Isabel Allende
1.8.15
Creciendo
1.8.13
Video: No es maña
No existe una única forma de ser padres, ni de ser hijos.
¡¡¡Espero que sea de gran utilidad!!!
6.1.10
Niños "bien portados"
Debido a esto yo me pregunto si los adultos sabemos y entendemos ¿Que es Portarse bien? Nosotros como padres hemos hablado y reflexionado mucho acerca de este tema, y casi siempre llegamos a la misma conclusión, como adultos pedimos ó exigimos a los niños, más de ellos mismos, sin tener en cuenta en muchos momentos lo que sienten, piensan ó desean, colocando así nuestros deseos, por encima de los suyos propios teniendo un poco de ventaja por nuestra autoridad; con esto no queremos decir que debemos dejarlos hacer todo lo que quieren, sino aprender a identificar sus necesidades, para negociar de una forma acertada las diferentes situaciones que se nos presentan.
Casualmente hoy me he encontrado con un excelente y acertado articulo, el cuál espero que sea de mucha utilidad, para todos aquellos padres que al igual que nosotros, andan buscando respuestas para saber que hay más allá de ese "Pórtate bien"
Para leer el articulo puedes hacer clic en el siguiente enlace:
...."Como padres de familia, probablemente en alguna oportunidad habrán sentido presión de los adultos a su alrededor respecto a su función de educadores de sus hijos. De hecho, en ocasiones (si no es que con frecuencia), se siente que el comportamiento de los hijos es evidencia de qué tan buenos padres o madres de familia somos. Lamentablemente, muchas veces este querer “demostrar” nuestras habilidades educativas y “exhibir” hijos “bien portados” hace que adoptemos actitudes represivas con ellos o los sobornemos con premios, pretendiendo que se comporten como adultos cuando aún les falta mucho para ello"....
Licenciada en Educación
Muchas veces hemos caído en la típica frase: Si te portas bien, pasará algo y si te portas mal, no tendrás algo, realmente no comparto la idea que nos venden de las recompensas, las pegatinas y otros tantos métodos poco eficaces, y que considero sobornan a los nenes, pero también por muchas más razones, espero en otro post profundizar más al respecto.
Saludos cordiales.
24.11.09
Cambiando, Creciendo, Aprendiendo....
Después de unos días muy difíciles y de mucha reflexión quise compartir algo de lo que estamos viviendo por estos meses....
Nuestro nene está Cambiando, está Creciendo, y junto a él estamos Aprendiendo a enfrentar, nuevas situaciones; el mundo de los niños no es lo que nosotros creemos ó pensamos que es y ellos así nos lo hacen saber y sentir....
8.10.09
Las Palabras Mágicas, hay que hablar desde el Corazón
Las imagenes las encontré en www.google.com
El Articulo dice
Por Jan Hunt, M.Sc.
Sugirió además que estas palabras son la consideración más importante, y que los padres deben recurrir a la fuerza, si es necesario, para extraerlas de ellos. Es natural sentirse herido cuando parece que nuestra amistad se da por sentado. Pero tal vez deberíamos mirar un poco más a fondo, sobre todo cuando se trata de niños.
"Reproducido con autorización the Natural Child Project, para ser publicado en nuestro blog.
Traducido al Español por Martha Medina para Beso de Amor, con autorización de su autor, titulo original en Inglés: The "Magic Words" Must be Spoken from the HeartThe Unschooling Unmanual (The Natural Child Project, 2008)
The Natural Child: Parenting from the Heart (New Society, December 2001)
Jan ofrece consejería telefónica en todo el mundo sobre la crianza con apego y unschooling. Para obtener sus libros ó más información puedes dejar un mensaje gratis al telefono: 877-593-1547 también puedes visitar sitio web en http://www.naturalchild.org/ ".
Muchas gracias.
24.8.09
Aprendiendo de Ti...
¡¡Hola todos!!
