¡ bon appétit !
Participación en la convocatoria juevera. En esta ocasión propone, coordina y agasaja una gran anfitriona: San, del blog "Y nacimos casualmente". Se propone una lista de 12 palabras (resaltadas en azul) con las que componer un texto.
Esta es mi modesta aportación. Espero que os guste.
—... unas burbujas de oleaje de mar, el primer beso del primer amor, media docena de la chispeante risa de un niño, unos hilitos del zalamero velo de una novia,... mezclamos bien, añadimos un torrente de carcajadas circenses y una pizca de semillas de ajonjolí bien marinadas con el sueño más hermoso y... ¡voilá!.
Los celadores reían con las ocurrencias del Tirillas, observando cómo preparaba un menú ilusorio con ingredientes de lo más extravagantes para unos comensales tan locos como él, que tintineaban copas imaginarias brindando por aquel maestro de lo etéreo.
—¡Vos, gran chef! —le gritó desde el otro lado de la sala un enfermero prejuicioso y malote—, recuerda que hace años te quitaron las estrellas Michelin.
Sin inmutarse, el Tirillas sirvió parsimoniosamente y con pulcritud la exquisita comida en los platos inmateriales.
El parloteo lábil de los enfermos se trasformó a medida que degustaban aquel manjar virtual, en risas primero, carcajadas luego, y un tumulto de aplausos, vítores, bailes, canciones y gran algarabía al final.
Los cuidadores no sabían que hacer desconcertados por tan súbita, general e inusual muestra de alegría. El sanitario que le había increpado antes se acerco al Tirillas y bajito, casi murmurando, le preguntó:
—Sé que es una locura pero..., ¿qué les has dado?.
El Chef esbozó una sonrisa triunfante y se limitó a estirar una servilleta, garabateada a mano, sobre la mesa. Con gran dificultad, por una letra casi ilegible, el auxiliar solo logró leer las primeras líneas, que decían:
—Menú del día:
Los celadores reían con las ocurrencias del Tirillas, observando cómo preparaba un menú ilusorio con ingredientes de lo más extravagantes para unos comensales tan locos como él, que tintineaban copas imaginarias brindando por aquel maestro de lo etéreo.
—¡Vos, gran chef! —le gritó desde el otro lado de la sala un enfermero prejuicioso y malote—, recuerda que hace años te quitaron las estrellas Michelin.
Sin inmutarse, el Tirillas sirvió parsimoniosamente y con pulcritud la exquisita comida en los platos inmateriales.
El parloteo lábil de los enfermos se trasformó a medida que degustaban aquel manjar virtual, en risas primero, carcajadas luego, y un tumulto de aplausos, vítores, bailes, canciones y gran algarabía al final.
Los cuidadores no sabían que hacer desconcertados por tan súbita, general e inusual muestra de alegría. El sanitario que le había increpado antes se acerco al Tirillas y bajito, casi murmurando, le preguntó:
—Sé que es una locura pero..., ¿qué les has dado?.
El Chef esbozó una sonrisa triunfante y se limitó a estirar una servilleta, garabateada a mano, sobre la mesa. Con gran dificultad, por una letra casi ilegible, el auxiliar solo logró leer las primeras líneas, que decían:
—Menú del día:
1er plato
¡Pero que contento estoy!
Nota: me pasé un poquito en la extensión, espero me perdonen por ello.
Ya lo creo que yo te perdono, si el resultado es tan bueno...
ResponderEliminar¡Ayy, Ibso, ojalá todos los chefs del mundo prepararan tamaños brebajes! Con un menú así yo me engullo hasta tres raciones de cada plato. No hay nada como un corazón contento para escalar cualquier montaña.
ResponderEliminarUn beso enorme, canario de lujo ;))
Un aplauso a tu original relato! La alegría y las ganas de vivir son la mejor medicina, sin lugar a dudas!
ResponderEliminarBss.
Mira por donde eso es lo que voy yo a poner de comer hoy.
ResponderEliminarMuy original tu relato.
Caramaba Ibso! Tu por aquí...Me alegro de comprobar que no has perdido ni un ápice de tu ingenio, ni de tu talento como fabulista o narrador de historias. Te ha quedado redondo.
ResponderEliminarGracias por compartir. UN besote.
Originalísimo relato. Yo también me pasé de palabras, pero desde luego con mucho menos aprovechamiento que en tu caso.
