El 6 de enero de 1515, una pequeña aldea de indios taínos muy próxima a la ciudad de Santo Domingo, en la isla La Española (Haití, para los nativos), es arrasada por el fuego. Conmovidos por la tragedia, varios frailes dominicos se dirigen a España para rogar al rey que envíe a alguien a la isla para descubrir a los culpables y hacer justicia.
El encargado de la investigación será Fernando de Rojas, hombre resuelto y de confianza, autor de la célebre Celestina, que acepta el encargo pese a las enormes dificultades que entraña. Una vez allí, Rojas conocerá de primera mano la situación en la que se encuentran los indios, cuya población ha sido diezmada desde la llegada de los españoles, que los utilizan como esclavos para extraer oro. De hecho, entre los posibles motivos de la masacre están precisamente el castigo y la venganza por haberse rebelado.
Luis García Jambrina (Zamora, España 1960) es doctor de Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca y profesor titular de la misma. También es crítico literario en el suplemento cultural del diario ABC. Director de los Encuentros de Escritores y Críticos de las Letras Españolas en Verines. Escribe relatos cortos, cuentos novela y ensayo.
En esta ocasión el estimado Fernando de Rojas, conocido por haber escrito La Celestina y su labor como pesquisidor, es llamado por el rey Fernando El Católico, a resolver un misterioso incendió que en la lejana isla de La Española, en 1515, acabó con toda una aldea de taínos recién bautizados y que eran protegidos por una monje que también murió en el lugar. Quien incita la participación de Rojas es su viejo amigo, Fray Antonio, a quien el pesquisidor acompaña en sus últimos días.
Lo curioso es que en ese momento nadie se preocupaba por los indios, y sin embargo, ahí va Rojas a esclarecer lo sucedido, topándose con la realidad de lo mal que los españoles trataban a los nativos y los escasos e inútiles esfuerzos de estos para defenderse. Resaltará acá el papel de una princesa taína que tras haberse casado con un español ha tenido la oportunidad de respaldar a su pueblo y ejercer sus dotes sobre muchos de los llegados a esas tierras, incluso el mismo Rojas.
La novela es sencilla de leer, no tan intensa como otras de la saga, pero interesante por los aspectos históricos de la conquista y colonización de aquella isla del Caribe.
Desde el desconocimiento de la sociedad de la época, creo que se ha construido un relato en el que se describe de forma coherente de la sociedad mostrando la situación en las colonias al final del reinado de Fernando el Católico. La investigación de un asesinato múltiple de “taínos”, le llevará a enfrentarse a la sociedad colonial en Santo Domingo, Fernando de Rojas conoció a una Princesa Taína que desempeñó un papel clave durante su estancia en la isla. Me ha gustado mucho aunque un poco mas flojo que las otras aventuras de Fernando de Rojas. ⭐️⭐️⭐️⭐️
Con este libro se me ha caído el mito del personaje de Fernando de Rojas y me ha decepcionado tanto la historia como el personaje. En este libro no encontraremos muchas de las cosas que habíamos visto en los anteriores. Se hace lento y pesado, con mucha explicación al principio. Pasar de la primera mitad se hace duro y quizá solo a partir de esa segunda mitad el ritmo mejora, pero la historia es floja. Y es que toda la historia es un poco despropósito. Por empezar por un ¿Qué se le pierde a Rojas en Santo Domingo? Para qué iban a enviarlo a investigar un incendio allá porque unos dominicos le llorasen al rey. Es que eso ya es un sin sentido de base. Si la aldea fuese de españoles, igual, pero siendo de Taínos... Recordad que estamos en 1515, las cosas son completamente distintas a la actualidad. Después, una vez que se encuentra en la isla con su amigo fray Antonio, que sale en libros anteriores, pasa de él muchísimo. A penas tiene protagonismo y el autor ha tratado mal a ese personaje, a pesar de ser mayor, no le deja ayudar en la investigación ni le cuenta cosas que en otras ocasiones si le hubiese contado. Se olvida completamente de él. Y si además, nos metemos en lo que pasa con Ana de Guevara... eso si es una verdadera decepción. No me gustó nada que actuase así. Además de estas cosas, el caso en si es bastante inexistente. Y cuando por fin llega a una conclusión no hay sorpresa. Hay personajes secundarios, pero no hay un camarilla que lo ayude a investigar, ni hay más muertes ni sospechas. Sinceramente creo que el autor leyó algo interesante sobre la isla y los taínos y caribes, y aprovechando que fray Antonio estaba en esa isla creo un libro bastante insulso para Rojas. Espero que este haya sido el libro chufa que toda serie tiene y que en el próximo podamos ver al autentico Rojas en acción.
