lunes, 30 de diciembre de 2013

domingo, 22 de diciembre de 2013

"La infancia de Jesús" de J.M. Coetzee, Vídeo-reseña por Ernesto Escobar Ulloa

Vídeo-reseña de ¡la novela del año 2013!


"Coetzee podría estar comenzando una etapa nueva 
en la que estaría dispuesto a romper todos los esquemas."
Vídeo-reseña en http://www.canal-l.com


 Producción de Ernesto Escobar Ulloa  ©  2013

lunes, 25 de noviembre de 2013

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Tomás Browne Cruz. "Revelaciones de un cuidador de inicios"


"Como el poeta no sabe su destino, la palabra siempre se le adelanta"
                                           Vídeo-entrevista en http://www.canal-l.com 

Convoluciones

1

Puede ser que Laura sea Aurelia que sean el mismo fantasma
Puede ser que Miriam tenga la sexualidad de Edgard.
Puede ser que Edgard sea el padre de Laura.
Puede que Aurelia haya sido Miriam.
Puede ser que Edgard y Miriam sean padres
            de Laura y Aurelia.
Pero Laura y Aurelia tienen padres diferentes.
Laura es hija de Edgard y Aurelia es hija de Miriam.
Laura y Aurelia son medias hermanas.
Sabemos que Miriam tiene un secreto que no quiere
            destrenzar por nada.
Sabemos que Edgard es culpable de ese secreto.
Edgard es cómplice de Aurelia.
Edgard embaraza a Miriam.
Laura conoce la razón de su padre.
¿Conoce Aurelia la razón de su madre?
Miriam conoce las razones de Edgard.
No puede sopesarse en una historia, dicen ellos juntos.
Nada se oculta con el fin de mostrarse tiempo después.
Los accidentes voluntarios dan vergüenzas
Las matanzas no tienen remedio, dicen ellos juntos.

Nadie quiere reconocer nada.
El dolor es una falsedad que no se reconoce.
El dolor se acaba y la falsedad se hunde.

No hay historia.

No hay Laura, Edgard, Miriam, ni Aurelia.
No hay orden entre ellos.

Así ellos se disuelven.


3

Es ella quien cambia los ritmos bajo el agua
Dándole a los moluscos el sexo virtual, y a las manta-rayas
Una eyaculación prolongada
           como una sinfonía de ángeles.

Es él quien incendia los árboles perdidos en el bosque
Escarchando la hervida sangre de los toros
         y dando a los perros
Un pegamento débil.

Pero la luna reveló a la mujer desnuda
Asemejándose a sus pechos, según como esté
            menguante o llena,
Y al hombre lo reveló como lobo,
            porque la luna es un testículo
Que le llena los testículos al hombre con su semen
            más etéreo.

Poemas extraídos de:
Revelaciones de un cuidador de inicios
Tomás Browne Cruz
Versos destierro, México, 2013
Ganador del I Premio Latinoamericano de Poesía Transgresora Verso Destierro 2012



Entrevista y fotografía: Ernesto Escobar Ulloa  ©  2013

martes, 22 de octubre de 2013

Ricardo Piglia. "El camino de ida"

"La experiencia de vivir en EE.UU. cambió mi modo de narrar"
Vídeo de la presentación en http://www.canal-l.com


 Edición y fotografía: Ernesto Escobar Ulloa ©  2013

martes, 15 de octubre de 2013

lunes, 16 de septiembre de 2013

Jorge Carrión, "Librerías"

1ª parte: "La librería por naturaleza debe ser plural"
2ª parte: "Cuando un librero se enamora de un autor se convierte en su gran embajador"
Entrevista en dos partes al finalista del Premio Anagrama de Ensayo 2013
Vídeo entrevistas en http://www.canal-l.com 


Entrevista y fotografía: Ernesto Escobar Ulloa  ©  2013



domingo, 7 de julio de 2013

El toro por las astas. Reseña de "Comandante. La Venezuela de Hugo Chávez" de Rory Carroll

Comandante
La Venezuela de Hugo Chávez
Rory Carroll
Traducción de María Tabuyo y Agustín López
Sexto Piso, Madrid, 2013

