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Geopolítica de las bases militares

2022

La presente obra constituye el producto final del proyecto Geopolítica de las bases militares que, promovido por el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), pretendía analizar el valor estratégico que tienen algunas de las principales bases militares del planeta

Geopolítica de las bases militares La presente obra constituye el producto final del proyecto Geopolítica de las bases militares que, promovido por el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), pretendía analizar el valor estratégico que tienen algunas de las principales bases militares del planeta. Bien sea por su emplazamiento en bastiones defensivos dentro del territorio nacional, por su situación cercana a zonas prioritarias para la seguridad nacional o en terceros países para mantener la presencia avanzada, por el compromiso con la seguridad de sus aliados o para incrementar la presencia, prestigio e influencia del país, la existencia de estas bases puede tener numerosos efectos a escala local, nacional y regional. Además de exponer la relevancia geopolítica de las bases militares, así como las fórmulas adoptadas por las principales potencias para proyectar su influencia en el exterior, este estudio se completa con fichas que analizan brevemente la situación, infraestructuras básicas y utilidad estratégica de la base militar en cuestión. Instituto Español de Estudios Estratégicos Geopolítica de las bases militares Catálogo de Publicaciones de la Administración General del Estado https://cpage.mpr.gob.es Edita: publicaciones.defensa.gob.es cpage.mpr.gob.es Catálogo de Publicaciones de Defensa https://publicaciones.defensa.gob.es Paseo de la Castellana 109, 28046 Madrid © Autores y editor, 2022 NIPO 083-22-248-X (edición impresa) ISBN 978-84-9091-691-9 (edición impresa) NIPO 083-22-249-5 (edición en línea) Depósito legal M 25822-2022 Fecha de edición: noviembre de 2022 Maqueta e imprime: Imprenta Ministerio de Defensa Las opiniones emitidas en esta publicación son exclusiva responsabilidad de los autores de la misma. Los derechos de explotación de esta obra están amparados por la Ley de Propiedad Intelectual. Ninguna de las partes de la misma puede ser reproducida, almacenada ni transmitida en ninguna forma ni por medio alguno, electrónico, mecánico o de grabación, incluido fotocopias, o por cualquier otra forma, sin permiso previo, expreso y por escrito de los titulares del copyright ©. En esta edición se ha utilizado papel 100% libre de cloro procedente de bosques gestionados de forma sostenible. ÍNDICE Página Presentación ................................................................................................................. 7 Guillem Colom Piella 1. ¿Por qué investigar sobre la geopolítica de bases militares? ............... 13 2. Una geopolítica cambiante ..................................................................................... 16 3. Acrotiri y Dhekelia (isla de Chipre) ...................................................................... 23 4. África (complejo de bases de Francia) .............................................................. 26 5. Ascensión (Santa Elena, Ascensión y Tristán de Cunha, Reino Unido).. 31 6. Astracán (óblast de Astracán, Rusia).................................................................. 33 7. Baltisk (óblast de Kaliningrado, Rusia) .............................................................. 35 8. Baranovichi (región de Brest, Bielorrusia)........................................................ 37 9. Brest-Lorient (departamento de Finisterre, Francia) .................................. 40 10. Camp Arifjan (gobernación de Ahmadí, Kuwait).......................................... 42 11. Camp Dwyer (provincia de Helmand, Afganistán) ...................................... 43 12. Camp Lemmonier (región de Yibuti, Yibuti) ................................................... 45 13. Canarias (provincias de las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, España) . 47 14. Diego García (territorio británico del océano Índico, Reino Unido) ... 50 15. Elmendorf-Richardson (Alaska, Estados Unidos) ......................................... 52 16. Fort Wainwright (Alaska, Estados Unidos) ...................................................... 54 17. Guantánamo (provincia de Guantánamo, Cuba) .......................................... 56 18. Guam (Estados Unidos) ............................................................................................ 58 19. Hainan (provincia de Hainan, China) .................................................................. 59 20. Hamadán (provincia de Hamadán, Irán) ........................................................... 61 21. HMS Jufair (Gobernación Capital, Baréin)....................................................... 63 22. Île Longue (departamento de Finisterre, Francia) ....................................... 65 23. Incirlik (provincia de Adana, Turquía) ................................................................. 67 5 Página 24. Jinnah (provincia de Sindh, Pakistán) ................................................................. 69 25. Kaspisk (Daguestán, Rusia) ..................................................................................... 71 26. Khmeimim (gobernación de Latakia, Siria) ...................................................... 73 27. Kings Bay (Georgia, Estados Unidos) ................................................................ 75 28. Kitsap-Everett (Washington, Estados Unidos)............................................... 77 29. Lajes Field (región de Azores, Portugal) .......................................................... 79 30. Morón (provincia de Cádiz, España)................................................................... 81 31. Mount Pleasant (Falklands/Malvinas, Reino Unido) .................................... 83 32. Nagurskoye (óblast de Arcángel, Rusia) .......................................................... 85 33. Norfolk (Virginia, Estados Unidos) ...................................................................... 87 34. Novorossiysk (krai de Krasnodar, Rusia)........................................................... 89 35. Okinawa (prefectura de Okinawa, Japón) ....................................................... 92 36. Pearl Harbor (Hawái, Estados Unidos) .............................................................. 94 37. Petropávlovsk-Kamchatski (krai de Kamchatka, Rusia)..................................... 96 38. Port Blair (territorio de Andamán y Nicobar, India) .................................... 97 39. Rota (provincia de Cádiz, España) ....................................................................... 99 40. San Diego (California, Estados Unidos) ............................................................ 102 41. San Petersburgo/Kronstadt (San Petersburgo, Rusia) .................................. 104 42. Sasebo (prefectura de Nagasaki, Japón) ......................................................... 106 43. Sebastopol (península de Crimea) ...................................................................... 108 44. Severomorsk (óblast de Múrmansk, Rusia) ..................................................... 110 45. Sigonella (región de Sicilia, Italia) ........................................................................ 112 46. Tartus (gobernación de Tartus, Siria) .................................................................. 114 47. Thule (municipio de Avannaata, Groenlandia, Dinamarca)...................... 116 48. Tolón (departamento de Var, Francia) ............................................................... 118 49. Varsha (Andhra Pradesh, India) ............................................................................. 121 50. Vladivostok (krais de Primorie y de Javárosk, Rusia) ................................. 123 51. Whiteman (Misuri, Estados Unidos).................................................................... 125 52. Yibuti (base china) ....................................................................................................... 127 53. Yokosuka (prefectura de Kanagawa, Japón) .................................................. 129 Bibliografía .............................................................................................................................. 132 Composición del grupo de trabajo.............................................................. 143 6 Presentación Guillem Colom Piella El presente trabajo constituye el producto final del proyecto «Geopolítica de las bases militares». Esta iniciativa empezó a fraguarse en 2015 y arrancó un año después con su inclusión en el plan de investigación anual del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE). En línea con los objetivos de este centro y con la voluntad de consolidar los estudios estratégicos en nuestro país, la finalidad de este proyecto era analizar el valor estratégico que tienen algunas de las principales bases militares del planeta. Bien sea por su emplazamiento en bastiones defensivos dentro del territorio nacional, por su situación cercana a zonas prioritarias para la seguridad nacional o en terceros países para mantener la presencia avanzada, comprometerse con la seguridad de sus aliados o para incrementar la presencia, prestigio e influencia del país, la existencia de estas bases puede tener numerosos efectos a escala local, nacional y regional. De hecho, algunas de ellas han permitido, durante décadas, alterar los balances estratégicos en zonas del globo y resolver posibles dilemas de seguridad. Este podría ser el caso de la tupida red de bases estadounidenses fuera del continente americano, vitales para garantizar la presencia e influencia del país alrededor del globo. Sin embargo, estos beneficios en materia de presencia, persistencia, influencia, disuasión y respuesta también pueden generar problemas políticos, diplomáticos, sociales o militares. Ello es especialmente relevante en el caso de las bases situadas en terceros países. Muchas de ellas responden a la herencia colonial, a compromisos suscritos durante la Guerra Fría o se han construido recientemente para apoyar la presencia de la potencia en regiones consideradas de interés. Precisamente, la vulnerabilidad de las bases y fuerzas estadounidenses en el Lejano Oriente frente a las estrategias antiacceso/denegación de área (A2/AD) chinas es un elemento que puede alterar los cálculos estratégicos en esta región que se está convirtiendo en el nuevo centro de gravedad del planeta. 7 Este trabajo agrupa una síntesis (las fichas completas pueden hallarse en la página web de IEEE) de las bases analizadas durante el trascurso del proyecto. Aunque no se trata de un estudio exhaustivo, esta primera aproximación que podrá continuar en los próximos años permite observar cómo se distribuyen las principales bases de países como Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido o la India. Combinado con iniciativas como el Ports & Power in the Indian Ocean (que cataloga la presencia e instalaciones marítimas en el océano Índico) y el Arctic Military Activity Tracker (que cataloga actividades militares en la región del Ártico) del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) o los Cuadernos de Estrategia que anualmente publica el IEEE, este trabajo permite vislumbrar las ambiciones estratégicas de estos actores y advertir de sus movimientos en numerosos puntos del planeta. Relacionados con la consolidación de esta nueva etapa de competición entre potencias, estos pueden alterar tanto los frágiles equilibrios regionales como las dinámicas globales. Realizado junto con un equipo de investigación compuesto por Pedro Fatjó, Luís Furlán, Mario Gallego, Laura García, Javier Gil, Clara Rodríguez, Yago Rodríguez y Christian Villanueva, se distribuye de la siguiente forma: tras un breve marco que expone la relevancia geopolítica de las bases militares y las fórmulas adoptadas por las principales potencias para proyectar su influencia en el exterior, a continuación se hace una relación de las 51 fichas de bases por orden alfabético, analizando brevemente su situación, infraestructuras básicas y utilidad estratégica. En este sentido, téngase en cuenta que las fichas contienen el nombre de la base y su ubicación geográfica, no el país que la utiliza. En otras palabras, se trata de fichas de consulta que permiten tener una visión panorámica de la situación geoestratégica global por medio de las bases militares. Esperamos que esta iniciativa sea de utilidad para todas aquellas personas interesadas en la geopolítica y los estudios estratégicos. 8 BASES MILITARES EN EL MUNDO 10 11 1. ¿Por qué investigar sobre la geopolítica de bases militares? «Aquellos que olvidan la geografía, nunca pueden derrotarla» escribe Robert D. Kaplan en su libro La venganza de la geografía. En la actual era digital y de la información, caracterizada por un mundo globalizado y conectado en el que la sensibilidad sobre el tiempo y el espacio ha disminuido, la geografía parece haber perdido su importancia. Los avances tecnológicos hacen que la geografía y el territorio parezcan falsamente anticuados y que las limitaciones que suponen parezcan mucho menores de lo que eran antes. Sin embargo, la realidad física se impone inexorablemente, añadiendo complejidad a las dinámicas de los fenómenos globales. Es un hecho innegable que toda la política internacional se desarrolla en el tiempo y el espacio, en escenarios y entornos geográficos concretos. Lejos de caer en determinismos geográficos, que defienden que la geografía condiciona drásticamente la elección humana, esta idea se basa en el supuesto de que la geografía define los límites y las oportunidades en la política internacional. Los Estados pueden sacar provecho de sus oportunidades geopolíticas o convertirse, por el contrario, en víctimas de su propia situación geográfica. La localización de un Estado, inevitablemente, determina su identidad y sus relaciones bilaterales tanto con sus vecinos como con cualquier otro actor estatal del planeta. Tradicionalmente la narrativa histórica demuestra que, si bien los procesos de guerra o cooperación han estado muy condicionados por las estrategias seguidas por los Estados, las implicaciones percibidas por la ubicación geográfica de los actores implicados han tenido un peso mayor. Desde el surgimiento de la geopolítica como una disciplina propia, muchos han sido los autores intelectuales que han abogado por las ideas defensoras de la inevitabilidad de la geografía. Tan solo acudiendo a los clásicos, cabe destacar los nombres de Alfred Thayer Mahan (1840-1914), Halford Mackinder (1861-1947) y Nicholas J. Spykman (1893-1943), tres teóricos que entendían la geografía como motor explicativo del transcurso de los eventos políticos. Mientras que el primero sostenía que el dominio de los océanos era vital para dominar el planeta, el segundo entendía que el control de Eurasia equivalía al control hegemónico del pivote mundial. Spykman, por su parte, enfatizaba la relevancia de dominar el «anillo de tierras» o Rimland, que rodeaba ese Heartland o pivote mundial. 13 Hoy en día estas ideas siguen más vigentes que nunca. A medida que el orden mundial ha ido perdiendo su condición hegemónica y unipolar que alcanzó tras el fin de la Guerra Fría, adoptando un carácter multipolar y anárquico, la geografía y la geopolítica parecen estar recuperando su importancia histórica. Un buen ejemplo de la relevancia estratégica que la geografía tiene en las relaciones internacionales son las bases militares. Las bases militares son una herramienta de gran importancia político-militar que los gobiernos utilizan generalmente para alcanzar sus objetivos en materia de política exterior. Sus principales funciones son proyectar el poder de un Estado, mantener una presencia avanzada, disuadir a posibles adversarios y reasegurar a sus aliados un compromiso con su seguridad. Si bien pudiera parecer que las bases militares son una herramienta relacionada únicamente con las capacidades de un Estado de ejercer poder duro, la realidad es que la presencia exterior en lugares estratégicos se utiliza cada vez más como punto de escala para misiones no bélicas. Con todo, la justificación estratégica de las bases en el exterior recae mayoritariamente en su capacidad para llevar a cabo estrategias de disuasión (deterrence) y seguridad (reassurance). Mientras que el objetivo de la disuasión es persuadir al adversario de que los costes de emprender acciones militares para alcanzar objetivos políticos superan los beneficios, el objetivo de la seguridad es persuadir a la propia población, y a la de sus aliados, de que los beneficios de la acción militar serán mayores que los costes. La distribución geográfica de las bases militares es en gran medida el resultado de las respuestas a las amenazas que han surgido a lo largo del tiempo. La presencia exterior de un Estado responde directamente a la consecución de sus intereses nacionales. Tras la Segunda Guerra Mundial el foco de la denominada Estrategia de Contención estaba puesto en evitar que la URSS expandiera su control desde el Heartland hasta el Rimland. Pero tras el fin de la Guerra Fría y la caída del sistema internacional bipolar los actores, intereses, riesgos y amenazas se multiplicaron, conformando un escenario de gran complejidad y anarquía. Desde entonces las decisiones y acciones geoestratégicas tomadas por los distintos países han evolucionado notablemente. La acción individual se ha visto reducida en favor del auge de un sistema de alianzas. Desde su creación en 1949 y más aún desde su transformación de alianza militar a comunidad de seguridad tras el fin de la Guerra Fría, la OTAN ha encarnado ese nuevo sistema de alianzas. 14 Geopolítica de las bases militares Además, el tradicional eje transatlántico se ha reorientado, inclinando el foco de acción exterior hacia la región de Asia-Pacífico. Este cambio señala un alejamiento gradual de la atención prestada a controlar y contener a la propia Eurasia, hacia la necesidad de lograr la nueva contención de Eurasia mediante el control de las regiones adyacentes. La presencia en el exterior a través de la instalación de bases militares tiene grandes ventajas tanto en el plano político-militar, como en el económico. Históricamente la construcción de las bases respondía a fines esencialmente imperiales: colonizar terrenos, adquirir más territorio, controlar recursos, etc. Durante el periodo de la Guerra Fría el objetivo de las bases era, por un lado, contener las fuerzas de ambos bloques garantizando que no estallara la guerra y, por otro, eliminar la posibilidad de que los Estados de Europa Occidental volvieran a nacionalizar sus políticas de seguridad, evitando así su capacidad de emprender acciones unilaterales. Hoy en día, la justificación estratégica de las bases ha cambiado significativamente; y así han evolucionado también sus beneficios. Las principales ventajas de la presencia avanzada responden a su justificación tradicional: la disuasión de posibles agresores y la seguridad a aliados y amigos. Ambas permiten demostrar la fiabilidad y reforzar la credibilidad de un Estado, y su lógica se enmarca en la teoría de la estabilidad hegemónica, que pretende mejorar la paz y la estabilidad mundiales. Las bases permiten poner el poder militar al servicio de la protección de los derechos humanos, la promoción de la democracia y el Estado de derecho y la gestión de conflictos locales en todo el mundo. El compromiso político-militar en el exterior es esencial para que un Estado pueda mantener su posición en la nueva etapa de competición entre potencias. Además, actualmente desde las bases también se pueden trabajar las capacidades de poder blando de un Estado. Es el caso de la diplomacia militar, por ejemplo, pues las bases representan un punto de contacto entre la cultura del país desplegado y la del país anfitrión. También una presencia avanzada en localizaciones exteriores juega un rol importante en la postura hegemónica de un país en el plano económico. Las bases militares pueden ser una herramienta empleada para profundizar en relaciones económicas y comerciales estratégicas con otros Estados o contrarrestar la influencia económica de otra potencia adversaria. Sin embargo, las bases militares no están exentas de controversias. En el escenario actual, la presencia militar en el extranjero cada vez enfrenta más dificultades y problemas. Uno de estos problemas son 15 las aludidas capacidades A2/AD, diseñadas por potencias sólidas para interrumpir la proyección de otros Estados en ciertas localizaciones avanzadas. Se trata de una de las principales vulnerabilidades físicas a la que se enfrentan las bases militares hoy. Un buen ejemplo de esta amenaza es el caso de las bases estadounidenses en la zona del Indo-Pacífico, donde las dinámicas y los planteamientos operativos de A2/AD se agudizan por parte de los adversarios regionales de Estados Unidos ante su intento de proyección de poder. Es por este mismo motivo por el que Estados Unidos señala como prioridad en su Estrategia de Seguridad Nacional la necesidad de reenfocar el modelo de bases militares. Con toda probabilidad el antiguo modelo de bases gestado durante la Guerra Fría ya no es suficiente. Si bien las estrategias de denegación de área no son nuevas en absoluto, las amenazas A2/AD preocupan ahora más que nunca por sus capacidades mejoradas, más precisas y letales que antaño. Tampoco resulta tan efectiva la estrategia de dispersión diseñada durante la guerra contra el terror, pues en un escenario global salpicado por infinitos focos de conflicto, encontrar anfitriones que cumplan todos los criterios necesarios (por ejemplo, que sean socios fiables, que estén cerca de un teatro importante y que sean resistentes al A2/AD del adversario) se torna difícil. En la nueva etapa de competición entre potencias las bases militares juegan un rol esencial. Sin embargo, parece necesario el diseño de un nuevo modelo de bases alternativo, que minimice los inconvenientes presentes a fin de operar eficazmente en entornos conflictivos. Lo que es seguro es que las bases son no solo significativas en estos términos geopolíticos, sino que también son útiles como métricas analíticas que nos permiten analizar la posición de un país, evaluar el pasado y el transcurso de los eventos históricos, y realizar pronósticos futuros. 2. Una geopolítica cambiante El escenario internacional se presenta hoy más complejo que nunca. La geopolítica contemporánea se caracteriza por su naturaleza cambiante y por la diversidad de potencias como actores involucrados en un mundo globalizado. Lejos quedan las ideas enmarcadas en la denominada teoría del fin de la historia, la cual tras el fin de la Guerra Fría auspiciaba el comienzo de una era unipolar bajo la hegemonía de Estados Unidos. Es innegable el hecho de que, desde la caída del Muro de Berlín, este ha ocupado una posición de hegemonía en la política mundial. Mediante el impulso de tratados multilaterales y la creación de organizaciones internacionales, Estados Unidos no solo 16 Geopolítica de las bases militares ha promovido sus propios intereses como superpotencia, sino que también se ha presentado como garante de la seguridad y la prosperidad mundiales. Además, ha fomentado la difusión del capitalismo de libre mercado a través de sus propios acuerdos comerciales y de organismos como la Organización Mundial del Comercio o el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, los fundamentos de la hegemonía estadounidense están en declive. Esto se debe no solo a su pérdida de capacidades y al auge y consolidación de otras potencias, sino que también han influido las estrategias geopolíticas seguidas por los distintos gobiernos. Bajo el mandato del presidente Trump, Estados Unidos se comenzó a desprender de sus responsabilidades hegemónicas, acelerando así su declive. La estrategia del America First significó la persecución unilateral de los intereses estadounidenses a expensas del sistema internacional en su conjunto. Así se demuestra con los cuestionamientos sobre la utilidad de la OTAN, la viabilidad del acuerdo nuclear iraní o el abandono de acuerdos comerciales y la aplicación de medidas proteccionistas. Pero el incumplimiento de las responsabilidades de un hegemón puede acarrear unas consecuencias considerablemente desestabilizadoras. Ante la ausencia de una potencia dispuesta a salvaguardar el interés colectivo del sistema internacional, el orden internacional se convierte en una competencia anárquica desenfrenada entre Estados. Las relaciones internacionales adquieren así un matiz realista, caracterizado por la lucha por la supervivencia, que permite a las potencias geopolíticamente dominantes perseguir sus intereses a costa de los demás. Se genera de esta forma un contexto internacional preocupante, pues un sistema cada vez más caótico abre la puerta a las grandes potencias, en especial a las revisionistas (Rusia y China, sobre todo), a que puedan perseguir sus ambiciones territoriales de manera más asertiva. La creciente asertividad de estos países es la nueva normalidad y, a medida que se hacen más poderosos, estos países tratarán de revisar los acuerdos y dinámicas internacionales para reflejar las nuevas realidades de poder. Dado que estos Estados buscan amplias esferas de influencia, muchos lugares corren el riesgo de desestabilización. Esto se puede ver de manera clara con los ejemplos de los conflictos territoriales y la inestabilidad en Ucrania y la región báltica o en el mar de la China Meridional por la influencia expansiva de China. No son estas las únicas potencias protagonistas del nuevo orden multipolar, pues el poder está más repartido con el ascenso de la Unión 17 Europea, India y Japón, entre otros. También han ganado fuerza otras potencias regionales como Brasil, Irán, Corea, Arabia Saudí o Sudáfrica. Con todo, el poder sigue estando mayoritariamente concentrado en el triángulo Estados Unidos – China – Rusia. Estos tres Estados protagonizan hoy en día la nueva era de competición entre potencias, si bien la estrategia actual en un contexto globalizado dista mucho de la competición entre bloques de suma cero de la Guerra Fría. Es por esto por lo que ninguna de las potencias descarta la cooperación con sus competidores, y ninguna ha mostrado la voluntad de arriesgarse a romper relaciones con las otras. En el caso de Rusia, el país más grande del mundo, parece estar en un progresivo y paulatino declive. Se trata de un imperio en retirada cuyo estatus se ha visto evidentemente reducido en comparación con la antigua URSS. En 1991, esta se derrumbó, desgajándose en quince países y dejando como resultado una Rusia considerablemente empequeñecida, con menos territorio y la mitad de la población y de la economía. Rusia, el núcleo de la URSS, que durante la Guerra Fría fue la segunda potencia mundial, lleva años anclada a un profundo estancamiento económico del que intenta salir. El crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB), que este año apenas alcanza el 1,3 %, se encuentra muy por debajo del promedio mundial. El declive ruso también se evidencia en otros datos. El gasto público en defensa, por ejemplo, ha sufrido una gran evolución. Tras su aumento después del conflicto de Georgia, el conflicto de Crimea y la intervención en Siria, estos últimos años se ha vuelto a ver reducido. Si bien en relación con su PIB las cifras no son malas, pues de acuerdo con el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) el porcentaje del presupuesto para defensa asciende al 3,9 % del PIB en 2020, en términos absolutos esta partida dista mucho de los 778.000 millones de dólares invertidos por Estados Unidos o los 252.000 millones de China. También la inversión en investigación y desarrollo ha alcanzado mínimos estos últimos años. Moscú aprobó en 2018 los proyectos nacionales, cuyos objetivos eran alcanzar un mayor dinamismo de la economía mediante el aumento del gasto público en infraestructuras, salud y educación. La meta de este paquete de medidas era colocar la economía de Rusia entre las seis primeras del mundo para 2024. Sin embargo, debido a la pandemia la fecha para la consecución de estos objetivos se ha pospuesto hasta el 2030. No se puede obviar otro de los motivos principales del declive ruso: el grave desafío demográfico que encara. Caracterizado por una socie- 18 Geopolítica de las bases militares dad envejecida, con una baja tasa de natalidad, una baja esperanza de vida, una afluencia cada vez menor de inmigrantes y una emigración cada vez mayor, el país dista mucho de lograr un crecimiento demográfico sostenido. El panorama demográfico de Rusia es una cuestión compleja que puede limitar considerablemente el poder del país. Sin embargo, a pesar de todos estos factores que explican su retroceso estratégico, Rusia se sigue manteniendo en el podio de los países con mayor relevancia internacional. Bien es cierto que, en el plano estratégico, Rusia ha focalizado sus intereses nacionales en tratar de ver sus capacidades reducidas al mínimo, tratando de mantenerse entre las tres principales potencias del mundo a pesar del empuje y la presión tanto de nuevos como de viejos actores. Ahora bien, que haya adoptado una posición defensiva en su visión estratégica no implica que en política exterior haya abandonado su enfoque revisionista. Rusia continúa realizando movimientos agresivos en el exterior y mantiene su estrategia de tratar de rellenar vacíos cuando otras potencias los dejan. Es algo que se ha visto de manera clara en las regiones de Oriente Medio y África. El pasado año Rusia firmó un acuerdo de 25 años con Sudán con el objetivo de establecer una base naval en Puerto Sudán. Esta base, mucho más pequeña que la que este país mantiene en Tartus, Siria (la única instalación naval de Moscú fuera de la antigua URSS), daría a Rusia un punto de apoyo estratégico en el mar Rojo, que une las aguas europeas y asiáticas y es una de las vías navegables más transitadas del mundo. Además, demuestra un esfuerzo por proyectar poder más allá del continente a fin de influir en el comercio internacional, restaurar su presencia global y reforzar su posición geoestratégica en Oriente Medio y el Norte de África. Desde principios de siglo Rusia ha demostrado un gran interés por el continente africano: el comercio y las inversiones entre Rusia y los países africanos han crecido exponencialmente en los últimos años. En materia de defensa, Rusia también ha impulsado los acuerdos militares y armamentísticos, firmando acuerdos de cooperación militar con más de veinte países africanos. Además, se trata del principal proveedor de armas de la región. También ha impulsado la cooperación en materia de energía y recursos naturales, pues Rusia es bien consciente de las ventajas que esto tiene frente a su escasez de ciertos minerales fundamentales para la industria. La lógica que subyace detrás de esta estrategia materializada en la construcción de bases navales en Siria y Sudán es la de proyectar su poder hacia los mares cálidos, principalmente el Mediterráneo, el Índico y el mar de China. Esto también explicaría los planes de 19 reapertura de la base rusa en Cam Rahn, Vietnam, cerrada en 2004 tras 25 años de uso. Considerado el mejor puerto del mar de la China Meridional, se trata de un enclave geoestratégico vital para el desarrollo de los conflictos territoriales actuales en esta región, como las disputas por las islas Paracelso o las Spratly. Mantiene también Rusia como imperativo el aumento de su profundidad estratégica, de forma que cualquier ataque potencial pueda ser detenido a tiempo. Ejemplo de ello es el énfasis por mantener Kaliningrado. Situada entre Polonia y Lituania se encuentra este pequeño exclave de Rusia que ha tenido una importancia estratégica desde que Polonia y los Estados bálticos se incorporaron a la Unión Europea y a la OTAN. Más allá de su valor como bastión ruso en territorio enemigo, esta provincia cuenta con el único puerto ruso del Báltico que queda libre de hielo a lo largo todo el año, tornándose esencial para las operaciones navales rusas frente a una Sexta Flota estadounidense patrullando continuamente. Por último, otro de los imperativos estratégicos rusos es su apuesta por el Ártico. Este interés tiene profundas raíces históricas que se remontan a la conquista de Siberia y, tal y como han ido recogiendo las diferentes estrategias nacionales, la gran oportunidad de futuro del país pasa por explotar los recursos árticos. Más allá de los recursos naturales del subsuelo, el interés también recae en posibilidad de diseñar nuevas rutas de transporte y comerciales. En el pensamiento ruso resuena la idea de que la Ruta del Norte puede ser, en unos cuantos años, una alternativa viable a la ruta clásica desde Asia a Europa y viceversa a través de Malaca, el Índico y el mar Rojo o el cabo de Buena Esperanza. Es por eso por lo que están invirtiendo cantidades ingentes en nuevos buques ad hoc, en astilleros y, muy importante, en reforzar bases como Severodvinsk y en abrir otras nuevas. La República Popular de China, por otro lado, es una potencia en expansión. China se encuentra entre las economías con un mayor crecimiento del mundo, con un crecimiento anual del PIB del 9,5 % de media, un ritmo descrito por el Banco Mundial como la expansión sostenida más rápida de una gran economía en la historia. La mayor economía del mundo ha hecho de la innovación y la exportación las principales prioridades de su planificación económica. En apenas diez años el país ha doblado su gasto público en defensa, solo superado por Estados Unidos, y ha quintuplicado su gasto en investigación y desarrollo, alcanzando el pasado año su máximo histórico con un 2,23 % del PIB. La increíble evolución de China no solo se mide por variables de poder duro, como son el poder militar o la economía, sino que ha experi- 20 Geopolítica de las bases militares mentado el denominado ascenso pacífico. El país ha demostrado otra forma de ascender en la escena mundial. Ya advertía Joseph S. Nye en 2005 que en la era de la información global, las fuentes de poder blando, como la cultura, los valores políticos y la diplomacia, forman parte de lo que hace a una gran potencia. Mediante su inmersión en el proceso globalizador, su incorporación al sistema de organizaciones internacionales y la exportación de su cultura popular y sus valores políticos, China ha sabido jugar bien sus cartas. Sin embargo, el país no está exento de problemas. El principal es que, por imperativos geográficos, su acceso a las principales rutas comerciales está constreñido por sus rivales que, en casos como Japón o los Estados Unidos, se tratan de auténticas talasocracias. Al haberse convertido en el principal exportador global, su comercio, del que depende su economía y, por extensión, la estabilidad del régimen, se ve amenazado por la presencia de estas y otras armadas. Esta presencia pone en tela de juicio el papel que China se ha otorgado a sí misma de cara a los años venideros como primera potencia mundial. Con todo, lo que la historia bien ha enseñado es que para consolidarse como hegemón global no basta con poder normativo y economía, sino que el componente militar es vital. China se ha convertido en el mayor exportador mundial, ha penetrado en nuevos mercados, diseñado la Nueva Ruta de la Seda, concedido créditos y comprado deuda a los países en vías de desarrollo, multiplicado los lazos diplomáticos, etc. Pero todos estos logros necesitan una postura militar bien asentada a fin de poder asegurar la supremacía china. Justo esta es la motivación detrás del acelerado programa naval chino. El acceso de Xi Jinping al poder como secretario general del Partido Comunista en el XVIII Congreso en noviembre de 2012 supuso un punto de inflexión para la política exterior china. Desde entonces, el país ha adoptado una postura activa y asertiva en sus relaciones exteriores que contrasta con el pragmatismo que caracterizó su política exterior desde principios de los años noventa. Hasta entonces China, que tradicionalmente se había concebido a sí misma como potencia continental, se había mostrado más dispuesta a dedicarse a las disputas territoriales al servicio de sus intereses nacionales. Sin embargo, en el XVIII Congreso, los dirigentes del Partido Comunista Chino anunciaron que convertirse en una potencia marítima era esencial para alcanzar los objetivos del país. Tomó entonces una dirección muy clara, fomentando la apertura de bases en el extranjero y la creación de arrecifes artificiales, entre otras herramientas, y logrando evolucionar de una armada costera a una 21 flota de alta mar en apenas unos años. El objetivo principal era controlar los mares aledaños y, a partir de ahí, poder expandirse y proyectar su poder hacia el oeste. No es suficiente con llegar a controlar el estrecho de Malaca, pues sus rivales podrían estrangular su economía desde el Índico y el Pacífico, sino que es necesario extender su influencia hacia el golfo Pérsico (de cuyo petróleo depende su actividad económica) y el mar Rojo, de forma que sus productos manufacturados puedan llegar a Europa. Todo ello obliga a varias vías de acción complementarias. En primer lugar, se torna vital expulsar a las armadas de los Estados Unidos y demás potencias de sus mares aledaños al interior de la primera cadena de islas. Para ello es esencial, por una parte, su fuerza de misiles y, por otra, contar con una red de bases tanto militares como de escucha y preposicionamiento de material. De ahí la importancia otorgada a la construcción de arrecifes artificiales en las islas Spratly o las Paracelso, por ejemplo. Mediante esta estrategia de guerra sin armas, China ha logrado normalizar su acumulación militar en el mar de la China Meridional y sus reivindicaciones territoriales de la línea de los nueve puntos. Paulatinamente está alcanzando unas crecientes capacidades defensivas que pueden erosionar la supremacía y hegemonía estadounidense. Otra de las vías de acción es la de alumbrar el collar de perlas, que va desde los puertos del norte del país por el estrecho de Taiwán hacia Malaca y de ahí a Myanmar y Pakistán, para llegar al mar Rojo y el Mediterráneo. La estrategia del collar de perlas se centra en aumentar el peso económico, militar, diplomático y político de China en la región del océano Índico. Para tal fin, China está construyendo infraestructuras en el puerto de Gwadar, en Pakistán, situado a solo 240 millas del estrecho de Ormuz. También en este esfuerzo resulta fundamental la base de Yibuti que, inaugurada en 2017, supuso un cambio radical en la política exterior y la estrategia de seguridad chinas, que ahora buscaban proteger mejor los intereses nacionales lejos de sus costas. La tercera gran vía de acción tiene como objetivo diversificar las rutas. China es consciente de la necesidad de explorar nuevas rutas a fin de no depender exclusivamente de una. La clásica ruta de los estrechos, en la que el canal de Suez, el estrecho de Malaca y el de Ormuz son pasos estratégicos que sirven de eje para las rutas marítimas encaran numerosos desafíos. Los países cada vez más concienciados sobre la amenaza china tratan de controlarla mediante la organización de alianzas como la Cuadrilateral, entre otras. Esta es también una de las motivaciones de China para construir la Nueva Ruta de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés); iniciativa impulsada por Xi Jinping en 2013 22 Geopolítica de las bases militares y cuyo objetivo es explorar nuevas rutas continentales que conecten el sur de China con el sudeste asiático y el oeste de China con Asia Central, Pakistán y Europa. Sin embargo, la gran apuesta no es esta sino, como en el caso ruso, la Ruta Polar de la Seda, un plan ambicioso que, ya que el 85 % de las mercancías se mueven en barco, busca establecer una vía de comercio marítimo por los mares alrededor del Polo Norte. China, que se considera y denomina a sí misma como potencia casi ártica, publicó en 2018 su primer libro blanco sobre su estrategia en el Ártico. Desde entonces cada vez muestra más interés en medidas como la construcción de una flota de rompehielos o en la explotación de los yacimientos submarinos regionales de gas y petróleo. No sería extraño, en unos años, ver cómo China toma posiciones en Corea del Norte, pues para salir a dicha ruta, la forma más rápida es por el estrecho de Tsushima. Otro posible escenario es que para llegar a la Ruta del Norte decidan rodear por el Pacífico, en cuyo caso las islas Senkaku cobran especial importancia. Sea como fuere, todos los posibles escenarios parecen mostrar que sin duda alguna la región será testigo de importantes transformaciones y cambios geopolíticos en un futuro próximo. 