Una intriga detectivesca en los albores del Nuevo Mundo…
La Española, día de la Epifanía de 1515. Una aldea de indios taínos cercana a la ciudad de Santo Domingo sufre un devastador incendio en el que mueren sus habitantes poco después de ser bautizados. Fray José, el dominico trasladado a la isla para evangelizar a los indios, es el encargado de bautizarlos. La noche de la epifanía y tras la celebración del sacramento, se origina un incendio tan devastador que tanto los habitantes como Fray José son víctimas del fatal desenlace.
Talavera de la Reina, unos meses después. Fernando de Rojas, alcalde mayor de Talavera es requerido por dos frailes que dicen venir en nombre del rey en su búsqueda. Desde la lejana isla de la Española alguien ha pedido a Fernando el Católico que mande a Fernando de Rojas para averiguar quién y porqué ha producido el incendio matando a los setenta taínos y a Fray José.
Un viaje al Nuevo Mundo… Acompañado por los dos frailes, Fernando se pondrá en marcha para llegar hasta Sanlúcar, de donde partirá hacía el nuevo mundo. La mayoría de los que se embarcaban se iban pensando en un futuro lleno de oro y riquezas y lo que encontraban al llegar dictaba mucho de lo pensado. Tras una larga y pesada travesía, Fernando llega a La Isla y descubre un lugar paradisiaco pero lleno de intrigas, venganzas y sobre todo un mal trato hacia los taínos que hará que se replantee todas las creencias, tanto de fe como del amor. Higuemota, una taína de alto poder en su aldea hará que Fernando conozca la pasión de un amor que no entiende de razas, credo ni religión y que sucumba tanto de los encantos de la dulce taína como de la exuberante isla de La Española
Mi opinión: El manuscrito de aire nos traslada a los primeros años de colonización de América, un tiempo de luces y sombras, ambiciones y sueños, horrores y contradicciones que marcará un antes y un después en la historia de España. Fernando de Rojas, nuestro más celebre dramaturgo creador de La Celestina entre otras obras, será el encargado de volverse a sumergir en el papel de pesquisidor real, algo así como un detective de nuestra época, para poder averiguar quien ha llevado a cabo la masacre de la epifanía. Y con la gran masacre, comienza una trama donde se mezclan la intriga, y la búsqueda de la justicia, una investigación donde Rojas descubrirá un nuevo mundo, repleto de misterios y una gran belleza. Con una cuidada y elegante pluma, Luis nos muestra como era la vida en los albores de la colonización y el mal trato provocado por parte de los españoles a los pueblos nativos allí residentes, generado por el ansia de poder y el brillo cegador de ese oro que ocultaba las entrañas de la isla. Una historia llena de documentación que queda integrada a la perfección a lo largo de sus veinticuatro capítulos, con un final con giro inesperado incluido, el libro se cierra con un epilogo que le da ese halo de tristeza, pero tan necesaria para este libro.
En conclusión, un libro donde volvemos a acompañar a Fernando de Rojas a resolver un caso complicado pero que con su inteligencia y perspicacia acaba resolviendo. Un libro que recomiendo a todas aquellas personas que les gusta tanto la novela histórica como un buen thriller ya que este libro aúna ambos géneros.
