Zezé es una novela sorprendente que, entre los numerosos avatares -a veces melodramáticos- de la vida de su protagonista femenina, da cuenta de su iniciación en la sensualidad y el sexo de la mano de una compañera de colegio, en lo que viene a ser la primera manifestación de la sexualidad femenina en la obra de una escritora española. Y nada menos que en una fecha tan temprana como 1909. Se trata, además, del primer relato de autoría femenina que, en España, narra experiencias lésbicas, y de uno de los primeros por lo que hace a las literaturas europeas y americanas. En la novela hay desde luego otros muchos elementos de interés, pero no cabe duda de que es el componente erótico lo que llama la atención del lector actual.
Tengo que agradecerle mil veces a mi amiga Lur por regalarme esta maravilla de libro 🌸. Ángeles Vicente fue relegada de la lista de los grandes nombres, así como lo han sido muchas autoras que debieron tener el lugar propicio y el reconocimiento necesario para poder dejar huella; el olvido de esta obra, sin duda no se debe a la falta de talento, sino a un contexto que no supo captarlo con la suficiente fuerza. Esta es la primera obra en castellano en relatar una relación lésbica sin ningún tipo de tabú o prejuicio (vio la luz en 1906, incluso antes del famoso pozo de la soledad, escrito en 1928). Zezé relata su historia de vida a una mujer desconocida, esto en el tiempo que dura su viaje en barco hacia Montevideo. La transición, el viaje y la intimidad que ambas están compartiendo las pone en un sintiempo donde pueden permitirse ver, contemplar el camino de su experiencia vital y, asimismo, poner en tela de juicio las convenciones y los yugos absurdos pero demoledores que han comprendido su experiencia como mujeres. Zezé es audaz, inteligente y la manera en la que logra hilar la historia de su vida, nos hace comprender la fuerza de la protagonista, la cual es consciente en todo momento del sufrimiento de las otras a la par que pone de manifiesto, por necesidad del espíritu, el abandono de las imposiciones y las opciones vitales que ahogan a las mujeres en el contexto de su época. "Había algo inconsciente en mí, más fuerte que yo, que no me permitía aceptar imposiciones de nadie. Siempre he pensado que si a una le quitan la voluntad, la convierten en una pobre cosa, y por eso me he sublevado". La fuerza de muchas de sus reflexiones se me van a quedar grabadas siempre por la actualidad que tienen hoy en un contexto tan diferente: el yugo impuesto no es tan solo material, sino que se manifiesta incluso ahí donde nos sentimos aparentemente libres, donde nos pensamos sin una fuerza exterior actuando. El yugo también está inscrito en nosotras, y es en la crítica constante de nuestras acciones, en la formación de un juicio propio, en la experimentación y el cambio donde encontramos la vía para hacer efectivos otros modos de vivir y reaccionar a lo impuesto. Por eso, cuando Zezé vive sin prejuicios su sexualidad, no encuentra en esta experiencia una vía nueva para amoldarse a la esclavitud amorosa, para abandonarse a un modelo de afección desigual, sino que se despliega más allá en otras posibilidades no contempladas antes para ella: "Él, siempre fino, trataba inútilmente de ocultar su cambio. Yo presentía el desenlace y casi no me importaba. Nunca pude comprender ese sufrimiento por no ser correspondida; siempre he pensado que quien me desprecia no me merece y me he quedado tan tranquila", "Sé decirle que [...] para mí no existe ni el bien ni el mal, ni lo feo ni lo bonito; que admiro lo que me agrada [...] Parece como si hubiera un desdoblamiento de mi yo, y este fuera múltiple, o que mi materia sea instrumento donde se manifiestan varias personalidades, cada una de ellas con su carácter propio y diferente".
“—Veo que hoy está usted poseída de un yo muy pesimista. Concedo que todo sea mentira, pero no quiero renunciar al placer de dejarme engañar. ¿Por qué no aceptar las cosas como son? ¿Para qué protestar?
—Si no hubiera protesta, no habría lucha, y si no hubiera lucha, no habría progreso.”
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si The Favourite te ha gustado creo que Zezé también lo haría. son distintos, claro, pero parecidos de cierto modo que no llego a precisar.
“Tendría doce años cuando empecé a saber lo que era sufrir.”
“mi historia es de las que escandalizan a los moralistas.”
Novela muy interesante dado del año del que viene (1909), que nos muestra una españa desde los ojos de una mujer bastante moderna. Relaciones lésbicas, feminismo, bisexualidad, falta de religión, y personajes femeninos con las opiniones muy claras. Me lo leí en una noche, cortito pero sorprendente.
“-Si no hubiera protesta, no habría lucha, y si no hubiera lucha, no habría progreso.”