Esta crónica tan exhaustiva, que da cuenta de la figura de Hugo Chávez desde tan distintos ángulos -los personales, los políticos- que recoge testimonios tan diversos de personajes cuyos grados de implicación con el gobierno podrían cubrir todos los espectros, que visita los escenarios donde repercutieron las medidas de la revolución bolivariana, desde las tierras de la reforma agraria hasta las lujosas oficinas de PDVSA, por momentos parece la crónica de un desastre anunciado, el guion de una película que ya hemos visto muchas veces, esta historia repetida nos sitúa ante algunas de las interrogantes cruciales hoy en día en el continente, la principal de ellas: ¿habrá sido Hugo Chávez la última encarnación del líder redentor latinoamericano? ¿Habrá concluido con él la larga estirpe de gobernantes populistas erigidos a sí mismos como salvadores? Recordemos que según Marx, los grandes hechos de la historia ocurren dos veces, la primera como tragedia, la segunda como farsa. Esa farsa es lo que estos gobernantes escenifican en el marco de la lucha por el poder, ya sean de derecha o de izquierda, demócratas o dictadores, ponen un sainete en escena borroneando, rehaciendo o reinterpretando la historia. Su objetivo: polarizar la sociedad. En un episodio del libro, leemos: "Una y otra vez los adversarios mordían el anzuelo. Arremetían con las venas a punto de estallar y los rostros retorcidos por el odio y la rabia, para asfixiar a su hostigador. Era una trampa que dejaba a la luz su arrogancia, su poder económico y su sensación de derecho a todo. Obligados a escoger entre el comandante y unos aristócratas de caras orondas, la mayoría de los venezolanos -es decir, los más pobres- escogían al comandante. ( ) De este modo seguían arremetiendo y, elecciones tras elecciones, seguían perdiendo." (p. 118)

En común tienen el don de capitalizar el descontento, poseen un gran carisma, surgen de escenarios desesperados donde la receta de la salvación pasa ineludiblemente por la recuperación de la soberanía, por devolverle al pueblo la honra que le ha sido arrebatada por un entripado entre la oligarquía y los yanquis, responsables del saqueo del país, cosa que por otra parte tampoco dista tanto de la realidad. Se le ha dado en llamar idealismo arielista: en el choque de dos mundos, el vacío espiritual del capitalismo (Estados Unidos) representaría la barbarie, en contraposición con la espiritualidad cristiana latinoamericana, que representaría la civilización. La realidad apocalíptica de la miseria, el hambre, la mortandad y la delincuencia hace el resto, propicia la sensación de fin del mundo, mantiene subyacente en el inconsciente colectivo la promesa de la llegada del mesías, que como en el libro de San Juan, acabará con el Anticristo para reinar mil años; se le da en llamar milenarismo o mesianismo. La primera encarnación que funde el héroe carlyleano (las biografías de los grandes hombres bastan para contar la historia de los pueblos) con el ideal marxista es Lenin, a quien le suceden Stalin, Mao y Fidel.

Sin embargo, América latina ha ido quemando etapas, el destacado prologuista de este libro, Jon Lee Anderson anticipa en qué contexto se produce la revolución bolivariana: "Los intentos de Chávez de llevar adelante la colectivización y la reforma agraria parecían mal planeados y, en cierto sentido, anacrónicos, de igual modo que él mismo parecía a menudo un vestigio de épocas pasadas, cuando América latina estaba dominada por caudillos obcecados y había una guerra fría en un mundo claramente polarizado."

Anacrónico y caudillo, una conjugación que por increíble que hubiera parecido vivió y coleó a sus anchas durante 14 años. No obstante no olvidemos que a la vez que Chávez era anacrónico también fue un líder de su tiempo, incorporó innovaciones a la figura del cacique tradicional, modernizándolo, postmodernizándolo, ya no solo por asumir la época que le tocó sino por el cariz de audacia, de ingenio y si cabe hasta humorístico que revestía al personaje. Peroratas de más de 9 horas las habían padecido los auditorios de Fidel Castro, la diferencia con Chávez era que ahora había que aguantarlas por televisión, en su programa "Aló, presidente". Bueno habría sido que la labia quedara en meras palabras, pero los venezolanos vieron a diario a su presidente despachar en directo. Entre el público, ministros peleles, aplaudiendo y adulando atónitos cualquier disparate, como que "el capitalismo podía haber acabado con la vida en Marte", o que el caballo blanco del escudo de armas de la nación debía galopar hacia la izquierda en vez de a la derecha o que los relojes debían retrasarse media hora para que los niños y trabajadores se levantaran con la luz del día.  Según Carroll: "Un ministro necesitaba dominar tres técnicas. ( ) La primera: el equilibro entre la quietud y el movimiento. No se esperaba que sugiriera una iniciativa, resolviera un problema, anunciara buenas noticias, teorizara sobre la revolución o expresara una opinión. Éstas eran tareas que correspondían al comandante. ( ) La segunda técnica era la adulación. Quienes dominaban el juego eran generosamente recompensados." Si el comandante llevaba rojo, los ministros también. Un día que el comandante lució una camisa amarilla, quejándose de que "había demasiado rojo", se quedaron descolocados sin saber qué hacer. "La tercera técnica era moldear el rostro como una máscara, disponer los rasgos en las expresiones apropiadas cuando se estaba ante las cámaras o en el campo de mira del comandante." Otra historia bien conocida, los líderes autoritarios suelen situar en puestos clave a personajes cuyos méritos no están a la altura, de este modo mantienen un poder totalitario con marionetas dóciles cuya única función es servir al líder sin objeciones. Una excepción, el ministro de defensa Raúl Baduel, que se opuso a que las Fuerzas Armadas abrazaran el socialismo y celebraran el Golpe de Estado del 92, en el que él mismo participó. Chávez le bajó el dedo. Los servicios secretos se encargaron de embarrar su imagen. Una mañana se publicaron en los periódicos unas fotos, desnudo en una cama, al parecer masturbándose con una muñeca. Pero aún le quedaba una vida política a Baduel, instó al No en el referéndum de 2007 pero la oposición no lo invitó a sus filas, y lo dejó aislado. Carroll relata su final: "En noviembre de 2008 los fiscales militares acusaron a Baduel de robar catorce millones de dólares del presupuesto de defensa". Hasta el día de hoy, quien fuera amigo de Chávez en la adolescencia y en el cuartel, sigue preso.