3. Acrotiri y Dhekelia (isla de Chipre) La localización de Chipre en el Mediterráneo Oriental ha sido un factor decisivo para entender las diversas ocupaciones que históricamente se han asentado en ella y que, todavía hoy, se evidencian en la coincidencia de tres entidades soberanas en apenas 9.250 km2 de extensión: 23 – La República de Chipre sobre toda la isla, aunque, de facto, únicamente controla su mitad sur. – La autoproclamada República Turca del Norte de Chipre, ubicada en el tercio septentrional insular. – Las áreas en las que se encuentran las bases británicas de Acrotiri y Dhekelia. También hay que mencionar la existencia de la Línea Verde, la franja de terreno que, desde 1964, controla la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre y sirve de frontera terrestre entre las comunidades greco-chipriotas y turco-chipriotas. La presencia británica en la isla se ha mantenido ininterrumpida desde el Congreso de Berlín, cuando Londres consolidó el control del eje Gibraltar-Malta-El Cairo, al poder contar con un puerto situado a 500 km del canal de Suez. En 1960, Londres consigue una titularidad de las bases a perpetuidad en el marco del proceso de independencia de Chipre, posibilitando su presencia en un emplazamiento que, tanto en lo cultural como en lo geográfico, puede considerarse como un puente entre Europa y Oriente Medio. Las intervenciones británicas de Iraq (1991 y 2003), Libia (2011) o la operación Luminous (2013), dan cuenta del valor estratégico que sigue teniendo este emplazamiento. El estatus soberano de estas bases militares es único dentro del sistema administrativo que rige los Territorios de Ultramar Británicos, ya que no son formalmente consideradas como entidades coloniales. En ambas viven cerca de 15.000 personas, la mitad de ellos ciudadanos británicos y, la otra mitad, chipriotas. Estos últimos trabajan tanto en los servicios generales de las bases como en negocios propios y labores agrícolas. Cada una de las dos Áreas de Soberanía de las bases tiene similar superficie y, al encontrarse en el litoral, permiten al Reino Unido sostener reclamos sobre sendas porciones de mar territorial de 3 millas náuticas. Ambas albergan campos de cultivos, pequeños núcleos poblacionales y un buen número de instalaciones militares. Aunque casi todo el suelo de estos territorios soberanos es de titularidad privada, el 40 % pertenece a la Corona y/o al Ministerio de Defensa. La comunidad británica vinculada a las bases está compuesta por los 3.500 miembros de las British Forces Cyprus de la Armada, Ejército y Fuerza Aérea, contratistas y familiares de los anteriores. A estos habría que añadir los 258 soldados que Londres mantiene en la isla, fuera de las bases, participando como cascos azules en la ya mencionada misión de la ONU. 24 Geopolítica de las bases militares Acrotiri está ubicada en el punto más meridional de Chipre, cerca de la ciudad de Limassol, y en ella se alberga, en el acantonamiento de Episkopi, el Cuartel General de las British Forces Cyprus. Allí hay presencia del regimiento de infantería ligera Duque de Lancaster, una unidad de apoyo multipropósito, un pelotón de la Policía Militar, y una Unidad de Comunicaciones. Asimismo, dentro del Área de Soberanía se ubican las villas de Acrotiri y Pamali, el lago salado de Limassol y el mayor aeródromo británico del país, como una pista de 2.743 metros. Esta es utilizada como centro de entrenamiento de cazas, base de apoyo avanzado para operaciones en Oriente Medio, y además, es el lugar desde el que operan los helicópteros del 84º Escuadrón de búsqueda y rescate. Dhekelia, conocida oficialmente como Base Soberana Oriental, se encuentra a unos 100 km de Acrotiri, en la bahía de Larnaca. Su localización, al este de la isla, interrumpe tanto la continuidad de la Línea Verde –que atraviesa la base– como la del propio territorio efectivamente controlado por la República de Chipre, convirtiendo en exclave a toda la zona greco-chipriota del distrito de Famagusta. Dentro de este territorio se ubican tres áreas que nunca pasaron a ser de soberanía británica y que, por lo tanto, continuaron perteneciendo a la República de Chipre: las localidades enclavadas de Xylotymbu y Ormidhia, y una estación eléctrica. El Cuartel General de Dhekelia alberga al regimiento de Infantería Ligera Princesa de Gales, una unidad de logística, un pelotón de la Policía Militar, y un escuadrón de ingenieros. También forman parte del territorio soberano un aeródromo, las zonas de barracones de Alexandra y Nightindale, las localidades de Dhekelia y de Dasaki Achnas, y la abandonada villa de Ayios Nikolaos. Este último lugar es el punto más septentrional de la base; limita con la República Turca del Norte de Chipre y con la Línea Verde, y se encuentra unida con el resto de Dhekelia por una carretera británica. Allí hay una estación de señales que, por ser uno de los puestos de Inteligencia Electrónica y de Señales más grandes del Reino Unido, es considerado como parte de la red ECHELON. Finalmente hay que destacar que, bajo los acuerdos de 1960, las British Forces Cyprus han podido usar numerosas instalaciones localizadas fuera del territorio soberano de las bases, en diferentes lugares de Chipre. Aunque con el paso de los años muchos de estos lugares se han ido cerrando, en la actualidad unos pocos permanecen abiertos, destacando algunos barracones, reservas de agua, y el complejo de Trodoos, en el Monte Olimpo, donde hay una estación de radar. 25 4. África (complejo de bases de Francia) Después de la independencia de las antiguas colonias africanas, Francia ha seguido manteniendo estrechas relaciones con los nuevos Estados, pero reteniendo importantes parcelas de dominio político, económico, cultural y militar, como el control de sus economías por empresas francesas, concentradas en la extracción de minerales y de otros bienes primarios, la agricultura, la construcción de infraestructuras o la banca y las finanzas. Las compañías francesas han gozado durante décadas de importantes privilegios económicos y han contado con el apoyo diplomático y militar necesario, lo que se ha traducido en un endémico intervencionismo militar, con frecuencia para apuntalar gobiernos autoritarios contestados en sus países, pero dóciles con los intereses galos. Asímismo, la protección de una importante colonia de residentes franceses ha servido para justificar otras intervenciones. 26 Geopolítica de las bases militares Los despliegues franceses se han venido realizando en el marco de acuerdos bilaterales de defensa y seguridad, renovados en diversas ocasiones y que han concedido un amplio margen de discrecionalidad a Francia en la interpretación de su contenido. No debe sorprender que el Ejército francés haya elaborado un cuerpo doctrinal sobre la tipología de intervenciones en suelo africano: las denominadas misiones de intervención como en el Chad (1978-80) o en las Comores (1989 y 1995); las de contrainsurgencia como en Mauritania (1977-78) o más recientemente la de Malí; las de apoyo, como en Zaire (1977) o en Camerún (1994-2008); y en los últimos tiempos, las de interposición y de seguridad y mantenimiento de la paz. Las características que definen estos despliegues son: – Uso de fuerzas ligeras: suelen articularse en unidades de infantería motorizada dotados con medios de una elevada movilidad estratégica y operacional. – La entidad de las fuerzas ajustada a la magnitud geográfica de la misión y de la resistencia adversaria prevista, oscilando desde una entidad de compañía reforzada hasta una o varias agrupaciones tácticas interarmas de dimensiones variables. Es decir, desde unos pocos centenares de hombres hasta varios millares. – La centralidad en los niveles estratégico y operacional del transporte aéreo, tanto desde la metrópoli hasta el país de destino, como dentro del teatro de operaciones entre las diversas zonas de despliegue. El uso de helicópteros y de aviones con capacidades de aterrizaje y despegue en pistas cortas y sin preparación es una ventaja relevante que permite la conexión entre las bases implicadas en cada operación, una capacidad muy importante para la movilidad operacional y el sostenimiento de las fuerzas. La ubicación de las bases ha cambiado a lo largo de estas últimas décadas, si bien algunas de ellas se han mantenido operativas, como Dakar, en Senegal, o Libreville, en Gabón. De esta forma, las bases francesas han formado una red distribuida en diversos Estados africanos. Es un complejo cambiante porque, uno de los rasgos que mejor define este despliegue, es la flexibilidad en el establecimiento y abandono de bases. Aunque la tendencia histórica ha ido en la dirección de la reducción en el número de bases utilizadas, al calor de las intervenciones puntuales que han requerido la recepción de tropas adicionales, se ha interrumpido dicho proceso y se han reabierto bases o se han establecido otras nuevas, normalmente de forma temporal, mientras se desarrollaban las operaciones bélicas. 27 Para explicar esta flexibilidad desde una perspectiva estratégica, hay que tener en cuenta los cambios que se han producido en el escenario africano e internacional desde la década de 1960. Durante la Guerra Fría, los nuevos Estados africanos eran para Francia un patio trasero, en el que intervenía de manera directa siempre que los intereses galos se consideraban amenazados. Igualmente, la sombra del expansionismo soviético, en forma de gobiernos y de movimientos políticos anti-occidentales, además de la acción de grupos guerrilleros de diversa naturaleza, ayudan a entender la atención que las autoridades del Elíseo prestaron siempre a esta zona de África. Y de ahí también la presencia de numerosos asesores militares franceses en muchos de estos nuevos Estados; presencia que continúa en la actualidad, aunque más diluida en un marco multinacional de misiones de instrucción de fuerzas militares y policiales, como lo muestra la colaboración gala desde 1998 en el programa RECAMP (Refuerzo de las Capacidades Africanas de Pacificación) y el particular impulso francés de 17 escuelas de formación de estado mayor, de técnicas de infantería, de policía judicial, de sanidad, de métodos de pacificación, de mantenimiento del orden, etc. distribuidas entre Benín, Burkina Faso, Camerún, Gabón, Malí, Níger, Togo, Senegal y Ghana. Después de la Guerra Fría y, sobre todo, a partir de principio del presente siglo, la situación africana, especialmente en la franja Sahara-Sahel ha cambiado y se ha complicado notablemente. La confluencia entre un fuerte crecimiento demográfico en los países de la franja, la agudización de la inestabilidad política, el surgimiento de los llamados estados fallidos y el auge de movimientos yihadistas, entre otros factores, ha creado un escenario que ha empujado a una nueva oleada de intervencionismo francés, con tendencia a su cronificación. Pese a que desde 1993, con el gobierno de Mitterand se inició una reducción en las intervenciones militares, acompañada de una paralela disminución en el número de bases militares, línea seguida inicialmente por el gobierno de Sarkozy, en busca de un marco multilateral ajustado a la legalidad internacional (UE, OTAN, ONU, Unión Africana), con despliegues por motivos humanitarios o de restablecimiento y mantenimiento de la paz (Chad en 2008 y República Centroafricana en 2009), los acontecimientos de los últimos años con las actuaciones en Costa de Marfil y en Libia en 2011 han vuelto a reforzar la presencia militar, en unos casos con despliegues temporales y en otros con una presencia mucho más prolongada. Con el Libro Blanco de la Defensa de 2013 se consolidó esta tendencia. La visión estratégica sobre el continente africano se centró en la franja Sáhara-Sahel, pero reforzando la conexión entre las facha28 Geopolítica de las bases militares das oeste, Atlántico, y este, Índico; articulando así un mismo espacio estratégico que permite a Francia adquirir una proyección no solo sobre los espacios africanos habituales, sino también sobre los accesos al golfo Pérsico, desde la nueva base de Abu Dabi en los Emiratos Árabes Unidos. La última revisión estratégica de la defensa y la seguridad nacional, publicada en 2017, no hace más que confirmar el análisis del 2013. En coherencia con ello, la presencia militar en África se articula en dos grandes pivotes: las fuerzas de presencia y las integradas en despliegues puntuales o temporales. Las fuerzas en presencia prestarán apoyo a las segundas o se integrarán en ellas según las exigencias estratégicas y operacionales de cada momento. Las fuerzas en presencia, con un total de 3.650 efectivos, ubicadas en bases permanentes son las siguientes: Dakar (Senegal), con un destacamento de 350 hombres, Libreville (Gabón) con 900 hombres; Abiyán (Costa de Marfil) con 950; Yibuti, con 1.450 efectivos. Libreville constituye un buen ejemplo de lo que es una base de fuerzas en presencia: cuenta con el campo De Gaulle, un acuartelamiento de instalaciones reducidas pero complementado con la base aérea de Guy Pidoux, dentro del aeropuerto de Libreville; además se localiza en Centro de Endurecimiento de Ultramar, para el entrenamiento en zona selvática, utilizado por unidades del Ejército francés y de Estados africanos aliados. Así mismo, en los montes Mokeku hay un extenso campo de maniobras y de tiro, dotado de una pista de aterrizaje de 1.000 metros. Por último, como apéndice logístico de la base, en el puerto de Duala, en Camerún, se mantiene un pequeño destacamento destinado a abastecer por vía naval a las fuerzas que desde Gabón se proyecten sobre África central. En la actualidad, el esfuerzo militar francés en África se concentra en la operación Barkhane. La distribución territorial de la operación Barkhane resulta muy interesante para ver esa gran flexibilidad operativa que caracteriza los despliegues africanos de Francia. La operación se puso en marcha el 1 de agosto de 2014, en parte como continuación y ampliación de la precedente operación Serval, que tenía por objetivo lograr la estabilización de Malí, frente a la amenaza de los separatistas tuaregs y de diversos movimientos yihadistas (Al Qaeda del Magreb Islámico, Ansar Eddine, El Movimiento para la Unidad y la Justicia en África del Oeste, Grupo de Apoyo al Islam y a los musulmanes, Estado Islámico del Gran Sahara); y en parte para acabar con el grupo yihadista Boko Haram, extendiendo el terreno de operaciones desde Malí a Chad, Níger y Camerún. Desde entonces la implicación internacional en esta operación no ha hecho más que aumentar, con 29 la presencia de tropas de diversos países en el marco de la Misión Multidimensional Integrada de Naciones Unidas para la Estabilización de Malí (MINUSMA) y que cuenta con unidades de España, Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Eslovaquia, Chequia y Suecia. En lo que hace referencia a Francia, en abril de 2021 habían 5.100 soldados desplegados en una amplia red de bases, que se articula y ordena de la siguiente manera: como puertos marítimos para el apoyo logístico se cuenta con Dakar (Senegal), Abiyán (Costa de Marfil) y Duala (Camerún). Las denominadas oficialmente como Puntos de Apoyo Permanentes son: Gao en Malí, esencialmente una base logística terrestre, capaz de albergar una flota de camiones pesados y vehículos blindados; Yamena en Chad, instalada en el aeropuerto internacional de esta capital, y Niamey en Níger; las dos últimas son bases aéreas, y se utilizan tanto para operaciones de transporte como de reconocimiento y de ataque, puesto que son capaces de albergar y proporcionar apoyo logístico a aviones de transporte, cazabombarderos, helicópteros y drones. Las Bases Avanzadas Temporales, se distribuyen actualmente entre Malí, con las bases de Tessalit, Kidal, Ménaka, Gossi y Tombuctú; Níger con la de Aguelal y Chad con las de Faya-Largeau y Abéché. Por último, también hay presencia militar gala, en forma de Destacamentos de Apoyo Operacional, en Bangui, en la República Centroafricana, y Uagadugú en Burkina Faso. Hay que tener en cuenta que muchas de estas bases avanzadas citadas no son más que tiendas y carpas de tela, protegidas por muros improvisados, sacos terrenos y materiales rústicos similares, en la tradición de fuertes y fortificaciones menores francesas de la época colonial. Por ejemplo, la de Ménaka es de reducidas dimensiones, pensada para albergar y sostener a una unidad de entidad compañía, además de prestar servicios de apoyo y mantenimiento a otras unidades en tránsito. Se constituyen en polos de sostenimiento de las Agrupaciones Tácticas del Desierto o de otras unidades que puedan operar en sus zonas de influencia. En junio de 2021, el presidente Macron anunció el fin de la operación Barkhane. Según algunas fuentes, la presencia de tropas galas podría reducirse a la mitad en un plazo de dos años. Además, se cambiaría la orientación de la intervención francesa e internacional, focalizándola en el apoyo por parte de unidades de operaciones especiales a los ejércitos africanos en operaciones antiterroristas. De todas formas, la experiencia histórica nos indica que Francia tenderá a mantener abiertas las bases permanentes, mientras que entre 30 Geopolítica de las bases militares las avanzadas probablemente, si se confirma las intenciones del gobierno, unas irán cerrándose, como se hizo en julio de 2019 con la base de Madama en Níger, tal vez algunas se mantengan temporalmente operativas y no sería sorprendente que se abrieran nuevas instalaciones en la misma constelación de países, ajustando el despliegue y la entidad de las instalaciones a las exigencias tácticas, operacionales y estratégicas que se requieran en el futuro, como Francia ha venido haciendo en las últimas décadas. 5. Ascensión (Santa Elena, Ascensión y Tristán de Cunha, Reino Unido) Ascensión es una de las tres entidades insulares que conforman el territorio de ultramar británico de Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña, considerado como no autónomo por las Naciones Unidas. Localizada en medio del Atlántico, a 850 km al sur de la línea del ecuador, la formación es la más septentrional de las tres mencionadas 31 —Santa Elena, donde se ubica la capital de esta dependencia del Reino Unido, se encuentra a 1.300 km al suroeste, mientras que el grupo principal de Tristán de Acuña está a casi 3.300 km al sur— y también es la única de ellas que cuenta con instalaciones militares. Este complejo de instalaciones a lo largo de este pequeño territorio es de uso conjunto británico-estadounidense. Su emplazamiento, a medio camino entre África y Sudamérica, y su escasez poblacional han posibilitado, históricamente, un uso discrecional de esta remota isla volcánica. No obstante, dicha asolación y pequeño tamaño siempre han condicionado enormemente su habitabilidad. De hecho, hoy en día, su sostenimiento económico se explica exclusivamente por el interés estratégico y militar que el lugar tiene para Londres y Washington, pues todos los residentes mayores de edad tienen la obligación de trabajar en cometidos relacionados con las diferentes bases. En los 88 km2 que ocupa Ascensión, estadounidenses y británicos han ido haciendo uso del territorio con diversas instalaciones de diversas y cambiantes funciones. La primera de ellas data de 1899, cuando la Easter Telegraph Company convirtió a la isla en el centro de comunicaciones del Atlántico Sur. Aunque esta utilidad como nodo comunicacional ha perdurado, con el tiempo también se ha ido evidenciando la utilidad geoestratégica de este espacio insular. En 1939 se construye una estación de radiogoniometría de HF-DF para detectar submarinos alemanes antes del desarrollo del radar, y en 1943, con el auspicio de Estados Unidos, la pista de aterrizaje de Wideawake. Ampliada en 1970, esta pista sirve como aeropuerto alternativo, aunque bajo condiciones de emergencia muy concretas. En 1956, se añade al aeródromo una extensión anexa que actualmente brinda servicios al sistema mundial de GPS y a la Base Aérea de San Patricio, en el estado de Florida y, por tanto, da cobertura a los cohetes y misiles que se lanzan desde la costa este norteamericana. De hecho, Ascensión se enarboló —junto con el atolón Kwajaleinen de las Islas Marshall en el Pacífico— en el sitio idóneo para el seguimiento de las pruebas de misiles antibalísticos del proyecto Nike entre 1960 y 1961. Posteriormente se han erigido otras construcciones, como la estación de la Red del Espacio Profundo de la NASA de 1960 (sustituida de alguna manera por la de Robledo de Chavela, en Madrid, desde 1961), una estación de la Agencia Espacial Europea, otra de difusión de la BBC en 1966, y la estación de infrasonidos que cubre esta parte del mundo para la red de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. Sin embargo, si por algo es reconocida Ascensión en los últimos años es por su papel en la guerra de las Malvinas de 1982, pues el emplazamiento permitió a los británicos contar con un puesto avanzado que 32 Geopolítica de las bases militares mitigara el factor distancia respecto al teatro de operaciones sudamericano. Desde allí, bombarderos Avro 698 Vulcan de la RAF pudieron llegar hasta posiciones argentinas en el archipiélago disputado, cubriendo así los 6.500 km que separan las Malvinas de Ascensión. Al finalizar la guerra, la propia Margaret Thatcher afirmó que esta no hubiera podido ganarse sin Ascensión, reconociendo así la utilidad de este punto como indispensable para posibilitar las líneas logísticas que sostienen la proyección británica en el Atlántico Sur, que aún permite al Reino Unido consolidar la soberanía de las Malvinas/Falklands, la de las islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur y, en un extremo, incluso el reclamo antártico de este país. A pesar de la potencialidad logística de Asunción, hay que reconocer que esta no ha vuelto a destacar por albergar o facilitar el tránsito de medios militares y, por tanto, dicho uso permanece como latente, destacando en la actualidad otros ya aludidos de tipo comunicacional, máxime tras la reciente construcción del aeródromo de Santa Elena en 2016. En la actualidad se especula que el emplazamiento es clave para la red de interceptación de señales ECHELON o como punto de entrenamiento de pilotos de drones Watchkeeper británicos. Sin embargo, conviene tener presentes los recientes descubrimientos de petróleo en la plataforma continental atlántica de Sudamérica (interrumpida en su progresión hacia la alta mar por la zona económica exclusiva de las propias Malvinas), que es una situación que volvería a hacer coincidir intereses argentinos y británicos sobre unas aguas que continúan estando disputadas. 6. Astracán (óblast de Astracán, Rusia) Astracán, sede desde 1992 del cuartel general de la flotilla del Caspio de la Armada Rusa tras su traslado desde Bakú, en Azerbaiyán, es todavía un activo vital para Rusia al controlar la desembocadura del río Volga y, con ello, uno de los extremos del sistema de navegación fluvial ruso. Astracán no solo goza de una posición envidiable, sino que, además, disfruta de buenas comunicaciones tanto fluviales como por carretera, vía férrea y vía aérea. Además, se encuentra relativamente cerca de los principales centros industriales y tecnológicos del país, sirviendo de punto de salida natural a buena parte de las mercancías de la región económica del Volga, en la que se concentra alrededor del 8 % del PIB ruso. Hacia el exterior, las bondades de Astracán tampoco son despreciables, pues permite no solo controlar la ribera norte del mar Caspio, 33 sino también influir directamente sobre unos vecinos —especialmente Kazajistán— que carecen de medios navales de entidad. Las diferencias se amplían todavía más cuando hablamos de aspectos específicos del poder naval, como la capacidad de proyectar el poder tierra adentro, y es que Rusia ocupa una posición de hegemonía real gracias a los buques heredados de tiempos soviéticos, como las lanchas de desembarco de las clases Serna, Akula o Dyugon o de los vectores de ataque a tierra SS-N-30A que montan las corbetas de la clase Buyan-M. Pese a su importancia para Rusia, en los últimos años esta base militar ha ido quedando relegada a un segundo plano. Es así porque Astracán cuenta, pese a su importancia histórica, con varias desventajas que no pueden ser obviadas frente a bases como Kaspisk. Por una parte, la naturaleza es cruel con Astracán y al factor climático se suma el continuo aporte de materiales por parte del Volga, cuyos sedimentos obligan a dragar constantemente el fondo para asegurar la navegación de los buques de mayor porte, algo que compromete la operatividad de la flota aun a pesar de apostar por diseños con un calado mínimo. Por otra, hay temas de seguridad candentes en el Cáucaso que justifican por sí solos la necesidad de gran número de tropas acantonadas en Daguestán. En este sentido, Astracán está alejada del foco de las tensiones, lo que supone un hándicap. Por supuesto, tampoco puede olvidarse su relativa lejanía con respecto al propio mar Caspio —en realidad, se sitúa aproximadamente a 100 km en el interior del delta del Volga— dificulta la rapidez de respuesta en caso de crisis. En términos de tiempo, a los buques rusos les cuesta entre 5 y 6 horas alcanzar mar abierto desde Astracán, debido a que no pueden navegar a su velocidad máxima por dicha zona. Este es un problema que no se padece en Kaspisk y que es de vital importancia en una época en que la respuesta debe ser inmediata. Además, no debe olvidarse que en este tiempo de tensiones crecientes con Occidente, Rusia está tomando posiciones adelantadas, en la medida de lo posible, por si se diera un escenario de guerra abierta, a la vez que utiliza sus Fuerzas Armadas en general —y su flota de guerra en particular— como un elemento clave de una estrategia mucho más compleja que contempla desde las operaciones en profundidad y las medidas activas al control reflexivo y en el que la flotilla del Caspio es una baza de primer nivel para materializar dicha estrategia sobre los otros países ribereños de ser necesario. En resumen, Astracán, pese a haber perdido parte de su lustre, cumple todavía hoy una importante misión en todo lo relativo al control del tráfico marítimo y fluvial. También cuenta con una serie de servicios de los que todavía no dispone la otra gran base rusa en el Caspio, Kaspisk. En los próximos años seguramente quede como una suerte 34 Geopolítica de las bases militares de base secundaria o de apoyo en el marco de una estrategia regional más asertiva y proactiva, debido a su lejanía de los principales puntos de interés que para la seguridad rusa ofrece dicho mar. En el mejor de los casos, si los planes chinos relativos al proyecto One Belt, One Road logran materializar el canal de Eurasia, puede recuperar parte de su importancia pasada o, en un escenario negativo, esta renovada importancia sería la consecuencia de un retroceso ruso que, hoy por hoy, parece impensable en el Caspio. 7. Baltisk (óblast de Kaliningrado, Rusia) La base naval de Baltisk está situada en el óblast de Kaliningrado, territorio que pertenecía formalmente a la República Socialista Federativa, en tiempos de la URSS. Cuando esta última implosionó en 1991, dicho territorio siguió formando parte Rusia, a pesar de estar encajonado entre Lituania y Polonia, a más de 350 km de las fronteras de la Federación. Dado que desde 1999 Polonia forma parte de la OTAN y que las repúblicas bálticas hicieron lo propio en 2004, la posesión de esta isla dentro del territorio aliado se ha convertido en un importante problema de seguridad para Rusia, que ya no puede, en caso de necesidad, invadir las Repúblicas bálticas sin que estas invoquen automáticamente el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte y que se encuentra con el hándicap de tener que abastecer esta cabeza de puente en un hipotético conflicto. 35 Baltisk es la sede de la flota del Báltico de la Armada Rusa y también la cara más visible del enorme despliegue que Rusia acumula en Kaliningrado. Un despliegue que no ha dejado de crecer en los últimos años y que las autoridades rusas amenazan con redoblar en breve. La base dispone de más de ocho kilómetros lineales de dársenas, grandes depósitos de crudo y lubricantes, de conexión ferroviaria, diques y grúas flotantes para realizar operaciones de mantenimiento y reparaciones. Un buen número de barracones, depósitos de municiones —se han construido en fecha reciente 40 bunkers que servirán de polvorines— y las instalaciones del cuartel general de la flota del Báltico, completan un cuadro en el que también participan puertos como el de Svetly, a apenas 15 kilómetros hacia el interior de la laguna del Vístula y que también cuenta con diques flotantes y conexiones por vía férrea, Primorsk (situada 15 km al norte) y, por supuesto, el entramado portuario e industrial de la propia capital del óblast, Kaliningrado. En esta ciudad tienen su sede entre otros los importantes astilleros Yantar, en donde se han construido buques como las fragatas clase Talwar vendidas a India. Baltisk no está sola. Dentro de esta minúscula región podemos encontrar bases aéreas como Chernyakhovsk, desde donde operan aviones de caza y ataque; Chkalovsk, con medios de patrulla marítima, cazabombarderos y bombarderos ligeros o Donskoye, desde donde opera el 396º Regimiento de Helicópteros Antisubmarinos. La infantería de Marina despliega en Baltisk la 336a Brigada además de un centro de instrucción, encontrando en las playas de la zona el escenario ideal para hacer ejercicios con medios de asalto anfibio. A todo lo anterior se le suman unidades de guerra electrónica, comunicaciones, sanitarias, de servicios, guerra NBQ, ingenieros, etc. Enclavada apenas a 25 km de la frontera polaca —a 80 de la ciudad de Gdansk, el puerto más importante de dicho país, 95 de la lituana y a 300 km de Suecia— Baltisk equidista, además, de las importantes islas de Bornholm y Gotland, claves para controlar el grueso del Báltico y las líneas marítimas entre la propia Kaliningrado y San Petersburgo. Por su posición, permite establecer una zona A2/AD que se proyecta sobre algunos de los Estados miembros de la OTAN y que podría dificultar sobremanera cualquier operación militar. Lo que es mejor para Rusia, Kaliningrado es una avanzada que permite emplazar sistemas de escucha o de alerta temprana, de guerra electrónica, complejos de misiles tierra-tierra, misiles antibuque o antiaéreos. En resumen, la base naval de Baltisk —y por extensión todo el enclave de Kaliningrado— es fundamental en la estrategia rusa dado que: permite contar con una base adelantada que protege los accesos a la vital San Petersburgo y al óblast de Leningrado, zona industrial y 36 Geopolítica de las bases militares económica primordial suponiendo un obstáculo formidable para cualquier operación de la OTAN. También permite a Rusia proyectarse sobre la parte central del Báltico, amenazando los principales puertos y bases de Polonia, Lituania y Suecia, así como las islas de Bornholm y Gotland. Aporta, además, en tiempo de paz, el imprescindible respaldo militar a las operaciones en la zona gris; Igualmente, permite obtener valiosos datos acerca de los sistemas empleados por la OTAN gracias a los sistemas de escucha allí instalados y la cercanía a varios de sus miembros. Finalmente, es el lugar idóneo para instalar los sistemas antibuque/antiaéreos y de guerra electrónica que permiten formar una burbuja A2/AD que se extiende sobre los países vecinos dificultando sus operaciones a la vez que protege las propias. 8. Baranovichi (región de Brest, Bielorrusia) Baranovichi es una ciudad bielorrusa estratégicamente situada en la única carretera importante del suroeste del país. Se encuentra a 190 km de Brest al oeste y a 130 km de Minsk al este. Este enclave fue el cuartel general del ejército zarista en la Primera Guerra Mundial, y en la segunda fue usada tanto por Alemania como por la URSS. En 1950, llegó a la base el 61º Regimiento de Aviación de Combate, y tres años después la 558ª Planta de Reparación de Aeronaves. Esta unidad fue el germen de una empresa que ofrece servicios de mantenimiento de toda clase para las aeronaves de origen soviético/ruso. De hecho, en la ciudad se ha desarrollado una floreciente industria militar y aeronáutica que permite aprovechar varias inercias relacionadas con el mantenimiento de las aeronaves y la cooperación entre los estamentos militar y civil. Bielorrusia es el aliado más fiable de Rusia en la región, algo que los últimos acontecimientos han vuelto a demostrar, cuando Moscú parece haberse convertido en el último puntal del régimen de Lukashenko. Tras la desaparición de la URSS, ambos países firmaron un tratado de seguridad, y en 1995 se consignó el acuerdo que permitía a Rusia la construcción, uso y mantenimiento de una estación de radar en Baranovichi. Esta se ha convertido en un importante pilar de la red de alerta temprana rusa. La base aérea cuenta con una sola pista de 3 km de largo, pero en realidad el complejo que la rodea es enorme. De hecho, los límites entre la base y el polígono industrial adyacente son inexistentes en la práctica. Baranovichi cuenta con 16 estructuras de tipo refugio reforzado para aviones, aunque es posible que algunas de ellas sean almacenes de municiones. También hay 20 hangares, 12 aparcamientos para helicópteros, más de 40 para aviones tácticos y 3 mixtos para helicópteros de gran tamaño o aviones. 37 Como es típico en el este europeo, se ha aprovechado la gran cantidad de terreno arbolado para construir instalaciones más discretas a ojos del reconocimiento satelital o aéreo enemigo, de hecho, en los bosquecillos que rodean la base se aprecian numerosas infraestructuras. Hoy día, Baranovichi es considerada la piedra angular de la Fuerza Aérea bielorrusa y técnicamente es conocida como la 61ª Base Aérea de Combate. Sin embargo, la base adquirió protagonismo mediático debido a la presencia de aeronaves rusas en virtud del Acuerdo Conjunto de Defensa Aérea de 2012. En aquel momento se especuló que Baranovichi sería el epicentro del despliegue ruso en Bielorrusia, algo que ya había empezado a materializarse en Mogilev o Bobruisk. Desde 2013 se detectó la presencia continuada de, al menos, una escuadra de cazas Su-27, así como un avión AWACS A-50 y posiblemente un avión de transporte An-24 o An-26 para apoyar el despliegue. De esta forma, la constitución de este contingente nos indica que estamos ante una fuerza de reacción rápida para reforzar las capacidades bielorrusas de defensa de su espacio aéreo y, de paso, incrementar las capacidades de la red de alerta temprana rusa. El interés estratégico de Bielorrusia se debe tanto a su situación como país colchón para Rusia, como por la presencia de una importante industria pesada y un significativo sector minero dedicado a la extracción de recursos estratégicos como el petróleo, el hierro, el acero o el potasio. Al sur del país discurre el oleoducto de Druzhba Sur, y al norte pasa el gaseoducto Yamal con sus diversas ramificaciones, ambos ductos forman parte integral de la estrategia de diversificación rusa de suministro de gas y petróleo para Europa. Ahora bien, la posibilidad de mantener aviones de gran tamaño y, en particular, aviones de tipo AWACS no solo mejora la capacidad de la red de alerta temprana rusa frente a operaciones aéreas enemigas, sino que, además, permite llevar a cabo operaciones de inteligencia electrónica para conocer el orden de batalla electrónico aliado o para recabar información técnica sobre nuevos tipos de radares o sistemas de comunicaciones. Igualmente, las capacidades de despliegue rápido ruso se ven mejoradas gracias a las posibilidades que ofrece Baranovichi para albergar aviones de transporte. No obstante, si se quisiera realizar el despliegue de unidades de fuerzas grandes de este tipo haría falta invertir en la base aérea para ponerla al día. Para Bielorrusia, Baranovichi es fundamental para su propia fuerza de aeronaves de combate y le ha concedido una baza importante en sus relaciones con Rusia que, por supuesto, valora mucho poder contar 38 Geopolítica de las bases militares con su vecino del oeste y sus bases. En cualquier caso, no puede olvidarse que la presencia rusa se debió a las carencias presupuestarias de la Fuerza Aérea bielorrusa. Por otro lado, la posibilidad de usar Baranovichi para la flota de bombarderos nucleares rusos tampoco presenta grandes ventajas. De hecho, expondría en exceso este tipo de aeronaves por estar demasiado cerca de las fronteras con los países de la OTAN. Sin embargo, en el caso hipotético que se desatara un conflicto de estas características, Baranovichi sí podría jugar un papel de gran importancia en las primeras fases como parte de la predecible ofensiva contra los Estados bálticos y la necesidad rusa de ganar la batalla por la Brecha de Suwalki (que separa a Kaliningrado de Bielorrusia por medio de un corredor de tierra ocupado por Polonia y Lituania). Ante esa situación, Baranovichi se encontraría a 350 km de Varsovia, 270 km de Kaliningrado y a 180 km de Vilnius y de la propia brecha de Suwalki, lo que la convertiría en una base idónea para el despliegue de fuerzas de aviones de combate de toda clase. Para finalizar, cabe decir que las facilidades que Bielorrusia da a Moscú no son exactamente altruistas, ya que el reducido presupuesto de defensa bielorruso ha dejado a sus fuerzas armadas, y en particular a sus fuerzas aéreas en un estado en el que su capacidad de disuasión es reducida, y frente a occidente la presencia rusa es un buen garante para evitar injerencias externas. 