CRfTICA ,
JI••;". B;,,.._.m ••• l. Fiü,.p,.
V ol. X X , N o. liD (aco.'o
11188):5-21
EM OCIONES REACTIVAS
OLBETH HANSBERG
Instituto
de Investigaciones
Filos6ficas,
UNAM
En su artículo "Freedom and Resentm ent" Strawson nos
invita a pensar en "los m últiples tipos de relaciones que
podem os tener con otras personas ----euando com partim os un interés m utuo; com o m iem bros de la m ism a
fam ilia; com o colegas, am igos, am antes; com o partes
ocasionales de un sinnúm ero de transacciones y encuentros. Y, frente a cada una de estas conexiones y otras
posibles, debem os pensar después en la im portancia que
le conferim os a las actitudes e intenciones que tienen
hacia nosotros aquellas personas que se relacionan con
nosotros de esa m anera, y en los tipos de actitudes y
sentim ientos reactivos a los que nosotros m ism os som os
propensos" .1
En lo que sigue m e propongo exam inar este tipo de
em ociones que, com o respuesta a las actitudes, intenciones y acciones de otras personas, son em ociones esencialm ente sociales. Dado el hecho de la sociedad hum ana
y de nuestro status com o seres sociales, nos vem os involucrados y establecem os m últiples relaciones con otros
seres hum anos. En esta interacción adquieren una im 1 P. F. Straw son,
FreetIom .atI Rerealmeal .atI Oller EII.", Londres,
M ethuen, 1974, p. 6. La discusión de Straw son se da en el m arco de
una problem ática distinta: la del determ inism o y la posibilidad de la
responsabilidad. Y o, en cam bio, m e referiré en este trabajo exclusiva-
mente a su earacterieaeién
de los sentimientos
y actitude.
reactivos.
5
portancia central las actitudes y sentim ientos que tienen
hacia nosotros los dem ás -su buena o m ala voluntad,
su indiferencia- y las actitudes y sentim ientos con los
que nosotros reaccionam os a las acciones y actitudes
de otras personas. A sí, reaccionam os con resentim iento,
adm iración o disgusto -censuram os
o alabam os una
acción; nos indigna o aprobam os el trato que tienen
unos con otros los seres hum anos; y nos arrepentim os,
nos avergonzam os o nos autocom placem os por la m anera en que nosotros m ism os actuam os frente a ellos.
En nuestra vida en com unidad participam os y establecem os relaciones interpersonales de tipos m uy diversos -de las m ás íntim as a las m ás casuales-, pero en
general exigim os que éstas se den en un clim a de buena
voluntad y respeto m utuo, aunque las form as específicas
en las que se m anifiesten dependan del tipo de relación
y de las circunstancias en las que se establezcan. Las
actitudes y sentim ientos reactivos son una respuesta a
la buena o m ala voluntad o a la indiferencia que m anifiestan las personas en sus actitudes y conducta hacia
las personas con las que se relacionan.é
Straw son distingue varios tipos de actitudes y sentim ientos reactivos: los personales, los im personales o
m orales y los autorreactivos. M ás adelante m e ocuparé
de estas distinciones. Por ahora sólo m e referiré a las
actitudes y sentim ientos personales que tiene una persona frente a las actitudes que tienen los dem ás hacia
ella o hacia alguien con quien se identifica. A lgunos
ejem plos son: resentim iento, disgusto, agradecim iento,
y actitudes de reproche, alabanza o censura ...
A firm a que nuestra propensión a las actitudes y sentim ientos reactivos personales "es un hecho natural, tejido en la tram a de nuestras vidas, algo dado con el
~ Op.
6
cit., p.
6.
hecho de la sociedad hum ana com o la conocem os". Son
actitudes
y sentim ientos
que tienen raíces com unes en
nuestra
naturaleza
hum ana
y en nuestra pertenencia
a com unidades
hum anas.