Otra historia resabida, la defenestración y el escarmiento a través del control de los servicios secretos, los medios de comunicación afines y un aparato de justicia envilecido por los favoritismos y las recompensas para destruir la imagen y la vida de los opositores. Algo de lo que la escuela cubana sabe más que nadie en el continente. Fue el golpe fallido de 2002 lo que tiró a Chávez en brazos de los cubanos. "Fidel Castro había soñado durante mucho tiempo con vincular a Venezuela y su riqueza petrolera con la revolución cubana". Un analista de la sala, la oficina de información del presidente en Miraflores, declara para Carroll en el anonimato: "Los cubanos nos absorbieron."Carroll recoge el episodio: "Una mañana bajó a la sala y se encontró con unos extranjeros de acento cubano. Sus nuevos jefes. El servicio de inteligencia cubano, G2, había frustrado innumerables complots contra Fidel durante décadas. Estaban entre los mejores en la materia. La sala del comandante en cambio no había logrado prever el golpe. ( ) Pero entonces vi su estrategia: apartar a Chávez del público, manipularlo, alimentar su inseguridad, encontrar pruebas de complots de asesinato, de traiciones. Convertirlo en un paranoico." Nuevamente una historia repetida, los aventureros del poder acaban volviéndose los títeres de los verdaderos zorros, fue lo que le pasó a Alberto Fujimori con Vladimiro Montesinos que con la excusa de que su vida corría peligro, lo aisló, lo secuestró y se enteró de todos sus secretos con el fin de convertirlo primero en un reo y segundo en su títere. "Mientras Chávez mandaba noventa y cinco mil barriles de petróleo diarios a Cuba, apuntalando su economía, Fidel enviaba veinte mil médicos, enfermeras y otros especialistas cubanos a los barrios de Venezuela." Esto hizo que los índices de popularidad de Chávez se recuperaran de modo que cuando se celebró el referéndum de 2004 obtuvo una victoria arrolladora. Los informadores entonces le advirtieron: "¡Golpee ahora, señor! ¡Aplaste lo que queda!" La llamada lista Tascón de los firmantes del referéndum revocatorio quedaron expuestos y Chávez se vengó: "Eso formalizó la división del país. Los herejes, a un lado de la línea, los creyentes, al otro. El gobierno y las oficinas del Estado la usaron para purgar a los firmantes de la nómina estatal, para negar empleos, contratos, préstamos, documentos, para acosar y castigar, para hacer sectarismo oficial. La gente quedaba sin su medio de vida e iba a la bancarrota. El miedo se apoderó de las personas que habían firmado, luego se extendió a sus familiares." Lo mismo que pasó en la cortina de hierro durante la Guerra Fría, lo que le enseñaron los servicios secretos de la ex Unión Soviética a los cubanos.

No porque todo resuene el libro deja de ser una fuente inagotable de placer, los entresijos del poder están contados con excelente pulso narrativo, así como bien documentados. Lo que me lleva a reflexionar nuevamente sobre cómo la narrativa del poder se está convirtiendo en un mero entretenimiento, ocurre con el seguimiento de la corrupción en la prensa y los informativos, que de pronto compiten con las series, los realities o la telebasura y el interés despierta y se apaga según la narrativa pase por momentos álgidos o bajos o entren en escena nuevos acontecimientos con los que competir en audiencia.

