receta del pollo estilo "pepi-escoria" es muy adecuada para estas fechas de campaña electoral.

Y si no quieres empacharte con tanto pollo con chorizo, fíjate bien a quién votas y a quién botas en las próximas elecciones.