Quiero agradecer muy especialmente a mí esposo y a mi amiga Elena B., y por supuesto a ustedes nuestros suscriptores y visitantes, que hacen de este espacio algo muy especial y que sea una gran razón para seguir adelante, a pesar de las adversidades...
Bueno ellos me motivaron a escribir este post, luego de algunos días muy dificiles por los que pase... Hoy quiero decirles gracias por sus palabras de aliento cuándo más las necesitaba y sentía desfallecer, gracias por el apoyo incondicional que me demuestran a diario, y por las buenas vibras. Espero poder ayudar en algo a otras personas que buscan no sentirse solos en este maravilloso camino aprendiendo a ser papás y mamás, que al igual que nosotros, desean lo mejor para sus hijos, que de alguna manera están viviendo y sintiendo lo mismo...
¿Alguna vez has sentido que estas perdiendo el norte, y te preguntas una y mil veces si estas haciendo las cosas bien ó si por el contrario estas fallando en algo? Bueno yo siii muchas veces y en otras me he sentido un poco desorientada, porque estamos viviendo nuevas situaciones y nos estamos enfrentando a nuevos retos, nuevos desafíos en la Crianza de nuestro hijo, que ya se hace grande y así nos lo deja saber....
Hace unos días estuvimos de visita en casa de nuestra amiga Elena Nieto, (En una reunión que estamos tratando de organizar, con nuestra tribu, en el blog de Mamas Koala hablare con más detalle acerca del tema). Bueno David disfruto mucho, y aunque la pasamos bien, debo admitir que me sentí a prueba con el comportamiento de nuestro hijo; las cosas estan cambiando, creí que nos lo hubieran cambiado, siii es en serio, tuvo varias pataletas y nada parecía funcionar; después de todo hubo un momento en el que me quede en blanco, y claro poco después las dudas no se hicieron esperar....
Nuestro hijo nos hace buscar respuestas a lo desconocido, y de alguna forma ese día fue diferente, porque nos estamos enfrentando a nuevas situaciones las cuales nos pueden llevar al límite de nuestra paciencia, y ponen a prueba todas nuestras creencias sobre la crianza respetuosa y entonces no somos todo lo buenos que deseamos ser, pero lo intentamos; y seguimos en la búsqueda...
De camino a casa y luego de tener una charla juntos, empecé a revisar si estamos fallando en algo... Me sentí mal por él, verlo llorar desconsolado, confundido, y enojado por no obtener lo que quería, fue duro.... Solo se que lo único que funciona es el amor incondicional, la paciencia y la constancia en lo que hagamos, pero sobre todo estar siempre dispuestos a la comunicación en familia....
Se que nuestro nene se esta haciendo grande, y lo entiendo, de verdad; se que se esta auto afirmando como una personita independiente, se que quiere todo y no quiere nada, al mismo tiempo, y lo único que deseo es verlo crecer feliz, y que sea un hombre de bien... El es nuestro gran maestro, es un niño muy inteligente, y tierno, pero al mismo tiempo tiene carácter fuerte y desafiante...
Gracias a él estamos aprendiendo a ser padres, estamos aprendiendo a ver más allá de nosotros mismos, para entenderlo y guiarlo por este camino que es la vida de la mejor forma, con cada nueva situación que se nos presenta, vamos aprendiendo cosas nuevas, vamos rectificando ó ratificando lo que pensamos y creemos, de hecho nos damos cuenta, que las cosas son muy diferentes a todo lo que dicen los demás.
Buscando algo acerca del tema encontré este articulo y pensé en compartirlo con ustedes, dice:
Algunos Tips para manejar la Rebeldía y los Caprichos en los niños:
Esta fase de la terquedad se atenúa mandando y prohibiendo lo menos posible, armándose de toda la paciencia del mundo, aunque sí manteniéndose firme en lo estrictamente necesario.
Sitio Oficial Aquí
27.5.09
"Cuándo no nos entendemos"
"MI MAMÁ Y YO A VECES NO NOS ENTENDEMOS"
Publicado en revista Max Mara. Ayuntamiento de Bilbao.
