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18 junio 2012
17 abril 2012
Antonio Mingote en Informe Semanal
A pocos días de la triste noticia, Informe Semanal dedicó en su programa número 2.000 un
homenaje al humorista Antonio Mingote tras su fallecimiento.
He aquí el tributo al Maestro:03 abril 2012
Hasta siempre Antonio Mingote
La noticia llegó hoy temprano desde España: a los 93 años falleció Antonio Mingote el gran maestro del humor español.
Los portales comienzan a reflejar esta triste noticia, y en muchos de ellos se puede leer una biografía de su vida.
De todo lo que he leído, elijo (a manera de tributo en el blog) el homenaje que ha escrito otro grande del humor gráfico español: Antonio Fraguas, Forges:
Buen amigo, buena gente
En aquella lejana década de 1950, el chiste de Mingote en Abc era lo único que veíamos a todo color en los periódicos, a pesar de que sus dibujos eran, claro, en blanco y negro. Y así nació mi admiración por él y el deseo de emularle en mi naciente vocación de dibujante de chistes. Desde el primer momento en que nos conocimos, Antonio me acogió en su inmensa paciencia y tolerancia, enseñándome con su simpatía y sentido del humor una forma de estar en la vida muy distinta a la rigorosa y seria de sus coetáneos.
Aquello de haber nacido el mismo día, con 23 años de diferencia, ha sido para mí algo más que una curiosidad cronológica. Hemos celebrado muchos cumpleaños juntos; nos hemos felicitado por la radio; nos hemos reproducido dibujos recíprocamente; he intentado, a lo largo de mucho tiempo, ponerle al día en la tecnología necesaria para nuestra profesión. Y, por fin, hace unos 10 años, le oí decirme: "Antonio, qué razón tenías: ¡qué gran invento es el fax!". Y, en ese momento ¡zas! le coloqué la informática: el Photoshop para colorear e Internet para mandar el chiste al periódico. Y se hizo un incondicional de las nuevas tecnologías.
No hubo singular fazaña solidaria de humoristas gráficos a la que Antonio no se apuntara inmediatamente. Doy fe y testimonio, afirmo. Era tan buena gente que su mayor insulto, generalmente dirigido a algún prepotente del momento, era: "mentecato", pero sin exclamaciones, ojo.
Su amor por los animales, que tantas veces demostró en sus dibujos: una noche, hace años, en una cena en mi casa se pasó varias horas, sentado en el suelo, acariciando a nuestra 'venerable' perra Doña Jimena, que ya muy mayor, estaba, además, muy malita.
De todos mis colegas ha sido el más amigo; con el que más me he reído y, desde luego, del que más he aprendido. Antonio se ha ido, sí; pero por la mejor escalera por la que nos podemos ir: la formada por los peldaños de sonrisas que hayamos conseguido causar a lo largo de nuestra vida. Muchos, muchos besos, Isabel.
+Info: para quienes quieran leer más sobre el gran Mingote, pueden leer
El homanaje del diario ABC
Los portales comienzan a reflejar esta triste noticia, y en muchos de ellos se puede leer una biografía de su vida.
De todo lo que he leído, elijo (a manera de tributo en el blog) el homenaje que ha escrito otro grande del humor gráfico español: Antonio Fraguas, Forges:
Buen amigo, buena gente
En aquella lejana década de 1950, el chiste de Mingote en Abc era lo único que veíamos a todo color en los periódicos, a pesar de que sus dibujos eran, claro, en blanco y negro. Y así nació mi admiración por él y el deseo de emularle en mi naciente vocación de dibujante de chistes. Desde el primer momento en que nos conocimos, Antonio me acogió en su inmensa paciencia y tolerancia, enseñándome con su simpatía y sentido del humor una forma de estar en la vida muy distinta a la rigorosa y seria de sus coetáneos.
Aquello de haber nacido el mismo día, con 23 años de diferencia, ha sido para mí algo más que una curiosidad cronológica. Hemos celebrado muchos cumpleaños juntos; nos hemos felicitado por la radio; nos hemos reproducido dibujos recíprocamente; he intentado, a lo largo de mucho tiempo, ponerle al día en la tecnología necesaria para nuestra profesión. Y, por fin, hace unos 10 años, le oí decirme: "Antonio, qué razón tenías: ¡qué gran invento es el fax!". Y, en ese momento ¡zas! le coloqué la informática: el Photoshop para colorear e Internet para mandar el chiste al periódico. Y se hizo un incondicional de las nuevas tecnologías.
