viernes, 31 de agosto de 2012
jueves, 30 de agosto de 2012
miércoles, 29 de agosto de 2012
martes, 28 de agosto de 2012
Cuando la miro a los ojos y ella mira a los míos, todo lo notas raro, porque te sientes más fuerte y débil al mismo tiempo. Te sientes emocionado y aterrorizado y honestamente no se lo que siento pero se que es el tipo de hombre que quiero ser. Es como si hubieras alcanzado lo inalcanzable y no estuvieses preparado para ello.
Spiderman
lunes, 27 de agosto de 2012
domingo, 26 de agosto de 2012
¿Como hacer?
-Hablamos luego cariño-dijo la voz femenina por el teléfono- te amo-agrego inmediatamente
-Yo igual-dijo el joven. Pero mentía, hacía mucho tiempo que había dejado de amarla, si es que alguna vez lo había hecho.
-Hola amigo-ese sonido melodioso le taladro los oídos. Era ella saludándolo.Era ella, esbelta con su vestido de encaje color blanco y su cabello dorado enmarcando su rostro de porcelana.
Se agacho y le dio un beso en la mejilla.
-Tengo algo de prisa-dijo ella sonriendo-hablamos luego
-Ok-dijo el rozándole la mejilla con los dedos
Ella era la causa de todos sus dilemas, cuando comenzó a conocerla quedo encantado, era la chica más autentica, más real, tierna pero con una fortaleza enorme. Estaba enamorado de ella como nunca lo había estado de nadie.
¿Pero como terminar una relación de dos años sin lastimar a nadie? No podía, lo único que atinaba a hacer era esconder sus sentimientos debajo del estatus de: amigo.
Sharon Eliana
Yo.
Todos los que me conocen saben que me gusta Taylor Swift. Saben que amo a Ricardo Arjona, y saben que odio usar lentes. Todos los que me conocen saben que canto fatal pero lo hago igual porque se siente genial. Saben que escucho música de todos los géneros y que se me la letra de más de cien canciones. Todos saben que la cicatriz que tengo en la boca fue por haber brincado en la cama a los seis años. Todos saben que tengo una obsesión grandísima con Narnia y con cualquier película que se me ponga enfrente. Saben que me gusta mucho el chocolate. Todos los que me conocen saben que amo el anaranjadopero nunca lo uso para vestir. Todos los que en verdad me conocen saben que antes de cada examen me da un ataque enorme de nervios. Saben que me arranco el cabello hasta dejar zonas calvas. Todos los que me conocen saben que me encantan los cuentos de princesas
Todos los que me conocen saben que tengo problemas de concentración y que amo a los gatos. Saben que siempre digo que odio las sorpresas pero en realidad las amo. Todos los que me conocen saben que amo leer y escribir. Saben que soy una cursi irremediable pero que a la vez soy fría y distante. Todos saben la facilidad con la que me pueden hacer sentir mal. Saben que aunque me hagan algo horrible no les dejare de hablar y de portarme adorable. Pero saben que cuando en verdad me enojo, puedo hacer como si no existieras durante un buen rato. Todos los que me conocen saben que soy tímida y con problemas para socializar, pero que en ocasiones tengo momentos de valentía. Todos los que me conocen, conocen a la real, no una copia. Solo me conocen a mi.
sábado, 25 de agosto de 2012
Ella
La chica está sola. Ella tiene miedo porque no hay nadie que la ame y le digo que está bien para respirar. Que fue abandonada porque ella nunca habló y que finalmente perdió la voz. Nadie se dio cuenta cuando desapareció debido a que nadie se dio cuenta que ella estaba siempre allí, en primer lugar. Ella quiere ir a casa, echa de menos la música y las voces de otras personas, pero es demasiado tarde, porque todo lo que queda ahora son los árboles.
Sharon Eliana
viernes, 24 de agosto de 2012
Sorpresa!
-Si alguien tiene un impedimento para que se realice esta boda, que hable ahora ó callé para siempre...-un silencio sepulcral reino en la sala
Yo tenia muchos impedimentos, pero ¿como podria decir que se trataba de que no queria compartir el amor de mi padre?. Permaneci callada.
-Los declaro marido y mujer- declaro el sacerdote con una enorme sonrisa- puede besar a la novia
Y asi, el compromiso quedo sellado con un beso que fue aplaudido por todos, excepto por mi que permaneci mirando la escena con una expresion cordial pero seria en el rostro. Solo fui capaz de sentirme feliz, cuando vi la sonrisa en el rostro de mi padre. Si él era feliz, yo trataria de serlo tambien.