Hay una responsabilidad no asumida por un amplio sector de la izquierda democrática que por conveniencia, oportunismo, cálculo político o simplemente por conservar la pose antiimperialista o antisistema, es condescendiente con personajes de la izquierda populista y autoritaria como la de Chávez, hoy la de Maduro, Correa o Daniel Ortega, cuyos abusos y atropellos no condenan, o lo hacen con la boca pequeña, o los justifican como respuesta al acoso que tales países sufren por parte de las grandes potencias. Caen así en el juego de la polarización que dichos gobernantes avivan, temen que su reputación quede mancillada a la menor crítica, que se les tache de imperialistas, capitalistas, revisionistas, vendepatrias, pitiyanquis, burgueses, de derechas, y toda la larga serie de invectivas de la izquierda ortodoxa. Solo esa tibieza sigue dando vida y perdonando a los sátrapas, solo el cálculo que invita a callar, a mirar a otro lado, a hacerse el loco, y a defenderlos cuando se propasan permite que millones de ciudadanos sigan siendo víctimas del totalitarismo y el abuso de poder, excluidos de oportunidades e insultados por una demagogia hipócrita que tacha al enemigo de las propias prácticas. Un buen ejemplo sería la actual crisis de espionaje desatada por Snowden. Que Venezuela, Ecuador y Nicaragua sean los adalides contra el espionaje norteamericano es una broma de mal gusto, cuando ellos persiguen periodistas, acosan medios de comunicación, coaccionan a sus ciudadanos y patean el tablero cada vez que han de ser reelegidos. No digamos Cuba. Dejar de ser tibios y coger al toro por las astas, enfrentándolo, oponiéndose a los desmanes con resolución podría afianzar el juego democrático y acabar con la dicotomía entre revolución y democracia por la pluralidad de una democracia representativa.

Hoy en día el mundo no es el mismo que el de hace 5 años siquiera, la hiperconsciencia de los pueblos, incluso de los países más desarrollados, de que los gobiernos son todos corruptos y que el poder lo es por naturaleza, está repercutiendo en la relación de este con los ciudadanos. La llama ya no prende el fuego de la revolución como vaticinaban el Che Guevara o Abimael Guzmán, sino el de las protestas civiles que demandan una democracia más representativa, unos servicios eficientes de sanidad y educación, una independencia en la toma de decisiones frente a los grandes imperios económicos, y esto ocurre tanto en Brasil como en Egipto, España, Grecia, Marruecos o Estados Unidos. Pronto comenzará a ocurrir en el continente americano y tal vez la interrogante de la que hablaba al principio pase a ser historia, aunque como ya sabemos, nada más incierto que la historia de la humanidad. Ernesto Escobar Ulloa

Vídeos en http://www.canal-l.com

jueves, 27 de junio de 2013

martes, 18 de junio de 2013

Gabi Martínez. "En la barrera"

"Australia propone una revolución ecológica como la de Islandia a nivel político"


 Entrevista y fotografía: Ernesto Escobar Ulloa  ©  2013

martes, 11 de junio de 2013

Guadalupe Nettel. "El matrimonio de los peces rojos"

"En la superficie los seres humanos somos mucho más coherentes de lo que somos en realidad"
Vídeo en http://www.canal-l.com


 Entrevista: Ernesto Escobar Ulloa  ©  2013

lunes, 3 de junio de 2013

"Bolaño salvaje. 2ª edición ampliada"

"Bolaño termina tematizando el fracaso de la vanguardia y el fracaso de la revolución".

Vídeo de la presentación de Bolaño Salvaje en Casa Amèrica Catalunya a cargo de Ignacio Echevarría y Edmundo Paz Soldán en http://www.canal-l.com



Fotografía Casa Amèrica Catalunya ©  2013






jueves, 16 de mayo de 2013

martes, 7 de mayo de 2013

Pere Estupinyà. "S=EX2. La ciencia de sexo"


"Las mujeres viendo imágenes eróticas tienen un abanico mucho más grande de cosas que les gustan" Vídeo en http://www.canal-l.com 

            Entrevista y fotografía: Ernesto Escobar Ulloa  ©  2013

jueves, 2 de mayo de 2013

lunes, 22 de abril de 2013

lunes, 25 de marzo de 2013

Mathias Énard. "Calle de los ladrones"

"Una de las dificultades de hoy día es encontrar una nueva forma de luchar" Entrevista a Mathias Énard por su novela, "Calle de los ladrones" Vídeo en http://www.canal-l.com

Entrevista de Ernesto Escobar Ulloa  ©  2013

lunes, 18 de marzo de 2013

"Cuentos de muerte y demencia". Edgar Allan Poe



Cuentos de muerte y demencia
Edgar Allan Poe
Ilustraciones: Gris Grimly
Traducción: Iñigo Jauregui
Nórdica Libros, Madrid, 2013