39 9. Brest-Lorient (departamento de Finisterre, Francia) La denominada oficialmente Base de Defensa de Brest-Lorient, agrupa a lo que originariamente habían sido dos bases navales distintas, además de un variado conjunto de bases aéreas y de centros de formación. La base se encuentra en la región de Bretaña, en el departamento de Finisterre. Brest tiene su origen en 1631 cuando, bajo el reinado de Luis XIII, se creó un arsenal naval militar. Lorient surgió en 1666, como base de operaciones de la compañía francesa de las Indias Orientales y siguió siendo un puerto comercial hasta que se construyó un puerto militar en época napoleónica. Es en 2009 cuando se procede a la creación de la Base de Defensa de Brest-Lorient, que ordena y reúne bajo una misma estructura a diversas instalaciones antes correspondientes a Brest, Lorient, Crozon, Lanvéoc-Poulmit, Lann Bioué, Loperhet, Lanester, Landivisiau e Île Longue. Este complejo de bases navales y aéreas concentra del orden de 22.000 efectivos militares y civiles, incluyendo el personal de las empresas que prestan sus servicios de apoyo a las unidades en ellas desplegadas. En el puerto de Brest tiene su sede una parte de la Fuerza de Acción Marítima, que dispone de una cuarentena de buques de superficie (fragatas, corbetas, cazaminas, patrulleros, petroleros, buques oceanográficos y otras unidades de apoyo y servicio). Entre ellas destacan las cuatro nuevas fragatas de la clase FREMM (Aquitanie, Provence, Bretagne, Normandie), de la versión antisubmarina, que constituyen la espina dorsal de dicha fuerza naval. Además, tienen su sede en Brest el Servicio de Mantenimiento de la Flota, el comandante en jefe del Atlántico, el Estado Mayor del Prefecto Marítimo, el Centro de Instrucción Naval, la Escuela de Guerra de Minas, la Escuela de Navegación Submarina, el Estado Mayor de la Flotilla de submarinos de misiles balísticos (SNLE), el Servicio de Combustibles de la Marina, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Marina, un hospital interejércitos y la dirección regional de sanidad interejércitos. La distribución del resto de fuerzas en el complejo de bases de BrestLorient es la siguiente: – En los alrededores de Crozon se localizan la Escuela Naval y el Centro Paracaidista de Entrenamiento en Operaciones Marítimas. 40 Geopolítica de las bases militares – En la base aeronaval de Lanvéoc-Poulmit se concentran tres flotillas de helicópteros de la Marina y varios centros de formación: el Centro de Entrenamiento en Búsqueda y Salvamento de la Armada, la Escuela de Iniciación al Pilotaje, la Escuela de Especialización para Helicópteros Embarcados y el Grupo de Entrenamiento e Instrucción. – En la base aeronaval de Landivisiau, se encuentran tres flotillas de aviones de combate Rafale, además de una escuadrilla de Falcon 10. También tiene su sede el Centro de Entrenamiento, Instrucción y Preparación de Misiles y, por último, se ubicua el depósito de combustibles aeronáuticos. Por otro lado, la base tiene dos pistas especiales que reproducen las de despegue y aterrizaje del portaviones Charles de Gaulle para mantener el entrenamiento de los pilotos del grupo aéreo embarcado durante los periodos de mantenimiento programado del portaviones, en el que los aviones se quedan en tierra. – La base de Loperhet cuenta con el Centro Militar de Control y de Coordinación y con el Centro de Radares de Bretaña. – En las cercanías de Lorient, en Lanester, tiene su sede una base de comandos y fusileros marinos, con cinco unidades de comandos y un grupo y tres compañías de fusileros. Así mismo, en la cercana base aeronaval de Lann Binoué se concentran las escuadrillas de aviones de patrulla marítima Atlantique y de alerta temprana Hawkeye, la Escuela de Personal de Vuelo y el Centro de Especialización en Patrulla de Vigilancia y de Intervención Marítima. Como puede verse en Brest-Lorient y en sus bases circundantes, la Marine Nationale ha concentrado los principales centros de instrucción, tanto marinos como aeronáuticos, y el grueso de la Aéronautique Navale, constituyendo así un verdadero centro vertebrador de muchas de las capacidades operativas de la marina, sobre todo en el ámbito de la formación y entrenamiento de una buena parte de sus efectivos humanos. Igualmente, es importante señalar que una de las tareas principales de algunas de las unidades aéreas y de superficie con base en este complejo (caso de las fragatas FREEM, la flotilla de cazaminas, los aviones Atlantique y los helicópteros NH-90) es mantener abiertos y seguros los accesos a la rada y al espacio marítimo adyacente, para facilitar el tránsito de entrada y salida a la flotilla de SNLE de Île Longue, núcleo de la capacidad de disuasión nuclear francesa. 41 En los astilleros que Naval Group tiene en Lorient se han estado construyendo las nuevas fragatas FREEM (la última de la cuales debe entregarse en 2022), un total de ocho unidades. Así mismo, ha sido necesario que Naval Group haya asumido la renovación de muelles, diques y equipamientos auxiliares para acoger a estas unidades. También en Lorient y en 2019 en los mismos astilleros de Naval Group ya se ha inició la construcción de la cabeza de serie (Amiral Ronarc’h) de un nuevo modelo de fragata denominado Fragatas de Defensa y de Intervención, de las que se han previsto completar cinco unidades. Igualmente, la empresa ha establecido en Brest un astillero especializado en el mantenimiento de todos los cazaminas de la marina, tanto de los destacados en esta base como en los de Tolón. 10. Camp Arifjan (gobernación de Ahmadí, Kuwait) Camp Arifjan es una gran base terrestre estadounidense situada a 50 km al sur del corazón de Kuwait City, a 10 km al este de un puerto militar kuwaití y a 35 km al oeste de la base aérea de Ahmed Al Jaber. Construida en 1999, esta base es una pieza fundamental del despliegue terrestre estadounidense en Oriente Medio, tal y como lo demuestran las campañas de Iraq (2003), la ocupación de este país (2003-11) o la respuesta contra Daesh en Iraq (2014). Se trata de una moderna y segura base logística avanzada bajo la responsabilidad del Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM). Allí se distribuyen contingentes del servicio de Guardacostas, la Armada, la Fuerza Aérea y el Ejército estadounidenses, aunque la mayor presencia es de estos dos últimos. También hay pequeños contingentes de naciones aliadas como Reino Unido, Rumanía o Polonia, entre otros. Camp Arifjan no solo congrega medios terrestres, sino que también alberga numerosos helicópteros en el helipuerto George S. Patton, capaz de albergar hasta 32 aparatos. Allí han trabajado los 1106º y 1107º Depósitos Aéreos de Reparación y Clasificación de la Guardia Nacional, encargados de reparar piezas de aeronaves para que estén a disposición de la Reserva Aérea. Igualmente, la base también es capaz de realizar paquetes de mejora estandarizados en los vehículos, lo que permite realizar in situ las mejoras sin tener que mandarlos a territorio continental estadounidense. Teniendo en cuenta todo lo anterior, es posible afirmar que esta base es, esencialmente, un gran taller/almacén de Estados Unidos en el 42 Geopolítica de las bases militares corazón de Oriente Medio. Ello le otorga una notable velocidad de reacción frente a amenazas simétricas u operaciones que requieran el despliegue notable de fuerzas. Este campamento no solo otorga una mayor velocidad a la hora de movilizar fuerzas convencionales pesadas, sino que el material preposicionado también ayudaría a aumentar la velocidad de suministro de material pesado a escenarios del Lejano Oriente, como la península de Corea, Pakistán, India, el sudeste asiático o Taiwán entre otros. Su ubicación estratégica la convierte en un punto de paso obligado para aquellos que quieran tomar los campos petrolíferos del sur de Kuwait o avanzar hacia el núcleo de la importantísima industria del hidrocarburo saudita, ya que a unos kilómetros al sur está la frontera de Arabia Saudita, y junto a ella inmensos pozos de petróleo, puertos, oleoductos y refinerías como la de Khafji por la que ya se combatió en 1991. Tampoco debe de ser menospreciada la capacidad que Camp Arifjan ofrece como cuartel general, centro de inteligencia, centro de comunicaciones y centro de vigilancia, esto último gracias a sus radares, más aún cuando se combinan con los sistemas antiaéreos Patriot. Por último, desde un punto de vista geoestratégico Camp Arifjan constituye un elemento más del psicológico edificio de la confianza y la disuasión que no pueden ser construidas sin una base material sólida, tal y como representa este campamento. 11. Camp Dwyer (provincia de Helmand, Afganistán) Camp Dwyer fue creada por el Reino Unido en 2007. Hasta fechas recientes, era una de las seis bases que Estados Unidos mantenía en Afganistán para apoyar al gobierno afgano tras la retirada iniciada en 2014. Las otras eran Bagram, Shindand, Kandahar, Delaram y Leatherneck. Dwyer ha seguido un destino opuesto al de la mayoría de las bases estadounidenses y aliadas en Afganistán, ya que en una fecha tan tardía como 2007 no era más que una base de operaciones avanzadas. Sin embargo, para 2014, cuando la mayor parte de las bases habían sido entregadas al Ejército Nacional Afgano, Camp Dwyer permaneció como parte de la misión internacional para apoyar al gobierno afgano. Camp Dwyer mide 3,25 km de largo por 2,85 km de ancho, llegando a tener un área de 8,4 km2, incluyendo un aeropuerto con una pista de 2,4 km de largo. Aunque en 2010 la base albergaba a 5.000 43 personas, tras la retirada de 2014 el área quedó reducida a unos 5,7 km2 y 700 efectivos. Tras el 11 de septiembre de 2021 se habrán retirado todos los efectivos estadounidenses y es probable que sea ocupada por fuerzas afganas. Camp Dwyer está a unos 180 km de la frontera paquistaní y a 220 km de la frontera iraní. La capital del distrito y la capital de la provincia se encuentran a 15 y a 60 km respectivamente. Situada en una zona desértica en la que las altas temperaturas y las tormentas de arena son constantes, la base servía para luchar contra la insurgencia al sur de la provincia de Helmand, cubriendo, además, la carretera que transita de Lakhar Gah hasta Zaranj siguiendo el curso del río Helmand. Esta carretera, aunque muy rudimentaria, es vital para facilitar la movilidad en una región tradicionalmente pobre y despoblada. Como Camp Dwyer nació en una época de transición política, se expandió en 2009 y 2011 con vistas a ser reducida en 2014, se ha caracterizado por su adaptabilidad a la hora de acoger nuevos contingentes, reducir su propio tamaño o cambiar su naturaleza de base logística avanzada a base con aeródromo expedicionario y base para realizar operaciones aéreas y terrestres. Desde 2014 hasta fechas recientes, la base era usada en misiones de combate, pero sobre todo para apoyar al gobierno afgano mediante el entrenamiento de los soldados afganos y proveyendo evacuación y tratamiento médico para los heridos, ayudando así a mantener la moral del Ejército Nacional Afgano. Tras la retirada estadounidense y la caída del gobierno afgano, se desconoce cuál será su futuro de la base una vez se consolide el régimen Talibán. El valor estratégico de Campamento Dwyer era directamente proporcional al interés que tenía para Washington la estabilidad de Afganistán. Si se hubiera querido dejar una gran base permanente en Afganistán para favorecer la proyectabilidad de las fuerzas de Estados Unidos en la región, existían otras bases mejor ubicadas. De forma secundaria, la base también habría podido ser útil para frenar la penetración iraní por el oeste y pakistaní por el este. De hecho, podría haber sido un punto interesante en caso de planificar operaciones contra Irán, ya que la base tenía —al menos hasta la retirada estadounidense— capacidad para operar por ejemplo aviones de reabastecimiento en vuelo. No obstante, a día de hoy es difícil especular sobre cuál será el futuro de esta base. 44 Geopolítica de las bases militares 12. Camp Lemmonier (región de Yibuti, Yibuti) Ubicada en la localidad de Ambouli, a escasos kilómetros de la capital, y lindando tanto con el aeropuerto internacional del país como con la base de las Fuerzas de Autodefensa japonesas, se halla Camp Lemonnier, la única base militar permanente de Estados Unidos en suelo africano. Esta instalación conjunta operada por la US Navy proporciona todos los medios de combate y apoyo necesarios para realizar acciones antiterroristas, de estabilización y de lucha contra la insurgencia en el Cuerno de África. Emplazada en las antiguas instalaciones del 5.º Regimiento Interarmas de Ultramar francés, la base acoge a la Fuerza Conjunto-Combinada del Cuerno de África (CJTF-HoA). Esta empezó a operar en 2003 bajo el mando del Cuerpo de Marines hasta que la Armada tomó el control de estas instalaciones en 2006. Un año después, Washington y Yibuti pactaron la cesión de la base durante un periodo de cinco años renovable y la ampliación de las instalaciones. En 2009, un año después de que Camp Lemonnier pasara a formar parte del área de responsabilidad del recién creado Mando Africano (AFRICOM), se produjo una nueva ampliación de la base con la construcción de una pista de rodaje y zona de estacionamiento de aeronaves. Capaz de acoger tres 45 aviones de trasporte C-130 o un C-17, esta zona construida al otro lado del aeropuerto internacional permitió que las aeronaves militares no tuvieran que hacer uso de los espacios civiles, menos protegidos y alejados de la base. También se levantaron las infraestructuras necesarias para el uso de sistemas no tripulados profusamente empleados en Somalia y Yemen. En 2013, Camp Lemonnier experimentó una nueva ampliación con la construcción de dos grandes zonas de estacionamiento capaces de albergar medio centenar de aeronaves, así como hangares, talleres, depósitos, servicios y barracones. Ello la consolidó como el principal centro de operaciones especiales de toda la región, con un millar de efectivos de los tres ejércitos operando en el Cuerno de África y países adyacentes. Finalmente, en 2014 Camp Lemonnier logró su configuración definitiva tras suscribirse un acuerdo por el que Estados Unidos arrendaría la base durante un periodo de veinte años prorrogable tras la renegociación de los términos del contrato por un precio de setenta millones de dólares anuales, doblando así el coste del alquiler anterior. Con una extensión aproximada de 4 km2, la base acoge entre 3.000 y 4.000 estadounidenses entre fuerzas de los tres ejércitos, contratistas militares privados y personal civil (muchos de ellos analistas de la Agencia Central de Inteligencia). Por razones de seguridad, todo el personal se halla confinado dentro de las instalaciones, que cuentan con varias comodidades. A este personal hay que sumar un millar de trabajadores locales o de terceros países que diariamente prestan sus servicios en la base. A fecha de hoy, Camp Lemonnier no solo alberga al CJTH-HoA para combatir el terrorismo, promover la estabilidad y apoyar la generación de capacidades locales en esta región, sino que otras unidades tienen allí su base, entre las que destaca el Cuartel General del Mando Conjunto de Operaciones Especiales para el Cuerno de África (JSOTF-HoA) al mando de un millar de efectivos que realizan operaciones abiertas o encubiertas en toda la región. También existen varios centros de mando y control de drones que, desde sus aeródromos en lugares remotos de la geografía africana, cubren el área comprendida entre el Cuerno de África, Libia, Malí y República Centroafricana. En estos centros se encuentran varios centenares de efectivos de la CIA y de la Fuerza Aérea, entre operadores, analistas de inteligencia, mecánicos y tratadores de imágenes. No obstante, desde 2013 ningún sistema no-tripulado opera directamente desde Camp Lemonnier. Asimismo, allí se halla acuartelada una fuerza de seguridad del Cuerpo de Marines que proporciona la seguridad diaria de la base, un bata46 Geopolítica de las bases militares llón de ingenieros navales para el mantenimiento de las instalaciones, el destacamento logístico encargado del punto de suministro de combustible del puerto de Doraleh que, situado a 6 km de la base, reabastece a los buques estadounidenses y aliados que transitan por la zona, y dos regimientos del Ejército de Tierra para labores de protección, adiestramiento o cooperación civil-militar con las fuerzas locales. Finalmente, el vector aéreo de Camp Lemonnier está formado por el 449.º Grupo Aéreo Expedicionario, el 870.º Escuadrón de Reconocimiento Expedicionario y varios aviones y helicópteros de transporte, patrulla marítima y de inteligencia. Estratégicamente situada entre el mar Rojo, el golfo de Adén y el océano Índico, Camp Lemonnier se ha convertido en el pilar de la presencia militar estadounidense en África. Además de ser la primera y única base permanente del país en el continente, posee la mayoría de los centros de mando de los drones que operan en la región y acoge al grueso de las fuerzas de operaciones especiales. También, desde Camp Lemonnier se planean las acciones encubiertas y se lideran las operaciones antiterroristas en puntos geográficos tan calientes como Yemen o Somalia. Aunque numerosos detalles sobre las actividades de la base permanecen clasificados, parece evidente que esta instalación también tiene un papel esencial en obtener, tratar y diseminar inteligencia sobre los grupos yihadistas que operan en el Cuerno de África, Oriente Medio e, incluso, el Sahel. Además de estas funciones, no puede olvidarse que una base de estas características en las puertas del golfo de Adén permite apoyar la lucha internacional contra la piratería en el Cuerno de África y monitorizar el tráfico marítimo entre el Índico y el canal de Suez, así como cualquier movimiento terrestre o aéreo en el sur de la península arábiga. Sin embargo, tampoco puede descartarse que, en un futuro, se produzca un choque con Pekín en esta zona tan significativa para la consolidación del collar de perlas chino. 13. Canarias (provincias de las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, España) Las islas Canarias se extienden longitudinalmente frente a las costas de Marruecos y el Sáhara Occidental, a unos 500 km al norte del Trópico de Cáncer y a más de 1.000 de Cádiz, lo cual las convierte en el territorio español más alejado de la península ibérica. Desde el siglo XV, la posición y extensión del archipiélago se han considerado como factores de enorme importancia. Inicialmente, porque servían de nodo en las travesías que conectaban el Mediterráneo con África o 47 Sudamérica, y hoy porque sus aguas son paso obligado en estas mismas rutas. Hay que tener en cuenta que sus 7.446 km2 de superficie emergida sostienen en el Atlántico una zona económica exclusiva de, al menos, 455.397 km2, que representan, prácticamente, la mitad de las aguas jurisdiccionales del país. Estos factores de tamaño, insularidad, posicionamiento estratégico y alejamiento han justificado que la presencia de las Fuerzas Armadas en Canarias se caracterice por su autonomía operativa: – El Ejército de Tierra, con unos 5.400 efectivos, se encuentra en las formaciones principales excepto en El Hierro, en La Gomera y en La Palma. – El Ejército del Aire, con 2.000 efectivos, centra casi toda su presencia en Gran Canaria, aunque también tiene instalaciones en Lanzarote, y comandancias en los ocho aeropuertos del archipiélago. – La Armada, con algo menos de 1.000 efectivos, mantiene su base principal también en Gran Canaria, pero igualmente tiene una comandancia en Tenerife y una ayudantía naval en el resto de las islas. A pesar de la preeminencia de Gran Canaria y Tenerife —que concentran, a partes prácticamente iguales, al 80 % de la población de todo el archipiélago— las otras cinco islas cuentan, como mínimo, con una ayudantía naval y comandancia aérea. Los cuarteles generales de los mandos que rigen sobre Canarias se localizan en cada una de las dos capitales provinciales canarias (en Las Palmas están el naval y el aéreo, mientras que, en Santa Cruz de Tenerife se encuentra el del Ejército de Tierra), donde además hay otras edificaciones destinadas a tareas administrativas, museos y archivos militares. En las formaciones más occidentales (El Hierro, La Gomera y La Palma), la presencia militar permanente se resume en sus respectivas ayudantías navales, localizadas todas ellas en las proximidades de los puertos, y en las comandancias aéreas. En la isla de Tenerife hay que destacar que, además de las comandancias militares presentes en el puerto de Santa Cruz y en los dos aeropuertos de la isla, todas las instalaciones son del Ejército de Tierra: las bases de Hoya Fría y Los Rodeos, y los acuartelamientos de Ofra-Vistabella, del Polvorín de Geneto y de La Cuesta, todos ellos de la Agrupación de Apoyo Logístico 81, aunque el último también es utilizado por el Batallón de Zapadores XVI. – La base de Hoya Fría, al sur de Santa Cruz de Tenerife alberga al Regimiento de Infantería Ligera Tenerife 49. 48 Geopolítica de las bases militares – La base de Los Rodeos, con medios tanto en el Aeropuerto Internacional de Tenerife-Norte como en unas instalaciones cercanas, se encuentran el Regimiento de Artillería 93 y el Batallón de Helicópteros de Maniobra VI. Por su parte, Gran Canaria alberga instalaciones militares de los tres ejércitos: – El Ejército de Tierra concentra sus fuerzas en la base General Alemán Ramírez, ubicada a las afueras de Las Palmas, acuartelando en ella a la mayoría de las unidades de la Brigada Canarias XVI, así como también a un componente de la Agrupación de Apoyo Logístico 81. – El Ejército del Aire cuenta con las siguientes unidades en la isla: el Grupo asignado al Cuartel General, el Escuadrón de Vigilancia Aérea (EVA) 21, encargado de la detección y el seguimiento de aeronaves, en la estación del Pico de las Nieves, el Grupo de Alerta y Control de vigilancia de espacio aéreo, y el Ala 46, estos últimos con base en Gando. Desde esta base, que cuenta con dos pistas de 3.100 metros y comparte instalaciones con el Aeropuerto Internacional de Gran Canaria, operan los reconocidos cazabombarderos F-18 del Escuadrón 462, además de los AS-332 y los CN-235 del Grupo 82 dedicados a salvamento marítimo. – La Armada, además del Cuartel General —que integra a la comandancia con jurisdicción sobre la provincia de Las Palmas— su base activa en la isla es el Arsenal de Las Palmas de Gran Canaria, que acuartela a la Unidad de Seguridad del Mando Naval de Canarias de Infantería de Marina y a una unidad de buceo. Asimismo, esta base sirve de puerto principal para cuatro de los Buques de Acción Marítima asignados al patrullaje de todo el archipiélago que, por su autonomía y versatilidad, pueden encargarse de la vigilancia y el control del amplio espacio marítimo canario, aunque también de otras operaciones de baja intensidad, como pueden ser las labores de rescate o inteligencia. Finalmente cabe hacer un recuento de las islas más occidentales. En Fuerteventura, al lado de la Ayudantía Naval y relativamente cerca del aeropuerto, se encuentra el acuartelamiento de Puerto del Rosario, que alberga al que se considera el regimiento más antiguo de Europa: el Regimiento Soria 9, perteneciente a la Brigada Canarias XVI. En Lanzarote, por su parte, se ubican la estación de Peñas del Chache, operada por el EVA 22 del Aire, el aeródromo, y el acuartelamiento Marqués de Herrera del Ejército de Tierra, donde se encuentra la Unidad de Apoyo a la Proyección Marqués de Herrera. 49 14. Diego García (territorio británico del océano Índico, Reino Unido) La isla que da nombre a la base británico-estadounidense de Diego García se encuentra en el Índico, cerca de la línea del ecuador, a unos 1.700 km de Sri Lanka y la India. Se trata de un pequeño atolón de apenas 44 km2, localizado en el extremo sur del archipiélago de Chagos. Este Territorio Británico del Océano Índico se escindió de Mauricio en vísperas de su independencia, algo que se explica en buena medida por el interés de Washington en contar con un emplazamiento militar en esta dependencia. El acuerdo, firmado en 1966 entre Washington y Londres por un periodo de cincuenta años (prorrogado en 2016 por otras dos décadas) debía satisfacer el requerimiento estadounidense de que la base se asentase en un lugar deshabitado. Reino Unido decidió que el sitio idóneo debía ser Diego García, argumentando que en dicho atolón vivían unas cien personas, aunque la realidad es que, por aquel entonces, la cantidad pudo haber sido muy superior a la aludida. Para cumplir con el acuerdo, los habitantes del archipiélago fueron inducidos a marcharse o fueron deportados a otros lugares del Índico, vaciando así toda la dependencia de sus pobladores oriundos. Tras décadas en el olvido, la causa de los chagosianos comenzó a recibir cierta atención mediática desde finales de la década de 1990, cuando muchos de estos isleños se embarcaron en una dura batalla legal aún no resuelta contra Londres y Washington. En medio siglo, tanto británicos como, sobre todo, estadounidenses, han ido ocupando la gran parte de esta formación, dándole un uso exclusivamente militar. Para los primeros, la presencia en la misma es clave para apuntalar su soberanía sobre esta porción clave en el Índico, sobre todo a partir de 1971, cuando Reino Unido decide desmantelar sus bases situadas al este de Suez. Sin embargo, hoy en día la situación se está revirtiendo, como prueba la inminente reapertura de la base de Jufai, en Bahrein, o el renovado interés por la protección de la estación de reabastecimiento de Singapur. Para Estados Unidos, emplazamiento resulta ideal para la seguridad de las líneas marítimas de comunicación en tránsito por un océano con una creciente presencia de China, al tiempo que permite contar con un puesto avanzado desde el que poder llegar a teatros de operaciones en zonas continentales relativamente próximas. El contingente británico allí destacado consiste en unos cuarenta militares, casi todos del Naval Party 1002 de la Marina Real, mayormente a cargo de la administración civil, con funciones encomendadas en 50 Geopolítica de las bases militares inmigración, aduanas, servicio postal o policía, mientras que el estadounidense está compuesto por unos 3.000, la gran mayoría de ellos de la Armada, y algunos de la Fuerza Aérea. En el caso de los primeros, se debe citar la presencia de personal del escuadrón de P-3 de la Task Force 72, así como otros encargados de telecomunicaciones y labores de patrulla marítima. Sin embargo, el grupo principal lo conforman el 2.º Escuadrón de Preposicionamiento Marítimo y el 4.º Escuadrón Flotante de Preposicionamiento, ambos compuestos por buques de transporte para brindar apoyo a la Séptima Flota en el Índico y golfo Pérsico. En el caso de la Fuerza Aérea, Diego García cuenta con componentes destacados del 613.º Escuadrón de transporte logístico y del 630.º Escuadrón de apoyo aéreo. De igual manera, se debe citar la presencia del personal adscrito a otras unidades, incluyendo la 40.º Ala Expedicionaria 40 equipada con bombarderos B-52 (aunque su última actividad conocida en la isla data de 2006). También es importante mencionar que la base precisa de unos mil trabajadores civiles externos, provenientes en su mayoría de Filipinas con contratos temporales, lo cual resulta curioso si se considera que muchos chagosianos desearían retornar al archipiélago, como se ha mencionado anteriormente. Los elementos arquitectónicos más evidentes del atolón son una pista de aterrizaje de 3.948 metros de longitud, una amplia zona portuaria, cuatro hangares preparados para albergar bombarderos B-2, numerosos depósitos de combustible, barracones de viviendas, un puesto de telecomunicaciones, otro de seguimiento de satélites, una de las tres estaciones terrestres electro-ópticas GEODSS de observación y una de las 14 antenas circulares de tipo AN/FRD-10 que la Armada estadounidense erigió en diversos lugares del mundo durante la Guerra Fría en el marco del ya extinto programa de inteligencia de señales Classic Bullseye. Frecuentemente comparada con un portaviones estacionario en medio del océano imposible de hundir, la base es la más distante del territorio continental estadounidense. Se enmarca en el área de responsabilidad del Mando Unificado del Indo-Pacífico (INDOPACOM) y es entendida como un punto clave en la proyección del poder estadounidense en Asia, particularmente en Oriente Medio. Su utilidad se ha probado en numerosas ocasiones, desde la guerra de Vietnam (1955-75) hasta la reciente operación Libertad Duradera en Afganistán (2001-14), destacando también durante la revolución de Irán (1978-79) y en las dos guerras del Golfo (1990-91 y 2003-11). Por ello, esta base insular, prácticamente equidistante entre el golfo de Adén y el estrecho de Malaca, se estima como un pilar fundamental para el sostenimiento de la proyección estadounidense en el ámbito de Asia-Pacífico. 51 15. Elmendorf-Richardson (Alaska, Estados Unidos) La base militar conjunta Elmendorf-Richardson se ubica en el sur de Alaska, cerca de Anchorage, la capital del Estado. Sus instalaciones cubren una importante superficie que se extiende desde la zona norte de Anchorage hasta Palmer. Es una de las mayores bases militares del noroeste del país. Esta base conjunta tiene sus orígenes en 1940, cuando el país inauguró Elmendorf para la Fuerza Aérea y Fort Richardson para el Ejército. Sin embargo, en 2005 el Departamento de Defensa resolvió fusionar ambas bases en una infraestructura conjunta, un proceso que culminó cinco años después. Subordinada al Mando Norte (NORTHCOM) e INDOPACOM, esta base alberga los cuarteles generales de varias unidades, entre las que destacan el Mando de Defensa Aeroespacial para Alaska (integrado por Estados Unidos y Canadá), el Mando de Alaska (dependiente del NORTHCOM) y el Mando del Ejército en Alaska. Entre las fuerzas desplegadas, destaca la 673.ª Ala Aérea de la Base (una unidad conjunta que proporciona apoyo a la base), la 11.ª Fuerza Aérea (para la defensa de Alaska), la 3.ª Ala (asignada a las Fuerzas Aéreas del Pacífico), el 477.º Grupo de Caza (una unidad de reserva); la 176.ª Ala (de la Guardia Nacional), la 1.ª Brigada Stryker (junto con la base de Fort Wainwright) o la 4.ª Brigada de Infantería Aerotransportada. También existen otras unidades de menor entidad de la Fuerza Aérea, Ejército, Guardia Nacional, Armada, Cuerpo de Marines y Guardia Costera. Los efectivos de Elmendorf-Richardson utilizan intensamente a Alaska como campo de adiestramiento de tropas y de medios y como laboratorio para ensayar y perfeccionar equipos, materiales y técnicas que luego podrán aplicarse en los más diversos y exóticos escenarios. La guarnición se estima en unos 13.000 militares, a la que se agregan unas 23.000 personas entre familiares de las tropas y empleados civiles. La base cuenta con variadas instalaciones y comodidades: alojamientos militares, hoteles, servicios médicos, escuelas, negocios, restaurantes, gimnasios, piletas de natación, campos de golf y de tenis, bibliotecas y diversos servicios recreativos. Elmendorf-Richardson posee un gran valor estratégico. Su posición en el sur de Alaska le permite proteger y resguardar las fronteras del noroeste del país, como así también contribuir con la defensa de América del Norte. Por su ubicación, la base ejerce una influencia directa sobre el doble frente Pacífico Norte-Ártico, donde se encuentran áreas de relevancia estratégica como las islas Aleutianas, el estrecho de Bering y el extremo oriental de la Ruta Marítima del Norte. 52 Geopolítica de las bases militares El vasto espacio geográfico que involucra Elmendorf-Richardson incluye actores de peso en la escena internacional: Rusia, China y Corea del Norte. En relación a esos tres Estados, la base cumple un papel de posición avanzada de carácter operativo y defensivo, como así también de puesto de observación boreal. Por el lado del Pacífico, Elmendorf-Richardson debe atender cuestiones fundamentales: la proximidad geográfica con la Rusia asiática, la expansión naval china y los avances misilísticos norcoreanos. Y desde el Ártico, la atención de la base se concentra en Rusia y en su influencia sobre la Ruta Marítima del Norte, lo cual impacta en las comunicaciones mundiales. Las rutas árticas más cortas entre Eurasia y América del Norte pueden facilitar, en caso de conflicto, el potencial despliegue de tropas y de medios y contribuir a definir una situación crítica. Allí se aprecia el valor de Elmendorf-Richardson como posición militar avanzada. En lo comercial, en caso de interrumpirse el funcionamiento de los canales de Suez y de Panamá, la Ruta Marítima del Norte representa una alternativa para el tráfico mercantil entre Europa Occidental y Asia Oriental, pues acorta las distancias y permite ahorrar tiempo, combustible y dinero. Alaska y las regiones adyacentes del Pacífico Norte y del Ártico cuentan con un tesoro natural de importancia estratégica y económica (petróleo, gas, recursos minerales y forestales). La existencia de esa riqueza convierte a aquel vasto espacio en una fuente fundamental de recursos estratégicos que permite fortalecer la seguridad energética, ecológica y militar. En ese sentido, Elmendorf-Richardson es un instrumento clave para respaldar y sostener dichos objetivos. En torno a Alaska y al Ártico, confluyen intereses de Estados Unidos, Rusia, Canadá, Noruega, Dinamarca, Islandia, Finlandia y Suecia. Si bien se privilegia la solución de potenciales conflictos a través de la diplomacia, Elmendorf-Richardson contribuye a respaldar esas negociaciones, a la vez que asume un rol disuasivo relevante en caso de situaciones inesperadas que puedan modificar o quebrar el espíritu de acuerdo y de cooperación que rige actualmente allí. Desde Elmendorf-Richardson es posible proyectar el poder en las extensas áreas del Pacífico Norte y del Ártico. Dicha capacidad permite desplegar rápidamente importantes efectivos militares en caso de crisis regionales o para atender situaciones en zonas más distantes (Afganistán, Irak, Cercano Oriente). Además, la base funciona como un centro estratégico para controlar la circulación interoceánica Pacífico-Ártico a través del estrecho de Bering; proteger la explotación económica de los recursos naturales estratégicos; y supervisar el comercio y las comunicaciones en general. 53 16. Fort Wainwright (Alaska, Estados Unidos) Fort Wainwright se ubica en el centro del Estado de Alaska, cerca de la ciudad de Fairbanks. Constituye una de las más importantes y extensas bases militares que posee el país en sus extremos territorios del noroeste. Junto con las Aleutianas, Alaska constituye uno de los pilares del sistema defensivo del país para las vastas regiones del Pacífico Norte y del Ártico. Esta base construida en 1939 proporciona al Ejército de Tierra estadounidense una posición avanzada en las fronteras del noroeste del país. Dependiente tanto del Mando Norte (NORTHCOM) como del INDOPACOM, en Fort Wainwright se hallan los cuarteles generales de la 1.ª Brigada Stryker y de la Task Force de la Aviación del Ejército en Alaska. También alberga el Centro de Entrenamiento para Guerra del Norte, especializado en la capacitación para la guerra en ambientes árticos y montañosos. También se halla acuartelada la 1.ª Brigada Stryker junto con otras unidades de artillería, ingenieros, sanidad y apoyo logístico. Además, en Fort Wainwright se hallan basados numerosos helicópteros de transporte y ataque del Ejército, además de varias unidades de la Fuerza Aérea. La guarnición se estima en unos 7.700 efectivos militares, que, sumados a sus familias y al plantel de empleados civiles, se alcanza una población aproximada de unas 15.000 personas. La base cuenta con variadas instalaciones y comodidades. Estos efectivos utilizan Alaska para adiestrar, ensayar y perfeccionar equipos, materiales y técnicas que luego podrán aplicarse en los más diversos y exóticos escenarios operativos. Allí se realizan especialmente el adiestramiento en los vehículos blindados medios Stryker y la capacitación de tropas para operaciones en el ártico y en ambientes de alta montaña. La Base Militar Fort Wainwright posee un gran valor estratégico. Su posición en el centro de Alaska le permite proteger y resguardar las fronteras extremas del noroeste del país, como así también contribuir con la defensa de América del Norte en general. Por su ubicación, la base ejerce una influencia directa sobre el doble frente oceánico Pacífico Norte y Ártico, donde se encuentran áreas de relevancia estratégica: las islas Aleutianas (verdaderas avanzadas por el Pacífico Septentrional y muro norte de este océano), el estrecho de Bering (enlace interoceánico Pacífico-Ártico), y uno de los extremos de la Ruta Marítima del Norte, que se extiende desde Murmansk (península de Kola) hasta Anadyr (mar de Bering). 54 Geopolítica de las bases militares El vasto espacio geográfico que involucra a Fort Wainwright incluye actores de peso en la escena internacional: Rusia, China y Corea del Norte. En relación a esos tres Estados, la base cumple un papel de posición avanzada de carácter operativo y defensivo, como así también de puesto de observación boreal. Por el lado del Pacífico, Fort Wainwright debe atender cuestiones fundamentales: la proximidad geográfica con la Rusia asiática, la expansión naval china y los avances misilísticos norcoreanos. Y desde el Ártico, la atención de Fort Wainwright se concentra en Rusia y en su influencia sobre la Ruta Marítima del Norte, lo cual impacta en las comunicaciones mundiales. Las rutas árticas más cortas entre Eurasia y América del Norte pueden facilitar, en caso de conflicto, el potencial despliegue de tropas y de medios y contribuir a definir una situación crítica. Allí se aprecia el valor de Fort Wainwright como posición militar avanzada. En lo comercial, en caso de interrumpirse el funcionamiento de los canales de Suez y de Panamá, la Ruta Marítima del Norte representa una alternativa para el tráfico mercantil entre Europa Occidental y Asia Oriental, pues acorta las distancias y permite ahorrar tiempo, combustible y dinero. Alaska y las regiones adyacentes del Pacífico Norte y del Ártico cuentan con un tesoro natural de importancia estratégica y económica (petróleo, gas, recursos minerales y forestales). La existencia de esa riqueza convierte a aquel vasto espacio en una fuente fundamental de recursos estratégicos que permite fortalecer la seguridad energética, ecológica y militar. En ese sentido, Fort Wainwright constituye un instrumento clave para respaldar y sostener dichos objetivos. En torno a Alaska y al Ártico, confluyen intereses de Estados Unidos, Rusia, Canadá, Noruega, Dinamarca, Islandia, Finlandia y Suecia. Si bien se privilegia la solución de potenciales conflictos a través de la diplomacia, Fort Wainwright contribuye a respaldar esas negociaciones, a la vez que asume un rol disuasivo relevante en caso de situaciones inesperadas que puedan modificar o quebrar el espíritu de acuerdo y de cooperación que rige actualmente allí. Desde Fort Wainwright es posible proyectar el poder en las extensas áreas del Pacífico Norte y del Ártico. Dicha capacidad permite desplegar rápidamente importantes efectivos militares en caso de crisis regionales o para atender situaciones en zonas más distantes (Afganistán, Irak, Cercano Oriente). Además, la base funciona como un centro estratégico para controlar la circulación interoceánica Pacífico-Ártico a través del estrecho de Bering; proteger la explotación económica de los recursos naturales estratégicos; y supervisar el comercio y las comunicaciones en general. 