ResponderEliminarDe los mejores que he leído.
Saludos.
Imaginación al poder!!!, me has descolocado con la idea que presentas, y eso es bueno, MUY BUENO.
ResponderEliminarSaludos
Por mi estás superperdonado! Me parece un relato muy muy original!
ResponderEliminarGenial!
mi jueves se ha salido dle camino...pero no es nada, es un mero juego sin arte ni parte, es...bah, comparado con este ingenio que se ata a palabras que nos impuso san...esto sí que es imaginación y una buena armazón...
ResponderEliminarHE DICHO...
MEDIO BESO.
Cómo me ha gustado esto del menú ilusorio!...qué genialidad creativa!
ResponderEliminarUn abrazo
Teniendo en cuenta que en estos momentos en los que vivimos el pesimismo y la tristeza son el pan nuestro de cada día por motivos varios, un cambio en el menú tal y como propones no vendría nada mal.
ResponderEliminarMe ha gustado, así que... Ego te absolvo. ;)
Besos, ibso.
Bien mereció la pena, que te pasaras de palabras, Ibso me ha encantado. Este primer plato preparado por el chef me ha resultado exquisito. Gracias por acudir.
ResponderEliminarUn abrazo envuelto en sonrisas.
Me sirvo un plato de ese menú! Pues... me ha encantado!
ResponderEliminarUn relato muy original y bien llevado, podría decirse que, riquísimo!
Besos!
Gaby*
un gusto compartir este jueves!
Un bonito relato muy bien cocinado Ibso. Me ha parecido muy original la idea del menú ilusorio, yo quiero uno, me han encantado los ingredientes.
ResponderEliminarUn abrazo
El estado de ánimo es esencial para poder sobrevivir, así que con este ingrediente les bastó,
ResponderEliminarMuy original
Un abrazo
Me alegró ver que volvías a las convocatorias y me alegro mucho más tras leerte. Un relato muy imaginativo que es mucho más que la suma de las palabras propuestas.
ResponderEliminarMe ha ENCANTADO.
Abrazos.
Es la primera vez que entro en tu blog, pero ya te enlacé para seguir disfrutando de tus letras. Me ha encantado tu relato en el plato, y tu bonita forma de enlazar las palabras propuestas por San.
ResponderEliminarUn saludo alegre.
La locura del inocente, hipnótica y generosa llevada al terreno de la restauración simulada. Muy buen cuento con el ajuste oportuno de las palabras en cuestión.
ResponderEliminarAbrazos
Me ha emocionado tu relato, he visto a mi hija que con su nariz de payaso, tambien regala sonrisas a aquellos que les faltan.
ResponderEliminarUn beso
Aparentemente se expuso a las burlas de los demás, pero los hizo reir con su ingenio.
ResponderEliminarMás menús como los tuyos hacen falta en muchos sitios, sobre todo en hospitales. Un abrazo.
ResponderEliminarMe pregunto cómo se puede tildar a quien reparte felicidad y sonrisas por medio de una mágica comida confeccionada de magníficos ingrediente, de loco o perturbado mental. Tal vez tegamos mucho de locos los que no somos capaces de motivar esas sonrisas a nuestro alrededor.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el resultado de combinar las palabras que San nos propuso.
Un abrazo.
Quiero ese menú del día, chispeante, zalamero y que roba sonrisas.
ResponderEliminarAsí da gusto, si señor.
Un abrazo :)
Qué suerte que volviste por aquí, Ibso, y con tan buena onda y exquisito menú.
ResponderEliminarOriginal tu relato, con el que es un gusto deleitarse.
un fuerte abrazo (sigue con nosotros, si?)
Buenas noches llego tarde a comentar este relato de hace ya unas semanas pero debo decir que me llego ahora a mi blog , en la entrada y bueno mereció la pena verlo aunque tarde pq es una de los mejores platos que he visto en mi vida ... buen apetito .
ResponderEliminarSimplemente ideal .
Un saludo .
Un día te llamé creativo hoy lo mantengo y añado original. Abrazucos
ResponderEliminarNo sé porqué me lo perdí entonces. Es estupendo.
ResponderEliminarMe hiciste nostalgiar a M. Jesús, Paradela.
Besos.
Ibso, felicidad en Navidad y cada nuevo día.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande.