Así me siento. Bañada de una desidia incomprensible, cómo si un manto invisible de abandono haya cubierto mi cuerpo, mi mente y... mi corazón.
¿Serán las vacaciones que tanto necesitaba? Ese pasar a no hacer nada... luego de haber hecho tanto.
¿Será el calor intenso? Un calor pesado que aletarga incluso, al más movedizo de los seres.
No lo sé, pero tengo abandonado mi blog, a mis amigos... incluso a mi querido amigo lejano que tanto extraño y con quién hemos quedamos en hablar y yo... infame, no me he conectado, aún siendo conocedora de que necesito saber cómo está y que ha pasado. La apatía que me ha inyectado la vida es increíble, pero cierta.
O... ¿serás tú? si, tú... ese otro ser que con su volubilidad hizo que perdiera el hilo conductor de mi vida, de mis cosas, de mis movimientos... de mis sueños. ¿Esa inconstancia y esa tendencia a cambiar que tanto le caracteriza habrá afectado de alguna manera en mi?
No lo sé, pero tengo todo abandonado ¿sigo?... la corrección de mi novela, la compra de un auto, finalizar un cuento para un concurso que el año pasado veía tan lejos... aquél vestido que vi en la vidriera... y a ti, mi amigo virtual que tanto quiero, hasta con la música te tengo abandonado.
Y heme aquí bajo el sol, en una reposera, mirando el mar y agotando solamente a mi mente quién ya reclama un poco de paz y que la acción pase a mis adormilados músculos que no se dan por informados. Ellos siguen quietos, sin moverse... ¿pasará? ¿volveré a ser yo en algún momento?
Por ahora lo veo tan, tan, tan lejano... que me he vuelto a cansar!
Bss. los extrañooooo!!!!