Salvaje no es quién vive en la naturaleza, salvaje es quién la destruye.
La historia se centra más en describir las barbaridades de la conquista americana que en una trama buena y creíble. La serie no me llega a llenar y está novela me ha dejado frío, una trama creada para la denuncia de la conquista, unos personajes nada creíbles en la época que se desarrolla la novela. Es cierto que puede estar bien documentada y que los hechos que denuncia se pueden quedar hasta cortos con la realidad, pero la trama mata el intento de novela. Al protagonista le encargan que averigüe el incendio que ha matado a unos indios en Santo Domingo y allá va nuestro héroe, como si en el siglo XXI fuera sencillo marchar al otro lado del mundo, allí se encuentra lo previsto, abusos y corrupción, pero, aparecen los buenos y ya hay amor y amistad, todo en poco tiempo y con consentimiento de las fuerzas vivas. Fallo.
Una novela recomendada. Aunque sea una novela de ficción, te da mucha perspectiva sobre la realidad de los indios de Haiti en las épocas de la conquista española, te da entender porque han desaparecidos, entenderás las atrocidades cometidas contra los nativos de América.
Isla de la Española (actual República Dominicana), comienzos del año 1515. Se comete un asesinato masivo de indígenas taínos en una aldea y la corona española envía al pesquisidor Fernando de Rojas (sí, el autor de La Celestina) a intentar averiguar qué mano está detrás del crimen.
P. 30: Apenas habían recorrido un par de leguas y Rojas ya se había olvidado de lo que dejaba atrás, para empezar a pensar en lo que le aguardaba al otro lado del océano: un nuevo mundo para su deseo de conocer y un nuevo reto para su inteligencia.
Allí conocerá a personajes como Bartolomé de las Casas o la cacique Higuemota (Ana de Guevara) de la cual se enamora perdidamente. P. 91: Eran tan diferentes, y, sin embargo, había algo que los unía.
Se trata el tema de las encomiendas. Creo que el autor peca de ser políticamente correcto y juzgar con la mentalidad de hoy en día los sucesos acaecidos siglos atrás.
Página 32: Se trata de algo así como el traspaso o la cesión por parte de la Corona de los tributos que los indios deben pagar en su condición de vasallos libres. Pero, en la práctica -añadió con mayor firmeza-, lo que ha ocurrido es que los encomenderos se han servido de ellos para toda clase de trabajos forzados, sobre todo en las minas, reduciéndolos a la casi total esclavitud. Esta ha sido la causa de que muchos perecieran.
Algunas voces, como las de los dominicos y la de Bartolomé de las Casas se levantaron a favor de los indígenas. Pero a la corona le interesaba el oro y la plata de las Indias; no se paraba a pensar que, en su extracción y con los trabajos forzados en las encomiendas, los indios morían a cientos.
Página 37: Y es que, cuanto más oro fluye hacia España, más se desangra La Española.
La importancia de la cultura de transmisión oral para la sociedad taína (por ello este es el manuscrito de aire):
Página 145: Los areítos son muy importantes para nosotros. A través de ellos difundimos los conocimientos y las creencias de nuestro pueblo, el origen de nuestros dioses, las historias y hazañas de nuestros antepasados -le informó Higuemota-. Nosotros no tenemos escritura y, si no hay nadie que lo recuerde, todo eso se perderá como gotas de lluvia en el mar, lo que explica que tengamos tan ejercitada la memoria.
Página 170: Como ya os dije, los taínos no tenemos escritura -comentó ella-, más tampoco la necesitamos. Para nosotros, lo que decimos permanece escrito en el aire, esto es, en nuestra memoria, que en parte es de cada uno, pero también es compartida, ya que está repartida entre las gentes de nuestro pueblo (…) Por eso, cuando recordamos o cuando hablamos con los cemíes [espíritus], es como si lo leyéramos en el aire, que es la fuerza vital que nos une a todos. No en vano las palabras dichas son aliento, mientras que la palabra escrita es palabra muerta.