55 17. Guantánamo (provincia de Guantánamo, Cuba) La Base Naval de la Bahía de Guantánamo está localizada dentro del término municipal de Caimanera, en la provincia de Guantánamo, a 100 km de Santiago de Cuba. Las características del emplazamiento cerca de Florida y con un ancho fondeadero, pronto fueron reconocidas por Estados Unidos como idóneas para una presencia que arrancó en 1898 y se consolidó cuatro años después, con la firma del Tratado cubano-estadounidense de 1903. Este acuerdo se encuentra cuestionado porque se firmó en un contexto de injerencia norteamericana. Paradójicamente, la ruptura de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, y las acciones llevadas a cabo por este último gobierno para aislar la base, han contribuido a incrementar su autosuficiencia: hoy en día, Guantánamo produce su propia energía eléctrica y es capaz de desalinizar suficiente agua del mar como para abastecer a las más de 9.000 personas que allí residen. La base aeronaval de Guantánamo, que tiene una extensión total de 118 km2, de los cuales, 68 km2 corresponden a mar interior, está compuesta por las dos porciones de terreno que lindan en cada una de las riberas de la bahía. Aunque las orillas Leeward y Windward no conectan por vía terrestre en ningún punto de todo el ámbito controlado por Estados Unidos, hay un servicio de ferry que transita a cada una de las orillas de la base. Sus límites están acotados por una valla con sensores de movimiento en todo el perímetro, y en adyacencia a una franja de tierra de nadie que llegó a convertirse en la segunda porción del planeta con más saturación de minas antipersona. La restricción a que los cubanos puedan desempeñarse en la base explicaría que en ella residan más de 4.000 civiles, sobre todo norteamericanos. Por ello, no es de extrañar que el recinto de Guantánamo albergue dos escuelas, un hospital, y diversas edificaciones de entretenimiento, como restaurantes, bares, cines, instalaciones deportivas, piscinas y campos de golf. La base cuenta con dos aeródromos. El primero de ellos, ubicado en la ribera oeste de la bahía, se llama Leeward Point Field, y cuenta con una pista de 2.440 metros de largo operada por la división de aviación naval de la Armada y por la Guardia Costera. El segundo, en la ribera este, es el de McCalla Field, que se encuentra inactivo a pesar de tener tres pistas de aterrizaje de 1.400, 670 y 560 metros, de modo que sus instalaciones se aprovechan para albergar Camp Justice, que es el complejo destinado a los tribunales militares, el cual, a su vez, cuenta con un campamento para reclusos. Por razones orográficas, el Cuartel General de la base, así como la mayoría de las unidades residentes en la misma (dedicados a labores de inteligencia, medi- 56 Geopolítica de las bases militares cina, seguridad, telecomunicaciones, aprovisionamiento o ingeniería), se encuentran en esta orilla oriental de la bahía. A pesar de que el valor geoestratégico de la base ha demostrado ser fundamental para Estados Unidos a lo largo de la primera mitad del siglo XX, tal importancia, fundamentada en razones geográficas, hoy en día se comprende mejor en virtud de cuestiones vinculadas con la inmigración ilegal y el control del narcotráfico. A medida que los barcos abandonaban el uso del carbón como combustible y aumentaban la autonomía de navegación, la importancia de Guantánamo como punto nodal de transporte fue disminuyendo. Así, en tiempos más recientes, la utilidad de la base respondería, fundamentalmente, a su potencial uso como herramienta de la política exterior de Washington en el marco de las relaciones diplomáticas con La Habana; aunque también por su empleo como centro de confinamiento. De estos aspectos, el último es el que mayor atención mediática ha recibido en los últimos años, sobre todo porque, aunque hay otras prisiones similares en otras partes del mundo, no es la primera vez que la base de Guantánamo se utiliza con esta finalidad. La controversia reciente recae, expresamente, sobre la cárcel de alta seguridad conocida como Camp Delta, erigida en 2002 a cargo de la Joint Task Force Guantanamo, que ha sido señalada por posibles casos de abusos a los derechos humanos de los presos. El hecho de que los casi 800 combatientes ilegales acusados de terrorismo yihadista se encontrasen detenidos fuera del territorio estadounidense, ha servido para justificar la imposibilidad de que los derechos constitucionales de este país pudieran ser aplicados allí. Como es sabido, a raíz de la campaña electoral del 2008, cuando el cierre de Guantánamo, erróneamente interpretado por parte de la prensa como el abandono estadounidense de toda la base, se enarboló como eslogan, se han intentado cesar las actividades de la prisión en diversos momentos. Motivos presupuestarios, legales e, incluso, la falta de acuerdos con terceros países, han impedido que prospere la iniciativa, aunque desde la Administración de Joe Biden recientemente ha vuelto a poner el tema en la palestra. En estos momentos en los que el futuro de Guantánamo como centro de reclusión es incierto, hay que insistir en que el posicionamiento de esta base, la más antigua de cuantas el país mantiene fuera de sus fronteras, prácticamente no tiene parangón en el Caribe. Su situación estratégica, a tan solo 800 km de Miami, y su valor como herramienta al servicio de la política exterior estadounidense en la región, hacen que esta base continúe siendo el más valioso punto de Washington en las Antillas. 57 18. Guam (Estados Unidos) Con un tamaño de 544 km2, Guam se encuentra situada al sur de Japón, a una distancia de más de 5.000 km al oeste de Hawái y de 2.400 km al este de Filipinas. Es la mayor de las islas Marianas y el lugar con soberanía estadounidense más alejado del continente americano. Guam se sitúa como punto de entrada al Lejano Oriente desde el Pacífico. Si comparamos Guam y Okinawa, se podría argumentar que Guam es la retaguardia de Okinawa en el Pacífico, a la que complementa. Guam, al igual que otras islas de Oceanía, estuvo bajo control español durante más de 300 años hasta que tras la guerra de 1898 fue cedida a Estados Unidos. Esta cesión fue solo por unos años ya que Japón, en su expansión por el Pacífico, conquistó Guam en 1941 y la retuvo hasta julio de 1944. Desde entonces hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, Guam fue el más importante elemento de apoyo a la flota norteamericana en el Pacífico. Su relevancia motivó que se la denominara el supermercado del Pacífico. Guam es considerada por las Naciones Unidas como un territorio no autónomo administrado por Estados Unidos, por lo que existe el riesgo real de que pueda independizarse, aspecto que juega en contra del valor estratégico de Guam. La presencia militar norteamericana en Guam es clave en la proyección de su poder en el Pacífico. La isla cuenta con dos elementos militares, la base naval de Guam y la base aérea Andersen. Buena prueba de la importancia de Guam es que en la base naval encontramos, entre otros elementos, el 15.º escuadrón de submarinos nucleares de ataque. Estos se dedican a labores de presencia, control del océano e inteligencia, y en caso de conflicto, interdicción, ataque e incluso batir objetivos situados tierra adentro gracias a sus misiles Tomahawk. Junto a estos medios destaca el buque USS Frank Cable, que proporciona apoyo tanto a esta unidad como a los submarinos y buques integrados dentro de la 5.ª y la 7.ª Flotas. Junto a los submarinos, destaca el escuadrón de helicópteros de combate de la Armada que da servicio a ambas flotas. Destaca también un escuadrón de helicópteros de búsqueda y rescate y el destacamento de fuerzas de protección y apoyo en la lucha antiterrorista. La base naval de Guam proporciona otros servicios a Estados Unidos, entre los que destaca uno de los mayores polvorines del océano Pacífico. Por su parte, la base aérea Andersen puede acoger bombarderos estratégicos como elemento primordial de proyección de poder en la zona del Pacífico. Sin embargo, en la actualidad, esta se configura como una base de apoyo y servicio a las Fuerzas Armadas del país. 58 Geopolítica de las bases militares La relevancia estratégica de Guam se demuestra por los siguientes elementos. Junto con Okinawa, esta es el principal elemento ejecutor de la influencia norteamericana en el Pacífico y al mismo tiempo, su principal herramienta para proyectar poder y defender sus intereses nacionales, en una región clave para Estados Unidos. En segundo lugar, Guam es un punto de apoyo vital para este país en el Pacifico, al igual que ya lo fue en el pasado con conflictos tan diversos como la propia Segunda Guerra Mundial, Corea o Vietnam, si bien hay que señalar que su localización remota también supone un hándicap importante. Cabe destacar aquí, que, a pesar de su situación remota, el acceso a ella es vulnerable como ponen de manifiesto el vuelo de bombarderos rusos cerca de Guam en febrero de 2013. En tercer lugar, Guam es y será una pieza clave en la presencia americana en el Pacífico y, en consecuencia, en Asia, continente que ostenta influencia en tres variables determinantes en la evolución mundial: seguridad, estabilidad política y desarrollo económico. Dentro de este interés estadounidense por Asia-Pacífico, Guam juega un papel clave en el apoyo a los acuerdos bilaterales de seguridad con países en la región y por ello es un elemento clave de disuasión en la zona. Finalmente, Guam garantiza la libertad de navegación para las flotas mercantes y militares en las aguas del Pacífico. En conclusión, Guam juega un papel determinante en la presencia americana en el Pacífico y su futuro se antoja más importante si cabe, debido al aumento paulatino del número de tropas y funciones recibidas. 19. Hainan (provincia de Hainan, China) Situada entre el golfo de Tonkin y el mar de la China Meridional y separada del continente por el estrecho de Qiongzhou se halla la provincia de Hainan. Compuesta por tres archipiélagos y más de doscientas islas, Hainan es una de las regiones más pobres y menos desarrolladas de China. Hainan es también el nombre que recibe la principal isla del archipiélago, donde Pekín ha construido su principal base naval y submarina. Tradicionalmente, la fachada meridional que se abría al mar del Sur de la China era considerada como algo secundario frente a la costa este, por lo que la Flota del mar del Norte (que opera en el mar Amarillo) y la Flota del mar del Este (que actúa en el mar de la China Oriental) eran las más poderosas de una Armada china carente de capacidades modernas, enfocada a la defensa costera y sin capacidad de proyección. La Flota del mar del Sur (estacionada en Zhanjiang) era la 59 más pequeña y débil ya que su área de actuación abarcaba el golfo de Tonkin y el mar de la China Meridional entre Vietnam, Filipinas y Brunei. Sin embargo, coincidiendo con el aumento de las pretensiones territoriales chinas y la creciente importancia del Índico, Pekín ha incrementado el volumen de fuerzas y modernizado los materiales de la Flota del mar del Sur hasta convertirla en la punta de lanza de su poder naval. Hainan ha experimentado una enorme transformación para acoger, sostener y operar una flota de grandes dimensiones. Precisamente, la base de submarinos de Yulin —un puerto subterráneo construido por Japón en el extremo sur de la isla durante la Segunda Guerra Mundial— ha sido modernizada, ampliada, dotada de nuevas instalaciones capaces de albergar una veintena de submarinos. Es probable que Yulin se comunique por túneles subterráneos con Longpo, una base construida para albergar los nuevos submarinos de la clase Jin, uno de los componentes de la triada nuclear china. Entre estas dos instalaciones y con acceso directo a mar abierto se ha construido el puerto de Sanya, que acoge a los dos portaviones del país, el Liaoning y el Shandong. Las razones que explican el valor estratégico de Hainan son varias: primero, la isla se halla cerca de los disputados archipiélagos de Paracel y Spratly, ricos en recursos, y de los estrechos de Malaca, Lombok y Sunda, vitales para el comercio mundial. En consecuencia, los buques allí basados pueden realizar labores de presencia, demostración y proyección del poder en las zonas en disputa, apoyar la construcción de islas artificiales y aeródromos avanzados, permitir el libre acceso a las líneas de comunicación marítimas, garantizar el control de estos puntos estratégicos o negar la entrada al mar de la China Meridional. Segundo, Hainan es la puerta de entrada de China al Índico, la llave de la proyección del país hacia Oriente Medio y África, un punto clave de la nueva ruta de la seda y el pilar que sustenta su collar de perlas. Además, por el Índico transitan el grueso de las exportaciones comerciales chinas e importaciones de petróleo y otras materias primas. Tercero, porque los medios de respuesta a crisis que Pekín mantiene desplegados en la isla permiten realizar labores de asistencia humanitaria en el mar de la China Meridional y así reforzar su proyección blanda en la región. Además, Hainan también es vital desde una perspectiva militar. Por un lado, la isla es el principal bastión de la disuasión nuclear china porque sus submarinos lanzamisiles Jin allí estacionados pueden transitar libremente por el mar de la China Meridional hasta salir a aguas profundas y, desde allí, navegar a sus zonas de lanzamiento situadas en el Pacífico e Índico. Sin embargo, la imponente flota de superficie con vocación oceánica estacionada en la isla se empleará en labores de protección de las líneas de comunica- 60 Geopolítica de las bases militares ción marítimas, presencia avanzada, proyección del poder en el Índico y Pacífico o negación de área a fuerzas enemigas. Por otro lado, gracias a su privilegiada ubicación en la fachada del mar de la China Meridional y lejos del eje Taiwán-Corea del Sur-Japón (donde se ubica el grueso de los sistemas de detección estadounidenses), las infraestructuras de la base de Yulin y el número de submarinos de ataque —los diesel-eléctricos para su empleo en los países ribereños del mar de la China Meridional y los nucleares para operaciones oceánicas— que se encuentran estacionados allí, es probable que Hainan sea también la base desde la que Pekín lanza el grueso de las operaciones de inteligencia que se desarrollan en aguas de la India, Filipinas, Australia o las bases estadounidenses de Guam y Diego García, algo plausible si se tiene en cuenta que Washington ha reforzado sus medios de detección submarina en la región. Tampoco puede descartarse que los submarinos allí basados también se utilicen en labores de infiltración y exfiltración de unidades de operaciones especiales e incluso ataque a objetivos costeros y tierra adentro con misiles de crucero en el marco de las guerras locales en ambientes de alta tecnología que guían el planeamiento de la defensa chino. En conclusión, Hainan se ha convertido en una pieza fundamental de la estrategia naval china. El volumen de las fuerzas allí estacionadas, su composición (un grupo aeronaval activo y otro en desarrollo, los escoltas más modernos del país, numerosos medios de proyección anfibia y los submarinos lanzamisiles balísticos que garantizan la estabilidad de la disuasión atómica china), las infraestructuras de apoyo construidas y las capacidades A2/AD desplegadas para evitar el acceso al mar de la China Meridional avalan esta afirmación. 20. Hamadán (provincia de Hamadán, Irán) La base aérea de Hamadán, también conocida como Noje o Shahrokhi se encuentra a unos 45 km de la ciudad de Hamadán. El aeropuerto se eleva a unos 1.700 metros sobre el nivel del mar y, según fuentes iraníes, dispone de instalaciones suficientes como para albergar a una flota de 70-80 aviones de combate, aunque en la actualidad solo contiene una pequeña fracción de esa cifra. Hamadán es conocida porque fue empleada por fuerzas rusas en agosto de 2016 para realizar operaciones sobre Siria. Esta intervención generó un escándalo político que forzó la expulsión de las unidades de este país. Aunque la base alberga cazabombarderos, sus infraestructuras —con dos pistas de 5 km de longitud y una pista cruzada de 4,3 km— permiten que cualquier nave pueda operar sin problemas. La pista 61 cruzada y la ordinaria están construidas con hormigón, mientras que la tercera está construida con una mezcla de asfalto y hormigón en los extremos. Téngase en cuenta que el hormigón es más caro y difícil de reparar, pero el asfalto resiste peor el efecto erosionante de los numerosos agentes y del simple uso. El complejo cuenta con instalaciones de comunicaciones, barracones, depósitos y talleres, así como con hangares fuertemente protegidos, también hay complejos aledaños que son susceptibles de contar con emplazamientos para sistemas antiaéreos, no obstante la base no está acostumbrada ni a albergar aviones de combate de gran tamaño, ni al avanzado equipamiento de los aviones modernos, por lo que seguramente necesitaría una inversión importante para poder acoger de forma definitiva a aeronaves modernas. En teoría, Rusia desplegó seis bombarderos Tu-22M3 y cuatro cazabombarderos Su-34, así como un avión de transporte Il-76 para apoyar el despliegue. Las razones alegadas para esta operación tenían que ver con apoyar a Assad en las batallas por Deir ez Zor y Alepo. Los objetivos atacados en Siria estaban a distancias comprendidas entre los 700 y 1.000 km (de 1.400 a 2.000 km de distancia de misión), lo que indica que se tuvieron que desplegar aviones de reabastecimiento en vuelo Il-78, ya que dichas distancias son imposibles para un Su-34 cargado en orden de combate. La localización de Hamadán tiene cierto valor a la hora de realizar operaciones aéreas en la zona occidental de Iraq o en el sur del mar Caspio y está estratégicamente ubicada para proteger los gaseoductos y la industria asociada a los mismos en una buena parte de Irán. También es cierto que desde él se podrían llevar a cabo operaciones aéreas convencionales sobre el este de Iraq y el Kurdistán iraquí (Bagdag y Erbil se encuentran a 420 y 430 km respectivamente). Por su posición geoestratégica central en la Asia islámica Hamadán sería interesante para reforzar la proyección estratégica rusa en la región: por un lado, para realizar operaciones de despliegue rápido mediante unidades aerotransportadas; y por el otro para llevar a cabo puentes aéreos con fines bélicos o de lucha contra catástrofes naturales o similares. Esta habilidad podría tener mucha importancia en el futuro, ya que de hecho ha sido vital para apoyar a Assad. Desde el punto de vista de la disuasión nuclear, Hamadán también tendría un valor limitado como base de apoyo logístico para la flota de bombarderos nucleares rusa que vería así aumentado su radio de acción en la zona de Oriente Medio. 62 Geopolítica de las bases militares Los aviones de guerra electrónica también tendrían una base de operaciones desde la que obtener información valiosa respecto al orden de batalla electrónico de diversos países de Oriente Medio, así como respecto a los sistemas de origen occidental que los países de la zona puedan adquirir. También es cierto que Hamadán sería un enclave a tener en cuenta para ejercer la disuasión sobre una posible acción aérea israelí e incluso internacional contra Irán y su cacareado programa nuclear. La colaboración ruso-iraní en Hamadán solo ha sido un paso más en la defensa de sus intereses comunes en Siria, pero no por ello deja de ser significativo que desde la caída del sah de Persia en 1979 Rusia haya sido el primer país extranjero que haya tenido una base en Irán, tras este antecedente no es desmesurado plantear que unas crecientes relaciones y unos intereses regionales convergentes puedan llevar al establecimiento de acuartelamientos permanentes rusos en Irán. Desde el punto de vista ruso, una potencia que aspira a tener un gran peso geopolítico, operar desde Hamadán solo supone un paso más en el camino que se emprendió desde 2013 con la toma de Crimea, esto es, un reforzamiento del poder militar ruso a través de una ampliación de sus aliados regionales y de estimular la confianza en Rusia como un socio fiel, y capaz. Este último punto se ha demostrado sobradamente con el apoyo a Assad, sin embargo a Moscú le falta lo que a Washington le sobra: bases en todo el mundo que proporcionen un fundamento material que permita explotar el prestigio internacional del que gozan. Hamadán podría haber sido un paso más en este sentido. Sin embargo, las no siempre amistosas relaciones entre Irán y Rusia han impedido a estos últimos hacer de este un enclave fijo, aunque no sería descartable que un Irán acosado a nivel internacional llegado el día pueda buscar en las bases rusas un seguro de vida. 21. HMS Jufair (Gobernación Capital, Baréin) HMS Jufair —actualmente redenominada UK Naval Support FacilityBahrain— se inauguró en 1935. Durante la Segunda Guerra Mundial, esta base tuvo un papel menor como centro logístico durante las operaciones británicas contra la Abisinia italiana. Tras la independencia del país en 1971, el monarca sustituyó la presencia británica por la estadounidense, creando la Naval Support Activity Bahrain. Sin embargo, los intereses de ambos países han vuelto a converger coincidiendo 63 con la consolidación de un nuevo sistema internacional más complejo y el reforzamiento de la acción exterior británica. Dentro del incremento de las capacidades navales del país para realizar labores de presencia y proyección, Jufair parece tener un papel muy relevente. En 2014, ambos países acordaron la construcción de una base naval permanente en el puerto de Mina Salman. Valorada en 15 millones de libras, fue inaugurada en 2017. Esta base naval acomoda a 300 efectivos y está lista para proveer servicios de mantenimiento, reabastecimiento y similares a los principales buques de la Royal Navy. No obstante, los portaviones de la clase Queen Elizabeth no podrán entrar por problemas con el calado, aunque podrán usar un muelle externo que permitirá recibir dichos servicios. El resto de buques y submarinos pueden ser acomodados en las instalaciones. HMS Jufair está situada en un enclave de alto valor estratégico, a unos 450 km de Kuwait al norte, a 240 km de Irán al este, a 50 km de Arabia Saudita al oeste, a 50 km de Qatar al sur, y a 550 km del estrecho de Ormuz. El tamaño exacto de las instalaciones es desconocido, ya que en parte están compartidas con Estados Unidos y con la Real Fuerza Naval de Baréin. No obstante, son unas instalaciones amplias y modernas con capacidad para apoyar a una flota de gran tamaño. El complejo también dispone de muelles, depósitos, almacenes, centros de mando, helipuertos, aparcamientos, explanadas para colocar contenedores de los buques o zonas de viviendas. Sin embargo, tiene algunas carencias, como la falta de radares de largo alcance, sistemas de comunicaciones satelitales o la propia morfología de la boca de la bahía de Mina Salman, que se caracteriza por tener una sola y estrecha bocana apta para el tránsito de grandes buques de guerra. Dicha bocana está rodeada de bancos de arena a ambos lados y apenas mide unos 400 metros de ancho, por lo que constituye una bahía fácil de bloquear y en la que es difícil maniobrar, lo que dejaría en una posición vulnerable a la flota atracada en los muelles en caso de ataque. A lo anterior hay que sumar que HMS Jufair se encuentra junto a Manama, la capital del país, lo que dificulta la misión de proveer protección y secreto de operaciones al complejo. De otro lado, que esté adosada a otras instalaciones de las Armadas de Estados Unidos y Baréin permite mejorar la capacidad de coordinarse. La Royal Navy pretende mantener una flotilla de cuatro buques dragaminas y un buque de asalto anfibio. Esta composición da idea de las intenciones británicas: abrir (o denegar) el acceso a yacimientos de hidrocarburos y abrir (o cerrar) la navegación a través del estrecho 64 Geopolítica de las bases militares de Ormuz. En consecuencia, parece que las misiones de HMS Jufair no tienen que ver con la proyección británica, sino más bien con su capacidad de actuación en el golfo Pérsico. Entre los grandes estrechos de nuestro planeta, el estrecho de Ormuz podría ser considerado el que tiene una mayor inestabilidad debido a la rivalidad regional entre Arabia Saudita e Irán, lo que afecta en una medida u otra a los estados rivereños del golfo. Por ello la presencia inglesa se ve a sí misma como una fuente de estabilidad regional. Es posible que la ubicación de Jufair en Baréin, un emirato menor del golfo, permitiría mantenerse al margen de un conflicto entre Arabia Saudita e Irán a la vez que Londres mantendría capacidad de respuesta ante una contingencia de este tipo. Además, Jufair aumenta la capacidad de proyección en escenarios tan alejados como el mar de China, en el que se está fraguando un terreno favorable a la obtención de influencia debido a la competición creciente entre potencias regionales y extrarregionales. Sin perder la vista en lo anterior, HMS Jufair es valiosa por su mera ubicación que, además, permite obtener ventajas adicionales de la presencia de la base norteamericana y del puerto de Mina Salman, uno de los mayores de todo el golfo. En Jufair existe una importante capacidad de almacenamiento, y entendemos que el país podría hacer uso de esta y dejar material preposicionado para que, en caso de una contingencia, se combine con personal llegado por vía aérea desde las islas británicas, dando lugar a la creación de una fuerza que se embarcaría en el buque de asalto anfibio. La presencia naval en la base y las nuevas plataformas que está obteniendo la Royal Navy son toda una apuesta para Gran Bretaña, y dicha apuesta necesitaba de un enclave como HMS Jufair para reforzar su proyectabilidad tanto a otros escenarios alejados de Oriente Medio, como al propio golfo Pérsico. Esto nos lleva a concluir que HMS Jufair no es más que un nuevo peón en el tablero de una política exterior británica más enérgica, activa y generosa, con una Royal Navy que ha emprendido enormes reformas a fin de ser un instrumento útil de política exterior. 22. Île Longue (departamento de Finisterre, Francia) La base de Île Longue desempeña un papel central en el dispositivo defensivo francés y, particularmente, en la capacidad efectiva y la credibilidad de la estrategia de disuasión nuclear. Está ubicada en la rada de Brest, en la pequeña península de Crozon; durante la mayor 65 parte de su historia había sido un puesto fortificado destinado a la protección del acceso a Brest. Entre 1965 y 1970 se construyó la actual base naval a fin de alojar y mantener los nuevos submarinos nucleares lanzamisiles (SNLE en terminología oficial francesa), de los que el primero, el Redoutable, inició su despliegue en 1971. En el presente, es la sede del estado mayor de la Fuerza Oceánica Estratégica y de la flotilla de submarinos. Cada uno de los cuatro SNLE embarca 16 misiles M-51, dotados con 6 cabezas nucleares TNO de 100 kilotones cada uno. La base tiene una extensión de 300 hectáreas, de las que 110 están ocupadas por edificios. Está dividida en tres zonas funcionalmente diferenciadas. La zona amarilla ocupa la parte más externa de la península y alberga la base naval propiamente dicha, con los muelles de atraque y dos enormes diques cubiertos, de 200 metros de longitud, destinados a las revisiones y el intenso mantenimiento que reciben los SNLE después de cada patrulla; también todas las instalaciones necesarias en tierra para el apoyo de la flotilla, incluyendo los talleres para las revisiones de los reactores nucleares. En la zona azul, en la parte de la península que da a tierra, se localizan los cuarteles para las tripulaciones y, en general, el personal militar en servicio en la base, además de instalaciones de ocio, de instrucción y de seguridad. En medio de estas dos zonas, y dotada de grandes medidas de seguridad, la zona roja, de armas y equipos nucleares, en la que se almacenan los misiles y sus cabezas atómicas. Un total de 1.000 militares y 1.500 civiles (funcionarios y empleados de 280 empresas privadas y públicas) están destinados en esta base. Los servicios principales que presta Île Longue son dos: el mantenimiento de cada SNLE al finalizar su correspondiente patrulla y realizar el montaje de las cabezas nucleares en los misiles y, después, embarcarlos en los submarinos. El mantenimiento ordinario, que requiere un plazo de cuarenta días, incluye todas las operaciones necesarias para garantizar la operatividad de los buques, desde reparaciones y revisiones de una amplia variedad de equipos mecánicos y electrónicos (cada SNLE lleva varias decenas de miles de componentes) de todo tipo, como los sonares lineales remolcados, hasta el sostenimiento de los torpedos. Todo el funcionamiento de la base está centrado en cumplir el objetivo de tener alistado para salir de patrulla, completamente equipado y armado, un SNLE cada siete semanas. Las instalaciones nucleares son muy relevantes para la operatividad del armamento misilístico de la flotilla y complementan las operaciones 66 Geopolítica de las bases militares que tienen lugar en la cercana localidad de Guenvénez, en donde se revisan y montan los diversos componentes de los misiles, que llegan divididos en segmentos independientes. Una vez completado este proceso, los misiles y sus correspondientes cabezas nucleares son enviados por separado a Île Longue, en donde se realiza el ensamblaje final, para después embarcarlos en los submarinos; también se desembarcan para las revisiones periódicas programadas que requieren. Estas operaciones son de gran complejidad y exigen importantes medidas de seguridad en el manejo del material nuclear, ya que cada navío embarca 16 misiles M-51 capaces de alcanzar objetivos a distancias de hasta 9.000 km. Los SNLE siempre han sido entregados desarmados a la Marina por el astillero responsable de su construcción (Naval Group, en Cheburgo), de forma que cuando llegaban la base debían ser equipados con los misiles. Así mismo, cuando cada SNLE ha finalizado su gran carena, de dos años de duración y que tiene lugar en Brest cada siete años, debe ser rearmado de nuevo en Île Longue. Así mismo, es muy relevante para el papel desempeñado por Île Longue en el dispositivo defensivo de Francia, la concentración en Brest de los diques, instalaciones y medios técnicos necesarios para afrontar las grandes carenas (también conocidas como Indisponibilidad Periódica por Mantenimiento y Reparaciones) de los SNLE. Desde el año 2019 las previsiones son de una duración de entre 21 y 30 meses para cada navío, lo que supone la permanente utilización de las instalaciones y exige una perfecta coordinación entre ambas bases para garantizar que siempre haya, al menos, un SNLE en patrulla. Pero la complementariedad de Brest para Île Longue se pone igualmente en evidencia al considerar el importante despliegue naval y aéreo que se requiere para proteger la salida o entrada a la base de cada SNLE, con unidades estacionadas en Brest: aviones de patrulla marítima, helicópteros, patrulleros, fragatas y cazaminas, además de un submarino de ataque procedente de Toulon. 23. Incirlik (provincia de Adana, Turquía) La base aérea de Incirlik se ubica junto a la ciudad turca de Adana. Se sitúa a 40 km del mar Mediterráneo y a 110 km de la frontera siria. Cuenta una única pista principal de 3 km de largo por 70 metros de ancho, fabricada con hormigón y con varias pistas auxiliares a ambos lados, facilitando con ello la evacuación de las aeronaves de la pista principal. 67 La cercanía de la base con la ciudad de Adana presenta ventajas y desventajas. Respecto a estas últimas, la más importante es que la construcción; que no la ampliación, de nuevas pistas resulta hoy por hoy imposible debido al crecimiento de la urbe. Además, su cercanía de la ciudad facilita a cualquier actor monitorizar la actividad de la base, incluyendo la entrada y salida de aeronaves y el posicionamiento de las defensas antiaéreas. En cuanto a las ventajas, destacan la buena red de comunicaciones, ya que al sur existe el puerto de Mersin comunicado por carretera y ferrocarril con Adana. Además, la OTAN cuenta con un discreto muelle en Tasucu. Incirlik fue construida para poder dar cabida a los aviones de mayor tamaño de la Fuerza Aérea estadounidense, por lo que sus pistas e instalaciones no tienen problema alguno con los aviones de mayor tamaño que con frecuencia operan desde sus pistas. Además, son muchas las fuerzas aéreas que han operado desde la base, lo que habla muy bien de sus capacidades de comunicación y mantenimiento. Puesto que la base fue construida al comienzo de la Guerra Fría, uno de sus objetivos primordiales era servir a las flotas de bombarderos nucleares B-47 y B-52 como enclave de reabastecimiento. Por este motivo, en Incirlik se almacenaron cantidades importantes de las populares bombas nucleares de caída libre B-61. En teoría, Incirlik cuenta con veinticinco bunkers subterráneos, cada uno de ellos capaz de almacenar cuatro bombas B-61 con una capacidad total de 100 bombas, aunque actualmente se cree que solo se almacenan cincuenta. El éxito y la utilidad de esta base para Estados Unidos se ha puesto de relieve con el paso del tiempo. Gracias a Incirlik, Washington pudo reforzar su flota de bombarderos nucleares y de aviones espía de cara a la disuasión estratégica en plena Guerra Fría. Durante la guerra del Golfo (1991), la base albergó una flota aérea de más de cien aviones. También fue utilizada en operaciones de evacuación de civiles durante conflictos internos de la región o para apoyar a las misiones humanitarias tras el terremoto que asoló Cachemira en 2005. La principal misión de la base es ser una plataforma logística ideal para apoyar operaciones a gran escala en la región permitiendo a Estados Unidos, a la OTAN y a Turquía explotar al máximo su flota de aviones AWACS, SEAD, de transporte y de reabastecimiento en vuelo. Todo ello implica que Estados Unidos o la OTAN pueden apoyar sus despliegues a gran distancia, aumentando así la capacidad de proyección estratégica y de reacción, facilitando llevar a cabo ope- 68 Geopolítica de las bases militares raciones de ayuda humanitaria tras catástrofes, puentes aéreos para reforzar a fuerzas propias o aliadas e incluso campañas aéreas a gran escala en países cercanos como Iraq, Siria o Líbano. Incirlik sigue siendo una pieza importante para permitir la disuasión que la OTAN busca respecto a Rusia al ser una base alejada del mar Negro y por tanto un objetivo fuera del alcance de la mayor parte de las armas rusas. La utilidad original para asistir a los bombarderos estratégicos de Estados Unidos sigue siendo útil para ejercer la disuasión nuclear, pero también permite explotar las capacidades de guerra convencional de este tipo de aeronaves. La cercanía de la base aérea con el Mediterráneo también abre las puertas a misiones aeronavales relacionadas con la lucha antisubmarina, la imposición de bloqueos marítimos, las operaciones de vigilancia marítima etcétera. Finalmente, aunque la política de Trump sea aislacionista lo cierto es que se está produciendo un abandono progresivo de los tratados de desarme que se firmaron hacía tiempo, y a su vez la USAF es más activa en lo que a la proyección de sus bombarderos nucleares se refiere, por ello y por el programa nuclear iraní del que Trump es reticente Incirlik se convierte en un baluarte de lo más interesante para la actual política exterior estadounidense, sin que ello obste a que las crecientes tensiones entre Ankara y Wasginton puedan llegado el momento afectar a la presencia estadounidense en Incirlik. 24. Jinnah (provincia de Sindh, Pakistán) La base naval pakistaní de Jinnah, cuya construcción fue desarrollada por la compañía turca STFA y la belga Jan de Nul, comenzó a construirse en 1990, siendo inaugurada diez años después. Esta importante base naval se sitúa en la ciudad costera de Ormara, en la conflictiva provincia de Baluchistán, en el suroeste del país y se constituye como una de las grandes bases navales del Ejército pakistaní junto a la gran base en Karachi, la principal ciudad comercial del país. Junto a Jinnah se encuentran otras tres importantes bases que completan el mapa estratégico de la Armada pakistaní en la costa occidental del país: Pasni, Jewani y Gwadar. Ormara goza de una privilegiada situación dentro de Pakistán. A una distancia de 285 km al este del puerto comercial de Gwadar y a 350 km al oeste de Karachi, y también cercana a Irán y a las aguas del estrecho de Ormuz. 