¿Cuántas veces hemos pensado, que están “sordos”?
¿Qué paciencia hay que tener en el difícil oficio de ser madre y padre!
¿Por qué les cuesta tanto escucharnos? ¿Por qué no colaboran?...
Estas reflexiones y sensaciones son bastante comunes en el mundo de los adultos.
Sin embargo, el mensaje de “desayuna que hay que ir al cole” o lávate los dientes para ir a la cama”, parece muy sencillo como para ser entendido.
Sitio oficial Aquí
21.4.09
Siete Mitos de la Crianza
Foto: (www.flickr.com/) Madres e hijos de Alberto Lumbreras
1. No debes tomar a tu hijo en brazos cada vez que llore:
Muchos creen que al hacerlo, el niño se acostumbrará a usar el llanto como técnica para obtener lo que quiere. Lo cierto es que al menos hasta los seis meses, su única misión es esa: llorar para demostrar que necesita algo. Por lo mismo, el objetivo central de los padres debiera ser atenderlo (cambiándole el pañal, alimentándolo o tan sólo regaloneándolo). Naturalmente, un niño cansado puede llorar un buen rato antes de quedarse dormido y no es necesario que sus padres salten a su lado cada vez que suspire. Pero hay que tener claro que es la falta de respuesta de parte de los adultos lo que enseña a los niños a manipular y no al revés.
2. Si no los castigas, tus hijos harán lo que quieran contigo:
Los expertos han estudiado a las familias en que los padres en vez de castigar a sus hijos cuando hacen algo incorrecto, les explican las razones de por qué no deben hacerlo. Resultado: logran mantener la situación bajo control y lo incitan a desarrollar la autodisciplina. Por el contrario, cuando la política familiar es la de castigar a los hijos cada vez que se portan mal, se obtiene una peor conducta. Y es que el castigo, después de todo, no es más que causar sufrimiento, ya sea física (pegándole al niño) o psicológicamente (privando al niño de goce). Este dolor que el padre infringe en el hijo, aunque crea que es para bien, difícilmente generará algo constructivo. Claramente algunas intervenciones (como llevar al niño a un “tiempo fuera” ó alejarlo de la situación que causo la pataleta si éste ha perdido el control) pueden ayudarlo a retomar la compostura. Pero en ese caso, el “tiempo fuera” no está siendo usado para privar al niño de goce, sino para ayudarlo a calmarse.
3. Se debe forzar a los niños a crecer:
Algunos padres se obsesionan en que sus hijos actúen como grandes. Se llenan de libros sobre el tema y dedican su tiempo con ellos a corregirlos. Afortunadamente, no es necesario hacer del diario vivir una lección o una oportunidad de aprendizaje. Las relaciones de amor comunes y corrientes son la mejor forma de enseñar y el mejor escenario para que los niños crezcan.
4. Los “dos años” son terribles:
Esta edad (que en realidad va desde los 18 a los 30 meses) es maravillosa, aunque también tiene su lado agotador. Lo que ocurre es que a los dos años los niños descubren nuevas maneras de explorar el mundo y comunicarse. Aquí la clave es la supervisión, teniendo en cuenta que es más productivo controlar las “situaciones” que al niño y cada una de sus acciones y movimientos.
5. Los padres no debieran pelear delante de los hijos:
Es prácticamente imposible marginar a los niños de todos los conflictos que afectan a sus padres. Por lo mismo, si éstos quieren que sus hijos se conviertan en personas respetuosas y disciplinadas, deben serlo ellos mismos. Lo ideal será que discutan en privado, pero cuando esto no sea posible, se deben esforzar por evitar las palabras hirientes y las reacciones impulsivas entre ellos.
6. Puedes confiar en el instinto maternal:
No siempre… ¿cuántas veces hemos corrido a casa seguras de que la ambulancia que escuchamos iba para allá? En general, el instinto maternal a seguir es aquel que dice a las madres que gocen a sus hijos, les demuestren libremente su amor y les ofrezcan cariño y protección cuando sea posible.