“los edificios antiguos tienen alma; son la historia más ingenua de sus artífices, encarnando las ideas de su época.”
“Un día me encontraba yo muy triste cuando volvió Leonor; creyó que era por su culpa, y cogiéndome la cabeza entre sus manos me besó, y en el tono más amable me dijo: -Tonta, ¿crees que ya no te quiero?”
“a un espíritu inquieto y rebelde como el mío, no le era dado a nadie, ni a mí misma, amoldar a su antojo, y que para mí el lujo y el dinero era un aliciente; pero no constituía mi felicidad. Yo necesitaba ser y libre, dueña de mi voluntad; de otra forma moriría como el ruiseñor prisionero, entre los mimos de su aprehensor.”
“arreglé el ramo de violetas que llevaba en el escote,”
“-En España, la mujer que se ve obligada a resolver por sí misma el problema de la vida, difícilmente puede hacerlo en forma decorosa, y de lo malo, lo mejor es hacerse cupletista. -Tan poco escenario tiene la mujer? -Casi ninguno. -Y, ¿no hay movimiento feminista? -Movimiento feminista, como acción decisiva en la opinión general, no. La mujer allí, comunmente, tiene el cerebro atrofiado por la continua sugestión de obediencia que se le hace en la casa, en el colegio y en el confesionario. Vive convencida de su inutilidad, para otra cosa que no sea la esclavitud a que se somete pasivamente, y, cuando tiene que luchar, como la instrucción que ha recibido es inútil, no le queda otro remedio que sucumbir... y sucumbe al único medio de que dispone, a la prostitución, donde, después de explotada en vil comercio, es despreciada, concluyendo así la sociedad de cometer su crimen como cualquier homicida vulgar.”
“El sér humano, cuando pierde ese algo que lo distingue del sér irracional, se convierte en la bestia más repugnante.”
“Creo, que si en vez de ponerse tanto cuidado en ocultar la realidad de la vida, envolviéndola con el encanto del misterio, dando así lugar a que la fantasía urda el lado más bonito, se descorriera el velo a una edad conveniente, se evitarían muchas víctimas. Para hacer odioso el vicio, antes de caer en él, no hay como ver sus consecuencias en un hospital ú observarlo en uno de esos tugurios...”
“Los vestidos le cayeron á los pies, y quedó envuelta en una onda de perfume, rígida, como una estatua sobre un pedestal de granito. Yo hice lo mismo, y una gran excitación se apoderó de nosotras. Nos abrazamos como dos luchadores del tiempo griego en la palestra, rodamos al suelo como fieras heridas, revolcándonos felinamente sobre la alfombra de esmirna, y haciendo caer una mesita que contenía frascos de esencia y un vaso con flores. Todo se esparció por el suelo, y, temblando de risa, nos tirábamos las flores y la esencia encima. Después de un momento de tregua, vimos nuestros cuerpos reflejarse en los espejos, y con mayor furia nos precipitamos la una en los brazos de la otra. Los ojos nos relampagueaban. Los cabellos sueltos en la lucha lujuriosa nos envolvían; los senos erectos daban esa sensación de saciedad, como si quisieran derramar el néctar que no poseían, y en frenética convulsión, las bocas buscaron ávidamente el fruto del placer.”
“Todas las miserias de la vida están justificadas por sí mismas, puesto que no hacemos otra cosa que tutelar el propio derecho de conservación.”
“Nunca he podido comprender ese sufrimiento por no ser correspondida; siempre he pensado que quien me desprecia no me merece, y me he quedado tan tranquila.”
“De pronto, una boca caliente se posó sobre la mía y una mano ciñó mi espalda; un estremecimiento corrió por todo mi cuerpo. Creía soñar despierta, y mantuve los ojos cerrados para no interrumpir aquella sensación tan agradable; luego el soplo suave de un aliento me acarició la cara... abrí los ojos dulcémente, y vi a Leonor. -Ah! ¿Eres tú? -le dije, tendiéndole los brazos. -Sí. Hazme un lugarcito. La obedecí, y se acostó conmigo.”
“-Comprenderá mi curiosidad, cuando sepa que tengo la manía de emborronar papel. -¡Ah! es usted escritora? Pues con mucho gusto se la contaré -y añadió riendo,- no podrá usted publicarla. -¿Le molestaría? -No, pero mi historia es de las que escandalizan a los moralistas. -Cree usted inmoral descubrir las llagas y dolores ignorados por la multitud, que las grandes ciudades esconden en su colmena, ya entre el zumbido complejo de miles de energías renovadas, ya disimuladas por los esplendores del lujo? -Al contrario, muy moral, pero a los eunucos del viejo harén, conservadores de la corrupción, no les conviene entenderlo así. -No me preocupan. Tengo mis ideas y gustos bien definidos, y, si la publicara, cuanto pudieran decir me tendría sin cuidado.”