Ya Coleridge, uno de sus precursores, había vaticinado con sentido profético en Biographia literaria (1817) el peligro de evaluar la obra a partir de la mitología personal del autor, algo que indiscutiblemente ocurre con Edgar Allan Poe. Obra y leyenda rozan el sincretismo, la primera ha sido interpretada y tergiversada muchas veces a partir de la segunda, sobre la que los vacíos y las especulaciones no han cesado hasta hoy. En cualquier caso, más allá de las pasiones que el personaje suscita, la obra legada por Poe a la posteridad alcanza en términos de influencia un número incalculable de creadores, posiblemente en todas las artes conocidas. Su vigencia consigue surcar el tiempo y en cada época adoptar una nueva lectura. Este libro es un buen ejemplo de ello y lo que digamos de su vigencia es lo que realmente nos interesa. Primero decir que el volumen es la versión en español, traducida por Iñigo Jáuregui, de la edición americana Tales of death and dementia, del año 2009, ilustrada por Gris Grimly. Juan Gabriel Lópex Guix, también traductor contemporáneo de Poe, advirtió en la edición de La mascarada de la Muerte Roja (Alpha Decay, 2009) la "poderosa tutela baudelairiana" a la hora de traducir a Poe, así como "la magnética influencia" de Carles Riba y Julio Cortázar. Iñigo Jáuregui aporta una versión distinta de la del argentino. Más allá de comparaciones, lo que sí parece evidente es que cuando leemos la de Cortázar leemos a Cortázar. La maquetación propone un diálogo entre texto e imagen y la traducción de Jáuregui es capaz de conservar el ritmo y preservar cierta sequedad que vienen bien con las ilustraciones. La de Córtazar es quizá más cálida, más cercana, y habría sido otra historia conjugar Cortázar y Poe, en tal caso Grimly habría pasado a segundo plano.



Tanto la traducción como las ilustraciones son a su vez un modo de actualizar la lectura de Poe. Grimly, que es un artista gráfico de renombre, ha sabido interpretar a Poe en clave tragicómica, grotesca, sádica e infantil. Sus criaturas, su histrionismo, su patetismo armonizan a la perfección con los personajes del bostoniano. En "El corazón delator" la tenacidad atormentada del protagonista, sus cambios repentinos entre el cálculo y la pérdida de control están perfectamente retratados. Se advierten incluso en la elección de los colores las dos partes del relato, la primera descriptiva, más lóbrega, y la segunda, que pasa a la acción, de fuertes tonos naranja. Se trataría del retrato de un psicópata, la semilla de una larga tradición cuyo ejemplo postmoderno más destacado sería American Psycho. En "El sistema del doctor Tarr y el profesor Fether" Grimly hace aportes al contenido con elementos afines al gótico para enseguida recrear el carácter humorístico y ligero del relato. Seguidamente se toma el trabajo de dar vida a cada uno de los personajes que van desfilando para representar sus diferentes tipos de demencia. Se ha dicho que aquí Poe se burló de quiénes lo acusaban de loco, sugiriendo que los que parecen cuerdos pueden ser los verdaderos dementes. El protagonista, Monsiuer Maillard, sentencia: "Un loco puede "calmarse" como decimos nosotros, por un tiempo, pero al final es muy probable que empiece a alborotar. Su astucia, además, es proverbial. Si tiene un plan en mente, oculta su propósito con gran sutileza, y la habilidad con que se finge cuerdo plantea uno de los problemas más singulares en el estudio de la mente". La profundidad psicológica vuelve en el siguiente relato, "La caja oblonga". El pintor, Cornelius Wyatt, oculta tras su excentricidad de artista, un doloroso secreto. El narrador lo observa con detenimiento. Pero no descubrirá hasta su trágico final que sus deducciones iban mal encaminadas. La ilustración que decora la última página subraya el lado patético del relato. El cuarto cuento es una obra maestra del terror: "Los hechos del caso del Sr. Valdemar". Se ha hablado de su gran influencia en el terror contemporáneo, en el cine gore por ejemplo. Intuyo sus huellas incluso en la obra de Lovecraft, Hitchcock. El componente pseudo científico es rescatado por Grimly con gráficos de anatomía, cráneos, cuerpos, órganos. Sin embargo el aspecto macabro supera largamente las ilustraciones. Finalmente la figura de Poe se realza al cerrar el libro. Se trata de un ejemplar bellísimo, de tapa dura, que huele que embriaga y da gusto sacar de las estanterías. Un argumento sólido contra el libro electrónico. Si Poe consiguió trascender el gótico, inspirar el simbolismo francés, el decadentismo inglés, ser una gran influencia para las vanguardias y el gótico sureño, el cine de terror, la ciencia ficción, la novela policial, etc., no es de extrañar que al leerlo más que rastrear su vigencia comprendamos más bien que si vemos el mundo como lo vemos en gran parte es gracias a él. En una sociedad como la nuestra, arrasada por el capitalismo salvaje, de cuyas neurosis ya había hablado Freud; el terror goza de una excelente salud -el cine de vampiros, el auge del black metal- pero su verdadera calidad dependerá de una buena lectura de los clásicos, que no dejaron de lado las emociones ni la profundidad psicológica, en ese sentido Poe nos habla de tú a tú. Ernesto Escobar Ulloa  ©  2013



Ilustraciones: Gris Grimly  ©  2009

jueves, 7 de marzo de 2013

"Mejor que ficción". Jorge Carrión (ed.)

