Sergio Rigazio
para Emeté
estas son las cenizas de nuestras propias cenizas
lunas ardiendo sobre gallineros
rodoviarias
cruces de caminos
tiznados los ojos de incendiar barrios
y salir a contarlo por los bares
mentiras piadosas de los vagabundos
errantes penas que se guardan sin sentido
sólo porque algo duele
dulcemente hablando
gilipollas de mi corazón:
los trapos
las plumas
la sangre que llevamos es un veneno
un tóxico brillante como la espuma
de los mares que nos sueñan
a veces un caldo de bichos de luz
perlas
manjares
uvas de enamoramientos absurdos
podrían encarcelarnos por estas ceremonias
los altares subterráneos
esas cosas que ya sabéis
no tienen precio y no se nombran
es todo tan frágil
tan luminosamente pasajero
cuando se quiere
eso es todo
parte de algo que no es nada
sin dirección
mero espíritu en el camino
allí debíamos estar
nunca hubo nada errado
ninguna alucinación fuera del tarro de los milagros
salud, amigos
el olvido no fue hecho para nosotros
***
Otro poema de Sergio click aquí
para Emeté
estas son las cenizas de nuestras propias cenizas
lunas ardiendo sobre gallineros
rodoviarias
cruces de caminos
tiznados los ojos de incendiar barrios
y salir a contarlo por los bares
mentiras piadosas de los vagabundos
errantes penas que se guardan sin sentido
sólo porque algo duele
dulcemente hablando
gilipollas de mi corazón:
los trapos
las plumas
la sangre que llevamos es un veneno
un tóxico brillante como la espuma
de los mares que nos sueñan
a veces un caldo de bichos de luz
perlas
manjares
uvas de enamoramientos absurdos
podrían encarcelarnos por estas ceremonias
los altares subterráneos
esas cosas que ya sabéis
no tienen precio y no se nombran
es todo tan frágil
tan luminosamente pasajero
cuando se quiere
eso es todo
parte de algo que no es nada
sin dirección
mero espíritu en el camino
allí debíamos estar
nunca hubo nada errado
ninguna alucinación fuera del tarro de los milagros
salud, amigos
el olvido no fue hecho para nosotros
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