“el sentimentalismo es la negación de la vida.”
“Cuando desde mi ventana veía pasar el tren, sentía un ímpetu loco de volar tras él, una irresistible atracción de ir más allá. Era el sentimiento que siempre me ha dominado, de correr, correr sin descanso, sin esperar á conocer el país que piso, ni la gente con quien convivo. Sólo así, con rapidez y superficialidad, sin dar tiempo á ilusionarse, se consigue evitar desengaños.”
“Dimos unas vueltas por las salas; señoras y señoritas nos miraban son Mirientes. Yo me fijaba con insistencia en los escotes, y aquellas desnudeces marmóreas me tentaban extraordinariamente.”
“¡Qué destino más irónico! Yo, que he sido de un carácter sentimental, casi romántico; que he soñado pasar mi vida en una casita sola, perdida en el follaje de un monte, entre seres que me amasen, para prodigarles mis cuidados y caricias... amar y sentirme amada! Esa fué mi ilusión, mi sueño dorado.. y en cambio, he vivido siempre tan sola de alma...”
“los crímenes más horripilantes, por tener dinero, prueba que lo peor de todo es no tenerlo.”
“Nos abrazamos embriagadas en el perfume de nuestros cuerpos, y el fuego interior que nos abrasaba, degeneró en un espasmo voluptuoso.”
“para mí no existe ni el bien ni el mal, ni lo feo ni lo bonito; que admiro lo que me agrada. Tal vez mi gusto está pervertido, porque tengo pasión por lo hórrido, por lo monstruoso. Para mí la mejor música y los mejores cuadros están en una tardía terrible tormenta en medio del mar. Adoro la armonía de la Naturaleza; la melodía infinita que vibra en el silencio de las cosas; la música de la noche; la poesía de un crepúsculo de verano... Detesto los detalles, la hojarasca; me gustan los esbozos, no la obra de arte terminada. Me he conmovido delante de una torre en ruina, y he liorado al murmullo de las olas en una playa, como si sintiera los sollozos, el llanto de todos los muertos tragados por el mar: como si escuchase el eco de sus voces mezcladas en una grandiosa melodía que ningún músico podrá escribir jamás.”
“Al satir de mi gabinete, tropecé con Leonor, que venía en mi busca. Estaba más hermosa y radiante que otros días; sobre sus cabellos lucía una diadema con brillantes que oscilaban como gotas enormes de rocío; sus ojos tenían una languidez de placer. Me besó […]”
“decía que Dios es el Universo, y que es inútil rezar, pues éste sólo atiende a la inmutabilidad de sus leyes.”
“¿Quién es un ser para hacer de otro una propiedad contra su gusto?”
“-Fisiologistas del amor, psicólogos feministas. os admiro y os envidio porque sabéis definir lo que no conozco, y conocéis lo que no entiendo: el amor y el alma de una mujer. -Ja, ja, no creo que las almas tengan sexo, ni que los que nos conocen, se conozcan a si mismos.”
“Es muy difícil la unión de dos personas de sexo contrario,”
“Si es verdad -le contesté,- que Dios nos quiere limpios de pecado, sin que nada enturbie la pureza de los más nobles sentimientos que en nosotros ha infiltrado, no debía habernos puesto estómago, y no deja de ser una ridícula paradoja de los que se hacen llamar representantes de la Divinidad, predicar el goce y la recompensa en la otra vida de nuestras buenas acciones en ésta, cuando nos ordenan vivir, y no nos dan con qué.”
“Tanto como había deseado salir del colegio, una vez en mi casa hubiera querido volver á él.”
“-Dime que me quieres -me decía Leonor, exaltada. -Sí, mucho, mucho -le contestaba. Y sus labios ardientes, como una llama, me quemaban al resbalar en una lluvia de besos. Mis miembros se estiraban en suprema convulsión. Perdí las fuerzas... me sentía morir…”
“Una víctima más de esa educación que se complace en hacer de la mujer, inocente e ignorante de todo, un juguete caprichoso para mayor gloria del estúpido «Don Juan», y de esa sociedad que nada da y todo lo exige. Otra víctima más de ese cariño efectista, regulado por los prejuicios sociales, prejuicios inhumanos á quienes tantas víctimas se inmolan. ¿Cuándo necesitamos más del cariño de los nuestros que en los trances difíciles? ¿Por qué no nos aceptan como somos? ¿Por qué ese afán de reformar a su capricho y amoldar a las convenciones nuestro carácter, anulando nuestra personalidad é imponiéndonos el agradecimiento y la esclavitud...?”