No hubo singular fazaña solidaria de humoristas gráficos a la que Antonio no se apuntara inmediatamente. Doy fe y testimonio, afirmo. Era tan buena gente que su mayor insulto, generalmente dirigido a algún prepotente del momento, era: "mentecato", pero sin exclamaciones, ojo.
Su amor por los animales, que tantas veces demostró en sus dibujos: una noche, hace años, en una cena en mi casa se pasó varias horas, sentado en el suelo, acariciando a nuestra 'venerable' perra Doña Jimena, que ya muy mayor, estaba, además, muy malita.
De todos mis colegas ha sido el más amigo; con el que más me he reído y, desde luego, del que más he aprendido. Antonio se ha ido, sí; pero por la mejor escalera por la que nos podemos ir: la formada por los peldaños de sonrisas que hayamos conseguido causar a lo largo de nuestra vida. Muchos, muchos besos, Isabel.
+Info: para quienes quieran leer más sobre el gran Mingote, pueden leer
El homanaje del diario ABC
17 enero 2012
Antonio Mingote cumple 93 años !
Noticia extraída integramente del suplemento cultural de diario ABC (con el genial dibujo realizado por Gallego & Rey):
Antonio Mingote cumple hoy, 17 de enero, festividad de San Antonio Abad, 93 años, cincuenta y nueve de ellos en ABC, más de veintiún mil chistes diarios, las mismas sonrisas, a veces multiplicadas por lágrimas de emoción y ternura, un largo vuelo en La Codorniz, un buen puñado de libros, poemarios, novelas policiacas, del Oeste, un marquesado... y más de un millón de amigos. Antonio Mingote es para la gente como el tesoro de Alí Babá repartido en tinajas. Porque a la gente él la quiere de verdad, y la gente le quiere a él. Mingote vio la primera luz en Sitges, en casa de los abuelos, mientras por la calle de Jesús pasan los animales camino de la parroquia a recibir la bendición. Alguien sugiere que es buen augurio. Y así es.
Recientemente compartimos con Antonio e Isabel Vigiola, su esposa, orden, concierto y armonía, una jornada en el Parque del Retiro, un paseo sobre el esplendor de aquella hierba que él se conoce como la palma de su lápiz. A Isabel y Antonio, que es alcalde honorario del Parque, se les permite el acceso en coche al Retiro por orden del hoy notario mayor del Reino y ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, cuando era alcalde de Madrid. Isabel enseña la autorización al vigilante de turno y las puertas se abren de par en par, como el Mar Rojo, para ella y su esposo, de copiloto; nosotros, detrás, de polizones
Bondad y ternura
Callejeamos y aparcamos junto al lago, como Alan Ladd en «Raíces profundas», cuando Shaneataba su caballo en aquellos parajes de los valles de Alabama. «Anthony Mask» —así firmó su novela policiaca «Ojos de esmeralda»— Mingote se mueve en el Retiro como Gary Cooper (Will Kane) en Hadleyville «Solo ante el peligro». Se lo ha pateado de arriba abajo, lo ha barrido de derecha a izquierda y, sobre la servilleta de un merendero, Mingote te dibuja un plano del Retiro de memoria, mientras suspira: «Este Parque es un regalo de la Providencia a Madrid, y los madrileños lo aprecian». Antonio Mingote ha historiado, escrito y dibujado este parque, se sabe de memoria su fauna y flora, si falta un titiritero o un gato, un cisne o un pato, un flautista o un guiñol. «El Retiro era un parque privado del Rey, que se adjudicó al pueblo de Madrid».