7. “Sobornar” a los niños está mal:
Es común que los niños se pongan mañosos o les den pataletas cuando están cansados o tienen hambre. Ayudarlos a superar ese estado requiere de mucha paciencia, para lo cual será necesario usar palabras, gestos e infinitas demostraciones de cariño. Distraer al niño con un juguete no es “soborno”, sino sólo una manera de ayudarlo a recuperar su equilibrio. Mucha gente piensa lo contrario, pero lo cierto es que lo que le importa al niño no es el regalo en sí, sino el tiempo que le están dando sus padres. Sólo podemos malcriar a un niño cuando usamos un regalo concreto para sustituir la atención o el cariño.
Por: Elizabeth Berger MD Psiquiatra infantil estadounidense, autora del libro “Raising Children with Caracter” (http://www.parentigbyheart.com/), casada, madre de dos hijos, y colaboradora exclusiva de revista HF.
Sitio Oficial Aquí
22.1.09
"Los Miedos Infantiles"
El Articulo dice:
Nuestros hijos, tienen miedo?
Qué es el miedo y para qué sirve?
Qué podemos hacer con él?
Estas son algunas de las preguntas más habituales, tanto en la consulta privada como en las Escuelas de padres-madres.
- ¿Qué es el miedo, que tanto miedo nos da?
- El fuego.
- La agresión (ser pegados o castigados)
- El abandono de los seres queridos (éste es el más importante para su integridad emocional)
- A lo desconocido (A lo nuevo, si no hay presencia que asegure)
- A la oscuridad (necesitan de nuestro acompañamiento)
- A los fantasmas, monstruos (La t.v. es muchas veces la causa directa de escenas impactantes) Ningún menor de tres años, debiera estar ante la T.V. No la necesitan y no están maduros para integrar las imágenes).
- A los animales (algunos niños adoran a los animales. Otros los temen. Es importante, la actitud tranquilizadora y positiva del adulto)
¿Que hacer ante el miedo?
Lo primero de todo, contactar con nuestros propios miedos y analizar si consciente o inconscientemente, se lo transmitimos. En segundo lugar, nunca negar su miedo. No somos quienes para poner en duda su sentimiento, independientemente de la edad que tengan. NO se debe humillar la vivencia del miedo, aunque no se entienda. En tercer lugar, empalizar y dar seguridad con nuestra actitud corporal, tono de voz, afecto y sobre todo presencia, si la requieren. No debiéramos de negarles nuestra compañía. Es lo única que les da seguridad, y desde ahí podrán superarlo con la edad. Por supuesto, que no utilizar historias de miedo (“si te portas mal, vendrá…” o “ no te querré”, para lograr obediencia. Tampoco contar historias de miedo o terror.
7.1.09
De la dependencia a la Independencia
¡¡Hola, hoy quiero compartir con ustedes un excelente artículo que encontré, es un poco largo pero vale la pena!!
Habla justamente de lo que actualmente estamos viviendo con nuestro hijo David, tiene dos años y cinco meses, es un niño muy feliz, tierno, juguetón y parlanchin; creo que esta dejando se ser bebe para convertirse en niño, y a veces siento que estamos fallando en algo, queremos respetar sus frustraciones, sus momentos de enojo y de felicidad, sus rabietas, y el querer hacerlo todo el "Solito". Pero hay situaciones que nos superan....Queremos guiarlo de la mejor forma sin llegar a sobre protegerlo, así que me parece que este articulo nos da muy buenas pautas para llevar de la mejor manera esta etapa en su crecimiento, con Amor y con Respeto...
Cuando nace, el bebé está sujeto a que sus papás lo alimenten, lo limpien, lo muevan o lo abriguen. Poco a poco podrá hacer estas cosas por su cuenta, pero solamente lo conseguirá si lo dejamos practicar.