Mejor que ficción
Crónicas ejemplares
VV.AA.
Jorge Carrión (ed.)
Anagrama, Barcelona, 2012

En una primera lectura elegí aquello que me sonaba, me era familiar o que conocía. Me equivoqué al creer que disfrutaría menos con lo que quedaba del libro. De la ambición del proyecto sale largamente beneficiado el lector. Las antologías están condenadas a quedar incompletas, han de resignarse a cumplir un papel referencial, a complementarse junto a otras. Mejor que ficción sin embargo intenta abolir la sensación de insuficiencia con una buena dosis de crónicas, todas ellas magistrales, al tiempo que representativas. ¿Y representativas de qué? De muchas cosas, primero, de la crónica como oficio de primer orden, a su vez periodístico, a su vez literario. Ya lo dice Carrión en la nota, que no pretende ser "una antología de carácter canónico, sino un catálogo de la multiplicidad de propuestas de no ficción de la literatura hispanoamericana contemporánea". Atención al "no ficción de la literatura", idea sobre la que se centrará en un interesante prólogo. En ese sentido,  el resultado es de una rebosante generosidad, en información, en placer estético, estilo, profundidad, visión. La antología es representativa en segundo lugar porque al abarcar veintiuna crónicas de ambos lados del Atlántico aúna autores de diferentes países, cada uno reconocido dentro y fuera del suyo, y aunque jóvenes la mayoría, su bibliografía en todos los casos ha fructificado por lo menos en una antología personal. En este aspecto se desbarata también la idea de que es únicamente la crónica latinoamericana la que pasa por un buen momento. Tal vez ni la latinoamericana ni la española pasen por un buen momento en términos mediáticos, los espacios llevan años acortándose, suprimiéndose, desapareciendo. Los presupuestos de los medios se estrechan o no existen, la confianza en que las columnas se lean, atraigan o valga la pena publicarlas es escasa, pero al tiempo que nos encontramos con una gran variedad de autores, tal vez mayor en comparación a la de otras épocas, nos hallamos en una era que al difuminar las fronteras ha generado un ambiente de diálogo, ha facilitado la recepción, ha creado lectores a veces imprevistos y difíciles de medir con los parámetros y la mentalidad ya obsoletos con los que todavía se opera a veces por inercia. Por otro lado han surgido medios especializados en el género como GatopardoEtiqueta Negra o El Malpensante, cuya nacionalidad en un mundo de redes sociales importa poco. Es representativa también en términos generacionales, aunque ya sabemos que esta es una categoría porosa que ayuda poco, valga más decir que cohabitan autores cuyas edades más bien podrían dar muestra de unas experiencias, unas costumbres e idiosincracias distintas y variadas. Temáticamente también quedan representadas las diferentes inquietudes. De ese modo nos encontramos con crónicas de viaje, como la de Juan Villoro sobre Japón o la de Juan Pablo Meneses sobre cómo los sorprendió el 11S a él y su novia en Turquía, o la de Juan Gabriel Vásquez y su reportaje sobre la utopía mística de Auroville en la India, y por supuesto "Pole, Pole, de Zanzíbar a Tangánica" de Martín Caparrós, que además de ser una crónica de viaje, nos habla de uno de los precursores del género, Henry Morton Stanley, en un contrapunto interesante entre el cronista que hoy escribe y el que antes escribió sobre esa región que la civilización de la que ambos provienen trastornó para siempre. Otras, aunque son de viaje, son más íntimas y personales, como "En familia (Plaza Djema el F'na)", de María Montero.

Hay asimismo crónica cultural, en torno al cine, a la literatura y en general al arte. Jordi Costa en "Fitzcarraldo en la meseta" curiosamente acaba dialogando con Julio Villanueva Chang y "El cineasta invisible". Costa se sirve de la película para hacer un símil burlesco con el barco de Francisco Franco, el Azor, convertido en "un dinosaurio de cartón piedra" en el kilómetro 222 de la carretera Madrid-Irún. Mientras Chang tropieza con Herzog en los pasadizos del diario El Comercio de Lima y aprovecha para entrevistarlo. Una necesaria crónica de literatura y viaje es "Kafkalandia", de Rodrigo Fresán, un recorrido por la Praga neoliberal que tiene a Kafka entre sus principales atractivos turísticos a explotar. Alberto Fuguet por su parte retrata en "El díler digital" a un comerciante informal cuyos clientes, exigentes cinéfilos, prefieren sus películas al download o al streaming. "Grandes hits" de Guillem Martínez rescata algunas de las notas del libro del mismo título que recrean, con buenas dosis de cinismo y humor, la Barcelona del regreso a la democracia. En este aspecto se acerca a las crónicas de corte más costumbrista pero muy personal a la vez, íntima, como la de Jaime Bedoya, cronista realmente influyente para los peruanos de mi generación. Las columnas de Bedoya en Caretas eran uno de los platos fuertes de la revista. Bedoya se mueve entre el viaje y el diario personal, con un estilo a lo Hemingway, para trazar un cuadro del "caribe peruano". Pero los artículos que se recopilaron en su primer libro ¡Ay qué rico! (1991) solían parecerse más al de Fuguet o a la crónica de Alberto Salcedo Ramos, "El bufón de los velorios", por poner la mira en aquello que en medio de la urbe resulta atípico, bizarro, anormal.