Despues de la misa, siguio la fiesta, esta seria en el jardín de una bella hacienda que habian alquilado. Despues de dejar a Ana Gaby con Alejandro fui a cumplir mis funciones, como hijos de los novios teniamos la tarea de recibir a los invitados. Asi que estabamos ahi parados Victor junto a mi en la entrada, yo con mi vestido azul y Victor con su esmoquin negro.
-Se ven taaaan lindos juntos!-exclamo la madre de Linda, la ahora esposa de mi padre
-Parecen muñequitos de pastel, que linduras- agrego la acompañante
Solo sonreimos como estupidos. Esto comenzaba a hartarme. Solo repetiamos la misma frase a todos los que llegaban, "Gracias por venir", seguido de un beso en la mejilla de mi parte y un saludo de manos por parte de Victor. Habia personas que jamas habia visto. De pronto llego nadamas y nada menos que Daniel , pero llego solo. Lo salude de forma indiferente. Lo mas indiferente que pude.
-Y su esposa, señor?-pregunte amablemente
-No pudo venir desgraciadamente
-Que lastima-fije mi mirada en la suya. Habia decidido ya no agachar mas la vista. Por mas fuerte que fuera su mirada a no lograria aplastar la mia y hacer que la desviara. Supongo que esto lo extraño un poco.
-Te gusta ese sujeto, verdad?-pregunto Victor jugueton como siempre-Te pones como gelatina cuando te mira
-Si Victor me fascina, me encanta, estoy enamorada de él, me exita el solo mirarlo-le respondi con voz sarcastica
-Bueno ya, era una broma-dijo y siguio saludando a los demas invitados
Aunque lo habia dicho en tono de broma, era real, era muy cierto lo que le habia dicho a Victor. Me encantaba mirar a Daniel.
La fiesta transcurrio con tranquilidad. La luz solar dio paso a un bello atardecer y despues de este llego la oscuridad y con ella la necesidad de encender faroles. Hubo música, el primer baile como esposos de los recien casados, se tomaron fotografias. Despues llego la hora de servir la cena. Un platillo de cuatro tiempos.
Mi mesa estaba junto a la mesa de los novios, conmigo estaban Ana Gaby, Mauricio y los padres de Linda.
Alejandro estaba instalado en la mesa de sus padres y al parecer se habia reconciliado con Melody pues la pude ver sentada junto a él. Yo no sabia bailar y para mi sorpresa Ana Gaby si, se levanto a bailar con Mauricio y solo quede yo en la mesa pues todos estaban en la pista de baile. Al otro extremo pude divisar la mesa de Daniel, estaba rodeado de varios hombres mas y charlaban animosamente. Me levante de mi silla y camine por el jardín hasta un frondoso árbol. Me recargue del lado opuesto al de la fiesta me quede inmovil.
De pronto, asi como eran sus apariciones llego Daniel. Como era su costumbre me acorralo contra el árbol.
-Y como estamos hoy Clara?-pregunto burlon
-Bi...bien-respondi, me sentia nerviosa y molesta y ansiosa
Rozó su nariz con la mia y pude sentir su delicioso aroma
-Aqui tambien hay mucha gente-murmuro soltandome
Pero esta veces no se lo permitiria, ya no se burlaria de mi. Antes de que se alejara de mi lo tome del saco y lo atraje hacia a mi buscando sus labios y lo bese de la misma forma que él lo habia hecho la primera vez. Lo bese con fuerza, con urgencia, con rabia por las veces que habia jugado conmigo. Y él... me correspondio. Paso sus manos alrededor de mi cintrura y pego su cuerpo al mio sin despegar sus labios de los mios. Cuando estuve segura de que no me dejaria solte su traje y le eche los brazos al cuello, comence a acariciar su cabello. Ahora estaba segura de algo. Estaba enamorada de ese hombre.
-¿Qué hacen?-escuchamos una voz que se podia sentir curiosa y extrañada, pero a la vez molesta.
Solto mi cintura y yo su cuello y ambos miramos al recien llegado sin saber que hacer y que decir.
Sharon Eliana
jueves, 23 de agosto de 2012
Todo por miedo.
Tomo el anillo entre sus manos. ¿Valdría la pena arriesgarlo todo? Era una difícil decisión, pero él ya no quería perderla, no de nuevo, esta vez no podría soportarlo.