El pequeño tiene que aprender a comer y dormirse solo, a moverse de un lado a otro, a decidir lo que quiere y lo que no quiere hacer, a saber qué desea y a conseguirlo cuando sea posible. Cualquier cosa que realicemos por nuestro hijo cuando él ya sabe hacerla, es un obstáculo que ponemos a su desarrollo.
Es mucho más fácil vestirlo o darle de comer en la boca, así no tenemos que esperar a que él
Tampoco es conveniente pedirle antes de tiempo lo que aún no es capaz de hacer
Al principio hay que enseñarle. Repetirle varias veces cómo se hacen las cosas: “Y ahora tallamos las rodillas con la esponja”, “Primero metemos la cabeza y luego los brazos”. Debemos observarlo y dejarlo que pruebe. Él irá demostrando sus habilidades: a los siete meses podrá quitarse los calcetines, a los cuatro años será capaz de vestirse solo; a los diez meses comerá con las manos, a los tres años manejará bien una cuchara. Es un verdadero arte ir a su paso: ni más rápido ni más lento.
Aunque el niño depende de sus padres y de los adultos en general, se encuentra en una lucha constante por su independencia física y emocional
A esta edad el niño quiere que lo apoyemos, pero también que lo dejemos libre. Se enoja cuando no le permitimos hacer todo por sí mismo, pero al mismo tiempo pide ayuda. En estos primeros años van a darse etapas en las que hace berrinches, desobedece y dice “no” a lo que le pedimos. Estos comportamientos son ensayos para aprender. El pequeño no sabe cómo ser independiente, y lo único que puede hacer es rebelarse. Poco a poco, encontrará maneras más suaves, positivas y eficientes de ser autónomo sin causar problemas.
Los padres nos sentiremos menos impacientes si sabemos que estas situaciones incómodas son necesarias para el crecimiento de nuestro hijo
La rebeldía forma parte del impulso natural del niño hacia la independencia. Es sano que el pequeño nos necesite cada vez menos.
Contemplar el camino completo del desarrollo del niño y saber a dónde va puede aliviar las tensiones del viaje; si sólo vemos los baches y las barrancas, no disfrutaremos del paisaje y de las flores y, sobre todo, no apreciaremos ni nos daremos cuenta de cómo nuestro hijo va adquiriendo la capacidad de resolver sus propios asuntos, de ser responsable, independiente y autónomo.
El niño quiere que lo apoyemos y que lo dejemos libre
Para dar un salto, regresamos unos pasos. Para cruzar un río, nos detenemos un tiempo hasta encontrar el sitio más seguro. El niño hace lo mismo. Así es el crecimiento. Los retrocesos en algunas ocasiones son buenas señales de que el niño está preparándose para avanzar. Sucede también que algunas situaciones como el cambio de casa, el nacimiento de un hermanito, las tensiones en la familia o algunas pérdidas importantes, provocan algún retraso en el niño. Si ya había dejado el biberón o los pañales, vuelve a necesitarlos; si ya guardaba sus cosas, vuelve a dejarlas tiradas
Por el contrario, debemos apoyar a nuestro niño, ayudarlo un poco más en lo que hace, acompañarlo a la hora de dormir, decirle palabras de aliento, permitirle estar más tiempo con nosotros, manifestarle nuestro afecto.
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5.11.08
"Yo Solito" las nuevas palabras de nuestro hijo
Durante los primeros meses de vida, tu bebé depende de ti totalmente, pero cuando empieza a moverse por sus propios medios, aunque sea gateando, empieza a ser autónomo.