Com o totalidad,
estos sentim ientos y actitudes
no requieren de una "justificación
racional" , esto es, no podem os explicar el que las tengam os, pero sí podem os reflexionar y entender cuáles son
sus lím ites y por qué estos lím ites tienden a caer donde
caen, cuáles circunstancias
y condiciones las propician o
inhiben. Podem os criticarlas en casos particulares,
decir
cuándo son apropiadas
o razonables
y en qué m edida
nos sirven para entender y explicar conductas
individuales y prácticas sociales.f
Para exam inar con m ayor detalle los distintos elem entos y condiciones, es conveniente que nos detengam os en
unos ejem plos:
Dos personas A y B tiene cierta relación personal, digam os que son am igos. Esto im plica al m enos que cada
uno tiene alguna idea de la personalidad
y del tem peram ento
del otro, y ciertas exigencias y expectativas
acerca de su conducta y actitudes con él en diversos tipos de circunstancias.
Ahora bien, en una ocasión dada
A hace una acción particular
a que daña u ofende a B.
B. reconoce que la acción de A lo ha dañado, o la ve
com o una acción ofensiva para él, y cree que es, o la ve
com o, la m anifestación
de una actitud de m ala voluntad
de parte de A hacia él. B reacciona con resentim iento
hacia A y censura su acción."
Supongam os
ahora que B expresa de alguna m anera
3
,.
P. F. Straw son, "Reply to Bennett",
sophical Subjccl., O xford, 1980, p. 265.
en: V an Straaten
(ed.), Pkilo-
• D oy versiones alternativas
porque quiero distinguir entre 'creer' y
'ver com o'. N o quiero com prom eterm e con la tesis de que siem pre es
una creencia específica la que determ ina una em oción: cree que el le
hace daño, cree que es ofensiva. Pienso que a veces puede ser m ás
relevante para una em oción el 'ver a el com o ofensiva', V er O lbeth
7
su resentim iento. A reconoce que su acción causó resentim iento en B, siente rem ordim iento, lam enta su acción
y hace a su vez algo que B pueda ver com o una acción
reparadora ...
0, para m encionar el caso de una em oción positiva, A
hace algo que beneficia a B. B reconoce que la acción de
A lo beneficia y que al hacerla, A m anifiesta un grado
de buena voluntad que supera sus expectativas. B reacciona con agradecim iento hacia A y alaba su acción ...
Estos ejem plos sólo m uestran posibles secuencias en
las que em ociones y actitudes nos proporcionan un m arco interpretativo que nos perm ite com prender y explicar
la conducta de un individuo, no com o un suceso aislado,
sino dentro del sistem a de relaciones hum anas.
Podem os distinguir aquí varios elem entos relacionados entre sí: el sistem a de relaciones hum anas, las exigencias y expectativas en las que se basa, su m anifestación o no en actitudes y conductas y nuestra propensión a responder con sentim ientos y actitudes reactivas. 5
Em pecem os por el núcleo constituido por la situación
particular en la que A hace algo que produce resentim iento en B. Si B siente resentim iento por algo que hizo
A, debernos suponer que B piensa:
1) Que la acción de A es intencional, esto es, que A
es responsable de su acción.
2) Que esa acción le ha producido algún daño, o que
H ansberg,
1988.
"Em ociones y creencias", RellÍltlJ LIJtiAOIJmericIJAIJ de Filo,o/ílJ,
11 Straw son m enciona siem pre juntos
los sentim ientos y las actitudes reactivas. N o pretende proporcionar una definici6n de cada una,
sino .610 dar ejem plos. Intuitivam ente, resentim iento, gratitud, indignación, etc., son sentim ientos -aprobar,
censurar, culpar, valorar,
etc., son actitudes. Pero lo. dos van juntos: cuando siento resentim iento, culpo a alguien y censuro su acci6n. H abría sin em bargo que
precisar la relaci6n entre ellos.
8
es ofensiva, insultante o de alguna m anera nociva
para él.
