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jueves, 29 de noviembre de 2018

Reseña: La constelación del Perro [Peter Heller]


"Los humanos casi se han extinguido.
Big Hig no está infectado, así que sigue aquí.
Intenta mantenerse con vida en un hangar junto a su perro.
También con la ayuda de su pequeño avión Cessna y de Bangley, su vecino violento.
Y con un libro de poemas, algo de petróleo y cada lata de Coca-Cola que puede conseguir.
Su esposa también ha muerto (está tan solo que inventó una constelación para ella).
Incluso cuando parece que ya no queda nada, él quiere continuar.
Pero sobrevivir ya no es suficiente."

Bienvenidos a un mundo post-apocalíptico. Poco sabemos de lo que ocurrió. Un virus de gripe especialmente virulento arrasó con casi toda la humanidad, la enfermedad que derivó después terminó con quienes habían sobrevivido al virus. El tiempo pasa y Big Hig sigue vivo. Y Jasper, su perro. Los dos sobreviven como pueden, pasando un día detrás de otro. Pero no están completamente solos, tienen un vecino, un fanático de las armas llamado Bangley. Y eso es todo. Casi. Aislados del resto del mundo en su perímetro de seguridad, las visitas que reciben de otros supervivientes son escasas y breves. Tienen lo necesario para sobrevivir, para seguir adelante un día más.

A Peter Heller, autor de esta novela, le gusta la naturaleza y, por consiguiente, a su protagonista también. La caza y especialmente la pesca son muy importantes para Hig, le hacen mantener la cordura cuando ya no queda nada en el mundo que le reconforte.

"Si alguna vez me desperté llorando de un sueño, y no digo que me pasara, fue porque ya no quedaba ni una trucha."

El paisaje juega un papel muy importante en esta novela, las Montañas Rocosas se alzan imponentes, aislando todavía más a los pocos humanos que quedan vivos: los ríos, que ya no llevan truchas, los bosques, que ya no albergan alces, y las cimas nevadas, que Hig sigue sobrevolando regularmente con la Bestia, su querido avión. La belleza de esta naturaleza salvaje pero maltrecha va íntimamente ligada con los sentimientos y emociones del protagonista, que el autor expresa de una manera bastante poética, cruda y caótica, como la sangre que sale a borbotones de cada herida. La lectura fluye superando grandes altibajos y cambios de ritmo. Se me hicieron especialmente pesadas las partes dedicadas a la pescacaza y aviación, pues contienen gran cantidad de detalles que interesarán a los aficionados de estas actividades pero que entorpecen un poco el avance de la historia. La otra parte, la de las reflexiones de un hombre y su perro, es la que me mantuvo más atenta durante la lectura, que puede llegar a ser bastante confusa debido al estilo del autor y especialmente al uso que hace del diálogo libre, sin guiones ni comillas, al que no estoy acostumbrada. Aún así, es fácil seguir el curso de la historia ya que la acción no es la parte primordial de la novela sino las consecuencias emocionales que cada hecho y decisión conllevan.

La novela está estructurada en tres partes. El libro primero sirve como presentación y planteamiento de la situación de los personajes. No se menciona gran cosa sobre el origen del fin del mundo ya que la información que se nos transmite es la misma que conoce el protagonista, es decir, muy poca. Lo esencial de esta parte es que el lector consigue meterse en la piel de Hig, así el detonante que nos lleva al libro segundo pega más fuerte. Podría pensarse que esta es una novela de supervivencia aunque en realidad no es ese el objetivo principal, porque ¿qué sentido tiene sobrevivir cuando ya no te queda nada? Jasper, el perro, es el motor de la historia, fuente de energía de Hig y el desencadenante de la búsqueda que le hace salir del perímetro de seguridad, de su zona de confort, hasta el punto de no retorno. Sin embargo, aún nos queda el libro tercero, que vendría a ser la vuelta al hogar, en todos los sentidos, o por lo menos a aquello a lo que nos hemos acostumbrado a llamar hogar.