Hace algunos años le preguntaron a Antonio Mingote si tenía alguna ambición política. Él dijo que sí, que quería ser una cosa que no existía: alcalde del Retiro. Y entonces, el profesor Enrique Tierno le dio una vara de mando de alcalde honorario para gobernar el parque y guardar el Retiro. Mingote escruta cada pedazo del Retiro, que tiene su personalidad. Está, apunta, la cosa francesa del parterre, que es más o menos francés; de ahí hasta Alfonso XII está la parte más salvaje, nos dice, que crece a su aire, la parte romántica, no ordenada. «Eso es el romanticismo, el desorden». Luego están los jardines de Don Cecilio, la pura geometría, y que a él no le gustan nada, «pero es muy bonito y está muy bien hecho; yo nunca voy ahí porque tanta geometría...». Y el estanque, que es la zona más popular y madrileña; el Cerro de los gatos, al lado de O'Donnell, que sería el residuo isabelino, digamos. «Luego está ese palacete pequeñito, que es una cosa de rococó, que también es graciosa, de Carlos III», señala con su prodigiosa sabiduría. Duende y encanto en el Retiro. «Es un tesoro, un parque precioso», se enorgullece.
Bordeamos el Palacio de Cristal camino de un abeto que Mingote plantó hace décadas, y en el que aún se aprecian muescas de corazones tallados con flechas de amor. Si fuera árbol, Mingote pertenecería a la familia de las Abietáceas, que llega hasta los 50 metros de altura, porque don Antonio es bondad y es ternura absoluta e inalcanzable. Felicidades, maestro.
03 diciembre 2011
Antonio Mingote, marqués de Daroca
Antonio Mingote es un caso único en la Historia. Las marquesas y las más aguerridas mozas de la mesocracia que él ha dibujado le aman apasionadamente, y ahora él se convierte en cofrade del gremio. El título de marqués de Daroca se lo concede Su Majestad el Rey, como aparece hoy publicado en el Boletín Oficial del Estado, bajo la rúbrica del ministro de Justicia en funciones.
Los primeros recuerdos de Antonio Mingote empiezan a precisarse en Daroca, como relata a ABC (La Fuente de esta noticia, ver): «La montaña, el pinar, las murallas, el castillo... Yo quiero mucho a muchos sitios, pero quiero mucho a Daroca, y quiero mucho a Teruel, y quiero mucho a San Pedro de Alcántara. ¡Y quiero mucho a Calahorra donde no he estado en mi vida! También la quiero. ¿Por qué no?»
—¿Y el paisaje que veía desde su casa en la calle Mayor de Daroca?
—Frente al balcón de mi casa está la muralla; bueno la muralla. La palabra muralla es muy ampulosa. Es una tapia medieval hecha con cascotes y tal, bueno unos pedazos de piedra, otros de adobe... Y un castillo, eso sí; está el castillo de San Cristóbal, y la torre de San Cristóbal enfrente...
La memoria de Antonio Mingote es prodigiosa. Así, recuerda emocionado a su padre, que era un romántico, un darocense, nacido en Daroca, que «además contaba historias y se inventaba historias de unos leones y unas cosas, unos castillos y unos moros y unas cosas... Yo crecí en ese mundo mágico de una ciudad amurallada con un castillo, que no existe; no queda más que un muñón, como una muela careada ahí. Y una muralla que es una tapia, medio hundida en todas partes, reconstruida. Eso sí, lo que tiene son unas iglesias románicas preciosas, una Colegiata estupenda, fastuosa, un Altar Mayor que es como el de San Pedro del Vaticano, con unas columnas salomónicas, un órgano, que tocaba mi padre, y al que yo oí alguna vez darle al fuelle, porque ahora ya no hay que darle al fuelle. Entonces se le daba al fuelle».
«Siempre que veo un pino me trae a la memoria el paisaje y los pinares de Daroca. También mi primer colegio, el de los Escolapios en la Puerta Alta, con el escaso entusiasmo, le confieso, que siempre ha despertado en mí el trance de estudiar. En uno de los primeros días, al salir precipitadamente para volver corriendo a casa, doy con la cabeza cabeza en una piedra del quicio. Aquí está, ¡mire, mire! la pequeña cicatriz». Y miramos y admiramos al marqués de Daroca, que recuerda sin olvidos aquella infancia feliz, donde aprendió a formarse como la persona ejemplar que es.
02 noviembre 2011
El Ingenioso Mingote
El siguiente es un maravilloso documental sobre la obra del genial humorista gráfico español Antonio Mingote. En el mismo se analiza su trabajo y en especial la espectacular edición de El Quijote que Mingote ilustrara en ocasión de cumplirse 400 años de su primera publicación.