3) Q ue esa acción nociva para B es, adem ás, una m anifestación de m ala voluntad de parte de A , esto
es, que al hacer esa acción A ha querido ofender,
insultar o dañar a B.
La distinción entre 2) y 3) es im portante puesto que
alguien puede hacer algo que daña u ofende sin tener
la intención de ofender o sin m ostrar ninguna hostilidad o m ala voluntad. Pero es central en una ocasión de
resentim iento el que el sujeto resentido reconozca en la
conducta del otro una actitud negativa hacia él.
1), 2) Y 3) son condiciones que se dan cuando hay resentim iento; obviam ente no son condiciones suficientes
para que alguien sienta resentim iento. El que alguien
sienta o no resentim iento en una ocasión dada "es en
parte asunto de su tem peram ento individual, estilo personal, estado de ánim o del m om ento y quizá accidente
, fisiológico'l.'' N o hay reglas que digan cuándo alguien
debe sentir resentim iento, sino sólo condiciones en las
que es posible que se dé el resentim iento y ciertas circunstancias en las que característicam ente se da.
A hora bien, parece que con respecto a las tres condiciones anteriores, 10 im portante es cóm o ve las cosas
el sujeto resentido, esto es, si ve al agente com o plenam ente responsable de su acción, si ve la acción com o
ofensiva y com o una m anifestación de m ala voluntad del
agente hacia él. D e tal m anera que si el sujeto se enterara de que las cosas no son en realidad com o él piensa
que son, esto constituiría una razón para suspender su
resentim iento.
En relación con las tres condiciones anteriores, pode-
e
J. Bennett,
"AccountabilitylO, en: Van Straaten
(ed.),
op. cit.,
p. 23.
9
m os m encionar varias m aneras en que un sentim iento
reactivo personal puede ser inapropiado o irracional.
Pienso que cuando una persona se da cuenta de que su
reacción es inapropiada, a saber, cuando tiene nuevos
elem entos que cam bian su apreciación de la situación
y, sin em bargo, esto no m odifica o hace desaparecer la
em oción, entonces direm os que estam os frente a un caso
de em oción irracional.
Strawson m enciona varias consideraciones especiales
en las que es inapropiado tener un sentim iento reactivo: 7
1. Cuando tenem os sentim ientos y actitudes reactivas ordinarias frente al agente, en general así com o
en un m om ento particular, es decir, cuando lo vem os
com o plenam ente responsable, y, sin em bargo, en cierta
ocasión específica, no es responsable de una ofensa o
daño particular. Se trata aquí de situaciones a las que
son aplicables frases com o "no se dio cuenta", "no sabía", "fue un accidente" , etcétera.
2. Cuando suspendem os en general o m om entáneam ente nuestras actitudes reactivas frente al agente:
a) porque se dan circunstancias especiales en que vem os al agente bajo una luz distinta que excluye estas
em ociones. Por ejem plo, cuando adoptam os el punto de
vista objetivo, esto es, cuando nos desligam os del com prom iso de una relación participativa y vem os al agente
com o un 'caso'i",
b) cuando las circunstancias son norm ales pero el
agente es anorm al, o sea, cuando no está capacitado
para tener relaciones interpersonales porque no es responsable de sus acciones. Así, es inapropiado tener sentim ientos reactivos frente a un loco, un bebé, un re-
T
Straw son,
8
Op, cit., sección IV .
10
,
Freed om and Resenimeni
and Oth er E"aY8,
pp. 7-10.
trasado m ental. .. o, en ciertos m om entos, frente a un
borracho, una persona drogada, etcétera.
Los casos que m enciona Straw son son aquellos en los
que o no tenem os sentim ientos o actitudes reactivas
(2a), o es inapropiado tenerlos (1 y 2b). La im propiedad de estos últim os se refiere a la prim era condición:
la que afirm a que es apropiado tener sentim ientos reactivos frente a un agente responsable y cuando su acción
fue intencional.