69 Jinnah goza de una magnífica protección natural ya que se encuentra en un paraje natural rodeado tanto por mar como por una colina en la que se halla la base PNS-Ashan, dedicada principalmente a labores de inteligencia, vigilancia del mar y coordinación de la defensa aérea de Ormara. Pakistán, desde su independencia en 1947, ha estado plagado de grandes problemas estructurales y uno de ellos ha sido la falta de identidad nacional, evidenciada con el histórico movimiento separatista en la provincia de Baluchistán, por lo que la presencia de la base Jinnah en dicha provincia no debe ser subestimada en un triple sentido: proporciona estabilidad y seguridad a la zona; desarrolla y proporciona servicios médicos y educativos a una de las regiones más empobrecidas del país y, por último, proyecta el poder hacia dentro del país y, en consecuencia, hacia la conflictiva Baluchistán. Dentro del ámbito educativo, destaca la Escuela Naval de Cadetes donde el 50 % de los estudiantes son de la propia Baluchistán y el resto estudiantes del resto de Pakistán. A nivel estratégico la base de Jinnah presenta las siguientes características: en primer lugar, mejora el control nacional sobre el tráfico naval en estas aguas a la vez que mejora sus capacidades de disuasión navales y proyecta su presencia hacia las aguas del estrecho de Ormuz). En segundo lugar, Jinnah aumenta la capacidad de reacción de la Armada pakistaní ante cualquier amenaza al aligerar la presencia en la gran base naval de Karachi y alejarla de India. En Karachi se encuentra la principal base naval del país, pero esta presenta vulnerabilidades importantes. Las principales son su mayor cercanía a India, su congestión y la amenaza terrorista. De hecho, Karachi fue la primera capital del país, pero debido a las posibilidades reales de que fuera atacada por India por vía marítima, la capital fue trasladada a Islamabad, ciudad muy cercana al corazón militar pakistaní en Rawalpindi. Junto a ello, Pakistán tiene así mayores alternativas de defensa ante cualquier amenaza externa al diversificar sus posiciones navales. Karachi al ser el mayor puerto comercial del país está extremadamente congestionada, lo que dificulta cualquier operación militar y al mismo tiempo ha sido fuertemente golpeada por el terrorismo. En tercer lugar, la situación en Ormara permite a Pakistán asegurar todo su litoral occidental permitiendo proteger toda la línea de comunicación que parte del golfo Pérsico hacia Pakistán, vital para el desarrollo del corredor económico China-Pakistán. Junto a ello, Ormara servirá también para proteger el puerto de Gwadar. Por lo que la base Jinnah será un elemento clave en la consolidación del China-Pakistán Economic Corridor (CPEC) crucial para fomentar el desarrollo económico en todo el país. Junto a ello, el batallón de defensa aérea 70 Geopolítica de las bases militares permite mejorar las capacidades de defensa aérea en todo el litoral occidental paquistaní. En cuarto lugar, Jinnah complementará de una manera gradual a Karachi como base de operaciones logísticas y de apoyo técnico tanto para la reparación de barcos como de submarinos. Finalmente, la base acoge a toda la flota de submarinos pakistaní, unos sistemas que siempre han jugado un papel importante dentro de la Armada del país. En conclusión, Jinnah tiene una gran relevancia en la arquitectura de seguridad interior y exterior paquistaní. Su desarrollo ha venido a aumentar el interés de Pakistán por su flanco más occidental y al mismo tiempo, garantizar el puerto de Gwadar, que será determinante en el futuro económico del país y sus relaciones con China, principal aliado del país. 25. Kaspisk (Daguestán, Rusia) La base de Kaspisk, sita en la ciudad del mismo nombre, es una pequeña instalación en la que apenas hay destacadas un puñado de corbetas de la Flotilla del Caspio que, por lo demás, continúa manteniendo su Cuartel General en Astracán. Es cierto que en los últimos años se ha instalado allí un radar Over The Horizon (OTH) y que se ha renovado el interés por el desarrollo de los ekranoplanos, aunque por el momento sin resultados prácticos. No obstante, los nuevos bríos de esta base naval tienen que ver por encima de todo, con los hidrocarburos, con su tránsito y con el comercio internacional. Las extracciones que Rusia ha iniciado en el Caspio obligan a una mayor presencia naval para garantizar su seguridad. Además, el hecho de que los Estados vecinos estén embarcados en una empresa similar, con importantes yacimientos en Kazajistán, Turkmenistán, o Azerbaiyán cuya producción discurre por oleoductos y gasoductos que cruzan el Caspio, ofrece una oportunidad de oro influir sobre todos ellos. Una oportunidad que Rusia no duda en aprovechar, al haberse convertido, de facto, en la única potencia naval en este gran lago. En este sentido, a diferencia de Astrakán, situada demasiado al norte, la disponibilidad de una base naval en Kaspisk permite a Rusia desplegar sus buques de guerra en un tiempo mínimo. Esto es vital si se pretende cortar la ruta naval que va desde Turkmenbasy, en Turkmenistán, hasta Bakú, en Azerbaiyán, para proseguir desde allí a través de los oleoductos Baku–Supsa y BTC. El control de este último, el BTC o Baku-Tbilisi-Ceyhan, con más de 1.700 km de longitud y capacidad para un millón de barriles diarios, es uno de los objetivos principales de 71 Rusia en la región. Ha de tenerse en cuenta que, desde 1991, Azerbaiyán se ha convertido en uno de los proveedores más importantes de Europa y que, antes de la entrada en funcionamiento del BTC, se veía obligado a transportar su petróleo por territorio ruso. Así las cosas, la base naval de Kaspisk, una vez más, permite proyectar rápidamente el poder ruso sobre una arteria fundamental para la economía de un tercero, en este caso Europa y, en su caso, estrangularla. Algo parecido, aunque a menor escala, sucede con la ruta naval que une Aktau, en Kazajistán y Neka, en Irán. Así pues, Rusia, como única potencia naval en la región, tiene en sus manos el control del tráfico de hidrocarburos proveniente de Asia Central. Un control que se ha acrecentado a raíz de la guerra de Georgia, en 2008 y tras la anexión de Crimea en 2014. La base de Kaspisk también ha sido importante para prroyectar el poder e incluencia rusos en Oriente Medio, en especial durante la guerra de Siria. A lo largo del conflicto ha protagonizado numerosos lanzamientos de misiles 3M-14 a distancias en torno a los 2.000 km a través de Irak e Irán. Para Moscú, cuanto más completo sea su control sobre este mar, mayor será el radio de acción de estos sistemas, al poder los buques que los integran acercarse a costas como las de Irán, Turkmenistán o Azerbaiyán sin peligro y gozando del pleno control del espacio aeronaval. Estas demostraciones de fuerza, que pueden parecer baladíes, han sido capitalizadas por Rusia mediante la venta de diversos sistemas de armas a otros Estados, que ven en el país una alternativa a los productos occidentales o a través de la firma de convenios como el que ha llevado a Egipto a permitirle el uso de sus bases aéreas y navales durante los próximos años, por más que no hayan influido otros factores. Hidrocarburos, Cáucaso y Oriente Medio, pero no solo. Rusia, a través de su control sobre el Caspio tiene también una influencia notable en el devenir de uno de los grandes proyectos que condicionarán el futuro de Asia Central: La Nueva Ruta de la Seda. Efectivamente, buena parte de las rutas que conforman la iniciativa china y que cruzan bien Kazajistán, bien Irán, desembocan o pasan muy cerca del Caspio. Lo suficientemente cerca como para que Rusia pueda ejercer su poder e influir en el desarrollo de las mismas a conveniencia, algo notablemente más fácil cuando se tienen argumentos de peso, como una Armada. Esta es otra de las razones por las que para la Federación Rusa era conveniente desarrollar Kaspisk, cuya situación es desde el punto de vista de la geoestrategia, mucho más relevante que la de Astracán. Cara al futuro, la importancia de esta base no puede sino seguir aumentando. Diversos proyectos, como la construcción del canal de Eurasia o la ruta entre Usan y Gorgan favorecerán el desarrollo regio72 Geopolítica de las bases militares nal y convertirán este mar en un nodo de comunicaciones norte-sur y este-oeste a nivel continental. Rusia, que previsiblemente hará todo lo que esté en su mano para seguir siendo la única potencia naval en la zona, tendrá en la base de Kaspisk su mejor baza para seguir proyectando este poder en toda la región. 26. Khmeimim (gobernación de Latakia, Siria) Ubicada a 20 km al sureste de Latakia y a 60 km al norte de Tartus se halla la base aérea de Khmeimim. Esta fue construida en 2015 junto para apoyar al gobierno sirio en su lucha contra Daesh. Un año después, junto con las aeronaves utilizadas para respaldar a Al Assad, Moscú empezó a desplegar aviones de reconocimiento para apoyar las labores antipiratería en el Índico, si bien también han sido utilizados para patrullar el Mediterráneo oriental. En enero de 2017, meses después de la decisión rusa replegar su fuerza expedicionaria de Siria, ambos países acordaron la cesión de la base de Khmeimim y el puerto militar de Tartus durante los próximos 49 años, prorrogables por periodos de 25 años de forma indefinida. Medio año después, el legislativo ruso ratificó este tratado, por lo que, desde junio de 2017, la defensa aérea, la seguridad y la justicia militar dentro de Khmeimim corren a cargo de Moscú, siendo el Ejército sirio el responsable de proteger el perímetro de la base frente a cualquier amenaza externa. Ubicada junto al aeropuerto internacional Bassel Al-Assad, con el que comparte varias instalaciones, la base de Khmeimim se halla plenamente operativa a pesar de carecer de varios servicios de apoyo. La pista inicial fue construida en paralelo a la pista existente y tenía una longitud de 2.797 metros. Sin embargo, recientemente se ha podido constatar que esta se ha alargado hasta los 3.200 metros, lo que facilitará las operaciones de aviones de transporte pesado y posibilitará el despliegue de bombarderos. La base también cuenta con amplias zonas de estacionamiento para dispersar a las aeronaves y facilitar las labores de carga y descarga y varios almacenes, hangares y talleres. El resto de los servicios (incluidos los barracones, edificios administrativos, comedores, dispensario centros de comunicaciones o espacios de recreo) se hallan en proceso de consolidación. Ello permite a Khmeimim permiten acoger y operar medio centenar de aviones. Asimismo, la base cuenta con avanzados sistemas de mando, control y comunicaciones para facilitar la conducción de operaciones conjunto-combinadas y mantiene desplegada una unidad de inteligencia de 73 señales operada por el 6.º Directorado de la inteligencia militar rusa. También cuenta con un sistema de defensa aérea de corto alcance Pantsir para resguardar la base y otro de largo alcance S-400. Con un alcance máximo de 400 km y capaces de cubrir parte del espacio aéreo israelí, estos misiles podrían constituir la capa exterior de una incipiente defensa integrada sirio-rusa que, compuesta por los S-300 desplegados en el puerto de Tartus, los sistemas antiaéreos embarcados y las defensas aéreas sirias, cubriera una importante parte del Mediterráneo Oriental. Situada a más de 1.000 km del territorio ruso y a orillas del Mediterráneo, la base aérea de Khmeimim proporciona a Rusia un puntal avanzado en Oriente Medio para influir políticamente en la zona y proyectar su poder militar. Además, el conjunto Tartus-Khmeimim puede ser el germen de una burbuja antiaérea —como paso previo a un complejo de reconocimiento y ataque (RUK)— integrada y con múltiples capas que cubriera parte del espacio aéreo sirio, libanés, israelí, jordano, turco o chipriota, degradando la superioridad aérea y capacidad de actuación israelí en la región. Además, la base de Khmeimim puede servir también para proporcionar la cobertura aérea necesaria para que los buques rusos fondeados en Tartus y la Task Force desplegada en el Mediterráneo Oriental puedan operar con plena seguridad en la región. Finalmente, esta base aérea también permite el despliegue avanzado —y sin tener que atravesar el espacio aéreo turco (miembro formal de la Alianza Atlántica)— de aeronaves de reconocimiento e inteligencia para cubrir satisfactoriamente Oriente Medio y el Mediterráneo Oriental. En este sentido, es muy probable que Rusia intente lograr otros acuerdos de cesión de bases para intentar apoyar su creciente asertividad en materia exterior y lograr lo que ha conseguido en Siria. 74 Geopolítica de las bases militares 27. Kings Bay (Georgia, Estados Unidos) Ubicada en el suroeste de Georgia, lindando con Florida, se halla la Base de Submarinos de Kings Bay. Construida originalmente para albergar una terminal de carga de tropas y material para una hipotética guerra en Europa, esta base fue seleccionada en 1979 para acoger los nuevos submarinos nucleares de misiles balísticos (SSBN) Ohio. Diez años después llegaba el primer submarino y en 1997 alcanzaba su cénit con diez de los dieciocho SSBN asignados a la base. Hoy en día, a raíz del creciente valor estratégico de Asia-Pacífico, la proliferación nuclear en la región y el cambiante entorno de amenazas, esta base acoge a seis submarinos —cinco de ellos siempre operativos— que garantizan la credibilidad de la disuasión frente a cualquier potencia atlántica. Junto con Bangor en la Costa Oeste, Kings Bay es la única instalación del país que alberga al más preciado elemento de la tríada nuclear y la única de la costa oriental que cuenta con armas estratégicas. Kings Bay es el punto de asistencia, residencia, mantenimiento y reparación de los SSBN que operan en el hemisferio occidental del planeta y la única infraestructura de la Costa Este que almacena y monta los misiles Trident II D-5 en estos submarinos. Con una extensión de 65 km2, esta instalación acoge entre 8.000 y 9.000 efectivos civiles y militares que, diariamente, prestan sus servicios en los embarcaderos, talleres, almacenes de misiles y centros de instrucción de los misiles. Resguardada del Atlántico por la isla de Cumberland y por el canal de Saint Mary, la base de Kings Bay cuenta con cuatro muelles. El más septentrional está totalmente cubierto y alberga una de las tres instalaciones de carga de los Trident en los submarinos, la planta de desmagnetización más sofisticada de la Armada y el mayor dique seco cubierto del hemisferio occidental, capaz de reparar cualquier submarino del arsenal norteamericano. Seguidamente se hallan tres muelles utilizados para el amarre de los submarinos, y un embarcadero que alberga los remolcadores, patrulleros y otras embarcaciones de pequeño tamaño. Seguidamente se sitúan dos instalaciones cubiertas para la carga de los misiles y en el extremo sur de la base, aislado de las instalaciones estratégicas, se ubica otro muelle destinado al atraque de buques de superficie o naves aliadas. Asimismo, en las aguas del canal de Saint Mary alrededor de la base, existen ocho puntos de anclaje adicionales que pueden ser utilizados tanto por buques de superficie como submarinos. La base cuenta con numerosos servicios, destacando el Centro Naval de Apoyo de Submarinos (que garantiza la operatividad de los Ohio 75 allí basados), la Instalación de Instrucción de los Trident (que adiestra a las tripulaciones de los Ohio estadounidenses y los Vanguard británicos en el manejo de estos misiles balísticos) y la Instalación de Armas Estratégicas Atlántico que almacena, revisa y monta estos misiles. Se estima que este búnker capaz de almacenar más de 400 misiles y 2.000 ojivas nucleares mantiene operativos 100 Trident II D-5 y entre 300 y 600 cabezas nucleares para los Ohio que tienen su base en Kings Bay. Kings Bay acoge al 10.º Grupo Submarino, compuesto por la 16.a Escuadra de Submarinos, formada por dos Ohio convertidos en SSGN (USS Florida y USS Georgia) equipados con un total de 308 misiles de crucero Tomahawk y el SSBN USS Rhode Island, con 20 misiles balísticos y utilizado para apoyar las misiones de la 20.º Escuadra de Submarinos cuando alguno de ellos se halla en revisión. Esta está formada por cinco SSBN con una capacidad teórica de 100 Trident II D-5, pero teniendo en cuenta que uno de ellos siempre se encuentra realizando el ciclo de revisión y repostaje nuclear, el SSBN de la 16.a Escuadra aporta los 20 misiles restantes para garantizar la capacidad de respuesta nuclear dentro de los límites fijados por el Nuevo START. Kings Bay es un importante activo socioeconómico del sur de Georgia. Sin embargo, al igual que su contraparte en la costa occidental americana, esta base también genera controversias entre los grupos pacifistas por albergar armas nucleares. A pesar de este inconveniente de orden interno, al estar situada en territorio estadounidense y separada del Atlántico por la isla de Cumberland y el canal de Saint Mary, Kings Bay se halla protegida frente a una amplia gama de amenazas y lejos de miradas indiscretas (aunque en 2017 el buque espía ruso Viktor Leonov fue localizado a menos de 40 km de la base). En consecuencia, los submarinos pueden descansar, salir a mar abierto y sumergirse en zonas plenamente controladas por Estados Unidos. Los cinco SSBN basados en Kings Bay permiten mantener la capacidad de disuasión y represalia nuclear frente a cualquier contingencia que pueda surgir en el hemisferio occidental del globo, incluyendo una federación rusa cada vez más asertiva. Aunque la localización de esta base en territorio continental estadounidense obligaría a que los submarinos tuvieran que realizar un largo viaje hasta sus zonas de lanzamiento óptimas en el Atlántico Oriental, lo más probable es que estos submarinos se mantengan dentro de sus propios bastiones defensivos cerca de las costas estadounidenses. Además, los dos SSGN allí basados y permanentemente desplegados en el Atlántico Oriental pueden proporcionar una enorme potencia 76 Geopolítica de las bases militares de fuego de precisión desde 1.600 km de la costa, por lo que el valor intrínseco de Kings Bay permanece intacto. No obstante, aunque podría debatirse si su valor disminuirá a medida que el centro de gravedad del planeta se desplaza de Eurasia al Lejano Oriente, también parece evidente que Kings Bay continuará siendo el principal activo de Estados Unidos para albergar a su más preciado elemento de la tríada nuclear en la costa este del país. 28. Kitsap-Everett (Washington, Estados Unidos) En la península de Kitsap, a menos de 100 km de la frontera canadiense, se ubica la Base Naval de Kitsap. Creada en 2004 por la fusión de las bases de Bremerton y Bangor, este complejo tiene sus servicios repartidos en Bremerton (muelles y astilleros), Bangor (muelles e instalación de armas estratégicas), Manchester (depósito de combustible), Indian Island (almacén logístico) y Keyport (arsenal de torpedos). Kitsap acoge uno de los cuatro astilleros capaces de realizar el mantenimiento de las naves de propulsión nuclear del país, una de las dos instalaciones de armas nucleares estratégicas, el único dique seco de la costa oeste capaz de albergar un portaviones de propulsión nuclear y el mayor depósito de combustible de la flota. Por otro lado, a poco más de 40 km al norte de Seattle se halla la Base Naval de Everett, inaugurada en 1994 para alojar uno de los portaviones nucleares del país. En su conjunto, Kitsap y Everett acogen a dos grupos de ataque de la Flota del Pacífico y ocho submarinos lanzamisiles balísticos. Teniendo estos elementos en cuenta, a continuación, se presentarán los destacamentos de Bremerton y Bangor de la Base Naval de Kitsap y la Base Naval de Everett en el extremo noroccidental del país. A 23 km al oeste de Seattle, se halla el destacamento de Bremerton de la base de Kitsap. Cuando la US Navy escogió la vecina base de Bangor para acoger los nuevos SSBN de la clase Ohio, Bremerton se consolidó como una de las pocas instalaciones del país capaz de sostener todo el ciclo de vida del submarino y la única infraestructura certificada para desmantelar naves de propulsión nuclear. Bremerton acoge el mayor centro de mantenimiento, revisión y actualización de los buques y submarinos de la costa occidental estadounidense. Esta instalación dispone de nueve muelles y seis diques secos capaces de acomodar y reparar todos los buques y submarinos del inventario estadounidense. Junto a ellos se ubica una zona destinada al amarre de los navíos fuera de servicio y que forman parte de la flota de reserva o que aguardan ser desguazados. Las instalaciones terrestres 77 acumulan talleres, depósitos, almacenes de material y edificios de oficinas que acogen a los servicios administrativos de los astilleros y una sección del cuartel general del 3.º Grupo de Ataque de la Tercera Flota, ubicado en la vecina Base Naval de Everett. El resto de los servicios se ubican fuera de la base. Entre las unidades allí basadas se encuentra el buque insignia del 3.º Grupo de Ataque. Sin embargo, el resto de las unidades se hallan repartidas entre las bases navales de San Diego y Yokosuka y la Base Aeronaval de Lemoore. Allí también residen varios buques de transporte y una nave para el aprovisionamiento de submarinos. La Base Naval de Kitsap posee un segundo destacamento en la Base de Submarinos de Bangor. Esta alberga el 5.º Escuadrón de Desarrollo Submarino, el 9.º Grupo Submarino y la 17.ª Escuadra de Submarinos, formada por ocho SSBN de la clase Ohio. Junto con Kings Bay en la Costa Este, Bangor es la única instalación del país que alberga al más preciado elemento de la tríada nuclear y la única de la costa occidental que cuenta con armas estratégicas. La base posee cuatro complejos de muelles dispersos a lo largo de su fachada marítima, varios edificios administrativos y la Instalación de Armas Estratégicas Pacífico. Se estima que este búnker mantiene operativos 140 misiles Trident II D-5 y entre 420 y 840 cabezas atómicas. Cerca del complejo militar de Kitsap se halla la Base Naval de Everett. Ubicada en el extremo nororiental del seno de Puget, esta instalación acoge a uno de los cuatro Grupos de Ataque de la Tercera Flota estadounidense. Para ello, cuenta con cuatro muelles fijos, áreas de amarre y zonas de fondeo. Los dos muelles principales pueden acomodar tres portaviones o todos los buques asignados a la base. Por su parte, los secundarios se utilizan para el amarre de pequeñas embarcaciones. Entre las unidades allí basadas se encuentra el portaviones de propulsión nuclear USS Nimitz, líder del 11.º Grupo de Ataque y la 9.ª Escuadra de Destructores. En este conjunto de bases se ubican dos portaviones, una unidad de escoltas y un escuadrón de submarinos de ataque para la defensa del flanco norte estadounidense, el control de las aguas del Pacífico Oriental y la proyección de una poderosa fuerza aeronaval al Lejano Oriente. Además, en Bangor se ubica el más temido elemento de la tríada nuclear: ocho submarinos con 140 misiles que garantizan la disuasión y represalia nuclear frente a cualquier amenaza que pueda surgir en el hemisferio oriental del globo. Al estar situadas en territorio estadounidense, estas instalaciones se hallan fuera del alcance del grueso de los vectores existentes. Sin embargo, el grueso de los 78 Geopolítica de las bases militares escoltas —una escuadra de destructores y dos cruceros— de los grupos aeronavales allí basados se hallan a 2.000 km de distancia y las alas aéreas embarcadas (excepto las unidades de guerra electrónica) a 1.300 km. En consecuencia, en caso de estallar una crisis sin previo aviso que degradara la presencia avanzada estadounidense en Asia-Pacífico, no puede descartarse que la puesta en orden de combate de los grupos aeronavales requeriría de un preciso tiempo que dificultaría su acceso al teatro de operaciones. Sin embargo, no puede descartarse que, con el paso del tiempo, a medida que se consolidan las zonas A2/AD chinas, el giro de Estados Unidos hacia el Lejano Oriente y el despliegue del 60 % de la flota en el Pacífico entrañe el posicionamiento de cada vez un mayor número de buques en este conjunto de bases. 29. Lajes Field (región de Azores, Portugal) La base aérea de Lajes Field se encuentra en el extremo nordeste de isla Terceira, en el archipiélago de las Azores. La situación geográfica privilegiada del archipiélago en esta porción oceánica explica el interés aliado en el emplazamiento: aunque esta siempre ha sido de titularidad portuguesa, la mayor parte de su historia el uso de la misma ha sido compartido (durante la Segunda Guerra Mundial con el Reino Unido y posteriormente con Estados Unidos, que también utilizó el aeródromo de la vecina isla de Santa María). Desde 1957 hasta la desaparición de la URSS, la base contó incluso con instalaciones navales adyacentes, posicionando así a este complejo como la principal contribución portuguesa a la OTAN durante la Guerra Fría. La situación del archipiélago —a unos 1.500 km de Lisboa y a casi 4.000 de Nueva York— ha demostrado ser esencial a lo largo de la historia, pues desde los inicios de la empresa colonial portuguesa en el siglo XV, este emplazamiento ha sido utilizado por su valor geoestratégico. Esta situación geográfica demostró ser especialmente ventajosa para los aliados en la lucha contra los U-boots alemanes durante la Segunda Guerra Mundial y, justo después, posibilitó la consolidación del puente aéreo con Berlín (1948-49), fundamentalmente por su función como estación de reabastecimiento. En 1951, los gobiernos de Portugal y Estados Unidos firman el primer acuerdo que permitiría la presencia permanente de la Fuerza Aérea estadounidense en Lajes Field, bautizada por los lusos como Base Aérea número 4, habiéndose renovado el compromiso en 1983 y 1995. Desde entonces, el pacto contempla un uso norteamericano de esta base, siempre bajo titularidad 79 portuguesa y dependiente del Mando Aéreo de las Azores, cuya misión es el control del espacio aéreo que tiene encomendado. Como único aeropuerto de la isla, en la actualidad la base tiene un uso civil-militar compartido y, de hecho, en los últimos, tiempos su principal actividad se debe, sobre todo, al movimiento de pasajeros y mercancías. Con 3.314 metros de largo, y 91 de ancho, la de Lajes Field es la pista de aterrizaje más larga de toda Europa y, consecuentemente, es el aeropuerto alternativo más importante de esta parte del Atlántico septentrional, pudiendo brindar servicio a cualquier aeronave con independencia de su tamaño, incluyendo los transbordadores espaciales de la NASA. En cuanto a uso militar se refiere, la presencia portuguesa está hoy en día compuesta por los 502.º y 751.º Escuadrones destacados, aunque la base matriz de ambos se halla en la Base Aérea 6 de Montijo, justo al sur de Lisboa. Ambos escuadrones se dedican a labores de búsqueda y rescate, aunque el 502.º también tiene encomendadas funciones de transporte y reconocimiento aéreo. Por parte estadounidense, hay que destacar que en Lajes Field se encuentra, principalmente, el 65.º Grupo de la Base Aérea, que brinda apoyo a la 86.ª Ala Aerotransportada con base en Ramstein (Alemania), aunque sin aeronaves asignadas a la misma desde la década de 1970. Su cometido es brindar apoyo, en base y en ruta, a Estados Unidos, a la Alianza Atlántica y, desde el final de la Guerra Fría, también a otras aeronaves en tránsito, con independencia de su bandera. Sin embargo, y a pesar de que aún Lajes Field está considerado como el segundo depósito de combustible de la USAF en el mundo después de Guam, estas instalaciones se encuentran en sus horas más bajas, destacando hoy en día, de manera prácticamente exclusiva, por su uso civil. Aunque llegado el momento pudiera recurrirse a ella por la tradicional utilidad que esta tiene en términos militares como punto de repostaje, sobre todo en contextos de gran demanda, el hecho es que las mejoras en la autonomía de las aeronaves y las crecientes capacidades de abastecimiento de combustible en vuelo explican una disminución del personal allí desplazado que, año tras año, viene siendo evidente. Todo esto representa un gran motivo de preocupación para los isleños, pues la presencia estadounidense siempre ha representado una importante fuente de ingresos para la economía local, y para el propio ejecutivo portugués, que ya contempla abiertamente de considerar nuevos arrendatarios para la base. Sin embargo, el reciente despliegue de varios bombarderos B-2 para participar en operaciones en Europa y reasegurar a los aliados euro- 80 Geopolítica de las bases militares peos tras el incremento de la actividad militar rusa en la región, podría darle una nueva vida a este aeródromo como punto de despliegue avanzado de vectores estratégicos para apoyar el equilibrio de fuerzas en Europa y totalmente fuera del alcance de las defensas rusas. 30. Morón (provincia de Cádiz, España) A 70 km de Sevilla, en una zona completamente llana, sin obstáculos que dificulten el despegue o aterrizaje de aeronaves, poca contaminación lumínica, suficientemente alejada de grandes núcleos de población, sin congestiones aéreas y con una fantástica climatología se halla la base aérea de Morón de la Frontera. Construida en 1941, esta instalación que desde la firma de los Pactos de Madrid es de titularidad hispanoamericana alberga la punta de lanza de la defensa aérea y patrulla marítima del frente sur peninsular, ha sido utilizada por el Pentágono en todas las contingencias en las que ha participado desde la Guerra Fría y ha sido elegida como base permanente de una fuerza de reacción rápida para crisis en África. Debido a su situación estratégica en el frente sur de la península, nuestro país tiene estacionados en Morón el Ala 11 para la defensa del espacio aéreo, el 211.º Escuadrón para la patrulla marítima y antisubmarina, el 2.º Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo para realizar labores de apoyo a la fuerza, un destacamento del Servicio de Vigilancia Aduanera para combatir el fraude y el 2.º Batallón de la Unión Militar de Emergencias para responder a emergencias. Además, debido a su ubicación a medio camino entre América y Oriente Medio y con proyección a Europa y África, sus enormes instalaciones y con una imponente pista de aterrizaje recientemente ampliada, Morón es también relevante para Estados Unidos. Aunque durante la Guerra Fría la principal base de operaciones era Torrejón de Ardoz (Madrid), en Rota se concentraban las unidades de apoyo —aviones de transporte y cisternas— que habrían sostenido las acciones de combate y garantizado los relevos de fuerza en caso de guerra en Europa. Aunque el final de la Guerra Fría pareció reducir el valor estratégico de esta base, durante la guerra del Golfo (1991) se desplegó un ala de bombarderos B-52 para ser utilizados contra Irak, y en Kosovo (1998-99) la base albergó al grueso de los aviones de reabastecimiento en vuelo que apoyaron las operaciones contra Serbia. Con el cambio de siglo, el valor de Morón volvió a repuntar: durante las campañas afgana e iraquí, Morón se consolidó como un elemento vital para el transporte de efectivos y material, el reabastecimiento en vuelo de las aeronaves en tránsito o el apoyo al despliegue de los aviones de combate 81 provenientes del continente americano hacia Oriente Medio sin cruzar el saturado espacio aéreo europeo. Precisamente, esta característica es fundamental para explicar por qué el eje Rota-Morón se ha convertido en un hub aéreo de primer orden para Estados Unidos. Una importancia que, a pesar de la traslación del centro de gravedad mundial hacia el Indo-Pacífico, continuará presente en los próximos años, siendo un importante activo para nuestro país. Además de su valor como base logística, Morón también adquirió durante la década pasada un importante papel en la gestión de crisis en África a raíz de la decisión del Pentágono de posicionar una fuerza de respuesta a crisis del Cuerpo de Marines de forma permanente en la base. Diseñada tras los sucesos de Bengasi (2012) que costaron la vida al embajador estadounidense, esta fuerza dependiente del AFRICOM y capaz de proyectarse en nueve horas a un radio de 1.500 kilómetros cubriendo el Mediterráneo Occidental, Magreb y Sahel pretende satisfacer una variada gama de contingencias (refuerzo de embajadas, evacuación de no-combatientes, recuperación de aeronaves, asistencia humanitaria o respuesta a desastres). En 2013 se produjo un despliegue provisional de 550 efectivos que se incrementó hasta los 850 un año después. En 2015, el Congreso aprobó que este despliegue pudiera ser permanente y alcanzar un máximo de 2.200 militares, 500 civiles y 26 aeronaves. No obstante, estas cifras nunca se alcanzaron. Aunque esta decisión se relacionaba con la ubicación, climatología, disponibilidad e instalaciones de la base, otros factores relevantes —como la seguridad de las unidades desplegadas, el bienestar de sus familias o el coste económico del despliegue en la península— influyeron en esta decisión. Sin embargo, ocho años después de que el primer marine pisara suelo español, Estados Unidos resolvió transferir la responsabilidad de la respuesta a crisis en África al Ejército de Tierra y, con ello, concentrar las fuerzas en la base de Vicenza (Italia). Aunque esta decisión no tenía trasfondo político, ello acabaría motivando el redespliegue de los marines al territorio continental estadounidense y el despliegue de los medios aéreos a la base italiana para ser utilizados por el Ejército. En conclusión, la base de Morón no solo es fundamental para garantizar la defensa del flanco sur de la península ibérica y proyectar el poder aéreo más allá de nuestras fronteras; sino que también constituye un hub logístico de primer nivel en la estrategia de proyección estadounidense y fue, durante el periodo 2013-21, uno de los pilares para la respuesta a crisis en África. El binomio Rota-Morón vuelve a ser un pilar estratégico en el mundo actual y es necesario tanto explotar las posibilidades que ello brinda como las servidumbres que plantea el vigente convenio de cooperación entre España y Estados Unidos. 82 Geopolítica de las bases militares 31. Mount Pleasant (Falklands/Malvinas, Reino Unido) En la isla Soledad, perteneciente al archipiélago de Malvinas, se encuentra el complejo militar de Mount Pleasant. Este complejo situado a 56 km al sudoeste de Puerto Argentino (Port Stanley), es la sede del Mando de las Fuerzas Británicas de las Islas del Atlántico Sur, cuya jurisdicción comprende los archipiélagos de Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Este complejo que alberga un acuartelamiento, un aeropuerto y una base naval se construyó en 1983 con tres grandes objetivos: – Enfrentar a la potencial presencia de las fuerzas navales soviéticas en el Atlántico Sur. – Custodiar, mantener y asegurar las líneas de comunicaciones marítimas de ese espacio oceánico (fundamentales en caso de quedar cerrados los canales de Suez y de Panamá ante un eventual conflicto con la URSS). – Actuar como instrumento de disuasión y defensa frente a cualquier iniciativa de fuerza argentina contra las Malvinas. Este complejo posee una superficie de más de 300 hectáreas y su mando es conjunto. Además, está guarnecido por tropas y medios de la Fuerza Aérea, el Ejército y la Armada británicas, complementadas por efectivos locales pertenecientes a la Falkland Islands Defence Force. En total se estiman entre 1.200 y 2.000 efectivos. En este sentido, la Royal Air Force y la Royal Navy disponen de una amplia gama de medios aéreos para la defensa aérea, combate y apoyo táctico, reabastecimiento en vuelo, patrulla marítima y control de la actividad pesquera, transporte y lanzamiento aéreo de artículos a poblaciones aisladas, búsqueda y rescate, evacuación aeromédica, y soporte logístico táctico. Diferentes helicópteros cumplen servicios de búsqueda y rescate, transporte, evacuación aeromédica, sostén logístico y apoyo táctico. Además, existen helicópteros embarcados que operan desde los buques británicos que visitan las Malvinas, y que pueden permanecer allí por determinados periodos. Empresas civiles privadas de distintos rubros aeronáuticos complementan la actividad aérea militar. Así encontramos compañías de transporte aéreo, servicios de helicópteros para tareas logísticas y búsqueda y rescate, y firmas prestadoras de aviones cisterna para abastecimiento aéreo de combustible. En el complejo militar se encuentra el Aeropuerto Internacional de Mount Pleasant. Es de uso mixto civil-militar. Es propiedad del 83 Ministerio de Defensa y operado por la fuerza aérea, que a su vez lo utiliza como base aérea. Allí llegan y parten los vuelos de pasajeros. Cuenta con dos pistas de asfalto: la principal con 2.590 metros de largo y la secundaria 1.525. En el predio de Mount Pleasant existen algunas pistas menores de unos 900 metros de largo, ubicadas junto a hangares escondidos o camuflados para aviones de combate. Además, en distintos puntos de las Malvinas se encuentran varios aeródromos y helipuertos que pueden reactivarse en situaciones especiales. Los servicios aéreos de transporte de carga y de pasajeros son realizados por unidades de la Royal Air Force (Escuadrones 99.º y 216.º), como así también por distintas compañías aéreas comerciales civiles. La Base Naval de Mare Harbour (Puerto Yegua) es el centro operativo y logístico del componente de la flota británica que patrulla el Atlántico Sur y que realiza tareas diversas en la Antártida. Ese establecimiento naval está subordinado a Mount Pleasant, y se ubica en la costa norte del Seno de Choiseaul, a unos 15 kilómetros al sur del complejo militar. Es un puerto de aguas profundas, y cuenta con infraestructura que brinda facilidades portuarias varias: un muelle, dos atracaderos, servicios de grúas, y depósitos para diferentes usos. Mare Harbour permite a la flota británica ejercer presencia para proteger y asegurar los intereses del país en el Atlántico Sur, incluyendo también la Antártida. El Complejo Militar de Mount Pleasant posee un gran valor estratégico por su posición en el Atlántico Sur, lo que le permite la capacidad de proyectar influencia y poder en todo ese escenario oceánico: hacia el norte, para asegurar el flanco extremo sur aliado; hacia el sudoeste, para controlar los pasos interoceánicos Atlántico-Pacífico (estrecho de Magallanes, canal Beagle y pasaje de Drake); hacia el sur, para acceder al territorio antártico; y hacia el noreste, para controlar el paso interoceánico Atlántico-Índico a través del cabo de Buena Esperanza. Aquella capacidad de proyección, a su vez, constituye una poderosa herramienta para ejercer el control de rutas de tráfico marítimo que abastecen a Occidente de petróleo y de otros recursos naturales estratégicos. Así, el archipiélago de Malvinas, junto a las islas de Ascensión y Diego García, integra un esquema triangular estratégico para la defensa integral del Atlántico Sur, con potencial extensión hacia el Índico y el Pacífico. Vale recordar que entre 1777 y 1784, en tiempos del Virreinato del Río de la Plata, el archipiélago malvinense fue incluido por España en el triángulo defensivo que diseñó para el Atlántico Sur, 84 Geopolítica de las bases militares cuyos otros vértices se apoyaban en Montevideo (sede del Apostadero Naval de la Real Armada) y en las islas de Fernando Poo y Annobón (golfo de Guinea). Por otra parte, el espacio del Atlántico Sur en torno al archipiélago de Malvinas cuenta con un potencial de recursos de importancia estratégica y económica (petróleo, gas, minerales, pesca), que, para el Reino Unido, justifica la existencia de una presencia sólida, permanente y sostenida en el tiempo. 32. Nagurskoye (óblast de Arcángel, Rusia) En la isla Tierra de Alexandra, ubicada en el sector oeste del archipiélago Tierra de Francisco José, se encuentra la base de Nagurskoye. Inaugurada en 2016, se trata de la instalación militar más moderna de Rusia en el Ártico y la posición militar permanente situada en el punto norte más extremo del planeta. Nagurskoye es una pieza más de la renovada infraestructura que, desde 2014, Moscú despliega en el escenario Ártico y en las fronteras oceánicas y terrestres del norte ruso. Esta se utiliza como punto de operaciones y de apoyo logístico de la Flota del Norte. Su posición le otorga el carácter de verdadera presencia avanzada de Rusia en las áreas más distantes y extremas de sus fronteras septentrionales. La construcción de esta base responde a la política iniciada por Vladimir Putin de extender, hasta sus límites extremos, el proceso recolonizador ruso de su frente Norte y recuperar la Ruta Marítima del Norte, que se extiende desde Murmansk (en la península de Kola) hasta Anadyr (en el mar de Bering) y ejerce influencia sobre la masa continental costera y siberiana. Para ello, era necesario reestablecer la defensa en aquella estratégica porción del territorio ruso y promover su explotación económica y su desarrollo integral. Justamente, la instalación de una posición militar en la lejana isla Tierra de Alexandra constituía una etapa clave en aquella orientación estratégica. La construcción de la nueva base se apoyó en torno al aeródromo militar de Nagurskoye, por entonces prácticamente abandonado, que había sido utilizado por el Ejército Rojo durante la Guerra Fría. La base actúa como centro operativo y de apoyo logístico de la poderosa Flota del Norte, incluyendo sus componentes terrestres y aéreos. Su guarnición —estimada en 150 efectivos capaces de habitar de manera autónoma por un periodo de 18 meses— pertenece a la 1.