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miércoles, 17 de marzo de 2010

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Los alacranes del Alakrana


El Alakrana y sus marineros han sido finalmente liberados, previo pago de un substancioso rescate que parece haber sido abonado por el Gobierno español, y el pacto de algunos compromisos de índole política de los que quizá tengamos conocimiento cierto más adelante.

Y todos felices. En primer lugar, felices las "familias" de los ya ex secuestrados; las familias, esos entes tan caros a nuestro conservadurismo más rancio y ahora tan presentes asimismo en el lenguaje cotidiano de nuestra izquierda claudicante. El individuo ciudadano ya no existe sino tiene tras de sí la "familia", convertida en destinataria de los desvelos de nuestros gobernantes, desde las execciones de impuestos al consuelo ante un secuestro de marineros. Todo sea por la felicidad de las "familias", amén.

Felices también los armadores "emprendedores" y sus colaboradores, que envían marineros pagados con salarios merdosos a jugarse la vida robando pescado en caladeros donde no deberían estar. Había que ver este fin de semana en el telediario del mediodía al patrón de un atunero vasco atracado en Seychelles, fanfarroneando de que al Índico "no venimos a por licencias, sino a pescar". Pues nada, sigan ustedes así y nosotros, el conjunto de los ciudadanos españoles, pagando los gastos de sus emprendedoras depredaciones.

Encantados de la vida los militares españoles, sacando pecho y enseñando esas fragatas imponentes que -también- les pagamos entre todos con cargo a nuestros impuestos. Alguien les tendrá que decir sin embargo, que sus altos mandos y su televisiva señora ministra la cagaron por completo cuando decidieron traer a España a la fuerza a dos somalíes, de un modo que cualquier abogado un poco espabilado podría denunciar ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo por constituir técnicamente un secuestro. Eso sí, la cara que se les habrá quedado a nuestros patrióticos uniformados cuando se hayan enterado de que los atuneros que tan gallardamente protegen en el Índico, y a bordo de los cuales reclama su presencia el Partido Nacionalista Vasco (PNV), suelen enarbolar la ikurriña vasca en cuanto salen de aguas españolas en vez de su amada bandera rojigualda.

Más contentos que un tonto con una tiza nueva deben estar el medio centenar de mercenarios que a razón de 4.000 euros semanales por barba, protegerán los atuneros ¿vascos? ¿ españoles? frente a Somalia. Su entrenamiento ha corrido por cuenta del Ejército, quien les ha suministrado asimismo el armamento de guerra. Los gastos de este capítulo corren por cuenta a medias entre el Estado español y los armadores, como no podía ser menos.

Por no hablar de los medios de comunicación, que durante mes y medio se han puesto las botas gracias a historias de "contenido humano" facilitadas por esa verdadera mina sentimental que son las "familias" de los afectados. Porque el llanto y la pena de la familia atrae un huevo de audiencia, y ustedes perdonarán la manera de señalar. Medio ha habido que siguiendo su línea tradicional de intoxicación de la opinión pública, ha inventado noticias exclusivas en este asunto que jamás existieron; por ejemplo que tres pescadores secuestrados fueron entregados a las familias de los somalíes encarcelados en España para que fueran linchados si llegara el caso (al parecer, hasta los desalmados piratas somalíes tienen "familias"; ya ven, una verdadera pandemia universal esto de las "familias").

Y no olvidemos a los políticos. Ahí tienen a la dicharachera ministra Chacón, facilitando cada día el parte de la guerra del Índico hasta que sus propios compañeros de gabinete hubieron de cerrarle la boca para que no siguiera complicando la situación. O un PP lanzado a toda máquina a abrir vía de agua en el barco del Gobierno Zapatero al precio que fuera, aunque actuando así se arriesgara la vida de las 36 personas secuestradas a bordo del Alakrana. Finalmente Alguien (así, con mayúscula) les hizo callar y esperar a la resolución del caso. Un tantico decepcionados deben andar los del PP, pues. Imaginen que hubiera habido algún muerto entre los pescadores secuestrados; no cuesta mucho visualizar entonces a Rajoy, Cospedal y demás "familia" vociferando que deberían convocarse de inmediato elecciones anticipadas. ¡Cachis la mar, qué oportunidad de forzar un adelanto electoral se ha perdido!.