Pero m e parece que hay otros casos en los que los
sentim ientos y actitudes reactivas pueden verse com o
inapropiados, que tienen que ver con las otras dos condiciones. Estos casos son elusivos y difíciles de expresar,
pues tienen que ver con las relaciones que existen entre
cóm o es la realidad y las interpretaciones que de ella
hace el sujeto. D aré algunos ejem plos:
En relación con 2) podem os distinguir varios casos:
a) cuando B reacciona con resentim iento porque cree
falsam ente que A hizo algo que no hizo;
b) cuando B cree falsam ente que lo que hizo A lo
daña cuando en realidad la acción de A no resulta en
un daño objetivo;
c) cuando B reacciona frente a una ofensa im aginaria.
Éste es un caso m ás pantanoso porque no es fácil de decidir. Calificar la ofensa de "im aginaria" significa decir
que B ve una ofensa donde nadie m ás la ve -o quizá
que la acción de A no tiene ninguna característica que
justifique el que B la interprete com o ofensiva. Pero lo
que alguien pueda ver com o ofensivo o insultante dependerá en gran m edida de su personalidad, del m om ento
y de su apreciación de la situación.
A quí se abren varias posibilidades para calificar de
inapropiado el ver com o ofensiva una conducta. D igam os. que B tiene una idea tan exagerada de su propia
im portancia que considera com o una ofensa cualquier
11
conducta que im plique la m ás ligera desviación de su
persona com o foco de atención. O supongam os, alternativam ente, que tiene tal inseguridad que casi cualquier
cosa puede afectar su autoestim a. Por otro lado, podem os pensar tam bién que está tan irritado o susceptible
que ve ofensas donde no las hay, o que su apreciación
de la situación es de alguna otra m anera equivocada.
En relación con la condición 3) hay tam bién casos en
que la reacción puede ser inapropiada. U na posibilidad
es que le atribuya al agente actitudes que no tiene. A sí,
en el caso del resentim iento, veo la acción de A com o la
m anifestación de una actitud de m ala voluntad hacia B
que A no tiene; o veo com o indiferencia lo que en realidad es una distracción m om entánea, o com o hostilidad
lo que es sólo im paciencia.
A quí, com o en el caso anterior, la atribución de m ala
voluntad a una persona dependerá, en parte, tam bién
del conocim iento que tiene el sujeto de ella, de sus expectativas con respecto a ella y de la situación específica. Esto puede dar lugar a atribuciones erróneas de
actitudes debido, por ejem plo, a un conocim iento defectuoso de la persona o a una apreciación equivocada
de la situación.
En general, la persona que ve com o ofensiva una acción, atribuirá m ala voluntad al agente que considera
responsable de esa acción. Esto es así, en parte, porque nosotros, cuando querem os ofender o hacer daño,
com únm ente harem os algo que la otra persona pueda
reconocer com o una ofensa o un daño.
A hora bien, creo con Straw son .y en contra de Bennett" que los sentim ientos reactivos personales requieren de relaciones personales antecedentes a la ocasión
actual, y que no basta con el contacto que hay cuando se
II
B ennett,
12
op. cit., pp.
43-5.
da la reacción. Yo diría que si alguien tiene una actitud
de buena o m ala voluntad hacia mí, esto im plica que
hay una relación antecedente, por m ás lejana que ésta
sea. El ejem plo de Bennett de un benefactor desconocido frente al cual siento agradecim iento, no funciona
a m enos que yo piense que el beneficio. que m e otorgó
m uestra una actitud de buena voluntad hacia m í. M i
agradecim iento está ligado no sólo al beneficio que obtuve, sino tam bién y sobre todo a la persona que al
beneficiarm e m uestra su buena voluntad hacia m í. Si
m e entero, por ejem plo, de que el beneficio no está dirigido a m í, sino que m e tocó sólo com o resultado de
un sorteo, y que el benefactor no tiene ninguna idea
acerca de m i persona, lo m ás probable es que no sienta
agradecim iento sino sólo alegría por m i buena suerte, y
que alabe la generosidad de m i benefactor. '
Sin em bargo, com o se desprende del ejem plo anterior,
una relación previa no im plica necesariam ente que las
personas relacionadas hayan tenido un trato personal.