Imperdible !!!:
Imperdible !!!:
09 junio 2011
70 años de La Codorniz
En un Madrid gris marengo circa 1941, de hambre y olor a repollo en el tragaluz de la escalera, de estraperlo y libros prohibidos que se leían en la trastienda de los cafés; en una España de tedio plateresco y tópico mediopensionista, un puñado de seráficos estaban a punto de arrancarle a muñonazos la sonrisa a la ametralladora de la vida. Era domingo, y el calor derretía las meninges. El 8 de junio de 1941, con un simple ave gallinácea de papel, humor puntiagudo, ironía en espolón, pico de oro, dichosos serafines pusieron en jaque a la mesnada bienpensante. Mihura, Tono, Herreros, Neville, De Laiglesia, Jardiel, Fernández Flórez, Perdiguero, Halcón, Borrás, Aznar, Miquelarena, Marqueríe, Ros, Calvo Sotelo, López Rubio, Delgado, De Vega, Serny, Picó, Lázaro, primera alineación galáctica, y luego Mingote y muchísimos otros... (hasta su último vuelo, en 1978)... bienhechores y filántropos de nuestra salud mental lucharon contra la cursilería, se burlaron del encorsetamiento que se imponía a la infancia, enseñaron lo que de inútil y vulgar hay en los sentimentalismos al uso.
En la portada príncipe (se vendieron 35.000 ejemplares a 50 céntimos), Antonio de Lara Tonodibuja un pretendido ser humano encarnado en un trapecio isósceles con sombrero, una señora muy hinchada, unos círculos con ojos, que eran supuestos niños, y dos pequeñas codornices en el suelo. Al fondo, la foto real de un camión. Y un pie «intolerable» para el «respetable público», o sea, aquellos señores para quienes lo intolerable era lo que ellos no toleraban. La señora oronda le espeta al señor:
«—Caramba, don Jerónimo, está usted muy cambiado.
—Es que yo no soy don Jerónimo.
—Pues más a mi favor.»
Tópicos patrióticos, religiosos, literarios, históricos, lo que Wenceslao Fernández Flórez, desde su bosque animado, llamó las infinitas garambainas que se ponen en octavas reales, fueron picoteados a discreción. Como recuerda Don Mingote de la Mancha, si los censores hubieran sido tipos inteligentes y no fanáticos del dogmatismo y la decencia, le habrían puesto un férreo cepo a aquella inocente y bienquerida ave literaria, una Cordorniz, bendita sea, que caricaturizaba lo que el preboste de turno consideraba respetable e intangible. Los herrumbrosos censores se perdían en tapar escotes y alargar faldas sin pensar en la labor de prodigiosa derrumbe de esta genial generación de dinamiteros coñones.
Enrique Herreros, autor de 807 portadas y 45 contras de los 1898 números de La Codorniz, dibuja a un viajero asomado a la ventanilla del tren, que se dirige al jefe de estación parado en el andén:
«—Yo viajo para instruirme. ¿Me quiere usted decir cuántas son 21 por 13?»
Y suma y sigue el gran Herreros: un viajero jamelgo aparece sentado encima del cabezón de un señor mío con bigote, y se justifica:
«—Perdone que me haya sentado aquí; pero como no había ningún sombrero puesto...»
Un caballero pide en la ventanilla larriana del «Vuelva usted mañana»: «—Deme un billete para Vigo.
-¿Ida y vuelta?
-No. Vuelta nada más. No me voy».
Y un tipo valleinclanesco con sombrero le pregunta al jefe de estación:
«—¿Me deja ir a Burgos sin pagar? Le prometo que vuelvo en seguida».
Cuenta Antonio Mingote que los socios de muchos casinos padecieron serios trastornos oyendo a los jóvenes comentar La Codorniz. Así, un distinguido pedagogo de Tejeruela de la Empastación murió de congestión fulminante. Antes confesó en una carta: «No se culpe a nadie de mi muerte. Ha sido Herreros».