En cuanto a la crónica política o de denuncia, Maye Primera -que recientemente publicara un artículo sobre el regreso de Duvalier a Haití- hace un análisis estremecedor de la compleja realidad haitiana tras el terremoto de 2010. Advierte que Haití era ya, antes de ello, "el epicentro de la pobreza occidental". Leila Guerriero en "El rastro de los huesos" (publicado originalmente como "La voz de los huesos") da cuenta del primer equipo forense y los testimonios de quienes participaron en él que trabajó reconociendo a los desaparecidos durante la Junta Militar argentina, bastante antes de la llegada de las técnicas de ADN. Juanita León describe la tragedia de los secuestrados por la guerrilla colombiana de las FARC. Sobre la violencia y la corrupción institucional, en este caso de la policía, trata la crónica "Cuando me muera quiero que me toquen cumbia" de Cristian Alarcón. "Cenando con Nietzsche y Fidel el 12 de enero de 2000" de Edgardo Rodríguez Juliá es quizá uno de los mejores retratos que se han escrito del comandante. En una suerte de periodismo kamikaze de corte sexual Gabriela Wiener asiste al Festival de cine erótico y se somete a lady Monique para aprender en carne propia lecciones de BDSM en "Consejos de un ama inflexible a una discípula perturbada". Desde otro ángulo y más en un descenso a los bajos fondos del comercio sexual para homosexuales, Pedro Lemebel narra una noche de caza en "Las amapolas también tienen espinas" con esa inconfundible poética que en ocasiones recuerda a la de Fernando Vallejo.

Así  pues nos hallamos ante una antología que si bien no toca todos los palos crea la sensación de hacerlo. Y una de las cosas que más destaco de la lectura es que no es lo mismo leer un artículo por separado que varios de ellos seguidos. Poco a poco uno va espiando afinidades, algunos tienen unos años y consiguen rememorar esas épocas, hacernos trazar paralelos. Se van formando verdaderos paisajes, finalmente el lector empieza a encontrarse a sí mismo, en sintonía con unos cazadores adictos de realidad que tienen al mundo entero por materia prima. Nos descubrimos en el mismo punto de partida, compartiendo la misma mirada eurocéntrica, occidental; escudriñando, de este modo, todo aquello que de nuestra "civilización" nos parece anómalo, periférico, extraño, o todo aquello que nos hace desconfiar del término, sus contradicciones, sus mentiras. Me pregunto cómo quedaría retratada en las crónicas de otros, a la espera de ese libro quedo.

@escobarulloa

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jueves, 28 de febrero de 2013

"Terror en la red 1" de Álvaro Colomer y Antonio Lozano





Terror en la red 1

El chico que vivía encerrado en una habitación

Álvaro Colomer y Antonio Lozano
Edebé, Barcelona 2012

Son indiscutibles las ventajas que ofrece internet en todos los ámbitos, especialmente a la hora de facilitar las relaciones sociales. La red ha reinventado la comunicación, pero esconde, a su vez, numerosos riesgos difíciles de controlar, especialmente en aquellos sectores de la población más vulnerables, como los niños y los adolescentes. Con una prosa ágil y manteniendo el suspense hasta el final, Álvaro Colomer (Barcelona, 1973) y Antonio Lozano (Barcelona, 1974), en su primera aventura en el género juvenil, nos narran una historia intrigante que tiene como eje vertebrador la relación de dos jóvenes en la era Facebook. Nerea y Derek, con dos carácteres totalmente opuestos, son los protagonistas de esta novela-thriller, llena de intriga, emoción y, en algunos casos, cierto terror.


"Nerea Wells quiere que la agregues como amiga"

"Hola, me llamo Nerea y te escribo porque mi hermano ha desaparecido. He encontrado tu nombre entre una serie de personas que tenía agregada a La sombra como amigo. Lo último que hizo mi hermano antes de dejar de dar señales de vida fue agregar esa Sombra a su lista de amigos. Si no me equivoco, todos los que la agregaron permanecen inactivos. Excepto tú. Por favor, ponte en contacto conmigo urgentemente. Estoy un poco asustada. Muchas gracias"

Con este mensaje, Nerea, una adolescente muy valiente y preocupada porque su hermano no responde a sus mensajes, y Derek, un chico que padece agorofobia y vive encerrado en su habitación, inician una relación que les lleva a descubir la desaparición de un grupo de jóvenes. Todos ellos tienen en común haber agregado como amigo en Facebook a La sombra. Los dos protagonistas, él desde su habitación y ella desde el mundo exterior,  llevan a cabo una investigación emocionante que permite al lector ir atando cabos en este suceso tan estremecedor.