Para que alguien pueda responder con un sentim iento o
actitud reactiva personal com o gratitud o resentim iento,
basta con que tenga cierto conocim iento, aunque sea
indirecto, de la persona, de tal m anera que pueda atribuirle actitudes positivas o negativas dirigidas hacia él o
hacia alguien con el cual se identifica. Y, por otro lado,
para poder tener actitudes positivas o negativas hacia
una persona específica debo suponer que existe alguna
relación y, por tanto, algún conocim iento de la persona
frente a la cual tengo la actitud.
Las em ociones reactivas personales son em ociones que
sentim os prim ordialm ente frente a personas. El resentim iento, por ejem plo, requiere que haya alguien a quien
culpar por una acción que censuram os: estoy resentido
con Juan porque no votó por m í; resiento el que Juan
m e criticara en público. Aun en los casos en que no sé
13
exactam ente a quien culpar, estoy im plicando la existencia de algún culpable: resiento el que no m e eligieran,
resiento.el que nadie m e escuche. En todos los casos la
m ención, aunque sea im plícita, de alguna persona o personas responsables de lo que considero ofensivo, parece
ineludible.
N o resiento, en cam bio, el hecho de que m i coche no
arrancara esta m añana, ni tam poco siento resentim iento
con el niño que llora todo el tiem po y no m e deja trabajar, ni con el perro que m e m ordió. Tam poco parece
claro que podam os resentirnos con una persona extraña
con la cual no tenem os ningún tipo de relación y que,
por ejem plo, nos dice una grosería en la calle. En todos estos casos el enojo sería quizá una em oción m ás
adecuada. lO
A hora bien, tener la propensión
a actitudes y sentim ientos reactivos es tener exigencias y expectativas
frente a otras personas con las cuales convivim os en
una com unidad y con las cuales establecem os relaciones personales. Según Straw son, lo que en general hace
posible esta convivencia y los distintos tipos de relaciones en las que estam os involucrados, es la exigencia que
tenem os, los unos frente a los otros, de buena voluntad y de respeto a la integridad personal. Éste es un
A unque en m uchos casos se usan indist.inram ente, el enojo parece
distinto al resentim iento
en este sentido. El enojo no requiere que
alguna persona tenga una actitud específica hacia m í. A parentem ente
basta, cuando m e enojo con alguien, que haga algo que m e afecte
negativam ente.
Tam poco se requieren aquí relaciones previas: puedo
enojarm e con un perro, con el niño, el loco, o con un extraño que
m e insulta. Tam bién puedo enojarm e por una situaci6n que m e afecta
sin que im porte que haya o no alguien a quien culpar. Y ni siquiera,
com o en el caso del resentim iento,
es necesaria la referencia a m í, ya
que puedo enojarm e, por ejem plo, por un acto ofensivo dirigido a otra
persona o a un anim al. O cuando alguien daña una obra de arte o
destruye una flor. H abría que distinguir m ás claram ente entre enojo,
resentim iento
e indignaci6n. Son em ociones distintas a pesar de que
en m uchas situaciones son aplicables las tres y no se puede distinguir
fácilm ente entre ellas.
10
14
requisito m uy general que tendrá que m anifestarse en
form as m uy diversas que dependerán, entre otras cosas,
de las características de la com unidad o com unidades a
las que pertenecem os, del tipo de relación interpersonal,
de la historia particular de la relación, de las circunstancias particulares y de variaciones individuales de las
personas.