Aquellos humoristas, según López Rubio «la otra generación del 27», fueron los primeros hombres de la historia en contemplar en su totalidad las pantorrillas de las mujeres bailando el charlestón, evoca Mingote. Y se encontraron de repente el sombrío mundo de posguerra. La transición del viejo humor de chascarrillo al nuevo codornicesco no fue un salto circense de trapecio a trapecio. Fue un malabar de ingenio. La Codornizno glorificó a nadie, ni publicó consignas ni impartió doctrinas. Tuvo un éxito feraz entre una enorme minoría de jóvenes ansiosos por respirar un aire limpio de farfolla rimbombante.
El «no huevo de Colón»
Cierto comentarista, que pontificaba con el paño de la frivolidad en el púlpito, lanzó la especia picante de que la revista publicó el dibujo de un huevo a toda página con el título: «El huevo de Colón», y en el número siguiente otro huevo igual: «El otro huevo de Colón, lo que le valió a la revista el cierre de no recuerdo cuántos meses», añadió. No es raro que ese sesudo comentarista, que pontificaba desde la rutina, no lo recuerde, aclara Mingote, puesto que «eso del huevo de Colón, como tantas otras cosas soeces o vulgares de humorismo barato de hoja de calendario que se atribuyen a La Codorniz, no se publicó jamás».
El pájaro de papel cumplió, sin desfallecer y con éxito, con la misión de destruir el tópico y la rutina. Fue una revolución que, como decía su himno, tenía un pico en la nariz. La Codorniz, bendita sea. Palabra de Mingote.
Fuente: Diario ABC (vía Francisco Puñal)
Fuente: Diario ABC (vía Francisco Puñal)
22 marzo 2011
Antonio Mingote, periodista de pincel
Una muy interesante videoentrevista al primer Premio Quevedos de Humor Gráfico, Antonio Mingote:
16 diciembre 2010
Mingote: "¡Me premian por divertirme!"
Antonio Mingote ha recibido ayer la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid y en el marco de una ceremonia emotiva, ha pronunciado la frase que he rescatado para el título del post: "¡Me premian por divertirme!".... si sólo fuese por eso, ya bien valdría la pena...
Para leer la crónica de la premiación en el diario ABC, click aquí.
El mejor homenaje, desde este blog, para el Maestro es publicando la viñeta de hoy en el periódico:
Para leer la crónica de la premiación en el diario ABC, click aquí.
El mejor homenaje, desde este blog, para el Maestro es publicando la viñeta de hoy en el periódico:
10 septiembre 2010
Mingote, medalla de oro de la Comunidad de Madrid
El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid acaba de conceder al dibujante del diario ABC Antonio Mingote la Medalla de Oro, la máxima distinción de la región. La Comunidad ha querido reconocer al académico por su «intensa actividad en el terreno del humor gráfico como por su dilatada trayectoria profesional».
Antonio Mingote ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en ABC. Su prestigio como humorista gráfico puede observarse diariamente en las páginas de nuestro Diario, así como en libros de divulgación como «Historia de la gente», «Historia de Madrid», «Hombre solo, Hombre tranquilo», «5 años de Madrid» y «El mus: historia, reglamento, técnica, vocabulario».
También ha creado escenografías y figurines teatrales, cuadros, pinturas murales y guiones cinematográficos, además de protagonizar algunas incursiones en el mundo de la radio y la televisión. Desde 1987 pertenece a la Real Academia de la Lengua. Su obra ha merecido los premios Víctor de la Serna, Blanco y Negro, Nacional de Periodismo y Formentor, entre otros.
Fuente: diario ABC, de donde recomiendo leer también Mingote: «Madrid es como esa mujer sin la que no puedes vivir»
19 mayo 2010
Antonio Mingote, el protagonista de un imperdible documental biográfico
Antonio Mingote es un dibujante como hay pocos y un humorista excepcional. Estas dos cualidades lo convierten en uno de los más grandes humoristas gráficos que haya tenido la suerte de leer y disfrutar.
En el siguiente documental es un film de gran calidad y valor testimonial realizado por Tesauro TV que recomiendo ver y no perderse ningún detalle. El mismo, es un repaso de la vida del gran artista que es Mingote (y por que no decirlo, de la historia reciente de España) y cuenta con el testimonio grandes personalidades que le han conocido y tratado con él.
No se lo pierdan....
