No pretendo dar respuesta a esta gran pregunta, porque no me veo con capacidad. Pero sí que quiero compartir algunas reflexiones desde una perspectiva de base.
Tenemos ahora mismo al gobierno más de derechas de la democracia, en lo relativo a la economía y las relaciones laborales como mínimo.
Tanto IU, como el PCE, como alguna otra fuerza política, ha dicho bien claro que había otra manera de afrontar la crisis. Había dos opciones, la que recortaba derechos y poder adquisitivo, y la contraria. El gobierno ha optado por la primera.
Esta acción generó una reacción que tuvo su momento álgido con la Huelga General del 29-S que, si bien no fue la más grande la historia, si que tuvo un seguimiento masivo, y sobre todo, muy por encima de lo que todo el mundo esperaba.
Un inciso: sin entrar en valoraciones cuantitativas, sí que es cierto que es la Huelga General que más elementos ha tenido en contra. No es lo mismo valorar un 70% de seguimiento en un situación tranquila, que en una con tantos elementos en contra. Esta tiene más mérito porque jamás han existido tantas fuerzas luchando contra los intereses de la clase trabajadora.
Dicho esto, en la previa a la huelga, tanto los sindicatos como las fuerzas políticas que han apostado por una respuesta organizada y colectiva antes las medidas gubernamentales, han trazado una alianza táctica con
muchas organizaciones de todo tipo.
Sin duda alguna, la refundación de la Izquierda en este país, pasa por contar con todas esas organizaciones. Es el momento de sentarse, reflexionar, debatir e intentar acordar una agenda común. En definitiva, y absténganse las risas, acordar un programa político para el cambio.
El PSOE no ha dado un giro copernicano, se ha quitado la careta. Este partido es el mismo que regularizó las ETT´s, el mismo que creó los contratos de prácticas y las becas, el que bajó las indemnizaciones por despido, el que permitió la privatización de la sanidad, etc.
Es el momento de abandonar sectarismos. No se puede construir una izquierda en este país sin contar con el PCE. La izquierda puede ser de muchos tipos, puede tener muchos matices, muchas perspectivas. Pero nunca puede ser anticomunista.
A su vez, el PCE, como uno de los mayores partidos anticapitalistas que es, debe apostar por procesos de unidad donde se acuerde un programa y una acción común. Es el momento de recuperar el espíritu de Pepe Díaz.
Estas dos claves, el no anticomunismo y el sí a los procesos unitarios, deben ser la luz que guíe la actuación de las organizaciones e individuos/as que apuesten por un fortalecimiento de la izquierda política y social.
En este proceso hemos generado unas sinergias que hay que aprovechar. No es momento de división ni de estrellitas que se crean fantásticas. No es momento de notables ni lideres autoimpuestos. Es el momento del pueblo organizado.
La tarea es ingente. Probablemente supere la capacidad de las distintas organizaciones para llevarla a cabo. Pero hay que intentarlo, y sobre todo, hay que empezar a intentarlo
Este que les escribe apuesta por esto. Que se sume quien quiera.