Mes a mes comprobarás cómo va haciendo cada vez más cosas por sí mismo. Esto supone más trabajo para ti (porque tienes que estar más pendiente de él) pero también te hace sentirte orgullosa y feliz de ver cómo tu peque va creciendo. Tu hijo tiene todo por aprender en este mundo, y tú puedes guiarle, con mucho amor y paciencia, para que cada paso que dé asiente su seguridad. Aquí tienes algunos de los avances más importantes en los que puedes ayudar a tu hijo. Recuerda que las edades son aproximadas, cada niño es completamente diferente y tiene su propio ritmo:
“Ya como solito”Al principio pondrá todo perdido; sólo es cuestión de paciencia. Entre el año y medio y los dos años él mismo te pedirá que le dejes comer solito. Le será mucho más cómodo si los cubiertos están adaptados para él. La cuchara debe estar especialmente diseñada para sus pequeñas manitas. También es recomendable que su vaso tenga asas, y que no sea de un material que se rompa fácilmente. No le regañes si tarda mucho o si pone todo perdido al intentar comer él solito: al fin y al cabo, está aprendiendo. colócale un babero que impedirá que se manche la ropa. No le dejes comer viendo la televisión, le distraerá y tardará más en comer. Empieza a acostumbrarle a lavarse los dientes después de cada comida, para que aprenda cuanto antes este hábito.
“Ya me visto solito” Déjale que elija su propia ropa. Tú siempre puedes intentar orientarle sobre los colores que mejor combinan, pero es bueno que vaya desarrollando sus propios gustos y aprenda a tomar decisiones. Sobre los dos años de edad los niños pueden empezar a vestirse solos. No te impacientes; es mejor que os levantéis diez minutos antes todas las mañanas y que se vista con tranquilidad a que acabes haciéndolo tú porque tenéis prisa. Con algunos pequeños trucos será más fácil: cómprale ropa que tenga pocos botones, opta por los corchetes, los pantalones de gomas y el velcro para los zapatos, un dibujo en la parte exterior de los calcetines le ayudará a saber cuál es de cada pie, igual que los jerseys con un dibujo en la parte delantera.
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22.9.08
"¡Es mío, mío y sólo mío!"
"Mío, mío y sólo mío". Éstas son palabras familiares para los padres que tienen hijos de dos años, e incluso un poco más mayores. En la escuela podemos ver a un niño apropiándose de los juguetes de sus compañeros o al mismo niño reaccionando de manera agresiva si alguien intenta arrebatarle los suyos. No hay por qué intranquilizarse. Esta actitud es comprensible y, de hecho, necesaria en su desarrollo: nuestro hijo está viviendo una etapa de egocentrismo. Durante este período intenta satisfacer sus deseos y enseguida ve en peligro todas sus posesiones, que son las que le proporcionan la diversión y el placer. El niño de esta edad todavía no es consciente de que los otros también tienen juguetes, y de hecho aún le costará un par de años aprenderlo. Debemos entender que necesitará tiempo -durante el cual decidirá qué quiere prestar y qué no-- para asimilar los valores del intercambio y la generosidad.
Nuestro papel es básico para su educación, no sólo porque somos quienes premiamos o reprochamos sus acciones sino también porque tenemos la responsabilidad de explicar por qué "quitarle el osito a Marcos no está bien". Algunas indicaciones útiles sobre cómo podemos transmitir valores como la generosidad son:
Establecer previamente las normas del "juego". Hay que negociar. Por ejemplo, explica a tu hijo que debe prestar sus juguetes a los otros niños, y que eso también debe hacerlo en casa, donde las cosas son de todos y no sólo suyas. Poco a poco irá aprendiendo que los otros también tienen "cosas" (la merienda, un juego nuevo, etc) que le gustaría que compartieran con él.
No crear sentimiento de pérdida. Si tu hijo ha decidido compartir su "amada manta" con un amigo suyo, asegúrate de que ésta volverá a sus manos. En caso contrario, puede tener la sensación de que ha perdido su preciado objeto y por tanto le costará volver a prestar sus cosas. Si llega esta situación y al principio tu hijo se muestra rebelde no se lo reproches porque, igual que los adultos, tiene sus derechos y ha de saber defenderlos.