Parte 1:
Parte 2:
Parte 3:
Parte 4:
Parte 5:
Parte 6:
En el siguiente documental es un film de gran calidad y valor testimonial realizado por Tesauro TV que recomiendo ver y no perderse ningún detalle. El mismo, es un repaso de la vida del gran artista que es Mingote (y por que no decirlo, de la historia reciente de España) y cuenta con el testimonio grandes personalidades que le han conocido y tratado con él.
No se lo pierdan....
Parte 1:
Parte 2:
Parte 3:
Parte 4:
Parte 5:
Parte 6:
25 marzo 2010
Antonio Mingote ilustra un viaje por la pintura de todos los tiempos
El dibujante Antonio Mingote y el pensador José Antonio Marina, dos "apasionados de la imagen" que comparten "admiración" por Picasso, han unido su talento en "Historia de la Pintura", una obra concebida como un viaje a la capacidad creativa humana, y que cuenta con una versión especial para jóvenes.
"En el arte moderno hay un culto a la espontaneidad, a la sorpresa y a no tener que aprender nada, que produce una monotonía tremenda", afirma el filósofo José Antonio Marina, con motivo de la publicación de los libros 'Historia de la pintura' y 'Pequeña historia de la pintura' (Espasa).
Marina manifestó, en declaraciones a Europa Press, que hoy en día "hay artistas apresurados, debido a la superficialidad, que no tienen paciencia para aprender nada y que se tienen que inventar todo", lo que a su juicio supone un problema "más grave de lo que parece". En este sentido, señaló que "el arte moderno es divertido como una gran broma, y tiene la frescura de esa broma, pero tiene su razón de ser, y es lo que se muestra en el libro".
En esta ocasión, el filósofo y el reconocido dibujante se han unido para abordar la historia del arte desde una perspectiva inocente, con un lenguaje asequible aunque lleno de referencias, con el objetivo de indagar y comprender lo que ha sucedido desde las primeras pinturas prehistóricas hasta el arte contemporáneo de nuestros días.
Según explicó Marina, en ambos libros --uno dirigido a un público más infantil y lleno de enlaces a Internet-- aparece la presentación de la historia del arte como un caso "detectivesco". "Me intriga por qué el mundo de la pintura se ha convertido en lo que es en este momento, es decir, qué cosas son serias y qué cosas son broma", señaló.
En este sentido, destacó que quizás se trate de un tipo de arte "que se ha vuelto ingenioso como un chiste, que es maravilloso en la brillantez pero muy efímero, porque no admite una segunda lectura, y que se ha vuelto muy repetitivo en la innovación". Ambos autores, Marina y Mingote, reconocen que son admiradores de Picasso "porque aprendió todo lo que había que aprender sobre pintura, y luego hizo la suya propia, sabiendo que podía haber hecho otra cosa", afirmó Marina.
Respecto al trabajo de Mingote en el libro, el filósofo destacó que sus dibujos actúan "como si fuera un muelle, que lo aprietas y ocupa muy poco espacio, pero una vez que lo has entendido y has leído los textos tiene un efecto expansivo, motivo por el cual entender un dibujo es una experiencia tan iluminadora". Según subrayó, esta capacidad de síntesis del dibujo hace de este libro no un texto que habla de arte, sino que se convierte en una obra de arte en sí misma gracias a Antonio. "La palabra es un modo de expresión lento y el dibujo y la pintura te dice todo en un instante", dijo Marina.
"LOS MUSEOS EMPIEZAN A SER OBSOLETOS"
Antonio Mingote, por su parte, afirmó que "le aburren los museos", y criticó que "comienzan a ser obsoletos". "Yo sólo voy a ver un cuadro y luego me voy a mi casa", dijo, y destacó que ahora las artes gráficas "han progresado de una forma enorme", y se hacen libros en los que se observan detalles que no se ven cuando visitas la obra, como es el caso de la Capilla Sixtina.
Respecto al arte contemporáneo, Mingote se mostró crítico y señaló que "lo que no es tradición es plagio, porque si no aprendes haces algo que ya se ha hecho antes". En este sentido, Marina indicó que "para comprender lo que ha pasado hay que comprender todo el dinamismo de la historia de la pintura, sus idas y sus vueltas, porque "en todos los momentos hay una búsqueda de la originalidad". Además, destacó la actividad de algunos museos que, a diferencia de otros centros, elaboran exposiciones selectivas, que "consiguen que sea en sí una obra de arte".
