¡Holi!
¡Ya estoy aquí, al fin! Ayer me puse a comentar por algunos blogs, no por todos, pero tranquilos, que poco a poco me iré poniendo al día. Esta semana que he estado fuera he leído solo dos libros, Nerve y El método 15/33. Sé que no está mal, pero esperaba leer más, a ver si estos días me pongo las pilas y doy un avanzón porque estoy hasta el cuello de lecturas conjuntas y libros que tenía pensado leer este mes. Encima tengo muchas entradas pendientes, tanto por publicar como por escribir, por lo que estoy un pelín agobiada. Pero solo un poco, ¿eh? Que con todo se puede, solo se requiere organización.
Os dejo con la reseña de un libro que leí en julio y me gustó, disfrutad de la entrada:
Nombre: Amante consagrado.
Saga: La hermandad de la Daga Negra #6
Autora: J. R. Ward
Editorial: Manderley.
Páginas:587.
Extremadamente leal a la Hermandad de la Daga Negra, Phury no ha hecho más que sacrificarse por el bien de su raza, convirtiéndose en el hermano que tendrá que perpetuar el linaje de su Hermandad. Está obligado a ser el progenitor de los hijos e hijas que asegurarán la conservación de las tradiciones de la raza y que haya futuros guerreros para que luchen contra aquellos que quieren la extinción de los vampiros. Mientras, la intención de la Elegida Cormia, su Primera Compañera, no es sólo ganar su cuerpo, sino también su corazón, aunque para ella sola...
Volvemos a reencontrarnos con estos hermanos vampiros, y esta vez le toca el turno a la historia de Phury. Tengo que decir que este libro no es el mejor de la saga, ni mucho menos, pero tampoco está mal y además es un libro clave para el desarrollo de los siguientes libros de la saga.
Este libro no se centra tanto en la pareja principal, ya que se le da igual importancia a las diferentes tramas. Cormia y Phury aparecen, obviamente, pero no tienen ese protagonismo destacable que han tenido las parejas en los libros anteriores. La novela nos mantiene atentos también a los movimientos de los restrictores, que tendrán un avance que les dará algo de ventaja en la guerra; también habrá muchas más escenas en el local de Rehv (se nota que va a ser el próximo prota) y por supuesto no puede faltar nuestro trío de vampiros: John, Blay y Qhuinn, personajes a los que cada vez quiero más. Cuando aparecían era cuando más me enganchaba, me encantan las experiencias que viven y son de lo más interesantes. Además, hay cierta cosilla que ya me imaginaba pero que sale a la luz en este libro y promete dar mucho juego en los libros siguientes jeje
Puede ser que en otras circunstancias me molestara que Phury y Cormia no tuvieran más escenas, pero en esta novela lo he agradecido. Esto se debe a que Cormia no me ha gustado nada, y no me he creído la relación de esta con Phury, por lo que lo que me ha hecho disfrutar del libro han sido, precisamente, las otras tramas abiertas.
"—Frente a ti, sólo debería estar de rodillas. —Phury puso sus manos con delicadeza sobre los brazos de Cormia—. Frente a ti… Yo siempre debería inclinarme. "
El amor esta vez me ha parecido forzado, en ningún momento he visto un acercamiento sincero y que me pusiera los pelos de punta, o que al menos lo viera con buenos ojos. En mi opinión, Phury no quiere a Cormia, si no que siempre ha estado enamorado de Bella. Cuando ve que Cormia está ahí, sola, desprotegida y que necesita que la cuiden... Bueno, a Phury se le despierta el sentido protector y de afecto, pero yo creo que no es amor. Para mí, ha seguido ese dicho de "un clavo saca otro clavo", para olvidar a Bella. Además, no entendí en qué momento él empieza a sentir algo por Cormia, ya que ocurre repentinamente y sin que pase algo trascendental en la relación de ellos, ningún giro ni conversación importante. Eso sí, Phury es un personaje que me encanta, y lo seguirá haciendo. El hermano gemelo de Zsadist tiene un toque único, lo que hace que me interese mucho lo que le ocurre. Vemos lo enfermo que está y que tiene que enfrentarse a sus problemas él solo, lo que le costará lo suyo. Tiene que sanarse primero para después poder abrirse a otra persona, y esto se refleja muy bien, al igual que se plasma perfectamente la dependencia de sustancias y la adicción. Aunque no sea el tema principal del libro, se le da mucha importancia y se ve muy bien cómo lo pasa una persona adicta a este tipo de sustancias, lo que está dispuesto a hacer por desesperación y los esfuerzos que debe hacer si quiere dejar este vicio.