Exigirse a sí mismo lo que quiere exigir a los otros. Si quieres enseñarle qué es la generosidad, muéstrale ejemplos. Nosotros le servimos de modelos y es fácil que más adelante nos imite. Si te pide algo, actúa como querrías que él lo hiciera.
Ponerse de acuerdo con nuestra pareja en todo lo referente a la educación de los hijos. Es muy típica la situación del niño que quiere salir al parque y que sabe perfectamente a cuál de los dos debe acudir para cumplir sus deseos. Esta situación es especialmente cierta en los hijos de padres separados. Hay que tener cuidado e intentar no crear rivalidades ni hacer chantaje emocional.
Relación entre comprensión y exigencia. A veces se puede pensar, equivocadamente, que ser poco exigentes con nuestros hijos está asociado con ser más comprensivos. Para una buena educación es tan importante ser comprensivos como tener un nivel de exigencia adecuado a su edad.
15.9.08
Las Rabietas
Imaginemos que este hombre solicita una consulta médica porque su mujer hace rabietas sin motivos. O que se junta con sus amigos para contarles que su mujer está loca y que hace rabietas a repetición y no hay forma de hacerla entrar en razones. ¿Nos resulta graciosa la imagen? ¿Tal vez algo ridícula?
Ahora traslademos por un instante esta situación imaginada a la realidad emocional de un niño pequeño. Un niño cualquiera que no sabe cómo pedir lo que necesita, porque lo ha intentado con magros resultados. Ha pedido brazos, mirada, o sencillamente presencia. Pero se le ha hecho saber que su pedido era desmedido o fuera de lugar.
Ese niño a veces enloquece en su desesperación por satisfacer alguna necesidad básica, posiblemente no comprendida por el adulto. Entonces grita, hace berrinches, da patadas, se tira al suelo, llora, se tapa los oídos, tose, vomita; en fin, nos ofrece un espectáculo atroz, sobre todo cuando nos sucede en la fila para entrar a ver un espectáculo de títeres, o durante un almuerzo familiar con tíos, suegros y padrinos como testigos. No es necesario aclarar que nos inunda una imperiosa necesidad de desaparecer de la faz de la tierra en ese preciso instante. Y si fuera posible, también devolveríamos a ese niñito no sabemos bien dónde ni a quién.
Hasta aquí, todas las madres y los padres sabemos de qué estamos hablando. ¿Qué hacer? Tenemos dos opciones:
Uno) Ponernos de acuerdo entre los adultos, asegurando que los niños están imposibles, que las rabietas se les pasarán cuando crezcan y que lo mejor es no darles importancia; o
Dos) Interesarnos en comprender qué le pasa al niño. Para esta última decisión, será menester “rebobinar la película”, y averiguar especialmente qué le estuvo pasando al niño ANTES de la famosa y estruendosa rabieta.
En la mayoría de los casos, hubo pedidos genuinos, respecto a la necesidad de ser mirados, a los pedidos de introspección, de desaceleración de ritmos familiares, a la necesidad de contacto, de escucha, de acercamiento a sus mundos internos. Claro, que todo esto pertenece al universo sutil de los sentimientos, que en principio es “invisible a los ojos”.
El problema es que cuando los adultos no logramos reconocer con sencillez y sentido lógico una necesidad personal, tampoco podemos comprender la necesidad específica del otro, y menos aún si está formulada en el plano equivocado. Generalmente, sin darnos cuenta, pedimos lo que creemos que será escuchado y no lo que realmente necesitamos. A este fenómeno tan frecuente y utilizado por todos nosotros, lo llamaremos “pedido desplazado”. Así las cosas, si sé de antemano que una necesidad no tiene posibilidades de ser escuchada, la voy a expresar a través de otro deseo “escuchable”. Pero así es como se instala el malentendido.