Trago saliva al recordar el día en que termino con ella. Las lagrimasen sus ojos y como lo único que atino a hacer fue darle un beso en su frente. Recordó haberse sentido como un canalla.
Pero ahora todo estaba arreglado, ella lo había perdonado y había aceptado salir de nuevo con él. La había hecho feliz durante los últimos meses, pero ella aún tenía sus reservas, los besos estaban llenos de miedo. Cada abrazo y cada caricia la hacían sobresaltarse. Era doloroso saber que todo eso era por su culpa.
Escucho un ruido en su puerta. Era ella. Cuando entro la saludo con un beso en la mejilla. Ella sonreía, se veía tan bella. Su piel morena y sus ojos azules. Su cabello rizado y negro le cubría parte del rostro. El vestido verde que usaba tan ceñido a su cuerpo. Ella era perfecta para él. ¿Por qué no lo vio antes? ¿Por qué no se dio cuenta de eso cuando todo estaba bien entre ellos?Sabía porque, había tenido miedo. Mucho miedo, por primera vez en su vida se estaba enamorando y eso lo lleno de temor.Sacudió la cabeza y saco los malos recuerdos de su mente. Ahora estaba listo y sabia que ella era lo que quería, ella era su futuro. Se arrodillo frente a ella y le mostro el anillo ante la cara sorprendida de la chica. El silencio reino después de eso. Su corazón latió rápidamente mientras esperaba la respuesta de ella.
Sharon Eliana
Crear vinculos
Entonces apareció el zorro:
-¡Buenos días! -dijo el zorro.
-¡Buenos días! -respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vio nada.
-Estoy aquí, bajo el manzano -dijo la voz.
-¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el principito.
Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa “domesticar”?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa “domesticar”?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -dijo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa “domesticar”? -volvió a preguntar el principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa “crear vínculos… “
-¿Crear vínculos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo…
-Comienzo a comprende r -dijo el principito-. Hay una flor… creo que ella me ha domesticado…
-Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el principito.
El zorro pareció intrigado:
-¿En otro planeta?
-Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
-No.
-Nada es perfecto -suspiró el zorro.
Y después volviendo a su idea:
-Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol.Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.
El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
-Por favor…domestícame -le dijo.
-Bien quisiera -le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
-¿Qué debo hacer? -preguntó el principito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca…
El principito volvió al día siguiente.
-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón… Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -inquirió el principito.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:
-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.
-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique…
-Ciertamente -dijo el zorro.
-¡Y vas a llorar!, -dijo él principito.
-¡Seguro!
-No ganas nada.
-Gano -dijo el zorro- he ganado a causa del color del trigo.
-Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros.
Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
-Adiós -le dijo.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple : sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
-Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse.
-Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
-Es el tiempo que yo he perdido con ella… -repitió el principito para recordarlo.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa…
-Yo soy responsable de mi rosa… -repitió el principito a fin de recordarlo
-¡Buenos días! -dijo el zorro.
-¡Buenos días! -respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vio nada.
-Estoy aquí, bajo el manzano -dijo la voz.
-¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el principito.
Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa “domesticar”?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa “domesticar”?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -dijo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa “domesticar”? -volvió a preguntar el principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa “crear vínculos… “
-¿Crear vínculos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo…
-Comienzo a comprende r -dijo el principito-. Hay una flor… creo que ella me ha domesticado…
-Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el principito.
El zorro pareció intrigado:
-¿En otro planeta?
-Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
-No.
-Nada es perfecto -suspiró el zorro.
Y después volviendo a su idea:
-Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol.Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.
El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
-Por favor…domestícame -le dijo.
-Bien quisiera -le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
-¿Qué debo hacer? -preguntó el principito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca…
El principito volvió al día siguiente.
-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón… Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -inquirió el principito.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:
-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.
-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique…
-Ciertamente -dijo el zorro.
-¡Y vas a llorar!, -dijo él principito.
-¡Seguro!
-No ganas nada.
-Gano -dijo el zorro- he ganado a causa del color del trigo.
-Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros.
Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
-Adiós -le dijo.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple : sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
-Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse.
-Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
-Es el tiempo que yo he perdido con ella… -repitió el principito para recordarlo.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa…
-Yo soy responsable de mi rosa… -repitió el principito a fin de recordarlo
...
¡Por favor dibujame un cordero!
El principito, Atoine de Saint-Exupery
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