A sí, si A y B son am igos, tendrán una serie de expectativas y exigencias m ás o m enos explícitas que provienen de cóm o ve cada uno la relación en la que participan y del conocim iento m ás o m enos claro que puedan
tener el uno del otro. Esto incluirá ciertas ideas acerca
de su personalidad y constitución em ocional en general,
que les perm itirán vislum brar, por ejem plo, qué tipo de
cosas son las que provocan su resentim iento, o lo com placen, lo adm iran o lo indignan. Todo esto form a un
trasfondo que en un m om ento dado nos sirve para situar
una determ inada actitud en una red de otras actitudes
y estados m entales. Constituye un m arco explicativo
que en determ inada ocasión nos perm ite entender, por
ejem plo, qué es lo que B espera de su am igo, qué es lo
que desea que haga o deje de hacer y qué es lo que, en
un caso específico, puede ver com o una m anifestación
. de hostilidad o indiferencia.
En relación con lo anterior puedo hablar tam bién de
reacciones em otivas inapropiadas. M e refiero a aquellas
que se basan en una apreciación errónea de la personalidad del otro, deIa relación personal o de las expectativas y exigencias que es razonable tener con respecto a
ella. A sí, si creo que alguien es m i am igo cuando no lo
es, puedo tener exigencias y expectativas que no corresponden a la relación que de hecho existe. Esto puede
dar lugar a frustraciones de deseos y expectativas que
pueden ser causa de resentim iento, y que no tendrían
por qué surgir si tuviéram os una apreciación m ás ade-
15
cuada del tipo de relación. O supongam os, por últim o,
que m i apreciación de la relación es correcta, digam os
que sí som os am igos, pero m is exigencias con respecto a
la otra persona son tan desproporcionadas a la situación
o m is expectativas tan irreales, que haga lo que haga el
otro no podrá estar a la altura de ellas.l!
Existen, entonces, m últiples razones por las cuales
una em oción pueda considerarse com o inapropiada. He
m encionado aquí algunas que tienen que ver con las distintas m aneras en que el sujeto que tiene el sentim iento
reactivo puede equivocarse en su apreciación del agente,
de la acción, de las actitudes que la causaron, del tipo
de relación y de las exigencias y expectativas en las que
se basa.
Hasta ahora he tratado de exam inar las condiciones
en las que pueden darse los sentim ientos y actitudes
reactivas personales y he m encionado algunos casos en
los que pueden ser inapropiados. Para finalizar haré un
breve com entario m uy general acerca del papel que juegan las em ociones de este tipo en la explicación de la
conducta de un individuo.
Com o hem os dicho anteriorm ente, las explicaciones
que m encionan sentim ientos y actitudes reactivas sitúan
a la conducta de un individuo en un contexto social. El
interés de la explicación se centra no en una acción aislada sino en la conducta com o respuesta a las acciones,
actitudes y em ociones de otras personas cuyas conductas, a su vez, se ven com o respuestas a otras acciones,
actitudes y em ociones nuestras y de los dem ás.
Por otro lado, reconocer la em oción que tiene una
N o pretendo que éstas sean las ünícae razones para calificar de
inapropiado un sentim iento reactivo. O tra form a en que puede ser
inapropiado el cuando. el sentim iento m ism o el dem asiado intenso en
proporción a IU causa o cuando dura dem asiado. Esto el sum am ente
vago y habrfa que precisarlo m ucho m ás, quizá m ediante ejem plificaciones detalladae.
11
16
persona en un m om ento dado puede guiar m i conducta
-com o cuando cam bio la conversación al ver que está
causando perplejidad en el otro.P Tener una idea acerca
del tipo de cosas que a alguien le agradan, le m olestan,
le disgustan, le indignan...
nos perm ite entender por
qué hace o deja de hacer ciertas cosas y nos ayuda a regular nuestra propia conducta con él de tal m anera que
podam os prom over ciertas actitudes y tratar de inhibir
otras.