En relación a los niños esta situación es tan corriente que la vida cotidiana se convierte en “un campo de batalla”. Levantarse para ir a la escuela, comer, bañarse, ir de compras, hacer la tarea, llegar o irse de algún lugar, ir a un restaurante en familia, todo parece ser “una lucha” no se sabe muy bien contra quién. Y hemos encontrado un rótulo muy de moda aplicable a casi cualquier situación: “a este niño le faltan límites”, “es un niño caprichoso” o “con sus rabietas no conseguirá nada bueno”.
Si nos enfrascamos en estas creencias, es poco lo que podremos hacer para ayudar al niño a expresarse y encausar su necesidad hacia una resolución posible y para que los adultos podamos compartir momentos felices con los niños, fuera del estrés de quedar atrapados en el circuito de las imparables rabietas.
Para ello, puede resultarnos muy útil ponernos en el lugar de los niños. Imaginarnos en sus cuerpos y en su confusión, en la imposibilidad de comunicar lo que genuinamente les pasa ya que frecuentemente piden “lo que puede ser escuchado”, por lo tanto, los adultos no logramos llegar hasta la necesidad real.
Esto no significa que los adultos tenemos la obligación de “hacer todo lo que al niño se le antoje” ni responder ciegamente a pedidos incomprensibles. Lo que sí tenemos la obligación de hacer, es enterarnos. Ayudarlo a comprender qué necesita. Conversar. Dialogar. Transmitir al niño lo que a nosotros, los adultos, también nos pasa. Y darnos cuenta que tenemos que llegar a algún tipo de acuerdo donde los deseos de unos y otros puedan coexistir.
Si somos capaces de generar espacios de intercambio con el niño pequeño, constataremos que las rabietas desaparecerán. Porque el niño se sentirá escuchado y tenido en cuenta, independientemente si “eso” que deseaba podrá ser o no satisfecho. La prioridad reside en haber sido comprendido por el adulto amado. Dentro de esa relación abierta, de confianza y diálogo, el niño puede pedir lo que quiera, también puede recibir un “no” explicado con sencillez, relacionado con la capacidad o limitación del adulto. De ese modo todos accedemos y compartimos la realidad emocional de todos. Nadie queda excluido. Y ya no será imprescindible comprar un caramelo o vestirse a tiempo. Ninguna situación exigente para el niño devendrá imposible de asumir, porque el niño no estará solo. Sabrá que haga lo que haga, o necesite lo que necesite, los padres estarán cerca para comprenderlo, y encontrar juntos maneras posibles de satisfacerlo.
Esta manera de encarar el “problema de las rabietas” trae consigo otra ventaja: los niños podrán acceder a la realidad de los adultos, interesándose por sus padres y haciendo esfuerzos por comprender el mundo de las personas grandes. Esto les amplía la percepción del mundo, se vuelven niños curiosos y deseosos de saber más, comprender más, y de participar en el intercambio emocional.
Por: Laura Gutman
23.8.08
La Autoestima genera Confianza
Aprenden a decir ‘no’ cuando es necesario.
Se comunican con mayor fluidez.
Reconocen fácilmente los problemas.
Toman decisiones acertadas.
Aprenden con sencillez a cumplir órdenes.
Reconocen con más facilidad los límites.
Se vuelven niños seguros de sí mismos.
Favorece la sociabilidad y el desempeño.
Enfrentan las derrotas con altura y luchan por superarse.
Deje que él realice actividades solo, pero siempre acompáñelo.
No le resuelva todas las dificultades que a él se le presentan; explíquele y ayúdelo a solucionarlas.
Incítelo a colaborar con el arreglo de la casa, a bañarse y comer solo y a seleccionar su propia ropa. Esto le dará autonomía.
Ponga límites y aprenda a decir “no” cuando se debe.
Aunque puede ser flexible, trate de respetar los horarios de las rutinas y de los acuerdos creados.
No sea tan exigente con su hijo; él da según sus capacidades.
Una persona con autoestima defiende sus ideales y principios.
Por Mónica Toro
Independencia y Frustración
Del libro de Penelope Leach
Traducido por Soledad González Mendez
Post Educar con cariño
Sitio Oficial Aquí