Llegaban unas minivacaciones y en el trabajo todos se despedían deseando los mejores parabienes y un descanso reparador.
Sentía que necesitaba esas vacaciones, intentaría disfrutarlas cada minuto desde que saliera del trabajo ese mismo día, en eso pensaba cuando alguien la tocó por la espalda, ¿Que harás tú en estos días? la voz pertenecía al dueño de la mano que se posaba en su hombro. Se volvió y sonriendo le dijo que saldría sólo unos días y los otros se dedicaría a dormir y descansar. "Yo estaré sólo" a ella se le encogió el corazón al mirar aquellos ojos tristes, en otros tiempos tan bonitos. Como pudo balbuceó que esperaba que al menos le sirvieran para descansar.
La conversación se agotaba, llegaba la hora de los dos besos de despedida, ella pasó su brazo derecho por los hombros como había hecho con el resto de compañeros dispuesta a darle dos besos, él utilizó sus dos brazos para abrazarla fuerte, mientras la abrazaba la dijo que esperara un poco, que no se separara, que necesitaba sentirla cerca... la mano derecha de él se deslizó por debajo del jersey fucsia de ella tocando su espalda y como un resorte la soltó separándose de ella bruscamente, sorprendido de la trayectoria que había decidido seguir su mano, como si tuviera vida propia. "Disfruta de tus vacaciones y cuídate" la dijo mientras se volvía de espaldas.
Ella le vio alejarse, sintió haber visto esos ojos tristes bañados por las lágrimas antes de volverse. Él pensó mientras se alejaba que nunca se perdonaría haber perdido la oportunidad de su vida, ella deseó con todo su corazón que encontrara la felicidad que tanto se merecía.
Sentía que necesitaba esas vacaciones, intentaría disfrutarlas cada minuto desde que saliera del trabajo ese mismo día, en eso pensaba cuando alguien la tocó por la espalda, ¿Que harás tú en estos días? la voz pertenecía al dueño de la mano que se posaba en su hombro. Se volvió y sonriendo le dijo que saldría sólo unos días y los otros se dedicaría a dormir y descansar. "Yo estaré sólo" a ella se le encogió el corazón al mirar aquellos ojos tristes, en otros tiempos tan bonitos. Como pudo balbuceó que esperaba que al menos le sirvieran para descansar.
La conversación se agotaba, llegaba la hora de los dos besos de despedida, ella pasó su brazo derecho por los hombros como había hecho con el resto de compañeros dispuesta a darle dos besos, él utilizó sus dos brazos para abrazarla fuerte, mientras la abrazaba la dijo que esperara un poco, que no se separara, que necesitaba sentirla cerca... la mano derecha de él se deslizó por debajo del jersey fucsia de ella tocando su espalda y como un resorte la soltó separándose de ella bruscamente, sorprendido de la trayectoria que había decidido seguir su mano, como si tuviera vida propia. "Disfruta de tus vacaciones y cuídate" la dijo mientras se volvía de espaldas.
Ella le vio alejarse, sintió haber visto esos ojos tristes bañados por las lágrimas antes de volverse. Él pensó mientras se alejaba que nunca se perdonaría haber perdido la oportunidad de su vida, ella deseó con todo su corazón que encontrara la felicidad que tanto se merecía.
Robert Green Ingersoll