Marina manifestó, en declaraciones a Europa Press, que hoy en día "hay artistas apresurados, debido a la superficialidad, que no tienen paciencia para aprender nada y que se tienen que inventar todo", lo que a su juicio supone un problema "más grave de lo que parece". En este sentido, señaló que "el arte moderno es divertido como una gran broma, y tiene la frescura de esa broma, pero tiene su razón de ser, y es lo que se muestra en el libro".
En esta ocasión, el filósofo y el reconocido dibujante se han unido para abordar la historia del arte desde una perspectiva inocente, con un lenguaje asequible aunque lleno de referencias, con el objetivo de indagar y comprender lo que ha sucedido desde las primeras pinturas prehistóricas hasta el arte contemporáneo de nuestros días.
Según explicó Marina, en ambos libros --uno dirigido a un público más infantil y lleno de enlaces a Internet-- aparece la presentación de la historia del arte como un caso "detectivesco". "Me intriga por qué el mundo de la pintura se ha convertido en lo que es en este momento, es decir, qué cosas son serias y qué cosas son broma", señaló.
En este sentido, destacó que quizás se trate de un tipo de arte "que se ha vuelto ingenioso como un chiste, que es maravilloso en la brillantez pero muy efímero, porque no admite una segunda lectura, y que se ha vuelto muy repetitivo en la innovación". Ambos autores, Marina y Mingote, reconocen que son admiradores de Picasso "porque aprendió todo lo que había que aprender sobre pintura, y luego hizo la suya propia, sabiendo que podía haber hecho otra cosa", afirmó Marina.
Respecto al trabajo de Mingote en el libro, el filósofo destacó que sus dibujos actúan "como si fuera un muelle, que lo aprietas y ocupa muy poco espacio, pero una vez que lo has entendido y has leído los textos tiene un efecto expansivo, motivo por el cual entender un dibujo es una experiencia tan iluminadora". Según subrayó, esta capacidad de síntesis del dibujo hace de este libro no un texto que habla de arte, sino que se convierte en una obra de arte en sí misma gracias a Antonio. "La palabra es un modo de expresión lento y el dibujo y la pintura te dice todo en un instante", dijo Marina.
"LOS MUSEOS EMPIEZAN A SER OBSOLETOS"
Antonio Mingote, por su parte, afirmó que "le aburren los museos", y criticó que "comienzan a ser obsoletos". "Yo sólo voy a ver un cuadro y luego me voy a mi casa", dijo, y destacó que ahora las artes gráficas "han progresado de una forma enorme", y se hacen libros en los que se observan detalles que no se ven cuando visitas la obra, como es el caso de la Capilla Sixtina.
Respecto al arte contemporáneo, Mingote se mostró crítico y señaló que "lo que no es tradición es plagio, porque si no aprendes haces algo que ya se ha hecho antes". En este sentido, Marina indicó que "para comprender lo que ha pasado hay que comprender todo el dinamismo de la historia de la pintura, sus idas y sus vueltas, porque "en todos los momentos hay una búsqueda de la originalidad". Además, destacó la actividad de algunos museos que, a diferencia de otros centros, elaboran exposiciones selectivas, que "consiguen que sea en sí una obra de arte".
Fuente: europapress.es
Bonus Track: un video con una entrevista a Antonio Mingote y a José Antonio Marina realizada por TeleMadrid
29 octubre 2009
El Mural de los Quevedos
XVI Muestra Internacional de Humor Gráfico
El pasado viernes 23 tuvimos la oportunidad de conocer el sitio donde se pintará el Mural Homenaje a los Premios Quevedos.
La artista colombiana Elena Ospina es quien tiene a su cargo este gran proyecto
En el siguiente video, realizado por Carlos Alberto Villegas Uribe, podemos escuchar de la propia Elena sus reflexiones en torno a los elementos conceptuales, compositivos y formales para el mural en homenaje a los galardonados con el Premio Iberoamericano Quevedos: Mingote, Quino, Chumy Chumez, El Roto, Eduardo Ferro y Ziraldo:
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