ª División de Defensa Aérea del 45.º Ejército de la Flota del Norte. También cuenta con infraestructura para los distintos elementos aéreos de la misma Flota del Norte. 85 La base tiene una superficie de unos 14 km2. El trazado general está conformado por construcciones modulares interconectadas. Su dispositivo principal está constituido por un llamativo edificio central utilizado para administración y alojamiento, distribuyéndose alrededor del mismo tres construcciones circulares. Esta estructura le ha valido el sobrenombre de trébol Ártico. Esta se encuentra comunicada con otras construcciones cercanas por pasillos cubiertos y protegidos que permiten una circulación fluida y cómoda, y que evita tener que salir de esas instalaciones. Para acceder a dependencias más alejadas, la base cuenta con vehículos especiales para transitar por hielo y nieve. El aeródromo militar de Nagurskoye posee una pista de 2.500 metros de largo y se la considera apta para ser operada por diversas aeronaves. La vigilancia y el control del espacio aéreo se apoya en un sistema de radares fijos y móviles, y su defensa se integra con baterías de misiles tierra-aire y de misiles antibuque de superficie, que permiten crear una potencial zona A2/AD. Nagurskoye posee un gran valor estratégico por su posición en el extremo norte del océano Ártico. Su ubicación le permite contribuir a la defensa del frente norte ruso y controlar las rutas marítimas y aéreas que cruzan este espacio. Justamente, en el Ártico se halla la estratégica Ruta Marítima del Norte. Su funcionamiento se ve facilitado por el cambio climático, que reduce progresivamente los campos de hielo que cubren al Ártico la mayor parte del año, con las consecuentes mejoras para la navegación y la liberación y ampliación de territorios aptos para la explotación económica y el desarrollo nacional. Además, la Ruta Marítima del Norte permite una conexión más rápida entre los océanos Atlántico y Pacífico. En coincidencia con lo señalado, cabe destacar que en el Ártico se encuentran también las rutas aéreas más cortas entre Rusia y América del Norte. En caso de conflicto, aquellas ventajas estratégicas pueden facilitar el potencial despliegue de tropas y medios, y contribuir a definir una situación crítica. En caso de interrumpirse las comunicaciones a través de los canales de Suez y Panamá, la Ruta Marítima del Norte constituye una alternativa fundamental para el comercio entre Europa Occidental y Asia Oriental, ya que acorta notablemente las distancias y permite un importante ahorro de tiempo, combustible y dinero para el tráfico mercantil. El océano Ártico y la región de Siberia cuentan con recursos naturales de gran valor estratégico y económico: petróleo, gas, oro, diamantes, hierro, bauxita, níquel, paladio, carbón o recursos agrícolas y forestales. Esa riqueza convierte al espacio Ártico-Siberiano en una fuente fundamental de recursos estratégicos para Rusia que, a su vez, permite garantizar la seguridad energética, alimentaria, ecológica y mili86 Geopolítica de las bases militares tar del país. En ese sentido, Nagurskoye constituye un instrumento clave para respaldar dichos objetivos. Desde Nagurskoye, la Flota del Norte de Rusia puede proyectar influencia y poder en el Ártico. Ello permite ejercer el control del enlace interoceánico marítimo y aéreo entre el Atlántico y el Pacífico, proteger y asegurar el tráfico comercial y supervisar la explotación económica de los recursos naturales estratégicos de aquella región. Además de Rusia, existen otros países con intereses en el Ártico. Aunque la tendencia predominante apunta a resolver potenciales conflictos mediante vías diplomáticas, Nagurskoye contribuye a respaldar esas negociaciones, a la vez que asume un rol disuasivo en caso de situaciones inesperadas que puedan modificar o quebrar el espíritu de acuerdo y cooperación que rige actualmente en el océano Ártico. 33. Norfolk (Virginia, Estados Unidos) Ubicada en el sur de Virginia se halla la Base Naval de Norfolk. Esta instalación acoge al grueso de las fuerzas aeronavales y submarinas que operan en los teatros Atlántico, Índico y Mediterráneo y no solo es la mayor de Estados Unidos —seguida por San Diego en la Costa Este— sino también la mayor del mundo. Esta base es el principal punto de asistencia, residencia y descanso de los buques y las tripulaciones de las flotas que operan en los océanos Atlántico e Índico y en el mar Mediterráneo. Con una extensión de 14 km2, esta instalación acoge a más de 80.000 militares y 30.000 civiles que sirven en alguno de los destacamentos allí ubicados, entre los que se hallan fuerzas de superficie, submarinas y aéreas, unidades de apoyo o cuarteles generales. Con 20 muelles que suman una longitud total de 11 km, Norfolk acoge a 65 naves, incluyendo seis de los once portaviones nucleares del país. Asimismo, el aeródromo de Chambers Field alberga a 150 aeronaves que forman parte del ala embarcada de los portaviones y portahelicópteros basados en Norfolk. El resto de la aviación embarcada se halla en la Base Aeronaval de Oceana, situada en la vecina ciudad de Virginia Beach, a 20 km de Norfolk. Dividida en dos grandes secciones separadas por el aeródromo Chambers Field, la más cercana al mar contiene los muelles, talleres, edificios administrativos, polvorines, almacenes, depósitos de combustible y una instalación para desmagnetizar buques y submarinos. En la más interior se hallan radicados los servicios para el personal de la base, con hospitales, escuelas, guarderías, gimnasios, piscinas, bibliotecas, dos centros comerciales, un campo de golf y viviendas. La base carece 87 de infraestructuras para el mantenimiento y reparación de las naves allí emplazadas. Estas funciones se realizan en los Astilleros de Norfolk que, situados en la vecina Portsmouth, no solo pueden reparar todos los buques y submarinos del arsenal estadounidense, sino que poseen uno de los dos mayores diques secos de la Costa Este. Entre los mandos ubicados en esta base destaca el Mando de la Flota, responsable del planeamiento y conducción de las operaciones navales y la provisión de fuerzas para la defensa naval del país, los cuarteles generales de las Fuerzas de superficie, submarinas y aeronavales del Atlántico, la Región Naval del Atlántico Medio o la Fuerza Naval de Reserva. Entre las fuerzas allí desplegadas, destacan las siguientes: – 2.º Grupo de Ataque (CSG-2) – 8.º Grupo de Ataque (CSG-8) – 10.º Grupo de Ataque (CSG-10) – 12.º Grupo de Ataque (CSG-12) – 2.º Grupo de Ataque Expedicionario (ESG-2) – Norfolk también acoge una amplia variedad de fuerzas, entre las que destacan tres portaviones de propulsión nuclear con sus alas embarcadas que se suman a los otros tres asignados a los Grupos de Ataque, una decena de cruceros que constituyen la Fuerza de Cruceros-Destructores del Atlántico, veinte destructores pertenecientes a la 2.ª, 22.ª, 26.ª y 28.ª Escuadras de Destructores, la base móvil expedicionaria USS Lewis B. Puller, la 6.ª Escuadra de Submarinos con siete ejemplares de la clase Los Angeles y casi una veintena de naves de apoyo. Este volumen de fuerzas no solo garantiza la seguridad del flanco oriental de Estados Unidos y el control de las líneas de comunicación entre el país y el continente europeo, sino también la posibilidad de proyectar una poderosa fuerza aeronaval y anfibia a cualquier punto del Atlántico, Mediterráneo e Índico en apoyo a la Quinta (basada en Bahréin) y Sexta Flota (basada en Italia). Además, al estar ubicada en el territorio continental estadounidense y dentro de la burbuja que proporcionan las defensas del país, esta base y los activos que allí descansan se hallan fuera del alcance y a salvo de la práctica totalidad de los vectores existentes. Durante la Guerra Fría, su privilegiada situación le permitía ejercer el control sobre las líneas de comunicación marítimas entre Europa y Estados Unidos y apoyar la vigilancia de la brecha GIUK (Groenlandia, Islandia, Reino Unido) para evitar que los submarinos soviéticos accedieran al Atlántico. Sin embargo, a fecha 88 Geopolítica de las bases militares de hoy, su lejanía de algunos de los puntos calientes del Norte de África u Oriente Medio entraña un problema estratégico: Norfolk se halla a 6.000 km del estrecho de Gibraltar y a casi 10.000 km del canal de Suez. Aunque estas fuerzas aeronavales y anfibias se hallan gran parte del tiempo navegando o desplegadas en alguna de las bases intermedias entre Estados Unidos y Oriente Medio e incluso algunos de los buques allí ubicados han sido traspasados a otras bases más avanzadas, la importancia estratégica que Norfolk se ha reducido paulatinamente desde el final de la Guerra Fría. Hoy en día la base acoge a 65 buques, algo más de la mitad de los que descansaban allí en 1989 o una veintena menos que en 2011. Los más veteranos han sido dados de baja coincidiendo con la crisis económica, algunos han sido asignados a bases más avanzadas (como tres de los cuatro destructores Arleigh Burke ubicados en Rota bajo el Mando de la Sexta Flota) y otros han sido redesplegados a la Costa Oeste coincidiendo con el giro estratégico hacia Asia-Pacífico. En consecuencia, aunque su valor disminuirá a medida que el centro de gravedad del planeta se desplaza de Eurasia al Lejano Oriente, Norfolk continuará siendo el principal activo estadounidense para la proyección del poder en las aguas del Atlántico, Índico y Mediterráneo. 34. Novorossiysk (krai de Krasnodar, Rusia) La ciudad de Novorossiysk ocupa las orillas de la bahía de Tsemesskaya, en el krai de Krasnodar. Está habitada por alrededor de un cuarto de millón de habitantes y posee el único puerto de aguas profundas en la costa rusa del mar Negro. Además, goza de una importancia capital por ser uno de los puntos de salida del crudo tanto del Cáucaso como del Caspio, así como de un importante comercio cerealístico. Eclipsada históricamente por Sebastopol, esta base naval no ha dejado de crecer en importancia en los últimos lustros, beneficiándose de grandes inversiones en un primer momento por el temor del Kremlin tras la Revolución Naranja a no poder seguir disponiendo de las instalaciones de Crimea y especialmente desde la guerra con Georgia, que hizo aconsejable disponer de instalaciones navales más cercanas a las costas de esta antigua República soviética. En apenas unos años ha visto cómo la superficie de atraque destinada a embarcaciones militares se multiplicaba, hasta sobrepasar los 6.000 metros lineales. Una vez las obras de ampliación lleguen a su fin, la Base Naval de Novorossiysk podrá acoger alrededor de 60 buques de distinto porte. Será entonces el lugar ideal para dar cobijo tanto a la creciente flota de submarinos convencionales (tendrá capacidad 89 para siete) como a buques de desembarco anfibio. También jugarán un papel importante las cada vez más numerosas corbetas que la Armada rusa está recibiendo y que, dotadas con el sistema Kalibr-NK, han demostrado sus capacidades en la guerra de Siria. Las enormes obras acometidas por Rusia para ampliar y modernizar esta base, así como su trasiego de buques o la renovada presencia en el Mediterráneo de los buques de la Armada rusa pueden hacernos, no obstante, perder la perspectiva. La apuesta por Novorossiysk —negando así una inversión que era muy necesaria a Sebastopol— es la constatación del repliegue estratégico ruso, que busca asegurar el control sobre las regiones vitales, en este caso su bajo vientre que se encuentra en el Cáucaso en oposición a aquellas zonas cuya defensa futura ofrece más dudas, como ocurre con la base situada en la península de Crimea a pesar de la reciente anexión. Todo lo anterior obedece a la necesidad de seguir dominando el Cáucaso, frontera tradicional de rusos, turcos y persas. Para Rusia, disponer de una base tan cercana a las líneas de disputa y, lo que es mejor, en la que se da cobijo tanto a los buques de desembarco que deben proyectar a su infantería de marina, como a los submarinos y corbetas armados con misiles de crucero, es una garantía a la hora de mantener la disuasión tanto frente a sus rivales como de seguir influyendo sobre sus antiguos satélites, cada vez menos propensos a acatar las órdenes del Kremlin. No en vano, Novorossiysk disfruta de una posición privilegiada, que le permite controlar el estrecho de Kerch (que separa el mar de Azov del mar Negro), por una parte, mientras que, por otra, hace también posible dominar las costas georgianas —distantes solo a 125 millas de la base—, así como proyectar el poder naval sobre la costa norte de Turquía, auténtico verso suelto de la OTAN bajo la batuta de Erdogan, aliado puntual de Rusia en Siria y, con todo, un rival temible que cuenta con una Armada considerable y con una fuerza aérea capaz de alcanzar Novorossiysk. También, faceta más desconocida, permite asegurar las líneas marítimas que confluyen en el mar de Azov y a través de los canales Volga-Don y Kuma-Manych mantienen conectados no solo el Caspio y el mar Negro, sino este —y, por tanto, el Mediterráneo— con la misma Moscú, a través de un intenso tráfico fluvial que vertebra las zonas más desarrolladas de Rusia. Está claro que Rusia no puede prescindir de unas instalaciones que permiten no solo replegar a la Flota del mar Negro desde su base principal en Sebastopol (en caso de que la posición sea insostenible por las razones que fueran) o que le permite, de necesitarlo, asfixiar 90 Geopolítica de las bases militares económicamente a Georgia, pero también a Kazajistán, dependiente en grado sumo del comercio a través del mar Negro, a la vez que presionar a Turquía. La cercanía a Kerch y a los canales citados ofrece una ventaja añadida: la posibilidad de trasvasar, en función de las necesidades, los buques desde la flotilla del Caspio a la del mar Negro y viceversa, algo que se viene realizando cada vez con mayor frecuencia. Como ocurría con el resto de las bases militares rusas, Novorossiysk no está sola. Su defensa, amén de en la propia flota, recae sobre los aviones que aguardan en la base aérea de Krymsk, dotada de cerca de una treintena de cazabombarderos pertenecientes al 3.er Regimiento de Aviación de Caza del 4.º Ejército del Distrito Militar Sur y que dista apenas 30 km de la base naval de Novorossiysk, así como en las unidades de defensa antiaérea del 49.º Ejército y, por supuesto, en los importantes sistemas de negación de acceso instalados en Crimea. 91 35. Okinawa (prefectura de Okinawa, Japón) El archipiélago de Okinawa se encuentra al suroeste de Japón, siendo la prefectura más alejada del centro político y económico del país. Es en este archipiélago donde Estados Unidos alberga buena parte de sus infraestructuras militares en Japón. La prefectura de Okinawa goza de una posición geoestratégica privilegiada ya que es el territorio japonés más cercano a Filipinas y se encuentra a medio camino entre Taiwán, la boyante costa oriental de China, el sur de la península coreana y es el puente entre Asia continental y el gran Pacífico. Además, está muy cerca de las principales rutas marítimas utilizadas por Japón para importar recursos energéticos y materias primas y exportar sus productos manufacturados de alto contenido tecnológico. El archipiélago de Okinawa consta de alrededor de 160 islas en un marco geográfico que se extiende 1.000 km de este a oeste y 400 km de norte a sur. La presencia americana en Japón se debe a la alianza de seguridad entre ambos países firmada en 1960. En base a este acuerdo y según su artículo 5, Estados Unidos tiene la obligación de defender Japón en caso de ataque externo, y según el artículo 6, Japón, debe facilitarla con la cesión de terrenos y otros requerimientos americanos para apoyar esa defensa. Por ello, la presencia americana en Okinawa es vital para los intereses de paz y seguridad estadounidenses en Asia-Pacífico y para garantizar la disuasión extendida que tradicionalmente ha proporcionado Washington a sus aliados en la zona. La presencia militar americana en el archipiélago de Okinawa es la más importante en todo Japón. Estados Unidos dispone de 32 bases e instalaciones militares repartidas por el archipiélago, de las cuales, 31 son de uso exclusivo americano. En la isla de Okinawa, la mayor del archipiélago, es donde se concentran la mayoría de esas instalaciones. Dentro de estas fuerzas desplegadas de manera permanente en la isla de Okinawa destacan las que se encuentran en la base de Kadena (que alberga la 18.º Ala de la Fuerza Aérea estadounidense), si bien existen otras bases e instalaciones militares de importancia como la base de Futenma, Camp Schwab, Camp Gonsalves o Camp Kinser. A nivel estratégico, la presencia estadounidense en Japón y, principalmente, en el archipiélago de Okinawa, constituye la principal base de operaciones avanzadas en Asia-Pacífico que, ante el desarrollo de una importante crisis militar, sería la primera en actuar. 92 Geopolítica de las bases militares En segundo lugar, la situación geoestratégica de Okinawa otorga dos variables esenciales a Estados Unidos: proporciona una fantástica proyección de poder en Asia-Pacífico, a la vez que otorga seguridad a Japón tanto en la protección de su flanco sur como de complemento de su defensa nacional. Precisamente, esta protección y compromiso se extiende al resto de socios asiáticos. Todos estos países se hallan inmersos en tensiones con el aspirante a potencia regional y mundial, la República Popular de China, bien por el conflicto en las islas Spratly, bien por el rol de China en la situación de Corea del Norte o por el futuro de Taiwán. Al mismo tiempo y vinculado con la idea anterior, Okinawa es la punta de lanza americana para proyectar fortaleza frente al gran poder emergente asiático que es China y que, como pone de manifiesto su base en Hainan, viene desarrollando un papel cada vez más importante en toda la región y no solo en el flanco oriental de la misma. Por tanto, la presencia americana en Okinawa resulta también clave para contrarrestar la actual expansión naval china. Okinawa, asimismo, se constituye como una perfecta herramienta para una respuesta rápida ante cualquier crisis de carácter humanitario provocada por desastres naturales. Buena prueba de esta afirmación fue el papel desempeñado por soldados americanos en el noreste de Japón en 2011 con la operación Tomodachi o en noviembre de 2013 en Filipinas con los efectos de un tifón. Estas acciones se constituyen en una importante herramienta de poder blando en la zona y sirven como instrumentos para contrarrestar las críticas a la presencia de Estados Unidos en Japón. Okinawa es también en la actualidad un punto logístico clave, como también lo fue en el pasado durante la guerra de Vietnam. Además, es de las más cercanas al continente asiático entre otras bases americanas en la zona, por lo que es un punto vital entre las distintas bases americanas en la zona e incluso en operaciones americanas alejadas, como puso de manifiesto el apoyo logístico de Okinawa en las intervenciones en Irak y Afganistán en el pasado más reciente. La base de Okinawa también proporciona acceso a distintos mares, entre los que se encuentran el mar del este de China, el mar del sur de China, el mar amarillo, el mar de Japón, el mar de Filipinas y le otorga proximidad a los mares de Bering o de Okhotsk, ya importantes en el presente, pero claves en el futuro cercano con el deshielo del Ártico. En conclusión, Okinawa tiene una función clave en la arquitectura y en los intereses de seguridad de Estados Unidos y de sus aliados más cercanos como Japón, Corea del Sur, Taiwán o Filipinas. 93 36. Pearl Harbor (Hawái, Estados Unidos) Por su importancia estratégica, histórica, simbólica y cinematográfica, la Estación Naval de Pearl Harbor es la base más conocida de Estados Unidos. Se encuentra en Hawái, el último Estado en formar parte de la Unión, en 1959, y más concretamente a las afueras de la capital del archipiélago, Honolulu, en la isla de Oahu. Desde 1887, la Armada estadounidense ha utilizado esta base de forma ininterrumpida hasta la actualidad, aunque en 2010, como parte de un proceso de racionalización de la eficiencia en el uso de instalaciones militares, tanto Pearl Harbor como la adyacente base aérea de Hickam se unificaron bajo el nombre de Joint Base Pearl Harbor–Hickam. Es importante resaltar el enorme valor geoestratégico de Hawái, una formación volcánica de ocho islas principales con 9.250 km2 de extensión. En este archipiélago, localizado en el punto más septentrional de la Polinesia, residen en la actualidad algo menos de 1.500.000 personas, lo cual lo convierte en el único lugar habitado de esta gran porción oceánica. Su aislamiento (las islas están a aproximadamente, 4.125 km de Los Ángeles y a 6.200 de Tokio) debe ser entendido como una ventaja para Estados Unidos, ya que lo configuran como el más importante puesto avanzado en el Pacífico en su proyección asiática. Esta circunstancia queda evidenciada por el hecho de que la isla de Oahu albergue, tanto al Cuartel General del INDOPACOM, como también otras bases pertenecientes a las cinco ramas de las Fuerzas Armadas estadounidenses. En la actualidad, Camp H. M. Smith, al norte de Honolulu, sirve como Cuartel General del INDOPACOM, aunque también del Mando de Operaciones Especiales del Pacífico, del Cuerpo de Marines en el Pacífico, y de la Joint Interagency Task Force West, encargada de combatir el crimen en la región de Asia-Pacífico. Por su relevancia, también se debe hacer mención a algunos de los más importantes destacamentos ubicados en las inmediaciones de esta misma ciudad: en la base de Fort Shafter se encuentra el Cuartel General del Ejército del Pacífico; en el complejo formado por la Joint Base Pearl Harbor-Hickam, destaca el Centro de Gestión de Desastres y Asistencia Humanitaria, el Centro de Operaciones de Inteligencia, y la Fuerza Aérea del Pacífico, mientras que la parte naval de Pearl Harbor mantiene el Cuartel General de la Flota del Pacífico. Por extensión, volumen del tráfico, instalaciones y población, el complejo formado por la Joint Base Pearl Harbor-Hickam es, a efectos prácticos, una ciudad en sí mismo, residiendo o trabajando más de 40.000 personas entre militares y civiles. La parte correspondiente a Hickam comparte con el Aeropuerto Internacional de Honolulu sus seis pistas de distinta longitud, una de las cuales de 3.753 metros, desde donde operan los aviones de la 154.ª Ala de la Guardia Nacional y de la 15.ª Ala y del 13.º Grupo Expedicionario bajo 94 Geopolítica de las bases militares el mando de la 11.ª Fuerza Aérea. Por otro lado, en calidad de base principal de la Flota del Pacífico, la Estación Naval de Pearl Harbor tiene encomendado el apoyo a todo tipo de buques y submarinos, su mantenimiento, repostaje y reparación, así como el servicio en tierra a decenas de unidades, y la formación y entrenamiento de tropas, marineros y contratistas civiles. Entre sus instalaciones principales se pueden citar varias zonas residenciales, museos y memoriales, la mayor estación de comunicaciones del mundo, numerosas dársenas y muelles, diques secos de diverso calado, y una estación desmagnetizadora de embarcaciones. A estas, además, habría que sumar la potente estación de radar flotante SBX-1, ya que, si bien no está formalmente asignada en la base, mantiene allí una presencia que suele ser dilatada en el tiempo, bien sea por motivos de mantenimiento o por razones de utilidad estratégica, como es el caso en la actualidad. Asimismo, por su condición de Cuartel General de la Flota del Pacífico, Pearl Harbor tiene autoridad sobre los Mandos de las Fuerzas Navales en Corea del Sur, Japón y las islas Marianas, el Mando Pacífico de Fuerza Submarina, los medios del Mando de las Fuerzas de Superficie o la Tercera y Séptima flotas junto con sus alas embarcadas. En este sentido, téngase en cuenta que ambas flotas agrupan a cinco de los portaviones del país. Finalmente, resulta interesante llamar la atención sobre la presencia del 1.º y 7.o Escuadrones de Submarinos con dieciocho submarinos de ataque de las clases Los Angeles y Virginia, diez destructores de la clase Arleigh Burke o un crucero de la clase Ticonderoga, todos ellos asignados con carácter permanente en este complejo. 95 37. Petropávlovsk-Kamchatski (krai de Kamchatka, Rusia) Petropávlovsk, situada en la costa oriental de la península de Kamchatka es, a pesar de contar con casi 200.000 habitantes, una ciudad prácticamente aislada. Las únicas conexiones posibles, a la espera del desarrollo de nuevas infraestructuras, son por vía aérea o marítima. Por su posición a mitad de camino entre el mar de Japón y el estrecho de Bering, está llamada a convertirse en un puesto militar cada vez más importante para la Federación Rusa, toda vez que el futuro de esta se fía al desarrollo del Ártico y Patropávlovsk es, junto con Vladivostok, la puerta que controla la entrada a la Ruta del Norte desde el este. Es, además, una escala casi obligada para los buques que han de acometer este recorrido y que apenas encontrarán puertos de mención desde Vladivostok hasta Anadyr, unos 1.700 km al norte. A pesar de que no haya un gran número de buques de guerra basados en Petropavlovsk (apenas alguna corbeta y lancha lanzamisiles), al otro lado de la bahía en la que se asienta la ciudad está la base de submarinos de Vilkovo, en la bahía de Krasheninnikov. Esta instalación alberga los submarinos estratégicos de la Flota del Pacífico, pertenecientes a la 16.a Escuadrilla, unidad que está renovando sus medios con la llegada de nuevos SSBN clase Borey. En la misma base se pueden encontrar también otros submarinos de las clases Akula, Oscar II o Kilo. Más allá de la base de submarinos, el entorno de Petropavlovsk alberga otras instalaciones militares y unidades de mención, dedicadas a la defensa antiaérea, así como a la guerra antisubmarina y de superficie, eso sí, siempre en busca de la negación del espacio aeronaval y submarino, pues apenas cuentan con capacidades de ataque y proyección. En este sentido, hasta la llegada de los modernos S-400 Triumf, la defensa antiaérea de la base de submarinos, así como del resto de instalaciones militares en torno a Petropavlovsk dependía por una parte de las baterías S-300PM en Vilkovo y Yelizobo. Por otra, de la protección que ofreciese el regimiento de MiG-31 estacionado en la cercana base aérea de Yelizovo. Respecto a la capacidad AsuW y ASW quedaría cubierta tanto por una docena de Il-38 y por los sistemas de misiles antibuque Redoubt (poco a poco sustituidos por los nuevos Bastion-P), pertenecientes a la 520.a Brigada de Artillería de Costa. Puede resultar chocante semejante despliegue en una zona tan remota y prácticamente salvaje, cuyo motor económico, aparte de la pesca y la industria maderera es el turismo de aventura, verdadera 96 Geopolítica de las bases militares fuente de divisas para toda la península de Kamchatka. En la Guerra Fría la presencia allí se explicaba por ser un lugar inmejorable para los SSBN que podían bien acceder a las zonas árticas, bien al Pacífico, o realizar sus largas patrullas en la seguridad que ofrecía el mar de Ojostk. Hoy en día la situación es muy diferente y, si bien mantiene su importancia como base de la flota estratégica, cada vez más sus usos irán derivando hacia las misiones más convencionales: Seguridad Marítima, Control Pesquero o Búsqueda y Rescate en el mar. La razón de este cambio se debe al desarrollo del Ártico y el nuevo vigor de la Ruta del Norte. Si los planes del Gobierno Ruso llegan a cumplirse, supondrá un revulsivo tanto para la región, como para el conjunto de la economía rusa. El volumen del transporte marítimo en la ruta crece a gran velocidad. Si en 2013 se movieron 3,9 millones de toneladas, en 2019 esta cantidad ascendió hasta 31,5 millones. La entrada en funcionamiento de la planta de gas de Yamal y del puerto que le sirve de punto de salida, Sabetta, terminará por multiplicar el tráfico por esta ruta tanto en dirección a Europa como a Asia. Se calcula que solo el tráfico procedente de dicho puerto debería alcanzar los 17,6 millones de toneladas por año a partir de este 2021, cuando la planta esté a pleno rendimiento. Petropavlovsk, pues, se encuentra situada en una posición privilegiada para controlar los accesos a esta ruta y, en general, para controlar todo el tráfico marítimo en torno o a través del estrecho de Bering. Además, a diferencia de ciudades como Anadyr, en el Krai de Chukotka, Petropavlovsk cuenta con infraestructuras suficientes para mantener un amplio despliegue militar y está notablemente más cerca de las grandes industrias militares del Extremo Oriente ruso. Estas, como la fábrica de aviones de KnAAZ o los astilleros Amur, se encuentran a unos 1.500 km de Petropavlovsk, lo que, para la magnitud de Rusia, puede considerarse una distancia asequible. 38. Port Blair (territorio de Andamán y Nicobar, India) Port Blair es el nombre que reciben las dos bases situadas en las inmediaciones de la ciudad capital homónima de las islas de Andamán y Nicobar, ubicadas en el Índico a unos 1.200 km al este de la India continental, entre el mar de Andamán y el golfo de Bengala. Se trata de la Base Naval INS Jarawa, construida en 1964, y de la Base Aeronaval INS Utkrosh, que desde 1985 comparte instalaciones con el aeropuerto internacional de Veer Savarkar. Ambos complejos constituyen la sede principal del Mando de Andamán y Nicobar, responsable sobre todas las bases del archipiélago. Creado en 2001, se trata del único mando 97 conjunto de las Fuerzas Armadas indias. Su conformación trata de dar respuesta a la necesidad de la India de salvaguardar sus intereses en el Sudeste Asiático y en el estrecho de Malaca, lo cual debe entenderse como un elemento clave de la llamada política de la mirada al este. Desde 1991, esta ha orientado la política exterior de Nueva Delhi hacia una mayor vinculación con los miembros de la ASEAN (a la que, hay que recordar, India no pertenece), y cuya reactivación, en 2003, contempla la extensión de dichas relaciones con Australia y con otras naciones de Asia Oriental. El acercamiento indio hacia el Sudeste Asiático presenta indudables implicaciones para los intereses de China en la región y para su salida a través del Índico. En términos estratégicos, el archipiélago de Andamán y Nicobar, de 8.250 km2 y unos 380.000 habitantes, es un punto de enorme importancia, pues su disposición norte-sur, a tan solo 150 km de la provincia indonesia de Aceh, permite a la India controlar el estrecho de Malaca desde el Índico. Este aspecto explica que las seis bases militares que se encuentran en Andamán y Nicobar —todas ellas bajo responsabilidad del Comando Conjunto de Port Blair— se encuentren repartidas a lo largo del archipiélago. La primera en ser construida fue la de INS Jarawa, justo después de la guerra Sino-India de 1962, enarbolándose desde entonces en la más importante del archipiélago. Tras diversas reformas y ampliaciones —entre las que cabe destacar un hospital, varios muelles y un astillero de reparaciones— actualmente acuartela un batallón de infantería del ejército y sirve de puerto principal a una veintena de barcos, incluyendo patrulleras guardacostas, buques de asalto anfibios y una corbeta. Por su parte, INS Utkrosh puede ser entendida, por su cercanía con la anterior, como una extensión de esta que posibilitara una vigilancia aérea de las 572 formaciones insulares que componen Andamán y Nicobar, máxime cuando únicamente 37 de estas se encuentran habitadas. Allí se acuartela el escuadrón INAS 318 de reconocimiento aéreo. Ejemplo de estas aludidas instalaciones sería la Base Aérea de Car Nicobar —cuya pista de aterrizaje fue pavimentada por los japoneses durante su ocupación en la Segunda Guerra Mundial, y ampliada en 1967 por la Fuerza Aérea India— localizada justo al norte del grupo de las islas Nicobar y operada por la unidad 122. Otra instalación de este tipo sería la base avanzada de la Armada en la isla de Kamorta, también en el distrito de Nicobar, llamada INS Kardip y erigida en 1973 con un puerto y un helipuerto para controlar incursiones no autorizadas a las aguas territoriales de esa parte del archipiélago. En el extremo norte de Andamán y Nicobar, adyacente a la ciudad de Diglipur, se cons98 Geopolítica de las bases militares truye en 2001 la estación aeronaval de NAS Shibpur, que cuenta con un aeródromo de unos 1.000 metros de longitud. Esta permite controlar las cercanas islas Coco, de titularidad birmana y sobre las que se especula que pudieran llegar a albergar una base china en el futuro cercano. La sexta y última de las bases en levantarse en Andamán y Nicobar fue la estación aeronaval INS Baaz en 2012. Al estar en el extremo sur del archipiélago, en la ciudad de Campbell Bay, capital de la isla de Gran Nicobar, su localización la convierte en la más estratégica para las labores de vigilancia de la entrada al estrecho de Malaca. Se espera que este cometido pueda llevarse a cabo de manera más eficaz cuando se triplique la longitud de la pista de aterrizaje actual, de 1.100 metros. A pesar del histórico potencial estratégico del archipiélago, su verdadero repunte se está dando desde tiempos muy recientes, lo cual suele ser entendido como una inequívoca señal de la lentitud con la que está respondiendo la India a las dinámicas geopolíticas de la región. Si bien hay planes de incrementar los medios de algunas de estas bases, aún deben resolverse cuestiones de vital importancia en materia de comunicaciones, logística y avituallamiento. En tal sentido, destaca la ineludible necesidad de completar la conexión del cable submarino entre las islas y la India continental; la construcción de un sistema de radares eficaz (el único que hay en todo el archipiélago se encuentra en Port Blair y, durante las labores de búsqueda del fatídico vuelo de MH-370, se comprobó que este se apagaba todas las tardes), la resolución de la cuestión del abastecimiento, ya que actualmente es menos costoso el transporte de bienes desde Indonesia que desde cualquier otro punto de la India; o saber si finalmente alguna de las bases va a albergar submarinos. Otra cuestión importante a señalar es el interés estadounidense de contar con una base para drones en la región, ante lo cual Andamán y Nicobar se posicionarían como un emplazamiento ideal. 39. Rota (provincia de Cádiz, España) Situada en la bahía de Cádiz, a pocos kilómetros de la localidad de San Fernando —donde se halla la punta de lanza de la capacidad anfibia nacional— se halla Rota. Su situación en el extremo meridional de la fachada atlántica española, cerca del estrecho de Gibraltar, cerca de las plazas de soberanía española situadas en el Norte de África y proyección al Atlántico, Mediterráneo occidental y Norte de África, proporcionan a Rota un enorme valor estratégico. Construida en el siglo XIX, Rota es la mayor infraestructura de la Armada. Tiene una extensión de 2.300 hectáreas, tres muelles con 99 2.400 metros lineales, un aeródromo con una pista de 4.200 metros y el mayor polvorín del continente. A todo ello se le suma un amplio número de instalaciones militares y civiles. Además, Rota tiene a su disposición una importante industria de servicios que garantiza el mantenimiento y la reparación de los buques allí basados. Aunque los astilleros y los diques secos que posee la empresa pública Navantia son los más relevantes, a su alrededor existen muchas empresas que aportan un gran valor a la economía de la zona. En el caso español, estas instalaciones alojan —entre otras— los cuarteles generales de la Flota y de la Fuerza de Acción Naval y las principales unidades de superficie de la Armada, agrupadas en torno a la Fuerza de Acción Naval, como puede ser el Grupo de Acción Naval 2, punta de lanza de la proyección de nuestro país, la 41.ª Escuadrilla de Escoltas, que le proporciona la cobertura, la Flotilla de Aeronaves que compone su ala embarcada y una nutrida fuerza de apoyo para garantizar su operatividad. Además, la base constituye un importante punto para las unidades navales aliadas en tránsito hacia el mar Mediterráneo. En el marco estratégico actual, su ubicación en el frente sur español es la idónea para realizar una amplia gama de cometidos. Estas comprenden desde el ejercicio de la soberanía sobre las zonas marítimas, el control de las líneas de comunicación marítimas, la proyección del poder o la gestión de crisis hasta el mando y control de operaciones conjunto-combinadas en varios escenarios relevantes para España. Estos comprenden el estrecho de Gibraltar para el control del tráfico, Ceuta y Melilla para el ejercicio de la soberanía, disuasión y respuesta ante amenazas no-compartidas, el archipiélago canario para garantizar la comunicación con la Península, el Atlántico Sur desde el Sahara Occidental hasta el golfo de Guinea en respuesta a contingencias o el Mediterráneo y Norte de África en la gestión de crisis. No obstante, para nuestra opinión pública, la popularidad de Rota radica en las instalaciones de uso conjunto y los medios que Estados Unidos mantiene en la base. Precisamente, la situación de Rota —a medio camino entre Estados Unidos y Oriente Medio, cabeza de puente de Europa, con proyección sobre el estrecho de Gibraltar y el Mediterráneo Occidental y rápida accesibilidad al norte de África— ha permitido a Washington apoyar las labores de presencia avanzada, reconocimiento, apoyo logístico a la Flota, la defensa del flanco sur de la OTAN y, durante más de una década, albergar el más temido elemento de su tríada nuclear. 100 Geopolítica de las bases militares Desde el fin de la Guerra Fría, Washington ha sumado nuevos cometidos a Rota, como la respuesta a crisis, la cooperación en seguridad y, más recientemente, la participación en el escudo antimisiles aliado. Más concretamente, Rota proporciona apoyo a las fuerzas navales en tránsito hacia otros puntos de Eurasia y a los vuelos militares entre el territorio continental americano y sus destinos en Europa. Washington considera que el eje Rota-Morón es el principal hub para el puente aéreo entre Estados Unidos y Oriente Medio. También apoya a las unidades de la 6.ª Flota y a los mandos combatientes Europeo (EUCOM), AFRICOM y CENTCOM. Además, Rota cuenta con las únicas instalaciones de todo el continente europeo capaces de limpiar los materiales y equipos de los grupos anfibios desplegados en la región. Entre las unidades destacadas en la base se halla la 60.ª Escuadra de Destructores, una de las tres unidades de este tipo desplegadas permanentemente fuera del territorio americano. Esta unidad dependiente de la 6.