Y en fin, la opinión pública y la opinión publicada han tenido su generosa ración de morbo, que justamente acaba en final feliz cuando el tema ya comenzaba a aburrir. Como al PP, a los consumidores de sensaciones fuertes les ha faltado un poco de sangre para dar colorido al asunto, pero no teman; barrunto que habrán ocasiones sobradas en el próximo futuro para que salten a los medios exclusivas de más secuestros, y esta vez con algún cuerpo destrozado a balazos o una cara chorreando sangre. Y es que las demandas de la audiencia son sagradas, aquí y en Somalia.

En cuanto a los pescadores, mis parabienes más sinceros. Al cabo son la única gente limpia en toda esta historia de mierda. Ya saben, en cuanto se apague el eco de la fiesta de bienvenida en sus pueblos, al barco y a seguir tentando la suerte. Es lo que tiene ser pobre, que o te joden un día o te joden otro.

En la fotografía que encabeza el post, el atunero Alakrana navega entre dos fragatas de la Marina de guerra española rumbo a las Seychelles.

martes, 6 de octubre de 2009

De piratas vascos y pescadores somalíes

Como ya escribí en un post anterior, para piratas auténticos quienes saquean recursos ajenos sin tener siquiera una licencia de un gobierno que les autorice a pescar en sus caladeros.

La flota española y la japonesa son conocidas y temidas en todos los mares del mundo porque por donde pasan sus barcos-factoría luego no queda ni una sardina, ni un calamar, ni un delfín, ni un tiburón ni ninguna otra cosa que nade o flote. ¿De qué se quejan ahora? Los piratas somalíes son antiguos pescadores artesanales arruinados por esas fábricas de conservas de pescado flotantes que arrasan los mares. Son ellos quienes les han arrojado a su oficio actual.

Los doce atuneros vascos que saquean el Cuerno de Africa se ven obligados a arriesgar cada vez más porque han esquilmado de tal modo los caladeros del Índico, que ni Dios sabe ya qué contienen las latas de atún que luego nos venden. Como explicaba ayer Cándido Méndez en el Telediario, al pesquero Alakrana lo han capturado cuando por orden del armador había salido de la zona protegida por buques de guerra europeos, porque en esa zona ya casi no queda pescado: lo han liquidado todo. ¿Quiénes son los piratas? Obviamente los empresarios que fletan esas flotas saqueadoras y les ordenan dónde realizar las capturas, insaciables “emprendedores” que aprovechándose de la situación de un país sin Estado como es Somalia, arramban gratis con sus recursos naturales.

¿Se imaginan que flotas extranjeras con barcos del porte del Alakrana se pusieran a pescar en el mar de Alborán o en el Golfo de Vizcaya, usando los mismos procedimientos industriales de captura que utiliza la flota española hasta no dejar en el mar nada que tuviera espinas o hueso?.

Y luego está el cinismo de los políticos vascos, especialmente de los nacionalistas. Da vergüenza ajena oír a Josu Erkoreka defender en el Congreso de los Diputados a esos bandidos. ¿Por qué el PNV pone la cara con tanto empeño por los armadores vascos? No desde luego por defender los intereses de las tripulaciones, contratadas en la despreciada España (gallegos, andaluces…) y aún en el Tercer Mundo (africanos negros, marroquíes, asiáticos…). Obviamente los intereses que el PNV defiende son los de empresarios afines, esos piratas que saquean los mares del planeta, de Argentina al Índico. Y lo hacen con peticiones tan ridículas, como exigir que el Ejército español proteja los atuneros y resto de barcos de pesca embarcando en ellos infantes de Marina; sí, reclaman la presencia en sus privadísimos barcos de miembros de ése mismo Ejército al que simultáneamente exijen que abandone el territorio de EuskalHerria.

Qué vergüenza tener que convivir con esta gentuza.

En la foto que ilustra el post, un atunero español (vasco) navega en aguas cercanas a Somalia escoltado por un barco de guerra europeo. Obsérvese el similar porte y parecido tonelaje entre las dos naves.