Pero sobre todo la referencia a em ociones nos perm ite unificar y, por tanto, entender y explicar todo un
conjunto de acciones m uy variadas y aparentem ente in.conexas que, sin em bargo, responden a un esquem a de
com portam iento. Ejem plo de esto son las cosas m uy diferentes que puede hacer alguien que se arrepiente de
una acción y que pueden verse com o expresiones de su
culpabilidad y que pretenden reparar el daño causado.
M encionar una em oción puede ser tam bién una form a
de unificar un gran núm ero de deseos específicos al ver
que tienen un origen com ún en una em oción determ inada. Por ejem plo, los deseos que tiene una persona de
hacer cosas distintas que expresen su am or o su odio por
alguien. U na gran desilusión puede a veces explicar el
cam bio de rum bo de una vida y una vida entera puede
verse com o la expiación de un crim en.
*
* *
Para term inar m e referiré brevem ente a los otros dos
tipos de em ociones reactivas que m enciona Straw son:
las autorreactivas y las m orales o im personales.
Las prim eras son las que tiene una persona ante sus
propias acciones o actitudes- frente a los dem ás, com o
12
Straw eon,
"Reply to Bennets",
p. 264.
17
por ejem plo el sentirse arrepentido,avergonzado,
autocom placido o culpable. Son em ociones con las que
una persona reacciona ante el' reconocim iento de que
su actitud o acción fue dañina, ofensiva o benéfica para
otra u otras personas; o que fue una m anifestación de
hostilidad, indiferencia o buena voluntad hacia ella( s) .
Son em ociones que nos perm iten entender que alguien
pueda verse a sí m ism o com o m erecedor de un reproche,
un castigo o una recom pensa. U n sentim iento autorreactivo com o el rem ordim iento nos perm ite, por ejem plo,
explicar una acción o un conjunto de acciones com o la
reparación de una ofensa, com o la aceptación de una
culpa o com o un autocastigo.
El otro tipo de actitudes y sentim ientos reactivos es
el que Straw son llam a 'm orales' y que describe com o
"los análogos sim páticos o vicarios o desinteresados o
generalizados" de las actitudes reactivas personales.P
Se trata de sentim ientos y actitudes reactivas com o indignación, desaprobación o aprobación m orales. Pero
veam os con m ás detalle cuáles son sus rasgos característicos:
A diferencia de las actitudes y sentim ientos reactivos
personales, no está en estos casos involucrado "el interés
o la dignidad" de la persona que tiene la reacción, esto
es, se trata de la reacción que tiene una persona frente a
las acciones y actitudes que tienen los dem ás hacia otros
seres hum anos. Son análogos "vicarios" de las actitudes
reactivas personales: así, la indignación, por ejem plo,
es resentim iento en nom bre de, o por, otro.
Estas actitudes y sentim ientos im personales "se apoyan en, y reflejan", la m ism a exigencia de que los dem ás
m anifiesten en sus relaciones "un grado razonable de
buena voluntad o aprecio". Pero ahora la exigencia ten13
Strawson, "Freedom and Resentm ent"; p. 14.
18
drá una "form a generalizada", a saber, la buena voluntad no estará dirigida especialm ente a nosotros sino
a todos los seres hum anos en general.l" D esaprobación
m oral e indignación son respuestas a las actitudes y
conducta de alguien que, en su trato con otros seres
hum anos, no satisface esta dem anda o actúa en contra
de ella.
Pero detengám onos un m om ento en el prim ero de los
rasgos que he m encionado: las actitudes y sentim ientos
m orales son análogos vicarios de las actitudes reactivas
personales -la indignación es resentim iento en nom bre
de, o por, otra persona. Pero ¿qué es lo que quiere decir
esto? U na m anera de verlo es decir que indignación es
algo que tengo propensión a sentir cuando, por ejem plo, A tiene una actitud hacia B, o hace algo a B, que
es del tipo de actitud o acción que -si A la tuviese
hacia m í o m e la hiciera a m í- podría producir en m í
resentim iento hacia A . A hora bien, ésta no puede ser la
versión adecuada, ya que puedo sentir resentim iento por
m uchas cosas específicas a una relación determ inada y
particulares a m i persona, que m e ofenden a m í pero que
no tendrían por qué ofender a otros y que, por tanto,
no pueden generalizarse a otras personas.