"Ahora andamos deprisa en la oscuridad. Jasper y yo, y el trineo chirriando detrás. Hace frío. Un frío que pela. Las estrellas altas perturban la negrura, no hay luna, cruzamos por debajo de la Vía Láctea como si cruzáramos un río profundo. Nunca llegaremos al otro lado. Nunca se llega."

Resumiendo, La constelación del Perro es una novela que ofrece un punto de vista diferente a otras novelas post-apocalípticas, donde el peso principal recae en el sentimiento de pérdida y en el afán de salir adelante cuando la lógica y la razón pasan a un lado y dejan de tener sentido. Una lectura interesante, un poco inconstante pero cargada de sensaciones humanas e instinto animal. Disfrutable especialmente para amantes de los animales, la naturaleza y la poesía de las estrellas.

Peter Heller
Título original: The Dog Stars
Autor: Peter Heller
Traducción: Blanca Rodríguez y Marc Jiménez Buzzi
Ilustración de cubierta: Núria Picos
Editorial: Blackie Books
Año de publicación: 2012, 2014 en España
Número de páginas: 314
ISBN: 9788416290024

miércoles, 7 de octubre de 2015

Reseña: Un viejo que leía novelas de amor [Luis Sepúlveda]

"Antonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios shuar (mal llamados jíbaros), y con ellos aprendió a conocer la Selva y sus leyes, a respetar a los animales y los indígenas que la pueblan, pero también a cazar el temible tigrillo como ningún blanco jamás pudo hacerlo. Un buen día decidió leer con pasión las novelas de amor -«del verdadero, del que hace sufrir»- que dos veces al año le lleva el dentista Rubicundo Loachamín para distraer las solitarias noches ecuatoriales de su incipiente vejez. En ellas intenta alejarse un poco de la fanfarrona estupidez de esos codiciosos forasteros que creen dominar la Selva porque van armados hasta los dientes pero que no saben cómo enfrentarse a una fiera enloquecida porque le han matado las crías. Descritas en un lenguaje cristalino, escueto y preciso, las aventuras y las emociones del viejo Bolívar Proaño difícilmente abandonarán nuestra memoria."

A Antonio José Bolívar Proaño le gusta leer novelas de amor, amor de verdad, del que duele. También le gusta la selva en la que ha pasado la mayor parte de su vida. La amazonía no es tan sólo el entorno donde habita sino que también forma parte de quien es. Con esta historia viviremos una de sus aventuras y nos adentraremos en la inmensidad del Amazonas, en sus secretos y en el corazón mismo de la selva y sus habitantes, humanos y animales por igual.

Narrado estilo cuento, con un lenguaje muy cercano y directo, el argumento se va desarrollando poco a poco, mezclándose con el pasado del protagonista, hasta que se vislumbra de forma clara la magnitud de lo contado. Esta novela, además del puro disfrute literario, ofrece una gran oportunidad para conocer un poco mejor la naturaleza que forma parte (por desgracia, cada vez menos) de nuestro mundo. Le encantará a cualquier amante de los animales o de la naturaleza en general y, por supuesto, le encantará a quienes disfruten con las historias sinceras sobre la vida.

Un viejo que leía novelas de amor esconde una historia muy sencilla, muy bellamente escrita y tan honesta que las emociones que se desprenden traspasan el papel para alcanzar de lleno al lector. Totalmente recomendada para cualquier tipo de lector. Se lee en un suspiro pero la esencia promete quedarse por más tiempo del que ha durado la lectura.

Como curiosidad añadida, en 2001 se hizo una película sobre esta novela. No la he visto así que no os puedo dar mi opinión, pero ahí está.

Luis Sepúlveda
Título original: Un viejo que leía novelas de amor
Autor: Luis Sepúlveda
Editorial: Tusquets
Año de publicación: 1989
Número de páginas: 137
ISBN: 9788472236554
Encuéntralo aquí.