"El conductor apagó el motor y salió de la furgoneta. Nerea no puedo verle el rostro porque no se atrevía a asomarse (...) Al principio Nerea creyó que se trataba de un saco de harina, pero, cuando vió que se movía, entendió que había alguien ahí dentro". Una de las cosas más destacadas de la novela es como consigue mantener al lector en vilo y con intriga hasta el final haciendo hincapié en la descripción de todos los detalles de los escenarios en que se producen los hechos.   

¿Pero quién puede hallarse detrás del perfil de Facebook La sombra? A medida que avanza la novela, lo descubrimos gracias a la habilidad de Derek en la red y a la valentía de Nerea que vive una auténtica aventura para salir de un centro comercial y deshacerse de su perseguidor, igual que se desvela qué se esconde detrás de la secta Koruki-ya.   

Con esta novela, Colomer y Lozano, periodistas ambos, nos enseñan la parte más peligrosa de Facebook y ponen sobre la mesa uno de los peligros de la adolescencia hoy.  Nos muestran como las identidades de las redes sociales y los hackers nos convierten en personas vulnerables frente a la red.


 @Alicia Tudela ©  2013 
            

lunes, 25 de febrero de 2013

"El horror de Dunwich" de H.P. Lovecraft


El horror de Dunwich
Howard Philips Lovecraft
Ilustraciones de Santiago Caruso
Traducción de Elvio E. Gandolfo
Libros del Zorro Rojo, Barcelona 2012   


El horror de Dunwich narra los hechos acaecidos en la aldea de Dunwich en 1928, un lugar "que ha caído en una decadencia repulsiva", contando primero la historia de Wilbur Whateley desde su nacimiento hasta su muerte, y seguidamente, la expedición de tres profesores de la Universidad de Arkham que acuden al rescate de Dunwich, donde, desde mucho tiempo atrás, han venido ocurriendo fenómenos extraños. Aún más antiguos que la genealogía de los Whateley, tras la muerte de Wilbur se han recrudecido. El ganado desaparece, se escuchan ruidos macabros en las colinas, mientras tanto los Whateley, recluidos en su granja, al margen del poblado, disparan toda clase de leyendas y suscitan todo tipo de temores. Wilbur crece desmesuradamente y ha llegado a adquirir proporciones inhumanas. Será ya adulto cuando saldrá de su encierro para dirigirse a la Universidad de Arkham en busca del libro prohibido, el Necronomicón, imprimido en España en el siglo XVII. Su propósito, robar el manuscrito, descifrarlo y abrir las puertas para el regreso de Yog-Sothoth. Ante su fracaso, sin embargo, Dunwich no queda a salvo. Algo que sacude la tierra parece no saciar su sed ni su hambre. Los profesores de Arkham están dispuestos a espantar las fuerzas que se han apoderado de Dunwich. 

Lovecraft es uno de los innovadores del relato de terror, a la zaga de Edgar Allan Poe. Aunque ignorado por sus contemporáneos es todo un clásico cuya influencia excede el ámbito de la literatura y alcanza e inspira artistas en general. Particularmente lo conocí gracias al álbum Ride the lightning de Metallica, con la canción "The call of Ktulu". Hoy en día no faltan los videojuegos que recrean sus ficciones, Call of Chathulu. Dark corners of earth, Dark seed o Quake son algunos ejemplos. En Lovecraft el terror se manifiesta en la imposibilidad humana de imaginar otras seres vivos, otros espacios, lo que encierra además toda una mística, una mitología y una cosmogonía; lo desconocido es por tanto un reto para el escritor, que se ve forzado a buscar en el lenguaje la manera de describir aquello que por naturaleza es indescriptible. Lovecraft es creador de todo un género que se ha dado en llamar terror cósmico. 

Hay que señalar, pues, dada la importancia de la obra y de su autor, el esmero de esta edición, de una  encuadernación adecuada, un papel idóneo y una traducción igualmente correcta. Las ilustraciones no solo tienen el reto de estar a la altura de la imaginación lovecraftiana, sino además al nivel del propio ilustrador, Santiago Carusso, que con cada libro se pone a sí mismo el listón cada vez más alto. Particularmente encuentro que consigue pasar la prueba y en momentos estar brillante, pero no llega al nivel de su propio trabajo en La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik, editado por la misma casa. 

 

Ernesto Escobar Ulloa  ©  2012

jueves, 7 de febrero de 2013