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Al inicio de este curso, la ONG Educo escenificó frente a varios colegios una protesta con neveras vacías para exigir que todos los niños tengan acceso gratuito al comedor escolar. Su directora general, Pilar Orenes, reclama que los próximos Presupuestos Generales del Estado incluyan una partida de 468 millones de euros para reforzar las becas como paso previo hasta conseguir la universalidad.
- Denuncian que las becas comedor excluyen a la mayoría de familias que las necesitan.
- Sí, llegan únicamente al 13,1% de los niños cuando el 34,5% se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión. Y, en la Educación Secundaria, el problema es aún mayor, ya que solo el 16,7% de los centros públicos disponen de comedor y únicamente es utilizado por el 3% de los alumnos. Es decir, hay alrededor de un millón de menores que deberían tener asegurado el uso y disfrute del comedor que se quedan sin esas ayudas.
- ¿Por qué llegan solamente a ese porcentaje tan bajo?
- Hay varias causas, como que los criterios de las becas no están ajustados a los de pobreza o porque requieren trámites, papeleos y, al final, muchos de los que más las necesitan se quedan sin ellas. Además, en función de donde nazcas, puedes acceder a una beca o no porque no todas las comunidades usan el mismo criterio de umbral de la pobreza. Aunque la última decisión quede en manos de las Administraciones autonómicas, nosotros reclamamos que haya una armonización estatal de los criterios para su concesión, con un mismo umbral, además de un compromiso presupuestario, ya que, si entendemos que es un derecho, no es aceptable que las cuentas públicas pongan el techo que deja fuera a un número importante de niños.
- ¿Existen grandes diferencias entre regiones?
- Sí, hay una brecha importante. En algunas, como la Comunidad Valenciana o el País Vasco, el 80% del alumnado de Primaria asiste al comedor en las escuelas públicas, mientras que en otras, como Baleares, Extremadura o Murcia, apenas ronda el 20%. Y aquí intervienen varios factores, desde el número de comedores disponibles hasta la exigencia burocrática de unas y otras. Además, no es lo mismo que la cobertura sea del 70% o del 100%. Para una familia vulnerable, tener que aportar ese 30% restante puede ser inviable y motivo para renunciar a la beca.
- De todos modos, su principal objetivo es que el comedor sea un servicio gratuito y universal.
- Exacto. El comedor escolar garantiza una cosa básica, que al menos haya una comida saludable al día, pero su valor va mucho más allá, porque en esa franja horaria se resuelven conflictos distintos a los del aula, hay relación con otros compañeros y adultos en un entorno diferente... Cuando privas a algunos niños de ese espacio del mediodía, los excluyes de un espacio de educación que precisamente ayudaría a reducir las inequidades.
- ¿Lo equiparan a un derecho como el de la educación?
- Sí, pedimos su universalidad porque consideramos que forma parte del mismo derecho a la educación, independientemente de la situación familiar. Y que no haya que estar cada año demostrando cuál es la renta, rellenando papeles con datos que la propia Administración ya tiene en su poder... O la paradoja de que la concesión vaya ligada a la renta del año anterior.
- ¿Y ve posible este objetivo?
- Es posible porque, como casi todo, es cuestión de voluntad política y de prioridades. El primer paso es es creernos la importancia del comedor escolar. Nosotros trabajamos para mostrar qué pasa en un colegio que lo tiene o que no lo tiene. Y el siguiente paso es que, tras esa evidencia, la población también lo demande, que sea consciente, que nos inspiremos en esos países europeos que siempre están en primera línea y donde los comedores son gratuitos, como Finlandia o Suecia.
- Hablaba de las diferencias que existen entre centros educativos con o sin comedor...
- Cuando un menor no tiene comedor escolar, por lo general, se va a su casa y ahí pueden pasar muchas cosas. En ocasiones son hogares vacíos a esa hora, sin la presencia de un adulto que acompañe y controle ese momento de la comida y lo que pasa después. Son momentos donde el uso de las pantallas se acrecienta, no existe la socialización y donde es más fácil que el niño o adolescente no vuelva al colegio por la tarde... El comedor tiene más garantías de ser un entorno seguro para ellos y de facilitar su bienestar.
- De momento, Educo reclama que los próximos Presupuestos Generales del Estado incluyan una partida para las ayudas al comedor.
- Sin olvidar esa mirada a futuro de la que hablábamos, necesitamos que, en el medio plazo, las becas lleguen a todos aquellos alumnos que están en riesgo de pobreza y exclusión. Por eso, pedimos una nueva línea de transferencia a las comunidades autónomas de 468 millones de euros, tal y como sucede, por ejemplo, con los libros de texto.
- Las Cuentas de 2025 aún deben negociarse. ¿Han hablado con los grupos parlamentarios?
- Sí, el primer cambio necesario es que se hable del comedor escolar y algunos partidos ya empiezan a mostrar interés en el tema y a incorporarlo en sus propuestas.