ª Flota se compone de cuatro destructores de la clase Arleigh Burke equipados con el sistema Aegis BMD. Sus cometidos combinan las operaciones navales en el Mediterráneo, mar Negro y Atlántico este con la defensa antimisil sobre Europa y Oriente Medio. Enmarcada en el programa European Phased Adaptative Approach, esta pretende dotar a la OTAN de un sistema antimisil interoperable con la Defensa de Misiles Balísticos estadounidense. Precisamente, su estacionamiento en Rota permite mantener dos buques en patrulla permanente en este teatro, reducir sus trayectos desde Estados Unidos e incrementar la cobertura antimisil aliada y europea. Tal es el valor estratégico de Rota que Washington estuvo barajando desplegar dos buques adicionales. Los primeros destructores llegaron entre 2014 y 2015, realizando múltiples patrullas en los mares Mediterráneo y Negro o en el océano Atlántico norte. Hoy en día está en marcha la primera rotación de los buques, que concluirá en 2022 y también el despliegue de los helicópteros que forman parte de su dotación. En conclusión, la base aeronaval de Rota es una pieza vital en el complejo puzzle geopolítico. Su valor en la estrategia española, aliada y estadounidense está fuera de cualquier duda y su importancia se mantendrá a pesar del giro de Washington hacia Asia-Pacífico o la irrelevancia estratégica europea. El arco de inestabilidad que comienza en la orilla sur del Mediterráneo y se extiende hacia el golfo de Guinea puede afectar directamente nuestra seguridad, por lo que Rota continuará siendo vital para proyectar nuestra fuerza en anticipación o respuesta a cualquier crisis. 101 40. San Diego (California, Estados Unidos) En el sur del Estado de California se halla la bahía de San Diego, un magnífico puerto natural que acoge el mayor complejo de bases aeronavales del planeta. Allí se concentra la columna vertebral de la Tercera Flota, pilar para proyectar el poder estadounidense en el Pacífico. La primera es la Base Naval de San Diego. Situada en la orilla oriental de la bahía, esta base es el principal punto de asistencia, residencia y descanso de los buques y tripulaciones de la Flota del Pacífico. Entre las 50 unidades allí ubicadas destacan: – El 3.er Grupo de Ataque Expedicionario, cuyas unidades se reparten entre San Diego y Coronado. Esta unidad representa la punta de lanza de la proyección anfibia de la Tercera Flota. – El mando de la 1.ª Escuadra de Buques de Combate Litoral. – El mando de la 3.ª Escuadra de Dragaminas. – Las 1.ª, 21.ª y 23.ª Escuadras de Destructores. – El 1.º Grupo de Cruceros. Junto con los destructores, estos cruceros actúan como escolta de los cuatro Grupos de Ataque a disposición de la Tercera Flota. – El portaviones de propulsión nuclear USS Theodore Roosevelt, buque insignia del 9.º Grupo de Ataque. La segunda es la Base de Submarinos de Point Loma. Situada en el extremo de la península del mismo nombre, esta instalación acoge, entre otras unidades, el 11.º Escuadrón de Submarinos y el 5.º Escuadrón de Desarrollo de Submarinos. Emplazado físicamente dentro de la base pero sin dependencia orgánica de la misma se ubican las instalaciones de almacenamiento y abastecimiento de combustible que aprovisiona a los buques de la Armada fondeados en San Diego. La tercera engloba la Base Naval Anfibia Coronado y la Base Aeronaval de North Island, dependientes orgánicamente de la Base Naval Coronado. Este conjunto de ocho instalaciones —bases anfibias y aéreas, aeródromos, acuartelamientos y campos de maniobras— es el complejo de bases más grande del suroeste de Estados Unidos. La Base Naval Anfibia Coronado está situada en el istmo que separa la Bahía de San Diego del océano Pacífico. Este acuartelamiento es el responsable de apoyar y adiestrar las unidades anfibias de la Costa Oeste y asistir a las fuerzas expedicionarias de la Flota del Pacífico. 102 Geopolítica de las bases militares Entre las unidades allí ubicadas se halla el Cuartel General de la Fuerza de Superficie de la Flota del Pacífico, el Mando de Guerra Naval Especial, el 1.º y 3.º Grupos de los Navy Seal o el Mando de Guerra Expedicionaria del Pacífico. A pocos kilómetros de este acuartelamiento, se halla Silver Strand. Dependiente de la Base Naval Colorado, este complejo conocido por su colosal antena para comunicarse con los submarinos sumergidos, ahora alberga uno de los principales centros de adiestramiento para las fuerzas de operaciones especiales del país. La Base Aeronaval de North Island está situada en la península de Coronado, al final del istmo que divide la bahía de San Diego del Pacífico. Esta instalación militar se halla rodeada por el exclusivo barrio de La Playa y por el aeropuerto internacional de San Diego. Ello genera problemas de contaminación acústica y de gestión del espacio aéreo, motivando que la pista del aeródromo militar más cercana a la zona residencial esté infrautilizada y las operaciones de ambos aeropuertos deban coordinarse porque las operaciones en la pista restante atraviesan el espacio aéreo de San Diego. Por esta razón, North Island dispone de otros dos aeródromos, uno situado en la isla de San Clemente (a 100 km de San Diego) y otro en Imperial Beach (a 16 km al sur de la base). Con una extensión aproximada de 20 km2, esta instalación congrega a 130 mandos, entre los que destacan el Mando de la Fuerza Naval del Pacífico (responsable de preparar las aeronaves y portaviones de esta flota), el Mando de la Tercera Flota (encargada de la defensa del Pacífico Oriental), el Mando del 1.º y 9.º Grupos de Ataque o del 1.º Grupo de Destructores y 21.º Escuadrones de Destructores atracados en San Diego. Además, en la base residen más de 250 aeronaves, incluyendo la 2.ª y 17.ª alas embarcadas de los dos portaviones ubicados en la bahía de San Diego y se acumulan entre 100 y 200 ingenios nucleares tácticos. Finalmente, allí también se halla atracado el portaviones USS Carl Vinson, buque insignia del 1.º Grupo de Ataque apoyado por los cruceros Ticonderoga y los Arleigh Burke de la 1.ª Escuadra de Destructores de la base de San Diego. Este conjunto de bases supone el 25 % del PIB del Condado de San Diego e indirectamente genera la mitad de la actividad económica de la zona. Aunque esta intensa actividad genera problemas de convivencia en esta zona tan densamente poblada, existen proyectos para desplazar a otra área más tranquila el aeródromo de North Island para facilitar el tráfico aéreo civil y militar. Por otro lado, en la zona de San Diego se hallan estacionadas varias fuerzas de la Tercera Flota. Con dos grupos de ataque y un grupo 103 expedicionario, estas fuerzas garantizan la seguridad de la región naval suroeste, la defensa del flanco sur estadounidense, el control del Pacífico Oriental y la proyección de una poderosa fuerza aeronaval y anfibia a cualquier punto del Pacífico. Sin embargo, su lejanía del mar del sur de la China entraña un problema estratégico de difícil solución. Aunque los portaviones y sus escoltas se hallan gran parte del tiempo navegando o haciendo escala en alguno de los puertos intermedios entre Estados Unidos y Asia-Pacífico, en caso que se desatara una crisis sin previo aviso —especialmente una que supusiera la degradación de las capacidades de la Tercera Flota— el resto de la Flota del Pacífico podría experimentar problemas para acceder al teatro de operaciones con la premura suficiente como para alterar la situación. Además, no puede descartarse que la consolidación de las zonas A2/AD chinas incremente el valor de San Diego como hub aeronaval junto con las bases de Guam y Hawái. 41. San Petersburgo/Kronstadt (San Petersburgo, Rusia) Fundada con el triple propósito de servir como fortaleza que defendiese las tierras recién conquistadas en la Gran Guerra del Norte (1700-1721), de permitir a Rusia la tan anhelada salida al Báltico y de abrir este país a Europa, San Petersburgo ha sido, desde su nacimiento, escenario de buena parte de los acontecimientos decisivos de la historia rusa. La antigua capital imperial no es solo la segunda ciudad en importancia de Rusia por número de habitantes y PIB sino que, en relación al tema que aquí se trata, es también la sede de buena parte de los principales astilleros rusos, oficinas de diseño naval o escuelas navales. Afincada en el extremo nororiental del golfo de Finlandia y junto a la desembocadura del río Neva, su puerto alberga más 2.500 metros lineales destinados al atraque de los buques militares. Además, no se encuentra solo, sino que se complementa con otros como el puerto de Lomonósov y de Kronstadt, que cuenta con más de 4.000 metros lineales de dársenas protegidas por barreras flotantes. En sus orillas encuentran la salida al Báltico las dos rutas fluviales principales que vertebran Rusia occidental: El canal mar Báltico-Blanco y la vía Volga-Báltico, ambas cruciales para la economía del país y que sirven para unir los cuatro mares a los que tiene salida la Rusia europea: Blanco, Báltico, Caspio y Negro. Es fácil, por tanto, entender la necesidad de albergar en la ciudad y en sus alrededores instalaciones y unidades que permitan defender tan importante nudo de comunicaciones y centro económico. Así, además de servir de cuartel 104 Geopolítica de las bases militares general de la propia marina rusa y del distrito militar occidental, San Petersburgo cuenta en sus inmediaciones con instalaciones auxiliares, de vigilancia, centros de mando y control, y bases de apoyo —no solo navales, sino también de las otras ramas de las FAS rusas— que completan el cuadro. La flota rusa tiene destinada en Kronstadt apenas la 105.a Brigada de Escolta, compuesta por dos corbetas de la clase Parchim y un puñado de buques de guerra de minas y la 123.a Brigada Submarina, dotada con submarinos de la clase Kilo. No obstante, son muchas más las instalaciones y unidades que participan de la defensa de San Petersburgo y que conforman, gracias al despliegue de sistemas antiaérea, de guerra electrónica y artillería de costa, una red A2/AD digna de consideración. Entre las unidades destinadas en San Petersburgo y alrededores cabe destacar, en el caso de la Fuerza Aérea rusa, las bases aéreas de Besovets, Pushkin y Levashovo. En el caso de las fuerzas terrestres, se despliegan las unidades que componen el 6.o Ejército (95.a Brigada del Cuartel General, 5.a Brigada Antiaérea y 51.a Brigada de Apoyo Logístico), en Kerro (30.º Regimiento de Ingenieros), en Kamenka (138.a Brigada Motorizada), en Sapyornoye (6.º Regimiento NBQ), en Luga (9.a Brigada de Artillería) y en Chyornaya Rechka (132.º Centro de Reconocimiento). Un despliegue que se beneficia de las buenas comunicaciones y la relativa cercanía con una parte importante de los centros industriales y armamentísticos rusos, lo que favorece el abastecimiento en caso de conflicto, así como la llegada de refuerzos. No podemos olvidar que, a pesar de las fuerzas desplegadas en Kaliningrado, que deberían servir de defensa avanzada, San Petersburgo es a día de hoy una ciudad mucho más expuesta a un ataque de lo que lo fuera en tiempos soviéticos. Esto se traduce en una dificultad creciente para proteger cualquier despliegue y, por supuesto, unas líneas de comunicación marítimas que quedarían a merced de la OTAN. El único apoyo con que cuenta es Baltisk, distante 568 millas náuticas, con el agravante de que el óblast de Kaliningrado, está rodeado por Polonia y Lituania, ambos miembros de la Alianza. Así las cosas, San Petersburgo ocupa hoy una posición vulnerable y por ello su importancia ha declinado frente a épocas pretéritas, algo que se ve a las claras cuando se analiza la composición de la Flota del Báltico que paulatinamente ha ido perdiendo buques, personal y apoyos en favor de las otras flotas. En el aspecto ofensivo, a pesar de su exposición, su importancia no debe menospreciarse. La cercanía de San Petersburgo a algunas de las bases y ciudades más importantes de los países vecinos es notable: 170 millas náuticas hasta Helsinki, 187 a Tallin, 385 en el caso de 105 Estocolmo y 457 si hablamos de Riga. Esta cercanía y la amenaza de Kaliningrado —que sería el objetivo prioritario para sus oponentes— permitiría lanzar desde San Petersburgo golpes de mano, misiones de castigo y diversión o, con más seguridad, de apoyo a un hipotético avance terrestre cuyos flancos quedarían expuestos a las acciones de las armadas de la OTAN. 42. Sasebo (prefectura de Nagasaki, Japón) Al oeste de la isla de Kyushu se halla la ciudad de Sasebo, que alberga una importante base naval de uso compartido entre Estados Unidos y Japón. Establecida en 1883 para acomodar una de las flotas de la Armada Imperial, tras la Segunda Guerra Mundial fue ocupada por la Armada estadounidense para apoyar a las fuerzas del Pacífico. Gracias a su privilegiada posición, durante la guerra de Corea (1950-53), la base se convirtió en el principal puerto para proyectar las fuerzas que participaron en las hostilidades. Tras el armisticio, varias unidades de la recientemente constituida Fuerza Naval de Autodefensa japonesa comenzaron a operar desde Sasebo. Durante la guerra de Vietnam la base se utilizó como centro logístico de la Séptima Flota y varios de sus buques establecieron allí su base avanzada. Tras la guerra, Sasebo perdió estas unidades y su estatus se redujo a centro de apoyo. Sin embargo, en la década de 1980 Sasebo recuperó su importancia por el incremento de la presencia militar soviética en el Lejano Oriente y la militarización de las islas Kuriles. Desde entonces, se ha consolidado como un importante centro logístico para las unidades desplegadas en el Lejano Oriente y las fuerzas en tránsito hacia el golfo Pérsico y se ha afianzado como pilar de la estrategia estadounidense en la región. La base se extiende por una parte del antiguo arsenal militar imperial. Esta instalación de titularidad japonesa y uso compartido entre Washington y Tokio, aloja a la U.S. Fleet Activities Sasebo y varias unidades de superficie. El resto del arsenal está ocupado por las Industrias Pesadas Sasebo que, con cuatro diques de reparación y uno para la construcción de buques de hasta 500.000 toneladas, es una de las pocas infraestructuras de este tipo que continúan operativas en el país. La base militar posee tres grandes muelles (dos interiores y uno exterior) divididos por la península de Tategami. Mientras uno de los interiores posee un calado suficiente para facilitar el atraque de grandes buques, el segundo se utiliza para labores de carga y descarga. El muelle exterior está menos protegido pero dota a la base de numerosos puntos de amarre adicionales. Asimismo, la base dispone de un 106 Geopolítica de las bases militares punto para la carga y descarga de aerodeslizadores, un dique seco emplazado en el muelle civil para el carenado y reparación de grandes buques, dos polvorines, tres depósitos de combustible y dos zonas para albergar al personal de la Fleet Activities Sasebo. Las tripulaciones de las unidades estadounidenses allí desplegadas se alojan en otras instalaciones cercanas a la base. Para Washington, esta base cumple una doble función: por un lado, proporciona labores de apoyo logístico a los buques de la Séptima Flota —repartidos en Yokosuka (portaviones y escoltas), Guam (submarinos de ataque) y Sasebo (asalto anfibio)— y a los navíos estadounidenses en tránsito por la zona. Por otro lado, dos componentes de la Séptima Flota tienen en esta ciudad su base: la 11.ª Escuadra de Mando Anfibio bajo el mando operativo del 1.º Grupo Anfibio situado en Okinawa, y la 7.ª Escuadra de Mando de Medidas Contra Minas. Además, dos buques de la 1.ª Escuadra (basada en la localidad tejana de Ingleside) se hallan desplegados de forma casi permanente en Sasebo. Por parte japonesa, la base acoge el Cuartel General del Distrito Militar de Sasebo, responsable de la defensa de la zona comprendida entre el estrecho de Tsushima en el mar del Japón hasta la diagonal formada por las islas de Ryukio y Sakishima en el mar de la China Oriental, así como la proyección de fuerzas anfibias para la defensa de islas e islotes. Muchas de las plataformas se hallan repartidas en otras bases de esta región militar, aunque Sasebo alberga a la 2.ª Flotilla de Escoltas. Allí también se encuentra el Regimiento Occidental de Infantería de las Fuerzas Terrestres de Autodefensa especializado en asalto anfibio y el Cuartel General de la 22.ª Ala Aérea de la Flota. Situada a 250 km de la costa coreana, a 600 km de la frontera con Corea del Norte y a menos de 800 km de China, Sasebo es un fantástico punto sobre el cual proyectar la fuerza hacia la península coreana y el levante chino. En este sentido, no parece extraño que la única fuerza anfibia que Estados Unidos mantiene permanentemente desplegada fuera del país se encuentre entre Sasebo y la vecina Okinawa. No obstante, su privilegiada situación entraña grandes riesgos, puesto que Sasebo se halla en el límite del área A2/AD que Pekín ha construido en la primera cadena de islas y que se extiende por los mares de la China Oriental y Meridional hasta la costa occidental japonesa, y dentro de la zona A2/AD que el país está construyendo para abarcar la segunda cadena de islas. Sasebo también se halla dentro del radio de acción de los aviones y misiles de corto y medio alcance norcoreanos, cuyos ataques podrían degradar las fuerzas allí emplazadas. Por lo tanto, no puede descartarse que la creciente vulnerabilidad de esta 107 base frente a un ataque por saturación motive tanto el refuerzo de las medidas de defensa como la reubicación de las unidades allí desplegadas hacia otras localizaciones fuera del alcance de las medidas A2/ AD enemigas como la isla de Guam (situada a 4.750 km de la costa china) o el territorio continental estadounidense, con los efectos operativos que ello entrañaría. 43. Sebastopol (península de Crimea) En el sur de Crimea se halla Sebastopol, una ciudad portuaria que en 2014 saltó a la palestra internacional a raíz de su anexión de facto por parte de la Federación Rusa. Aunque Moscú había cedido este enclave a Ucrania en 1997 a cambio de mantener su presencia naval, tras los sucesos de 2014 que culminaron con la secesión de Crimea y su posterior adhesión a la Federación Rusa, actualmente este municipio mantiene un estatus de ciudad federal administrada por Moscú. Situada en un promontorio en el extremo suroeste de la península de Crimea a orillas del estuario del río Chorna (donde se halla la base naval) y del mar Negro (donde se encuentra la antigua ciudad de Balaklava), se ubica Sebastopol. Desde el siglo XVIII, este puerto ha servido como base para proyectar el poder ruso —con las limitaciones impuestas por la Convención de Montreaux (1936) sobre el tránsito de buques de guerra por los estrechos del Bósforo y los Dardanelos— hacia el mar Negro, Mediterráneo, Oriente Medio, océano Índico y Atlántico Sur. Aunque queda lejos el tiempo en que Sebastopol constituía el símbolo de la determinación rusa por mantener su presencia en el Mediterráneo y su puerto albergaba la punta de lanza del poder imperial ruso, esta ciudad todavía mantiene el Cuartel General y la Fuerza de la Flota del mar Negro. Aunque la Flota del mar Negro es la más pequeña de las cuatro flotas de la Armada rusa, en los últimos años esta ha sido potenciada. Por un lado, desde 2011 esta dispone de una Task Force para el Mediterráneo que, junto con la cesión parcial del puerto sirio de Tartus, ha permitido incrementar la presencia y el prestigio de Moscú. Por otro lado, la flota ha experimentado una importante modernización, destacando seis submarinos convencionales de la clase Kilo mejorada, tres fragatas Almirante Grigorovich y tres corvetas Buyan. Junto con el incremento de los medios de asalto anfibio (inicialmente se pretendía dotar a esta flota de uno de los Mistral franceses), esta potenciación no solo permite a Moscú disponer de una fuerza comparable a la Armada turca —que debe dividir sus fuerzas entre el Egeo y el Mediterráneo— sino también garantizar la presencia y proyección del 108 Geopolítica de las bases militares poder en la región en apoyo al nuevo statu quo alcanzado tras la anexión de Crimea y la invasión del este de Ucrania. Esto choca con las declaraciones iniciales del Kremlin por las que ni incrementaría la presencia naval en Sebastopol (algo que originalmente requería la aprobación de Kiev) ni tampoco desplegará ingenios nucleares en los buques allí estacionados (algo prohibido por los pactos entre ambos países). En efecto, hasta la anexión de Crimea, la presencia naval rusa en Sebastopol gravitaba sobre un conjunto de acuerdos suscritos entre los gobiernos de Moscú y Kiev en 1997. Estos reconocían la soberanía ucraniana sobre la ciudad y sus instalaciones portuarias, fijaban las condiciones de operación de la Flota del mar Negro y permitían a Moscú alquilar —muy por debajo de su valor real— el puerto para un periodo de veinte años, aunque los acuerdos de Jarkov (2011) prolongarían su arrendamiento hasta 2042. Esto chocaba con la Constitución ucraniana de 1996, que prohíbe la presencia permanente de fuerzas extranjeras y fue objeto de grandes controversias entre el gobierno prorruso y la oposición nacionalista, consciente de las implicaciones estratégicas que tenía la presencia de fuerzas rusas en territorio ucraniano. Esta decisión también estuvo condicionada por otros factores que posteriormente serían utilizados por Moscú para justificar su anexión: la mitad de la población de Crimea es étnicamente rusa, la Flota del mar Negro era un importante dinamizador de la economía de la ciudad y la mayoría de los actores locales apoyaban el mantenimiento de la base. No obstante, la anexión de la península no solo acaba con cualquier controversia sobre su empleo, acceso, jurisdicción o movimientos de fuerzas en el puerto de Sebastopol, sino que también garantiza el pleno control ruso de este enclave. En este sentido, la anexión de Crimea ha permitido reforzar las capacidades de la Flota del mar Negro al garantizar su pleno acceso al puerto de Sebastopol y al resto de infraestructuras de la península. También consolida su control del mar Negro y el estrecho de Kerch, limitando la salida al mar de Ucrania, reforzando las capacidades de proyección y defensa del flanco sur ruso e incrementando la presencia del país en la región. Apoyada por la invasión y desestabilización del este de Ucrania, Crimea se ha convertido en un importante pivote sobre el que proyectar el poder en el Mediterráneo y Oriente Medio. Además de incrementar la capacidad de proyección, el control de la península también proporciona a Moscú una nueva línea de defensa avanzada en el flanco sur del país. Aunque estos elementos ponen de manifiesto el valor geoestratégico que posee el puerto de Sebastopol, su importancia ya no es la misma 109 que tenía durante el siglo XIX. Desde hace varios años Rusia está construyendo una nueva base naval en Novorossiyk —cerca de la ciudad olímpica de Sochi— más moderna, con instalaciones adaptadas a las necesidades actuales, dentro de la geografía rusa y con menores problemas logísticos. A pesar de que este puerto se comenzó a construir pensando en la eventual pérdida de la base de Sebastopol a manos de Ucrania, una vez haya sido terminado podrá ser utilizado para albergar parte de la Flota del mar Negro. No obstante, es probable que Sebastopol continúe siendo el puerto preferido por Moscú para fondear sus buques por su situación, infraestructuras y por lo que esta ciudad representa en el imaginario ruso. 44. Severomorsk (óblast de Múrmansk, Rusia) Severomorsk es el centro neurálgico de un conjunto de asentamientos que se extienden por toda la península de Kola, aunque se concentran en su mayor parte en torno al fiordo de Múrmansk. En esta red de instalaciones militares se incluyen las bases aéreas de Olenya, Monchegorsk, Rogachevo o Nagurskoye, la base de Pechenga para la infantería de marina y los grandes astilleros SEVMASH, en Severodvinsk, entre muchos otros lugares relevantes para la defensa de la Federación Rusa tanto en el plano convencional como en el estratégico. Por supuesto, la propia Severomorsk cuenta con tres aeródromos en los que se despliegan, entre otros, los aparatos que conforman el ala aérea de su único portaviones, el Almirante Kuznetsov (actualmente fuera de servicio), amén de aviones de patrulla marítima o de transporte sin los cuales sería imposible abastecer un asentamiento tan aislado. Es también la puerta de acceso, desde el Atlántico y el mar del Norte, a buena parte de los recursos energéticos rusos. El descubrimiento de valiosos depósitos de petróleo y gas en el Ártico ruso, unido al de los metales preciosos que se sospecha reposan en el subsuelo oceánico y cuyo control son del máximo interés para Rusia, ha acentuado la importancia que Moscú concede a la región y, por supuesto, a Severomorsk. No en vano el país ha adaptado su Estrategia de Seguridad Nacional para incluir el Ártico como una zona estratégica. Estos mismos yacimientos han reavivado a su vez el interés por la Ruta del Norte o Paso del Noroeste. Esta arteria de comunicación, que desde la caída de la URSS había sido prácticamente abandonada está conociendo una segunda juventud. Al calor de las cuantiosas inversiones realizadas por la industria del gas y del petróleo ha ido cobrando importancia, curiosamente favorecida por el calentamiento global y el consiguiente 110 Geopolítica de las bases militares deshielo. De esta forma, con la desaparición de la antaño perenne capa de banquisa ártica, se ha facilitado la navegación y ampliado la ventana temporal en la que esta ruta marítima puede ser recorrida con cierta seguridad. Dejando a un lado el tema energético, la influencia mundial rusa está respaldada por la posesión de un arsenal nuclear considerable. Hoy en día mantiene en servicio una decena de SSBN, de los cuales la mayor parte tienen su base cerca de Severomorsk. Esta flota, basada en Gadzhiyevo, incluye cinco submarinos Delta IV, un Borey y el último Akula/Typhoon. Proteger estos medios de las incursiones de los submarinos estadounidenses es una de las tareas principales tanto de la flota de superficie, como de la aviación naval que deben garantizar la inviolabilidad de los bastiones navales (mar de Barents y mar Blanco). En el plano ofensivo, disponer de una fuerza submarina y de superficie todavía considerable —en franca renovación, de hecho— como la que atesora la Flota del Norte, reforzada por la 200.a Brigada Motorizada que tiene su base en Pechenga (Sputnik), también en el óblast de Múrmansk, permite mantener la amenaza sobre los países escandinavos. También es importante en este sentido la 29.ª Brigada de Cometidos Especiales, con sus submarinos nodriza pensados para operar armas de tercer ataque, espiar o interrumpir las comunicaciones a través de cables submarinos, etc. Severormosk es también un punto clave a la hora de retomar la presencia que en su día tuvo la URSS en la zona. De hecho, en los últimos años Rusia ha hecho un ingente esfuerzo destinado a rehabilitar las instalaciones de lugares tan lejanos como Nagurskoye, en la Tierra de Francisco José o Novaya Zembla, en donde poseen el aeródromo de Rogachevo. Todas estas instalaciones, que contribuyen en el ámbito defensivo a hacer de Barents un bastión naval y en el ofensivo, a alcanzar el dominio de facto del Ártico por parte de Rusia, son abastecidos, en su mayor parte, desde Severomorsk y Múrmansk. Todo apunta a que, en el futuro, el conjunto de bases e instalaciones en torno a Severomorsk se verá notablemente rejuvenecido. Después de los trabajos de construcción de nuevas instalaciones de almacenamiento para los reactores de los submarinos y buques de superficie de propulsión nuclear dados de baja y de acometer una limpieza generalizada de las bahías de la región, en la que reposaban los cascos de decenas de embarcaciones, ahora se trabaja en la construcción de grandes astilleros a apenas ocho kilómetros de Múrmansk, los cuales atenderán a la demanda de la industria gasística a este lado de la Ruta del Norte, pero que, indudablemente, servirán 111 también para la construcción y el mantenimiento de las futuras unidades navales de la VMF. 45. Sigonella (región de Sicilia, Italia) Ubicada en el este de Sicilia se halla la Base Aeronaval de Sigonella, utilizada por Italia, Estados Unidos y la Alianza Atlántica. Durante la Guerra Fría, esta base actuó de pivote para las fuerzas estadounidenses en tránsito hacia Oriente Medio y centro para las actividades de patrulla naval y guerra antisubmarina aliadas. Con el fin de la Guerra Fría, la lucha antisubmarina fue dejando paso a las labores de vigilancia del Mediterráneo Central, la asistencia a los buques de la Sexta Flota estadounidense, el descanso de las unidades en tránsito hacia Oriente Medio y el golfo de Adén o el apoyo a las operaciones militares en el Norte de África. Actualmente, Sigonella también es un importante centro para el empleo de drones y, junto con las bases aeronavales de Rota en la costa gaditana y de la bahía de Suda en la isla griega de Creta, un importante pivote para las operaciones estadounidenses en el continente africano. Compuesta por el complejo aeronaval estadounidense y el aeropuerto militar italiano Cossimo di Palma, Sigonella proporciona una amplia variedad de servicios a las fuerzas estadounidenses, italianas y aliadas allí estacionadas. Entre ellas destacan el mando de la Task Force 67 de la Sexta Flota, un batallón de construcción naval o el destacamento de mantenimiento de aeronaves por parte americana, la 41.ª Ala Antisubmarina por parte italiana o la principal instalación de apoyo del sistema Allied Ground Surveillance (AGS) aliado que, con cinco drones estratégicos RQ-4D Global Hawk, recientemente ha alcanzado la capacidad operativa inicial. Las instalaciones de Sigonella se reparten en varias localizaciones: la Naval Air Station I (NAS I) contiene los servicios de apoyo al personal y la NAS II alberga las dos pistas paralelas con una longitud de 2.400 metros, una amplia zona de estacionamiento para aeronaves, varios hangares y edificios administrativos y de apoyo. En el extremo sur de la pista se hallan las instalaciones aliadas e italianas con sus hangares, talleres, servicios de apoyo y sistemas de control del AGS. También dependen de Sigonella el puerto de la bahía de Augusta para la asistencia logística a los buques de la Sexta Flota, el centro de transmisiones de Nisciemi para la comunicación con las unidades terrestres, navales, aéreas y submarinas estadounidenses en el Mediterráneo y el campo de tiro de Pachino para el adiestramiento de las tripulaciones. 112 Geopolítica de las bases militares Sigonella acoge al primer grupo de la Task Force 67 de la Sexta Flota para labores de patrulla marítima y guerra antisubmarina, así como varios aviones de transporte y enlace entre Europa, norte de África y Oriente Medio. Por parte italiana, la base alberga a la 41.ª Ala Antisubmarina y un escuadrón helitransportado de los carabinieri para la lucha contra la mafia siciliana. Además, en 2010 el Pentágono desplegó un sistema aéreo no-tripulado de reconocimiento estratégico RQ-4 Global Hawk para realizar labores de vigilancia en el Mediterráneo, Norte de África u Oriente Medio y preparar a los operadores de los RQ-4D que conformarían el componente aéreo del AGS aliado. Tres años después, Estados Unidos desplegó seis MQ-1 Predator para realizar labores de reconocimiento en Libia, Níger o Malí a la vez que solicitaba al Gobierno italiano el permiso para emplearlos en operaciones contraterroristas en el Magreb y el Sahel. En 2016, el ejecutivo italiano consintió las operaciones con drones armados bajo dos supuestos: todos sus vuelos requerirían la aceptación expresa italiana y su empleo quedaría restringido a la defensa del personal militar sobre el terreno. Washington continúa intentando que Roma acepte la utilización de drones armados en acciones ofensivas con la esperanza de convertir Singonella en la gran base de mando, control y operaciones de drones que operan en África junto con Camp Lemonnier en Yibuti. Sin embargo, con independencia de si esta instalación se consolida como en el gran epicentro europeo de sistemas no-tripulados estadounidense, ya lo es del proyecto AGS aliado al acoger sus instalaciones de apoyo terrestres y los cinco RQ-4D. Ubicada a 400 km de la costa tunecina y a poco más de 500 km de Libia, Sigonella es calificada por Estados Unidos como el hub del Mediterráneo. Tal consideración se debe a su privilegiada posición en el centro geográfico del Mare Nostrum, a medio camino entre el estrecho de Gibraltar y el canal de Suez. Durante la Guerra Fría su ubicación permitía a la OTAN controlar los movimientos soviéticos en la región y proyectar el poder estadounidense en Oriente Medio. Hoy en día, junto a la base española de Rota cubriendo la entrada al Mediterráneo y la base griega de Suda en la isla de Creta cubriendo la salida del mar Egeo, el complejo de Sigonella en Sicilia es una valiosa pieza para Washington (punto de apoyo para la Sexta Flota y las fuerzas en tránsito hacia Oriente Medio y el Índico, la vigilancia del Mediterráneo y la proyección del poder en África), Bruselas (protección del flanco sur europeo y aliado, punto de apoyo para las operaciones en el Mediterráneo y plataforma de proyección) y Roma (ejercicio de la soberanía y prevención de crisis). En consecuencia, a pesar del giro de Washington hacia Asia-Pacífico, el arco de inestabilidad que comienza en la orilla sur del Mediterráneo y se extiende desde el golfo de Guinea hasta el 113 Cuerno de África y continúa hasta Oriente Medio afecta la seguridad e intereses estadounidenses y europeos, por lo que Sigonella continuará siendo vital para apoyar y proyectar la fuerza en anticipación o en respuesta a cualquier crisis. Sigonella es fundamental para garantizar la defensa del flanco sur europeo, constituye un importante hub logístico en la estrategia de proyección estadounidense, es uno de los pilares para la respuesta a crisis en África y un punto de tránsito para las fuerzas entre Europa, Oriente Medio y Asia Occidental. 46. Tartus (gobernación de Tartus, Siria) A orillas del Mediterráneo y cerca de la frontera libanesa se halla la ciudad de Tartus. Este enclave despertó el interés soviético en la década de 1960. Su posición en el Mediterráneo Oriental permitiría a Moscú mantener la presencia en estas aguas templadas sin la necesidad de transitar por los estrechos del Bósforo y los Dardanelos hacia Sebastopol ni tampoco atravesar el mar Egeo, controlados por países aliados. También permitiría reforzar la vigilancia sobre el flanco sur aliado y proporcionar a su Flota del mar Negro un punto para abastecer y reparar sus buques. Aunque Moscú arrendó una sección del puerto comercial de Tartus en 1971, no sería hasta 1977 cuando este se puso en funcionamiento coincidiendo con la retirada soviética de las bases egipcias de Alejandría y Marsa Matruh. Siete años después, el puerto adquirió el estatus de Punto de Apoyo de Material técnico, una categoría que se ha mantenido hasta hoy. Tras la desaparición de la URSS, el puerto militar de Tartus languideció, manteniendo operativo solo uno de sus tres muelles. Esta situación empezó a variar en 2009, cuando Moscú consideró el uso de esta instalación como punto logístico para sus operaciones antipiratería en el Cuerno de África. Coincidiendo con la Primavera Árabe, Rusia organizó una Task Force para el Mediterráneo. Dependiente de la Flota del mar Negro, esta fuerza comenzó a navegar de forma continuada en el Mediterráneo Oriental en 2013. En este sentido, no es extraño que el presidente Putin sondeara Montenegro, Grecia o Chipre para establecer algún tipo de instalación en estos países que pudiera ir más allá de los acuerdos para facilitar la escala de los buques rusos en Limasol (Chipre), La Valeta (Malta), El Pireo (Grecia) y, de este modo, incrementar la presencia, influencia y prestigio de Moscú en la región. 114 Geopolítica de las bases militares Tartus acoge al único puerto ruso fuera del país. Situada en la fachada norte del puerto comercial de Tartus, el puerto militar cuenta con cuatro embarcaderos capaces de albergar varios buques de pequeño tamaño y un muelle capaz de acoger a todos los buques de la flota rusa excepto su portaviones. Los servicios de apoyo permiten reabastecer de agua, alimentos y combustible a los buques atracados y comprenden un dique seco para reparar pequeñas naves, varios talleres y almacenes, una zona para estacionar material rodado y otra área para múltiples usos. A día de hoy, Tartus carece de capacidad para reparar los buques allí fondeados ni dispone de ningún centro de Mando y Control para dirigir las operaciones navales, aeronavales o conjuntas en la zona. También carece de edificios administrativos para albergar los estados mayores, dispensario para ofrecer servicios médicos y barracones para el descanso de las tripulaciones. No obstante, la ciudad de Tartus ofrece servicios hospitalarios, administrativos, hoteleros y de recreo suficientes como para garantizar el bienestar de un eventual despliegue ruso en la región. El valor estratégico de este emplazamiento motivó que Putin negociara con Al-Assad la ampliación y mejora de sus instalaciones militares. En 2016 desplegó una batería de misiles S-300 para complementar la cobertura antiaérea que proporcionaban el crucero Yaryag y los S-400 desplegados en la vecina base aérea de Khmeimim. En enero de 2017, Damasco y Moscú firmaron un acuerdo que, con una vigencia inicial de 49 años, proporciona a Rusia el derecho de uso del puerto y le permite ampliar las instalaciones. Según este convenio, Moscú podrá albergar hasta once buques de forma permanente, incluyendo submarinos nucleares de ataque con la condición de que se cumplan las medidas de seguridad nuclear y medioambiental establecidas. Las reformas del puerto arrancaron en 2017 y deberían culminar en 2022. En este sentido, no es descartable que el objetivo final de estos trabajos sea la construcción de las infraestructuras necesarias para transformar esta instalación logística en una base naval permanente con todas las comodidades para las tripulaciones allí desplegadas y capaz de acomodar tanto modernos buques de asalto anfibio como, eventualmente, al portaviones Almirante Kuznetsov. Tartus ha sido esencial para consolidar la presencia rusa en la región. Su situación permite a Moscú disponer de un puerto de aguas templadas lejos del mar Negro y con proyección a los mares Mediterráneo y Rojo, así como a los océanos Atlántico (cruzando el estrecho de Gibraltar) e Índico (atravesando el canal de Suez). Este punto intermedio permite incrementar su presencia en Oriente Medio, deteriorar la cohesión del Diálogo Mediterráneo y erosionar el liderazgo 115 estadounidense, además de proyectar su poder militar. El conjunto Tartus-Khmeimim puede contribuir al desarrollo de una defensa aérea integrada —e incluso un hipotético complejo de reconocimiento y ataque— que cubriera partes del espacio aéreo sirio, libanés, israelí, jordano, turco o chipriota, degradando la autonomía de acción israelí en la región. Tartus también podría servir para monitorizar las actividades aliadas del Mediterráneo Oriental, los movimientos navales israelíes y las operaciones de la Base Aérea de Incirlik, situada a 500 km de este puerto. Además de poseer fines puramente militares, Tartus también apoyará las actividades económicas al beneficiarse de la ruta comercial que supone el Mediterráneo y un punto para la evacuación de ciudadanos rusos en caso de desatarse una crisis en el país. En cualquier caso, Tartus será un importante pivote del poder ruso en la región mediterránea. 