¿D e qué tipo deberán ser entonces las m anifestaciones
de la exigencia general de buena voluntad en las que se
apoyan las actitudes im personales? Las m anifestaciones
serán m últiples pero deberán tener una form a generalizada. A sí, Bennett sugiere que "una actitud es m oral
sólo si se apoya en un principio general o al m enos en
algo que no se refiera a un ítem particular com o, por
ejem plo, a algo que sólo m e atañe a m í" .15
Pero si lo que distingue a las em ociones reactivas peru
Op. cit., p. 15.
15
Bennett,
op. cit., p. 46.
19
sonales de las em ociones reactivas m orales es que las
segundas se basan en principios o en generalizaciones,
esto no parece suficiente para caracterizar las com o 'm orales'. H ay grupos sociales que tienen principios, reglas,
hábitos, códigos de conducta, etc., que no pueden caracterizarse com o m orales. Sin em bargo, parece que la actuación de una persona perteneciente a una com unidad
determ inada en contra del código de conducta que rige
en el grupo, puede producir indignación en los dem ás
m iem bros del grupo: com o cuando alguien se viste de
rojo en un entierro, o actúa en contra de una regla de etiqueta. Éste es un tipo de indignación que esta gente por
lo general no sentiría frente a alguien que no pertenece
a esa com unidad particular. Las em ociones reactivas requieren del punto de vista participativo e involucrado.
Pero si para poder indignarnos basta con que alguien
vaya en contra de las reglas de conducta que regulan las
relaciones entre los m iem bros de un grupo determ inado,
entonces la indignación no puede ser una em oción exclusivam ente m oral. Puede ser im personal, en el sentido
de que no requiere de relaciones personales específicas y
de que no la siente una persona esencialm ente por algo
que le atañe sólo a ella -aunque
sí la puede sentir por
algo que le atañe a ella en la m edida en que es m iem bro
de un grupo.
A hora bien, si lo que distingue a la indignación no
m oral de la indignación m oral es el tipo de principios
o generalizaciones en las que se basa, entonces todavía
falta una caracterización de los principios m orales.
La referencia a la buena voluntad tam poco nos perm ite delim itar los casos m orales. Es una referencia a
algo dem asiado general y su utilidad dependerá de cuáles sean las m anifestaciones que se tom en en cuenta.
Podríam os decir, por ejem plo, que una regla de etiqueta
es una m anifestación de buena voluntad en el trato que
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tienen unos con otros los miembros de una comunidad;
así, podemos ver la aceptación de la regla como una
manera de mostrar respeto mutuo.
Otra posibilidad es delimitar lo moral como aquello
que se basa en principios o generalizaciones tan amplias que valen para todos los seres humanos, como,
por ejemplo, el respeto a la vida, el evitar la crueldad y
el sufrimiento inútil. .. , esto es, principios en los cuales,
como dice Strawson, "se reafirma el sentido de simpatía
y una humanidad común" .16 La indignación moral sería
entonces aquella emoción que sentimos cuando se violan estas exigencias generales en casos específicos. El
problema con esta versión es que la ruta que va de la
exigencia general a un caso particular no es directa, ya
que intervienen muchos factores que dependen, entre
otras cosas, de las creencias de las personas involucradas, de su apreciación de la situación y de las concepciones que tenga un individuo o una comunidad respecto de
cómo han de manifestarse estas exigencias. Pero mientras no se especifique de una manera clara cómo se relacionan estas generalizaciones con sus manifestaciones
específicas, de tal manera que sean aplicables a comunidades y casos, no tendremos idea de cuáles son las
condiciones que hacen de las emociones impersonales
casos de emociones morales.
le
Strawson, "Reply to Bennett", p. 266.
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