“sabes que soy celosa; que tú gustes a los otros, me place, pero que los otros te gusten a ti, es otra cosa.”
“-La verdad que el rezo, en cualquier forma, es una humillación que no puede serle grata a Dios, si somos hechura de Él. -Ni creo que pueda oir nuestra palabra siendo esencia inmaterial. Además, yo no puedo creer en Dios, si he de creer en su Paraíso y en su Infierno, porque el Paraíso y el Infierno están en mí, como el día y la noche están en la Tierra.”
“Aquella vida me devoraba. Nada era bastante a satisfacerme, porque en todo aquello encontraba un vaco, algo que no sabía explicarme.”
“Todas las mañanas nos bañábamos juntas en una gran pila de mármol rosa, y el agua caliente y perfumada nos daba tal vértigo, que procedíamos como bestias, sin tener conciencia ni del tiempo que duraba nuestra locura. Casi siempre volvíamos á la realidad, al avisarnos la doncella que Luis esperaba para almorzar.”
La escritora Ángeles Vicente, paisana mía, publicó en 1909 Zezé, una novela corta sobre la iniciación a la sensualidad y el sexo lésbico. Constituye así, la primera manifestación femenina en la obra de una escritora española. El amor homosexual no es el tema principal de la novela, sino el marco de referencia sobre el que se asienta una crítica mayor. Se centra en la situación de la mujer de su época. Es la misma denuncia de otras muchas voces femeninas del siglo XIX y XX, como Luisa Carnés, María Teresa León, etc. La protagonista Zezé explica la dificultad de la mujer burguesa española para encontrar un trabajo que le permita vivir con holgura:
"No, señora, por necesidad. En España, la mujer que se ve obligada a resolver por sí misma el problema de la vida, difícilmente puede hacerlo de forma decorosa, y, de lo malo, lo mejor es hacerse cupletista".
También, se refiere a la inexistencia de un movimiento feminista que, a causa de las presiones sociales, educativas, familiares y religiosas, 'atrofian' el cerebro de la mujer:
"La mujer allí, comúnmente, tiene el cerebro atrofiado por la continua sugestión de obediencia que se le hace en la casa, en el colegio y en el confesionario. Vive convencida de su inutilidad para otra cosa que no sea la esclavitud a que se somete pasivamente, y, cuando tiene que luchar, como la instrucción que ha recibido es inútil, no le queda otro remedio que sucumbir...y, sucumbe al único medio de que dispone, a la prostitución, donde, después de explotada en vil comercio, es despreciada, concluyendo así la sociedad de cometer su crimen como cualquier homicida vulgar".
En conclusión, es una pieza bastante amena y ligera. El argumento en sí no es nada especial, pero llama la atención los mensajes que trasmite la protagonista, como si la autora se encarnase en ella. Para concluir, la marxistada del día según Ángeles Vicente: "Si no hubiera protesta, no habría lucha, y si no hubiera lucha, no habría progreso".
"Zezé" es la primera obra en la literatura española que narra experiencias sexuales entre mujeres. Un libro rescatado por @kaoticalibros , escrito por Ángeles Vicente y publicado por primera vez en 1909. Narrativa reivindicativa, quizá sobre todo por el contexto histórico-social. Lenguaje dulce, erótico, liberador. No sólo los personajes, sino el estilo, las influencias que se adivinan bajo esa argumentación clara y concisa de ciertas posturas, hacen "Zezé" un descubrimiento, una necesidad. Encontramos cosas como "Ni creo que pueda oír nuestras palabras siendo esencia inmaterial. Además, yo no puedo creer en Dios, si he de creer en su Paraíso y en su Infierno, porque el Paraíso y el Infierno están en mí, como el día y la noche están en la Tierra" o "El sentimentalismo es la negación de la vida" o "si no hubiera protesta, no habría lucha, y si no hubiera lucha, no habría progreso". Un ejemplo más de que la única manera de estar en el mundo, es alerta.
Resulta interesante por ser la primera novela española que narra una relación sexual entre dos mujeres sin aspavientos, como la cosa más natural del mundo. En un trayecto en barco, la narradora conoce a una cupletista con la que nadie quiere compartir camarote que le cuenta su trayectoria vital, que incluye una relación con otra mujer. Ni la trama ni la lengua utilizada tienen demasiado interés, pero hay que reconocerle el valor de escribir sobre el tema a principios del siglo XX.
Una auténtica maravilla. Para mí, el prólogo de Ángela Ena Bordonada fue imprescindible para entender mejor la vida de Ángeles Vicente y el contexto en que escribía. En fin, quedo enamorada de esta joya.