Quizá solo me alcances con tus manos
y el resto sea imposible
quizá los nudos en tus dedos atiendan mi llamado
mientras
la punta de tus nervios sacuda cada vértebra
y cojees buscando el nuevo paso
quizá te enlace por fin a mi horizonte,
y en nuestra babel cotidiana
coincidir en el nombre-del-hijo
del futuro atrapado en el diente
amarillo de Cronos
que ríe,
mientras mis manos arrugan las tuyas
para sostener tu tacto en los días de infortunio
quizá no alcance este espíritu condenado
a las letras y sus agujeros
al edén de tu cuerpo embravecido
que está sabiendo de este otoño
de leche y orquídeas
huele al sudor del intento
de unos dedos que no alcanzan
que no abarcan y enmudecen
mientras retuercen sus nudillos
a la espera
del cóncavo universo en el que habito.