Cormia, la pobre, me ha parecido más sosa que una comida sin sal. Me cansaba su actitud de no parar de lamentarse y quedarse sin hacer nada. Puede ser que esto se debiera a que el mundo real es nuevo para ella y estuviera acostumbrada a la vida en El Otro Lado, pero jolín, parecía que tenía horchata en las venas. Se dejaba mangonear y luego se largaba a llorar. Menos mal que al final saca un poco su carácter, pero no compensó lo insulsa que fue durante casi todo el libro.
A pesar de no ser el mejor libro de la saga, es clave para el desarrollo del resto de los libros. Hay cambios relevantes en esta lectura que marcarán un antes y un después en la sociedad de los vampiros, sus tradiciones y su modo de vida. Tengo ganas de continuar con la saga para saber cómo se desenvuelve la hermandad en los libros siguientes, con estos cambios introducidos, además de un par de sorpresas que se nos descubren en esta novela y que darán mucho de que hablar (o eso creo yo).
¡Un besote!
Este libro no se centra tanto en la pareja principal, ya que se le da igual importancia a las diferentes tramas. Cormia y Phury aparecen, obviamente, pero no tienen ese protagonismo destacable que han tenido las parejas en los libros anteriores. La novela nos mantiene atentos también a los movimientos de los restrictores, que tendrán un avance que les dará algo de ventaja en la guerra; también habrá muchas más escenas en el local de Rehv (se nota que va a ser el próximo prota) y por supuesto no puede faltar nuestro trío de vampiros: John, Blay y Qhuinn, personajes a los que cada vez quiero más. Cuando aparecían era cuando más me enganchaba, me encantan las experiencias que viven y son de lo más interesantes. Además, hay cierta cosilla que ya me imaginaba pero que sale a la luz en este libro y promete dar mucho juego en los libros siguientes jeje
Puede ser que en otras circunstancias me molestara que Phury y Cormia no tuvieran más escenas, pero en esta novela lo he agradecido. Esto se debe a que Cormia no me ha gustado nada, y no me he creído la relación de esta con Phury, por lo que lo que me ha hecho disfrutar del libro han sido, precisamente, las otras tramas abiertas.
"—Frente a ti, sólo debería estar de rodillas. —Phury puso sus manos con delicadeza sobre los brazos de Cormia—. Frente a ti… Yo siempre debería inclinarme. "
El amor esta vez me ha parecido forzado, en ningún momento he visto un acercamiento sincero y que me pusiera los pelos de punta, o que al menos lo viera con buenos ojos. En mi opinión, Phury no quiere a Cormia, si no que siempre ha estado enamorado de Bella. Cuando ve que Cormia está ahí, sola, desprotegida y que necesita que la cuiden... Bueno, a Phury se le despierta el sentido protector y de afecto, pero yo creo que no es amor. Para mí, ha seguido ese dicho de "un clavo saca otro clavo", para olvidar a Bella. Además, no entendí en qué momento él empieza a sentir algo por Cormia, ya que ocurre repentinamente y sin que pase algo trascendental en la relación de ellos, ningún giro ni conversación importante. Eso sí, Phury es un personaje que me encanta, y lo seguirá haciendo. El hermano gemelo de Zsadist tiene un toque único, lo que hace que me interese mucho lo que le ocurre. Vemos lo enfermo que está y que tiene que enfrentarse a sus problemas él solo, lo que le costará lo suyo. Tiene que sanarse primero para después poder abrirse a otra persona, y esto se refleja muy bien, al igual que se plasma perfectamente la dependencia de sustancias y la adicción. Aunque no sea el tema principal del libro, se le da mucha importancia y se ve muy bien cómo lo pasa una persona adicta a este tipo de sustancias, lo que está dispuesto a hacer por desesperación y los esfuerzos que debe hacer si quiere dejar este vicio.
Cormia, la pobre, me ha parecido más sosa que una comida sin sal. Me cansaba su actitud de no parar de lamentarse y quedarse sin hacer nada. Puede ser que esto se debiera a que el mundo real es nuevo para ella y estuviera acostumbrada a la vida en El Otro Lado, pero jolín, parecía que tenía horchata en las venas. Se dejaba mangonear y luego se largaba a llorar. Menos mal que al final saca un poco su carácter, pero no compensó lo insulsa que fue durante casi todo el libro.
A pesar de no ser el mejor libro de la saga, es clave para el desarrollo del resto de los libros. Hay cambios relevantes en esta lectura que marcarán un antes y un después en la sociedad de los vampiros, sus tradiciones y su modo de vida. Tengo ganas de continuar con la saga para saber cómo se desenvuelve la hermandad en los libros siguientes, con estos cambios introducidos, además de un par de sorpresas que se nos descubren en esta novela y que darán mucho de que hablar (o eso creo yo).
¡Un besote!