47. Thule (municipio de Avannaata, Groenlandia, Dinamarca) La historia de la Base Aérea de Thule comenzó en 1940, cuando Alemania invadió Dinamarca y el Gobierno danés en el exilio alcanzó un acuerdo con Estados Unidos para que este protegiera las colonias danesas en Groenlandia. Coincidiendo con la ampliación de la red de estaciones meteorológicas en esta región, en 1943 Estados Unidos construyó una instalación de este tipo en la actual Thule. Tras la guerra, esta estación fue mejorada con la adición de pistas de aterrizaje, y en 1951, tras negociarlo con Dinamarca, se sentó el marco jurídico que soportaría el desarrollo futuro de la base. Durante los años cincuenta, Thule fue expandiéndose hasta convertirse en un aeropuerto para bombarderos estratégicos donde se ofrecían todos los servicios necesarios para el buen funcionamiento de los grandes aviones. Por este motivo, la base pasó a estar bajo la dirección del Mando Aéreo Estratégico (SAC) y se convirtió en un enclave de primer orden: desde allí, los bombarderos estratégicos estadounidenses despegaban para mantener la disuasión frente a la URSS. Con el paso del tiempo la base aérea fue haciéndose cada vez más capaz, pudiendo acomodar nuevas aeronaves como aviones de reabastecimiento en vuelo o aviones de guerra electrónica. Ahora bien, el valor de Thule no solo residía en su aportación directa a la estrategia nuclear de Estados Unidos, sino que además era utilizada por sus aviones espía para recopilar inteligencia estratégica. Así, los sofisticados y delicados aviones de reconocimiento U-2 Dragon Lady 116 Geopolítica de las bases militares o SR-71 Blackbird también operaron desde Thule, lo que da buena idea de la capacidad de esta base. El complejo de Thule incluye dos zonas claramente diferenciadas, en primer lugar la base aérea, y en segundo lugar el Sitio-J, un complejo de radares de alerta temprana y sistemas de comunicaciones satelitales unos kilómetros al norte del aeropuerto. El territorio sobre el que se asentó la base se caracterizaba por estar junto al mar y la estabilidad térmica de este, que permitía mantener unas temperaturas algo más altas que en otras zonas de Groenlandia. Gracias a eso, Thule disponía y dispone de un pequeño complejo portuario con varios muelles capaces de acoger hasta buques de 300 metros de eslora. El aeropuerto cuenta con una sola pista central fabricada con cemento, que mide 3,1 km de largo por 50 metros de ancho, además todo el complejo ocupa un área de 19 km2, no obstante las instalaciones principales donde se encuentran el aeropuerto, los depósitos de combustible y la zona habitable ocupan un área de unos 11 km2. Es importante decir que el Área de Defensa Thule ocupa más de 650 km2 de territorio que ha de ser patrullado por unidades guarnecidas en la base, y que se dedican a hacer patrullas en motos de nieve. La base cuenta con una ingente cantidad de tanques para almacenar combustible y, además, existe espacio de sobra como para instalar numerosos tanques adicionales. También existe una zona de barracones militares, naves industriales y otros edificios. No todas las edificaciones están en uso. Desde la pista de aterrizaje surgen varios ramales que dan a pequeños complejos de búnkeres y cuarteles, algunos de los que probablemente son polvorines tanto para armamento convencional como para armamento nuclear. No se tiene constancia que Estados Unidos mantenga bombas nucleares en Thule desde hace décadas. A 10 km al noreste de la base se encuentra el conocido Sitio-J, un área guarnecida por el 12.º Escuadrón de Alerta Especial, que es el encargado de operar los sofisticados sistemas electrónicos que alberga. El Sitio-J nació como un complemento de la base aérea pero, hoy por hoy, es la instalación más relevante. Este se ubica en las faldas de una colina y aprovecha su posición en el globo terráqueo junto al ángulo proporcionado por la colina para maximizar el alcance de sus sistemas de radar de largo alcance, el sitio es autónomo, aunque por motivos obvios mantiene una estrecha relación con Thule, pero en su interior hay refugios subterráneos con barracones, depósitos de combustible y generadores, eso sí todo está cubierto bajo tierra o por un techo, ya que es un área de alto secreto. 117 Los sistemas que integra incluyen varios radares de largo alcance de alerta temprana, sistemas de comunicación satelital e incluso un gigantesco radar que puede ser usado tanto como Sistema de Alerta Temprana de Misiles Balísticos (BMEWS) para el escudo antimisiles estadounidense, como para obtener inteligencia electrónica a larga distancia. Este radar es uno de los cinco que emplea Estados Unidos para crear una red de alerta temprana omnidireccional. Este radar —y sus cuatro hermanos que forman parte del Mando de Defensa Aeroespacial Norteamericano (NORAD)— es de los más avanzados del planeta, siendo capaces de cubrir una distancia de más de 4.500 km. La seguridad de todas las instalaciones, incluyendo al Sitio-J y al Área de Defensa Thule, depende del 821.º Escuadrón de Fuerzas de Seguridad, junto a ellos colabora una unidad de la Policía danesa. Ambas se encargan de mantener la ley y el orden público sobre los 550 residentes permanentes de la base, de nacionalidad danesa, groenlandesa y estadounidense. Hoy por hoy, la utilidad de la base ha decrecido, hasta el punto de que es un aeropuerto compartido por la aviación civil y militar. De hecho, hace décadas que no alberga aviones militares de forma permanente. Sin embargo, el mayor activo de Thule es la capacidad del Sitio-J para proporcionar un sistema de alerta temprana y de intercepción de misiles nucleares procedentes del lado opuesto del Ártico, además de reforzar las capacidades estadounidenses en Groenlandia y en el Ártico, este último cada vez más contestado por Rusia. Thule también es una base ideal para realizar despliegues de cualquier tipo en determinadas latitudes cercanas al Polo Norte. Por último, esta base permite monitorizar el contestado espacio ultraterrestre, estudiando la trayectoria de cientos de satélites, así como los experimentos de nuevos misiles rusos. 48. Tolón (departamento de Var, Francia) El puerto militar de Toulon tiene su origen a principios del siglo XVIII, cuando se creó el arsenal de Mourillon. Durante buena parte del siglo XX fue principalmente una base de submarinos. La actual base naval, que es la mayor de Francia y el mayor puerto militar de Europa, inició su andadura en el año 2011 y en la actualidad concentra la mayoría de los navíos de combate de la Marine Nationale. Es también la sede del almirante jefe y del Estado Mayor de la Fuerza de Acción Naval y del Estado Mayor de la Fuerza Aeronáutica Naval. Allí tienen su base las siguientes unidades de combate de superficie: 118 Geopolítica de las bases militares – El grupo aeronaval, constituido por el portaviones Charles de Gaulle y las fragatas de defensa antiaérea Forbin y Chevalier Paul asignadas a su protección. – El grupo anfibio, articulado en torno a los tres portahelicópteros de asalto anfibio (denominados oficialmente Buques de Proyección y Mando). – Las cinco fragatas especializadas en combate de superficie de la clase La Fayette. – Cuatro fragatas de la clase FREMM, dos de defensa antisubmarina y dos de la versión de defensa antiaérea: Alsace, con alta prevista para 2021, y Lorraien, que se entregará en 2023. Pero, en Tolón también tienen su centro de operaciones cinco de los seis submarinos nucleares de ataque (SNA) de la clase Rubis. Estos submarinos construidos entre 1983 y 1993 serán reemplazados en el futuro por los de la nueva clase Barracuda. De hecho, el primer buque de esta clase, Suffren, fue entregado en noviembre de 2020, si bien no estará plenamente operativo hasta finales de 2021. Se prevé completar la serie de seis unidades en 2029. El hecho de que la flotilla de SNA esté destinada en Toulon no debe interpretarse como si la zona de operaciones de los buques que la integran quedase restringida al Mediterráneo, ya que navegan por cualquier océano que las autoridades francesas consideren conveniente para los intereses nacionales, como muestra la presencia habitual de alguno de estos navíos en aguas del Índico, mar Rojo o golfo Pérsico, con escalas de reavituallamiento en las instalaciones portuarias de Mina Zayed, en Abu Davi. Además, entre las funciones principales de la flotilla destaca la de prestar cobertura antisubmarina a los SNLE que operan desde Île Longue y al grupo aeronaval articulado en torno al portaviones Charles de Gaulle. En los últimos años las instalaciones de la base de Toulon han sido sometidas a una profunda modernización para dotarlas de todas las capacidades de sostén y mantenimiento de las unidades navales destinadas. El dique utilizado para las revisiones periódicas y el mantenimiento de los SNA de la clase Rubis está siendo adaptado para que pueda recibir a las nuevas unidades de la clase Barracuda. Los trabajos han sido de gran envergadura, ya que se ha ampliado su capacidad, al tener que recibir buques mucho más grandes y técnicamente más complejos y avanzados. Durante unos años no hubo una decisión clara sobre la base que debía atender a los Barracuda, debatiéndose las autoridades ministeriales entre Brest-Lorient y Toulon. Finalmente se tomó la decisión en el año 2015, de que todas 119 las actividades de sostenimiento e inmovilizaciones programadas, de todos los SNA se harán en Toulon, tanto de los buques de la clase Rubis como de los de nueva clase Barracuda, conforme estos vayan entrando en servicio en sustitución de los primeros. En las zonas portuarias de Îlot Castigneau y de Noël se han construido nuevos muelles para acoger a las fragatas FREEM y para los buques de desembarco del grupo anfibio. Así mismo ya se ha puesto en marcha un astillero especializado en las fragatas La Fayette, siguiendo la nueva filosofía de la compañía Naval Group, que ha optado por concentrar el mantenimiento y reparación de los buques de la Armada francesa en astilleros especializados en cada clase de buque, con los correspondientes muelles, diques y equipo en tierra y dotados de personal especialmente instruido. Por tanto y en poco tiempo, habrá en Toulon un astillero específico para los submarinos Barracuda, otro para las fragatas FREEM y Horizon y el que ya existe para las fragatas La Fayette, sin olvidar las instalaciones asignadas para el portaviones y los navíos del grupo anfibio. 120 Geopolítica de las bases militares Pero además de las funciones específicas de base naval, Toulon alberga también diversos centros de instrucción de la Marine Nationale: la Escuela de Personal de Puente de Vuelo, la Escuela de Navegación Submarina para Buques de Propulsión Nuclear, el Centro de Interpretación y de Reconocimiento Acústico, la Escuela de Sistemas de Combate y de Operaciones Aeromarítimas y la Escuela de Sistemas Tecnológicos y Logística Navales. 49. Varsha (Andhra Pradesh, India) La base naval Varsha está siendo construida desde 2009 en Rambilli, en el Estado de Andhra Pradesh. Su posición estratégica, mirando al golfo de Bengala y cercana a Bangladesh y Myanmar, donde existe presencia china y desde donde puede realizar labores de contravigilancia, es perfecta. La base se halla a 50 km de Visakhapatnam, capital del Estado de Andhra Pradesh y sede del mando operacional oriental de la Armada india, donde también se encuentra otra importante base naval, y a 20 km del Centro de Investigación Atómica Bhabha, prestigiosa institución que dará apoyo a las actividades de la nueva base. La construcción de la base se encuadra dentro del proyecto Varsha, cuyo objetivo es desarrollar una base para submarinos nucleares. No obstante, también se espera que dieciséis buques y submarinos convencionales hagan uso de ella. El objetivo es alojar, con las máximas garantías de seguridad, a la futura flota de submarinos nucleares indios junto al resto de elementos de la Armada india. El proyecto Varsha complementa al proyecto Seabird que desarrolló el puerto de Karwar en la costa occidental del país para descongestionar el puerto de Mumbai y, así, completar el actual mapa de las bases indias. A nivel estratégico, es necesario destacar que Varsha se enmarca dentro del deseo indio de desarrollar un programa de portaviones y de submarinos nucleares domésticos. Ello permitiría cortar con la dependencia externa y dotar al país de importantes capacidades marítimas propias, susceptibles de proyectar a la India como un verdadero poder mundial y por ende, con mayor influencia y control en toda el área del Indo-Pacífico. De hecho, el primer portaviones autóctono indio, el INS Vikrant, se halla en fase de pruebas finales en el mar y Varsha dará servicio a este buque y a otros esperados para el futuro como el INS Vishal, y al único portaviones que está en funcionamiento en la actualidad, el INS Vikramaditya de origen ruso. 121 Varsha incorporará servicios de ingeniería y un almacén de armas para apoyar los submarinos lanzamisiles. Igualmente, la base contará con defensas antiaéreas y búnkeres para proteger a los submarinos nucleares tanto de ataques como de acciones de espionaje aéreo. En la actualidad, la Armada india cuenta con dos submarinos nucleares, el Chakra, comprado a Rusia, y el INS Arihant el primer producto auténticamente indio al que podrían seguir, el INS Arighat, todavía en fase de pruebas, hasta cuatro submarinos más nucleares en el futuro. En segundo lugar, Varsha dará servicio tanto a submarinos lanzamisiles como a submarinos de ataque. Este aspecto es clave ya que India está desarrollando su propia capacidad de segundo golpe nuclear y, por tanto, busca garantizar tanto su capacidad de supervivencia como su capacidad de represalia ante un posible ataque nuclear, todo ello en el contexto de un gradual deterioro de sus relaciones con China, tanto por su rivalidad geopolítica, como por sus activas disputas territoriales, junto a su sempiterna enemistad con Pakistán. En tercer lugar, Varsha responde también a la gradual, pero intensa presencia de China en las aguas del Índico, sobre todo tras el control del puerto de Gwadar en la costa de Baluchistán en Pakistán y futuro desarrollo de Gwadar como embrión del corredor económico entre China y Pakistán. Por ello, Varsha contrarrestará la proyección de poder chino en aguas del Índico y replicará la base china en Hainan. Junto a ello, baste señalar que la base estará en los corredores de los submarinos chinos con base en Hainan y al mismo tiempo también hará frente a la presencia china en Myanmar. Así la base será una de las principales herramientas de disuasión submarina no solo para el Índico sino también para el mar de Arabia. En cuarto lugar, el desarrollo de Varsha como tercera gran base en la costa oriental responde al deseo indio de aumentar su presencia en toda la bahía de Bengala, el océano Índico y el estrecho de Malaca, siempre con el objetivo de equilibrar la presencia china y garantizar su seguridad en sus aguas adyacentes. En quinto lugar, India, como poder regional que es y que aspira a ser una superpotencia en las próximas décadas, considera que su seguridad marítima es clave para sustentar su crecimiento económico. La base de Varsha protegerá tanto el comercio hacia el Sureste Asiático y el Lejano Oriente como contrarrestará y vigilará la presencia china en la zona. En sexto lugar, la distribución de las principales bases navales indias en Mumbai, Goa, Visakhapatnam, Rambilli, Karwar, Cochin, Kolkata, Chennai y Port Blair en el archipiélago de Andamán y Nicobar, es 122 Geopolítica de las bases militares decir, cuatro en cada costa y otra en Andamán y Nicobar responde al objetivo estratégico indio de controlar y dominar las aguas que van desde el estrecho de Ormuz hasta el estrecho de Malaca. Respecto al estrecho de Ormuz, de ahí salen buena parte de las importaciones indias de petróleo y gas natural licuado y por el estrecho de Malaca circula casi todo el comercio entre India y las economías del Lejano Oriente y Sureste Asiático y es la vía de conexión entre el Índico y el muy congestionado mar del sur de la China. En séptimo y último lugar, la nueva base descongestionará la ya muy saturada base de Visakhapatnam. Que al igual que la de Mumbai comparte recursos y espacio con la flota comercial por lo que el desarrollo de Varsha es absolutamente necesario. En conclusión, Varsha jugará un papel determinante en la arquitectura y los intereses de seguridad indios en la costa oriental del país. 50. Vladivostok (krais de Primorie y de Javárosk, Rusia) Con más de medio millón de habitantes, Vladivostok es la mayor ciudad del Extremo Oriente ruso, además de importante puerto mercante y centro industrial. Ubicada en una posición estratégica desde los puntos de vista económico y militar, en las costas del mar de Japón, continúa albergando un importante contingente naval, así como el Cuartel General de la Flota del Pacífico —la segunda más importante de la Federación Rusa—. Gracias a las instalaciones navales de las bahías de Ulises y del Cuerno de Oro, se sitúa como el punto clave de un entramado militar que se reparte por los krais de Javarovsk y Primorie. Entre las instalaciones navales cercanas más relevantes cabe citar las de Bolshoy Kamen (conocida por albergar los importantes astilleros Zvezda), Fokino o Dunay. No solo actúa como base naval. En el apartado aéreo, la base de Uglovoye, al norte de la ciudad, alberga varias docenas de cazabombarderos que ofrecen cobertura aérea y capacidades de ataque antibuque. Por supuesto, las bases aéreas de Vernoye, Dzemgi o Khurba también reforzarían el dispositivo en torno a Vladivostok en caso de amenaza. Por último, en lo que concierne al componente terrestre, este cuenta con instalaciones en Ussuriysk (5.º Ejército), aunque el Cuartel General del Distrito Militar del Lejano Oriente no se encuentra en Vladivostok sino en Javárovsk. Los buques y unidades allí basados tienen la misión de proteger no solo la soberanía rusa sobre este territorio, sino también las hipotéticas amenazas que pueda afectar a otros puertos regionales de 123 relevancia como Nakhodka o Vanino, ambos importantes puntos de salida para los hidrocarburos. Además, este último es un nodo fundamental al ser uno de los destinos del Baikal-Amur Mainline, el ramal norte del Transiberiano que pasa por Komsomolk del Amur y alcanza el Pacífico precisamente en dicha ciudad. Vladivostok también protege la entrada natural desde el mar de Japón al estrecho de Tartaria y este, a su vez, da pleno acceso a Sajalín, región en la que reposan alrededor del 11 % de las reservas de hidrocarburos rusos. La mayor parte de estos yacimientos se sitúan en la costa oeste de la isla de Sajalín, en el mar de Ojostk, en una zona prácticamente equidistante entre Vladivostok y Petropavlovsk. No obstante, dado que la mayor parte del tráfico marítimo que generan parte de la zona sur de la isla, más exactamente de Korsakov, a través del estrecho de La Perouse en dirección a Honshu, en su defensa Vladivostok es la base más importante. Las Kuriles son otro de los temas candentes de la región. Invadidas por la URSS en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, Japón nunca ha reconocido la soberanía soviética o rusa sobre las cuatro islas más importantes del sur de esta cadena; Iturup, Kunashir, Shicotán y Jabomai. Aun a pesar de que en los últimos tiempos la tensión entre ambos países se ha rebajado, conviene recordar que nunca llegaron a firmar formalmente la paz y que Rusia está reforzando día a día su despliegue militar en la zona, clave para hacer del mar de Ojotsk un lago ruso. Pese a que la Flota del Pacífico ha sido la más castigada desde el derrumbe soviético, en los últimos años se han recibido o se han recuperado para el servicio submarinos convencionales de la clase Kilo y Oscar II y buques de superficie como el crucero Varyag o destructores de las clases Udaloy y Sovremennyy. El problema para Rusia es que, lejos de contar con una flota con capacidades oceánicas como la que llegó a tener en los años 80, vuelve a manejar una Armada de aguas verdes en la que la mayor parte de las unidades son corbetas, apoyadas por buques de apoyo o incluso de desembarco de pequeño tamaño (clases Ropucha y Alligator), lo que limita su capacidad de proyección. Con todo, para las actuales necesidades rusas esta flota, si continúa remozándose, puede ser suficiente. Para una marina costera el problema de conseguir el control de un mar reducido o parte de él se puede resolver en estrecha colaboración con la aviación basada en tierra y las tropas sobre el terreno. En esta estrategia, Vladivostok y las instalaciones militares que la envuelven, son una vez más la clave 124 Geopolítica de las bases militares de bóveda del control ruso sobre Sajalin, las Kuriles, el norte del mar de Japón, el estrecho de Tartaria y el estrecho de La Perouse. De ella parten los buques que sustentan el actual despliegue, que protegen las líneas interiores, que realizarían, en caso de conflicto, los desembarcos necesarios y que hostigarían al enemigo en caso de que alguien lograra penetrar la zona A2/AD que poco a poco está tejiendo Rusia en la zona. El componente fundamental de esta red recae sobre los sistemas antiaéreos S-300 y S-300PMU, a los que han de sumarse varios batallones de S-400 Triumf trasladados a la ciudad en 2015 (1533.º Regimiento Antiaéreo). También el 589.º Regimiento Antiaéreo que opera en Nakhodka, está armado con S-400 con los que Rusia puede establecer una zona de denegación de acceso que se acerca mucho a las costas de Hokkaido. 51. Whiteman (Misuri, Estados Unidos) Situada en el Condado de Johnson (Missouri), a 110 km al suroeste de la ciudad de Kansas y lindando con el pequeño pueblo de Knob Noster, se halla la Base Aérea de Whiteman, que acoge a la joya de la corona de la Fuerza Aérea estadounidense: los bombarderos furtivos B-2. Erigida en 1942 como un aeródromo para planeadores, en 1951 se transformó en una base de bombarderos del recién constituido Mando Aéreo Estratégico. Sin embargo, en 1961 Whiteman dejó de operar aviones para acoger la 351.ª Ala de Misiles Estratégicos equipada con 150 misiles balísticos intercontinentales (ICBM) Minuteman, que permaneció activa hasta 1993. No obstante, poco antes de finalizar la Guerra Fría el Pentágono decidió —debido a la situación geográfica de esta instalación— basar allí los nuevos B-2 que todavía se hallaban en periodo de prueba, aterrizando en Whiteman el primer ejemplar operativo a finales de 1993. Desde entonces, toda la flota de estos bombarderos furtivos se encuentra allí, aunque desde 2006 algunos de ellos han sido desplegados de forma avanzada en la base de Guam para apoyar las operaciones militares en curso y reforzar la disuasión estadounidense en Asia-Pacífico. La Base Aérea de Whiteman tiene una superficie aproximada de 18 km2 repartidos en tres grandes áreas: el aeródromo, que ocupa la parte central de la base con una pista de aterrizaje de 5 km de longitud, siete grandes hangares climatizados para albergar los bombarderos B-2 (en su interior se pueden acomodar hasta 21 aviones, la cifra inicial de aviones construidos), dos hangares para el cuidado de estas delicadas aeronaves (pulido, restauración o pintura de la cobertura antirradar) y varios hangares con capacidad para 50 aeronaves 125 utilizados para preservar a los aviones y helicópteros allí basados. Además, el aeródromo cuenta con varios edificios administrativos, talleres o los estados mayores de las unidades allí estacionadas. Al este del aeródromo se hallan la zona donde se emplazaban los antiguos silos, ahora tapiados en su mayoría. Allí se levanta el acuartelamiento para el 114.º Escuadrón de Seguridad Naval con un centenar de reservistas de la Armada y las instalaciones del 20.º Escuadrón de Ataque. Compuesto por una estación de control terrestre, hangares y una pista de aterrizaje, esta unidad reemplaza al 20.º Escuadrón de Reconocimiento tras la sustitución de los drones MQ-1 Predator por MQ-9 Reaper. Esta unidad renombrada en 2016 depende de la 432.ª Ala Aérea de Combate, uno de los mayores operadores de sistemas no-tripulados del planeta. Finalmente, al oeste del aeródromo se halla la zona residencial con 850 viviendas y numerosos servicios. En total, en la base conviven diariamente 17.500 personas, incluyendo 3.600 efectivos en activo, 6.500 familiares, 3.600 militares jubilados, 2.000 empleados civiles y 1.800 reservistas y miembros de la Guardia Nacional. Whiteman cuenta con las dos únicas unidades que poseen el B-2. La primera es la 509.ª Ala de Bombarderos, asignada al Mando Aéreo de Ataque Global (encargado de operar los B-1, B-2 y B-52 bajo las órdenes del Mando Estratégico del Pentágono). La segunda es la 131.ª Ala de Bombarderos de la Guardia Nacional de Missouri que, dependiente también del Mando Aéreo de Ataque Global, es la única fuerza de reserva certificada para realizar ataques nucleares. Los 20 ejemplares de este avión capaz de pasar desapercibido ante los sistemas de observación enemigos y batir objetivos de alto valor están asignados a la 509.ª Ala de Bombarderos, actuando la 131.ª Ala como unidad asociada para prestar apoyo al destacamento activo y garantizar la plena disponibilidad de estos aviones. Aunque los B-2 están concebidos para volar desde el corazón de Estados Unidos a cualquier punto del globo para realizar sus misiones, tal y como sucedió tras los atentados del 11-S cuando realizaron salidas hacia Afganistán con una duración de 44 horas, desde 2006 el 13.º y el 393.º Escuadrones de Bombarderos se hallan rotando entre Estados Unidos y Guam para proporcionar al Mando del Pacífico una fuerza disuasoria capaz de mantener la estabilidad en el Lejano Oriente. Recientemente se han desplegado tres B-2 pertenecientes a la 509.º Ala de Bombarderos al aeródromo de Lajes Field en las islas Azores para participar en operaciones en Europa y reasegurar a los aliados europeos tras el incremento de la actividad militar rusa en la región. Además de estas unidades equipadas con los bombarderos B-2 y apoyadas por los entrenadores T-38, Whiteman también alberga la 442.º Ala de Caza, 126 Geopolítica de las bases militares una fuerza de reserva actualmente equipada con aviones de ataque A-10, y el 1.º Batallón del 135.º Regimiento de Aviación de la Guardia Nacional de Missouri con helicópteros de ataque. La importancia geopolítica de esta base aérea situada en un área rural del corazón de Estados Unidos radica en los veinte B-2 que allí descansan, los más preciados del inventario aéreo del país. En una coyuntura determinada por la creciente vulnerabilidad de las instalaciones avanzadas en las que hay desplegadas fuerzas estadounidenses, la popularización de sistemas C4ISTAR estratégicos capaces de detectar, identificar y seguir los movimientos de los buques de superficie desde grandes distancias y misiles antibuque para destruirlos antes de alcanzar la costa o la creciente vulnerabilidad de las aeronaves no-furtivas a las defensas antiaéreas avanzadas, el valor de un bombardero invisible como el B-2 está fuera de toda duda. Aunque este modelo ya roza los 30 años de antigüedad, el B-2 continúa siendo —se espera que el B-21 haga su primer vuelo en 2022— el único avión existente en el catálogo militar estadounidense capaz de entrar en zonas fuertemente protegidas para lanzar su armamento convencional o nuclear sobre objetivos de alto valor. Aunque con el paso de los años estas misiones que entrañan tanto peligro para las tripulaciones serán realizadas por drones estratégicos furtivos, a día de hoy este avión y la base que lo acoge son unos activos estratégicos de primer orden para Estados Unidos. 52. Yibuti (base china) Ubicada en la localidad portuaria de Doraleh, en la costa norte de Yibuti y a escasos kilómetros de la capital, se encuentra la única instalación militar permanente de China en el exterior. Denominada Base de Apoyo del Ejército de Liberación Popular, Pekín la define como una instalación logística y de apoyo, evitando calificarla como una base militar por las controversias que puede generar tal denominación. Sus orígenes se remontan a 2008, cuando China consideró establecer en Yibuti una base que prestara apoyo logístico a los navíos que escoltaban los convoyes comerciales del país durante su paso por el Cuerno de África y el golfo de Adén. Cinco años después, siguiendo con su estrategia de penetración blanda en África, China comenzó a realizar grandes inversiones para incrementar su influencia diplomática, económica y política en Yibuti. Un año después, ambos gobiernos suscribieron un acuerdo de seguridad y defensa que garantizaba el acceso de los navíos de guerra chinos a los puertos yibutianos a cambio de asistencia militar y la edificación de un puerto multipropósito 127 en la playa de Doraleh. En 2015, Yibuti cedió varios terrenos para que China edificara una instalación logística y de apoyo para cumplir con sus obligaciones internacionales. En junio de 2017 llegaba el primer destacamento militar y tres meses después, coincidiendo con el 90.º aniversario de la creación del Ejército de Liberación Popular, China inauguraba su primera base en el exterior. Con unas dimensiones estimadas de 500 m2, esta instalación construida en Doraleh posee grandes medidas de seguridad perimetral y 20.000 m2 de espacio subterráneo. Aunque todavía se halla en construcción, en la superficie pueden observarse varias construcciones como barracones, hangares, depósitos de combustible, polvorines, almacenes y lo que podría ser un hospital. También existe una pequeña pista de 400 metros de longitud y un helipuerto. En 2019 se terminó un muelle de más de 300 metros de longitud que permitiría albergar todos los buques del arsenal chino. Pekín también parece tener a su disposición uno de los seis muelles del vecino puerto de Doraleh, que hasta la fecha ha sido utilizado para labores logísticas. Se desconoce la tipología y la entidad de las fuerzas emplazadas en esta base, aunque se estima que comprenden entre los 2.000 y los 10.000 efectivos. Formalmente, Pekín sostiene que estas asumirán los siguientes cometidos: – Abastecimiento y mantenimiento de los buques que operan en el golfo de Adén, el océano Índico, el mar Rojo y el mar Arábigo para evitar que estos tengan que regresar hasta territorio chino. – Participación en operaciones de mantenimiento de la paz bajo el mandato de las Naciones Unidas o de la Unión Africana. – Evacuación de no-combatientes chinos en caso de desatarse una catástrofe natural o estallar un conflicto bélico. – Lucha contra la piratería marítima en el Cuerno de África con el doble objetivo de demostrar el compromiso con la Comunidad Internacional y para proteger los intereses nacionales del país. Sin embargo, parece evidente que esta base también permitirá la recolección de inteligencia sobre el Cuerno de África, la península arábiga o el golfo de Adén, la monitorización de las actividades de otros países en la zona y de los flujos comerciales que atraviesan el canal de Suez, y quizás la conducción de operaciones antiterroristas para combatir a los grupos yihadistas que pueden amenazar a los ciudadanos e inversiones chinas en la región. 128 Geopolítica de las bases militares A parte de estas razones operativas, la mera posesión de esta base en el exterior es una fuente de prestigio, influencia y poder para el gigante asiático. Esta infraestructura permite reforzar la consideración de China como potencia con ambiciones e intereses globales, con la plena determinación de mantener una presencia avanzada permanente y proyectar su poder más allá de su espacio estratégico inmediato y su resolución por expandir su área de influencia directa e indirecta por todo el Índico. En este sentido, Yibuti es una de las más preciadas piezas de su collar de perlas con el que proyectar su influencia desde el Índico hasta el Mediterráneo. En esta misma línea, el país está intentando revitalizar la ruta de la seda, reforzando las rutas comerciales terrestres y marítimas para alcanzar Oriente Medio y Europa. En consecuencia, las labores del Ejército de Liberación Popular en las aguas del golfo de Adén y del canal de Suez serán clave para garantizar sus intereses comerciales. Además de su presencia militar, China también goza de una creciente predicación en el continente africano mediante su poder blando, financiando y construyendo grandes infraestructuras, instaurando lazos culturales y estableciendo vínculos comerciales. De hecho, Yibuti también permite a China explotar sus recursos naturales y energéticos. A la vertiente económica hay que añadir la política. Debido al laxo posicionamiento de Pekín ante la vulneración de los derechos humanos, muchos dirigentes africanos gozan de buenas relaciones con el Gobierno chino porque sus actos no son censurados. En cuanto a la aceptación social, cabe destacar que la población local acoge positivamente al Ejército chino, ya que les proporciona seguridad y bienestar material. En definitiva, dado que Yibuti es un enclave estratégico del Cuerno de África, principalmente, por razones de seguridad y comerciales, es probable que otros Estados intenten llegar a un acuerdo con el Gobierno yibutiano para construir bases militares en el país africano en los próximos años. Arabia Saudí lo hizo poco después de China para contener los movimientos iraníes en Yemen y no es descartable que muchos otros países sigan el ejemplo de China. 53. Yokosuka (prefectura de Kanagawa, Japón) A las puertas de la bahía de Tokio y a 65 km de la capital nipona se halla Yokosuka, que acoge dos importantes instalaciones militares: la principal base naval de Estados Unidos del Pacífico Occidental y la principal base de la Fuerza Naval de Autodefensa nipona. La primera, denominada Commander Fleet Activities Yokosuka, se emplaza en la 129 costa interior de la península de Miura. Allí se congrega la punta de lanza de la Séptima Flota. Al noroeste de la base, separado por la isla de Azuma Hanto, se halla el puerto de Nagura, donde se emplaza la base japonesa. La base estadounidense posee diecinueve embarcaderos (uno de los cuales preparado para albergar al portaviones de propulsión nuclear allí desplegado), numerosos puntos de amarre, seis diques secos para la reparación de cualquier buque del inventario estadounidense excepto los portaviones de la clase Nimitz y la única planta de desmagnetización de embarcaciones del Pacífico Occidental (empleado conjuntamente con las fuerzas japonesas). Entre las instalaciones terrestres se hallan polvorines, depósitos de combustible, el principal centro de comunicaciones estratégicas del Lejano Oriente, una importante estación meteorológica y oceanográfica, el mayor almacén de material de la Armada en la región, varios edificios de viviendas, escuelas y las oficinas de los 82 destacamentos encargados de apoyar las operaciones navales del país en todo el Pacífico Occidental desde Hawái al golfo de Arabia. Para Estados Unidos, la Commander Fleet Activities Yokosuka desempeña tres funciones: – Proporciona toda la asistencia técnica y logística necesaria para garantizar la operatividad de las fuerzas navales en tránsito o desplegadas en el Pacífico Occidental. – Dirige, planea, organiza y sostiene las operaciones de la Séptima Flota. – Apoya al 5.º Grupo de Ataque, la punta de lanza de la Séptima Flota. Esta fuerza aeronaval asignada a la flota en el Pacífico está compuesta por doce buques: un portaviones de propulsión nuclear (el único basado permanentemente fuera de Estados Unidos), un buque de mando, tres cruceros y ocho destructores que conforman la 15.ª Escuadra de Destructores. Como puede observarse, esta fuerza no solo aporta a Estados Unidos una magnífica capacidad disuasoria y el control de los mares del Lejano Oriente, sino que también le dota —especialmente cuando esta fuerza aeronaval se combina con las fuerzas anfibias emplazadas en Sasebo y Guam— de la capacidad para proyectar un poder militar resolutivo a cualquier punto de la región para responder a cualquier crisis. Por parte japonesa, la base situada en el vecino puerto de Nagura acoge al Cuartel General de la Flota, el Cuartel General del Distrito 130 Geopolítica de las bases militares Militar de Yokosuka (responsable de la defensa naval de la parte central de la isla de Honshu entre Iwate y Mie) y varios estados mayores. También alberga a la 1.ª Flotilla de Escoltas y la 2.ª Flotilla de Submarinos. Cerca de la base se hallan los aeródromos de Atsugui (compartido con Estados Unidos y donde se halla la 5.ª Ala Embarcada del portaviones) y Tateyama (en la orilla oriental la bahía de Tokio), con cuatro escuadrones de patrulla marítima y guerra antisubmarina y otro de transporte. Situada en la entrada de la bahía de Tokio protegiendo a la capital nipona, con salida directa al Pacífico y suficientemente cerca de los principales puntos calientes del Lejano Oriente pero lo suficientemente lejos para protegerse de los ataques enemigos, Yokosuka se convirtió en una importante pieza de la geopolítica estadounidense durante la Guerra Fría, cuando Washington desplegó en esta base algunos de los más preciados elementos de la Séptima Flota. Localizada a 1.100 km de Vladivostok, 1.162 km de Seúl, 1.300 km de Pyongyang, 1.600 km de la costa china o 2.200 km de Taiwán, esta base permitía desplegar rápidamente fuerzas en respuesta a cualquier crisis. Tras el final de la Guerra Fría, el realineamiento de la presencia global estadounidense, el cierre impostado de las bases del país en las Filipinas o su creciente interés por las operaciones litorales y la proyección del poder naval tierra adentro reforzaron el valor logístico de Yokosuka y la importancia estratégica del conjunto Yokosuka-Sasebo-Okinawa. Sin embargo, esta base se halla dentro del radio de acción de los misiles balísticos norcoreanos de medio alcance. Aunque Japón dispone de una fantástica defensa antiaérea y antimisil, un ataque de saturación podría degradar la base y las fuerzas allí ubicadas. Más preocupante es el caso de China, puesto que si bien Yokosuka se halla fuera de la primera zona A2/AD que abarca la primera cadena de islas, no solo se sitúa dentro del alcance de muchos de los vectores chinos sino también dentro del área A2/AD que Pekín está intentando afianzar en la segunda cadena de islas. En cualquier caso, no debería descartarse que en caso de desatarse una crisis entre Pekín y Washington, China realizara un ataque de saturación preventivo sobre Yokosuka y Atsugi —donde se halla la fuerza embarcada del USS Ronald Reagan— con la esperanza de acabar con la punta de lanza de la proyección estadounidense en la zona. Por lo tanto, no puede descartarse que ante la creciente vulnerabilidad de Yokosuka frente un ataque por saturación se refuercen las medidas de defensa activa y pasiva o se reubique el 5.º Grupo de Ataque fuera del alcance de la zona A2/AD china como Guam, Australia, Hawái o en la costa occidental de Estados Unidos, con los efectos operativos que ello entrañaría. 131 Bibliografía Aalto, P. (2016). The EU-Russian Energy Dialogue. London, Taylor and Francis. Ahmadbayli, A. (6 de abril de 2018). Why move Caspian flotilla to Middle Eastern theater? [en línea]. Azernews. Disponible en: https:// www.azernews.az/analysis/129908.html Allison, G. 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Yago Rodríguez Rodríguez Doctorando en Ciencias Políticas y Jurídicas. D. Christian D. Villanueva López Director de Ejércitos. Revista Digital sobre Defensa, Armamento y Fuerzas Armadas. 143