El arte de volar, escrita por Antonio Altarriba y dibujada por el popular Kim, novela gráfica muy premiada, editada ya hace unos años, es una inmejorable obra para disfrutar por parte de los aficionados al cómic, introducir a los profanos y, más importante, recuperar algo de la muy maltratada memoria histórica en España.
¿Qué es ser anarquista en el siglo XXI para el ícono del comic y escritor estadounidense Alan Moore? ¿Por qué la anarquía es el estado de aquellos seres humanos que pueden vivir sus vidas de una forma natural? ¿Cuándo no son naturales las fuerzas del orden?
La serie cómic V de Vendetta llevó a la cultura pop el juego de los mundos posibles “ucrónicos”, dejando libre la mente de los lectores de los ochenta por un horizonte de represión futuro distinto a los años noventa que se hicieron historia en la vida real.
El título de la historia que se narra en Stein (Piedra) tiene un sentido poliédrico porque es el nombre de alguien que pudo existir, o no, pero que tiene un gran protagonismo en este libro ilustrado (o cómic) y, a la vez, significa piedra que es algo perdurable, mucho más que la propia memoria, protagonista también de este libro.
Carlos Giménez nació en el madrileño barrio de Lavapiés, cuando solo hacía dos años del final de la Guerra Civil. Creció en un colegio de Auxilio Social, tal y como quedará reflejado en la serie de Paracuellos, una de sus grandes obras, y allí empezó a dibujar tebeos emulando a los que serían sus primeros maestros, como es el caso de Juan G. Iranzo artífice de las peripecias del personaje de El Cachorro.
El británico Alan Moore es uno de los más prestigiosos escritores de cómic de los últimos años; su popularidad ha aumentado con las versiones cinematográficas que han «sufrido» varias de sus obras, y su prestigio aumenta al comparar la indudable calidad y el rigor de la obra escrita con la banalidad de las adaptaciones al celuloide. En el caso de la obra que ocupa estas líneas, con versión fílmica de hace unos años, Moore reiteró su rechazo e indignación desde que leyó una primera versión del guión.
“Quis custodiet ipsos custodes?” (¿Quién vigila a los vigilantes?)
Frank Castle era un ex-marine que, tras luchar con distinción por su país en el extranjero, volvió a casa para trabajar como un agente del FBI. Castle confiaba ciegamente en el sistema para el que trabajaba hasta que un día un mafioso asesinó a su mujer e hijos. El sistema judicial, cuya máxima es la absurda presunción de inocencia, se mostró ineficiente a la hora de darle la Justicia que tanto ansiaba y absolvió a los responsables. Por tanto, Castle, que es más listo que nadie y sabe a ciencia cierta quiénes se encontraban detrás de todo, abandonó su uniforme gubernamental, se enfundó en cuero negro con una gran calavera blanca en el pecho y, llamándose a sí mismo Punisher (“Castigador”) se dedicó a aniquilar de la manera más sanguinaria posible a todos los mafiosos que se encontraban detrás del asesinato de su familia. Y, no contento con eso, vaga por los barrios de Nueva York matando a todos los criminales con los que se encuentra. Porque ante un sistema judicial corrupto e ineficaz, la verdadera Justicia la imparte él.
Antonio Altarriba no debería necesitar presentación, ya dediqué una reseña a su estupenda “El arte de volar”, dedicada a su padre, díptico que completó más tarde con “El ala rota”, dedicada a su madre. Voy a reseñar ahora su trilogía, creo que etiquetado como “egoísta”, que pienso que no puede dejar indiferente a nadie y creo que, más bien, impresionará a la mayoría. El dibujo de los tres volúmenes corresponde al veterano Keko, seudónimo de José Antonio Godoy Cazorla, que me parece también muy notable, acorde con la atmósfera y el universo que Altarriba ha querido crear.
Nadie es responsable de esto en sociedades donde impera la corrección política, la permanente necesidad de autoestima y filosofías positivas de lo más detestables. Este es el contexto donde Altarriba, en “Yo, asesino”, nos muestra que el asesino en serie, que tanto prolifera en la ficción contemporánea, es un síntoma de la falta de interés por profundizar en los mecanismos del mal, de tantos males presentes en la sociedad, y en nuestra propia responsabildad e implicación en ello.
Paco Roca es un conocido ilustrador y dibujante de cómics, con trabajos tan populares como Arrugas (2007), con el Alzhéimer como tema central, o El invierno del dibujante (2010), obra que recoge las vivencias de los autores de historietas en la España Franquista. Con Los surcos del azar, publicada en 2013, nos ofrece la historia de los españoles derrotados en la Guerra Civil y que acaban siendo los liberadores de París en la Segunda Guerra Mundial en un nuevo enfrentamiento con el fascismo.Seguir leyendo Los surcos del azar→
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